La oportunidad de la estrategia José F. Lizcano MBA, Universidad Santo Tomás Sería pertinente hablar de una administración estratégica en la pequeña y mediana empresa en Santander? Vale la pena el desarrollo de estrategias en campos vírgenes? Acaso la pequeña y mediana empresa santandereana desafía la lógica y la evolución administrativa? Una vaga exploración empresarial en algunas de tantas empresas santandereanas, sustentada en entrevistas informales, charlas de negocios y toda una compilación de experiencias, nos inducen inevitablemente a los siguientes cuestionamientos: 1. Sería pertinente hablar de una administración estratégica en la pequeña y mediana empresa en Santander? Consultando el querer del pequeño empresario, analizando sus conocimientos técnicos y empíricos y observando ante todo el proceder de su gestión, observamos una marcada influencia de las finanzas y del área contable en la “cima de la pirámide”. En otras palabras, parece ser que perfiles administrativos financieros y contables dominan nuestra economía. No es extraño encontrar en perfiles gerenciales una formación contable o financiera; Tampoco es extraño por tanto que las decisiones que se toman en una organización tengan un matiz meramente económico*. Esto no representa ningún problema, claro está, sin embargo, la situación se torna difícil cuando esta perspectiva predomina en la organización y obstaculiza alternativas de otra naturaleza. Los cambios en el entorno y los nuevos desafíos que a diario se presentan a los empresarios de hoy exigen cada vez un mayor y mejor esfuerzo en la gestión y una minimización de las fallas que ordinariamente ocurren. La organización, consciente de su necesidad de sobrevivencia, busca afanosamente la manera o el camino a seguir para mantenerse vigente. Es justamente en este instante, en este punto de decisión, en el que parecen converger nuestras organizaciones: “el juego de poderes”, uno de los más comunes conflictos al interior de la organización; Poderes que están divididos por posiciones distintas que, en la mente de sus contrarios, parecen antagónicas. Claro es que todas las organizaciones buscan un fin económico, sin embargo, una búsqueda indirecta de éste puede ser benéfica para la imagen de la empresa. PUEDE EL ÁREA FINANCIERA Y CONTABLE DE UNA EMPRESA GENERAR UNA VENTAJA COMPETITIVA NOTABLE SOBRE SUS COMPETIDORES? Al revisar la literatura sobre estrategia podemos concluir que difícilmente, desde una postura contable o financiera, podrían surgir este tipo de soluciones. La naturaleza matemática y cuadrada de estos campos dificultan la aproximación flexible y asimétrica que exige el entorno, por el contrario, la visión sistémica y periférica que ofrece la administración o el marketing, logran la sinergia que la situación exige. Interesante sería identificar las causas de estos fenómenos –el predominio de estos campos en la administración- , investigar si existe algún factor cultural relacionado con la problemática, o quizás la influencia de la academia en la formación de estos perfiles.* Finalmente la duda se mantiene, al igual que se mantiene en el poder este tipo de dirección. Bajo este esquema, sería pertinente hablar de una administración estratégica en la pequeña y mediana empresa? 2. Vale la pena el desarrollo de estrategias en campos vírgenes? La baja competitividad del departamento, la escasa presencia de productos o servicios extranjeros y la influencia familiar en la estructura organizacional, han sumergido a estas empresas –pymes- en un estado letárgico de no evolución. Podríamos decir que nos encontramos en una etapa primitiva del conocimiento administrativo. Los países en vía de desarrollo son un gran atractivo para inversionistas y empresarios, cuando estos –los países en vía de desarrollo- presentan el ambiente propicio, generan toda una ola de expectativas a nivel nacional e internacional que termina saturando al mercado de inversión extranjera. Pero, en qué consiste este atractivo? Uno de los elementos claves es la “oportunidad”. La oportunidad de llevar viejos conceptos a nuevos mercados, la oportunidad de encontrar baja resistencia competitiva y la posibilidad de minimizar el riesgo que en otras circunstancias podría sepultar las intenciones de materialización de un proyecto.* La realidad que observa el empresario santandereano de su entorno económico, aunque es la misma, varía en interpretación de acuerdo al conocimiento, la experiencia y la intención del inversionista. Basándonos en esta hecho concreto, nada impide al empresario local explotar el potencial de la región y aprovechar las oportunidades que otros han vislumbrado. “La estrategia es la estrategia”. “LA ESTRATEGIA ES LA ESTRATEGIA” Qué significa esto? Pues, en un medio virgen, donde prácticamente no se ha sentido la revolución administrativa, donde convergen oportunidades de todo tipo, la mejor estrategia para tomar ventaja sobre antiguos competidores es la adopción de una estrategia. 3. Acaso la pequeña y mediana empresa santandereana desafía la lógica y la evolución administrativa? Especulando sobre las posibles causas de este fenómeno, podríamos plantear la siguiente hipótesis: “La cultura santandereana y su inmadurez administrativa conforman un ambiente poco favorable para la adopción de conceptos estratégicos”. En un mercado en crecimiento, donde la economía no es estable y los negocios no han alcanzado una estabilidad operativa, las necesidades primarias predominan sobre aquellas cuya relevancia empieza solo cuando esta operatividad ha alcanzado un nivel de equilibrio que brinde los recursos y el ambiente favorable para acciones posteriores.* Al igual que ocurre con el ser humano, en el que su accionar se enfoca siempre en satisfacer o lograr aquellas necesidades o determinantes de supervivencia que son propias de su condición, las empresas, análogamente, se centran en lograr las condiciones mínimas de competitividad que garanticen su supervivencia en el mercado. La empresa santandereana, por las limitaciones de la economía colombiana, además de posibles factores mencionados anteriormente, no ha logrado si quiera un nivel moderado de eficiencia operativa que garantice el ambiente para el desarrollo y sostenimiento de la estrategia. Este hecho bloquea, directa o indirectamente, el pensamiento estratégico en una organización.* Entonces la empresa santandereana desafía la lógica empresarial? De ninguna manera, de hecho la reafirma al enfocarse primero –aunque no deliberadamenteen aquellos factores operativos que logran resultados económicos a corto plazo y que son parte de su crecimiento como empresa* (Ogliastri) “OPORTUNIDAD Y ESTRATEGIA” Que podemos concluir de todo esto? Un enfoque clásico de esta situación podría calificar esta situación como la ideal, un escenario potencial para la planeación y aplicación de estrategias que tomarán ventajas de un mercado estático. Se identificarían toda una serie de factores que se calificarían como oportunidades – principalmente- y todo un vacio de amenazas que motivarían aún más la definición y puesta en marcha de la estrategia Por el contrario, un enfoque procesualista, observando la misma situación podría inferir que la permanencia y el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas reafirma su tesis de el absurdo de una planeación estratégica. Sustentaría esta idea quizás en el hecho de que las empresas han efectivamente aplicado estrategias que además han surgido por el camino. Realmente no es importante el enfoque que se aplique o la manera como se presentan estos desafíos para los empresarios, lo cierto es que cada uno de ellos identificará en la estrategia, la oportunidad ideal para mantenerse vigente, para lograr un crecimiento y sobre todo marcar una diferencia sobre la competencia que aliviane su carga y tendrá que actuar en su debido momento