Subido por ATON COTZAL

ENFERMEDADES DEL SISTEMA RESPIRATORIO

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ENFERMEDADES DEL SISTEMA RESPIRATORIO
1. Gripe y resfriado común
Son dos infecciones respiratorias virales autolimitadas (es decir, que finalizan sin
tratamiento). Tienen una duración de entre tres y cinco días y el cuerpo se
encarga de combatirlas y curarlas de forma espontánea. Se manifiestan por dolor
de garganta, fiebre, estornudos, tos, malestar general y obstrucción nasal.
2. Rinitis
Es la inflamación del revestimiento mucoso de la nariz. Sus síntomas incluyen
estornudos, picor nasal, congestión nasal y secreción postnasal. Según su causa
puede ser alérgica, infecciosa (virus o bacterias) o deberse al mal uso de
medicamentos vasoconstrictores nasales (por ejemplo, los descongestionantes).
Un tabique nasal desviado, los tumores y los cuerpos extraños también causan
enfermedades respiratorias.
3. Rinosinusitis
Es la afectación de las cavidades paranasales. La rinosinusitis es la complicación
de una rinitis y se manifiesta por la emisión abundante de mucosidad líquida por
la nariz y opacidad de los senos en radiografía y tomografía axial computarizada
(TAC).
4. Faringitis
Es una infección viral o bacteriana de la garganta. En este último caso, se
requiere el uso de antibióticos. La faringitis puede causar fiebre, dolor al tragar,
tos y malestar general.
5. Amigdalitis
Es la inflamación de las amígdalas, un órgano constituido por numerosos nódulos
linfáticos ubicado en la garganta. Las amígdalas ayudan a eliminar gérmenes y
bacterias, pero cuando se inflaman causan dificultad para deglutir, dolor de oído,
fiebre, dolor de cabeza y de garganta.
6. Bronquitis
Consiste en una irritación e inflamación de los bronquios, lo cual provoca el
estrechamiento de las vías respiratorias, cierta dificultad para respirar y la
acumulación de moco, además de tos. La principal causa de la bronquitis es el
humo del tabaco, así como la exposición a gases industriales o aire contaminado.
7. Enfisema pulmonar
Patología pulmonar que causa la destrucción progresiva de los vasos sanguíneos
en los pulmones y alvéolos. En efecto, los alvéolos son cavidades muy pequeñas
en forma de pequeñas bolsas situadas en el extremo de un bronquiolo. Son las
ramificaciones más finas de los bronquios. Las personas con enfisema tienen, por
lo general, problemas para respirar durante el ejercicio y el tabaquismo es la
causa más frecuente.
8. Asma
Enfermedad respiratoria crónica muy frecuente en los niños, aunque también
afecta a los adultos. El asma provoca la inflamación de los bronquios y dificulta
las tareas del resto del sistema respiratorio. Las personas asmáticas experimentan
insomnio, fatiga, dificultad para respirar, tos, silbidos en el pecho y problemas
para realizar las tareas cotidianas.
9. Neumonía
Es una de las enfermedades respiratorias más graves que existen. Esta
enfermedad aparece como consecuencia de una infección viral, bacteriológica o
por hongos, y sus síntomas más significativos son la fiebre, los escalofríos, el
dolor en el tórax, la pérdida del apetito, la respiración rápida y la tos.
10. Cáncer de pulmón
Es una enfermedad que impide la respiración normal y puede extenderse a otras
partes del cuerpo. El tabaco es la principal causa de cáncer de pulmón en el
mundo, así como la contaminación del aire y los productos químicos. La OMS lo
considera como uno de los 5 tipos de cáncer que más causa muertes en el mundo.
LISTA DE ENFERMEDADES GASTROINTESTINALES CAUSA Y EFECTO
1. GASTROENTERITIS
La gastroenteritis es, junto al resfriado y la gripe, la enfermedad más común del mundo. De hecho,
se estima que su incidencia (es imposible saberlo con exactitud pues la inmensa mayoría de casos,
al ser leves, no se llegan a registrar) podría ser de miles de millones de casos anuales.
