Suscríbete a DeepL Pro para poder edit Entra en www.DeepL.com/pro para más informació Capítulo 6 Análisis experimental en la Ciencia del Comportamiento Culturo: La búsqueda de los procesos básicos Traci M. Cihon, Aécio Borba, Carlos Ramiro Lopez, Kyosuke Kazaoka y Lucas Couto de Carvalho La gran cantidad de problemas a los que se enfrenta la sociedad, desde el uso excesivo de los recursos naturales hasta las injusticias sociales, son a menudo el resultado del comportamiento humano. Los problemas sociales son algunas de las principales razones por las que los científicos del comportamiento han tratado de identificar los mecanismos básicos para explicar el cambio de comportamiento y desarrollar intervenciones que mejoren la calidad de vida de los seres humanos. Los científicos de la conducta han descubierto principios y desarrollado tecnologías que modifican las relaciones entre el comportamiento y el entorno para producir un cambio de comportamiento socialmente significativo (por ejemplo, Baer, Wolf y Risley, 1968; Wolf, 1978). Sin embargo, abordar las prácticas culturales nocivas ha resultado ser un reto para los científicos del comportamiento (por ejemplo, Skinner, 1987). Los científicos del comportamiento han abordado la ciencia del cambio cultural desde tres puntos de vista. El primero es una empresa filosófica. A lo largo de los años, se ha realizado una cantidad considerable de trabajo conceptual e interpretativo para describir las prácticas culturales y sus contingencias de apoyo (por ejemplo, Glenn, 1986, 1988; Lamal, 1991; Skinner, 1953; Todorov, 1987). La segunda es la investigación y la práctica aplicadas. Los trabajos realizados en organizaciones (por ejemplo, Malott, 2003), políticas públicas (por ejemplo, Biglan, 1995), centros penitenciarios T. M. Cihon (*) Departamento de Análisis del Comportamiento, Universidad del Norte de Texas, Denton, TX, USA e-mail: traci.cihon@unt.edu C. R. López Universidad del Norte de Texas, Denton, TX, USA A. Borba University of North Texas, Denton, TX, USA Universidade Federal do Pará, Belém, Brasil K. Kazaoka University of North Texas, Denton, TX, USA Trinity Services, New Lenox, IL, USA L. C. de Carvalho Universidad Federal de São Carlos, São Carlos, SP, Brasil © Association for Behavior Analysis International 2020 T. M. Cihon, M. A. Mattaini (eds.), Behavior Science Perspectives on Culture and Community, Behavior Analysis: Theory, Research, and Practice, https://doi.org/10.1007/978-3-030-45421-0_6 119 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 120 entornos (por ejemplo, Ellis, 1991), y comunidades (por ejemplo, Aspholm y Mattaini, 2017; Watson-Thompson et al., 2018), por ejemplo, han aportado estrategias y técnicas conductuales para resolver fenómenos conductuales socialmente relevantes. El tercero es el análisis experimental del comportamiento (AEC). EAB es el dominio del análisis de la conducta que se ocupa de la investigación básica o de la descripción de los procesos y principios que explican la conducta (Moore y Cooper, 2003). Los investigadores de EAB controlan tantas variables como sea posible, manipulando una a la vez para identificar las relaciones ordenadas entre las variables inde- pendentes (ambientales) y las dependientes (conductuales), utilizando términos precisos (Johnston, Pennypacker y Green, 2019; Sidman, 1960). Además de definir y manipular las variables con precisión, otra de las principales preocupaciones de la EAB es la metodología. Lattal (2013), por ejemplo, señala que el diseño de un solo sujeto es uno de los pilares de la EAB. Permite investigar cómo variables independientes específicas cambian el comportamiento de un organismo, que sirve como su propio control. Los métodos estadísticos y los diseños entre grupos pueden ser importantes para entender las correlaciones (por ejemplo, saber que el 95% de los organismos en tal situación se comportarían de tal manera), pero no hay nada a priori que garantice que el científico o el profesional no esté tratando con uno de los otros 5% (Johnston et al., 2019; Sidman, 1960). Una vez que se identifican las relaciones funcionales explícitas a través del diseño de un solo sujeto, estos resultados pueden ampliarse a diseños de un solo sistema (por ejemplo, diseños de líneas de base múltiples a través de comunidades) o diseños comúnmente utilizados para abordar las preocupaciones de salud pública en los que los análisis estadísticos se centraron en la incidencia y la prevalencia, tendiendo así un puente entre los conocimientos producidos a partir de diseños de laboratorio totalmente controlados y la investigación e intervención comunitaria y cultural. El análisis experimental de las prácticas culturales manifestado en los estudios de laboratorio de la metacontingencia es una adición reciente a los esfuerzos de las ciencias de la conducta para abordar cuestiones sociales, aportando nuevas estrategias y tácticas experimentales a la investigación conductual relativa a los fenómenos culturales. Estos esfuerzos se han inspirado en gran medida en la propuesta de Skinner (1981) de que existen tres tipos de selección: filogenética, ontogenética y cultural. Según Skinner (1981), el nivel filogenético es la selección que ocurre a lo largo del tiempo evolutivo; la selección ontogenética es la que ocurre durante la vida del individuo (es decir, la operante); y la selección cultural es la que explica la evolución de las culturas. Ampliando sus discusiones anteriores sobre el comportamiento social y la cultura (por ejemplo, Skinner, 1953), el tercer tipo de selección ha sido controvertido (véase Catania y Harnad, 1988) y muy influyente, sobre todo para los científicos del comportamiento interesados en la transmisión y selección de las prácticas culturales. Las críticas relativas a la investigación de laboratorio sobre la metacontingencia (por ejemplo, Mattaini, 2019; Zilio, 2019) son similares a las que se han hecho sobre el BEF. Algunos sugieren que los investigadores simplifican el comportamiento y las variables ambientales de control de manera que se pierde algo al extrapolar los resultados producidos con comportamientos muy simples a fenómenos complejos (véase Mace y Critchfield, 2010). Por lo tanto, puede ser difícil para los investigadores aplicados y los profesionales acercar los resultados de la investigación básica a la práctica. Glenn y Malgodi (1991) afirman que estas críticas 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los 121 procesos básicos descartan el objetivo de la EAB. Los principios no tienen contenido: su objetivo es "proporcionar el marco 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 122 dentro del cual se entienden las relaciones específicas de comportamiento. Ese marco conceptual mejora la transferencia de habilidades a nuevas poblaciones, problemas y entornos" (Glenn y Malgodi, 1991, p. 3). El contenido -el propio fenómeno que debe explicarse- se describe entonces más fácilmente gracias a los principios identificados a partir de la investigación realizada en entornos experimentales. La distinción entre proceso y contenido es especialmente importante en el análisis cultural porque dos fenómenos culturales muy diferentes pueden ser explicados por los mismos procesos y "fenómenos similares" pueden ser descritos por procesos diferentes. Por ejemplo, da Hora y Sampaio (2019) sugieren que la corrupción puede ser descrita tanto por contingencias operantes como culturales. En ambos casos, los procesos subyacentes implican alternativas concurrentes con conflictos entre las con- secuencias inmediatas y diferidas. En uno de ellos, las elecciones por la consecuencia inmediata producen una mayor magnitud de reincidencia para el individuo (operante) pero consecuencias perjudiciales retardadas para el grupo (cultural). Las elecciones por las consecuencias retardadas conducen a resultados más beneficiosos para el grupo y a una magnitud de refuerzo menor para el individuo. Borba (2019) sugiere que los mismos principios mantienen la selección de monocultivos tipo plantación en la producción de bayas de açaí en la Amazonia brasileña. Los monocultivos permiten mayores cosechas a expensas de la vegetación nativa, lo que resulta en la sobreexplotación del suelo. Las poblaciones nativas no se benefician de los ingresos producidos por la venta de la fruta a los mercados internacionales. En este caso, los mismos procesos explican dos fenómenos diferentes (contenido). Por otro lado, Agbota, Sandaker, De Carvalho y Couto (2017) destacan diferentes aspectos de la corrupción. Sugieren que la interacción entre clientes, administradores y funcionarios se mantiene por las consecuencias individuales, pero el comportamiento entrelazado también produce una consecuencia cultural en forma de evitar la detección (sanciones). Esto sugiere procesos diferentes a los que se cree que guían el comportamiento de elección como en da Hora y Sampaio. Aunque los investigadores experimentales han abordado el comportamiento social desde la década de 1950 (por ejemplo, Azrin y Lindsley, 1956), los experimentos de metacontingencia presentan nuevas estrategias para identificar los procesos básicos que rodean los fenómenos culturales. El propósito de este capítulo es revisar los estudios básicos de laboratorio sobre la metacontingencia. Comenzamos con una descripción de cómo se desarrolló el concepto de la metacontingencia antes de cualquier trabajo experimental extenso. A