Las tiranías se conservan de dos maneras muy opuestas. Una de las cuales es la tradicional, y según ella rigen el gobierno la mayoría de los tiranos. Muchos de estos procedimientos dicen que fueron establecidos por Periandro de Corinto n87, y muchos métodos parecidos pueden to5 marse del poder de los persas II88. Son los mencionados antes u 8 9 para la conservación, en lo posible, de la tiranía: truncar a los que sobresalen 1190 y suprimir a los orgullosos; no permitir comidas en común, ni asociaciones i m , i3i3b ni educación, ni ninguna cosa semejante, sino vigilar todo aquello de donde suelen nacer los sentimientos: nobleza de espíritu y confianza; no debe permitir la existencia de escuelas ni otras reuniones escolares, y debe procurar por todos los medios que todos se desconozcan lo más posible unos a otros (pues el conocimiento hace mayor la confian1186 Se encuentra la misma anécdota en PLUTARCO, Licurgo 7. Periandro, tirano de Corinto, cf. V 10, 13, 1311a20. Platón lo considera como el prototipo de tirano despótico; cf. Protágoras 343A; República I 336A. Según una larga tradición (cf. HERÓDOTO, III 53) se le tiene como uno de los Siete Sabios; cf. DIÓGENES LAERCIO, I 99; PLUTARCO, Banquete de los Siete Sabios y en Sobre la E de Belfos 3. Algunos Estados ante problemas determinados pidieron su arbitraje; cf. HERÓDOTO, I 20-22; V 94-95; ARISTÓTELES, Retórica I 15, 1375b30. 1188 El régimen de los persas es más una tiranía que una realeza; cf. PLATÓN, Leyes III 697A; cf. también supra, III 13, 19, 1284a41; V 11, 7, 1313M1; y JENOFONTE, Ciropedia VIII 2, 10-12. 1189 Tal vez se refiere al pasaje V 10, 12-13, 1311al5-22. 1190 Cf. PLATÓN, Leyes VIII 832C; JENOFONTE, Hieran V 3. 1191 Cf. ISÓCRATES, Nicocles 54; ARISTÓTELES, Constitución de los atenienses 20, 1 [trad. M. GARCÍA VALDÉS], pág. 96, y nota 145 sobre el sentido del término «asociaciones». Los tiranos las ven como un peligro por ser un obstáculo a su poder absoluto. Los tiranos también evitan la educación del pueblo; cf. PLATÓN, Banquete 182B-C. 1187 Sobre LIBRO V 347 za mutua). Y debe procurar que los que residen en la 6 ciudad estén siempre visibles y pasen el tiempo en sus puertas 1192 (pues así no pasará inadvertido en absoluto lo que hacen, y se acostumbrarán a ser humildes al estar siempre sometidos); y deben emplear todos los demás medios 1193 semejantes cuantos persas y bárbaros son de carácter tiránico (todos producen los mismos efectos): procurar que 7 no pase inadvertido nada de lo que diga o haga cualquiera de los subditos 1194, sino tener espías, como en Siracusa las llamadas «confidentes» 1195, y aquellos que como escuchas enviaba Hierón 1196 dondequiera que hubiera una reunión o asamblea (pues así hablan con menos franqueza por temor a tales espías, y si se expresan con libertad pasan menos desapercibidos); y también que los ciudadanos se 8 calumnien unos a otros, que los amigos choquen con los amigos, el pueblo con los distinguidos, y los ricos entre sí; también hacer pobres a sus subditos es una medida tiránica para que no sostengan una guardia 1197 y, ocupados 1192 Cf. JENOFONTE, Ciropedia VIII 1, 6-8; 16-20; se indica una costumbre semejante entre los persas: las personas importantes debían presentarse a las puertas del palacio y estar a disposición del rey para ejecutar sus órdenes. 1193 Cf. ARISTÓTELES, Retórica I 5, 1361a36; ISÓCRATES, Panegírico 151. 1194 Se encuentra el mismo consejo en ISÓCRATES, A Nicocles 23; JENOFONTE, Ciropedia VIII 2, 10-12. 1195 Según Plutarco (cf. Dión 28) estas «confidentes», hai potagogides, serían espías. Según POLIENO (LOS ardides de la guerra V 2, 13) las mujeres podían desempeñar esta función. 1196 Hierón fue tirano de Siracusa de 478 a 466 a. C. Los poetas Píndaro y Baquílides lo celebraron en sus poemas y Jenofonte escribe un tratado con su nombre. Cf. V 12, 26, 1315b34. 1197 Parece que tiene en cuenta a PLATÓN, República VIII 567A-E. Además de