REPORTAJE Proyecto Plástico MARÍA DEL CARMEN YRIGOYEN El congresista fujimorista Jorge Morante Figari ha propuesto que el tecnopor se siga usando hasta finales del 2023. Nos hace recordar lo que pasó con los octógonos y las secretas donaciones del señor Romero, dueño de Alicorp. El congresista Jorge Morante Figari, de Fuerza Popular(FOTO: César Zamalloa) La espuma de poliestireno, popularmente conocida como “tecnopor”, tenía los días contados en el Perú. La ley que prohíbe su uso debía entrar en vigor el próximo 19 de diciembre. Por eso, en varios mercados se colocaron carteles informativos para preparar a los vendedores de vasos, platos y otros envases de comida para el cambio. Y en el Mercado Central, aunque se siguen vendiendo productos de tecnopor, han aumentado los puestos que ofrecen las alternativas biodegradables. Todo este esfuerzo está a punto de irse al tacho de la basura por obra y gracia del fujimorismo. El congresista Jorge Morante Figari, de Fuerza Popular, es un enemigo –en sus propias palabras– de las leyes prohibitivas. Por eso ha presentado una propuesta para patear la ley contra el tecnopor y que esta no entre en vigor hasta el 2024. “Ha habido un esfuerzo desde la sociedad civil para adecuarse a la norma. La industria también ha invertido en tecnología limpia”, dice la abogada Lucía Ruiz Ostoic, exministra del Ambiente. En entrevista con este semanario el parlamentario Jorge Morante reconoce que no tiene un estudio importante que respalde su pedido. Su decisión obedece a un grupo de pequeños empresarios de Loreto, paisanos suyos. Morante nos muestra una carta firmada por más de 300 empresarios del rubro gastronómico. “Básicamente son vendedores de comida del Mercado de Belén, en Iquitos. También firman dueños de pollerías y chifas”, dice el parlamentario. Morante cuenta que un grupo de estos “micro y pequeños empresarios” le hicieron una visita una semana después de juramentar. “En un principio me pidieron retrasar la ley cinco años. ‘Ni hablar’, les dije. Y analizando el tema lo redujimos a dos”, recuerda. El próximo 19 de diciembre debería hacerse efectiva la ley que prohíbe el tecnopor (FOTO: César Zamalloa). Asegura Morante que, desde entonces, no ha dejado de recibir los telefonazos de los empresarios de Iquitos. “Una vez a la semana me llaman para que les diga cómo va el proyecto”, cuenta. Y luego arguye como excusa el virus del covid: “La pandemia ha golpeado económicamente a la región”. No es la primera vez que Fuerza Popular le tiende la mano al tecnopor. La semana pasada, el portal de investigación ‘Salud con Lupa’ observó curiosas coincidencias entre el comportamiento del partido y el hecho de que hubiese recibido, en el 2011, aportes de campaña de parte de dos representantes de Pamolsa (Peruana de Moldeados S.A.C.), fabricante de plásticos. Uno de los donantes, Ricardo Echegaray Llerena, es el actual gerente de la empresa y vicepresidente del Comité de Plásticos de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) para el periodo 2021-2023. “La SNI se ha mostrado a favor de la iniciativa del congresista Jorge Morante de postergar la ley que prohibirá el tecnopor a partir de diciembre próximo. De hecho, en 2020 este gremio pidió al gobierno prolongar dos años más el plazo para seguir usando plásticos de un solo uso, entre ellos envases de tecnopor, a través de una solicitud enviada al Ministerio de la Producción”, recordó el portal en su informe ‘El lobby del Tecnopor’. Consultado al respecto, Morante Figari niega cualquier conexión con los grandes productores de tecnopor. “Ninguno de esos empresarios se ha comunicado conmigo. No tengo la menor idea de qué empresas venden estos productos. Además, en el 2011 yo no existía. No tenía nada que ver con Fuerza Popular”, asegura. -¿Y nadie en el partido le ha encargado el proyecto? -No. Hasta se sorprendieron cuando lo presenté. El proyecto que presentó Morante el 6 de octubre. Por