Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, B.C. ORGANISMO DESCENTRALIZADO DE INTERES PUBLICO Departamento de Oceanografía Física Km. 107 Carretera Tijuana-Ensenada * Ensenada, Baja California, México. Tel: +52 (646) 175 05 00 * Fax: +52 (646) 175 05 47 REPORTE FINAL DEL PROYECTO Situación actual y bajo escenarios de cambio climático de la industria vitivinícola de Baja California, México Dra. María Tereza Cavazos Pérez Investigadora Titular B Departamento de Oceanografía Física, CICESE Coordinadora del Proyecto Este proyecto será financiado por el Instituto Nacional de Ecología (INE) a través de un contrato celebrado entre el CICESE y el INE en julio de 2012. 30 de noviembre de 2012 1 Reporte Final del Proyecto Situación actual y bajo escenarios de cambio climático de la industria vitivinícola de Baja California, México Tereza Cavazos* Marcial Leonardo Lizárraga-Partida, Rufina Hernández Martínez, Thomas Kretschmar, Edgar G. Pavía, Ernesto Valenzuela, Víctor M. Rodríguez Moreno, Brisia E. Espinoza Tamarindo, Analilia Rete Corral y Yunuen Figueroa Galván Colaborador: Jorge Gustavo Tenorio Sandoval Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) * Coordinadora del Proyecto 30 de noviembre de 2012 2 CONTENIDO i. Resumen Ejecutivo .......................................................................................................... 5 ii. Executive Summary ........................................................................................................ 6 iii. Recomendaciones de adaptación y mitigación para el sector vitivinícola ................... 7 1. Introducción .................................................................................................................... 8 1.1 Objetivos ............................................................................................................ 12 2. Situación actual de la vitivinicultura en Baja California .............................................. 13 2.1 La vitivinicultura de Baja California en el contexto nacional ................................ 13 2.2 La vitivinicultura en los valles de Baja California.................................................. 17 2.3 La Ruta del Vino .................................................................................................... 18 3. Clima presente y futuro de las regiones vitivinícolas de México ................................. 20 3.1 Factores climáticos relevantes para los viñedos ..................................................... 21 3.2 Heladas ................................................................................................................... 29 3.3 Ondas de calor......................................................................................................... 30 3.4 Escenarios de cambio climático para el Noroeste de México................................. 30 3.4.1 Escenarios futuros de las unidades de calor y la temperatura .......................... 31 3.4.2 Escenario de cambios en la precipitación ........................................................ 34 4. Hidrogeología de la región vitivinícola de Baja California .......................................... 37 5. Urbanización ................................................................................................................. 41 6. Enfermedades de los viñedos ........................................................................................ 44 6.1 Enfermedad de mildiu en vid (Plasmopara vitícola) .............................................. 45 6.2 Enfermedad de Oídio en vid (Uncinula necator) ................................................... 46 6.3 Enfermedad de la podredumbre gris en vid (Botrytis cinerea) ............................... 47 6.4 Escenarios de cambio climático y conclusiones ..................................................... 48 7. Fauna silvestre nociva para las vides ............................................................................ 49 7.1 Principales afectaciones por vertebrados ................................................................ 50 7.2 Resumen de impactos de la fauna en los viñedos ................................................... 52 8. Bibliografía ................................................................................................................... 53 8.1 Bibliografía (Secciones 1-3 y Anexos) ....................................................................... 53 8.2 Bibliografía (Sección 6: Enfermedades) ..................................................................... 55 8.3 Bibliografía (Sección 7: Fauna) .................................................................................. 56 Anexo 1: Bases de datos climáticos y agrícolas utilizados ............................................... 58 Anexo 2: Métodos de análisis de datos climáticos ........................................................... 59 Anexo 3: Análisis de las ondas de calor en el norte de Baja California, México ............. 63 30 de noviembre de 2012 3 30 de noviembre de 2012 4 i. Resumen Ejecutivo Se presenta un análisis de la situación actual de la industria vitivinícola en Baja California, la cual ha tenido un repunte en la última década similar a la tendencia del sector a nivel nacional. Esto se refleja en un aumento en el valor de la producción, aunque el volumen de producción y la superficie sembrada hayan bajado. A nivel internacional se han escrito un gran número de artículos que resaltan la importancia del clima en la aptitud vitícola de diferentes regiones del mundo, así como del posible impacto que podría tener el cambio climático en dichas regiones. Aquí se hace un análisis de los índices climáticos más comunes para determinar las zonas de aptitud, por ejemplo la temperatura promedio de la temporada de crecimiento (Abr-Oct), las unidades de calor (UC) y la precipitación estacional. Con el uso de los índices, se hizo un análisis comparativo de varias regiones vitivinícolas de México y de California para enmarcar las zonas de Baja California. Desde el punto de vista de la temperatura y las UC, encontramos que bajo condiciones de cambio climático, las regiones vitivinícolas de Baja California van a seguir siendo aptas durante el siglo 21, aunque para finales del siglo podría reducirse el área de aptitud en Baja California, debido a un posible aumento en las temperaturas. Una opción es empezar a mover algunos viñedos hacia zonas un poco más altas. Los escenarios muestran que la lluvia anual podría disminuir entre 10 y un 20 mm y la lluvia de verano podría incrementarse ligeramente, lo que podría tener un efecto negativo en desarrollo de enfermedades de la vid durante su periodo de crecimiento. El escenario de cambio climático para las tres enfermedades más comunes en los viñedos (la podredumbre gris ocasionada por Botrytis cinerea y las cenicillas, causadas por Plasmopora vitícola y Uncinula necátor) predice que su presencia podría mantenerse en el Valle de Guadalupe, pero además podría moverse hacia los valles de Ojos Negros, San Vicente, Ejido Uruapan y Santo Tomás, debido a que las temperaturas y la precipitación podrían aumentar en el verano. Sin embargo, para hacer escenarios futuros de plagas con menos incertidumbre es necesario contar con información de humedad relativa a escala diaria, la cual no estaba disponible. Un factor sumamente relevante y limitante en Baja California es el agua. Los acuíferos de Tijuana, Tecate y Santo Tomás están sobre-explotados y los del Valle de Guadalupe y Ojos Negros tienen sobre-concesión. Los escenarios futuros de recarga basados en la posible reducción de precipitación anual indican que la cuenca de San Vicente, al sur de la región vitivinícola, podría ser la más afectada. Sin embargo, los escenarios del gasto de agua solo por crecimiento poblacional (sin incluir cambio climático) son aún más preocupantes. La disponibilidad del recurso hídrico en el Valle de Guadalupe se ha visto agravado por el consumo de agua en la ciudad de Ensenada, por la explotación de arena en los arroyos del municipio y por la creciente urbanización de los Valles. La nueva carretera Ensenada-Tecate, sobre la Ruta del Vino, ha generado un auge turístico muy favorable para la región; sin embargo, también representa una presión en el desarrollo masivo de vivienda. El desarrollo urbanístico de la Ruta del Vino tiene que ser bien planeado a nivel municipal y estatal, de acuerdo a la visión de largo plazo de la región vitivinícola y de Ensenada. Dar paso al desarrollo de zonas residenciales en los valles vitivinícolas significaría destruir el suelo con vocación agrícola destinado preferentemente a los viñedos de la región, lo cual significaría destruir la larga y reconocida tradición vitivinícola de Baja California. 30 de noviembre de 2012 5 ii. Executive Summary This study presents an analysis of the current situation of the viticulture and wine industry in Baja California, which has had a recovery in the last decade similar to the national trend. This reflects the increase of the economic value of the production, even though the volume of the production and the surface planted has decreased. At international level, a large number of articles have documented the importance of climate on the viticulture aptitude of different regions of the world, and the possible impact of climate change in such regions. Several climate variables relevant to viticulture regions are evaluated to determine their current aptitude, for example, mean temperature of the growing season (Apr-Oct in the Northern Hemisphere), heat units in degree days, and seasonal precipitation. With these climate indices, several viticulture and wine regions in Mexico and California were compared with the Baja California wine region. Considering temperature and heat units, it was found that under climate change conditions, the Baja California wine region will continue to be apt during the 21st century, but at the end of the century the viticulture region may decrease in size and may need to migrate to higher altitudes due to increases of temperature. The climate change scenarios also show that annual rainfall may decrease between 10 and 20, and summer rainfall may slightly increase, which could have a negative effect on the development of some grapevine deceases during the growing season. The scenario for the three most common grapevine diseases (gray mold caused by Botrytis cinerea, and downy and powdery mildews caused by Plasmopora vitícola and Uncinula necátor, respectively) predicts that their presence will continue in the Guadalupe Valley, but they may also appear in the valleys of Ojos Negros, San Vicente, Ejido Uruapan, and Santo Tomás, due to increased temperatures and more summer rainfall in these regions. However, to have more certainty on the future scenarios of these diseases more information is needed on relative humidity at daily timescale, which was not available. Water is a very relevant and limiting factor in Baja California. The aquifers of Tijuana, Tecate, and Santo Tomas are currently over-exploited, and those of Valle de Guadalupe and Ojos Negros are over-granted. Future scenarios of water recharge based annual rainfall reductions indicate that the San Vicente Basin, south of the Wine Route of Baja California, could be negatively affected. However, future scenarios of water use based only on population increase (without climate change) are even more worrying. The availability of water in Guadalupe Valley has been aggravated by water consumption by the City of Ensenada, by the exploitation of sands in the arroyos of the region, and by the increased urbanization in the valleys. The new Ensenada-Tecate highway along the Wine Route has generated a touristic boom favorable to the region; however, it has also produced a strong pressure on massive housing developments. The urban development of the Wine Route has to be very well planned at local and state levels, according to a long-term vision of the viticulture and wine region of Ensenada. Transforming the wine region onto a residential area will mean to destroy the original agricultural vocation of the land used mainly for viticulture, which will also mean to destroy the well-recognized viticulture and wine tradition of Baja California. 30 de noviembre de 2012 6 iii. Recomendaciones de adaptación y mitigación para el sector vitivinícola De acuerdo a los análisis realizados en este estudio se identificaron algunas medidas de adaptación (A) y mitigación (M) al cambio climático que podrían instrumentarse para beneficiar al sector vitivinícola de Baja California, así como las instituciones que podrían coordinar dichos esfuerzos. ESTRATEGIAS INSTITUCIONES A Mantener y ampliar el monitoreo continuo en la región vitivinícola con estaciones meteorológicas automatizadas A Crear o mejorar plataformas en línea para la consulta de información en tiempo real de todas las estaciones meteorológicas automáticas Identificar zonas estratégicas para recarga pluvial Implementar obras de retención de agua pluvial en las zonas estratégicas Apoyar la infraestructura agrícola para el uso eficiente del agua (p. ejemplo, riego por goteo) Incrementar el monitoreo de los acuíferos de la región Regular el crecimiento urbano y la vivienda de la región respetando el ordenamiento territorial y la vocación del uso de suelo Adoptar políticas públicas de sustentabilidad agrícola (uso eficiente del agua, aplicación eficiente y controlada de plaguicidas y fertilizantes) Identificar y evaluar variedades de vides resistentes al estrés hídrico, altas temperaturas, salinidad y plagas CONAGUA, SAGARPA,SECTOR VITIVINICOLA SECTOR ACADEMICO: CICESE, UABC A M M A M M A A Promover la creación de viveros vitícolas especializados para la reproducción de plantas libres de plagas y enfermedades y creación de nuevas variedades (mediante proyectos sectoriales y mixtos) A Promover la expansión de la región vitivinícola hacia las serranías de la región, manteniendo un balance sustentable con la vegetación nativa Impulsar la vinculación de los centros de investigación con el sector vitivinícola para la transferencia de tecnología, conocimiento y desarrollo de capacidades acordes a las necesidades de la región Promover la cohesión de los grupos vitivinícolas para eficientizar el uso de recursos y el desarrollo regional A A 30 de noviembre de 2012 CONAGUA CONAGUA SAGARPA, INIFAP CONAGUA, COTAS SPA de BC, SEMARNAT, IMIP SECTOR VITIVINICOLA SECTOR VITIVINICOLA, ACADEMICO, SAGARPA SECTOR VITIVINICOLA, ACADEMICO, SEMARNAT, CONACYT SPA-BC, SECTOR VITIVINICOLA SECTOR ACADEMICO, VITIVINICOLA SAGARPA, SEFOA, SRIA. TURISMO, SRIA. ECONOMIA, CANACINTRA 7 Uvas Nebbiolo 1. Introducción El libro El Vino Mexicano (Faesler et al. 2003) señala que el auge que está teniendo actualmente la vitivinicultura a nivel nacional se debe a que estamos viviendo un renacimiento de la cultura del vino en México. Según el Consejo Mexicano Vitivinícola, la industria vitivinícola nacional creció significativamente en la última década a la par con el valor de la producción de la uva (Moreno, 2012). A nivel internacional el consumo del vino también experimentó un auge a principios de la década de 1990 aparentemente debido al trabajo del Dr. Serge Renaud, nutricionista de Lyon, quien descubrió que el colesterol derivado de las grasas puede dispersarse por acción del tanino que contiene el vino (Ortiz 2012). Aunque el consumo de vino en México ha aumentado en los últimos años, solo representa el 1% del consumo de las bebidas con graduación alcohólica, superado por mucho por el consumo de tequila, la cerveza y el mezcal (TrejoPech et al. 2011). En Baja California, la vitivinicultura también tuvo un renacimiento a principios de los 90s cuando se empezó a promover la producción de vino a pequeña escala. Un ejemplo de esto es el proyecto de la Escuela de Oficios de El Porvenir, mejor conocida como La Escuelita, en donde se han formado pequeños vinicultores. La tradición vitivinícola en México se remonta a la época de la colonia. Sin embargo, en el Continente Americano existían vides silvestres mucho antes de la llegada de los europeos, como por ejemplo Vitis rupestris, Vitis labrusca, Vitis berlandieri y la uva cimarrón que los pueblos nativos consumían en su dieta regular tanto en México como en Estados Unidos, pero eran mucho más amargas que las uvas comerciales de la actualidad (Pinney 1989; Bernaldez y Olguin 2012). 