Nuestra identidad y propósito en Cristo 1 pedro 2 9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; Contexto Pedro, escribió esta carta desde Roma para los creyentes esparcidos por todas las regiones de Asia Menor, actualmente Turquía. Pedro observó que las crecientes dificultades y persecuciones generaron dudas en algunos cristianos, que se preguntaban si Dios los había abandonado. Él les escribió para animarlos, al darles esperanza y sentido en medio de su sufrimiento. Introducción al tema Se habla mucho en la actualidad sobre el concepto o identidad propia. ¿Cómo nos vemos a nosotros mismos? Es una pregunta importante. Y espero que lo que escuchen esta noche sea que el enfoque específicamente bíblico de esta pregunta es que la identidad cristiana no se define en términos de quienes somos como individuos. Se define en términos de lo que Dios nos hace y de la relación que Él crea con nosotros y del destino que nos ha preparado. En otras palabras, como cristianos, no pueden hablar de su identidad sin hablar de la acción de Dios sobre nosotros, la relación de Dios con nosotros y del propósito de Dios para nosotros. El entendimiento bíblico de la identidad propia de un cristiano está radicalmente centrado en Dios. Y tenemos que estar conscientes de nuestra identidad en Cristo y nuestro propósito. La razón por la que digo que tenemos que estar conscientes, es decir, saber quiénes somos, es porque la realidad es que vivimos en una época donde la gente está confundida sobre su identidad. Hombres creyéndose mujeres, mujeres creyéndose hombres; ancianos creyéndose niños, e incluso, humanos creyéndose animales. Así que, los cristianos necesitamos saber cuál es nuestra identidad en Cristo. Y la razón por la que siempre debemos estar muy conscientes de nuestra identidad, es porque esa identidad nos ayudará vivir de una manera en particular. Por otro lado, En la comunidad cristiana, no podemos hacer uso de nuestros méritos porque todos hemos sido destituidos de Su gloria y ninguno calificamos por nuestras propias fuerzas, sino que somos adoptados como hijos de Dios. Una vez adoptados, Dios nos otorga privilegios que ninguno de nosotros pudo haber concebido ni soñado. Son esos privilegios no-ganados, otorgados por gracia que constituyen nuestra identidad. Tu identidad en Cristo no es una confesión doctrinal, ni un concepto teológico, ni algo para ser disfrutado al entrar a la eternidad… ¡Nada de eso! Tu identidad en Cristo es un estilo de vida. Deseo que prestemos mucha atención aquí al versículo nueve que nos dice: «Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.» Y ahora debemos preguntarnos, ¿qué significan todos estos términos? Bueno, como podemos apreciar, este versículo usa cuatro términos para describir quienes somos. Y algo que debemos notar, es que estos cuatro términos aparecen en el Antiguo Testamento, en relación a Israel [1]. Examinemos un poco más de cerca estos cuatro términos y/o títulos que Dios utiliza para describir nuestra identidad. I) ¿QUIENES SOMOS?: SOMOS EL PUEBLO DE DIOS (1 PEDRO 2:9ª) El versículo 9 comienza diciendo: “Mas vosotros sois… “ eso significa que nosotros ya no somos de las personas que mencionan los versículos anteriores (Vs 4-8) : 4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 6 Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado. 7 Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; 8 y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados. No somos de los que desechan la piedra viva que es Cristo (vs 4) sino que le hemos recibido como nuestro Señor y salvador personal. No somos de los que no creen (vs 7) Nosotros hemos creído en Dios y en el evangelio que se nos ha predicado. No somos de los que tropiezan en la palabra (Vs 8) sino que hemos creído con la fe de un niño, sin cuestionar ni dudar. 