Melina Elizabeth Campos Vaqueros, marzo de 2018 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 “Creo que la gente continuamente dice frases memorables y no se da cuenta. Y quizá la función del artista sea recoger esas frases y retenerlas”. Jorge Luis Borges j QUÉ ANDA DICIENDO LA GENTE Resumen La conformación identitaria contemporánea es afectada por la transformación relacional producida por el auge de las NTIC, en especial por las redes sociales vía Internet. La Gente Anda Diciendo (LGAD), página de Facebook administrada por Tatiana Goldman y Ezequiel Mandelbaum, constituye un espacio híbrido de interacción masiva que con su nuevo formato: carteles de frases escuchadas al pasar con algunos datos contextuales, permite por un lado el análisis del discurso seleccionado como relevante por los oyentes y por otro las razones de popularidad de las colaboraciones, entendidas como productos culturales mediáticos, preferidas por los seguidores de la página. Palabras clave: La Gente Anda Diciendo – Redes Sociales – Producto cultural - Identidad – Argentinidad – Discurso. Conformación identitaria y redes sociales: LGAD El pensamiento no es una cuestión a priori de las fuerzas productivas, es en ellas desde el inicio una condición interna de su aparición. El punto de partida para comprender cómo se construye la identidad es atender al grado de control material sobre la realidad. La identidad según Hernando Gonzalo (2000) consiste en el desarrollo de mecanismos cognitivos que permitan a los humanos tener sensación de control suficiente de la realidad, con independencia del control real en sí que se tenga. El modo en que se construye la identidad se asienta esencialmente en seleccionar sólo una parte de la realidad, aquella que se cree poder controlar. La redefinición de la sociedad contemporánea, procede de la transformación del proceso comunicativo cara a cara, en el que se diluyen en el espacio y en el tiempo todos los mecanismos existentes de contextualización para quienes se comunican y desde los cuales los sentidos de la comunicación se resuelven en los implícitos, utilizados para la optimización de la comprensión de los interlocutores (Pardo Abril, 2013: 20). La transformación relacional que proponen las nuevas tecnologías de la comunicación comienza con la puesta en entredicho de los atributos definitorios de los seres humanos: el sexo, la raza, la condición social, la edad, entre otros, como la base o la causa de las pautas de comportamiento y, por tanto, de la estructura social. Son las relaciones, los vínculos que mantienen los actores, los que establecen las estructuras en cuyas posiciones se sitúan las unidades. Por consiguiente, la explicación de los comportamientos requiere un análisis de cómo los sujetos están conectados unos a otros en las diversas situaciones en las que son observados. Para comprender las relaciones en las redes sociales virtuales resulta necesario involucrar el concepto de performance social, en el sentido dado por Jeffrey Alexander (2006), en el cual formula de una manera más amplia y menos restrictiva, el concepto de la interacción social en términos de puesta en escena, en la que los interlocutores desarrollan un performance, moldeado por las representaciones de su entorno cultural, el cual es el mismo que, de alguna manera, marca las pautas en la formación de la identidad del sujeto como tal. El planteamiento de performance social sirve para analizar los procesos de formación de identidad dentro del ciberespacio, así como las formas de interacción planteadas dentro del mismo; es decir, la manera en que los sujetos se representan a sí mismos, buscando alcanzar objetivos determinados. De este modo, es importante analizar de qué manera esas representaciones del entorno cultural del individuo se ven expresadas en comunidades virtuales, más globalizadas. Tatiana Goldman y Ezequiel Mandelbaum afirman que hacer LGAD es un ejercicio de tomar decisiones impensadas, pues cada mediodía deben elegir sólo una frase de las miles que les llegan, hecho que los conduce a 2 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 debates extraños, pues diariamente de manera consciente e inconsciente construyen y reformulan los objetivos de la página. De todas las decisiones, consideran que la más importante fue rechazar una propuesta indecente de una marca que les ofreció dinero para que inventaran una frase. La razón que ellos argumentan es que la identidad del proyecto está por encima de todo. Teniendo en cuenta lo anterior, se plantea una bidimensionalidad del sujeto-usuario, que se manifiesta en un sujeto que habita e interactúa en un espacio no-virtual y otro que desarrolla contactos e interactúa con otros sujetos en un espacio virtual, que trasciende la territorialidad física y deviene otros matices. Ello implica un abordaje del uso de los espacios virtuales, no como un opuesto a los espacios no-virtuales, sino como elementos sinérgicos que se retroalimentan el uno al otro. En las diferentes aproximaciones al uso del ciberespacio, se acostumbra extrapolar los términos virtual del real, como si el primero no fuera lo segundo; es decir, que se maneja el concepto de la virtualidad casi desde una perspectiva de la fantasía. La bidimensionalidad del sujeto plantea diferencias en cada una de las realidades de éste. Es decir, que identifica unas características determinantes de cada una, sin ello querer entrar en una oposición de los términos (Aguilar Rodríguez y Said Hung, 2010: 199). Entonces, LGAD no es un fenómeno virtual ni sólo una representación de lo off-line, sino una convergencia de los sentidos e interacciones que los seguidores consideran relevantes y significativos de una parte de realidad como construcción social bidimensional. LGAD: Una página de Facebook Dependiendo del nivel de cercanía, en los espacios no virtuales, la comunicación se da en escenarios de mayor privacidad o intimidad, mientras que al ser mayor la distancia o menor el grado de familiaridad entre sujetos, éstos buscan escenarios de tipo más público para los procesos comunicativos. En las redes sociales virtuales como Facebook, estos espacios son reproducidos en la forma de páginas, muros públicos, grupos de membrecía abierta, grupos de membrecía cerrada, mensajes grupales, así como la posibilidad de contar con una instancia como el mensaje privado, que da cuenta de una relación mucho más familiar o íntima entre sujetosusuarios. Las páginas de Facebook constituyen un espacio virtual público de interacción que representan empresas, organizaciones, marcas, instituciones. Se diferencian de los perfiles personales por su alcance de visibilidad; si bien existen perfiles públicos, éstos sólo permiten un máximo de 5000 seguidores y/o amigos, mientras las páginas permiten un número ilimitado de fans. Además, el contenido de una fan page de Facebook está indexado a los motores de búsqueda, lo que posibilita un alcance exponencialmente superior. Sin embargo, son un medio de difusión restringido pues sus publicaciones son emitidas hacia un público o audiencia determinada, es decir, los seguidores. Cabe recordar que son los otros miembros de la red, quienes salen a la búsqueda de la información disponible y son las renovaciones que se hacen por parte de los demás sujetos-usuarios las que hacen parte de la red social a las páginas de Facebook. Detrás de una fan page, están los webmasters o administradores, quienes organizan contenidos con un fin específico: construir comunidades. Esto significa que la página tiene que ponerse frente a la gente correcta, con el mensaje indicado para que sepan que su página existe y convencerlos de que les generará algún valor al hacerse fans. Las páginas no son líderes de sus seguidores, comparten, moderan y unen a las personas alrededor de un interés común, o sea, que son un medio, pues el eje es la comunidad. Entonces, lo que hace más o