Lo que sí sabemos es que, desafortunadamente, 520.000 niños mueren cada año a causa de sus
complicaciones, siendo la segunda causa principal de muerte entre la población infantil menor de
cinco años en los países subdesarrollados.
Volviendo a su naturaleza, la gastroenteritis es una patología que se manifiesta con una
inflamación de la membrana interna de los intestinos, cosa que provoca problemas en la absorción
de nutrientes y agua (lo que lleva a la deshidratación), así como náuseas, vómitos, diarrea, dolor
abdominal, fiebre (si hay infección)…
Suele tratarse de una enfermedad de transmisión alimentaria en la que virus (la gastroenteritis
vírica es la enfermedad más contagiosa del mundo), bacterias e incluso parásitos presentes en los
alimentos consiguen atravesar todo el sistema digestivo hasta llegar a los intestinos.
De todos modos, pese a ser lo más habitual, no siempre está vinculada a una infección. De hecho,
la gastroenteritis también puede desarrollarse como efecto secundario de distintos medicamentos
que irritan las paredes de los intestinos, así como ser consecuencia de patologías autoinmunes,
como por ejemplo la celiaquía.
Sea como sea, la gastroenteritis es una enfermedad con unos síntomas que suelen durar unos dos
días (máximo siete) y que se resuelve sin mayores complicaciones, aunque en la población de
riesgo (lactantes, bebés, niños, ancianos y personas inmunodeprimidas) sí que hay riesgo de que la
deshidratación (por la diarrea y los vómitos) pongan en peligro la vida.
En su caso, el tratamiento consistirá en la reposición de líquidos por vía intravenosa. Pero, en la
inmensa mayoría de la población, el único tratamiento necesario es beber mucha agua y tomar
alimentos de fácil digestión. Solo ante infecciones bacterianas o parasitarias en las que los
síntomas son graves se pueden tomar (bajo prescripción médica) antibióticos o medicamentos
antiparasitarios, respectivamente. Ante una infección vírica, no hay tratamiento posible. Hay que
esperar a que el propio cuerpo resuelva la infección.
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2. ENFERMEDAD POR REFLUJO GASTROESOFÁGICO
La enfermedad por reflujo gastroesofágico es una patología en la que el ácido estomacal y las
enzimas digestivas circulan en sentido contrario y pasan al esófago, un conducto que conecta la
boca con el estómago, haciendo llegar los alimentos a este, pero que no tiene un epitelio
preparado para resistir la acidez, por lo que esta llega de ácido provoca una irritación que puede
ser grave.
Solo se considera una enfermedad como tal cuando este reflujo ocurre, como mínimo, dos veces
por semana. Sea como sea, esta irritación del esófago provoca sensación de ardor y dolor en el
pecho, dificultad para tragar y regurgitación, la cual no debe confundirse con el vómito, pues, a
diferencia de este, tiene lugar sin esfuerzo muscular.
Normalmente, esta patología puede resolverse con cambios en el estilo de vida y en la
alimentación, pues la obesidad, el tabaquismo, los excesos con alimentos grasos y fritos, el
alcoholismo, los abusos con ciertos medicamentos irritantes e incluso el exceso de café pueden
agravar la situación. De todos modos, ante casos graves y/o que no se solucionan con cambios en
los hábitos, se pueden tomar fármacos para evitarlo o someterse a cirugía.
3. ÚLCERAS PÉPTICAS
Las úlceras pépticas son llagas abiertas que se desarrollan tanto en el revestimiento del
estómago como en la parte superior del intestino delgado, recibiendo el nombre de úlceras
gástricas o úlceras duodenales (el duodeno conecta estómago con intestino), respectivamente.
La causa más frecuente es sufrir una infección por Helicobacter pylori, una bacteria que
analizaremos en profundidad más adelante, aunque también pueden desarrollarse por causas no
infecciosas, siendo los efectos secundarios de ciertos alimentos o la consecuencia de ciertos
trastornos autoinmunes las más comunes.