continuación, describimos el método empleado para seleccionar los artículos a revisar. A continuación, presentamos las estrategias y tácticas experimentales que se emplean habitualmente en la investigación básica de laboratorio y describimos los principales temas, resultados y limitaciones de este trabajo. Por último, cerramos el capítulo con un debate sobre las limitaciones, las críticas comunes y las recomendaciones para la investigación. Construir un análisis experimental de la selección cultural Uniendo conceptos del análisis de la conducta, la antropología (por ejemplo, Harris, 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los 123 procesos básicos 1964, 1979; Malagodi, 1986; Malagodi y Jackson, 1989) y la biología (Hull, Langman y Glenn, 2001), los científicos de la conducta exploraron lo que podría suponer un análisis conductual de la cultura, la cooperación y las prácticas culturales y debatieron si está dentro del ámbito de la 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 124 análisis de la conducta (por ejemplo, Glenn, 1986, 1988; Malagodi y Jackson, 1989; Ulman, 1978, 1998, 2006; Vargas, 1985). Glenn (1986) postuló que las contingencias diferentes a las del nivel operante seleccionan las prácticas culturales. Propuso la metacontingencia como "la unidad de análisis que describe la relación funcional entre una clase de operantes, cada operante con su propia consecuencia inmediata y única, y una consecuencia a largo plazo común a todas las operantes de la metacontingencia" (p. 2), una definición que ahora se asocia más estrechamente con la macrocontingencia. La definición más recientemente propuesta de la metacontingencia es la "relación contingente entre (1) contingencias conductuales recurrentes entrelazadas que tienen un producto agregado y (2) la selección de eventos o condiciones ambientales" (Glenn et al., 2016, reimpreso en el Cap. 2, este volumen). Sin embargo, la definición de metacontingencia también ha sido ampliada por Houmanfar, Rodrigues y Ward (2010). La metacontingencia de cinco términos incluye el entorno cultural-organizativo → los comportamientos sociointeresados → la PA → las prácticas de consumo → la generación de reglas de grupo. El trabajo de Glenn (1986) condujo a posteriores trabajos teóricos y conceptuales (por ejemplo, Glenn, 1988, 1989, 2004) en los que avanzó y refinó los conceptos iniciales. Muchos científicos del comportamiento que trabajan en instituciones sociales, comunidades y organizaciones adoptaron la metacontingencia en sus esfuerzos por desarrollar una comprensión de la selección de fenómenos culturales como la apatía (Kunkel, 1991), la educación (Greenspoon, 1991), los entornos penitenciarios (Ellis, 1991), los sistemas políticos (Rakos, 1991), entre otros. Estos trabajos eran coherentes con la sugerencia de Glenn (2004) de que la metacontinuidad podría explicar la selección de prácticas culturales o "patrones similares de contenido conductual, generalmente resultantes de similitudes en los entornos" (p. 140). 1 La propuesta de que las contingencias conductuales entrelazadas producidas por dos o más individuos que trabajan juntos y su producto resultante podían ser seleccionadas era seductora. Era tan convincente que muchos colaboradores de Lamal (1991) interpretaron las relaciones metacontingentes que podrían explicar diversos fenómenos culturales. Malott (2003) introdujo la metacontingencia en el ámbito del análisis de los sistemas de comportamiento y de los científicos del comportamiento que trabajan en entornos organizativos. Glenn y Malott (2004) atrajeron la atención de varios destacados analistas de la conducta que publicaron comentarios y respuestas a la metacontingencia (por ejemplo, Hayes y Houmanfar, 2004; Mattaini, 2004; Pennypacker, 2004; Sandaker, 2004; Ulman, 2004). En 2005 se celebró en Campinas (Brasil) el primer Think Tank sobre Comportamiento y Cultura (Todorov y Malott, 2005). No todos los académicos que asistieron al primer Think Tank aceptaron la metacontingencia ni estaban convencidos de que fuera necesario un nuevo concepto (más allá de la operante) o un tercer tipo de selección (selección cultural) para una explicación selectiva de la cultura (por ejemplo, véase Branch, 2006; Marr, 2006; Mattaini, 2006). Las preocupaciones eran comprensibles; todavía no había ningún análisis experimental, observaciones o demostraciones que confirmaran que las contingencias conductuales entrelazadas y los productos agregados podían ser seleccionados y que las contingencias que explicaban la selección diferían de las contingencias operantes. El primer experimento Ulman (1978) proporcionó un concepto anterior de la macrocontingencia sin una definición funcional, que más tarde se definió como "un conjunto de acciones diferentes (topografías) de 1 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los distintos individuos procesos básicos bajo un control postcedente común" (Ulman, 1998, p. 209). 125 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 126 (Vichi, Andery, & Glenn, 2009)2 inspiró lo que rápidamente se convertiría en una importante asociación entre los principales estudiosos de la Ciencia del Comportamiento de la Cultura (CBS), en particular los de Brasil, Noruega y Estados Unidos. Estas asociaciones sirvieron de impulso para nuevos experimentos sobre la metacontingencia, como demuestra la plétora de estudios publicados desde entonces. Método Se realizaron búsquedas de "metacontingencia" en la base de datos PsycINFO. Para ser incluidos, los artículos debían ser revisados por pares e incluir el término "metacontingencia" en el título, el resumen o las palabras clave. El resultado fueron 90 artículos publicados en inglés. Los artículos se buscaron hacia adelante (utilizando las citas de Google Scholar) y hacia atrás (búsqueda manual) para identificar otros artículos que se citaban en uno de los artículos identificados o que citaban uno de los artículos previamente identificados. Los artículos resultantes también se buscaron hacia adelante y hacia atrás. Este proceso continuó hasta que todos los artículos que se citaban o habían citado los artículos seleccionados estaban en la lista maestra. Un total de 154 artículos publicados en inglés hasta 2018 cumplían los criterios de inclusión. Esta lista se refinó aún más para excluir los artículos que no implicaban una manipulación experimental (por ejemplo, artículos que eran con- ceptuales, teóricos, descriptivos, aplicados o interpretativos), dejando 29 artículos. A continuación, los autores añadieron los artículos publicados en 2019 que también cumplían los criterios de inclusión. Se completó una búsqueda manual en Perspectives on Behavior Science, BSI, The Psychological Record, The European Journal of Behavior Analysis, Revista Brasileira de Análise do Comportamento y Revista Latinoamericana de Psicología para identificar artículos de 2019. Tres artículos cumplieron los criterios de inclusión, lo que dio como resultado 32 trabajos. A continuación, se excluyeron nueve estudios adicionales que no se realizaron en un entorno de laboratorio (es decir, el experimentador se encargó de las microculturas experimentales)3 o se centraron en con- ceptos distintos de la metacontingencia, lo que dejó 21 artículos. Por último, los autores añadieron los artículos publicados en portugués que cumplían los criterios de inclusión. 4 Estos artículos se obtuvieron identificando primero los incluidos en la bib- liografía de Zilio (2019) y los trabajos publicados en revistas con revisión por pares descritos por Martins y Leite (2016), y posteriormente persiguiendo estos artículos tanto hacia adelante como hacia atrás, como se ha descrito anteriormente. Se identificaron 20 artículos y se añadieron a la lista maestra. En total, se incluyen en la revisión 41 artículos, divididos en siete categorías basadas en la estrategia experimental (véase la Tabla 6.1). El experimento se basa en la tesis de maestría del primer autor, terminada en 2004, pero no publicada hasta 2009. 3 Una microcultura experimental se define como un grupo de dos o más individuos que trabajan juntos para completar una tarea, a menudo arbitraria o diseñada por el experimentador para promover comportamientos coordinados, en un entorno experimental (analógico o artificial). 2 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los 127 4 Los autores podrían haber revisado también trabajos publicados en japonés e italiano; sin embargo, procesos básicos la decisión de añadir finalmente trabajos publicados en español y portugués se basó no sólo en el dominio de los autores de varios idiomas, sino también en el hecho de que gran parte del trabajo experimental sobre la metacontingencia se ha realizado en universidades de Brasil. 