1 Pedro 2:2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, Tenemos que reconocer que ser parte de las personas a la que Pedro le escribe “más vosotros sois”, debería de ser el motivo de nuestra mayor alegría, podemos mantenernos firmes aun en la dificultad reconociendo que nosotros formamos parte del pueblo que tiene un Dios verdadero, que tiene un Dios de poder (Salmo 144:15) 15 Bienaventurado el pueblo que tiene esto; Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová. 1. Somos linaje escogido La palabra linaje tiene que ver con la palabra “FAMILIA” es decir que el Señor por medio del apóstol Pedro nos recuerda que no solamente somos parte de su pueblo, sino que por medio de Jesucristo también somos parte de su familia. Podemos estar firmes en la dificultad sabiendo que somos del linaje de Dios, que Dios es nuestro padre y eso nos da seguridad. Seguridad de su provisión (Mateo 6:7-8) orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. 7Y 8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Seguridad de su protección (1 Pedro 5:7) 7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Seguridad de su salvación (Romanos 8:38-39) 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Seguridad de que nuestro Padre Celestial pelea por nosotros y nos defiende (Zacarias 2:8) 8 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo. Posiblemente hay dolor en tu corazón porque tuviste un padre que nunca salió en tu defensa, que fue indiferente, que nunca cuido de ti, pero ahora eres linaje escogido, eres un hijo o una hija de Dios y para el eres como la niña de su ojo Dios ha escogido a un grupo de personas sin mérito alguno para pasar la eternidad con Él. Si entendiéramos completamente el estado de ruina y desobediencia en el que estábamos , viviéramos continuamente dando gracias a Dios por habernos elegido aún después de haber sido tan corrompidos. Somos linaje escogido para salvación y para ser libres del pecado, de inseguridades y de temores; libres para amar, para ser amados y para disfrutar de las bendiciones de Dios. (No merecíamos ser elegidos, no importa que tan bueno se halla considerado usted) 2. Somos real sacerdocio En el antiguo testamento podemos ver que tanto los reyes como los sacerdotes eran funciones diferentes que no podía realizar la misma persona, es decir un rey no podía ser sacerdote, pero ahora por medio de Jesucristo nos ha hecho hijos del Rey y también nos ha hecho sacerdotes. ¿Qué quiere decir que somos sacerdotes? Significa que nosotros tenemos acceso directo al trono de Dios, que no necesitamos intermediarios humanos como en el antiguo testamento, sino que Cristo nos ha abierto un camino vivo y nuevo para que tengamos acceso directo a nuestro Dios (Hebreos 10:19-20) 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, Por eso podemos mantenernos firmes en la dificultad pues podemos entrar confiadamente a la presencia de nuestro Padre Celestial (Hebreos 4:16) 16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Después de la muerte de Cristo, Él nos abrió el trono de la gracia de manera que cualquiera de nosotros se puede acercar a Él con confianza. Además, con Su muerte, Cristo nos otorgó no solamente el privilegio sino también la responsabilidad de servirle mientras estamos en el mundo. 3. Somos nación santa el Señor nos recuerda por medio del apóstol Pedro que para el somos una nación santa, apartada para Dios, nos recuerda que el no nos ve como nos ve el mundo, el no nos ve como pecadores, el no ve todos nuestros errores, sino que el ve la sangre de Cristo derramada sobre cada uno de nosotros, él nos ve limpios por la sangre de su hijo derramada en la cruz. Nosotros somos ciudadanos de otro reino porque, como bien dijo Cristo, Su reino no es de este mundo. Por tanto, de este lado de la eternidad, debemos representar santamente al Dios que nos reconcilió con Él. Debemos representar a nuestro Dios por lo que es en cada momento, sin importar si es en privado o en público. ¿el momento donde el cristiano mas miente? En cierto sentido, Pedro ya había hablado sobre esto al principio de la carta. Pero, ¿qué significa ser nación santa? Lo que Pedro nos está diciendo aquí claramente, es que como el pueblo de Dios que somos, nosotros debemos, y tenemos que mantenernos alejados del pecado. Y algo que encuentro muy interesante en esta porción del versículo, es que NO