menos conocida a una página es el elemento aglutinador escogido. La Gente Anda Diciendo (LGAD) es una página de Facebook creada en 2012 por los amigos Tatiana Goldman y Ezequiel Mandelbaum, ambos de Capital Federal. Su información la describe como “Fragmentos de conversaciones que escuchamos por la calle. Frases sueltas, a veces inconclusas, casi siempre fuera de contexto.” Su comunidad en constante crecimiento está compuesta por aproximadamente 8.856.255 seguidores, distribuidos principalmente en Argentina, América, Europa y en menor porcentaje en países de África, Oceanía y Asia. Los orígenes de la página se remontan al 8 de diciembre de 2011, cuando los administradores se encontraban en un bar tomando café, mientras de la mesa vecina les llegaban fragmentos de una conversación de pareja sobre la infidelidad. Ante el obstáculo de recordar las frases se propusieron empezar a anotar lo que escucharan en la calle para hacer un libro que registrara la forma de hablar de los argentinos. Nueve meses después tenían recopiladas 150 frases. Decidieron subir algunas a Facebook y crearon la página. La llamaron “La Gente Anda Diciendo” en honor a una famosa frase de Chespirito, porque al leer las suyas les parecieron una buena 3 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 muestra de que todos están un poco locos. Tatiana y Ezequiel consideran que lo que siguió fue una locura: en menos de una semana ya había 1000 likes (me gusta) y con el crecimiento la gente empezó a mandarles lo que escuchaban por la calle. Este hecho fue el verdadero nacimiento de LGAD. Pues, se enfrentaron a la primera decisión interactiva más allá de las posibilidades esquemáticas de una página de Facebook. Tatiana y Ezequiel tuvieron que tomar una decisión: ¿postear o no las colaboraciones? Su duda residía en las condiciones de veracidad de las frases. Dada la imposibilidad de comprobarlo, decidieron confiar, ya que la gente había apostado a que las suyas sí lo eran. Desde una perspectiva sociológica, el proceso de re-formulación de la identidad del individuo en el ciberespacio se encuentra protegida por la carencia de elementos de constatación de veracidad de la información brindada. Es decir, que la publicación de la información de los usuarios se basa en el principio de la confianza; la carencia de regulaciones estrictas en ese sentido puede generar una especie de anomia, ya que no existen unas barreras o limitaciones estrictas y determinadas, las cuales condicionan las acciones de los individuos. Así pues, el proceso de construcción o reformulación de la subjetividad del sujeto-usuario en las redes sociales como Facebook se evidencia en el establecimiento de nuevas redes sociales, el fortalecimiento de redes existentes o la reconstrucción de redes que habían perdido su conexión por causa de las limitantes geográficas y espaciales. Tal acto comunicativo permite no sólo recomponer y reformular quién es el sujeto, y cómo se concibe, sino cómo pretende que lo perciban los otros sujetos usuarios. Es en el marco de lo aquí expuesto, que los individuos se encuentran inmersos en un proceso de reconfiguración del mapa comunicativo, para dar cuenta del conjunto de elementos comunicativos (reconocimiento con el medio, por ejemplo) y cognitivos (ordenamiento mental y construcción de razonamientos, por citar alguno) que permiten a los individuos y sociedades ubicarse y pensarse desde un tiempo determinado por los procesos y espacios físicos y virtuales llevados a cabo y habitados por éstos como miembros de un grupo y/o como sujetos autónomos (Aguilar Rodríguez y Said Hung, 2010: 202). Ahora bien, ¿Qué es LGAD? La respuesta es sencilla, una página donde se recopilan frases escuchadas al pasar, en calles, colectivos, bares, etcétera. Pero los alcances y funciones que le otorgan los usuarios a la página hacen que la definición termine siendo reduccionista. Por esta razón, los administradores llegaron a la conclusión de que si determinadas palabras pueden viajar a través de esta página en forma de cartelito hasta llegar a un sitio donde cobran un sentido de mensaje social, entonces LGAD es lo que la gente haga que sea, entre todos. Las contribuciones de LGAD como productos culturales Las tecnologías de la comunicación han promovido las industrias informativas y las industrias culturales. En cuanto a las primeras, se observa la consolidación de las grandes agencias de información y su estrecho vínculo con la sociedad en pleno, a partir de las redes de profesionales de la comunicación. En cuanto a las segundas, son el producto directo de la vinculación industrial y el desarrollo de espacios comunicativos como el cine, la radio, la música, la educación, y demás ámbitos de la vida social que sirven para la distribución de bienes culturales en formatos masivos y de fácil acceso para sus usuarios. El resultado es la aparición de un espacio virtual en el que se integra el mercado libre y global con todos los usos que proceden de las maneras como los seres humanos se relacionan (Pardo Abril, 2013: 20). De acuerdo con Stuart Hall, los productos culturales deben entenderse en sentido amplio como “textos”, y se los puede descodificar de modo distinto a como fueron codificados. Podrían llegar incluso a independizarse, porque distintos usuarios activan para sí de modo diverso los diferentes estratos de significado. Adorno y Horkheimer han postulado una lectura de los productos culturales a partir de las determinaciones del mercado a modelos que responden al consumo. Los estereotipos son, pues, una réplica rápida a las exigencias de la reproducción, el intercambio, el gasto y el consumo que el mercado social impone a la cultura popular. El análisis de tales estereotipos consiste en una lectura extrínseca de ellos mismos a la luz del sistema social que los produce. Este carácter utilitario diferencia, según Arendt, los artefactos de la fabricación de los objetos culturales. Estos últimos carecen estrictamente de utilidad alguna, pues no se someten al uso que de ellas puedan hacer los hombres. Los objetos culturales están en la vida social de dos maneras diferentes: añadiéndose a ella como artefactos, y significándola, es decir, dándola a conocer y aportando nuevos sentidos. En este punto, los objetos culturales se sitúan a caballo entre lo que Arendt denomina el mundo de las cosas hechas por el hombre y el mundo de la acción y del discurso donde el hombre libre se ejercita en su capacidad de trascender lo dado (Luengo, 2011: 79). 4 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 Dentro de las posibilidades de categorización de las páginas de Facebook, La Gente Anda Diciendo está clasificada como “Artista”. Para comprender por qué Tatiana Goldman y Ezequiel Mandelbaum se consideran artistas y por lo tanto, que sus producciones devengan en productos culturales artísticos y no en productos meramente consumibles, es necesario analizar el funcionamiento intrínseco de la cultura popular. La sociedad de masas –en palabras de Arendt– “no quiere cultura sino entretenimiento, y la sociedad consume los objetos ofrecidos por la industria del entretenimiento como consume cualquier otro bien de consumo” (2003:314). En efecto, se identifica el consumo con el entretenimiento y se equivalen las cosas que entretienen a los bienes útiles o necesarios para el proceso vital de la sociedad. Por ende, los criterios para juzgar el entretenimiento, como pueden ser la frescura y la novedad propias de los bienes de consumo, objetos que se desgastan y que es preciso producir y reproducir una y otra vez al ritmo del ciclo biológico de la sociedad, no pueden ser válidos para juzgar los objetos culturales. Ni viceversa: frente a la caducidad de los productos del entretenimiento, lo propio de los objetos culturales es la durabilidad. Es más, su carácter cultural proviene precisamente de su capacidad para soportar el proceso vital de