124 Tabla 6.1 Estrategias y tácticas experimentales más comunes en los experimentos de metacontingencia revisados Estrategia experimental IPDG Matriz Operante IBC Elección de X o Y o Las consecuencias del color de la tarjeta individuales dependen de las elecciones de todos los participantes Elección de filas Las elecciones de los pares o impares participantes son DS para otros participantes Experimentos Costa et al. (2012) Morford y Cihon (2013) Ortu et al. (2012) Filas de diferentes colores Vichi et al. (2009) Franceshini et al. (2012) Tadaiesky y Tourinho (2012) Cavalcanti et al. (2014) Pavanelli et al. (2014) Soares et al. (2012) Soares et al. (2015) Marques y Tourinho (2015) Borba et al. (2017) Gomes y Tourinho (2016) Hosoya y Tourinho (2016) Soares et al. (2018) Soares et al. (2019) Alves et al. (2018) Guimarães, Leite, et al. (2019) Guimarães, Picanço y Tourinho (2019) T. M. Cihon et al. CC Contingente a Secuencia de elecciones (por ejemplo, XXXX o YYYY) Inserción de cuatro números que generan sumas impares La suma de los números de los Relación entre las sumas de los participantes es SD para otros participantes (es decir, la suma del participantes participante A es menor que la del participante B) LibreCulturista Pulsando sobre el grifo de la pantalla Los clics de los participantes son las SD de otros participantes Tablero de ajedrez Pieza en movimiento El movimiento del participante Reunión en áreas particulares del es SD para el movimiento de consejo otro participante Otros Diferencia de tiempo entre clics Angelo y Gioia (2015) Baia et al. (2017) Caldas y Andery (2016) Saconatto y Andery (2013) Vieira et al. (2016) Baia et al. (2015a) Baia et al. (2015b) Baia et al. (2019) de Toledo et al. (2015) de Toledo y Benvenuti (2015) Velasco et al. (2017) de Carvalho (2017) Vasconcelos y Todorov (2015) de Carvalho, Couto, et al. (2017) Azevedo y Todorov (2016) Alfaix-Melo et al. (2010) Baia y Vasconcelos (2015) Cazador (2012) Neves et al. (2012) Nogueira y Vasconcelos (2015) Sampaio et al. (2013) Smith et al. (2011) 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos Números 125 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 126 Resultados Vichi et al. (2009) se basaron en Wiggins (1969), cambiando a una metodología de investigación de un solo sujeto con una manipulación de metacontingencia. Organizaron a los participantes en dos grupos de tres o cuatro participantes cada uno. Cada participante recibió fichas al inicio del experimento y realizó apuestas individuales en cada ensayo. Después de que todos los participantes hicieran sus apuestas, seleccionaron una fila de una matriz de 8 × 8, y el experimentador anunció una columna. Si la celda de intersección contenía un "+", el experimentador añadía el mismo número de fichas apostadas en ese ensayo, y si contenía un "-", el experimentador quitaba la mitad de las fichas. A continuación, los participantes se repartían las fichas restantes a partes iguales o desiguales. El experimentador seleccionaba las columnas en función de cómo los participantes habían dividido las fichas en el ensayo anterior (sin que los participantes lo supieran). Las metacontingencias se invirtieron en las condiciones A y B, de modo que la consecuencia proporcionada en el ensayo posterior dependía de la distribución equitativa de las ganancias del grupo en la condición A y de la distribución desigual de las ganancias en la condición B. Los resultados (reproducidos posteriormente por Franceshini, Samelo, Xavier y Hunziker, 2012) sugerían que la con-tingencia cultural seleccionaba la distribución de las ganancias de cada grupo en ambas condiciones. Vichi et al. demostraron que las acciones coordinadas de dos o más seres humanos podían ser seleccionadas por las consecuencias contingentes a la producción del resultado agregado, un fenómeno observado en las interacciones sociales y culturales cotidianas, pero que no se había organizado previamente con la precisión que permite el laboratorio. Los científicos del comportamiento cultural continuaron realizando investigaciones de laboratorio sobre la metacontingencia para aislar los procesos básicos que explican la recurrencia de las contingencias conductuales entrelazadas y sus productos agregados. En las siguientes secciones, revisamos estos estudios agrupados por estrategia de investigación. En primer lugar, presentamos las características de la estrategia experimental que permiten evaluar los procesos de selección en relación con las contingencias conductuales entrelazadas (CCI), los productos agregados (PA) y las consecuencias culturales (CC). A continuación, resumimos los estudios correspondientes y sus principales conclusiones. Juegos de dilema del prisionero iterados Algunos científicos del comportamiento cultural han adaptado estrategias y tácticas de los juegos experimentales utilizados por otros científicos sociales (por ejemplo, economía, psicología social, antropología; Axelrod, 1984; Axelrod y Hamilton, 1981) para interpretar y predecir los fenómenos sociales (cf. Camerer y Fehr, 2004). Una de las primeras estrategias basadas en la teoría de juegos que han empleado los científicos del comportamiento cultural es el Juego del Dilema del Prisionero Iterado (IPDG; Costa, Nogueira, & Abreu-Vasconcelos, 2012; Morford & Cihon, 2013; Ortu, Becker, Woelz, & Glenn, 2012). En el típico IPDG hay dos jugadores que han cometido un delito. Han sido detenidos pero la policía no 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 127 tienen suficientes pruebas para condenar a cualquiera de los dos, a menos que un jugador traicione al otro y los jugadores no puedan hablar entre sí. Cada jugador tiene la oportunidad de traicionar a su compañero (desertar) o permanecer en silencio (cooperar) y la elección de hacer una cosa u otra determina la duración de la pena de prisión, que depende de las elecciones de ambos jugadores. Por ejemplo, si un jugador elige desertar pero el otro coopera, el jugador que deserta no recibe ninguna pena de cárcel, pero el jugador que coopera recibe la pena máxima. Sin embargo, si ambos eligen desertar, ambos van a la cárcel; pero la duración de la condena es menor que si fuera el jugador que no desertó cuando el otro sí lo hizo. Si ambos eligen cooperar, ambos irán a la cárcel, pero durante menos años que si ambos hubieran desertado. El mejor resultado para el grupo depende de que ambos jugadores cooperen. Las contingencias individuales promueven la deserción y los jugadores a menudo lo hacen, aunque esto resulte en el peor resultado para el grupo. En los estudios que investigan la metacontingencia, los jugadores ganan puntos eligiendo uno de dos estímulos (por ejemplo, X o Y). La elección está asociada a las ganancias individuales y a las IBC en el sentido de que las elecciones de ambos jugadores afectan al número de puntos que gana el otro jugador, de manera que la combinación de las elecciones de ambos jugadores sirve como PA (por ejemplo, XX, XY, YX, YY; véase la Fig. 6.1). Las dependencias entre las elecciones de los jugadores que determinan las contingencias correspondientes son las CIB; la combinación de las elecciones de los jugadores forman el PA. Juntos forman el culturizador (IBCs + AP; Hunter, 2012). La consecuencia cultural (CC), o los puntos adicionales asignados al grupo (por ejemplo, a los dos jugadores) depende del culturizador, que incluye el PA (en este ejemplo el YY). La adición del CC es una distinción metodológica crítica entre los experimentos de metacontingencia y otras investigaciones conductuales que pueden utilizar un IPDG. Los puntos se dividen a partes iguales entre los jugadores y suelen cambiarse por dinero al final del experimento. Dado que se predice que los jugadores van a desertar dadas las contingencias operantes, la aplicación y retirada de la CC contingente a determinados PA aumenta la probabilidad de cooperar, demostrando así los efectos selectivos de la metacontingencia. Ortu et al. (2012) fueron los primeros en emplear el IPDG para estudiar las metacontingencias. Evaluaron las variaciones individuales y de las CC en las IBC y AP de grupos de cuatro jugadores en cinco experimentos. Los resultados sugirieron que las CC seleccionaron variaciones en el rendimiento diferentes de las que se predecirían basándose únicamente en las contingencias operantes. Investigaciones posteriores realizadas con el IPDG han replicado estos resultados (Costa et al., 2012; y una de las dos microculturas en Morford & Cihon, 2013). Además, estos estudios han explorado las variables que podrían promover o favorecer la respuesta coordinada en las manipulaciones de metacontingencia, como permitir o no la comunicación entre los participantes en las microculturas (Costa et al., 2012; Morford & Cihon 2013) Costa et al. (2012), por ejemplo, encontraron que aunque la comunicación facilitaba la coordinación, no la aseguraba. Morford y Cihon (2013) dieron a los participantes la oportunidad de multarse unos a otros y descubrieron que, aunque los jugadores de dos microculturas asignaban multas a otros jugadores, las multas se utilizaban para "castigar" el alejamiento del PA sólo en una de las microculturas e incluso cuando se aplicaban multas no parecían reducir la deserción. 