Subido por Isabel Vázquez

Cuento

Anuncio
Carolina Mejía amaba aprender cosas nuevas. Cada que le salía un video de Ideas en 5 minutos en
Facebook o hacks en tik tok, ella trataba de recrear los videos para ver qué tan reales eran. Un día,
mientras desayunaba su cereal de queso con frijoles, vio un video en el que hacían jabón con
forma de cristal.
Carolina creyó que era una gran idea y guardó el video para recrearlo después de terminar sus
alimentos. Después de algunas horas, le comentó la idea a su mamá, pero ella le respondió que no
estuviera perdiendo el tiempo en esas cosas y que fuera por las tortillas a la tienda porque ya iban
a comer.
Estando ya en la tienda, Carolina aprovechó y compró el material que necesitaba para hacer su
experimento: glicerina, esencias y colorantes. Regresó a su casa, le entregó a su mamá las tortillas
que había comprado y se dirigió a su habitación para comenzar con su experimento.
En las indicaciones del video decía que debía derretir uno de los materiales, por lo que, después de
medir los ingredientes, Carolina fue hacia su horno de microondas y puso las cosas en el horno de
microondas. Pero para su mala suerte (o por la ambigüedad de las instrucciones del video) los
ingredientes se quemaron al punto de parecer un carbón.
Triste, pero sin darse por vencida, Carolina prendió el abanico para espantar el mal olor que dejó
el pequeño incidente y también el humo. Volvió a intentarlo y después de quemar los ingredientes
por décimo primera vez, Carolina por fin pudo tener la consistencia que buscaba.
Y justo cuando estaba a punto de vaciar el material en los moldes, nuestra protagonista fue
llamada por su mamá para comer.
-Hija, debes comer bien porque recuerda que tienes que tomar tus pastillas de potasio, hoy
empiezas con el tratamiento- comentó la señora Mejía.
-Está bien ma, además, esas pastillas me costaron mucha plata, no me sobró ni un pedo del dinero
que me dio mi abuela.
-Bueno, y espero que ese olor que se siente no sea por uno de tus experimentos raros muchachita.
Carolina desvió la mirada, terminó de comer, y después de tomar sus pastillas, corrió a su
habitación, donde una mezcla de lo último que le quedaba de glicerina, esencias y colorantes
yacían secos sobre el recipiente y si haber sido vaciada al molde.
Con cierta decepción por no haber terminado con su proyecto de manera satisfactoria, Carolina se
recostó en su cama con la aplicación de tik tok abierta mientras se reproducía un video de Ideas en
5 minutos en donde hacían abono con caca de perro.
Sin despegar la mirada de su teléfono, gritó:
-¡Mamá! ¿Firulais ya hizo del baño?
Fin
Descargar