la sociedad y “mundanizarse”, es decir, constituirse en “cosas” que no se gastan, sino que se separan de las necesidades y exigencias de la vida para pasar a formar parte del mundo. De ahí, que las obras de arte se constituyen en el objeto cultural por excelencia. La visión de Arendt permite situar los productos de la cultura popular entre los objetos culturales, a caballo entre el arte y el mercado, sin que se vean abocados irremediablemente a esta segunda esfera. A falta de poder establecer un límite neto, la categoría de producto cultural se ajusta mejor a la naturaleza de un producto mediático (una noticia popularizada por la televisión, por ejemplo) que otra cualquiera, pues contempla dos dimensiones: la de arte-facto, o “cosa hecha” con objeto de satisfacer unas necesidades socioculturales, reales, exigidas por su carácter comercial; y la de objeto cultural que, por su parte, se destina al enriquecimiento humano de la sociedad. Es decir que las frases escuchadas al pasar constituyen en simultáneo un artefacto comunicativo que responde a circunstancias específicas de producción y a su vez, un objeto cultural mediático al registrar, trascender y significar más allá de lo dado. La reflexión de Arendt también rebate una comprensión moderna de la cultura, motivada por la apreciación externa de unicidad y pureza de las obras, como la que se deduce del análisis de Adorno y Horkheimer. La reiteración cuantitativa, aún condicionando el contenido artístico, no anula la posibilidad de que las formas populares ofrezcan contenidos innovadores dentro de los márgenes del género. Por el contrario, el éxito de LGAD como artista recopilador de productos culturales ha demostrado la popularidad de nuevas fórmulas-tipo o arquetipos artísticos, a partir de los estereotipos fijados por la industria y el consumo masivo, como son los chistes, los slogans, los shows de stand up, los memes, los videos de youtubers, etcétera. En esta referencia a la acción y su relación con el arte se establecen los márgenes para una comprensión filosófica de la cultura popular. Se trata de una aproximación intrínseca a unas fórmulas estereotipadas que, sin embargo, son capaces de aportar la novedad que caracteriza al arte, por su relación simbólica con ciertas formas de vida, a las que los estereotipos remiten, aunque sea débilmente. Los condicionantes externos no impiden una aproximación cultural a unos productos cuya recepción popular sobrepasa una visión excesivamente ideológica de sus fórmulas. Desde este punto de vista, la popularidad y comercialidad de determinados objetos, como las colaboraciones de LGAD, hallan su explicación en la capacidad de incorporar contenidos culturales que encuentran una respuesta en el interior de las personas, y no solo en la proyección ideológica y mercantil de sus formas populares. Sin embargo, la popularidad y efectividad de un producto cultural no sólo requieren de la capacidad de introducir contenidos culturales significativos y relevantes sino que la forma, o sea, el formato estilístico también debe serlo. LGAD creó un formato simple que puede ser entendido como un nuevo género popular. En el libro The immediate experience, Warshow explica así la creación de nuevos géneros populares: “Que un tipo tenga éxito significa que sus convenciones se han impuesto a sí mismas sobre la conciencia general y se han convertido en vehículos aceptados de una serie de actitudes y efectos estéticos. Uno va a cualquier ejemplo individual del tipo con expectaciones muy definidas, y la originalidad es bienvenida sólo en la medida en que intensifica la experiencia esperada sin alterarla de manera fundamental. Además, la relación entre las convenciones que lo convierten en tipo y la experiencia que la audiencia tenga de los hechos reales o de cualquier situación que pretenda describirlo, tiene sólo una importancia secundaria y no determina su 5 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 fuerza estética; sólo en un sentido marginal el tipo apela a la experiencia de la realidad que pueda tener su audiencia; de manera más inmediata apela a la experiencia previa del tipo en cuanto tal; el tipo crea su propio campo de referencia” (Warshow 1964:85). Determinación del Corpus La popularidad y vigencia de LGAD responden a su condición de colección y registro de productos culturales, o sea, a su capacidad de incorporar contenidos culturales que encuentran una respuesta en el interior de las personas y a la generación de un propio campo de referencia. Ahora bien, los productos culturales son las colaboraciones y es por ellas que 8.856.255 personas son seguidores de la página. Entonces, ellas en forma y contenido determinan su aceptabilidad. Por esto, es posible deducir que las colaboraciones más compartidas, “likeadas” y comentadas son las que conllevan mayor cantidad de factores de aglutinación de los seguidores como parte de una comunidad virtual. En el 2017, las colaboraciones que han registrado los promedios más altos de popularidad son: #4 de promedio 58, 250 Publicada 9 enero 2017 131.268 me gusta 2.360 comentarios 41.128 compartir #3 promediada en 60, 286 Publicada 17 abril 2017 130.326 me gusta 2.262 comentarios 48.271 compartir #2 con promedio de 61, 285 Publicada 17 enero 2017 133.779 me gusta 1.905 comentarios 49.722 compartir #1 cuyo promedio es 66, 505 Publicada 8 marzo 2017 128,845 me gusta 1,625 comentarios 69,046 compartir 6 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 Contexto de los enunciados del corpus En el análisis del contexto se deben considerar dos aspectos fundamentales. Primero, los contextos no están más "fijos" o "determinados" que el propio discurso. Pueden ser flexibles y cambiantes, y puede ser necesario negociarlos. Los discursos pueden estar condicionados por los contextos, pero también ejercen influencia sobre ellos y los construyen. Esto es, los discursos son una parte estructural de sus contextos, y sus estructuras respectivas se influyen mutua y continuamente. En segundo lugar, los contextos, al igual que el discurso, no son objetivos, en el sentido de que están constituidos por hechos sociales que todos los participantes interpretan y consideran relevantes de la misma manera. Son interpretados o construidos, estratégica y continuamente producidos como hechos relevantes por y para los participantes. Desde una perspectiva más cognitiva, se puede decir que los contextos son construcciones mentales (con una base social), o modelos en la memoria. Como el significado y otras propiedades del discurso también se manejan mentalmente, esto explica el vínculo fundamental entre el discurso y el contexto: en tanto representaciones subjetivas, los modelos mentales de los contextos pueden así supervisar directamente la producción y la comprensión del habla y el texto (Van Dijk, 2000: 58). No es de poca importancia que tres de las cuatro colaboraciones hayan sucedido en Buenos Aires, la provincia más cosmopolita de Argentina; dos de ellas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el centro de la vida socio económica y cultural de país; y una en Villa María, una capital comercial de Córdoba, segunda provincia con mayor progreso cultural de Argentina. Es decir, que las colaboraciones mejor “rankeadas” provienen de lugares que tradicionalmente son considerados centros legitimadores de la cultura hegemónica. Por ende, los discursos proferidos en estos sitios construyen el presupuesto de que sus habitantes son las voces autorizadas en la construcción identitaria argentina y no sólo bonaerense o urbana. Además, según el ENACOM (Ente Nacional de Comunicaciones) la provincia de Buenos Aires, con 3.191.569 accesos fijos a Internet, y la Ciudad de Buenos Aires, con 1.336.842, concentran el 44,2 % y 18,5%, respectivamente, del total de accesos a nivel nacional. Mientras la tasa de penetración en la CABA es de 40,1% por cada 100 habitantes, apenas