30 de noviembre de 2012 8 Desde los primeros días de la presencia española en México se introdujo en América el cultivo de la vid Vitis vinífera y la transformación de sus frutos en vino, lo que marcó el inicio formal de la vitivinicultura en la Nueva España. Los Jesuitas y posteriormente los Dominicos y Franciscanos sembraron vides en sus diferentes misiones para producir vino tanto para consumo personal como para sus actos litúrgicos. En 1593, Francisco Urdiñola estableció la primera bodega de vino en el Valle de Parras, Coahuila, creándose así el primer vino de América con fines comerciales (Cruz 1995). La calidad y cantidad de los vinos producidos en México ocasionó que en 1595 se expidiera una ordenanza real prohibiendo el cultivo de vid para la producción de vino, sin embargo no fue del todo respetada ya que los misioneros siguieron con su producción. A pesar de esta prohibición, el 18 de agosto de 1597 Don Lorenzo García estableció la Bodega San Lorenzo en Parras, Coahuila, conocida ahora como la Casa Madero. El mismo cura Miguel Hidalgo y Costilla, al parecer, promovió a principios del siglo XIX el cultivo de la vid en la Parroquia de Dolores, intendencia de Guanajuato; sin embargo, dada la prohibición de la Real Audiencia Española, los cultivos fueron destruidos. La producción de vino se vio seriamente afectada por los diferentes conflictos armados, desde la guerra de independencia hasta la revolución; solo se registran esfuerzos aislados: el de Bodegas Ferriño en Cuatro Ciénegas, Coahuila, los programas promovidos por Porfirio Díaz o el de los rusos Molokanes que iniciaron el cultivo de la vid en 1906 en el Valle de Guadalupe, en Baja California, entre otros. A partir de 1948 se produjo un nuevo giro que condujo a la consolidación de la vitivinicultura mexicana creándose la Asociación Nacional de Vitivinicultura que actualmente agrupa a las principales bodegas del país (Ortiz, 2012). En Baja California, el cultivo de la vid Vitis vinifera se inició con la variedad Misión, paralelamente a la fundación de misiones religiosas; Vitis vinifera fue el “primer árbol extranjero” plantado en el estado (Pinney 1989). En 1791 se funda la misión de Santo Tomás de Aquino en lo que es ahora el Valle de Santo Tomás (Figura 1), siendo en el Rancho Dolores donde nace la primera vinícola de Baja California, conocida como Vinos Misión de Santo Tomás. Después de Santo Tomás, se establecieron en el municipio de Ensenada, la Casa Pedro Domecq, L.A. Cetto e Ibarra. Mas recientemente, y bajo un esquema de producción de vinos de calidad, surgen varias vinícolas: Cavas Valmar, Casa de Piedra, Bibayoff, Adobe Guadalupe, Chateau Camou, Monte Xanic, Mogor Badán y Viña de Liceaga, entre otras. En la actualidad la Guía de Vinos Mexicanos (www.mexicanwineguide.com) enumera más de 70 casas vinícolas, la mayoría de productores artesanales que tienen una producción de vinos de autor. La industria vinícola del Valle de Guadalupe se transforma después de 1986, cuando México se abre al mercado internacional tras adherirse al GATT - Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (General Agreement on Tariffs and Trade). Con esta apertura, surge en el Valle de Guadalupe una nueva generación de empresas vinícolas tipo “boutique”, cuya estrategia competitiva se basa en la producción de vinos de alta calidad (c. f. Gaeta Lara 2006) para competir en el mercado internacional. La fracción del producto interno bruto estatal (PIBE) generado por el sector agrícola y ganadero es muy pequeño comparado con el de los sectores comercial y turístico; sin 30 de noviembre de 2012 9 embargo, la agricultura, en particular la producción de uvas y vino favorecen indirectamente al sector comercial y turístico (incluyendo hoteles y restaurantes); esta sinergia se describe con más detalles en la Sección 2.3. La producción de uva en el estado ocupa el 5º lugar, después del tomate, la fresa, el trigo y la cebolla. El cultivo de la vid en Baja California se extiende a sus cuatro municipios, principalmente para la producción de vino y en segundo lugar para uva fruta y uva pasa. Por su clima mediterráneo (con veranos secos y templados e inviernos húmedos) y la influencia de los vientos frescos y húmedos del Pacifico, asociados en parte a la Corriente fría de California, el municipio de Ensenada localizado al oeste de las sierras de Baja California (Figura 1), es el principal productor de vino y uva para vino en el estado, mientras que la zona agrícola de Mexicali, con un clima semidesértico mas caliente, es el principal productor de uva pasa. En la Figura 1 se muestran las principales zonas de producción de uva en Baja California, siendo las de mayor importancia las que se localizan en la Ruta del Vino en el municipio de Ensenada: el Valle de Guadalupe, San Vicente, Santo Tomás, San Antonio de las Minas, Ejido Uruapan y Ojos Negros. En cada municipio las características edafológicas, hidrológicas y micro-climáticas son diferentes, en especial en los valles del municipio de Ensenada donde el paisaje se mezcla con valles y sierras, razón por la cual tanto los varietales plantados como la calidad de la uva difieren de una zona a otra. Para algunos vitivinicultores el terroir o terruño asociado a un viñedo es lo más importante para la producción de vinos de calidad. Es un término que agrupa diferentes variables que van desde el microclima y las características físicas, químicas y biológicas de los suelos, hasta las buenas prácticas de manejo de la viticultura, lo que provee características distintivas de origen (e.g., Deshpande et al. 2008). Figura 1. Mapa de las cuencas hidrográficas asociadas a las zonas agrícolas de Baja California; los puntos indican las principales zonas productoras de uva y vino. 30 de noviembre de 2012 10 El clima es sin lugar a dudas el factor inicial determinante. Las principales regiones vitivinícolas del mundo, como Baja California, se localizan en climas tipo mediterráneo con veranos secos templados, con temperaturas durante la temporada de crecimiento de la uva (abril-octubre en el Hemisferio Norte) entre 12 y 24oC (Jones et al. 2010). Pero las regiones vitivinícolas también se dan en menor escala en climas continentales secos (Trejo-Pech et al. 2011) como en Sonora, Coahuila, Zacatecas, Aguascalientes y Querétaro (Figura 2). Por sus características climáticas, Baja California es el primer productor de uva industrial (para vino) en México y, Sonora con su clima semiárido extremoso y muy cálido en verano, es el principal productor de uva de mesa y uva pasa. Diversos artículos que resaltan la importancia del clima en la determinación de la aptitud vitícola de diferentes regiones del mundo (p. ej., Jones et al. 2009, 2010; Trejo-Pech et al. 2011), así como del posible impacto que podría tener el cambio climático en dichas regiones. Por ejemplo, para los Valles de Napa y Sonoma, Nemani et al. (2001) encontraron que en las últimas décadas los inviernos y primaveras más cálidos han resultado en inicios más tempranos de la temporada de crecimiento de la uva (de 18 a 24 días más temprano), adelantándose también la temporada de la cosecha. Por la cercanía a California, en este trabajo estamos interesados en saber si el calentamiento global futuro podría tener algún efecto en la aptitud vitícola de Baja California y de otras regiones de México (Figura 2). Figura 2. Las principales regiones vitivinícolas de México (color azul/verde con uvas: Baja California, Coahuila, Zacatecas, Aguascalientes y Querétaro), se localizan en climas tipo mediterráneo y semiáridos continentales con temperaturas promedio entre 12 y 24 oC durante la temporada de crecimiento (abril-octubre). Sonora es el principal productor de uva de mesa en México y Baja California es el principal productor de vino. 30 de noviembre de 2012 11 1.1 Objetivos El objetivo general de este estudio es presentar un diagnóstico de la industria vitivinícola actual de Baja California y evaluar los posibles efectos del cambio climático en el sector vitivinícola bajo dos escenarios de emisiones; es decir, se va a determinar si las zonas de aptitud vitícola actuales podrían cambiar en el futuro. Para esto se analizan los siguientes factores: (1) la problemática actual de la producción vitivinícola de Baja California, (2) el clima actual y futuro para evaluar las posibles modificaciones en la aptitud vitivinícola en las regiones productoras del estado y, (3) el comportamiento actual de las enfermedades y fauna nociva de las vides y el posible impacto de cambio climático en las mismas. Estos resultados formarán parte de las investigaciones de la Quinta Comunicación Nacional de México ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que será presentada en la Décimo Octava Conferencia de las Partes, a fines del presente año. 30 de noviembre de 2012 12 Viñedos del Valle de Guadalupe 2. Situación actual de la vitivinicultura en Baja California 2.1 La vitivinicultura de Baja California en el contexto nacional México es uno de los países más importantes en la producción de uva, con más de 300,000 ton/año en el 2010 (Figura 3). Sin embargo, el grueso de la producción está destinado a uva de mesa, siendo Sonora el principal productor, como se ve en la figura; en tanto que la destinada a uso vinícola es considerablemente menor (SAGARPA, 2009). Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Querétaro, Sonora y Zacatecas son los estados que SAGARPA (www.siap.gob.mx) registra como productores de uva, siendo Sonora, la entidad que produce el 77% de la producción nacional, en su mayoría para como fruta de exportación. Según la Asociación Nacional de Vitivinicultores (FontPlayán et al. 2009), en BC se cultivan 83% de las uvas para vino en México, 8% en Querétaro, 4% en Coahuila, 3% en Zacatecas y 2% en Aguascalientes (Figura 2). Las estadísticas de la SAGARPA (SIACON, 2012) indican que tanto la superficie sembrada, la superficie cosechada y el volumen de producción nacional han sufrido un retroceso a partir de 1986 (Figura 3). Sin embargo, el valor de la producción en pesos 30 de noviembre de 2012 13 corrientes empezó a aumentar desde 1986, fluctuando actualmente entre los 4,000 y los 5,000 millones de pesos, los cuales principalmente son el resultado de producción de uva de Sonora. El valor de la producción de la uva de Baja California (en pesos corrientes) también aumentó, como se observa en la Figura 3 (abajo), del orden de 50 millones de pesos a principios de los 90s a 225 millones en el 2010. Sin embargo, este panorama de crecimiento aparente en el valor de la producción de la uva refleja el proceso de inflación de la moneda, ya que cuando se genera la serie con valores constantes con pesos de 2011, el resultado es distinto. La Figura 4 muestra el valor constante anual de la producción de uva en millones de pesos deflactando los valores de la Figura 3 con el Índice de Precios Productor (IPP: indicador de alerta de inflación) de la uva. A partir de 1992 el valor de la producción disminuyó en términos reales y, a partir de este año, el comportamiento del valor y la producción nacional ha sido regido por el estado de Sonora, el cual produce el 75% de la uva nacional. De acuerdo al Estudio Estadístico sobre la Producción de Uva en Baja California de la Secretaría de Fomento Agropecuario (2011), la superficie plantada con vid en el estado que se utiliza para la producción de vino es de 2,904 Ha, seguida de la de uva fruta (713 Ha) y al final la de uva pasa (118 Ha). Las zonas donde se produce la uva se muestran en la Figura 1 y son en orden de importancia el Valle de Guadalupe, San Vicente, Santo Tomás, San Antonio de las Minas, Ejido Uruapan, Ojos Negros y otras pequeñas localidades del Municipio de Ensenada con una superficie plantada de 3,360 Ha. En Mexicali la producción se lleva a cabo en 272 Ha distribuidas principalmente en el Ejido Netzahualcóyotl. El Municipio de Tecate dedica 36 Ha a la siembra de uva en varios ranchos, principalmente el San Lorenzo. La producción anual de uva en Baja California ha bajado considerablemente, de 70,000 ton que se producían en 1982 solo se produjeron 23,472 ton en el 2011 (Figura 5). Tanto la superficie sembrada como la cosechada han disminuido de más de 8,000 Ha a menos de 4,000 Ha en el mismo período; es decir, la superficie cosechada ha disminuido y en consecuencia la producción de uva. La disminución paulatina de la superficie cosechada alcanzó un mínimo de 2,687 Ha en el 2007, con una producción de 17,000 ton. Esta baja en la superficie cosechada fue debida a los bajos precios que se pagaba por la uva, lo que propició que muchos viticultores cambiaran de cultivo en sus tierras. A partir del 2008 se inicia una recuperación en la producción, pasando de 17,325 ton a 23,472 ton en 2011, aunque la superficie cosechada de 2,918 Ha en 2008 solo aumentó a 3,271 Ha en 2011. El aumento en la producción se puede explicar por el rendimiento por hectárea, que pasó de 5.49 en 2008 a 7.17 ton/Ha en el 2011; sin embargo no alcanza los rendimientos del estado de Sonora (Figura 6) debido a un aclareo o raleo (corte de racimos verdes) más intenso en Baja California para obtener una uva óptima en concentración y complejidad de sabores para la producción de vino. 30 de noviembre de 2012 14 Figura 3. Valor corriente anual y volumen de la producción de la uva a nivel nacional, de Sonora y Baja California. La figura de abajo muestra el valor corriente de la uva de Baja California. El valor de la producción no está corregido por la inflación (Fuente: SIACON, 2012). A partir del 2004, el interés por la producción de vino en Baja California se incrementa; el número de vinicultores aumenta (actualmente el Sistema Producto Vid de Baja California está integrado por 200 viticultores) y los precios de la uva aumentan igualmente, lo que ocasiona primero, una estabilización de la superficie cultivada con vid a partir del 2008 y paulatinamente un incremento de ella. Sin embargo, tanto la superficie sembrada, la superficie cosechada y la producción no han alcanzado en 2011, las cifras registradas a principios en los 80s y 90s. El consumo de vino en México ha aumentado en los últimos años situándose actualmente en los 60 millones de litros, de los cuales el 74% es producto de importación y solo el 26% es de origen nacional; de esta producción doméstica Baja California produce el 85% (Trejo-Pech et al. 2011; Moreno 2012). A pesar de que México tiene una larga tradición 30 de noviembre de 2012 15 de producción y consumo de bebidas alcohólicas como el tequila, la cerveza y el mezcal, el consumo total de vino en México representa solo el 1% del consumo de las bebidas con graduación alcohólica; esto resulta en un consumo per cápita de vino en México de aproximadamente 550 ml por año comparado con el consumo promedio mundial de 50 litros por año. El bajo consumo de los vinos mexicanos se deriva en parte del alto precio de los mismos ya que los impuestos que pagan son iguales o superiores a los vinos importados. Figura 4. Valor constante anual (corregido por inflación) de la producción de la uva a nivel nacional, de Sonora y Baja California. El valor de la producción anual real de Baja California es del orden de 3 millones de pesos. (Fuente: SIACON, 2012). Figura 5. Volumen de producción y superficie cosechada de uva en Baja California (Fuente: SIACON, 2012). 30 de noviembre de 2012 16 Figura 6. Rendimiento de la uva/Ha a nivel nacional, en Sonora y en Baja California. La figura de la derecha muestra con más detalle el rendimiento de Baja California (Fuente: SIACON, 2012). Se han desarrollado varios esfuerzos para apoyar al sector. Por ejemplo en el 2008 se llevó a cabo el Primer Foro Legislativo de la Industria Vitivinícola. Algunas de las demandas específicas del sector fueron (1) fomentar de cultivo de la vid, no solamente de Baja California, sino también de otros estados que han presentado interés como Querétaro, Coahuila, Zacatecas y Aguascalientes, (2) buscar estímulos fiscales para la industria vitivinícola, e (3) implementar campañas de promoción del consumo del vino mexicano (Memoria del Primer Foro Legislativo, 2008; c.f. Parra, 2012). El interés de la federación en la industria vitivinícola también se percibió en la inauguración del Museo de la Vid y el Vino en el Valle de Guadalupe en agosto de 2012, a la cual asistieron el Presidente Felipe Calderón, dos secretarios de Estado, el Director del CONACyT y autoridades del estado de Baja California. En marzo de 2012, el CICESE y la Universidad de San Diego organizaron el taller internacional “Workshop on the Science of Vines and Wines: Example of an International Collaborative, and Sustainable approach” para promover el intercambio de conocimientos entre los científicos y el sector vitivinícola de Baja California y California. Por último, cabe mencionar que el presente estudio se origina de una solicitud de la Cámara de Senadores al INE para apoyar a la industria vitivinícola mediante estudios de la aptitud actual y futura del sector debida a los posibles impactos del cambio climático. 