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 128 Fig. 6.1 Ejemplo de estrategia experimental y disposición para estudios de metacontingencia realizados con el IPDG con cuatro jugadores. En este ejemplo, la CC depende de cuatro elecciones X 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 129 Matriz Vichi et al. (2009) ofrecieron una forma de explorar cómo los CIB + AP son seleccionados por los CC. Sin embargo, hubo algunos aspectos de la estrategia experimental que enturbiaron las conclusiones. Tourinho (2013) señaló que la estrategia experimental no distinguía los efectos selectivos de las contingencias operantes de los de las metacontingencias. Además, las CC eran contingentes a las CBI que ocurrieron en el ciclo anterior y la operante y las CC eran iguales, tanto en función (contingente a una CBI) como en tipo (dinero dividido entre el grupo). El grupo de investigación dirigido por Emmanuel Z. Tourinho, de la Universidade Federal do Pará, desarrolló una estrategia que se basa en el experimento original, reconociendo su versatilidad. Hicieron algunos ajustes para controlar las limitaciones y emplearon una matriz en los estudios posteriores. La estrategia básica incluye una matriz de filas y columnas que se muestra a los participantes en la pantalla del ordenador o en un tablero. Las filas están coloreadas y numeradas; cada celda está marcada con un "+" o "-" o un círculo abierto o cerrado. La tarea de cada participante es elegir una fila; cada elección se considera un ensayo. Las elecciones de todos los participantes componen un ciclo que da lugar a una secuencia de filas. Dependiendo del estudio, el experimentador elige una columna después de cada ensayo o ciclo, de acuerdo con la elección del participante o con los CIB. Los experimentadores pueden programar consecuencias operantes contingentes a las elecciones de los participantes y CCs contingentes a las secuencias de filas seleccionadas. En la mayoría de los experimentos, estas secuencias requieren que cada participante responda de forma diferente en función de la elección del otro participante (véase la Fig. 6.2). La estrategia separa las contingencias operantes y las metacontingencias, lo que permite al experimentador manipular cada una de ellas independientemente de la otra. Esto también ha permitido a los investigadores explorar los efectos de las contingencias operantes y las CC de diferentes tipos. Por ejemplo, los experimentadores suelen utilizar fichas canjeables por dinero al final de la sesión o del estudio como consecuencias operantes y objetos donados a una escuela pública como CC. Por último, las contingencias operantes programadas y las metacontingencias pueden administrarse en el mismo ciclo en el que se producen las respuestas, en lugar de ser contingentes a las respuestas del ciclo anterior. Estos ajustes son especialmente destacados después de Tadaiesky y Tourinho (2012); ellos utilizan aspectos tanto de esta estrategia básica como de mantienen muchas tácticas similares a las de Vichi et al. (2009). Tadaiesky y Tourinho (2012) examinaron la selección de un IBC que se componía de la secuencia de elecciones de tres participantes con cuatro microculturas experimentales de tres jugadores cada una. La tarea era similar a la de Vichi et al. (2009) en el sentido de que cada participante apostaba una ficha; sin embargo, las consecuencias individuales eran contingentes a la elección de una ficha de un color específico. Las condiciones incluían una en la que las consecuencias operantes eran contingentes a las respuestas que coincidían con los criterios para producir el PA, una en la que las CC eran contingentes sólo al culturizador, y una que incluía tanto las operantes como las CC (diseño ABCA). Los resultados sugirieron que las CCs eran necesarias para la recurrencia de las IBCs y que a medida que el número de posibles colores de fichas aumentaba las IBCs objetivo ocurrían con menos frecuencia. 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 130 Cavalcanti, Leite y Tourinho (2014) y Pavanelli, Leite y Tourinho (2014) utilizaron un procedimiento de conformación en la matriz para explorar la 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 131 (2004) sobre la complejidad del entorno y de los componentes. Cavalcanti et al. examinaron la complejidad en relación con el número y el tipo de variables externas que pueden afectar a un grupo u organización. En su primer experimento, abordaron la complejidad ambiental y descubrieron que en ambas microculturas, los participantes Fig. 6.2 Ejemplo de estrategia experimental y disposición para estudios de metacontingencia realizados con la matriz. En este ejemplo, la CC es contingente en tres filas de diferentes colores 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 132 produjeron sistemáticamente la CC. En el segundo experimento, Cavalcanti et al. añadieron la complejidad de los componentes y la complejidad del entorno; el número de criterios para producir la CC y el número de participantes aumentaron en las fases sucesivas. La selección del CIB no fue tan evidente como en el experimento 1; Cavalcanti et al. señalaron que el aumento de ambos tipos de complejidad simultáneamente probablemente afectó a sus resultados. Pavanelli et al. reprodujeron el aumento de la complejidad de los componentes de Cavalcanti et al. sustituyendo a los participantes cada pocos ensayos para formar generaciones y descubrieron que los microcultivos producían sistemáticamente los cultores objetivo incluso cuando los participantes cambiaban entre generaciones. Soares, Cabral, Leite, y Tourinho (2012), Soares, Martins, Leite, y Tourinho (2015), y Marques y Tourinho (2015) demostraron además la importancia de la relación contingente entre el cultor y el CC. Soares et al. (2012) lo hicieron bajo esquemas de RV y FR de las CCs; y en una preparación similar a las investigaciones de la conducta supersticiosa a nivel operante, Marques y Tourinho encontraron que los eventos culturales no contingentes eran sólo moderadamente efectivos en el desarrollo y mantenimiento de las IBCs y APs no específicas. Tanto Marques y Tourinho (2015) como Soares et al. (2015) encontraron además que los culturantes disminuían su frecuencia cuando se sometían a contingencias de extinción. La preparación de la matriz también se ha utilizado para evaluar situaciones en las que las ganancias para el individuo y las ganancias para el grupo son mutuamente excluyentes (Borba, Tourinho, & Glenn, 2017; Gomes & Tourinho, 2016; Hosoya & Tourinho, 2016; Soares et al., 2018; Soares, Martins, Guimarães, Leite, & Tourinho, 2019). Borba et al. (2017), los primeros en explorar esto, organizaron la competencia entre operantes y CCs para que los partici- pantes se involucraran en el "autocontrol ético". Borba et al. (2017) sugieren que el autocontrol ético se produce cuando un individuo elige una respuesta que produce una conse- cuencia que es beneficiosa para el grupo, incluso si puede no ser inmediatamente beneficiosa para el individuo. A lo largo del experimento, las elecciones de las filas impares produjeron tres fichas y las elecciones de las filas pares produjeron solo una ficha; las fichas se intercambiaron por dinero. Cuando la metacontingencia estaba en vigor, los CC (artículos escolares) estaban supeditados a un PA de filas pares diferentes. Así, para producir CCs, todos los participantes necesitaban producir consecuencias individuales menores. Los resultados sugirieron que las elecciones autocontroladas etílicamente se producían de forma consistente para cada grupo una vez que contaban con la CC y se mantenían a través de las generaciones. Gomes y Tourinho (2016) mostraron efectos similares cuando las contingencias operantes eran de mayor magnitud y Hosoya y Tourinho (2016) incluyeron medidas de la conducta verbal de los participantes que mostraron, como era de esperar, que la comunicación de los participantes normalmente tomaba la forma de solicitudes de información, instrucciones o declaraciones que indicaban acuerdo. En otras evaluaciones de la competencia entre operantes y metacontingencias, Soares et al. (2018) encontraron que tanto las CCs no verbales como las verbales tenían efectos selectivos sobre los cultores objetivo; sin embargo, su eficacia, sola o combinada, estaba influida por la presencia o ausencia de competencia entre operantes y CCs, así como por la secuencia de condiciones experimentales a las que se exponían los microculturas. Soares et al. (2019) observaron que los cultivadores objetivo se seleccionaban en las condiciones CRF y VR3 cuando no había competencia entre operante y CCs, pero esto sólo ocurría, y lo hacía raramente, 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos cuando había competencia. 133 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 134 Recientemente, la estrategia matricial se ha utilizado en estudios que exploran los efectos del refuerzo negativo y el castigo en la selección de cultores (Alves, de Carvalho, & Tourinho, 2018; Guimarães, Leite, de Carvalho Neto, Tourinho, & Tonneau, 2019; Guimarães, Picanço, & Tourinho, 2019). Alves et al. (2018) encontraron que el refuerzo negativo produjo un mayor porcentaje de PA para una de las dos tríadas. Guimarães, Picanço, y Tourinho (2019) analizaron los efectos del castigo negativo en los cultores impulsivos -aquellos que produjeron una consecuencia operante de mayor magnitud, impidiendo la producción de una CC. Los resultados indicaron que el castigo negativo generalmente redujo los culturantes impulsivos y pareció fortalecer los culturantes de autocontrol en dos de tres microculturas. Guimarães, Leite, et al. (2019) replicaron los efectos del castigo operante en los operantes y los efectos del castigo cultural en los cultores. Además, los cambios en las contingen- cias operantes dieron lugar a cambios en las IBC y AP, y los cambios en las metacontingencias dieron lugar a los correspondientes cambios en los operantes. La tarea de los números El grupo de investigación de Maria Amália Andery en São Paulo desarrolló una estrategia experimental denominada Tarea de Números. La preparación básica consiste en que los participantes coloquen números en una caja debajo de números generados por el ordenador (véase la Fig. 6.3). Los participantes reciben puntos si introducen un número que produce un número impar cuando se suma