por encima del promedio nacional se ubican la provincia de Buenos Aires con 18% y Córdoba con 17,5%. Aunque en Argentina la banda ancha ha perdido su predominio, pues según los datos relevados por INDEC son 6.226.209 las conexiones fijas a Internet, mientras que 11.113.081 corresponden a los accesos de banda ancha móvil con contratación de plan de datos; la velocidad del servicio posee mejores promedios en las ya mencionadas Buenos Aires y CABA. Estas cifras permiten evidenciar la desigualdad de acceso a la red de redes, y también son un indicador de la cualidad de los internautas, pues siendo los bonaerenses los que poseen más y mejor acceso, son ellos quienes están en condiciones de desarrollar, reproducir y reivindicar su cultura en las redes sociales virtuales como Facebook. En este punto la cognición y el contexto se unen y se vuelven mutuamente relevantes. De allí, también, la importancia del hecho de que los usuarios del lenguaje no sólo emplean el discurso y de ese modo actúan en alguna situación, sino que básicamente intentan darle un sentido. Por un lado, en este caso, el sentido bien puede ser afirmar el carácter legítimo de los discursos bonaerenses, principalmente de la CABA y en menor medida de otros centros culturales como Córdoba. Y por otro lado, construye el presupuesto de que en las calles céntricas de las ciudades urbanas, los transeúntes sienten casi completa libertad para conversar sobre cualquier tema tanto íntimo como público, sino no hubiesen tenido lugar la mayoría de los diversos enunciados de LGAD. Es preciso añadir que en el contacto intercultural, las diferencias discursivas pueden aceptarse de un modo tolerante y cooperativo o dar origen a incomprensiones o conflictos traducidos en formas de dominación, exclusión u opresión hacia los de menos poder. Para que las contribuciones de LGAD circulen en Internet de manera positiva, la precondición necesaria fue que las diferencias discursivas de los argentinos sean aceptadas con tolerancia, e interpretadas cooperativamente por los usuarios de otras culturas lingüísticas. Otro aspecto contextual a tener en consideración es el género de los interlocutores. Todos los enunciadores de las colaboraciones son varones: nene de unos 12 años, padre, joven lleno de piercings y tatuajes y papá de unos 40 años. Esto indica que la voz autorizada para expresarse es la masculina, pues a los que se escucha pronunciando en voz alta sus pensamientos son a los hombres. Además, dado que sólo a partir de la recuperación de determinadas premisas y conclusiones y no otras, se puede obtener una interpretación que resulte óptima según el principio de la relevancia, el emisor no puede eludir la responsabilidad de al menos albergar en su mente los supuestos que constituyen dichas premisas. De esto se concluye, por un lado, que los 7 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 hombres son quienes disponen de la práctica tradicional para reproducir sus ideales sociales, por ende en las contribuciones se puede evidenciar cierta predisposición a la circulación de una ideología focalizada y bajo las estructuras de relación y de conocimiento masculinas. Por otro lado, este hecho no significa la segregación femenina en los discursos cotidianos, pero sí significa que los varones son quienes mantienen un lugar de privilegio y de legitimación que las mujeres todavía no poseen equitativamente. Es más, ocupan un papel fundamental: en todas las colaboraciones la mujer es parte esencial del acto de habla, pues en tres casos (colaboraciones Nº1152, Nº1184 y Nº1111) son las destinatarias y, en todos son el tema de conversación o parte fundamental de éste. El discurso, en tanto acción e interacción, es una parte estructural de los contextos local y global. Es así como puede establecerse un vínculo entre lo micro y lo macro, por medio de los participantes del discurso, que emplean el texto y el habla como personas individuales pero también como miembros de un grupo. En cierto modo, entonces, los grupos actúan "por medio" de sus miembros. Lo mismo sucede con la dimensión cognitiva: los grupos piensan por medio de sus miembros. Las ideologías de los grupos organizan creencias grupales relacionadas con dominios, las que a su vez influencian las creencias específicas de sus miembros y forman finalmente la base del discurso. De esta forma se relaciona una noción macro como la de ideología grupal con la noción micro de los discursos y otras prácticas sociales de sus miembros. Al mismo tiempo, se consigue comenzar a comprender cómo las ideologías pueden a su vez ser adquiridas y reproducidas por los grupos y sus miembros, en particular por medio de la comprensión, la distribución, la abstracción y la generalización del discurso (Van Dijk, 2000: 58). Las colaboraciones más populares son las provenientes de CABA y Buenos Aires y proferidas sólo por varones, pero LGAD posee un amplio repertorio de aportes de enunciadoras y originarios del resto del país que también poseen altos niveles de popularidad. Si bien los números indican la hegemonía cultural masculina porteña, esto no significa optar por el unitarismo ni el machismo. Todo lo contrario, esta desigualdad que oprime a la argentina y al argentino del interior excluyéndolo de la cultura oficial no es lo que identifica a LGAD, sino el hecho de que la argentinidad no está restringida a un espacio físico (ni siquiera al espacio geográfico de Argentina), ni a un género; se trata de un sentir colectivo federal, internacional y global, y así lo indica la cantidad y diversidad de los seguidores de la página. Análisis discursivo de las colaboraciones LGAD es un producto cultural virtual y no-virtual, a caballo entre la comunicación multimedia prototípica de las redes sociales on-line, cuya tendencia es desacreditar los atributos de los sujetos-usuarios en ausencia corpórea para observar los vínculos que mantienen los actores hacia la explicación de los comportamientos; y la comunicación oral, al ser frases escuchadas al pasar, fruto de interacciones cara-a-cara, donde no se da aquel fenómeno. Por eso, en primera instancia se analizan las contribuciones como actos de habla conversacionales y luego como los carteles publicados por la fan page. La colaboración Nº1111 es entendida y expresada desde la perspectiva del enunciador, nene de unos 12 años a su madre de cuarenta y pico, como una tautología pues la primera proposición constituida por la perífrasis durativa “estás diciendo” cuyo predicativo no obligatorio es “maleducado” afirma el rasgo semántico de “educación” del verbo “educaste” que nuclea la segunda proposición. Por ello, se deduce que la lógica empleada por el nene es proposición verdadera, más proposición verdadera, igual a oración verdadera, es decir, que las dos son parte de una misma situación, por lo que el orden de las proposiciones es irrelevante ya que no afecta el resultado, y a su vez, el valor de “y” es sólo de conexión. De esta manera, la primera proposición tiene el valor de consecuencia negativa sobre lo dicho en la segunda proposición que viene siendo su causa. Sin embargo, el enunciador no es caracterizado como “joven”, “adolescente”, “muchacho” o “pibe” sino como un “nene” hecho que conlleva asignado cierto grado de inocencia y puerilidad, que no concuerdan con una intención explícitamente crítica hacia el negativo estado actual gracias a la educación recibida. Esto no significa que un nene sea un sujeto acrítico, mucho menos si tiene 12 años, sino que la elección del sustantivo denota justamente su inmadurez. Según lo dicho, la intención de este acto locutivo es expresar una incongruencia entre la causalidad de las proposiciones, pues el chico no comprende por qué es maleducado, si lo educó su madre. El efecto cómico de la colaboración Nº1111 recae en el malentendido del enunciado para el mismo enunciador ingenuo quien ha demostrado aún no ser