El dolor y el ardor estomacal, las náuseas, la sensación de acidez e hinchazón, la intolerancia a los
refrescos con gas, etc, son los signos clínicos más habituales, aunque la verdadera complicación
llega con el riesgo de sufrir sangrados internos u obstrucciones intestinales, las cuales sí que
pueden ser realmente graves. En este caso, habrá que tratar con antibióticos (si la causa es una
infección) o abordar el factor desencadenante rápidamente.
4. COLITIS
La colitis es una enfermedad en la que, debido a la aparición de llagas en los intestinos, tiene
lugar un proceso inflamatorio en el colon. Aunque no siempre es peligrosa, lo cierto es que puede
derivar en complicaciones que sí ponen en riesgo la vida del paciente.
No están demasiado claras las causas, pues se ha visto que no está vinculada a un proceso
infeccioso, por lo que debería ser consecuencia de algún tipo de trastorno autoinmune. A pesar de
que dependen de la localización y del número de llagas, la colitis suele manifestarse con cólicos
abdominales, fiebre, fatiga, dolor rectal, diarrea con sangre o pus, estreñimiento…
Existen distintas opciones de tratamientos farmacológicos, las cuales deben administrarse
rápidamente para reducir cuanto antes el número de llagas y hacer que la enfermedad remita
antes de que lleguen las complicaciones más graves.
5. INFECCIÓN POR HELICOBACTER PYLORI
Helicobacter pylori es una de las bacterias más resistentes del mundo y, por desgracia, es
patógeno para los seres humanos. Se trata de un organismo acidófilo, es decir, que es capaz de
crecer y reproducirse en ambientes muy ácidos, como es el caso del estómago humano.
Llegando a través de alimentos contaminados con esta bacteria e incluso por contacto directo o
indirecto con la saliva (o heces) de una persona infectada, Helicobacter pylori coloniza el epitelio
gástrico y, como puede sobrevivir en valores de pH de hasta 3,5 (muy ácido), se desarrolla en él,
provocando la aparición de úlceras pépticas en el estómago.
Lo más sorprendente es que se estima que más de la mitad de la población mundial tiene
a Helicobacter pylori en su estómago, aunque no todos desarrollan los síntomas de las úlceras.
Cuando sí que provoca daños (en el 10% de las infecciones), los síntomas de las úlceras
anteriormente mencionados vienen acompañados de pérdida del apetito, eructos frecuentes y
pérdida de peso.
Sea como sea, el tratamiento (no siempre es necesario tratar la infección) con antibióticos es muy
importante, aunque, debido a la resistencia de la bacteria, consiste en la administración conjunta
de, al menos, dos antibióticos diferentes. Además, muchas veces hay que realizar varias rondas en
semanas distintas para asegurarse de que sea efectivo.
6. SALMONELOSIS
La salmonelosis es una enfermedad gastrointestinal desarrollada a causa de una infección de los
intestinos por parte de Salmonella, una bacteria que, a pesar de estar presente de forma natural
en los intestinos de los mamíferos constituyendo parte importante de la flora intestinal, tiene
cepas que se comportan como patógenos.
Siendo una enfermedad de transmisión alimentaria muy común (por carnes crudas o mal
cocinadas, frutas y verduras sin lavar, lácteos sin pasteurizar, huevos crudos…), la salmonelosis es
más grave que la gastroenteritis (se suele resolver, eso sí, por sí sola tras una semana) y cursa con
fiebre alta, diarrea intensa, vómitos frecuentes, debilidad y fatiga, dolor abdominal, dolor de
cabeza…
Muchas veces, no es necesario el tratamiento, pero en caso de que los síntomas sean graves o
haya mucho riesgo de complicaciones, siempre está la opción de los antibióticos, aunque, dado el
problema de las resistencias, hay que dejarlos como última opción.