2.2 La vitivinicultura en los valles de Baja California Los valles productores de uva en Baja California (Figura 1) presentan diferencias significativas tanto a nivel municipio como a nivel regional dentro de los municipios. Según datos del 2010, Ensenada es el principal productor de uva de mesa (74%) y vino (97%) del estado, mientras que Mexicali produce el 25% de uva de mesa y el 83% de uva pasa (SAGARPA, 2011). 30 de noviembre de 2012 17 En Ensenada se encuentra el Valle de Guadalupe y San Antonio de las Minas (Carretera Ensenada-Tecate), Ojos Negros y El Tule (Carretera Ensenada-San Felipe), Santo Tomás, San Vicente y Uruapan (Carretera Ensenada-La Paz). Los Municipios de Tijuana, Tecate y Mexicali presentan una producción limitada a ciertas parcelas. En los valles del municipio de Ensenada se cultivan más de 40 varietales de uva en contraste con Tijuana donde solo se cultivan dos varietales (Sepúlveda, 2008; SAGARPA, 2011). La SAGARPA (2011) identifica 46 variedades de uvas para vino y 4 para uva de mesa que se producen en el estado. Por su rendimiento, las principales uvas de mesa son la Chuckla, la Princess, la Crimson y la Thompson sin semilla, aunque la Red Globe es la que más se siembra. Cada valle es particular con respecto al varietal de uva para vino tinto o blanco que preferentemente está sembrado. Sin embargo, de los varietales para vino tinto el Cabernet Sauvigon es el que se siembra en mayor escala (20% del área sembrada en Baja California) con un rendimiento de 5 ton/Ha, mientras que el Chenin Blanc es el principal varietal para vino blanco (6.77% de superficie sembrada) con un rendimiento de 8 ton/Ha. Otros varietales para vino tinto que se producen en la región son, en orden de importancia: Merlot, Tempranillo, Nebbiolo, Grenache, Petit Syrah, Syrah, Zinfandel, Barbera y Carignane. Para vino blanco también se producen en la región el Chardonnay, Sauvignon Blanc, Palomino y Viognier. Al no haber restricción en el tipo de varietal que debe plantarse en la región, se pueden encontrar varietales como Pinot Noir, Anglianico, Brunello o Dolcetto, por nombrar solo algunos de ellos, aspecto que extiende tanto el número de vinos varietales, como las posibles mezclas de ellos para desarrollar vinos de autor. 2.3 La Ruta del Vino Ensenada se distingue a nivel nacional por ser una de las entidades donde más se consume vino; sin embargo, la cultura del vino en la región estuvo latente hasta los años 90, cuando pequeños y medianos productores comenzaron a producir vinos de alta calidad y a fomentar diversas actividades artísticas y culturales, en especial durante las fiestas de la vendimia. El complejo vinícola, gastronómico y artístico desarrollado en las instalaciones de Bodegas de Santo Tomás en el centro de Ensenada fue un detonador para la consolidación de las Fiestas de la Vendimia en la llamada Ruta del Vino. La Ruta del Vino en la carretera Ensenada-Tecate, desde San Antonio de las Minas hasta el Valle de Guadalupe, es donde se concentra la mayoría de las casas vitivinícolas. Sin embargo, en años recientes los vitivinicultores del sur de Ensenada, desde Santo Tomás a San Vicente han empezado a promocionar la llamada Antigua Ruta del Vino, y más recientemente los viticultores de Tecate empezaron a desarrollar lo que ellos llaman la Puerta Norte de la Ruta del Vino. Igualmente los productores en el Valle de Ojos Negros hacen festividades en colaboración con los productores de quesos de Real del Castillo, distinguiéndose la Cava de Marcelo, donde se producen quesos de alta calidad. Ensenada se reconoce a nivel nacional e internacional por sus fiestas que fusionan la cultura, el arte, la gastronomía y los buenos vinos a lo largo del año. En febrero se inician 30 de noviembre de 2012 18 las festividades con el tradicional Baile de Máscaras y Disfraces; en abril se celebra el Festival de las Conchas y el Vino Nuevo; en mayo se realiza la fiesta de los Viñedos en Flor dando inicio a un sinnúmero de eventos y festividades asociadas a la vendimia tales como visitas enológicas, el Guateque (fiesta de vinos artesanales), y el Lanzamiento de las Botellas al Mar en el mes de julio; en agosto se llevan a cabo la Muestra Internacional de Vino, Ensenada se Viste de Vino, la fiesta del Caballo en Adobe Guadalupe, y presentaciones artísticas en el Rancho San Gabriel, en Viñedos L.A. Cetto, Barón Balché, Mogor Badán y Monte Xanic, entre otros. Algunos restaurantes de temporada instalados entre los viñedos de las casas vitivinícolas abren sus puertas al igual que los restaurantes permanentes como “Laja” o “Corazón de Tierra”, ganadores de varios premios por su excelente cocina. Estas festividades tienen su punto culminante en las fiestas de la vendimia, que se celebran desde hace 22 años, a partir del primer viernes de agosto (www.fiestasdelavendimia.com). Después de toda esta frenética actividad, viene una no menos importante, la vendimia de los primeros varietales de uvas blancas, terminando muchas veces hasta mediados de octubre con la cosecha de los últimos varietales de uvas tintas. Esta cultura enológica y gastronómica ha adquirido una gran notoriedad nacional e internacional por los diversos reconocimientos que han recibido ambas actividades, lo que ha redundado en una derrama económica significativa en el turismo regional (comercio, restaurantes y hoteles). Actualmente existe una sinergia muy importante entre estas actividades, lo que también beneficia al sector agrícola, ganadero y pesquero, creando al mismo tiempo, fuentes de trabajo bien remuneradas. Los pequeños y grandes vitivinicultores se han visto beneficiados igualmente por el empuje de nuevas carreras académicas en el estado para apoyar a este sector como la Estación de Oficios de El Porvenir (también conocida como La Escuelita de Hugo D´Acosta y Thomas Egli), las carreras de Gastronomía y Enología de la Universidad Autónoma de Baja California y las investigaciones que realiza el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada Baja California (CICESE) en temas del agua, variabilidad y cambio climático, levaduras regionales, enfermedades de las vides y fauna nociva. Estas instituciones han formado gente a diferentes niveles, desde aquellos interesados en producir su propio vino (nano, micro y pequeños productores), hasta especialistas en gastronomía y enología e investigadores de alto nivel. Esta sinergia ha creado un boom de más de 40 nuevas casas vinícolas en la región en las últimas dos décadas. Por lo tanto, apoyar la vocación vitivinícola que siempre ha estado presente en Baja California, significa apoyar al desarrollo de otras actividades productivas generadoras de empleos en el estado. 30 de noviembre de 2012 19 Vino Cumulus del Valle de Guadalupe 3. Clima presente y futuro de las regiones vitivinícolas de México Se han escrito un gran número de artículos que resaltan la importancia del clima en la determinación de la aptitud vitícola de diferentes regiones del mundo (p. ej., Jones et al. 2009, 2010; Trejo-Pech et al. 2011), así como del posible impacto que podría tener el cambio climático en dichas regiones (Nemani et al. 2001, White et al. 2006). Por ejemplo, para los Valles de Napa y Sonoma, Nemani et al. (2001) encontraron que en las últimas décadas los inviernos y primaveras más cálidos han resultado en inicios más tempranos de la temporada de crecimiento de la uva (de 18 a 24 días más temprano), adelantándose también la temporada de la cosecha. Otro ejemplo interesante es el caso de la producción de vinos ingleses que empezaron a decaer considerablemente en el siglo 17 aparentemente debido a un enfriamiento regional, desapareciendo por completo después de la Primera Guerra Mundial (Salley 2008). Sin embargo, la temperatura en el sur de Inglaterra se ha incrementado aproximadamente 1.5 oC en los últimos 50 años; esto ha permitido que después de un largo periodo se introduzcan nuevamente los viñedos a esa región (Salley 2008). Se presenta un análisis de los factores climáticos y meteorológicos más relevantes para los viñedos de varias regiones del país y de California para explicar por qué Baja California es el principal productor de vino en México. También se analizan varios escenarios de cambio climático para evaluar la aptitud futura de la región vitivinícola de Baja California. 30 de noviembre de 2012 20 3.1 Factores climáticos relevantes para los viñedos Se requieren 4 condiciones climáticas básicas para el desarrollo favorable de los viñedos: (1) Número adecuado de unidades de calor (UC) acumuladas durante la temporada de crecimiento, (2) riesgo bajo de heladas, (3) ausencia o baja frecuencia ondas de calor extremas (White et al. 2006) y (4) poca lluvia durante la temporada de crecimiento para evitar la formación de plagas y enfermedades. Aunque las uvas se pueden producir en un rango amplio de zonas climáticas, un buen balance de estas condiciones favorece la uva de calidad, además de las características del terroir particular de cada región, mencionado en la introducción. La longitud de la estación de crecimiento y las temperaturas (cantidad de calor acumulado) son aspectos críticos debido a su gran influencia sobre la capacidad de madurar las uvas a niveles óptimos de azúcar, acidez y sabor, los cuales determinan la calidad y estilo de un vino. Diversos estudios (e.g., Spellman 1999; Salley 2008) ubican a las principales regiones vitivinícolas del mundo entre las isotermas promedio anual de 10 y 20 oC y en menor escala a las que llegan a una temperatura de 22 oC, como se muestra en el mapa de la Figura 6a. En este mapa se ven las regiones vitivinícolas por excelencia a escala mundial, como las que tienen clima mediterráneo y con influencia marítima, como Baja California, California, España, Francia, Italia, Chile, Nueva Zelandia, Australia y Sud África. Sin embargo, en el mapa de la Figura 6a quedan fuera algunas regiones de México con clima semiárido continental que también producen uvas y vino, como los que se muestran en la Figura 2. Utilizando datos climáticos más actualizados del CRU (Mitchell y Jones 2005; ver Anexo 1) se observa que la isoterma de 20 oC si entra a México (Figura 6b) cubriendo los otros estados de México que también producen uva y vino (Coahuila, Zacatecas, Durango, Aguascalientes y Querétaro), los cuales se resaltan con un racimo de uvas en la Figura 2. Gran parte de Sonora (el principal productor de uva en México) y la región de Mexicali, B. C. tienen temperaturas promedio anuales mayores a 20 oC (Figura 6b) indicando que estas regiones son menos aptas para la producción de uva para vino, aunque son regiones altamente productoras de uva de mesa y pasas en México. Otros estudios sobre la fenología de las vides también indican que temperaturas promedio entre 12 y 24oC durante la temporada de crecimiento de la uva (TC: de abril a octubre en el Hemisferio Norte) son las más adecuadas para diferentes varietales (Jones et al. 2006). Con excepción de Mexicali, todas las regiones vitivinícolas de Baja California tienen temperaturas de ~20oC durante la TC (Figura 7b). Como Mexicali, la región de Hermosillo y Caborca en Sonora tienen temperaturas mayores a 24 oC durante la TC. De acuerdo a Jones et al. (2006) el grupo climático más caliente, entre 19 y 24oC durante la TC, es adecuado para algunos varietales como Cabernet Sauvignon, Grenage, Zinfandel, Nebbiolo y, por supuesto, uva fruta y pasas (Figura 8). Como se mencionó en la Sección 2.2, en Baja California se cultivan 46 varietales y algunos de ellos 30 de noviembre de 2012 21 corresponden a la clasificación de clima más frescos (intermedio y cálido) en la Figura 8. Esto se debe posiblemente a las condiciones microclimáticas que se generan entre los valles y las sierras de Ensenada y el terroir de cada región. Figure 6. (a) Regiones vitícolas mundiales por excelencia (sombreadas en negro) de acuerdo a las isotermas anuales de 10 y 20oC; regiones de menor importancia se muestran con sombreado gris (Adaptado de Spellman, 1999). (b) Temperatura promedio anual durante 1961-2000 usando una base de datos más reciente. 30 de noviembre de 2012 22 Figura 7. Temperatura media de la temporada de crecimiento (TC) de la uva (Abr-Oct). Las zonas vitivinícolas principales se delimitan entre las isotermas de 12 y 24oC. En el inciso (b) se resaltan especialmente las temperaturas de Baja California y Sonora. Periodo utilizado 1961-2000. Temperaturas máximas y mínimas La Figura 9 muestra la climatología diaria de las temperaturas máxima y mínima en varias regiones vitivinícolas de México y de California. En esta figura se escogió la estación de San Vicente como un ejemplo representativo de la región vitivinícola de Baja California por tener datos climáticos diarios continuos y de buena calidad. En las Figuras 9 y 10, las estaciones de Hermosillo, Sonora y Bataques en Mexicali son las que sobresalen del grupo; es decir, son las que se caracterizan por tener las temperaturas más altas en la TC, cerca de 40oC en julio y agosto; esto es favorable para las uvas de mesa y uva pasa por la gran acumulación de unidades de calor y por lo tanto de azucares. En la Figura 9 también se observa que Ojos Negros, por estar cerca de la sierra (a 700 metros sobre el nivel del mar), es la localidad que presenta las temperaturas mínimas más bajas de la región vitivinícola de Baja California. Lovell et al. (2007) también menciona en un estudio de las vides de California, que las temperaturas mínimas entre 6.5 y 9 oC en abril son favorables para una mejor productividad de la uva. En general, las temperaturas mínimas de verano en la región vitivinícola son del orden de 10 a 15 oC. El clima mediterráneo y las noches frescas de verano aseguran un equilibrio y riqueza de sabores de las uvas (http://fiestasdelavendimia.com), factores que hacen de Baja California la principal región vitivinícola de México. 30 de noviembre de 2012 23 Figura 8. Clasificación de algunos varietales de uva según la temperatura de la temporada de crecimiento (Adaptado de Jones 2006). Con excepción de los varietales del grupo frío, todos los demás se producen en Baja California. Se resaltan los varietales los más comunes. 30 de noviembre de 2012 24 Figura 9. Climatología diaria de las temperaturas máximas y mínimas de varias estaciones climatológicas localizadas en regiones vitivinícolas de México y California (Arriba) y de Baja California (Abajo). Se indica la temporada de crecimiento (TC) de las uvas de abril a octubre. 30 de noviembre de 2012 25 Unidades de Calor Las temperaturas diarias máximas y mínimas durante la temporada de crecimiento son fundamentales porque se asocian con la acumulación de grados calor por día o unidades calor por día (UC en grados día: oD) indispensables para el crecimiento de la planta y la formación de azucares. El monitoreo diario de la acumulación de las UC sirve para predecir la evolución de la planta, por ejemplo cuándo va a florear o cuándo podría alcanzar la madurez. Los cálculos de las UC se basan en el área entre las curvas de los umbrales máximos y mínimos (30oC y 10oC) durante la TC (ver Anexo 2). En la Sección 6.3 también se mencionan otros índices de temperatura acumulativos que se monitorean comúnmente en los viñedos, incluso a escala horaria, para diagnosticar y prevenir el desarrollo de enfermedades en las plantas. Se utilizó el método de la Universidad de California para calcular las UC acumuladas durante la temporada de crecimiento, como se describe en el Anexo 2, para todas las localidades vitivinícolas. Nuevamente Hermosillo (Figura 9) y Bataques, Mexicali (Figura 10) sobresalen con las UC acumuladas más altas (3000 oD). Las UC > 2700 oD corresponden al límite más caliente de las regiones vitícolas según una clasificación de Estados Unidos que contiene 5 grandes regiones; las que tienen UC mayores a 2700 oD son las menos aptas para la producción de uvas para vino (Jones et al. 2010). Con excepción de Mexicali, las localidades vitivinícolas de Baja California tienen en promedio 1700 UC, que corresponden a la Región intermedia III (de las 5 regiones aptas para la vitivinicultura). Las UC más adecuadas van desde 850-1389 (Región I: la más fría) hasta 2222-2700 (Región V: la más caliente). Es interesante notar que hay regiones en el mundo que producen uva y vino en zonas más frías que las que se consideran en esta escala (por ejemplo, Vancouver en Canadá y el estado de Washington en los Estados Unidos; Ortiz, 2012). Algunas regiones del mundo muy conocidas por sus vinos, como el Valle de Napa (Figura 10), Bordeaux y Champaigne tienen cerca de 1500 o D durante la temporada de crecimiento. De las regiones vitivinícolas analizadas en este trabajo, las que tienen las temperaturas mínimas (Figura 9) y las UC (Figura 10) más bajas son el Valle de Napa en California, Ojo Caliente en Zacatecas y Ojos Negros en Baja California. Por el contrario, las regiones de México que están más cerca de alcanzar el límite superior de 2700 UC son Lerdo en Durango y la región de Parras de la Fuente/Ramos Arizpe en Coahuila (Figura 9). Sin embargo, Parras de la Fuente tiene una larga tradición de producción comercial de uva y vino y es la región vitivinícola más antigua del Continente Americano. Tal vez, su clima semiseco templado con poca lluvia en verano y su localización a 1533 metros sobre el nivel del mar han favorecido esta larga tradición. 