capaz de dilucidar el conflicto ideológico que conlleva su enunciación. Pues lo que el construyó como una tautología, se trata en 8 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 realidad de una inconsistencia: que su madre indique que es maleducado no implica que ella haya sido la única responsable de ello. Esto es así, porque el nene es sujeto activo de su educación, incluso este acto locutivo lo demuestra al ser un cuestionamiento espontáneo sobre su crianza. También es preciso añadir que el supuesto tradicional de educación conductivista donde el docente es el único sujeto conocedor que ilumina la mente vacía de los alumnos; trabaja en conjunto con el supuesto machista de que la crianza de los hijos recae sólo en la madre y la influencia del contexto está dirigida por las decisiones que le corresponden a ésta indefectiblemente. Si estos supuestos son percibidos por los seguidores de LGAD, en ellos el efecto de la colaboración no es cómico ya que no se ríen del niño ingenuo y su automalentendido, sino humorístico, pues se estarían riendo reflexivamente sobre los complejos aspectos ideológicos que conllevan las interacciones más cotidianas, como una conversación entre madre e hijo. La colaboración Nº1184 está compuesta por dos frases. La primera parte de la implicación contextual sobre el aspecto físico del enunciador, joven lleno de piercings y tatuajes a una mujer de unos 70 años que lo miraba asustada, la destinataria. El muchacho contradice los presupuestos que deduce la señora sobre su encuentro ocasional ya que la explicatura “Señora, no le voy a robar” implica la premisa “parezco delincuente”, la conclusión “pero no soy ladrón”, por lo que la conclusión implicada es “no piense que soy ladrón sólo por mi aspecto físico”. Por lo tanto, la primera frase constituye una presuposición al garantizar el significado de la segunda frase: “Sólo la quiero pasar, pero no puedo porque camina en zigzag”, puesto que justifica la cercanía espacial entre ellos. La intención del enunciado no es más que una simple petición de permiso para circular, por ende se podría haber reducido a la locución “permiso” y dado el desequilibrio relacional entre los participantes del acto de habla hubiese sido propicio añadir “por favor”. Sin embargo, la enunciación ostenta otras implicaciones que se perderían con un simple “permiso, por favor”. En este caso, el joven incumple con las máximas de cortesía de generosidad y de simpatía, pues su presunción inclina sus esfuerzos a construir un acto perlocutivo mediante la explotación de los recursos de cortesía relativa, ya que su objetivo comunicativo es modificar el desequilibrio existente poniendo en ridículo los presupuestos que lo sustentan. Así su estrategia abierta, directa y cortésmente negativa tiene como conclusión implicada querer respetar el deseo de tener libertad de acción (elección de una apariencia física alternativa) y a su vez, de no sufrir imposiciones externas, como la exagerada reacción de susto de la adulta mayor, fruto de su prejuicio estético y social que tiene como intención recalcar la falta de reciprocidad, apoyar el desequilibrio relacional y sancionar “lo distinto”, “la otredad”. El efecto del enunciado no es cómico puesto que el joven lleno de piercings y tatuajes tiene una postura humorista, o sea, rebelde pero comprensiva. Se trata de un humor satírico donde el enunciador es consciente del absurdo del mundo y se opone a este ya que intenta una reestructuración de los modos de subjetivación y redirección de las acciones sociales. La risa cómica puede ser el resultado de la lectura de la enunciación, si los lectores-seguidores interpretan sólo la picardía del muchacho ante la efusividad de la dama, ignorando sus implícitos ideológicos. La colaboración Nº1117 constituye el fragmento de una conversación entre padre e hijo de aproximadamente 6 años. El primer enunciado es una pregunta del niño desencadenada por la situación de ver un chico llorando, del que no se conoce la edad, pero se puede inferir que es mayor que él ya que no lo reconoce como perteneciente a su grupo etario y lo denomina “señor”. La pregunta es un acto perlocutivo que está dirigido a obtener respuestas sobre las posibles causas del llanto masculino, pues el diálogo es entre hombres sobre otro. Según la lógica conversacional, el desequilibrio de conocimiento entre el niño y el padre es el motivador de la interrogación, ya que el enunciador presupone que su destinatario conoce causas del llanto en hombres jóvenes y adultos puesto que también pertenece a este sector etario. La respuesta del padre es automáticamente asertiva “No sé, hijo”, pero enseguida incorpora una contestación basada en sus supuestos “quizá lo dejó una novia”. La réplica resulta válida para el padre ya que en un universo de posibles causas, la que él propone no es nada improbable. De ahí, el uso de “quizás”, pues así como puede ser esa la causa bien puede ser otra. Por eso, el niño propone otra opción “O quizás le salió mal un dibujo”. Las respuestas del padre y del niño son un claro ejemplo de lo que resulta relevante para alguien en un momento dado, puede no serlo para otra persona, o puede no serlo para él mismo en otras circunstancias, pues es amplia la diferencia de prioridades que justifican la elección de una posible razón del llanto: una separación y un dibujo. 9 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 Los enunciados segundo y tercero constituyen implicancias del hiperónimo “causas del llanto masculino”, el tema de reflexión de padre e hijo. El supuesto del segundo enunciado es que los hombres adultos lloran cuando no han sido los ejecutores de la decisión de una ruptura amorosa, pues al chico que llora “lo dejó una novia”, o sea, es el objeto y no el sujeto de la predicación. Del tercero se infiere que la frustración, es decir, la decepción ante la no-realización de expectativas, es un motivo desencadenante del llanto en niños. En este caso, “el dibujo” es el sujeto de la predicación y el “señor” el objeto pues “le salió mal un dibujo”. Entonces, la estructuración de las dos posibles causas es bastante similar aunque los sentidos construidos parezcan tan diferentes. Por esta razón, se puede afirmar que los hombres despersonalizan las causas de su llanto. Ambos enunciados reafirman el supuesto machista de que “los hombres no lloran”. Pero en este caso, el llanto es innegable; por lo que si se llora, la causa es fruto de una acción ajena, o sea, se llora cuando se es víctima. Los hombres hablan del llanto masculino, pero no admiten que este sea producto de sentimientos, falta de control y autocontrol e incluso la aceptación de generación de expectativas. Si padre e hijo encubren lingüísticamente sus reacciones emocionales, entonces no comprenden el llanto público de un par como expresión sentimental, pues la lógica machista funciona ocultando esta realidad. Por ende, resulta probable que el presupuesto del primer enunciado sea “cuáles son las razones que justifican el llanto público masculino si los hombres no lloran”. Y la respuesta que ambos brindan es “cuando los hacen llorar”. Aun así existe cierto grado de distanciamiento respecto a la ideología machista, ya que ni el padre ni el hijo, tienen contestaciones violentas con la intención de desacreditar la hombría del chico que está llorando en público, es más sienten empatía por él, por eso buscan causas a su llanto. Otro progreso hacia la configuración identitaria del hombre como sujeto emocional y no sólo racional es el hecho de que el hijo sienta la libertad de poder conversar con su padre acerca del llanto y sus causas, a pesar de que sus respuestas sean evasivas y continúen regidas por el imaginario social machista, por lo menos existen espacios de debate pacífico y abierto, pues esta conversación fue escuchada en la vía pública. Como se evidencia en las colaboraciones anteriores, los efectos