UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO “AÑO DE LA UNIVERSALIZACIÓN DE LA SALUD” GRUPO Nº 02: EL DEBIDO PROCESO Estudiantes MAMANI HUAMAN, Mayra RUELAS ARO, Marcial MEDINA ARENAS, Joaquín GAVELAN LAQUI, Milagros CAÑI CHIPANA, Cristian Docente Dr. Juan Moisés Quispe Aucca TACNA – PERÚ 1. ¿Por qué el debido proceso es un derecho genérico? Para dar respuesta a la mencionada pregunta debemos iniciar definiendo la terminología “debido proceso”, puesto que, resulta menester la comprensión de su significado. El TC define al debido proceso como la observancia de los principios y reglas substanciales exigibles dentro del proceso, cuyo objetivo es el de proteger el desarrollo del mismo. El debido proceso es un derecho fundamental, natural, humano y genérico. Asimismo, sus garantías están íntimamente vinculadas al sentido mínimo de justicia que cualquier ciudadano pueda tener. Respecto a lo definido, trataremos el aspecto de debido proceso como derecho genérico. En ese sentido, el debido proceso es considerado derecho genérico debido a que su estructura tiene amplia complejidad, puesto que comprende diversos ámbitos, así como dimensiones sobre las cuales se prolonga aún más dicha complejidad. Haremos referencia en primera instancia a lo que refiere al tema de diversidad de ámbitos, y esto supone que el debido proceso no solo abarca el ámbito judicial, sino que involucra también órbitas como el administrativo, parlamentario, castrense, el ámbito particular, entre otros. Esto porque, como lo mencionamos antes un cualquier tipo de procedimiento que aborde temas de juzgamiento a una persona, debe llevarse a cabo en un sentido mínimo de justicia avalada por las garantías constitucionales establecidas en la misma. Por otro lado, en lo que respecta a las dimensiones, tenemos la formal y material, respecto la primera, abarca aquellas reglas esenciales con las que se lleva a cabo un proceso, esto implica puntos relevantes como el derecho a un juez natural, procedimiento preestablecido, derecho de defensa, motivación resolutoria, instancia plural, cosa juzgada, entre otros; garantizadas en el artículo 139 del texto constitucional. Asimismo, está el aspecto material cuya orientación está dirigida a la preservación de los criterios de justicia sustentables de toda la decisión los cuales son la razonabilidad y la proporcionalidad. Finalmente, el debido proceso es un derecho genérico porque se descompone en una serie de otros derechos enumerados en el mismo artículo que lo menciona, cuya función además es la de garantizar su adecuado, normal y correcto funcionamiento dándole un sentido adecuado al término “justicia”. El debido proceso además de estar protegido como derecho fundamental dentro de nuestro ordenamiento jurídico, también es considerado un derecho humano, puesto que, lo acogen normas internacionales como la “Declaración Universal de Derechos Humanos”, “Declaración Americana de los Derechos del Hombre”, “Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas”. 2. ¿Cómo debe estar garantizado el debido proceso? El Debido Proceso es un conjunto de garantías procesales que se encuentra debidamente establecido en todo acto procedimental jurisdiccional. Pero, ¿Qué o quién garantiza la correcta aplicación y cumplimiento del Derecho al Debido Proceso? En nuestro país, esta figura del Derecho al Debido Proceso está plenamente ligado a los derechos fundamentales de la persona, y, por tanto, reconocido legítimamente en nuestra Constitución Política. Entre los artículos de nuestra legislación que garantizan el derecho al debido proceso encontramos: Artículo 139º Inc. 3 de la Constitución Política del Perú Artículo 4º del Código Procesal Constitucional Artículo 25º del Código Procesal Constitucional Entonces, podemos afirmar que el Derecho al Debido Proceso se encuentra debidamente garantizado por los órganos de control jurisdiccional de nuestro país. Incluso, podemos afirmar que el Derecho al Debido Proceso se encuentra avalado a nivel mundial por artículos que aprueban la legitimidad de esta figura jurídica como son: Artículo 10º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Artículo XVIII de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. Artículo 14º del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Artículo 8º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En conclusión, el Derecho al Debido Proceso, a causa de su fundamental importancia, debe estar garantizado mediante ley y ser aplicada en los respectivos Órganos del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial según sea a función de su competencia. 