Subido por mirsa.acevedo

Gran Stemma en Beatos del siglo X

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EL GRAN STEMMA EN LOS BEATOS DE LIÉBANA DEL SIGLO X
Usualmente estudiosos de los códices hispanos llamados “Beatos” han señalado que este Comentario
al Apocalipsis fue creado como un aparato de interacción entre textos e imágenes que en vida del
autor evolucionó con la adición de nuevas partes. Lo que en general no se ha mencionado hasta ahora,
es el papel que tuvieron los diagramas en el funcionamiento de este aparato, así como otros elementos
de visualidad más paratextuales que narrativos.
Aquí abordo cómo a través de la forma, partes y la interacción de las partes con su contextos, el
“Estema genealógico de Cristo” se usa para reforzar la idea del destino humano en el plan divino.
Este estema es uno de los diagramas que se presenta como frontispicio en los Beatos de la rama II.
Es el más complejo de todos los diagramas presentados aquí, abarcando catorce folios con texto,
iconografía y formas geométricas con relaciones horizontales y verticales, con marcas de unión y de
separación.
En el contexto monacal de la Lectio divina, las genealogías de Cristo fueron usadas para integrar el
Apocalipsis a la Historia del Plan Divino, convirtiéndose en un modo de estructurar su lectura en
varios planos: el histórico, el metafórico y el místico. Pero además, y sobre todo, se constituyó en un
instrumento de ayuda al pensamiento que implicó el establecimiento de una tradición intelectual
ligada a la visualización. Su análisis permite constatar que está diseñada para visualizar la dirección
de la información y sus nudos, abarcando “a vuelo de pájaro” la idea de totalidad, pero también para
permitir el acercamiento, la detención en los detalles significativos que lleva al razonamiento acerca
de las conexiones y los niveles, a través del proceso de acercamiento y alejamiento de la mirada.
Introducción
El “Estema genealógico de Cristo” es un dispositivo de conocimiento que tiene su origen en la
Antigüedad tardía, pero que tomó una forma específica en los monasterios hispanos del siglo X, con
una adecuación entre diseño, contenido informativo e imágenes figurativas propios.
Para comprender su presencia en los Beatos y lograr analizar la función que cumple en ellos, es
necesario abordar un aspecto previo que se relaciona con la estructura que fueron adquiriendo estos
códices a través de su historia. Los Beatos (d 2) son Comentarios al Apocalipsis escritos por un
monje lebaniego del siglo VIII llamado Beato. El último de los libros del Evangelio cristiano fue
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incorporado -no sin dificultades- al canon (en el s. IV) y la liturgia (en el s. VII en Concilio de Toledo
para Hispania) y desde la Antigüedad Tardía venía siendo comentado por los principales teólogos
altomedievales, lo que llevó a Beato a entender que este libro sería una llave para la comprensión del
resto de los Evangelios, una comprensión integrada a la meditación monástica.
(d3) Se cree que el propio autor redactó dos versiones, una el año 776 y otra el 784, con adiciones.
Ellas darían curso a las copias que llamamos ahora “de la rama I” que después de un prólogo y un
prefacio presentan (d4) perícopas del Apocalipsis de Juan (o storia) seguidas de una ilustración (o
figura) y un comentario (o explanatio). Estas copias de Beatos limitan su desarrollo iconográfico casi
exclusivamente a la ilustración de las storiae. (d5) Pero, según los investigadores del tema, durante
el siglo X se dio una transformación sustantiva con la incorporación de todo un cuerpo de nuevas
imágenes y textos (en especial el Libro de Daniel), lo que da lugar a la fisonomía final de lo que hoy
llamamos “rama II” de los Beatos. (d6)
(d7) Estas transformaciones son el contexto de la incorporación de un ciclo completo vetero y
neotestamentario con carácter cristológico al que se le ha llamado “Tablas Genealógicas de Cristo”.
Aunque es preciso considerar que no se trata precisamente de unas tablas, sino de un estema
ramificado. Se trata de un diagrama genealógico que busca visualizar la historicidad de Cristo,
incluyéndolo en la historia de la humanidad a través de cadenas de nombres y filiaciones dentro de
círculos, que avanzan en sentido horizontal, como una representación de la diacronía, apoyado en
otras fórmulas de texto-imagen dispuestas paralelamente y que marcan hitos, referencias geográficas,
históricas y cronológicas.
La complejidad manifiesta de este aparato de combinación visual y textual dispuesto en varios
niveles, lo convierte en un interesante objeto de estudio. Revisar su estructura interna y su relación
con el códice donde está inserto, permite investigar la inteligencia que plantea el diseño y las
posibilidades de uso de ellas para los lectores.
El Estema Genealógico es una obra dentro de otra obra
(d 8) El “estema genealógico de Cristo” se puede considerar una obra en sí inserta en otra obra más
amplia. Estructurado en aproximadamente catorce folios, en síntesis se trata de un esquema gráfico
que vincula a los ancestros de Cristo por cadenas de nombres, comenzando por los primeros padres
de la humanidad y terminando en la figura de Jesús.