cómico o humorístico dependen de la capacidad de los lectores de los carteles de LGAD de relevar los cuantiosos implícitos ideológicos que encierran los enunciados. Si los seguidores-lectores sólo infieren la distancia entre las causas del llanto postuladas por el niño y su padre, el efecto será cómico ya que se ríen de la inocencia del pequeño. En cambio, si se percatan de la estructura sintáctica como mecanismo de impersonalización del llanto, el efecto será humorístico al reflexionar sobre la vigencia y los perjuicios identitarios del machismo. La colaboración Nº1152 está integrada por dos frases que forman el enunciado proferido por un papá de unos 40 años a su hija de unos 5. La primera compone un acto ilocutivo ya que al enunciarla se hace real la existencia de “palabras mágicas para arrancar bien el día”. Hablar de “palabras mágicas” es un claro incumplimiento de la máxima de cualidad cuya presunción es respetar la máxima de cantidad, que se considera de mayor rango porque se prioriza la economía explicativa necesaria para lograr la comprensión de la destinataria. Esta frase constituye la precondición de la segunda ya que para que la niña realice la repetición deben existir razones que justifiquen adecuadamente la acción, o sea, que le parezcan relevantes a ella. El padre denomina mágicas a las palabras para captar la atención de la niña, quien tal vez no crea con fidelidad en la magia, pero es probable que aprecie lo desconocido y lo maravilloso gracias a la naturaleza curiosa de los infantes. El efecto sobrenatural de las palabras a las que se hace alusión catafórica es “arrancar bien el día”, por lo tanto, sólo si a la niña le interesa este cometido las repetirá, de lo contrario no sucederá. De esta manera, la primera frase es un reforzamiento de premisas y conclusiones predeterminadas en forma de preparativo y precondición que intentan asegurar la posibilidad de llevarse a cabo la intención comunicativa del padre que es hacer de su enunciado un acto perlocutivo. Consecuentemente, el padre quiere lograr que su hija inicie bien cada día, que según la lista de atributos consiste en tener presente el hecho de que se posee hermosura, bondad, inteligencia y una posición igualitaria respecto a los demás. La repetición tiene como objetivo rectificar el conocimiento de las cualidades necesarias para un buen día, o sea, es un ejercicio cognitivo para fomentar el desarrollo de la autoestima femenina. Entonces, se presupone que las mujeres incluyendo a las niñas, son sujetos de baja autoestima. Por eso, ellas deben repetir las palabras mágicas, para revertirla progresivamente hasta que quede registro permanente en su memoria de la posesión de los atributos, o sea, hasta que la fuerza ilocutiva del acto de habla se torne una realidad concreta, a saber, en la perlocución: una mujer con autoestima alta. Si hermosura, bondad, inteligencia y una posición igualitaria 10 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 respecto a los demás construyen la autoestima es porque también son los requisitos necesarios para desempeñarse adecuada y efectivamente en sociedad. Puesto que esto es lo que se le solicita a las mujeres, para lograr en un principio tener un buen día, y luego beneficiarse de autoestima alta, la precondición del éxito social. Esto significa que no son pocas las expectativas impuestas por la sociedad a las mujeres, y el padre se lo hace saber a su hija de 5 años, con la intención de que termine creyéndolo y haciéndolo su realidad. En efecto, si los lectores-seguidores de LGAD interpretan la buena intención del padre de hacer repetir a su hija las palabras mágicas, se están riendo de su simpatía e ingenuidad. Pero si consideran que los efectos de las palabras mágicas no son sólo arrancar bien el día, sino amoldar de forma conductivista, (como si las mujeres no tuvieran las estructuras cognitivas necesarias para construir conocimientos significativos y relevantes en la conformación de su identidad) un estereotipo y una sola manera de alcanzar la auto-superación femenina, o mejor dicho de las súper-mujeres exitosas; el efecto es humorístico. Porque a pesar de que las mujeres no gozan de igualdad de condiciones y se le exigen demasiadas cualidades, lo que representa la causa de su baja autoestima; por lo menos, el padre cuarentón intenta que su niña sea una mujer feliz, es cierto que bajo sus términos machistas de lo que hace a una mujer feliz, pero esto no quita su buena intención y su rol activo en la educación emocional de su hija, un hecho sumamente feminista. Tendencias y graduaciones discursivas del corpus Desde la cuarta colaboración en orden de popularidad hasta la primera, se rastrean regularidades que pueden ser analizadas a partir distintas teorías discursivas. Teoría de la cooperación Toda comunicación se basa en el supuesto tácito general de la cooperación; como dice Grice, en cualquier intercambio conversacional los interlocutores suponen que todos los participantes harán su contribución "tal como se requiere, en el punto donde ocurre, siguiendo el propósito o la dirección aceptada del intercambio conversacional". En cada colaboración se corrobora este principio ya que en ningún caso los hablantes emplearon estrategias que su interlocutor sea incapaz de inferir en el proceso de comprensión del mensaje. En la colaboración Nº1111 el pibe de 12 años utiliza una estrategia comunicativa simple y básica puesto que la dificultad de su enunciado está en el contenido implícito que no logra asimilar coherentemente. La cooperación de su enunciado es tan primordial que incluso está sobre su capacidad de deducción ostensiva. La colaboración Nº1184 está ejecutada con enunciados bien explícitos pues su intención inmediata es generar una reacción, pero estos no sólo hacen referencia a lo que se pretende (pedir permiso), sino que también manifiestan implicaturas respecto a la distancia social y los tratamientos preestablecidos que desfavorecen al enunciador. El grado de cooperación de esta colaboración también está focalizado en el destinatario por sobre el enunciador, mas en este caso la razón es que el agredido joven prioriza la realización del permiso, sin usar las mismas estrategias de distanciación social. La colaboración Nº1117 es un ejemplo de cómo el estilo directo es el que mayor cantidad de implícitos encubre al presentar los enunciados como realidades naturales que no ameritan una reflexión intrínseca acerca de su estructuración y lo que ella significa. La cooperación de los interlocutores es instantánea puesto que los enunciados están formulados para obtener respuestas inmediatas, pero en este caso la cooperación es recíproca pues se trata de un debate cuya reflexión interesa de igual manera tanto a padre como a hijo. Y la colaboración Nº1152 demuestra que un acto ilocutivo directivo requiere una preparación si se quiere optimizar las posibilidades de su realización. Por lo que la colaboración focaliza la cooperación en el enunciador puesto que mediante las estrategias de persuasión pretende que su acto ilocutivo se transforme en perlocutivo. De esta manera se evidencia que la cooperación está graduada según la focalización entre destinatario y enunciador: #4 destinatario sobre enunciador (D>E) #3 destinatario y también enunciador (1ºD, 2ºE) #2 destinatario-enunciador enunciador-destinatario (D=E; E=D) 11 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 #1 enunciador y también destinatario (1ºE, 2ºD) Teoría de la relevancia Según Sperber y Wilson, la relevancia es una cuestión de grado en la que el intérprete de un enunciado busca entre su conjunto total de supuestos aquellos que lo conduzcan a la interpretación más relevante posible, esto es, la que con un coste de procesamiento mínimo, produzca la mayor cantidad posible de efectos contextuales. Lo dado, por tanto, no es el contexto, sino la presunción de lo que se ha dicho es