con el número generado por el ordenador. Si la suma entre el número generado por el ordenador y el número introducido por el participante es par, se muestra un mensaje de "error" y se deducen puntos de la cantidad generada. Estas contingencias se mantienen generalmente constantes en todas las condiciones. Cuando la metacontingencia está en vigor, la CC depende de una combinación concreta de la suma de los números introducidos por cada participante. La CC se aplica si la suma del número del primer participante es menor que la suma del número del segundo participante. En los experimentos con tres participantes, la CC se produce si la suma del segundo participante es mayor que la del primero y menor que la del tercero; la suma del tercer participante debe ser la más alta. La estrategia de los números permite a los experimentadores manipular las CC y mantener constantes las contingencias operantes. Esta serie de estudios amplía la investigación realizada con conceptos y principios operantes, por ejemplo, explorando los efectos de los horarios de refuerzo, pero en este caso las CC son contingentes a los culturantes (Angelo & Gioia, 2015; Baia, Lemes, Biano, Pereira, & Sousa, 2017; Caldas & Andery, 2016; Saconatto & Andery, 2013; Vieira, Andery, & Pessôa, 2016). Angelo y Gioia (2015), por ejemplo, examinaron si un aumento abrupto de la proporción fija de entrega de la CC mantendría un cultor. Los resultados para un grupo mostraron que la tasa del PA aumentó con incrementos en el tamaño de la proporción y se extinguió después del inicio de una condición de extinción. Para el otro grupo, un FR1 produjo la tasa más alta de PA, y el PA fue casi extinguido en el FR10. Caldas y Andery (2016), en una simple exploración de los efectos selectivos de las CCs en los cultores, replicaron los resultados de los experimentos anteriores 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 135 Fig. 6.3 Ejemplo de estrategia experimental y disposición para estudios de metacontingencia realizados con la tarea de números con dos participantes. En este ejemplo, la CC depende de que P1 introduzca una suma menor que la introducida por P2 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 136 en una de las dos microculturas estudiadas. Y, en un análogo del entrenamiento de la discriminación, Vieira et al. (2016) demostraron que los culturistas pasaron a estar bajo control contextual y se transmitieron a las nuevas generaciones. Otro grupo de estudios se centró en la manipulación de las dimensiones de las consecuencias operantes y los efectos correspondientes en los cultores (Baia, Azevedo, Segantini, Macedo, & Vasconcelos, 2015a, 2015b; Baia, Lemes, da Silva, dos Santos Baia, & Cabral Biano, 2019). Por ejemplo, Baia et al. (2015a) mostraron la selección de cultores por diferentes tipos de operantes y CCs y Baia et al. (2015b) evaluaron los efectos del individuo y de CCs de diferentes magnitudes. Baia et al. (2015b) mostraron que ambos grupos adquirieron operantes y culturantes objetivo, pero el grupo que contactó con CCs de mayor magnitud produjo antes los PA objetivo. Sin embargo, al igual que en Baia et al. (2015a), ambos grupos mantuvieron altas frecuencias de operantes y culturantes a lo largo de las fases de extinción. En un experimento de seguimiento, Baia et al. (2019) encontraron que dos tríadas produjeron culturantes en niveles altos a lo largo del experimento y que el porcentaje de respuestas individuales (produciendo sumas impares) que estaban previamente ligadas al refuerzo operante ocurrieron en niveles más bajos cuando sólo los CCs (sin contingencias operantes) estaban en efecto. Libre-Culturista Adaptado de las estrategias de free-operant utilizadas para estudiar el comportamiento social, el free-culturant es un software desarrollado para la investigación de metacontingencias (de Toledo et al., 2015). Está inspirado en un procedimiento desarrollado por Skinner (1938) que se conoció como free-operant. Es libre porque permite investigar la conducta en un contexto experimental en el que los sujetos pueden responder en cualquier momento; es operante porque las respuestas dirigidas cambian en función de sus consecuencias. En los estudios de metaconciencia, el participante responde haciendo clic en el grifo de la pantalla. Debajo de cada pulsación se muestra una jarra. Las contingencias individuales se organizan para los clics individuales y las metacontingencias se organizan para la coordinación temporal de los clics de tres participantes (IBC). Las respuestas coordinadas van seguidas de "incrementos de agua" en una jarra de agua visualizada (AP; véase la Fig. 6.4). de Toledo et al. (2015) organizaron condiciones en las que los operantes y los CCs entraban en conflicto o no. Los resultados mostraron que: (1) las respuestas individuales se mantenían en niveles altos cuando sólo existían contingencias operantes; (2) los cultores se mantenían en niveles bajos en ausencia de CCs y aumentaban bajo CCs; y (3) los aumentos en la frecuencia de los cultores fueron a veces seguidos de disminuciones en las respuestas individuales. Los resultados primero y segundo fueron replicados por de Toledo y Benvenuti (2015), pero el tercer resultado solo se produjo en dos de cuatro tríadas. Algunos también han utilizado la estrategia de operante libre para estudiar las metacontingencias con participantes no humanos (de Carvalho, 2017; Velasco, Benvenuti, Sampaio, & Tomanari, 2017). de Carvalho (2017) demostró que dos parejas de peces arcoíris emitían y mantenían el PA objetivo. Velasco et al. (2017), 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos alternando entre individuos 137 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 138 Fig. 6.4 Ejemplo de estrategia experimental y disposición para los estudios de metacontingencia realizados con dos participantes utilizando el cultivador libre. En este ejemplo, la CC depende de un intervalo de un segundo entre los clics de los participantes 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 139 La contingencia y la contingencia mutua, mostraron que la contingencia mutua aumentó los comportamientos coordinados entre tres parejas de palomas. Tablero de ajedrez Otra estrategia y táctica para la investigación básica de laboratorio sobre la metacontingencia se desarrolló durante las discusiones sobre la necesidad de probar experimentalmente la validez de la metacontingencia en una tarea sencilla. João Claudio Todorov y su estudiante de maestría, Isis Vasconcelos, desarrollaron una estrategia en la que las CBI y las PA se definían y medían fácilmente y se restringían las variables de confusión. La estrategia emplea un tablero de ajedrez virtual y dos caballos, cada uno controlado por un participante. Los participantes se turnan para mover sus piezas (dos casillas en vertical y una en horizontal o dos casillas en horizontal y una en vertical). Los IBC son los movimientos entre los jugadores (las casillas ocupadas durante esa interacción coordinada) y el AP se produce cuando las piezas de los dos jugadores se encuentran en casillas adyacentes del tablero (véase la Fig. 6.5). Los experimentadores pueden programar las dimensiones del tablero, el número de jugadores, los tipos de movimientos posibles, el lugar en el que se refuerzan los encuentros y los mensajes de retroalimentación. Vasconcelos y Todorov (2015) fueron los primeros en emplear la estrategia del tablero de ajedrez para estudiar los efectos de los CC en la variabilidad de los CIB y los PA. Demostraron que el lugar de encuentro (AP) podía configurarse a través de aproximaciones sucesivas a áreas específicas del tablero, resultados replicados por de Carvalho, Couto, de Souza Gois, Sandaker y Todorov (2017), quienes también demostraron que las CCs producían estereotipia tanto para las IBCs como para las APs. Azevedo y Todorov (2016) mostraron que los culturantes ocurrieron con mayor frecuencia en presencia de una variable contextual correlacionada con la disponibilidad de un CC que en presencia de una variable contextual que no estaba correlacionada con la disponibilidad de un CC. Estrategias y tácticas adicionales Se han desarrollado otras estrategias y tácticas para explorar diferentes aspectos de los fenómenos culturales. Smith, Houmanfar y Louis (2011), por ejemplo, diseñaron un programa informático para simular una tarea a la que podrían enfrentarse los empleados de una organización. Evaluaron los efectos diferenciales de las instrucciones explícitas, implícitas o la ausencia de ellas en la producción del PA objetivo. Los resultados mostraron que los IBCs y APs objetivo fueron seleccionados por la CC (retroalimentación del consumidor) y que las reglas explícitas fueron más efectivas para generar los APs objetivo. Los investigadores que han desarrollado estrategias experimentales más allá de las presentadas hasta ahora proporcionan un apoyo adicional a los efectos selectivos de las CC en los cultores objetivo (Alfaix-Melo, Souza, & Baia, 2010; Baia & Vasconcelos, 2015; Hunter, 2012; Neves, Woelz, & Glenn, 2012; Nogueira & Vasconcelos, 2015; Sampaio et al., 2013; Smith et al., 2011). En cada caso, los 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos resultados también diferencian entre operantes y CCs. 140 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 141 Fig. 6.5 Ejemplo de estrategia experimental y disposición para los estudios de metacontingencia realizados con el tablero de ajedrez. En