30 de noviembre de 2012 26 Figura 10. Igual que la Figura 8, pero para los grados o unidades de calor diarias (UC en o D) acumuladas durante la temporada de crecimiento (Abr-Oct). Precipitación La precipitación anual en la región vitivinícola de Baja California es del orden de 270 mm. Las 2 localidades de California (Napa Valley y Madera en la Figura 11), así como las de la región vitivinícola de Baja California (Figura 12) muestran claramente la característica de los climas mediterráneos: lluvias de otoño/invierno y veranos secos. La precipitación de estas regiones también es modulada interanualmente por la influencia del 30 de noviembre de 2012 27 fenómeno de El Niño/Oscilación del Sur (ENSO), con más lluvia invernal generalmente durante años de El Niño y menos lluvia durante la fase fría, conocida como La Niña. Durante años neutrales (no-ENSO) y del Niño hay una mayor frecuencia de años húmedos debido a la influencia de la corriente de chorro subtropical y aguas más cálidas de la Corriente de California (especialmente durante años El Niño). Los inviernos húmedos favorecen la recarga de los acuíferos y la humedad del suelo que beneficia particularmente a los viñedos de temporal. Sin embargo, un año con demasiada lluvia también puede resultar nocivo por la aparición de algunas plagas y enfermedades de los viñedos, así como bajos contenidos de azúcar, lo cual modifica el sabor de la uva y la calidad de los vinos de esa añada. La determinación de las temperaturas durante la temporada de crecimiento y las UC bajo condiciones de cambio climático, así como los posibles cambios estacionales de la precipitación son factores importantes para determinar si en el futuro la aptitud vitícola de Baja California podría o no cambiar. Figura 11. Ciclo anual de la precipitación (mm/mes) en varias regiones vitivinícolas de México y California. Se resalta el periodo de crecimiento (TC). 30 de noviembre de 2012 28 Figura 12. Ciclo anual de la precipitación (mm/mes) en las principales regiones vitivinícolas de Baja California, que se caracterizan por un clima mediterráneo (lluvias en invierno y seco en verano). Se resalta el periodo de crecimiento (TC). 3.2 Heladas White et al. (2006) menciona que las regiones vitivinícolas más aptas son aquellas que tienen ausencia o baja frecuencia de heladas [y granizadas]. Las heladas pueden ocurrir cuando se registran temperaturas de 4 oC o menores y el impacto depende de la duración o intensidad del evento. En Baja California las heladas y nevadas (en las partes altas de las sierras) ocurren especialmente entre noviembre y marzo, pero también pueden ocurrir en octubre y abril. Se asocian con el paso de frentes fríos y también a la corriente de chorro subtropical. Revisando la Base de Datos Climáticos del Noroeste de México desarrollada por el Programa Estatal de Acción Ante el Cambio Climático de Baja California (http://peac-bc.cicese.mx/datosclim/) se observa que en la región vitivinícola de Baja California las temperaturas promedio más frías ocurren en Ojos Negros (Tmin = 0.1oC) que se localiza a 700 metros sobre el nivel del mar; le siguen el Ejido Uruapan (Tmin = 2.1oC), Santo Tomás (Tmin = 3.3oC), San Vicente (Tmin=3.8oC) y Olivares Mexicanos (Tmin = 3.8oC). Las localidades por arriba de 500 m sobre el nivel del mar son las más propensas a sufrir heladas. Las climatologías diarias de las temperaturas mínimas también se pueden apreciar en la Figura 9 para las estaciones de Baja California y las de las otras regiones vitivinícolas de México y California. Por otra parte, las granizadas también pueden afectar las vides y sus frutos. En la región vitivinícola de Baja California no es común este fenómeno, pero en las otras regiones del 30 de noviembre de 2012 29 país que se encuentran en el Altiplano Mexicano, donde tienen lluvias de verano, las granizadas ocurren con más frecuencia y pueden afectar tanto al fruto como a las plantas. 3.3 Ondas de calor En el Anexo 3 se incluye un análisis de las ondas de calor en la región vitivinícola de Baja California derivada de una tesis de maestría del CICESE (Espinoza, 2012). La mayor frecuencia de ondas de calor en la región vitivinícola de Baja California ocurre entre junio y octubre, pero la mayor variabilidad se observa en septiembre. La intensidad y frecuencia de las ondas de calor en la región puede afectar negativamente la calidad de las uvas y los vinos de una temporada, y pueden influir en las fechas de la vendimia debido a una mayor acumulación de unidades de calor. Dependiendo de su severidad – y el tipo de cepa – las ondas de calor pueden hacer madurar las uvas más temprano, u obligar a los viticultores a irrigar los viñedos para cosechar más tarde. En el Anexo 3 se presenta un diagnóstico de las ondas de calor observadas en la región vitivinícola de Baja California durante el periodo 1948-2008. 3.4 Escenarios de cambio climático para el Noroeste de México Los modelos climáticos de circulación global son los que generan los escenarios futuros de cambio climático de acuerdo a diferentes emisiones de gases de efecto de invernadero o de radiación. Aquí se analizaron dos posibles escenarios de cambio para el siglo 21, uno de bajas (RCP 4.5) y otro de altas (RCP 8.5) emisiones de radiación, los cuales podrían traducirse en cambios en la temperatura y en otras variables climáticas y ambientales de la región. Se evaluaron los cambios en la temperatura mínima, máxima y promedio, unidades de calor y precipitación estacional en México y el Noroeste de México. Para analizar adecuadamente las unidades de calor durante la temporada de crecimiento de las uvas es necesario utilizar datos diarios. El único modelo climático de circulación global que tenía datos diarios al momento de llevar a cabo este análisis fue el modelo británico Hadley (HadGEM-ES2). Los datos históricos diarios y los escenarios para el siglo 21 del modelo Hadley son de la base de datos del Climate Model Intercomarison Project, fase 5 (CMIP5), que serán utilizados en el 5º Reporte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Se obtuvieron 4 realizaciones, las cuales se promediaron para analizar solo un ensamble promedio. Se hicieron los análisis para el periodo observado (1961-2000) y para dos periodos futuros (2015-2039) y (20752099). Aquí se reportan los cambios futuros para los dos escenarios: la diferencia del escenario futuro menos el presente para la temperatura y la precipitación. Aunque en los términos de referencia se menciona llevar a cabo un análisis de 20002015, el cual nosotros sugerimos que no se hiciera porque incluye 12 años del periodo observado y solo 3 años del futuro. Nosotros consideramos que se justifica más hacer un análisis para el periodo 1961-2000 en lugar de 2000-2015, además lo hicimos para todo 30 de noviembre de 2012 30 México y no solo para Baja California; esto le agrega valor al trabajo porque pone en perspectiva nacional a la vitivinicultura de Baja California. Por lo tanto, lo que reportamos aquí son análisis para 1961-2000, 2015-2039 y 2075-2099. En el caso de los escenarios de las UC, es mejor reportar los cambios totales de esta variable, porque sabemos que el límite superior aproximado para la aptitud de las regiones vitivinícolas es 2700 oD. El modelo Hadley tiene un sesgo frío en las temperaturas máximas de casi 2 oC en el periodo observado en la región de estudio. Esto generó grandes incertidumbres en el cálculo de las UC futuras. Por lo tanto, para reducir el error, los escenarios futuros que reportamos aquí, en el caso de las UC y de temperaturas, son las de la base de datos observada del CRU más el cambio futuro derivado de modelo global. Es decir, a los escenarios futuros del modelo Hadley se le restaron los datos históricos del modelo. Este cambio futuro se lo agregamos a los datos climáticos del CRU históricos para obtener el escenario climático final. Todos los cambios se calcularon con respecto al periodo histórico de 1961-2000. Como son demasiadas figuras, solo escogimos algunas representativas para ejemplificar los cambios futuros en la región. 3.4.1 Escenarios futuros de las unidades de calor y la temperatura La Figura 13 muestra las UC observadas en el Noroeste de México en el periodo histórico (1961-2000) y la Figura 14 muestra las UC promedio para el 2015-2039 y el 2075-2099 para los dos escenarios de emisiones. Como se mencionó en la Figura 10 y como se ve en el mapa de la Figura 13, las UC observadas en la región vitivinícola de Baja California son del orden de 1700-2000 oD; el límite crítico de aptitud vitivinícola es 2700 UC. Figura 13. Unidades de calor (oD) observadas durante la temporada de crecimiento (AbrOct). Las zonas vitivinícolas son más aptas en regiones con UC<2700 oD (línea café). 30 de noviembre de 2012 31 Considerando solo el factor de las UC, se observa en el mapa de la Figura 13 que en el presente casi toda Baja California, con excepción de la zona de Mexicali tiene aptitud vitivinícola. A nivel nacional también se resaltan las zonas vitivinícolas del altiplano y el centro de México en colores azules y verde. A mediano plazo (2015-2039; Figura 14), el patrón de las UC en Baja California casi no cambia con respecto al periodo base (1961-2000), pero a largo plazo, a finales de siglo se observa que las regiones aptas en Baja California y California se encogen, especialmente bajo el escenario más extremo (RCP85). Figura 14. Escenarios esperados de las unidades de calor (oD) durante la temporada de crecimiento (Abr-Oct) para: (a, b) 2015-2039 y (c, d) 2075-2099, bajo los escenario de bajas (RCP45, izquierda) y altas (RCP85, derecha) emisiones. Se resaltan las regiones vitivinícolas más aptas con UC<2700 oD (contorno café). También a finales de siglo, las zonas no aptas para la vitivinicultura se expanden en todo el Noroeste de México y Suroeste de Estados Unidos, dejando solo las zonas mediterráneas, aunque más contraídas, especialmente en California. Por lo tanto, desde el punto de vista de las UC, la región vitivinícola de Baja California como la conocemos ahora podría continuar siendo apta para el cultivo de las vides durante casi todo el siglo 21. 30 de noviembre de 2012 32 Figura 15. Igual que la Figura 14, pero para los escenarios de temperatura promedio (oC) durante la temporada de crecimiento (TC). Se resaltan las zonas más aptas para la vitivinicultura entre las isotermas de 12 y 24oC. Los valores futuros más grandes en la región vitivinícola de Baja California son del orden de 2200-2400 UC a finales de siglo y bajo el escenario más extremo (RCP85). A nivel nacional las zonas aptas el altiplano y centro de México se contraen considerablemente (no se muestran). Como las UC dependen de la temperatura promedio durante la temporada de crecimiento, los patrones espaciales esperados de las UC en el siglo 21 son muy similares a los patrones de la temperatura futura (Figura 15). La temperatura podría aumentar aproximadamente 1.5 oC en los próximos 30 años y hasta 4 oC a finales del siglo bajo el escenario de altas emisiones (RCP8.5). La temperatura promedio observada en la región en la temporada de crecimiento es del orden de 20 oC (Figura 7). Por lo tanto, en el escenario más extremo un aumento de 4oC indicaría, como en el caso de las UC, que la región aun sería apta para la vitivinicultura. Algunas de las variedades de uva para vino más resistentes a las altas temperaturas son Zinfandel, Nebbiolo, Grenache y Cavernet Sauvignon (Figura 8). Las uvas de mesa y uva pasa son aún más resistentes a las altas temperaturas, por lo que generan más azucares que las uvas para vino. 30 de noviembre de 2012 33 En los escenarios futuros se tiene que considerar que al aumentar la temperatura, también podría aumentar la frecuencia de eventos extremos y ondas de calor; esto se tendrá que analizar en un estudio futuro. También se sugiere analizar si con el calentamiento esperado en el futuro se podrían modificar las fechas de inicio de la temperada de crecimiento y de cosecha, como ya se ha reportado para el Valle de Napa en California (Nemani et al. 2001). 3.4.2 Escenario de cambios en la precipitación Debido a su clima mediterráneo, la precipitación de la zona vitivinícola de Baja California es predominantemente invernal (del orden de 200-290 mm; Figs. 12 y 16), por lo que la precipitación de verano es bastante escasa. Solo en las partes altas de la sierras de Baja California a veces llueve en verano como consecuencia de la precipitación convectiva y del monzón (Figura 16), lo que puede generar escurrimientos efímeros. La escasa lluvia de verano es un factor que favorece la vitivinicultura de la región, ya que evita la formación de plagas. La Figura 17 muestra los posibles cambios futuros de la precipitación estacional bajo dos escenarios de emisiones. Los cambios muestran que la precipitación invernal podría disminuir ligeramente en los próximos 40 años, mientras que la reducción invernal podría ser mayor a finales del siglo. En contraste, la zona vitivinícola de California podría recibir más lluvias de invierno asociadas a la corriente de chorro. La zona del monzón en el Noroeste de México es la que muestra cambios más drásticos (mayores reducciones de precipitación), especialmente a finales de siglo. Los escenarios de verano indican que la precipitación podría aumentar ligeramente en Baja California durante el siglo 21, posiblemente como efecto del contraste térmico océano-continente y de otros factores dinámicos que se tendrán que investigar. En general, se esperan reducciones anuales de precipitación del orden de 10 a 20 mm en el trascurso del siglo 21. El posible aumento de lluvias de verano y temperaturas más altas podrían favorecer el desarrollo de plagas y enfermedades nocivas para las vides, como se explica mas adelante en la Sección 6. Sin embargo, se debe de tomar en cuenta que estos escenarios se hicieron con un solo modelo (el Hadley), y aunque es uno de los que simula más adecuadamente el clima del Noroeste de México (Cavazos y Arriaga-Ramirez 2012), puede contener errores como los detectados en las temperaturas máximas. Por lo tanto, se debe recordar que estos resultados solo son escenarios que sirven para prevenir y generar medidas y acciones de adaptación al sector; por lo que se recomienda fortalecer el monitoreo diario y las predicciones estacionales del clima para hacer un mejor uso de los recursos y prevenir los efectos negativos. Además, para una planeación adecuada de la disponibilidad de agua de la región se deben de considerar otros factores como la hidrogeología que se describe en la siguiente sección y el desarrollo urbano y el crecimiento poblacional (Sección 5). 30 de noviembre de 2012 34 Figura 16. Precipitación (mm) promedio anual, de invierno y de verano durante 19612000 (Datos observados del CRU). Figura 17. Escenarios de cambio en la precipitación (mm totales) de invierno y de verano en el periodo 2015-2039 de acuerdo al escenario de altas emisiones (RCP8.5, arriba) y bajas emisiones (RCP45, abajo) derivados de los datos del modelo HadGEMES2 relativo a la climatología de 1961-2000. 30 de noviembre de 2012 35 Figura 18. Igual que la Figura 17, pero para el periodo 2075-2099. 