relevante. Ahora bien, la presunción puede constituirse en explicaturas, o sea, el contenido que se comunica explícitamente por medio del enunciado, o implicaturas, el contenido que se deduce y construye basándose en supuestos anteriores. En ambos casos la presunción no es una certeza, ni mucho menos está controlada conscientemente y a disposición del enunciador. Esto se debe a que hay estructuras cognitivas e ideológicas que han sido asimiladas acríticamente como naturales que dirigen los enunciados como verdaderos con la fuerza del inconsciente. Sin embargo, el principio de relevancia no se entiende como una máxima que puede seguirse o violarse, ya que ser relevante no es una característica intrínseca de los enunciados. Se trata más bien de una propiedad que surge de una relación entre enunciado y contexto, es decir, una generalización sobre el funcionamiento de la comunicación ostensivo-inferencial: se aplica sin excepción, se sigue aunque no se conozca, y no podría violarse ni aún queriendo. Sin embargo, este principio general de comunicación no siempre funciona del mismo modo. La colaboración #4 posee la mayor cantidad de implicaturas ideológicas acríticas ya que la presunción que estructura el enunciado es completamente inconsciente: el chico de 12 años desconoce que la causa de su automalentendido sean sus supuestos conductivistas y machistas. La estrategia de establecer afirmaciones como verdades universales y naturales entra en conflicto con lo observable y otras creencias, como el buen desempeño de una madre, cuando al enunciador se le hace imposible discernir y juzgar sus propios implícitos. La colaboración #3 está proferida con la intención de desmentir los supuestos anteriores de la señora asustada, mediante aparentes explicaturas que en realidad trabajan como implicaturas que ostentan desacreditar su posición de poder superior y vulnerabilidad inferior respecto al joven. En este caso, las implicaturas ideológicas acríticas se corresponden a lo que se conoce como prejuicio, o sea, una opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal. La anciana desconoce que su reacción emocional de susto implica la desensibilización del muchacho. Además, ignora su falta de respeto al catalogarlo de forma negativa injustificadamente. Y sobre todo, postula su superioridad sin argumentos. En la superficie, la colaboración #2 no parece implicar demasiadas posturas ideológicas. Incluso el hecho de que hombres se pregunten sobre las causas del llanto indica cierta inclinación feminista (es decir, un proceso de conformación identitario consciente e integral). Sin embargo, las estructuras sintácticas usadas por padre e hijo evidencian implicaturas ideológicas acríticas machistas, a saber, que los hombres no lloran sino que los hacen llorar, es decir que no son los responsables de su llanto. La colaboración #1 todavía más que la colaboración #2 manifiesta su carácter feminista, al punto de simular una declaración combativa del machismo al explicitar mediante acciones continuas (repetición diaria de las palabras mágicas) el poderío de la palabra y la feminidad. A pesar de esto, no deja de ser un acto con pretensión de verdad irrevocable, que como se ha demostrado, oculta implicaturas ideológicas acríticas. En este caso, las exigencias impuestas por la sociedad a la mujer que desea gozar del “único modelo de éxito social” y un rol pasivo en su educación sentimental dirigida por los ideales masculinos. Entonces, la cantidad de implicaturas ideológicas acríticas impide o permite la explicitación consciente de las metas identitarias de los interlocutores: Mayor cantidad de implicaturas ideológicas acríticas Menor posibilidad de explicitación #4 consciente de metas identitarias #3 #2 Menor cantidad de implicaturas ideológicas acríticas #1 Mayor posibilidad de explicitación consciente de metas identitarias 12 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 Teoría de la cortesía En la teoría de la cortesía, la elección entre estilos más directos o más indirectos se encuentra determinada, según Brown y Levinson, por la configuración de tres variables contextúales: la distancia social (D) entre el hablante y el oyente, es decir, el grado de familiaridad entre ellos; el poder relativo (P) de ambos; y la jerarquía (J) absoluta de las diversas coerciones en una cultura dada. El grado de cortesía (mantenimiento de prestigio o imagen) que se codificará en cualquier acto lingüístico dependerá de la importancia del riesgo de desprestigio en juego, el cual se calcula haciendo una estimación combinada de las tres variables señaladas. Se debe tener en cuenta que estas evaluaciones del contexto de un enunciado cambian constantemente entre los individuos, dado que dependen de los tipos particulares de relaciones, de los roles sociales y de las restricciones específicas de cada situación, y, lo más importante, del modo como todas estas percepciones del mundo social y otras tantas se construyen y negocian durante la conversación. Las cuatro colaboraciones están ejecutadas mediante estrategias de manifestación directa, las cuales se usan si el riesgo es mínimo, o si hay muy buenas razones para ignorar los riesgos que pueda correr la imagen de los hablantes, por eso, ellos manifiestan el acto comunicativo del modo más directo posible. El grado de cortesía de la colaboración Nº1111 es bajo dado que la distancia social, el poder relativo y la jerarquía entre el hijo y la madre es mínima. Por eso, el enunciador utiliza una estrategia abierta y directa que no busca modificar el equilibrio existente ya que su enunciación no es una denuncia en contra de su maleducación sino una incongruencia de implicaturas y consecuencias textuales. La cortesía en la colaboración Nº 1184 es ligeramente menos baja respecto a la anterior puesto que los factores corteses que la señora de 70 años supone superiores a su favor, se invalidan a través del estilo abierto e indirecto del joven quien sin dejar de mostrar claramente su intención de reivindicar su prejuzgada imagen pública, trata de compensar o reparar de alguna manera el posible daño o amenaza a su imagen pública y a la de la señora que supone la realización de su acto de habla, pues es suficiente la “agresividad” de su imagen para que le añada una agresión verbal. Por supuesto que esta compensación está orientada a la imagen pública negativa de los interlocutores al intentar la modificación del supuesto desequilibrio inicial, orientada hacia la reciprocidad. La colaboración Nº1117 es de un grado de cortesía regular pues al igual que en las colaboraciones Nº1111 y Nº1152 la relación padre-hijo en el contexto urbano argentino es equilibrada con una leve superioridad del progenitor. Esto explica el uso de la estrategia abierta y directa que esboza ligeramente un cambio en la relación desigual de conocimiento del niño respecto a su padre. El hijo no quiere desacreditar a su papá, pero su respuesta igual de válida a la de él, lo posiciona en una relación equitativa; y en última instancia, como ya se dijo, terminan significando lo mismo. En cambio, la colaboración Nº1152 tiene el mayor grado de cortesía detectado entre las colaboraciones, ya que la estrategia abierta e indirecta del padre inquiere la realización de la repetición por parte de la niña, es decir, que se trata de una petición. Para lograr lo solicitado emplea compensaciones positivas que lo argumentan. Es más, están orientadas a la imagen pública positiva de la niña- destinataria y no del padre-enunciador. Pero como ella no es capaz de comprender el intento paterno por mejorar su posición social, el hombre cuarentón en primera instancia eleva la situación de su hija al ofrecerle el poder de decisión y en segunda instancia intenta mejorar la relación social con la niña. Entonces, la tendencia en estrategias de cortesía de las colaboraciones evidencia que mientras mayor se considere el riesgo sobre la imagen pública, más directa y menos cortés será la enunciación; ya que el estilo directo tiene como objetivo ser explícito, o sea, desambiguar las posibles interpretaciones. En cambio, mientras más equilibrada sea o se pretenda la relación, y conlleven menos amenaza a la imagen pública, las estrategias tendrán mayores grados de cortesía. Esto es así, por que la pauta general es el estilo directo, en el cual los roles están claros y la distancia social es leve, y cuando se re-significan los lugares en el espacio social, resulta necesario explicar este trastrocamiento, pues el orden original no se presentaba como conflictivo. 