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Junto a ese contenido central se despliegan diversas informaciones que dan cuenta de los tiempos y
lugares donde se desarrolla esta historia familiar que coincide con la historia de la humanidad.
(d. 9) El estema no solamente se integró a los Beatos sino a diversos tipos de códices, especialmente
a Biblias y a otros de tipo histórico. Hoy se conservan en total veinticinco códices que lo adoptaron,
la mayoría de origen hispano. (d. 10) Estas diapositivas muestran los 25 estemas de Cristo que
tenemos hoy con el códice al que pertenecen, su ubicación y clasificación según Yolanta Zaluska
(1984). Uno de ellos, perteneciente a la Biblioteca Laurenciana de Florencia, fue identificado hace
poco por JB Piggin, un investigador australiano-alemán independiente, como del tipo “ε” (sui
generis).
(día 11) Entre los Beatos del siglo X el diagrama genealógico de Cristo se encuentra en los Beatos
Morgan, Gerona, Urgel y Tábara. En esta ocasión me referiré a los dos primeros que se pueden
contrastar con facilidad gracias a que Gerona tiene todos los folios y Morgan casi todos, pudiéndose
suplir en parte los folios faltantes con los del Facundus, que es muy similar .
(día 12) Contenidos temáticos del Estema Genealógico en Morgan y Gerona
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Un rápido recuento temático del estema por folios nos permitirá un primer acercamiento. La tabla
muestra la ubicación de los diferentes temas del Estema Genealógico de Cristo tal como se presentan
en los Beatos de Morgan y Gerona. Las “tablas” I y II (folios enfrentados) refieren a la “primera edad
del mundo” (desde Adán y Eva a Noé), las III , IV y V, a la segunda, desde Noé al padre de Abraham;
desde la VI al X se muestra la tercera (empezando con Abraham, Isaac y la descendencia de Esaú;
pasando por Jacob y los doce patriarcas, hasta llegar a David (desde la salida de Egipto al
advenimiento del primer rey de la dinastía davídica). Desde el folio XI al XIV se presenta la cuarta
edad (desde David al advenimiento de Cristo). Además, como se observa en la última columna a la
derecha, no solamente aparecen las diferentes familias de los ancestros de Cristo y de la humanidad,
sino que se colocan otros contenidos como los acontecimientos más relevantes de algún miembro
sobresaliente de alguna de estas familias, años de vida de los patriarcas y relaciones con la historia
de otras latitudes, al modo de las cronografías de la época. Estos contenidos son los que se ubican en
los grandes círculos, rectángulos y arcos que se pueden apreciar en la diapositiva anterior. (día 11
aquí, aquí aqui)
(d13) Estructura de los Estemas de Gerona y Morgan. La totalidad y las relaciones entre las
partes
Los estemas genealógicos de los Beatos tienen una vocación de totalidad manifiesta a través de su
forma general y de sus partes. Es un diagrama complejo donde se engranan textos, imágenes y formas
geométricas hasta construir una forma general con sentido para la mente del espectador, pero sus
partes también interactúan formando subsistemas, dando lugar a sintagmas visuales de menor
envergadura.
(d14). Respecto de la unidad del Estema Genealógico de Cristo, existe un antecedente que ayuda a
comprender este sentido de totalidad expresado a través de su diseño. Este es el estema genealógico
del códice florentino Plutei 20.54 -un códice misceláneo del siglo XI1. Con este antecedente podemos
observar que en los Beatos estudiados, a pesar de las deformaciones del orden y de algunos nombres
distorsionados, la idea de unidad se sostiene. (d15) Si se posicionan los folios del estema de los Beatos
analizados, unos al lado de los otros al modo de un volumen desenrollado, como hacemos en la
diapositiva, podemos encontrar la estructura que da continuidad al estema. En primer lugar es posible
observar la continuidad de la barra superior que se despliega desde el primer al último folio y bajo
ella, los círculos con información siguiendo los bordes superior e inferior de cada folio. Todo ello
proporciona un efecto de “juego de 58 hoyos”, un rectángulo exterior que abarca la totalidad y que
comienza con una vertical y termina en una curva (d16). También permanece de la estructura original
encontrada por Piggin, semejante al juego milenario, una capa que corre por el medio con información
contextual. Esta capa se percibe mejor en los folios finales, menos atiborrados de extensiones de
nombres de las diferentes familias, pero también se aprecia a través de figuras contenedoras como
columnas, círculos o rectángulos que permiten distinguir este nuevo nivel de datos de los propiamente
genealógicos.
(d17) Cada círculo contiene nombres y filiaciones genealógicas (tal filius de tal o uxor de cual).
También es un elemento que da continuidad a la forma, porque, aunque varía su disposición en
algunos sectores, comienza y termina en un orden. El elemento dinámico de continuidad que permite
ver el desenvolvimiento en el tiempo, lo dan las líneas que van uniendo unos círculos a otros (como
en un diagrama de flujo).