este ejemplo, las CCs están supeditadas a encontrarse en la zona central del tablero 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 142 Debate El trabajo teórico de Glenn (por ejemplo, Glenn, 1988, 2004) contribuyó significativamente a avanzar en la comprensión de la selección cultural, como se evidencia en esta revisión. La investigación básica de laboratorio sobre la metacontingencia llevada a cabo hasta ahora sugiere, en primer lugar, que las IBC y las AP pueden ser seleccionadas diferencialmente por las conse- cuencias culturales (por ejemplo, Ortu et al., 2012; Soares et al., 2012; Vichi et al., 2009), confirmando así las propiedades selectivas de las CC en los cultores. En segundo lugar, se ha demostrado la replicación a través de estrategias y tácticas experimentales, en grupos con tan solo dos y hasta cuatro participantes (por ejemplo, de Carvalho, 2017; Hunter, 2012; Ortu et al., 2012; Sampaio et al., 2013), o cuando los repertorios se transmiten a nuevos participantes a través de generaciones (por ejemplo, Baia et al., 2015a; Pavanelli et al., 2014; Saconatto & Andery, 2013). En tercer lugar, la investigación sugiere que los culturizadores objetivo se forman y seleccionan cuando la comunicación entre los participantes está restringida (por ejemplo, Costa et al., 2012; Morford & Cihon, 2013), pero que si se permite la comunicación, los culturizadores se forman más fácilmente (por ejemplo, Costa et al., 2012; Hosoya & Tourinho, 2016). En cuarto lugar, los culturistas son sensibles al control aversivo (por ejemplo, Guimarães, Leite, et al., 2019; Guimarães, Picanço, & Tourinho, 2019; Saconatto & Andery, 2013), así como a otros paralelos de los principios operantes básicos, como los horarios de refuerzo (por ejemplo, Angelo & Gioia, 2015; Soares et al., 2019; Soares et al., 2015) y la extinción (por ejemplo, Angelo et al.; Baia et al., 2015b). Por último, se han seleccionado cultores cuando el operante y las CCs no son concurrentes (e.g., Baia et al., 2017; Caldas & Andery, 2016) y en condiciones en las que la consecuencia operante de mayor magnitud es concurrente con la producción de las CCs (e.g., Borba et al., 2017; Ortu et al., 2012). Dado lo reciente del inicio de los análisis experimentales de la metacontingencia, todavía hay una serie de variables que no se han explorado experimentalmente. Un aspecto a menudo criticado de la investigación básica de laboratorio sobre la metacontingencia es la dependencia de estrategias y tácticas experimentales basadas en la teoría de los juegos, la psicología social y la economía del comportamiento (por ejemplo, Zilio, 2019). Los teóricos de los juegos asumen que los participantes tomarán las decisiones racionales basadas en su tendencia a comportarse de manera que maximicen sus consecuencias disponibles. Basándose en el concepto de Equilibrio de Nash, los estudios ajenos al análisis de la conducta realizados con estrategias derivadas de la teoría de los juegos suelen basarse en el diseño de grupos, presentaciones de un ensayo/ciclo y escenarios hipotéticos que se cree que sirven como análogos a los entornos sociales (Camerer & Fehr, 2004; véase también Vichi et al., 2009 para una discusión detallada). Zilio (2019) señala que estas estrategias experimentales, y la metacontingencia en particular, no ofrecen más que un concepto procedimental, proporcionando pruebas poco convincentes de los efectos selectivos de la metacontingencia, ya que la cooperación se ha estudiado utilizando estas estrategias experimentales mucho antes de la conceptualización de la metacontingencia (por ejemplo, Azrin & Lindsley, 1956). Aunque algunos pueden considerar que los datos no apoyan completamente el "tercer tipo de selección" de Skinner (1981), parece que hay datos suficientes para sugerir que los cultores pueden ser seleccionados por las CC, proporcionando evidencia de selección más allá de la del operante individual utilizando estrategias experimentales que no se 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 143 derivan de la teoría de juegos o se basan en la elección racional (por ejemplo, Saconatto & Andery, 2013; Smith et al., 2011; Toledo et al., 2015). 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 144 En segundo lugar, los resultados de los experimentos no siempre se replican entre microculturas experimentales (por ejemplo, Morford y Cihon, 2013) o experimentos (por ejemplo, Franceshini et al., 2012). Esto sugiere que, al menos en algunos experimentos, hay variables que no están bajo el control del experimentador. Aunque se han desarrollado muchas estrategias y tácticas, puede ser necesario prestar cierta atención para perfeccionarlas y reducir los posibles efectos de las variables extrañas. A la inversa, las distintas estrategias y tácticas tienen características únicas que pueden ser ventajosas (o desventajosas) según la pregunta experimental. Además, si todos los estudios se realizaran con una sola estrategia experimental, la generalidad de los resultados sería limitada. En tercer lugar, Mattaini (2019), por ejemplo, planteó la preocupación de que la investigación básica de laboratorio que incorpora microculturas experimentales no puede dar cuenta de todos los aspectos que son importantes para una cuenta conductual completa de la cultura. Sin embargo, los científicos del comportamiento han luchado para ponerse de acuerdo en una definición de cultura (por ejemplo, Glenn, 2004; Mattaini, capítulo 3 en este volumen; Sandaker, 2009; Skinner, 1953, 1987) y otros enfatizan las diferencias entre las microculturas experimentales y la "cultura" como un fenómeno social, particularmente aquellos que adoptan los principios de los sistemas generales (por ejemplo, Krispin, 2017, 2019). Skinner (1953), por ejemplo, definió la cultura como un conjunto de contingencias que controlan el comportamiento o, "un conjunto particular de condiciones bajo las cuales un gran número de personas crecen y viven" (p. 430), una definición adoptada de manera similar por Mattaini (este volumen), quien enfatiza que una cultura es una red de contingencias. Estas definiciones difieren de las que hacen hincapié en las entidades que componen la cultura (Glenn, 1988), como "los patrones de comportamiento aprendido transmitidos socialmente, así como los productos de ese comportamiento" (Glenn, 2004, p. 139). Las implicaciones de los puntos de vista contrapuestos sobre la cultura aún no son destacables en los análisis experimentales realizados hasta ahora. En las culturas, existen historias entre los miembros que no suelen estar presentes en las microculturas experimentales, a menos que sean explícitamente organizadas o controladas por los experimentadores. Hay "códigos sociales" ya establecidos en las culturas que describen y rigen las contingencias que existen dentro de la cultura. Aunque a menudo son tácitos, funcionan de forma muy parecida a las redes de contingencias descritas por Mattaini (este volumen). Los ejemplos paralelos a la discusión de Skinner (1957) sobre el control de la audiencia ilustran esto en escenarios en los que ciertas respuestas son más o menos propensas a contactar con el refuerzo en presencia de diferentes audiencias (comunidades). Estos son, tal vez sólo recientemente ganando la atención de los científicos de la conducta cultu- ral que están explorando los efectos de las variables contextuales en los cultores (por ejemplo, Azevedo & Todorov, 2016; Vieira et al., 2016). Algunos pueden argumentar que puede no ser fructífero comparar los resultados de la investigación realizada con microculturas experimentales con las prácticas culturales de los miembros de una comunidad. Incluso ahora, algunos sugieren que las microculturas experimentales pueden restringir los tipos de preguntas experimentales que hacen los científicos del comportamiento cultural, en particular en lo que se refiere a la emergencia, la complejidad y la autoorganización (Krispin, 2017, 2019; Mattaini, 2019; véase también Bento et al., capítulo 4 de este volumen). Una cuarta y relacionada limitación de la investigación básica de laboratorio 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 145 sobre la metacon- tingencia es que ninguna ha dispuesto explícitamente el estudio de los principios de autoorganización. Es poco probable que la evolución de las culturas dependa únicamente de una entidad externa que organice las CC (véanse también Skinner, 1953 y Lemos y Todorov, Cap. 