30 de noviembre de 2012 36 Arroyo de Valle de Guadalupe 4. Hidrogeología de la región vitivinícola de Baja California Un factor sumamente relevante que podría limitar la producción vitivinícola en Baja California en el futuro cercano es el agua. Además, de las fluctuaciones típicas del clima, la disponibilidad del recurso hídrico se ha visto agravado por el consumo de agua en la ciudad de Ensenada y, últimamente, por la explotación de arena en los arroyos del municipio así como por la creciente urbanización de los Valles. Aquí se presenta un resumen de la disponibilidad actual de los acuíferos que se localizan en las zonas vitivinícolas del estado y se sugieren dos escenarios futuros de la recarga. La disponibilidad del recurso hídrico es una parte esencial en la evaluación de las regiones vitivinícolas de Baja California. Para el diagnóstico de la situación hidrogeológica actual en las diferentes regiones se necesitan varios parámetros hidrológicos como tamaño de la cuenca presencia de acuíferos, estado de los acuíferos y tipo de riego de las vides, entre otros. A continuación se definen algunos de los parámetros necesarios para determinar la disponibilidad de agua. 30 de noviembre de 2012 37 Determinación de la disponibilidad según la Comisión Nacional de Agua (CONAGUA) Para el cálculo de la disponibilidad del agua subterránea, se aplica el procedimiento indicado en la Norma Oficial Mexicana NOM-011-CNA-2000, que establece las especificaciones y el método para determinar la disponibilidad media anual de las aguas nacionales, que en la fracción relativa a las aguas subterráneas establece la expresión siguiente: Disponibilidad = Recarga – Descarga natural – Extracción concesionada (ec. 1) La recarga total media anual, corresponde a la suma de todos volúmenes que ingresan al acuífero, en forma de recarga natural más la recarga inducida. Descarga natural comprometida La descarga natural comprometida, se cuantifica mediante medición de los volúmenes de agua procedentes de manantiales o de caudal base de los ríos alimentados por el acuífero, que son aprovechados y concesionados como agua superficial, así como las salidas subterráneas que deben ser sostenidas para no afectar a las unidades hidrogeológicas adyacentes. Volumen anual de agua subterránea concesionado e inscrito en el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA) En los acuíferos, el volumen anual concesionado se rige de acuerdo a los títulos de concesión inscritos en el REPDA, de la Subdirección General de Administración del Agua. Disponibilidad de agua subterránea en Baja California La disponibilidad de agua subterránea, conforme a la metodología indicada en la norma referida y según la ecuación 1, se obtiene de restar al volumen de recarga total media anual el valor de la descarga natural comprometida y el volumen de aguas subterráneas concesionado e inscrito en el REPDA. Las regiones vitivinícolas de Baja California (Figura 1) se encuentran en 6 cuencas hidrológicas (Tabla 1) de los cuales la cuenca del Rio Tijuana es la cuenca de mayor extensión. Esta cuenca consiste según los datos de la CONAGUA de tres acuíferos (Tabla 1), de los cuales solamente la cuenca de las Palmas se encuentra en estado de equilibrio, mientras que las sub-cuencas/acuíferos de Tijuana y Tecate están sobre explotados. La Tabla 2 muestra los posibles cambios en la disponibilidad de acuerdo a los cambios anuales en la precipitación de la región (~ de -10 a -15 mm/año para 2015-2039 y ~ de 20 a -30 mm/año para 2075-2099), como se muestra en la Sección 4.2.2. 30 de noviembre de 2012 38 Tabla 1. Cuencas y acuíferos de las zonas vitivinícolas de Baja California según la Comisión Nacional del Agua y la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CONAGUA-CESPE). Cuenca Hidrográfica Clave CNACESPE Nombre y clave de los Acuíferos/ sub-cuenca Área (km2) Vol. Recarga (millones m3) Vol. Extraconcesionado (millones m3) Balance Rio Tijuana 205 Las Palmas 2,298 10.5 7.9 201 Tijuana 241 16 17 202 Tecate 751 10.1 11 207 Guadalupe 986 23.9 43.4 208 Ojos Negros 781 19 25.5 248 1,008 11.7 9.6 4,908 520.5 602 16.3 16.3 229 237 213 Real del Castillo Valle de Mexicali Laguna Salada Jamau Chinero Santo Tomas Equilibrio SobreExplotado SobreExplotado SobreExplotado SobreExplotado Equilibrio 886 6.9 4.1 6.6 0.2 3 11.3 Equilibrio Equilibrio Sobre Explotado 214 San Vicente 2,082 28 22.5 Equilibrio 1,866 20.8 37.7 Sobre Explotado Guadalupe Valle de Mexicali Santo Tomas San Vicente Maneadero 210 209 212 Uruapan 802 desconocido Sobre Explotado Equilibrio desconocido La cuenca del Río Guadalupe abarca la región vitivinícola más importante de Baja California con los acuíferos del Valle de Guadalupe, Ojos Negros y Real de Castillo de los cuales los acuíferos de Guadalupe y Ojos Negros muestran una sobre concesión significativa. En la cuenca de Santo Tomas el acuífero presente muestra, según los datos de CONAGUA, un estado de sobreexplotación. El acuífero de San Vicente, presente en la cuenca del mismo nombre muestra una reserva disponible de más de 5 millones m3 por año. La cuenca hidrológica de Maneadero abarca diferentes sub-cuencas, de las cuales la sub-cuenca de Uruapan con un área aproxima de 800 km2 muestra actividad vinícola. Sin embargo, no hay datos de disponibilidad de agua y estado del acuífero de esta cuenca en la CONAGUA. El acuífero del Valle de Mexicali es parte de la cuenca del Río Colorado del cual México recibe una pequeña porción de sus caudales anualmente. Adicionalmente, la disponibilidad de agua en este acuífero no se puede evaluar de la misma manera que los 30 de noviembre de 2012 39 de la zona costara del Pacífico debido a que en el Valle de Mexicali las aguas de retorno de los campos agrícolas son la fuente más importante de recarga y no la precipitación. Tabla 2. Posible impacto en la disponibilidad de agua anual de acuerdo a los escenarios de cambio en la precipitación anual bajo altas emisiones (RCP8.5) para dos periodos del siglo 21 (ver Sección 4.2.2). Acuífero Las Palmas Tijuana Tecate Guadalupe Ojos Negros Real del Castillo Valle de Mexicali Santo Tomas San Vicente Uruapan Recarga actual (m3/año) Recarga escenario 1 RCP8.5 (m3/año) (2015-2039) Recarga escenario 2 RCP8.5 (m3/año) (2075-2099) 10.5 9.98 9.35 16.0 15.04 13.9 10.1 9.6 9.2 23.9 * * 19.0 18.24 17.3 11.7 11.2 10.7 520.5 * * 6.6 6.2 5.8 28.0 25.5 23.2 9.0 8.5 8.0 En la reducción de la recarga se estipula la ponderación de los diferentes procesos que influyen en la recarga aparte de la precipitación en sus condiciones actuales. Para los escenarios futuros se utilizan los resultados de la Sección 4.2.2. Bajo el escenario 1 se considera una posible diminución de la precipitación de 15 mm por año y en el escenario 2, una diminución de 30 mm por año; estos cambios podrían reducir la recarga en las cuencas vinícolas entre 4 y 9 % para escenario 1, y entre 9 y 17 % para el escenario 2. En ambos casos la cuenca de San Vicente muestra la reducción más fuerte. Para los casos del Valle de Guadalupe y Valle de Mexicali no fue posible elaborar las estimaciones de la modificación de la recarga de una manera sencilla debido a que en los mismos casos la recarga depende de factores que involucran cuencas aguas arriba que aportan un alto porcentaje de la recarga. 30 de noviembre de 2012 40 Ruta del Vino 5. Urbanización La urbanización de los valles productores de uva en Baja California ha sido caótica, en especial en las zonas de la Ruta del Vino desde San Antonio de las Minas al Valle de Guadalupe. El Programa Sectorial de Desarrollo Urbano-Turístico de los valles vitivinícolas de la zona norte del municipio de Ensenada, conocida como región del vino, del Instituto Municipal de Investigación y Planeación de Ensenada (IMIP) y el Programa de Desarrollo Regional de la Región del Vino, elaborado por la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL) han identificado como una problemática el desarrollo urbanístico en la región San Antonio/Valle de Guadalupe, ya que se ha llevado a cabo sin respetar el Programa de Ordenamiento Ecológico (POE). Además, al parecer, se han identificado problemas en el otorgamiento de permisos para algunas actividades turísticas y cambios de uso de suelo no adecuados (www.imip/ens.org). Dos ejemplos de otorgamiento de cambio de uso del suelo lo constituyen el intento de la instalación de una gasera frente a los viñedos de Mogor-Badán y la devastación de un terreno de cerca de 30 Ha en el kilómetro 91 de la Carretera Ensenada-Tecate, en donde hay intenciones de construir un desarrollo habitacional de aproximadamente 500 casas de 30 de noviembre de 2012 41 nivel medio-superior. Las Figuras 19 y 20 muestran tres escenarios de tazas de crecimiento poblacional y el posible impacto en el gasto de agua del Valle de Guadalupe al 2005. Las tazas de crecimiento entre 2.2 y 7.3% representan escenarios de crecimiento conservadores y acelerados, respectivamente; según el escenario de crecimiento, esto resulta en una población local del Valle de Guadalupe entre 12,000 y 45,000 habitantes para el 2025. El efecto directo en el aumento del gasto de agua da una cifra impactante ya que con un gasto aproximado de 220 litros por día por persona, la población del valle consumiría en el 2025 casi 3.5 millones de metros cúbicos por año en el escenario más extremo. El desarrollo de vivienda en el valle plantea una problemática no solo de cambio en la vocación del suelo, sino también un problema de abastecimiento de agua y de los destinos del drenaje de las nuevas urbanizaciones. El agua, recurso limitante para el desarrollo de la vitivinicultura de San Antonio de las Minas y el Valle de Guadalupe, debería ser preferentemente dedicada a este sector. La conservación de los recursos hídricos en el Valle de Guadalupe plantea las dificultades inherentes a un recurso natural que bajo ciertas circunstancias puede considerarse no renovable si las tasas de utilización exceden a las tasas de regeneración (Gaeta Lara 2006). Además, la nueva carretera Ensenada-Tecate, sobre la Ruta del Vino, ha generado un auge turístico muy favorable para la región; sin embargo, también representa una presión en el desarrollo masivo de vivienda. El desarrollo urbanístico de la Ruta del Vino tiene que ser bien planeado a nivel municipal y estatal, de acuerdo a la visión de largo plazo de la región vitivinícola y de Ensenada. Dar paso al desarrollo de zonas residenciales en los valles vitivinícolas significaría destruir el suelo con vocación agrícola destinado preferentemente a los viñedos de la región, lo cual significaría destruir la larga y reconocida tradición vitivinícola de la Ruta del Vino de Ensenada. Figura 19. Crecimiento poblacional en la región del Valle de Guadalupe bajo 3 escenarios: alto (7.3 %), medio (4.23 %) y bajo (2.23 %). 30 de noviembre de 2012 42 Figura 20. Gasto total de agua del Valle de Guadalupe bajo 3 escenarios de crecimiento poblacional: alto (7.3 %), medio (4.23 %) y bajo (2.23 %). [Fuente: Equipo de Manejo de la facultad de Ciencias, UABC, a partir de datos del INEGI de 1970, 1990, 1995 y 2000]. 30 de noviembre de 2012 43 Botrytis cinerea, enfermedad de la vid 6. Enfermedades de los viñedos El cultivo de vid es afectado por una serie de enfermedades que disminuyen su producción, y por consiguiente la calidad y el rendimiento de cosecha. Las enfermedades causadas por hongos son las que ocasionan las pérdidas más cuantiosas que pueden ascender a millones de dólares anuales. Entre los hongos fitopatógenos más importantes en vid se encuentran la podredumbre gris ocasionada por Botrytis cinerea y las cenicillas, causadas por Plasmopora vitícola y Uncinula necator. Estas enfermedades producen diversos síntomas en la plantas, como pudriciones, caídas de hoja, decoloraciones, necrosis, lo cual provoca un decaimiento gradual de la planta y puede conducirla a la muerte. Hay un sin fin de estrategias para el control de estas enfermedades, sin embargo no todas han resultado muy viables y amigables con el medio ambiente, además de lo costosas que suelen ser. Para un mejor manejo de la enfermedad en la zona vitivinícola de Baja California, se podrían implementar algunas estrategias preventivas dirigidas a conocer el comportamiento de los agentes causales de estas enfermedades analizando las variables que influyen directamente en su desarrollo. La disposición de estaciones meteorológicas automatizadas de precio razonable ha aumentado la implementación y uso del índice de riesgo. Las estaciones deben medir la humedad en las hojas, temperatura ambiente, radiación, precipitación, humedad relativa, rapidez y dirección del viento. Las estaciones colecten datos diarios y los transmite vía radiotelemetría u otros medios a servidores que concentran la información y alimentan 30 de noviembre de 2012 44 aplicaciones que calculan el riesgo diario basado en un modelo de probabilidades. Los datos de las estaciones meteorológicas pueden ser interpolados a una malla para hacer mapas de predicción de la enfermedad. 6.1 Enfermedad de mildiu en vid (Plasmopara vitícola) La enfermedad de mildiu, causada por el patógeno obligado de la clase de los Oomycetes llamado Plasmopara vitícola, representa una de los mayores padecimientos para el cultivo de vid. Cuando las condiciones de agua son favorables y no hay protección adecuada, la enfermedad es capaz de disminuir entre un 50 a 75% el rendimiento del cultivo. Debido a la alta susceptibilidad de los cultivares y a la presencia de condiciones meteorológicas favorables para el hongo, la enfermedad se controla principalmente con productos químicos que son programados regularmente de manera preventiva (Orlandini et al., 2008). Sin embargo, esta estrategia tiene varias desventajas, no solo desde el punto de vista económico, por los costos de compra y aplicación de los pesticidas, sino también por el impacto al medio ambiente de los residuos químicos. Las condiciones meteorológicas apropiadas para el patógeno activan ciclos de infección que están destinados al incremento de la enfermedad (Salinari et al., 2006). La enfermedad de Mildiu está relacionada con variables meteorológicas como temperatura y humedad relativa (Dalla-Marta et al., 2005). Estos factores tienen una influencia determinante sobre el desarrollo de las oosporas del hongo, presentes en tejidos de hojas infectadas que germinan en verano cuando las temperaturas exceden los 12°C y existe un mínimo de 10mm de lluvia en 24 horas, liberando las zoosporas en el agua o al suelo muy húmedo. Las zoosporas caen en las hojas de vid procedentes de suelos infectados mediante salpicaduras de lluvias, germinan y sus hifas penetran en el tejido a través de las estomas de las hojas (Rosa et al., 1993). Los esporangios se liberan y se diseminan por corrientes de aire húmedo y permanecen viables durante cinco días en aire seco, produciendo sitios de infección secundaria. La producción de esporangios se produce con una humedad relativa que oscila de entre 95 a 100% y una temperatura de 13 a 27°C, aunque la temperatura óptima es de 18-22 °C (Agrios, 2004; Rosa et al., 1995). El micelio puede pasar el invierno en restos de hojas caídas al suelo y en zonas con inviernos suaves (Rumbou et al., 2004). La enfermedad inicialmente se manifiesta como ¨manchas de aceite¨ en el haz de la hoja y si el tiempo es húmedo en el envés aparece una pelusilla blanca correspondiente a la fructificación del hongo. Al final del ciclo, estas manchas adquieren aspecto de mosaico, lo que se conoce como ¨mildiu tardío¨ (Orlandini et al., 2008). Los ataques muy fuertes al cultivo de vid por este patógeno producen desecamiento parcial o total e incluso defoliación. El periodo de incubación de esta enfermedad va de 5 a 18 días y puede ser pronosticada por análisis relacionados con factores meteorológicos (Rossi et al., 2007). 