13 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 Menor cortesía Menor beneficio para el destinatario #4 #3 #2 #1 Mayor cortesía Mayor beneficio para el destinatario Conclusiones Las prácticas discursivas pueden tener efectos ideológicos de peso, es decir, pueden ayudar a producir y reproducir relaciones de poder establecidas que propician la desigualdad, posturas contra hegemónicas o reaccionarias y también la igualdad, por medio de la manera como representan los objetos y sitúan a las personas. Es así que el discurso es ideológico, y constituye un intento de hacer pasar supuestos (a menudo falsos) acerca de cualquier aspecto de la vida social como meras cuestiones de sentido común, puesto que ni la carga ideológica de los modos particulares de utilización del lenguaje, ni las relaciones de poder subyacentes suelen resultar evidentes a las personas. Sin embargo, es sabido que no existe una verdad, por lo que las realidades son subjetivas al ser productos culturales, es decir, construcciones sociales. La creciente importancia del lenguaje en la vida social tuvo como resultado un mayor grado de intervención consciente para controlar y moldear las prácticas lingüísticas en una forma acorde con los objetivos económicos, políticos e institucionales. Se ha hecho referencia a este fenómeno con la expresión "tecnologización del discurso", rasgo característico del orden discursivo y lingüístico contemporáneo. La tecnologización del discurso implica la integración sistemática e institucionalizada de: la investigación lingüística, el diseño y el rediseño de las prácticas del lenguaje y el entrenamiento del personal institucional en dichas prácticas. Pero puede verse también como una forma específicamente moderna de "reflexividad" (Van Dijk, 2000: 368). Según Giddens (1991), la vida contemporánea es reflexiva en el sentido de que las personas modifican radicalmente sus prácticas —su modo de vida— como resultado de los conocimientos y la información que adquieren sobre dichas prácticas. Hoy, un rasgo habitual de la vida cotidiana es la conciencia crítica de las prácticas discursivas y la tendencia a transformarlas como elemento de las luchas sociales (de clase, de género, antirracistas, ecológicas, etcétera) o, en términos de Giddens, como elemento de la construcción y reconstrucción reflexiva de la persona. Por consiguiente, el análisis crítico del discurso es, en primer lugar, una característica de la vida social contemporánea y, sólo secundariamente, una tarea académica. De esta manera, se entiende que las relaciones en redes sociales virtuales como Facebook además de basarse en el principio de confianza, están dando lugar a un proceso de reflexividad y de escepticismo, pues los sujetos-usuarios son cada vez más conscientes de la procedencia y el tratamiento de la información. Esto se evidencia en el hecho de que las colaboraciones más populares son justamente las que significan con mayor consciencia identitaria y relacional. En conjunto, estas respuestas multimedia, combinadas con una postura escéptica general, son el núcleo de una revolución en curso en las prácticas interpretativas de los sujetos-usuarios de las redes sociales. Es una transformación más silenciosa que la de cómo la tecnología ha afectado la producción y distribución de información. Sin embargo, no es menos fundamental. Y probablemente sea más sustentable ya que ha estado y está moldeando las bases culturales de cómo se le da sentido al contexto. El cambio cultural es más lento que el tecnológico. Pero cuando el primero acontece, sus consecuencias tienen una longevidad mucho mayor. Este proceso cultural imbrica la reestructuración de la identidad argentina, puesto que se trata de un proceso constante de revalidación. Pues bien, a lo largo del siglo XX la argentinidad ha sido configurada como una problematización, entendiendo que los modos y formas de ser de los argentinos son un problema que afecta a la gubernamentalidad en la sociedad. Por esta razón ese modo de ser debe ser modificado, o sea que para ser argentino verdadero hay que dejar de ser lo que se es, y que quien define qué o cómo es eso que hay que llegar a ser resulta necesario establecer, inculcar, legitimar una explicación fundada en una racionalidad como tal desde un lugar de poder y como un discurso del poder. Las racionalidades puestas en disputa concuerdan en asumir como algo dado un conjunto de rasgos que hacen a lo argentino y que en su coincidencia los naturalizan como verdaderos. De ahí, el estilo directo de enunciación revelado en las colaboraciones de LGAD, el cual es una estrategia que pretende evitar los implícitos o emplearlos de la manera más directa posible. El efecto de verdad que produce esa coincidencia opera convirtiendo esos rasgos en sentido común y como tal incorporándolos en forma indeleble en la subjetividad de los argentinos: somos eso y 14 Qué anda diciendo la gente Melina Campos 2018 eso que somos está, de una u otra manera mal. La exposición y la circulación de lo que anda diciendo la gente argentina, entonces responden a la necesidad identitaria de explicitar la adecuación y validez de la argentinidad. Sin embargo, como se corrobora en la gradación de significación de las colaboraciones, la redefinición de la sociedad contemporánea, procede de la transformación del proceso comunicativo cara a cara, en el que todos los mecanismos existentes de contextualización, es decir, “lo dado” (género, edad, condición social, etnia, raza) se resuelve en los implícitos. Pero dada la evasión-negación de estos, por la comunidad hablante argentina, son las relaciones entre los seguidores de LGAD las que muestran en índices de popularidad los sentidos de la comunicación que ostentan una configuración identitaria menos tradicional y más acorde a los nuevos modelos de “civilización y progreso” culturales. Por eso, cuanto más directa es la explicitación de ideologías “positivas”, mayor popularidad poseen las colaboraciones, pues el estilo directo es la estrategia argentina utilizada para la optimización de la comprensión de los interlocutores. En otras palabras, el discurso argentino necesita demostrar con afán objetivo y legítimo que no se es problemático, que no se es lo que está mal. Aparecen en este umbral los asuntos centrales de la comunicación: la noción de estar juntos, haciendo parte de una comunidad emocional, en la que se comparte una sensibilidad colectiva, en un territorio promiscuo, sin ocupación, en medio de la cotidianidad simple, como es ser fan de una determinada página de Facebook. La experiencia básica en este espacio consiste en la relación pura con quienes se puede lograr un contacto palpable: construcción identitaria de qué es ser argentino, de legitimar qué anda diciendo la gente. No se trata al parecer de formalizaciones racionales, sino más bien de expresiones múltiples y variadas, entre las cuales cuentan las redes sociales virtuales y no-virtuales. En éstas lo fundamental es la apuesta por la vida, por otras formas de existencia. Se trata más bien de experimentar un juego colectivo que tiene cierto carácter de trascendencia. Bibliografía ➢ Adorno, T. W. y Horkheimer M. (2005) La industria cultural. 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