7. LISTERIOSIS
La listeriosis es una de las enfermedades gastrointestinales más graves. Se trata de una infección
por parte de Listeria monocytogenes, una bacteria patógena presente en el suelo, agua
contaminada y en animales salvajes que puede llegar a los alimentos cuando no en la industria
alimentaria no se siguen las normas higiénicas correspondientes.
Siendo, por lo tanto, una enfermedad infecciosa de transmisión alimentaria (poco común gracias a
las medidas higiénicas que casi siempre se cumplen), los síntomas son similares a los de la
salmonelosis, pero el verdadero problema es que, a diferencia de esta, Listeria no siempre se
queda en los intestinos, sino que puede migrar a otros órganos.
Dependiendo de dónde se desplace, la listeriosis puede derivar en una septicemia (infección de la
sangre) e incluso en meningitis (infección de las meninges que rodean el sistema nervioso central)
u otros trastornos que sí que pueden provocar la muerte del afectado. En embarazadas que
sufren listeriosis, se ha visto que la bacteria puede incluso atravesar la placenta y dañar
enormemente al feto, provocando así un aborto espontáneo.
Por ello, el tratamiento precoz con antibiótico es absolutamente imprescindible para resolver la
infección antes de que Listeria migre a órganos vitales y ponga en peligro la vida.
8. CÁNCER COLORRECTAL
El cáncer colorrectal es, con sus 1,8 millones de casos anuales, el tercer cáncer más común del
mundo (por detrás del cáncer de pulmón y el de mama). Es aquel que se desarrolla en la células
del intestino grueso (colon) y que puede llegar hasta el recto.
Afortunadamente, si se detecta cuando todavía no ha diseminado a otros órganos, es decir,
cuando aún no ha hecho metástasis, el índice de supervivencia es del 90%. Por ello, es
imprescindible hacer los chequeos médicos oportunos para detectarlo cuanto antes.
De igual modo, hay que estar atento a sangre en las heces, dolor en la zona baja del abdomen,
diarrea, estreñimiento, pérdida de peso, cansancio constante, gases, calambres abdominales, etc,
especialmente cuando no hay una infección de por medio, pues son los síntomas más frecuentes
de este tipo de cáncer.
9. CAMPILOBACTERIOSIS
La campilobacteriosis es una enfermedad de transmisión alimentaria en la que la
bacteria Campylobacter coloniza las paredes de nuestros intestinos. Suele estar causada por una
ingestión de pollo (u otras aves) mal cocinado o de lácteos sin pasteurizar que están contaminados
por la bacteria.
Los vómitos, la diarrea (que puede venir acompañada de sangre), la fiebre, los calambres, etc, son
los síntomas más comunes. No es tan grave como la listeriosis, pero aquí hay cierto riesgo de
que Campylobacter disemine a la sangre y provoque una septicemia, situación que sí puede poner
en peligro la vida.
Por ello, es importante el tratamiento con antibióticos. De todos modos, es importante recalcar
que consumiendo lácteos pasteurizados y no comiendo nunca carne blanca (como el pollo)
cruda o mal cocinada, el riesgo de contraer esta enfermedad es prácticamente nulo.
10. Enfermedad de Crohn
La Enfermedad de Crohn es una patología autoinmune en la que, debido a un error genético, las
células del sistema inmunitario atacan a los intestinos (al final del intestino delgado y a lo largo
del grueso), provocando su inflamación.
Esta inflamación de carácter autoinmune viene acompañada de cólicos abdominales, sangre en las
heces, debilidad y fatiga, aparición de llagas en la boca, pérdida de peso, desnutrición (ya que la
absorción no tiene lugar correctamente), diarrea, etc.
Por desgracia, al tratarse de una enfermedad de origen genético, no existe cura para esta
patología. De todos modos, sí que hay opciones de tratamiento (desde inmunosupresores hasta
cirugías) que, en caso de que haya riesgo de complicaciones o la calidad de vida del afectado esté
muy dañada, pueden reducir la gravedad y frecuencia de los síntomas.
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