30 de noviembre de 2012 45 6.2 Enfermedad de Oídio en vid (Uncinula necator) Uncinula necator es el patógeno responsable de la enfermedad del oídio en cultivos de vid. Dicha enfermedad genera grandes pérdidas a nivel mundial (Bendek et al. 2002), así como la reducción en la calidad del vino, disminuyendo la intensidad en el color y de los sólidos solubles totales, incrementando su acidez y afectando sus cualidades organolépticas (Gadoury et al., 2001). La enfermedad del Oídio puede infectar todas las partes aéreas de la planta de vid, incluyendo hojas, tallos y bayas (Wilcox, 2003). En la etapa inicial del desarrollo de la enfermedad las lesiones no son muy numerosas y a veces pueden ser difíciles de detectar y de distinguir debido a que suelen confundirse con restos de residuos químicos. A principios de la primavera, todos los tejidos en crecimiento son altamente susceptibles a la infección. Las primeras lesiones son pequeñas e inicialmente descoloridas, posteriormente aparece una capa fina polvorosa de color blanco (Falacy et al., 2007). Aunque todas las partes en crecimiento de la planta de vid pueden ser fácilmente infectadas, la susceptibilidad puede cambiar a medida que van madurando. Las bayas son altamente susceptibles a la infección cuando alcanzan los 8° brix (Gadoury et al., 2003). Por otro lado las hojas jóvenes en desarrollo son más susceptibles a la infección que las hojas maduras, sin embargo el raquis y los pedículos de las frutas, peciolos de las hojas y los brotes son susceptibles a lo largo de toda la temporada (Carisse et al. 2009). Basados en estudios epidemiológicos de laboratorio y campo de la cenicilla en vid en California, se desarrolló un modelo que se ha validado en todas las regiones productoras de vid. El modelo Gubler-Thomas monitorea la liberación de ascosporas basados en los periodos de la temperatura y la humedad de las hojas para predecir el punto inicial del desencadenamiento de la enfermedad. Una vez que ha ocurrido la infección, el modelo cambia a la fase de predicción de riesgo y se basa enteramente en los efectos de la temperatura sobre el nivel de reproducción del patógeno. El período de actividad patogénica de Uncinula necator está determinada principalmente por la temperatura. Periodos prolongados de temperaturas mayores de 32 °C detendrán su desarrollo, mientras que temperaturas de 15 a 23 °C serán propicias para el desarrollo de la enfermedad (Campbell et al. 2007). Aunque es un factor menos importante que la temperatura, una alta humedad relativa, de aproximadamente 85%, también favorece el desarrollo de esta enfermedad mientras que una humedad relativa baja la reduce (Caffi et al. 2012; Carroll et al. 2003). Para el índice predicción de riesgo, se considera que después de la apertura de yemas y el comienzo de la enfermedad debe de haber tres días consecutivos con un mínimo de seis horas continuas de temperaturas entre los 21 y 30°C. Así, por cada día con 6 o más horas consecutivas (no más de 0.75 horas fuera de este rango) entre 21 a 30 °C, el índice aumenta 20 puntos. Si los tres días consecutivos con estas temperaturas no se cumplen durante la estación de crecimiento, el índice se revierte a cero. El índice gana 20 puntos por cada día que se cumplen los requerimientos de seis horas consecutivas de 30 de noviembre de 2012 46 temperaturas entre los 21 y 30°C, y pierde 10 puntos por cada día que no se cumple el requerimiento, o en cualquier momento del día cuando la temperatura se eleva a 35°C por al menos 15 minutos. El índice no puede exceder los 100 puntos ni tener valores bajo cero. Un índice de 40-50 se considera moderado y puede implicar que la cenicilla se está reproduciendo a un ritmo de aproximadamente cada 15 días. Los valores de índice de 60100 indican que el patógeno se está reproduciendo rápidamente (tan rápido como cada 5 días) y el riesgo de que ocurra una epidemia es muy grande. Valores del índice de 0-30 indican que el patógeno no se está reproduciendo (índice de 0) o que si se está reproduciendo, lo hace a muy baja escala (índice de 10-20), por lo tanto, los productores deben considerar posponer las aplicaciones de fungicidas durante los periodos en donde los valores del índice sean bajos, lo cual ahorra dinero al disminuir el número de aplicaciones (Gubler et al., 1999). 6.3 Enfermedad de la podredumbre gris en vid (Botrytis cinerea) La enfermedad causada por Botrytis cinerea es llamada pudrición gris y afecta más severamente a variedades con frutos muy apretados y de piel muy delgada, especialmente aquellos que crecen bajo sombra o durante las estaciones más húmedas del año (Benito et al. 2000). Esta enfermedad afecta principalmente flores, tallos y las hojas jóvenes de plantas de las plantas de vid (Martínez et al. 2005). Botrytis sobrevive en el invierno formando estructuras llamadas esclerocios, ya sea en la superficie o dentro de la planta colonizada, incluyendo el raquis y las bayas (Martínez, 2002). Después de la lluvia o del riego en primavera, los esclerocios germinan y liberan esporas, las cuales son esparcidas por corrientes de aire, por trabajadores o por las salpicaduras de agua (Gubler et al. 1999). Para germinar y crecer, las esporas de B. cinerea requieren agua libre continua y nutrientes como azucares simples (fructuosa o glucosa) con cierta duración de tiempo así como también ciertas temperaturas (Coertze et al. 2002). Por ejemplo a temperaturas de 18 a 24°C, solamente se necesitan 2 horas de agua libre para que la germinación y la infección ocurran, mientras que a temperaturas tan bajas como 16°C y tan altas como 27°C, se necesita más tiempo para que ocurra la infección. El agua libre puede provenir de rocío, neblina, riego o lluvia. (Martínez et al. 2005). Las temperaturas ambientales cálidas generalmente aceleran la resequedad de las bayas y reducen directamente la germinación de las esporas infectivas de este patógeno (Martínez, 2002). Bajo condiciones de campo, tanto la temperatura como la humedad libre están relacionadas con la infección, por ejemplo a 32 °C o temperaturas superiores el hongo no crece, pero puede crecer lentamente a 1 °C, lo cual le permite infectar severamente uvas de mesa almacenadas (Gubler et al. 2008). Las infecciones tardías son más severas cuando la humedad relativa excede el 92%, la humedad está presente en la superficie del fruto y las temperaturas se encuentran en un rango entre 15 a 28 °C. (Coertze et al. 2002). 30 de noviembre de 2012 47 El varietal Cabernet Sauvignon es tan susceptible a la infección por Botrytis como los varietales Zinfandel; debido a lo apretado del racimo que influye en el microclima e incrementa la susceptibilidad a la infección por el patógeno. Investigaciones con varietales Chardonay y Pinot Noir que tienen racimos más sueltos generalmente tienen menos niveles de pudrición por Botrytis (Gubler et al. 2008). Con la información generada por los diferentes sensores y el uso de sistemas de información geográfica (GIS) se pueden generar escenarios probabilísticos multiescala útiles en el manejo de enfermedades. Cuando se cuenta con un preciso conocimiento de la caracterización de los umbrales de temperatura, humedad relativa, humedad de la hoja, se pueden calcular índices de riesgo, producto de un monitoreo constante, así como generar recomendaciones para que los productores puedan tomar medidas de mitigación de la enfermedad, reduciendo los costos e impactos ambientales por el uso de productos químicos. 6.4 Escenarios de cambio climático y conclusiones El escenario de cambio climático para las tres enfermedades predice que su presencia se mantendrá en el Valle de Guadalupe, pero además se moverá hacia los valles de Ojos Negros, San Vicente, Ejido Uruapan y Santo Tomás, debido a que las temperaturas y la precipitación podrían aumentar en el verano en esas zonas. Los modelos actuales para la predicción de riesgo de enfermedades requieren el uso de tres variables principales: humedad relativa, humedad de la hoja y temperatura. Las bases de datos (observadas y de escenarios) a las que se tiene acceso no cuentan con datos de humedad relativa y humedad de la hoja a escala diaria, por lo que no se pudieron generar modelos adecuados para el comportamiento a futuro de estas enfermedades. Baja California carece de estaciones que colecten datos diarios de humedad relativa de largo plazo; existen estaciones climatológicas y/o automáticas en algunos viñedos que contienen esa información, pero se necesitan datos continuos de más largo plazo y en mas lugares. Además, de los datos de los escenarios solo se pudieron obtener datos diarios de temperaturas y precipitación, pero no de humedad relativa. Por esta razón no se pudo calcular la climatología del riesgo diario de enfermedad, ni tampoco los escenarios. Adicionalmente, para perfeccionar el modelo se requiere monitorear la presencia de los patógenos, por lo que se deben realizar trabajos de monitoreo y presionar a las autoridades para contar con los datos de las estaciones en tiempo real. 30 de noviembre de 2012 48 Ardilla 7. Fauna silvestre nociva para las vides Uno de los problemas centrales en la ecología actual y la biología de la conservación es el drástico cambio que han sufrido los ecosistemas debido a las actividades antropogénicas, como la agricultura, lo que resulta en gran medida de pérdida de hábitat y fragmentación del mismo con fin de satisfacer las necesidades humanas. Debido a lo anterior las especies silvestres han tenido que adaptarse a las condiciones del medio lo cual es crítico para poder sobrevivir. Esto significa que las especies silvestres sobreviven en parches conectados por individuos en dispersión (Baudry et al., 2003); es decir, los parches con vegetación natural que aún no han sido fragmentados en su totalidad fungen como hábitat primario para la fauna silvestre, mientras que los parches o sitios fragmentados (i.e. campos agrícolas) fungen como fuentes de alimento y por ende hábitat secundario. Para la fauna silvestre, el habitar en sitios fragmentados y paisajes heterogéneos, como por ejemplo un monocultivo, el desplazarse de un sitio a otro en busca de alimento o refugio temporal, es esencial para su sobrevivencia (Weins et al., 1993). Sin embargo, la mayoría de las especies se adaptan y continúan prosperando en estos ambientes modificados (Burel, 1996). Las interacciones entre individuos y los movimientos en ciertas áreas dependen de los recursos disponibles y en algunos casos el refugio que brinda. Un ejemplo de esto sucede en la región vitivinícola en el Valle de Guadalupe. Como en la mayoría de los viñedos en el mundo, dicho valle también está expuesto a sufrir afectaciones por diferentes especies de animales silvestres (Tracey et al., 2007). Una de las principales afectaciones ocasionadas por fauna silvestre es la herbivoría (Crawley, 1997); otras en menor grado pero de igual importancia pueden presentarse en los frutos, o en ciertas ocasiones en el sistema de riego y pueden repercutir en grandes pérdidas económicas, reflejadas principalmente en una merma en la producción de uva. El impacto de la herbivoría en el 30 de noviembre de 2012 49 desarrollo de la planta depende del estado fenológico de la planta al momento de la afectación, de la parte afectada, su intensidad y su frecuencia (Crawley, 1997). Debido a que generalmente estos sitios representan hábitats con alimento accesible y abundante, son muy atractivas para un gran número de especies animales las cuales pueden tener un incremento en sus poblaciones y llegar a causar pérdidas económicas a los productores. Aunque frecuentemente son los invertebrados, especialmente insectos, los que causan los problemas mayores, muchas especies de vertebrados pueden ocasionar grandes pérdidas a los cultivos. En diversos lugares del mundo se ha intentado determinar el impacto económico que ocasionan las especies de fauna silvestre, específicamente de aves (Skorupa y Hothem, 1985), y determinar cuáles son las variedades de uva más susceptibles (Somers, 1999). Las afectaciones por estas especies es similar a nivel mundial, debido a que el manejo de los viñedos es parecido, incluso las especies reportadas en Australia (Tracey et al., 2007), California (Gebhardt et al., 2011), Canadá (Somers y Morris, 2002), Uruguay (Rodríguez et. al., 2004) y Sudáfrica (Hermann y Anderson, 2007) incluyen prácticamente los mismos géneros. Aun así, la falta de información en relación a las pérdidas económicas ocasionadas por fauna silvestre es un problema mundial. Algunas estimaciones para ciertos problemas se han documentado en Estados Unidos, Canadá, Oceanía y Europa, caso contrario para América Latina, Asia y África donde los reportes o indicadores de pérdidas económicas y afectaciones al viñedo son prácticamente nulos (De Grazio, 1978). En el Valle de Guadalupe se sabe que hay problemas de depredación de frutos por vertebrados silvestres, pero no existe una investigación formal para identificar a las especies involucradas y los períodos críticos. Tampoco se han tipificado los factores agroecológicos que hacen que en un viñedo los vertebrados causen o no pérdidas en la región. 7.1 Principales afectaciones por vertebrados Aves Las afectaciones ocasionadas por aves están relacionados con las grandes concentraciones de estas especies sobre los cultivos (Booth, 1983). Las especies que han sido consideradas como dañinas y que incluso las reportan como plagas en viñedos son principalmente el mirlo americano (Turdus migratorius), el estornino (Sturnus vulgaris) y gorrión mexicano (Carpodacus mexicanus) (Tracey et al., 2007). Las principales afectaciones por aves suelen ser directamente en los frutos los cuales son comidos y arrancados a partir del envero y hasta la vendimia, etapa en la cual los frutos están tiernos y tienen altas concentraciones de azúcar (Stevenson y Virgo, 1971). Además de dañar la uva, pueden ocasionar daños en los brotes, tallos, hojas, al sistema de riego e incluso a la infraestructura del viñedo (Tracey et al., 2007). Las afectaciones por estas especies no están distribuida a lo largo del viñedo y aparentemente tampoco están 30 de noviembre de 2012 50 relacionadas a la variedad de uva (DeHaven, 1974); sin embargo, las parvadas pueden concentrarse en algunas áreas e ignorar otras, utilizando cualquier medio alrededor del viñedo como refugio y cobertura mientras se alimentan de los frutos más accesibles. Debido a esto, los cultivos con menor superficie pueden sufrir pérdidas mayores y el impacto ocasionado a la producción es mayor a diferencia de los cultivos con grandes extensiones (Bray et al., 1975). Tuzas Las afectaciones ocasionadas por los roedores a los cultivos puede ser severo, muy diverso e incluso variar a través del tiempo y espacios geográficos (Gebhardt, 2011). Las tuzas (Thomomys bottae) son un problema real pues se alimentan principalmente del sistema radicular y de pequeños brotes de las plantas y están presentes en todas las plantaciones de vid en el Valle de Guadalupe. En los sitios en los cuales están presentes, son considerados como una plaga nociva debido a que destruyen las raíces, bulbos y tallos subterráneos, llegando a destruir todo el sistema radicular de la planta (Navarrete, 1981). A pesar de su afectación al cultivo, ésta no siempre es evidente o por lo menos no de inmediato, dado que las parras afectadas manifiestan signos de daños hasta las siguientes temporadas, con consecuencias a veces severas e incluso pueden terminar con toda una plantación. Además de esto, las tuzas ocasionan alteraciones al sistema de riego, provocando daños importantes en las tuberías e incluso a la maquinaria de campo (Witmer et. al., 1999). Pueden llegar a excavar sistemas de galerías extensas afectando mucho más suelo por año que las demás especies de roedores que se encuentran en el sitio contribuyendo a la erosión y suelos inestables (Shwiff et al., 2009). Son especies activas durante todo el año, forrajeando vegetación tanto en la superficie como por debajo del suelo, por lo que es de suma importancia tener medidas de control en las poblaciones. Ardillas, Conejos y Liebres Dependiendo de las condiciones en las que se encuentre el viñedo, estas especies pueden causar serias afectaciones al cultivo y repercutir en la producción de los subsecuentes años. Las ardillas, conejos y liebres (Otospermophilus beecheyi, Sylvilagus audubonii y Lepus californicus), se alimentan de brotes pequeños de vid cuando la planta es adulta, pero pueden consumir casi completamente las parras en plantaciones nuevas y jóvenes, incluso alteran los sistemas de riego al romper las mangueras (Moltó, 2011). Estas afectaciones son más notorias en las primeras etapas de crecimiento cuando la planta está tierna por lo que son comidas con mayor frecuencia en comparación con las parras más antiguas. Aunado a esto, pueden causar la erosión del suelo al formar sus madrigueras. Los viñedos que sufren más afectaciones son aquellos cercanos a campos no cultivados próximos a la vegetación natural (Hidalgo, 2002) por lo que es bastante común encontrarlos en los bordes de los cultivos. 