COMO HIDRATARNOS BIEN EN VERANO El cuerpo humano está compuesto por un 65% de agua en los adultos .En los mayores disminuye algo esta proporción. El agua interviene en múltiples funciones orgánicas beneficiosas: favorece las reacciones bioquímicas del organismo, limpia la sangre de impurezas, purifica los tejidos de toxinas y residuos metabólicos, facilita el filtrado de la sangre por los riñones y facilita la depuración de la orina, ayuda en la termorregulación corporal, embellece y da elasticidad a la piel, reblandece la mucosidad de los bronquios y las heces en los intestinos, entre otras muchas funciones. En resumidas cuentas el agua sostiene la vida, conserva la salud y la belleza y favorece la longevidad. Dicen los expertos que se puede estar más de 20 días sin comer pero no más de 3 días sin beber. Durante el verano, por efecto del calor fuerte y la práctica de la actividad física se pueden perder hasta dos litros de agua en una hora. Esto encierra una importancia especial en los niños y en los ancianos que son especialmente sensibles a la pérdida de líquido Por todo ello en verano hay que aumentar la ingesta de agua y otros líquidos saludables como los zumos de frutas, de verduras, horchatas, tés fríos, etcétera que cuentan con muchos polifenoles y antioxidantes. Asimismo habrá que incrementar la ingesta de frutas acuosas como el melón, sandía, peras de agua, piña, etcétera. Como un primer plato en la comida del medio día viene muy bien el gazpacho andaluz. Las personas mayores tienen que prestar atención a estas consideraciones, pues, pierden en parte la sensación de sed por lo que hay que ofrecerles a que beban continuamente (a sorbos o de forma espaciada) agua o líquidos idóneos para combatir los problemas de la deshidratación sobre todo cuando están en la piscina, en la playa, montaña o en ambientes de mucho calor. Las comidas típicas de verano son muy recomendables como las ensaladas y los gazpachos que son purificadoras y aportan una cantidad estimable de agua, vitaminas, antioxidantes y sales minerales. En cuanto a las bebidas son muy variadas pero han de preferirse las naturales como decía, los zumos de frutas, aguas minerales embotelladas, y evitar las gasificadas y las que tienen una alta concentración de azúcares refinados y el alcohol. También hay que advertir que durante las comidas hay que evitar tomar mucho líquido, pues, diluyen los jugos gástricos y hace las digestiones pesadas ¿Cuáles son las causas de pérdidas de líquidos del organismo? Hay muchísimas, en los sanos se puede producir, por el sudor intenso, práctica de ejercicio físico prolongado, calentamiento al sol, etcétera y en los enfermos por fiebre, sudoración intensa, diarrea, vómitos, enfermedad renal, efectos de los diuréticos, etcétera y finalmente también por que la persona no toma suficiente líquido como le ocurre a las personas mayores por pérdida o disminución de la sensación de sed ¿Qué signos o manifestaciones produce la deshidratación? Muchos, entre ellos tenemos: -Ojos secos - Mucosas y pliegues secos. Observar mucosa de la boca, de los labios, garganta, etcétera y los pliegues inguinales e inframamarios -Hipotermia (baja temperatura corporal) -Decaimiento del estado general -Cefaleas, apatía, carácter irritable -Hipotensión (tensión arterial baja) -Calambres o fatiga muscular Estos signos clínicos de alarma nos ponen sobre aviso que estamos padeciendo una deshidratación CONSEJOS A SEGUIR DESHIDRATACIÓN PARA EVITAR O COMBATIR UNA Hay que vigilar que la persona mayor expuesta al calor o a alguna causa que la haga perder líquido ingiera abundante agua y líquidos a lo largo del día. No basta con decirle que beba sino cómo, cuándo y la cantidad de líquido que debe beber. Hay que estar muy pendiente de ello. Orientativamente con dos vasos de agua en ayunas como comienzo del día resulta suficiente. Esto puede conseguir, entre otros efectos, que arrastre las secreciones que se acumulan de forma natural por la noche y se estimule el intestino, favoreciendo la evacuación de las heces y aumente la diuresis (eliminación de orina y residuos) para seguir bebiendo, después, a lo largo del día de forma espaciada hasta un límite de unos dos litros a dos litros y medio según necesidad y siempre que no haya contraindicaciones médicas. En las personas mayores no hay que esperar a que tengan sed sino proceder según se ha indicado. Dichas personas personas deben seguir rigurosamente estas recomendaciones en plan preventivo sobre todo para evitar un tratamiento médico o una hospitalización. Víctor López García, médico gerontólogo Madrid, junio, 2010