3. Si se afecta al debido proceso, ¿Cuál es la sanción? El artículo 50° de la Ley de la Carrera Judicial establece las sanciones y medidas disciplinarias que son aplicables a los jueces, por ende, en un marco general, las disposiciones sancionables en circunstancias de inhibición y recusación, de acuerdo al artículo 54° y 55° del Código Procesal Penal, son complementariamente sanciones que se reproducen como efecto de transgredir el derecho al debido proceso. La determinación de las sanciones o medidas disciplinarias y el control de su ejecución estarán a cargo de las autoridades competentes, quienes actuarán en toda circunstancia conforme a los principios del debido proceso legal, respetando los derechos humanos y las garantías básicas de las personas privadas de libertad, reconocidos por el derecho internacional de los derechos humanos. Asimismo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos estima que el debido proceso resulta aplicable en la vía administrativa a efectos de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos, tales como las sanciones administrativas. En aquellos supuestos en los que no se respete alguno de los derechos indicados y otros, que también formen parte del debido proceso, nos encontraremos ante un proceso claramente irregular, desde su vertiente formal, frente al cual será posible acudir al órgano jurisdiccional en busca de tutela constitucional. El debido proceso exige que todos los actos de poder, como normas jurídicas, actos administrativos o resoluciones judiciales inclusive, sean justos, es decir, que sean razonables y respetuosos de los valores superiores, de los derechos fundamentales y de los demás bienes jurídicos constitucionalmente protegidos, a tal punto que su inobservancia debe ser sancionada con la inaplicación de aquel acto o con su invalidez. 4. ¿Cuál es el medio de hacer valer el derecho al debido proceso? La importancia del derecho al debido proceso recae en su protección y exigencia de garantías mínimas en un proceso judicial, para que la sentencia emitida conste de transparencia e imparcialidad. Por lo antes señalado, cuando una persona se encuentra ante la vulneración de su derecho al debido proceso y de acuerdo al artículo 139º inciso 3 de la Constitución Política del Perú, que señala lo siguiente: “Son principios y derechos de la función jurisdiccional la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional. […]”. La persona afectada, a través de su abogado, puede solicitar el correcto ejercicio de este derecho. Otro medio para hacer valer este derecho es el que nos indica la Constitución Política del Perú en el artículo 200º inciso 2º, que hace mención a la acción de amparo, garantía constitucional que procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza derechos reconocidos por la Constitución. De esta manera el afectado, quién es la persona legitimada para interponer el proceso de amparo, podrá acudir al Tribunal Constitucional y poner en evidencia la vulneración de su derecho al debido proceso y exigir el resarcimiento del mismo, de acuerdo al artículo 4º del Código Procesal Constitucional. “El amparo procede respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas con manifiesto agravio a la tutela procesal efectiva, que comprende el acceso a la justicia y el debido proceso. […]” Un medio excepcional para hacer valer el derecho al debido proceso, es el que señala el artículo 25º inciso 17 del Código Procesal Constitucional. Mencionado artículo nos explica que procede la acción de hábeas corpus en defensa de los derechos constitucionales conexos con la libertad individual, especialmente cuando se trata de la afectación del debido proceso y la inviolabilidad del domicilio. Asimismo, de conformidad al fundamento 12 del EXP. N.° 2050-2002-AA/TC, el derecho al debido proceso no atañe solo al ámbito jurisdiccional, sino también a cualquier órgano del Estado que ejerza funciones de carácter jurisdiccional, en cuanto determine derechos y obligaciones de las personas. 5. ¿Qué opinión le merece el debido proceso en el sistema jurídico peruano? De acuerdo a lo expuesto por Juana Rosa Terrazos Poves, “el debido proceso en su manifestación sustantiva es un derecho innominado por nuestra Constitución, puesto que, éste tiene su principal fundamento sobre la base de que nuestro ordenamiento jurídico proclama alcanzar el desarrollo de la persona como fin supremo”. Entendiéndose que el fin supremo del Estado es garantizar la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad; la opinión que emitimos es que, sin la existencia del debido proceso, todas las personas se encontrarían vulnerables ante la falta de un medio de protección o garantía que vigile la correcta función jurisdiccional. Por ello, es importante que reconozcamos la importancia del debido proceso en nuestro ordenamiento jurídico, en la medida que este garantiza los derechos fundamentales inherentes a la persona y hace efectiva su realización. BIBLIOGRAFÍA Elizabeth Salmón, C. B. (2012). El derecho al debido proceso en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Lima, Perú: Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Obtenido de https://bit.ly/2X3g1tF Sánchez Gómez, S. (2018). El Derecho Fundamental al Debido Proceso y a la Tutela Jurisdiccional. Obtenido de https://bit.ly/2B5ovrU Terrazos Poves, J. (s.f.). El Debido Proceso y sus Alcances en el Perú. "Derecho & Sociedad"(23), 160 - 168. Obtenido de revistas.pucp.edu.pe