Medscape, 6 de febrero de 2019 La American Geriatrics Society ha publicado la actualización de 2019 de los criterios de Beers para la utilización potencialmente inadecuada de fármacos en adultos de edad avanzada. La actualización fue publicada el 29 de enero en la versión electrónica de Journal of the American Geriatrics Society.[1] "Los fármacos desempeñan un papel importante en la salud y bienestar de muchas personas de edad avanzada", expresó Donna M. Fick, Ph. D., licenciada en enfermería, copresidenta del panel de expertos responsables de la preparación de los criterios de Beers de laAmerican Geriatrics Society para 2019. "Con esta nueva actualización esperamos que la última información sobre lo que hace adecuados a los fármacos para las personas de edad avanzada pueda desempeñar un papel igualmente importante en las decisiones sobre opciones de tratamiento que cumplan las necesidades de adultos mayores, y a la vez los mantengan lo más seguros posible", indicó. Los criterios de Beers tienen como propósito mejorar la selección de fármacos, reducir los efectos adversos de los fármacos y proporcionar una herramienta para evaluar costos, patrones y calidad de la atención de fármacos utilizados en personas de 65 años de edad o mayores. Enumeran fármacos que se deben evitar en el tratamiento de adultos mayores, sea en forma general o en pacientes con enfermedades o trastornos específicos. Médicos, investigadores, educadores, administradores de la salud y reguladores utilizan los criterios que fueron publicados inicialmente en 1991 y que se han actualizado cada 3 años desde 2011. Los criterios para 2019 comprenden 30 fármacos o clases de fármacos que se deben evitar en adultos mayores en general, y 40 fármacos o clases de fármacos que se han de utilizar con cautela o evitar en algunos pacientes con determinadas enfermedades o trastornos. Se añadieron dos criterios en respuesta al agravamiento de la crisis de opioide: no prescribir opioides con benzodiacepinas o gabapentinoides. Los criterios descartaron ocho fármacos anticonvulsivos, ocho fármacos para insomnio y vasodilatadores para síncope. Algunos de estos fármacos fueron descartados debido a que los problemas inherentes a su uso no son únicos de los pacientes de edad avanzada. Dos (ticlopidina y pentazocina) fueron descartados porque ya no están disponibles en Estados Unidos. Eliminados de los criterios Los antagonistas de receptor de histamina fueron retirados de los criterios, porque la evidencia de que dañan a las personas con demencia es débil. Los fármacos que alivian el reflujo gástrico se pueden continuar utilizando en pacientes con delirio. Carboplatino, cisplatino, vincristina yciclofosfamida fueron retirados de los criterios, porque el panel los consideró "muy especializados" y fuera del alcance de los criterios. "Utilizar con precaución" Dextrometorfano/quinidina debe utilizarse con cautela, pues tiene eficacia limitada para aliviar los síntomas conductuales de demencia en pacientes con afecto pseudobulbar, y porque puede incrementar el riesgo de caídas e interacciones farmacológicas. Rivaroxabán se debe utilizar con precaución para tromboemboliavenosa o fibrilación auricular en pacientes mayores de 75 años debido al riesgo de hemorragia digestiva. Trimetoprima y sulfametoxazol pueden incrementar el riesgo dehipercalemia en pacientes con disminución de la función renal que están tomando inhibidores de enzima convertidora de angiotensina o antagonistas de receptor de angiotensina. Carbamacepina, mirtazapina, oxcarbacepina, serotonina, inhibidores de la recaptación de noradrenalina, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, depresores tricíclicos y tramadol se han de utilizar con cautela, pues pueden exacerbar o producir el síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética. Las concentraciones de sodio deben vigilarse estrechamente cuando se utilicen estos fármacos. Asimismo, se debe utilizar con cautela ácido acetilsalicílico para la protección primaria contra enfermedad cardiovascular o cáncer colorrectal en pacientes mayores de 70 años, no de 80 años, pues nuevos datos demuestran que ha disminuido la edad en la cual se eleva el riesgo de hemorragia. Los inhibidores de la recaptación de noradrenalina y serotonina se deben prescribir con cautela a pacientes con riesgo de caídas o de sufrir fracturas. También nuevo Para la enfermedad de Parkinson se ha revisado el consejo general de evitar todos los antipsicóticos para aceptar quetiapina, clozapina y pimavanserina. Para la insuficiencia cardiaca no se deben prescribir no dihidropiridínicos y bloqueantes de canales de calcio a pacientes con bajas fracciones de eyección, y se han de recetar con cautela antiinflamatorios no esteroideos, inhibidores de ciclooxigenasa-2, tiazolidinedionas y dronedarona a pacientes que no tienen síntomas de insuficiencia cardiaca. Los macrólidos (excepto azitromicina) o ciprofloxacino no deben prescribirse con warfarina debido al riesgo de hemorragia. No hay que prescribir ciprofloxacino y teofilina debido al incremento de la toxicidad de teofilina. En pacientes con disminución de la función renal, el uso de ciprofloxacino se asocia a más riesgo de rotura de tendones e incremento en los efectos sobre el sistema nervioso central. El empleo de trimetoprima-sulfametoxazol se asocia a agravamiento de la insuficiencia renal e hipercalemia. Para otras consideraciones sobre los criterios de Beers revisar el articulo original en español: Ricki Lewis Criterios de Beers actualizados que guían sobre el uso de fármacos en pacientes de edad avanzada Medscape, 6 de febrero de 2019 en http://bit.ly/2V2rN