30 de noviembre de 2012 51 7.2 Resumen de impactos de la fauna en los viñedos Dadas las condiciones en las cuales se han establecido los viñedos en el Valle de Guadalupe, las especies de fauna silvestre están relacionadas al cultivo debido a que es una fuente de alimento y al mismo tiempo es utilizado como hábitat secundario por casi todas las especies presentes. Hasta el momento, no se cuenta con ningún reporte del nivel del daño ocasionado por la fauna al cultivo, sin embargo estudios en viñedos de otras regiones (Australia: Tracey et al. 2007; Estados Unidos: DeHaven y Hothem, 1980; Coates et al., 2010; Canadá: Somers y Morris, 2002; Uruguay: Rodríguez et. al., 2004; Sudáfrica: Hermann y Anderson, 2007) han demostrado que pueden ocasionar grandes pérdidas económicas a la producción, por lo que es necesario conocer a fondo sus características y cuáles son las especies involucradas con el fin de establecer medidas de combate oportunas y efectivas para cada uno de los grupos presentes. Dado a que cada grupo de especies ocasiona determinado tipo de daño, las medidas de control y combate deberán ser específicas para cada uno. Así mismo, es de suma importancia que se consideren técnicas eficientes de combate pero no de erradicación de las especies debido a que tienen una función específica en el ecosistema, es decir, no solo debemos cuidar los cultivos y la producción, sino ver al viñedo como parte del ecosistema y al mismo tiempo conservar a las especies que coexisten en él. 30 de noviembre de 2012 52 8. Bibliografía 8.1 Bibliografía (Secciones 1-3 y Anexos) Bernáldez A. I. y H. A. Olguín, 2012. Breve historia del vino en México (parte I): de la época prehispánica a principios de la revolución. Universidad Autónoma del Estado de México, 4º. Número, art. 3. [Disponible en linea: http://www.uaemex.mx/Culinaria/cuarto_numero/articulo03.htm]. Cavazos, T. y Arriaga-Ramirez, 2012. Regional climate chaneg scenarios for Baja California and the North American monsoon. Journal of Climate, 25, 59045915. CRU, 2012. http://www.cru.uea.ac.uk, revisada en agosto de 2012. Cruz, B. O., 2003. 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Paper 825. 30 de noviembre de 2012 57 Anexo 1: Bases de datos climáticos y agrícolas utilizados 1. Datos diarios observados de estaciones climatológicas en México de la base de datos del CLICOM del Servicio Meteorológico Nacional, que contiene información hasta el 2008. Se analizó la información disponible para las estaciones en zonas vitivinícolas de Baja California y de México. Para las estaciones de Baja California y Sonora también se utilizó la base de datos climáticos del Noroeste de México del PEACC-BC (http://peac-bc.cicese.mx/datosclim). 2. Datos diarios observados de 2 estaciones climatológicas de California, Estados Unidos, disponibles en: http://www.ipm.ucdavis.edu/WEATHER/index.html 3. Datos climáticos mensuales observados en malla a escala global del Climate Research Unit (CRU; Mitchell y Jones 2005) de la Universidad de East Anglia. Tiene una resolución de 50 Km. Se consideró el periodo histórico de 1961-2000. Esta base está disponible en: http://badc.nerc.ac.uk/view/badc.nerc.ac.uk__ATOM__dataent_1256223773328276 4. Escenarios climáticos. Para el análisis de las unidades de calor (UC) es necesario utilizar datos diarios. El único modelo de circulación global (MCG) que tenía datos diarios fue el HadGEM-ES2. Los datos históricos diarios y escenarios para el siglo 21 del modelo HadGEM-ES2 es de la base de datos del Climate Model Intercomarison Project, fase 5 (CMIP5), que serán utilizados en el 5º Reporte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Se obtuvieron 4 realizaciones, las cuales se promediaron para analizar solo un ensamble promedio. El modelo tiene una resolución espacial de (1.875o x 1.25o), pero las variables analizadas se remallaron a la misma malla de los datos observados del CRU para poder validar los datos mensuales observados. La información está disponible a escala global y diaria y para varios escenarios de bajas (RCP4.5) y altas RCP8.5) emisiones en: http://badc.nerc.ac.uk/view/badc.nerc.ac.uk__ATOM__DE_dcaa78b2-4008-11e088c9-00e081470265 30 de noviembre de 2012 58 Anexo 2: Métodos de análisis de datos climáticos Control de calidad de datos observados Primero se realizó un control de calidad los datos climático observados, el cual consiste en ignorar todos los años cuya cantidad de días registrados con datos no nulos sea mayor o igual a 2/3 de la cantidad total de días, la cual se aplicó para la temporada de crecimiento de la uva (abril a octubre) y para el análisis anual. Posteriormente, se calcularon los ciclos anuales a escala mensual y diarios de la temperatura máxima (Tmax), mínima (Tmin) y las unidades calor (UC), así como promedios estacionales (Nov-Abr y Abr-Oct) de las mismas variables. En el caso de la uva de Baja California, la temporada de crecimiento corresponde a Abr-Oct. También se obtuvo el ciclo anual de la precipitación y la precipitación invernal y de la temporada de crecimiento. Con las bases de datos en malla (CRU y el modelo Hadley) se hicieron mapas espaciales de las temperaturas, precipitación y UC de calor para la temporada de crecimiento y se blanquearon los mapas de temperatura y UC a valores mayores de 12 oC y menores de 26 o C para resaltar las zonas aptas para la viticultura. Se hizo una comparación climatológica de los ciclos anuales de Tmax, Tmin y UC del CRU y el Hadley durante el periodo observado (1961-2000), así como comparaciones espaciales de todo México. Posteriormente se hicieron mapas de los escenarios futuros de bajas (RCP4.5) y altas (RCP8.5) emisiones para tres periodos del siglo XX1. Software utilizado en los análisis El cálculo de las climatologías, el remallado y unión de archivos binarios en formato netcdf se llevó a cabo con el paquete CDO (Climate Data Operators). La extracción de la información de las diferentes bases de datos, el graficado y el cálculo de las unidades de calor se realizó principalmente con el paquete matplotlib de Python. Cálculo de los umbrales y unidades calor (UC) acumuladas. Para el cálculo de Unidades Calor (oD) se utilizó la metodología del seno simple desarrollada por la Universidad de California (UC, 2005). Con este método se simula una curva de temperatura para un período de 24-horas (Figura 1). Una curva seno se ajusta a las temperaturas máximas y mínimas para un día, suponiendo que las temperaturas son simétricas alrededor de la temperatura máxima. Los cálculos se basan en el área bajo la curva y entre los umbrales máximos y mínimos (10 oC y 30 oC). Existen 6 casos para la aplicación de esta fórmula, que se muestran en las Figs. A2.2-A2.7. 30 de noviembre de 2012 59 Figura A2.1. Método del seno para el cálculo de horas (o unidades) de calor en la vid. Figura A2.2. Caso 1: Donde temperatura máxima (Tmax) y temperatura mínima (Tmin) se encuentran por debajo del umbral inferior (TL). La unidad calor (oD) es 0. Figura A2.3. Caso 2: Cuando la temperatura mínima (Tmin) es menor al umbral inferior (TL) y la temperatura máxima (Tmax) es menor al umbral superior (TU). Las unidades calor (oD) corresponde al área sombreada. 30 de noviembre de 2012 60 Figura A2.4. Caso 3: Se aplica cuando la temperatura mínima (Tmin) es mayor al umbral inferior (TL) y la temperatura máxima (Tmax) es menor al umbral superior (TU). Las unidades calor (oD) corresponde al área sombreada. Figura A2.5. Caso 4: Se aplica cuando la temperatura mínima (Tmin) es mayor al umbral inferior (TL) y la temperatura máxima (Tmax) es mayor al umbral superior (TU). Las unidades calor (oD) corresponde al área sombreada. Figura A2.6. Caso 5: Se aplica cuando la temperatura mínima (Tmin) y la temperatura máxima (Tmax) son mayores al umbral superior (TU). Las unidades calor (oD) corresponde al área sombreada. 30 de noviembre de 2012 61 Figura A2.7. Caso 6: Se aplica cuando la temperatura mínima (Tmin) es menor al umbral inferior (TL) y la temperatura máxima (Tmax) es mayor al umbral superior (TU). Las unidades calor (oD) corresponde al área sombreada. 30 de noviembre de 2012 62 Anexo 3: Análisis de las ondas de calor en el norte de Baja California, México Este trabajo es derivado de la tesis de Maestría en Oceanografía Física de Brisa E. Espinoza Tamarindo, dirigida por Edgar G. Pavía. RESUMEN Un estudio preliminar sugiere que el número de eventos con temperaturas extremadamente altas ha aumentado recientemente en gran parte del norte de Baja California (una notable excepción son los valles de Guadalupe, según datos de la estación Olivares Mexicanos y Ojos Negros). Estos eventos, denominados ondas de calor, se caracterizan por registros durante más de un día de temperaturas cercanas a las máximas registradas durante un periodo específico. Como las ondas de calor se presentan principalmente durante los meses de verano, éstas pueden influir precisamente en las fechas de la vendimia. Dependiendo de su severidad –y el tipo de cepa– las ondas de calor pueden hacer madurar las uvas más temprano, u obligar a los viticultores a irrigar los viñedos para cosechar más tarde. En casos extremos, por ejemplo si las tendencias se verifican y se mantienen por varios años, el aumento (o disminución) del número de ondas de calor puede influir en la decisión de crear nuevos viñedos. Es decir: los viticultores deberán de considerar estas tendencias al decidir la cepa y la extensión del viñedo. En el caso de viñedos ya existentes, el conocimiento de estas tendencias puede ayudar a planear de manera más óptima las actividades a realizarse durante el año. Finalmente, debido a que la definición de estos eventos depende de criterios arbitrarios, es necesario señalar que el hecho de que en este caso no se haya encontrado una tendencia positiva en el número de ondas de calor por año en las estaciones Olivares Mexicanos y Ojos Negros, no significa que los viñedos cercanos a dichas estaciones estén libres de este problema. Es más importante entender que el patrón en el norte de Baja California indica un aumento en el número de ondas de calor, en todo caso con menor probabilidad de ocurrencia en los viñedos de los Valles de Guadalupe y Ojos negros, por lo que en general es aconsejable que los viticultores de la región consideren estos eventos de altas temperaturas en la planeación de sus actividades. 1. Introducción En gran parte se considera que las principales consecuencias relacionadas al cambio climático son las asociadas a los eventos climáticos extremos (sequías, ondas de calor e inundaciones), como lo resalta el cuarto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) publicado a finales del año 2007, el cual reporta incrementos sustanciales en la evidencia de que el calentamiento del sistema climático es inequívoco (IPCC, 2007). En general el evento de onda de calor (OC) puede entenderse como el resultado de la interacción entre procesos de la atmósfera, el océano y la superficie del suelo que producen prolongados periodos de tiempo estable (relacionados comúnmente a cielos 30 de noviembre de 2012 63 despejados), con días de elevada entrada de radiación solar en los que consecuentemente se alcanzan altas temperaturas, que conducen a condiciones de calor seco o secuencias de días cálidos y nublados. Incluso con frecuencia combinados con excesiva humedad. Básicamente las ondas de calor se asocian a periodos prolongados de la atmósfera bajo condiciones inusuales de alto estrés por calor, que pese a ser un fenómeno meteorológico, no pueden evaluarse sin hacer referencia a los impactos humanos (Robinson, 2001). Sin embargo, una de las causas de no existir una descripción objetiva y uniforme para las ondas de calor, se debe a que éstas se definen constantemente de manera local bajo especificaciones particulares de acuerdo al clima observado en la región de estudio (Gershunov et al., 2009), es decir, los valores límites para definir una onda de calor varían geográficamente (Jáuregui, 2009). En este sentido, si bien no existe una definición unívoca de ondas de calor. Frecuentemente el excesivo calor observado en el diseño de OC, se definen con temperaturas que sobrepasan por 10 grados o más la temperatura promedio de una región durante los meses de verano. Este estudio tiene por objeto investigar los eventos extremos de temperatura asociados a ondas de calor en el norte del estado de Baja California, dada la hipótesis que las ondas de calor han aumentado en número e intensidad en esta región, tras el evidente incremento global de la temperatura superficial del aire en las últimas décadas (IPCC, 2007). o 33 N o 33 N 2038 o 32 N 40’ 20’ 2033 2069 2036 2035 2153 2065 2056 o 31 N Presa Rodriguez, Tijuana (2038) Valle de Las Palmas, Tecate (2069) Mexicali, Mexicali (2033) o 30 N o 29 N 28oN o 27 N o 120 W o 118 W o 116 W o 114 W o 112 W Olivares Mexicanos, Ensenada (2036) o 32 N Ojos Negros, Ensenada (2035) Ejido Uruapan, Ensenada (2153) Santo Tomas, Ensenada (2065) 40’ 20’ San Vicente, Ensenada (2056) 31oN o 118 W o 117 W o 116 W o 115 W o 114 W Figura A3.1. Norte del estado de Baja California, México. 30 de noviembre de 2012 64 2. Datos y metodología El conjunto de datos utilizados consistió en series de tiempo diarias de temperatura máxima (TMAX) tomadas del programa ERI III - Extractor Rápido de Información Climatológica, a través del Programa Estatal de Acción ante el Cambio Climático en Baja California (PEACC-BC). En este trabajo se descartaron las series con periodos demasiado cortos y/o con datos faltantes o no confiables. En la tabla 1, se muestran las estaciones seleccionadas para la región norte del estado de Baja California (Figura A3.1). El periodo de análisis se centró en cubrir los años 1948 a 2008. En cuanto a la selección de series de TMAX, esta se realizó de acuerdo al control de calidad desarrollado por el PEACC-BC (Tabla A3.2). En el caso extraordinario de la estación de Ejido Uruapan, la serie cuenta solo 26 años, sin embargo en este caso fue considerada debido a la continuidad en el subperiodo 1892-2008. Partiendo de un análisis estadístico descriptivo del centramiento y dispersión de las temperaturas máximas. El análisis de la evolución de la temperatura máxima implico mostrar el cambio de los valores medios durante los veranos (JJAS) en el periodo de análisis 1948-2008, mediante curvas suavizadas con el método LOWESS (Locally Weighted Smoothing Scatter Plots). Este procedimiento suaviza los datos de cada verano, utilizando un filtro de media móvil, donde el lapso determinado para el promedio móvil fue tres (Figura A3.2). 30 de noviembre de 2012 65 Tabla A3.1. Estaciones norte de Baja California. Clave Estación LON LAT ALT (msnm) YINICIO YFINAL Años Datos (%) 2033 Mexicali, Mexicali -115.45 32.65 45 1944 2009 64 97 2035 Ojos Negros, Ensenada -116.27 31.87 700 1948 1990 43 100 2036 Olivares Mexicanos, Ensenada -116.67 32.05 364 1954 2008 50 91 2038 Presa Rodríguez, Tijuana -116.87 32.43 140 1929 2008 77 97 2056 San Vicente, Ensenada -116.27 31.33 120 1948 2008 61 100 2065 Santo Tomas, Ensenada -116.37 31.55 160 1948 2008 61 100 2069 Valle de Las Palmas, Tecate -116.65 32.38 279 1949 2008 60 100 2153 Ejido Uruapan, Ensenada -116.43 31.62 197 1982 2008 26 97 Tabla A3.2. Años faltantes en cada serie de tiempo (YSR). No. Clave YINICIO YFINAL YNETOS YTOTAL #YSR YSR % 1. 2033 1944 2009 64 66 2 3.0303 [1946, 1947] 2. 2035 1948 1990 43 43 0 0 0 3. 2036 1954 2008 50 55 5 9.0909 [1992, 2001, 2002, 2003, 2004] 4. 2038 1929 2008 77 80 3 3.7500 [1931, 1937, 1938] 5. 2056 1948 2008 61 61 0 0 0 6. 2065 1948 2008 61 61 0 0 0 7. 2069 1949 2008 60 60 0 0 0 8. 2153 1982 2008 26 27 1 3.7037 [1990] 30 de noviembre de 2012 YSR 66 Figura A3.2. Evolución de TMAX de los meses de verano (suavizado con un lowess 30%) de las estaciones Tabla 1. 30 de noviembre de 2012 67 Con base a las series de datos de TMAX, bajo el control de calidad, se calculó el número y longitudes de OC. La cuantificación de los eventos se llevó acabo en primer lugar considerando como día cálido aquel en el cual la TMAX excede el percentil 90 (P90) de la climatología de los meses de verano de Junio-Septiembre (122 días) dentro del periodo base 1961-2000 (Tabla A3.3). Así, una onda de calor se define localmente como un periodo de dos o más días cálidos consecutivos. La Figura A3.3 muestra el esquema general de una OC detectada en la estación de Santo Tomas, Ensenada en el verano de 1997. Para establecer los umbrales se utilizó el percentil. Específicamente el percentil es una medida de posición no central que indica cómo está posicionado un valor respecto al total de la muestra, referenciado de 0 a 100. Esto se puede interpretar, como que por debajo del percentil seleccionado se encontrara ese porcentaje de datos. 