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 146 8 en este volumen para un análisis de los organismos de control). ¿Qué podría ocurrir en los estudios básicos de laboratorio, por ejemplo, si los miembros de la propia microcultura fueran responsables de la creación y el control de las CC sin el apoyo de una entidad externa? Cuestiones experimentales como estas también se ven respaldadas por los debates recientes sobre la autoorganización y los llamamientos a tender un puente entre los conceptos de la teoría general de sistemas y un análisis conductual de la cultura (por ejemplo, Krispin, 2017, 2019; Marr, 2006; Mattaini, 2006, 2019, también el capítulo 3 de este volumen). Los científicos del comportamiento de la cultura podrían encontrar estudios que evalúen si los culturistas seleccionados por sus propios PA muestran apoyo a los bucles de retroalimentación positiva y negativa o reflejan la autoorganización, mientras que los culturistas seleccionados por una entidad externa responsable de la entrega de los CC son más o menos sensibles a estas variables. Los estudios que incorporan estrategias y tácticas experi- mentales para explorar si los procesos de selección afectan a las redes de contingencias y los que examinan la generación de reglas por parte de los participantes serían valiosos para avanzar en un relato conductual de lo que algunos científicos del comportamiento llaman cultura (véase también Houmanfar et al., 2010). Como se mencionó anteriormente, algunos investigadores han comenzado a explorar los estímulos contextuales (por ejemplo, Azevedo & Todorov, 2016; Vieira et al., 2016). Estos estudios pueden servir como precursores de las investigaciones que exploran los componentes de la metacontingencia de cinco términos, como el entorno cultural (por ejemplo, Ardila Sánchez, Houmanfar y Alavosius, 2019), los contextos motivadores (por ejemplo, Mattaini, 2013) o la demanda de los consumidores y del mercado (por ejemplo, Foxall, 2010). Dichos estudios pueden proporcionar una visión de los aspectos del entorno cultural que incluyen no solo los productos del comportamiento operante, como las normas, la moral y las leyes, sino también las variables ambientales, como los recursos y las mejoras tecnológicas, variables que están notablemente presentes y son importantes para la sociedad humana. Los estudios que han comenzado a investigar los efectos de la competencia entre operantes y CCs y otros que exploran el autocontrol ético (por ejemplo, Borba et al., 2017; Gomes & Tourinho, 2016) ilustran las propiedades selectivas de las CCs cuando las contingencias operantes están en conflicto con las CCs. La investigación en esta área y los estudios que exploran y analizan las propiedades selectivas de las contingencias e interacciones institucionales comunes en los sistemas complejos pueden resultar importantes para el desarrollo de una comprensión más completa de la evolución de las culturas. En quinto lugar, existen preocupaciones respecto a la escala temporal de las microculturas, como por ejemplo si duran lo suficiente como para reflejar la transmisión de las prácticas culturales a través de las generaciones (por ejemplo, Harris, 1964) y el número de participantes que trabajan al mismo tiempo en las microculturas experimentales. Cabe destacar que la investigación básica de laboratorio ha incorporado estrategias de sustitución de participantes que se cree que sirven como análogos a las generaciones; sin embargo, los participantes cambian cada 20 ciclos aproximadamente y generalmente hay menos de 20 generaciones en cada experimento. Además, ningún experimento ha incluido más de cuatro miembros de una microcultura a la vez. Dado que las estrategias y tácticas basadas en la teoría de los juegos predicen que la cooperación disminuye a medida que aumenta el número de participantes en la microcultura, es posible que la 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 147 investigación existente no sea representativa de las relaciones entre culturas y entornos en los que hay un mayor número de personas en una determinada "cultura", como en las organizaciones o comunidades. La preocupación por el hecho de que microculturas experimentales aparentemente sencillas y complejas puedan ser análogas a las culturas, a la evolución de 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 148 cultura, a la selección de la cultura, y/o a la selección de las prácticas culturales son comprensibles. Se trata de preocupaciones similares a las encontradas en las críticas a la EAB; y, como en ese caso, puede ser útil explorar acuerdos más complejos después de comprender relaciones más simples (Lattal, 2013; Sidman, 1960). Estas variables podrían explorarse desde la perspectiva de la complejidad organizativa planteada por Malott (2003) y Glenn y Malott (2004). Además, se necesitan estudios que incluyan la cooptación y la competencia (incluso entre grupos; véase Couto y Sandaker, 2016; Wilson, Ostrom y Cox, 2013) como variables. Una sexta limitación del conjunto actual de investigaciones es la falta de análisis de las propias CIB o de las interacciones sociales que se producen (o no se producen) entre los participantes. En cambio, gran parte del trabajo básico de laboratorio sobre la metacon- tingencia ha enfatizado la relación contingente entre el PA y el CC y suele centrarse en el PA (por ejemplo, Vasconcelos y Todorov, 2015). En la mayoría de las investigaciones, las CBI se definen cuando la conducta de un participante es el estímulo discriminativo para la conducta del otro. Estos son puntos de mejora y de investigación adicional. Sin embargo, los estudios que han informado sobre las características y topografías específicas de los AP y los IBC (por ejemplo, la variabilidad y la estereotipia; Azevedo & Todorov, 2016; de Carvalho, Couto, et al., 2017; Vasconcelos & Todorov, 2015) pueden ofrecer un comienzo. En una línea similar, podría ser informativo realizar investigaciones que examinen explícitamente el papel de la comunicación y el comportamiento verbal más allá de permitirlo o desautorizarlo en algunas condiciones (por ejemplo, Costa et al., 2012). Muchos experimentadores permiten que los participantes interactúen libremente durante los experimentos (por ejemplo, Marques & Tourinho, 2015; Soares et al., 2018; de Toledo et al., 2015; de Toledo & Benvenuti, 2015; Vichi et al., 2009) y algunos incluso han grabado estas interacciones (por ejemplo, Gomes & Tourinho, 2016; Ortu et al., 2012); sin embargo, estas interacciones rara vez se informan o analizan. Dado que los fenómenos culturales incluyen, y son emergentes, las contingencias sociales y la comunicación (Glenn, 1989; Skinner, 1953), entonces necesitamos emplear trabajos experimentales que acerquen los experimentos a la comprensión de cómo se establecen y mantienen las redes de contingencias a través de la comunicación y la transmisión cultural. Los estudios que han explorado el papel del comportamiento verbal y la comunicación en la producción y selección de los culturizadores (por ejemplo, Sampaio et al., 2013) sugieren que los culturizadores se produjeron y mantuvieron incluso si los participantes no fueron capaces de verbalizar las reglas para la producción de CCs (por ejemplo, Sampaio et al., 2013; Vichi et al., 2009). Los resultados son consistentes con las investigaciones de la respuesta operante que muestran que la capacidad de describir las contingencias responsables de la selección y el mantenimiento de la conducta no es necesaria para que esas consecuencias afecten a la conducta (por ejemplo, Risley y Hart, 1968), lo que recuerda a la distinción etic y emic de Harris (1964). Harris (1964) definió el enfoque emic como aquel en el que "el observador intenta adquirir un conocimiento de las categorías y reglas que debe conocer para pensar y actuar como nativo" y el enfoque etic como aquel en el que "el observador es libre de utilizar categorías y reglas ajenas derivadas del lenguaje de los datos de la ciencia. Implica la medición y yuxtaposición de actividades y acontecimientos que los informantes nativos pueden considerar apropiados o sin sentido" (p. 32). Esta distinción es destacable en las observaciones de 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 149 fuera de los entornos de laboratorio, como se señala en la distinción entre metacontingencias ceremoniales y tecnológicas (véase Glenn, 1986; Lemos y Todorov, cap. 8 en este volumen; Todorov, 2013). Del mismo modo, las personas pueden seguir realizando prácticas culturales que ya no entran en contacto con las contingencias de actuación directa (por ejemplo, Baia et al., 2017), nunca han entrado en contacto con las contingencias de actuación directa (por ejemplo, Marques & Tourinho, 2015), y/o incluso pueden describir las contingencias responsables del mantenimiento de las prácticas culturales que son irrelevantes para las contingencias reales que están en vigor (por ejemplo, Caldas & Andery, 2016). Como se ha mencionado anteriormente, se ha explorado la transmisión de las prácticas culturales a través de las generaciones, pero se necesita más trabajo. Es necesario llevar a cabo experimentos que aíslen variables que ayuden a los participantes a tactar y transmitir con mayor precisión las reglas relativas a las contingencias que mantienen las IBC o que exploren cómo persisten las metacontingencias ceremoniales. Aquellos versados en la práctica e intervención comunitaria, así como en la investigación básica de laboratorio, pueden ser capaces de establecer paralelismos entre la distinción etic y emic y la distinción de contenido y proceso, evitando la pérdida de información crítica obtenida a través del enfoque emic o perdida al estudiar el proceso independientemente del contenido. Por último, una de las tendencias de los estudios de laboratorio ha sido la de explorar los principios operantes básicos a nivel cultural; sin embargo, esto podría causar algunas dudas a los escépticos del tercer tipo de selección. No obstante, los resultados de estos estudios son importantes, ya que pueden poner de manifiesto algunas similitudes entre los procesos que operan en los fenómenos operantes y culturales. Además, la simplicidad de la creación de contingencias con CCs que son paralelas a las organizadas para los fenómenos operantes (por ejemplo, los horarios de entrega de consecuencias) puede servir como punto de partida para que los estudios de metacontingencias pasen de arreglos simples a arreglos más complejos a medida que los experimentadores puedan controlar mejor las variables extrañas. Una mayor complejidad en los análogos experimentales, así como un enfoque en una investigación más traslacional, cuyos beneficios han sido notados desde hace tiempo por los investigadores operantes, podrían fortalecer los esfuerzos colectivos hacia una cuenta seleccionista completa del comportamiento (Critchfield, 2011; Poling, 2010) y la cultura. Observaciones finales La confluencia de estas limitaciones, preguntas y desafíos obliga a considerar el papel de los estudios básicos de laboratorio para avanzar en nuestra comprensión de la selección cultural. Una consideración importante es en qué condiciones necesitamos ir al laboratorio y en qué condiciones necesitamos estar inmersos en comunidades, organizaciones, etc. Una situación clara en la que es necesaria la investigación básica de laboratorio con microculturas experi- mentales es la de identificar los mecanismos por los que se forman, mantienen y transmiten la cultura y las prácticas culturales, como cuando aún no se han descubierto nuevas unidades y procesos a nivel cultural, por ejemplo, de forma similar a como se desarrolló el trabajo experimental sobre la metacontingencia. 