Estudiado por Piggin. Este códice anicónico mantiene una forma limpia y ordenada que permite,
mediante un pequeño esfuerzo de abstracción, visualizar su estructura general unitaria -no marcada
por edades - que se puede asociar con la forma de un circo romano o del juego de mesa de los 58
hoyos, según hipótesis de este autor (Piggin, 2013, 266).
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(d18) En cambio, el desarrollo de las familias que a veces va hacia abajo, formando cadenas verticales
y otras radiales, aunque podrían producir confusión, la superan gracias al uso de colores y de figuras
separadoras y contenedoras como arcos solos, arcos geminados, grandes círculos, rectángulos,
imitación de pergaminos y el nudo final -que pareciera representar una planta de edificio- cuyos
contenidos se relacionan con información histórica.
(d 19) Todo ello permite percibir un circuito, el camino recorrido para llegar a Cristo, (d20) que se
puede volver a recorrer a partir del nudo constantiniano (la unión entre cuadrado y círculo). En el
códice florentino incluso hay una arco hacia arriba y hacia abajo (como en espejo) que hay que leer
al revés o hay que dar la vuelta para leerlo (D 21). La primera mirada más amplia y general entonces
crea un circuito imaginario que une el Antiguo y el Nuevo Testamento y en un segundo recorrido
desde el último folio hacia el primero, se parte en Cristo para llegar al paraíso2.
(d. 22, 23, 24, 25) En una segunda mirada de hitos y nodos, se subrayan con imágenes iconográficas
(Adán, Noé, Isaac, David) las prefiguraciones de Cristo. Interpretar este circuito o camino que se
puede recorrer varias veces como una representación del sentido cristiano de la historia pareciera ser
una posibilidad cierta, que hay que corroborar. Asociado a este sentido de ciclo histórico que se
manifiesta a través del diseño general de diagrama está el concepto de tiempo histórico que actualiza
el Antiguo Testamento y que a la vez da presencia actual al futuro (las visiones apocalípticas), un
concepto donde domina la idea de “figura”, en el sentido de Auerbach (1998).
El estema genealógico funcionaría entonces como un dispositivo destinado a meditar acerca de la
unidad de la historia humana a través de la visualización diagramática, que estaría plasmada en su
forma general totalizadora y en el modo como sus partes permiten un movimiento del lectorespectador desde arriba primero para poder luego atender a los detalles o a los nodos -que están
marcados en este caso por las figuras iconográficas desde las que emergen las diversas historias que
son a la vez patriarcas que representan cada una de las edades de la historia.
Pero también hay que considerar que esta forma es también la de la planta de las iglesias con
forma de basílicas con la terminación semicircular en el ábside. Allí también hay un correlato entre
la parte de arriba (con las bóvedas y cúpulas) y la de abajo (con las naves y ábside). La síntesis de
ello está en la planta de tipo nudo constantiniano. Recordar también todas las asociaciones que se
presentan entre libro y arquitectura.
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El funcionamiento del Estema de Cristo como instrumento de pensamiento
El estema genealógico, por lo tanto es un dispositivo visual que permite apreciar de un vistazo
información compleja, permitiendo además cambiar la graduación de la mirada: desde una más lejana
o general a más cercana o particular.
Es un modo de conectar visualmente con el contenido total a transmitir para un encuentro superior de
entendimiento, un encuentro preliminar que lleva a la meditación y a la contemplación como ha
interpretado Mentré todo el dibujo de los Beatos. Y es justamente el sentido de unidad del todo lo que
permite pensar en las tablas como un camino, como un mapa de entrada al contenido -como los
recorridos de los peregrinos pero en el sentido espiritual. Pero además, es un instrumento que ayuda
al pensamiento a partir de la visualización. Permite visualizar la dirección de la información y sus
nudos: dónde hay que detenerse, qué cosas están encadenadas con cuales, o son contemporáneas de
cuáles. Sirve para ayudar a la comprensión de lo expuesto, más que para memorizarlo expuesto. Es
la forma en que la mente puede recordar y razonar acerca de múltiples conexiones.
(d. 26) Todo lo anterior apunta a la posibilidad de que los Beatos a partir de la rama II fueran diseñados
como “máquina de pensamiento” (como mencionaba Carruthers en 1999). A través de las imágenes
y las letras se dispone de un diagrama de la historia y del camino de la salvación, fórmula que se
repite a través de todo el códice, primero con la serie de imágenes paratextuales de las preliminares,
entre ellas, los cuatro evangelistas en ocho folios, luego con una serie de ilustraciones geográficas
que representan la universalidad del mensaje (mapamundis, cuatro bestias y cuatro vientos, entre
otros). Todo envuelto por la presencia del Alfa al principio y la Omega al final. Todo el libro está
dispuesto para que el comienzo sea el fin y el fin sea el comienzo y sigue una forma de diseño
aprendido durante siglos que facilita la mirada de conjunto, estableciendo categorías y tiempos. Las
tablas genealógicas en particular se caracterizan por realizar el ciclo que lleva a la primera parusía,
mientras el comentario relata el ciclo que lleva a la segunda y su desenlace. (d. 27) El libro de Daniel,
ubicado al final, encarna la anticipación de toda la historia.
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