el momento, Morante cuenta –al menos de manera formal– con el apoyo de cinco compañeros de la bancada: Hernando Guerra García, Rosángella Barbarán Reyes, Vivian Olivos Martínez, César Revilla Villanueva y Jeny López Morales. Asegura que no le ha hecho mayor publicidad al proyecto, que apenas ha conversado con su bancada “y unos cinco o seis congresistas amigos”, que no le han asegurado su voto. “Por eso me parece muy raro que haya una preocupación tan grande por este proyecto, que finalmente puede aprobarse o no. Ya me han llamado de seis medios”, dice. -¿Por qué raro? ¿No cree que sea un tema importante? -No es mi proyecto principal. -¿Pero usted es consciente del daño que ocasiona el tecnopor? -Yo creo sinceramente que aquí hay un lobby de lo biodegradable. El proyecto de Morante ha sido trasladado a las comisiones de Economía y de Producción. “Voy a pedir una sesión conjunta, en la que espero participen los ministerios de Economía, Ambiente, Producción y las asociaciones de empresarios. Ojalá vayan también los micro y pequeños empresarios de mi región”, dice Morante. “Ese proyecto de ley es preocupante. Se basa en argumentos que no son sólidos, que no tienen una mirada integral”, dice Lucía Ruiz. Explica que los impactos negativos del tecnopor son acumulativos y van más allá del desequilibrio que genera en los mares o del problema evidente de manejo de residuos sólidos. “El principal impacto es en la salud. En las exposiciones que hubo en el Congreso presentamos un informe de las Naciones Unidas que explicaba que el tecnopor en contacto con la comida caliente podía ser nocivo. ¿Y en qué se usa acá? Para servir emolientes, bebidas calientes, pollo…”, agrega. En el Mercado Central se ofrecen aún los envases de tecnopor, aunque la mayoría de los vendedores también ofrece las alternativas biodegradables hechas de cartón o pulpa (FOTO: César Zamalloa). Los productos de espuma de poliestireno contienen dos sustancias tóxicas y cancerígenas: el estireno y el benceno. Ambas dañan los sistemas nervioso, respiratorio y reproductivo, según un informe de la ONU. “Puede producir hasta el deterioro de la calidad espermática”, explica la ONG ambiental Life Out of Plastic que emitió un informe recogiendo investigaciones de la Universidad de Harvard. De acuerdo con este, el estireno y el benceno pueden pasar a los alimentos y las bebidas, especialmente cuando están calientes o en contacto con alcohol, aceites y alimentos ácidos. “Ceviche con tecnopor” es, probablemente, uno de los platos más vendidos del país. En otras palabras, la prohibición del tecnopor no es un engreimiento del “caviar peruano”. Son más de 60 países los que proscriben o gravan el uso de este plástico. Hasta Haití, el país más pobre de América, prohíbe el uso del tecnopor. Lo mismo Chile, Colombia, Guatemala, Guyana y Panamá. Hay otras ciudades que han emitido sus propias normas contra la espuma de poliestireno como Buenos Aires y Córdoba, en Argentina o Río de Janeiro y Sao Paulo, en Brasil. En Estados Unidos hay más de cien ciudades que tampoco permiten el uso de ese material. “Cuando impulsas políticas públicas se debe buscar la mayor evidencia, evaluar la mayor cantidad de aristas. El tema del tecnopor es multidimensional. Cuando se debatió la ley se evaluó el impacto en la salud de las personas, en nuestros mares, en nuestros ríos, en el ambiente en general y también en el aspecto económico, social y laboral. Por eso se consideró una gradualidad”, insiste Ruiz. No es la primera vez que la bancada de Keiko Fujimori intenta bombardear una ley para favorecer a los empresarios. En el 2018 la máquina parlamentaria de Fuerza Popular hizo lo imposible para sabotear el reglamento de los octógonos. Después se supo que Dionisio Romero, dueño de Alicorp, había financiado a Fujimori con varios millones de dólares. PUBLICADO EN EDICIÓN 562, AÑO 12 PALABRAS RELACIONADAS: JORGE MORANTE , FUERZA POPULAR , TECNOPOR