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 150 Una segunda razón para acudir al laboratorio se produce cuando se proponen nuevos conceptos e interpretaciones de la cultura y los fenómenos culturales. Las evaluaciones de los cinco términos 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 151 La metacontingencia (Houmanfar et al., 2010) y la distinción de Couto y Sandaker (2016) entre la selección cultural y la selección de cultivos aún no se han considerado en los estudios básicos de laboratorio. Krispin (2017, 2019) desarrolla aún más esta última distinción, basándose en conceptos sistémicos como los bucles de retroalimentación positivos y negativos y el recientemente propuesto hiperciclo cultural. En consonancia con los debates anteriores sobre la autoorganización y la cultura definida como una red de contingencias, estos conceptos están listos para el análisis experimental. En tercer lugar, hay situaciones en las que una manipulación experimental de las variables de control no es posible en el entorno natural. En algunos casos, puede haber situaciones en las que no es factible o ético retirar las intervenciones eficaces para demostrar las relaciones funcionales en las comunidades (Cap. 9, este volumen). Por ejemplo, en los estudios que exploran cómo la desigualdad de ingresos afecta a la cooperación, podría haber problemas éticos con la manipulación de las disparidades de ingresos con fines de investigación. Estas situaciones requieren una investigación de laboratorio que cree análogos a esas situaciones para aislar las variables responsables de ciertos problemas sociales. No obstante, en los análogos experimentales de cuestiones sociales complejas, debemos prestar especial atención a los detalles, las variables y las contingencias, de modo que sean paralelos a los vigentes en el entorno de interés (por ejemplo, el número de participantes necesarios para un experimento y la duración del mismo para demostrar los linajes culturales). Y lo que es más importante, también tenemos que evitar una brecha entre la investigación básica y la aplicada. En la actualidad nos encontramos en una posición única, ya que gran parte de nuestro trabajo se publica principalmente en unas pocas revistas (por ejemplo, BSI), por lo que en cierto modo estamos protegidos de la brecha entre la investigación y la práctica que destaca en la investigación operante (véase también Critchfield y Reed, 2017; Federov, 2020; Sidman, 2 0 1 1 ), pero si la investigación básica de laboratorio no mantiene su relevancia aplicada, los científicos del comportamiento cultural pueden correr el riesgo de dicha separación. En algún momento tenemos que pasar a la investigación traslacional y a la investigación realizada en entornos culturales y comunitarios. Tenemos que salir del laboratorio (véase también Mattaini, 2019), aunque solo sea para empezar a observar y contar variables de interés. Dada la confluencia de especializaciones representadas en el CBS, una estrategia para lograr este objetivo puede ser formular un continuo y una conversación más claros entre lo básico y lo aplicado. El trabajo de laboratorio con microculturas experimentales hace hincapié en los procesos básicos; el trabajo organizativo proporciona un entorno más controlado, pero aún aplicado, en el que se puede llevar a cabo el trabajo de traslación; y la comunidad es claramente el ámbito aplicado. En la actualidad, existen varios ejemplos de investigación no relacionada con el laboratorio en CBS. Algunos de estos trabajos son descriptivos (por ejemplo, Aspholm & Mattaini, 2017; de Carvalho, Sandaker, & Ree, 2017), interpretativos (Malott & Glenn, 2019), un experimento natural (por ejemplo, Todorov, 2009), o se basa en manipulaciones de variables específicas de los operantes (por ejemplo, Hayashi, da Rocha Woelz, & de Melo, 2019) extendidas a interpretaciones del cambio cultural (Tagliabue & Sandaker, 2019). Se necesita una investigación adicional que manipule explícitamente los CC y evalúe el impacto en los CIB y los PA en entornos organizativos y comunitarios, además de garantizar que la investigación básica de laboratorio comente explícitamente las 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 152 implicaciones aplicadas. Las razones prácticas son, por supuesto, difíciles de eludir, y para ello los científicos del comportamiento cultural podrían necesitar trabajar más interdisciplinariamente para extender la investigación a los entornos organizativos e institucionales, a las políticas públicas y a la abogacía. 6 El análisis experimental en las ciencias del comportamiento: La búsqueda de los procesos básicos 153 Concluimos con lo que creemos que es la pregunta más importante. Como científicos de la conducta cultural, ¿qué debemos hacer para mitigar los problemas a los que se enfrenta la humanidad desde que Skinner (1987) escribiera por primera vez "¿Por qué no actuamos para salvar el mundo? Nuestra búsqueda de procesos básicos comenzó con la creencia de que podemos cambiar el mundo para mejor con una ciencia natural del comportamiento humano y creemos que es posible: Los que vieron el peligro empezaron a hacer algo más que hablar de ello. Comenzaron a estudiar el comportamiento humano con métodos que habían evolucionado primero en la física y la biología. Pasaron de observar lo que la gente había hecho hasta entonces a observar lo que la gente hacía en condiciones totalmente controladas. Surgieron una ciencia y una tecnología del comportamiento libres de ideologías gubernamentales, religiosas y económicas. Se diseñaron mejores prácticas culturales. Mientras tanto, las prácticas más antiguas se debilitaron a medida que sus justificaciones se volvieron sospechosas. Los gobiernos ya no proporcionaban orden y seguridad. Las religiones no daban tranquilidad y se unieron a los gobiernos para amenazar la paz del mundo. Sus respuestas a las preguntas puzling cedieron ante las respuestas de la ciencia. Las instituciones económicas perdieron el control a medida que la automatización destruía tanto la necesidad como el disfrute del trabajo productivo. La educación surgió como la fuerza dominante en el mantenimiento y la transmisión de las prácticas culturales. La especie sobrevivió durante muchos miles de años, y antes de que esos visitantes del espacio exterior llegaran a la Tierra, fueron recibidos por una caravana similar procedente de la propia Tierra. De acuerdo, es un final utópico, pero ¿en cuál de los dos sentidos de la palabra? ¿Se trata de un mundo mejor o de ningún mundo? (Skinner, 1987, p. 14). Referencias Agbota, T. K., Sandaker, I., De Carvalho, L. C., & Couto, K. (2017). Relatos conductuales y culturales de la corrupción en la interfaz entre el funcionario público y el cliente. Revista Brasileira de Análise Do Comportamento, 13(1), 29-41. https://doi.org/10.18542/rebac.v13i1.5261 Alfaix-Melo, M., Souza, E. P., & Baia, F. H. (2010). Experimental metacontingencies: Assessment of cultural consequences role on culturant selection [Metacontingencias experimentales: Evaluación de las consecuencias culturales]. 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En ausencia de alfabetización narrativa, las narrativas maestras que la gente adopte serán más probablemente historias para llamar la atención y otras historias manipuladoras, historias basadas en evidencias débiles e historias que nos atraen porque son consistentes con las narrativas maestras que son consistentes con nuestros reforzadores existentes. Conclusión: Las ciencias de la conducta todavía están en proceso de llegar a un acuerdo sobre las formas en que las historias influyen en nuestro comportamiento. Aunque las narraciones se han utilizado desde la antigüedad para influir en el comportamiento, esa influencia se ha considerado un arte retórico. Una explicación científica sistemática de las historias es muy prometedora para promover comportamientos deseables, y aquí hemos sugerido algunas formas en las que esta empresa general podría permitirnos desarrollar una cultura ambientalmente sostenible. Referencias Esopo. (2002). Las fábulas de Esopo. (L. Gibbs, Trans.). 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