nos dice que “seremos” una nación santa, sino que nos dice que ya somos una nación santa. En otras palabras, ya Dios, en cierta manera, nos ha apartado del pecado. Y es exactamente por eso, que nuestro deber como fieles seguidores de Jesucristo es continuar apartándonos del pecado. Tres razones por las cuales debemos ser santos Definitivamente Dios nos llama a una vida santa y en estos versículos el apóstol Pedro nos da al menos tres razones por las cuales deberíamos serlo: a. Debemos ser santos porque nuestro Dios es santo. La primera razón por la cual debemos ser santos es porque nuestro Dios es santo, y como hijos suyos no podemos vivir en la inmundicia del pecado. Levítico 11:44. Yo soy el Señor su Dios. Por lo tanto, ustedes se santificarán, y serán santos, porque yo soy santo. b. Debemos ser santos porque Dios juzgara todas nuestras obras. El apóstol les da a los creyentes otra razón por la cual debemos ser santos, y es porque Dios juzgara nuestras obras. Lo peor que podemos hacer es abusar de la paciencia de Dios y creer que podemos engañar a los hombres llevando una doble vida pensando que la justicia divina no nos alcanzara. Romanos 2 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio. c. Debemos ser santos porque nuestra santificación vale la sangre de Cristo. Finalmente, debemos ser santos porque nuestra propia santificación vale la sangre del Hijo de Dios. Cada vez que pecamos estamos menospreciando el sacrificio que nuestro Señor Jesucristo hizo en la cruz del Calvario, aquel acto vicario de supremo sacrificio que hizo para perdonar nuestros pecados, limpiarnos de nuestras maldades y darnos vida eterna es pisoteado. Por tanto, alguien que actúe de esta forma sin mayores problemas de consciencia debería considerar seriamente si realmente se ha convertido. Hebreos 10:10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. 4. Somos pueblo adquirido para posesión de Dios Antes de conocer a Cristo el pecado era nuestro dueño y nos esclavizaba vivíamos sujeto a sus demandas y hacíamos todo por complacer al pecado. Pero Dios pagó el más alto precio para comprar nuestra libertad, pago con la sangre de su hijo Jesucristo para hacernos libres de la condenación del pecado. Si Dios no fue indiferente a nuestra esclavitud del pecado y para rescatarnos de la fue capaz en su amor de entregar a su hijo Jesucristo ¿Cómo podemos creer que él será indiferente a nuestra enfermedad, que él será indiferente a nuestra necesidad o a nuestro dolor? (Romanos 8:32) 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? En tiempo de dificultad podemos estar firmes y confiados que así como lo dice una preciosa alabanza llamada “Lo harás otra vez” si nuestro Dios ya nos rescató de la condenación, él lo hará otra vez para rescatarnos de nuestra aflicción. El punto de todo esto es sentir el privilegio que tenemos usted y yo de estar hoy aquí donde Dios quiere que estemos, todo esto debe motivarnos a seguir a nuestro buen Dios con gozo independientemente de las circunstancias. Usted ha sido elegido para un propósito. Ahora debemos preguntarnos, ¿cuál es el propósito de nuestra nueva identidad? Somos el pueblo de Dios y hemos sido llamados para anunciar las virtudes, es decir la misericordia, el amor, la gracia, de aquel que nos llamo de las tinieblas a luz. Hermanos, el propósito principal de nuestra nueva identidad es proclamar el evangelio de Jesucristo al mundo. Pero lamentablemente, proclamar el evangelio de Jesucristo al mundo, con frecuencia es detenido por el temor, la falta de entendimiento de la palabra de Dios, apatía, y más que nada, por la falta de valentía. Todas estas cosas son obstáculos que nuestro enemigo ha puesto en nuestro camino, y que como fieles seguidores de Jesucristo tenemos que superar. El fin de saber el propósito de nuestra nueva identidad, es para que proclamemos la palabra de Dios y el plan de salvación a los demás, tenemos que proclamar al mundo lo que somos. Esta nueva identidad no es algo de lo cual debamos avergonzarnos frente a los demás, porque estas cosas son parte de las virtudes de Dios para nosotros.