50 45 TMAX (°C) 40 P90 35 30 25 _______ 1997 _______ Promedio 20 15 0 5 10 15 días 20 25 30 Figura A3.3. Esquema general de la detección de una onda de calor. Los puntos en la vertical representan Tmax diaria en diferentes años. La línea continua (en negro) muestra el percentil 90, las líneas punteadas representan los percentiles 95 y 99. La línea negra remarcada indica la T media en el mes de julio (1948-2008). MAX 30 de noviembre de 2012 68 Tabla A3.3. Temperatura media y máxima y los umbrales de los percentiles 90, 95, 99 para los periodos base y análisis. La clave indica el número de la estación climatológica. No. Clave Periodo base: 1961-2000 Periodo análisis: 1948-2008 TMEDIA TXMAX P90 P95 P99 TMEDIA TXMAX P90 P95 P99 1. 2033 40.18 49.4 44.5 45.6 47 40.6 50 44.8 45.8 47.2 2. 2035 32.95 50 40 41 45.2 34.5 50 42.5 45 49 3. 2036 29.93 47 36 38 41 30.2 47 36 38 41 4. 2038 28.04 42.6 33 34.9 38 27.9 42.6 33 34.5 38 5. 2056 30.39 49 37 39 42 30.4 49 37 39 42 6. 2065 32.45 46 38 40 43 33.2 50 40 41 46 7. 2069 33.53 48 40 41 44 33.7 50 40 41 44 8. 2153 30.66 45 36 38 41 30.5 47 36 38 42 Posteriormente se obtuvo la tendencia de la frecuencia de los eventos utilizando el método de tendencia lineal para interpretar la relación significativa del número de ondas de calor por año (Figura A3.4), mostrando los cambios experimentados en los datos en el periodo de análisis descartando casualidades bajo una significancia del 95%. 9 8 7 Frecuencia 6 5 4 3 2 1 0 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 Figura A3.4. Tendencia lineal significativa al 95% del número de OC durante el periodo 1948 a 2008 estimadas por año usando TMAX. Los datos pertenecen a la estación de Santo Tomas, Ensenada (2065). 30 de noviembre de 2012 69 De igual manera, en cuanto a la duración de las ondas de calor las Figuras A3.5a y 5b ejemplifica el cálculo de la tendencia de acuerdo al promedio de número de días anualmente (LMEDIA), y aquellos eventos con máxima duración (LMAX) en cada estación (Tabla A3.4). 14 a) 45 b) 40 12 35 LMAX (días) LMEDIA (días) 10 8 6 30 25 20 15 4 10 2 0 1940 5 1950 1960 1970 1980 1990 2000 0 1940 2010 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 Figura A3.5. Tendencia lineal significativa al 95%: a) días promedio de la longitud de las OC, y b) Longitud del evento máximo durante el periodo 1948 a 2008 estimadas por año usando TMAX. Los datos pertenecen a la estación de Santo Tomas, Ensenada (2065). Tabla A3.4. Longitud media y máxima (en días) de las ondas de calor utilizando el P90. Periodo en décadas No. Clave [1951-1960] LMEDIA LMAX [1961-1970] LMEDIA LMAX [1971-1980] LMEDIA [1981-1990] [1991-2000] LMAX LMEDIA LMAX LMEDIA LMAX [2001-2008] LMEDIA LMAX 1. 2033 11.9 25 3.6 12 4.8 9 10.2 25 16.5 35 16.8 23 2. 2035 50.9 84 11.2 38 4.4 14 1.4 7 -- -- -- -- 3. 2036 12.3 26 7.9 12 8.8 20 5.8 11 3.9 24 1.1 5 4. 2038 5.6 9 5.1 12 10.4 18 9.2 18 8.0 19 9.1 21 5. 2056 5.8 13 3.5 18 4.3 15 8.3 20 17.5 61 5 11 6. 2065 19.7 50 9.8 66 6.2 16 7.0 15 13.8 23 41.5 99 7. 2069 3.2 12 4.2 29 3.0 7 7.0 17 8.3 20 7.3 23 8. 2153 -- -- -- -- -- -- 4.2 17 91 24 7.1 41 30 de noviembre de 2012 70 Para el cálculo de la intensidad de las ondas de calor con duración de por lo menos 2 días consecutivos, este se consiguió tras estimar los grados excedidos por arriba del umbral P90 calculado de la climatología de verano de cada estación durante el periodo base (1961-2000). Es decir, se obtuvo la diferencia de TMAX diaria de los 122 días de verano considerados (1 junio al 30 septiembre) de cada una de las estaciones del P90 en el periodo de análisis de 1948 a 2008, ( i, y i, y,s i,P90 GDP90 = å s= JJAS TMAX - TMAX ) donde: GD: es la suma de grados-Celsius excedidos durante los veranos de cada estación. i, es la estación. y, se refiere al verano del año dentro del periodo de análisis. s, indica el día correspondiente a 122 verano es decir, s=1, …, 122. En caso de resultar una diferencia negativa, esta es tomada como cero. 12 10 6 I MAX 8 4 2 0 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 Figura A3.6. Magnitudes máximas de las OC en los veranos del periodo1948-2008 (estación 2065). 30 de noviembre de 2012 71 Observaciones En tanto que el rango de las temperaturas máximas medio oscila entre los 26 °C y 33 °C. En el análisis de la evolución de las temperaturas máximas dentro del periodo 1948-2008, se puede observar que las estaciones cercanas a la costa del Océano Pacifico, muestran subperiodos que pueden considerarse estables hasta sufrir un incremento hacia la décadas de los 90’s (ver Tabla A3.5). No obstante, las estaciones de Mexicali, Santo Tomás, San Vicente, y Valle de Las Palmas después de un periodo de enfriamiento en la primera década mantuvieron un constante aumento que alcanzó su máximo en el 2000, aunque para las estaciones más próximas al continente los periodos de calentamiento persistieron. Tabla A3.5. Temperaturas medias y máximas de verano (JJAS). Periodo en décadas No. Clave [1951-1960] [1961-1970] TMEDIA TXMAX TMEDIA [1971-1980] TXMAX TMEDIA [1981-1990] [1991-2000] TXMAX TMEDIA [2001-2008] TXMAX TMEDIA TXMAX TMEDIA TXMAX 1. 2033 41.3 49 39.7 47.7 39.8 46.9 40 49.4 41.3 49.3 41.8 50 2. 2035 38.6 50 33.5 50 32.8 48 32.5 45 -- -- -- -- 3. 2036 31.6 43 30.2 44 30 43 29.8 45 29.6 47 29.8 43 4. 2038 27.3 42.1 27.1 41 28.2 42.6 28.4 42 28.4 41 28.8 42 5. 2056 30.1 48 29 49 29.4 45 30.9 47 32.4 44.5 31.2 44.5 6. 2065 33.7 47 32.3 46 31.6 46 32 45 34 45 37 50 7. 2069 33.5 48.5 33.2 48 32.6 47.5 33.9 48 34.4 47 34.9 50 8. 2153 -- -- -- -- -- -- 30 44 31.1 45 30.2 47 Dado los diversos métodos para definir una onda calor, en este trabajo se optó por caracterizar el evento únicamente considerando los meses de verano (JJAS) para el cálculo de los percentiles utilizando como periodo base 1961-2000, debido a que este periodo es considerando en estudios de calentamiento. El percentil reflejó como regiones más cálidas en primer lugar a la estación de Mexicali, Mexicali; seguida por Valle de Las Palmas, Tecate; continuando con Ojos Negros, Santo Tomas, Ejido Uruapan, San Vicente y Olivares Mexicanos en Ensenada; dejando en último lugar Presa Rodríguez, Tijuana (Figura A3.7). 30 de noviembre de 2012 72 a) Percentil 90 o 33 N 40’ 2033 20’ 2038 2069 2036 o 32 N 2035 40’ 2153 2065 20’ 2056 o 31 N o 118 W 117oW 30 35 116oW 40 115oW 45 114oW 50 Figura A3.7. Las ondas de calor se cuantifican como excesos sobre el umbral P90 de las TMAX de verano (JJAS) en grados Celsius. Teniendo como duración mínima dos días (1961-2000). 30 de noviembre de 2012 73 Complementariamente, los resultados del análisis exploratorio de la frecuencia mostro sobre la región norte que los meses con mayor incidencia como era de esperarse son los de verano incluyendo el mes de octubre, y destacando un máximo que inicia a finales del mes de Julio, se mantiene durante el mes de Agosto hasta principios de Septiembre (Figura A3.8). Sumado a esto, en general se espera que la tendencia se incremente en casi toda la región exceptuando las estaciones Olivares Mexicanos y Ojos Negros en Ensenada las cuales indican un decremento significativo (Figs. A3.9a y 9b). Figura A3.8. Frecuencia mensual media (línea negra continua) del número de OC en el norte de Baja California 1948-2008. En tanto, la duración de los episodios mantiene un comportamiento consistente a la tendencia de las frecuencias u ocurrencias (Figuras A3.9c y 9d). En otras palabras, la longitud en días de las OC, parece ir en ascenso, menos en el centro de la región norte de Baja California. A lo cual si agregamos la severidad de los eventos, se puede decir que continúa siendo congruente con las tendencias anteriormente observadas (Figuras A3.9e y 9f). Es decir podrían esperarse OC cada vez más frecuentes y duraderas, que quizás aparentemente no parezcan agresivas en intensidad. Sin embargo, la intensidad podría estar siendo más bien afectada por la disminución de eventos fríos, es decir posibles incrementos en las temperaturas mínimas, que no favorezcan la recuperación de las temperaturas durante el día. 30 de noviembre de 2012 74 a) FANUAL o 33 N 33 N 40' 40’ 20' 20’ 32oN 32oN 40' 40’ 20' 20’ 31oN 118oW o 116 W c) LMEDIA LMEDIA 117 W o o 115 W o 114 W 31oN o 118 W 33oN 40' 40' 20' 20' 32oN 32oN 40' 40' 20' 20' 117oW e) IACUMULADA 116oW o 117 W d) LMAX 33oN 31oN 118oW FMAX b) FMAX FRECUENCIA o 115oW 114oW 31oN 118oW 33oN 40' 40’ 20' 20’ 32oN 32 N 40' 40’ 20' 20’ o 115 W o 114 W LMAX 117oW f) IMAX IA CUMULA DA 33oN o 116 W 116oW 115oW 114oW IMAX o 31oN 118oW o 117oW 116oW 115oW 114oW 31 N o 118 W o 117 W o 116 W o 115 W o 114 W Figura A3.9. Tendencias lineales de las OC usando el percentil 90 (P90) en el 1948 a 2008 utilizando TMAX. Los círculos, cuadros y triángulos rojos rellenos (azul) indican un significante incremento (decremento) en la tendencia con un nivel de significancia de 95%. Los círculos, cuadros y triángulos rojos abiertos (azul) caracterizan las tendencias positivas no-significantes. 30 de noviembre de 2012 75 CONCLUSIÓN ESCENARIOS DE CAMBIO CLIMÁTICO Unidades de Calor (oD) Las temperaturas máximas y mínimas durante la temporada de crecimiento de las uvas (Abr-Oct) determinan la acumulación de calor necesaria para la formación de azúcares. La región vitivinícola de Baja California se caracteriza actualmente por ~1700oD; un límite máximo de aptitud para producir uva para vino es 2700oD. El escenario extremo a mediano plazo (2015-2039) muestra que las UC aumentarán a ~2100oD en la región mediterránea de Baja California. En comparación, Sonora, el principal productor de uva para mesa en México, se caracteriza por ~3000oD. Este escenario futuro muestra unidades de calor >3300. Temperatura Las temperaturas óptimas durante la temporada de crecimiento de las uvas son de 12 a 24oC y, actualmente, la región vitivinícola de Baja California se caracteriza por ~20oC. Los escenarios al 2015-2039 indican que la temperatura podría subir 1.5oC y a finales de siglo hasta 4oC, manteniendo a la región vitivinícola dentro de los límites de aptitud. Algunas uvas resistentes a las altas temperaturas (20-24oC) son Zinfandel, Nebbiolo y Grenache. Precipitación y Disponibilidad de Agua Los escenarios indican que la precipitación anual podría disminuir durante el siglo 21, afectando negativamente la recarga de acuíferos en invierno y primavera (9-15%). La lluvia de verano podría aumentar ligeramente, lo que favorecería la permanencia y extensión de enfermedades de la vid. Sin embargo, los escenarios de gasto de agua, sólo por crecimiento poblacional, son aún mas preocupantes. Los resultados de los escenarios regionales de cambio climático indican que la región vitivinícola de Baja California podría seguir siendo apta para la viticultura en el siglo 21. El factor más limitante es el agua e indirectamente el desarrollo urbano en zonas agrícolas. Este tema estratégico debe ser apoyado transversalmente para generar acciones sustentables que mantengan la reconocida tradición vitivinícola de Baja California a nivel nacional e internacional. Industria Vitivinícola de Baja California ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN Mantener y extender el monitoreo continuo en la región vitivinícola con estaciones meteorológicas automatizadas (CONAGUA, SAGARPA, empresas) Crear o mejorar una plataforma en línea para consulta en tiempo real de estaciones automáticas y bases de datos históricas (Instituciones Académicas: CICESE, UABC, COLEF) Implementar obras de retención de agua pluvial en zonas estratégicas (CONAGUA) Apoyar la infraestructura agrícola para hacer un uso eficiente del agua (SAGARPA, INIFAP) Regular el crecimiento urbano y la vivienda de la región respetando el ordenamiento territorial y la vocación de uso de suelo (SPA-BC, SEMARNAT, y el IMIP de Ensenada) Identificar y evaluar variedades resistentes a estrés hídrico, altas temperaturas, salinidad y plagas (Sectores académico y empresarial, SAGARPA) Situación Actual y Bajo Condiciones de Cambio Climático Promover la expansión de la región vitivinícola hacia las serranías de la región, manteniendo un balance sustentable con la vegetación nativa (SPA y las empresas) Impulsar la vinculación de los centros de investigación con el sector vitivinícola para la transferencia de tecnología, conocimiento y desarrollo de capacidades. RESPONSABLES Tereza Cavazos, Marcial Leonardo Lizárraga-Partida , Rufina Hernández Martínez, Thomas Kretzschmar y Edgar G. Pavía. DICIEMBRE 2012 INTRODUCCIÓN L a industria vitivinícola de Baja California ha tenido un auge en la ultima década similar a la tendencia del sector a escala nacional e internacional. La tradición vitivinícola en México se remonta a la época de la colonia. Sin embargo, en el Continente Americano existían vides silvestres mucho antes de la llegada de los europeos, como por ejemplo Vitis rupestris, Vitis labrusca, Vitis berlandieri y la uva cimarrona que los pueblos nativos consumían en su dieta regular, tanto en México, Estados Unidos y el Caribe. Con la llegada de los españoles a México se introdujo en América el cultivo de la Vitis vinífera y la transformación de sus frutos en vino, lo que marcó el inicio formal de la vitivinicultura en la Nueva España. En Baja California, el cultivo de la Vitis vinifera (primer “árbol extranjero” plantado en el estado) se inició en 1791 con la variedad Misión, cuando se funda la Misión de Santo Tomás, en donde nace la primera vinícola de Baja California del mismo nombre. Posteriormente, surgen otras vinícolas: Casa Pedro Domecq, L.A. Cetto, Ibarra, Cavas Valmar, Casa de Piedra, Bibayoff, Adobe Guadalupe, Chateau Camou, Monte Xanic, Mogor-Badán y Viña de Liceaga, entre más de 70 casas vinícolas. El clima mediterráneo -veranos secos y templados y lluvias de invierno-, los vientos frescos del Pacifico asociados a la Corriente fría de California, las buenas prácticas, y las características de los suelos de la región (el terroir) generan condiciones distintivas de origen haciendo de Baja California el principal productor de vino en México. LA RUTA DEL VINO CLIMA El clima es sin lugar a dudas el factor básico y más relevante en la delimitación del cultivo de la vid. Las principales vitivinícolas del mundo se localizan en climas mediterráneos como en Baja California, con temperaturas durante la temporada de crecimiento (Abr-Oct) entre 12 y 24oC. Las regiones secundarias se encuentran en climas secos semiáridos, como en el Altiplano Mexicano y en el centro de México. De hecho, la región vitivinícola más antigua de América es la de Parras de la Fuente en Coahuila. La temperatura promedio durante la temporada de crecimiento en la región vitivinícola de Baja California es ~20oC, lo que la coloca en el límite cálido de las regiones productoras de uva para vino. Sonora, el principal productor de uva de mesa en México, tiene mas de 24oC. La Ruta del Vino en la carretera EnsenadaTecate, desde el Valle de San Antonio de las Minas hasta el Valle de Guadalupe, es donde se concentra la mayoría de las casas vitivinícolas. Sin embargo, en años recientes los vitivinicultores del sur de Ensenada, desde Santo Tomás a San Vicente han promocionado la llamada Antigua Ruta del Vino, y más recientemente los viticultores de Tecate están desarrollando lo que ellos llaman la Puerta Norte de la Ruta del Vino. Ensenada se reconoce por sus fiestas que fusionan la cultura, la gastronomía y los buenos vinos a lo largo de año, culminando con las fiestas de la vendimia en agosto. AGUA Y URBANIZACION La nueva carretera Tecate-El Sauzal sobre la RuENFEREMEDADES DE LA VID Las enfermedades más comunes en los viñedos del Valle de Guadalupe son la podredumbre gris ocasionada por Botrytis cinérea y las cenicillas causadas por Plasmopora vitícola y Uncinula necátor. Para hacer diagnósticos y escenarios adecuados de estas enfermedades se necesitan datos diarios de humedad relativa, temperatura y precipitación. ta del Vino ha generado un auge turístico muy favorable para la región, pero también una presión para el desarrollo masivo de vivienda. Un factor sumamente limitante en Baja California es el agua. Varios acuíferos de la región vitivinícola están sobreexplotados o sobre-concesionados. Escenarios de gasto de agua sólo por crecimiento poblacional (sin incluir cambio climático), generados por la UABC, indican aumentos considerables en el gasto de agua en el Valle de Guadalupe en la próxima década. Por lo tanto, el desarrollo urbanístico en el Valle tiene que ser bien planeado de acuerdo a la visión de largo plazo de la región vitivinícola.