Por Charlie Del Cid Algunos dicen que con los atentados del 11 de septiembre de 2001 empezó la Nueva Era. Ha terminado lo que llamábamos Época Contemporánea y ha empezado algo nuevo. Para algunos la Era de Acuario. Seguro te estarás preguntando de qué habla. Me explico un poco. Hace más de un siglo, algunos intérpretes de la historia (algunos se hacen llamar iniciados o iluminados) empezaron a decir que cerca del año 2000 se iba a producir el inicio de una nueva era. Ellos hacían cálculos astronómicos y afirmaban que la historia del cosmos, o por lo menos de nuestro sistema solar, había pasado por la Era de Tauro, época de todos los imperios que tuvieron en la imagen del toro un símbolo sagrado como en la Cultura Minoica de la Grecia Antigua. Igualmente ya había pasado la Era de Piscis [(los cristianos primitivos se identificaban con un pez, pues en griego clásico "ICTUS" significaba pez y a la vez son las iniciales de Jesucristo Hijo de Dios Salvador. I Iesous (Jesús); C Christos (Cristo); T Theos (Dios); U Uios (Hijo); S Soter (Salvador)]. Los profetas de la Nueva Era afirman que estamos entrando en la Era de Acuario, una era de paz, tolerancia, amor y prosperidad cómo antes no los hubo. Algunos hasta lo justifican diciendo que el Cristianismo no ha traído al mundo la paz que había prometido, y que debe darse paso a una nueva religión universal, que esté más allá de denominaciones particulares. Esta nueva religión universal tiene algunos puntos básicos: Para los New Agers (o sea los adeptos a este movimiento) Dios no es persona, como lo concibe el Cristianismo: para ellos Dios es una Energía; la energía del cosmos, que no se crea, ni se destruye, sólo se transforma. Defienden el Panteísmo: todo es Dios; incluso, tú eres Dios. La nueva era es Holística, ve todo como un gran sistema: el cosmos es un gran sistema en el que todos estamos imbuidos; al morir volvemos a la energía del cosmos. La Nueva Era busca paz en la meditación trascendental. Hay hasta música New Age, con sonidos de la naturaleza, animales, cascadas, vientos (la aromaterapia está entre sus prácticas). Propone una espiritualidad individual, lejos de la Iglesia, buscando el encuentro del ser humano con su yo interior y no con el Dios personal del que nos habla la Biblia. Busca en el Oriente recursos espirituales (Feng Shui, reencarnación, ley del karma, y otras prácticas más). Uno de sus baluartes es la lucha por la ecología, ya que la naturaleza es un todo que se funde en el Macrocosmos. Me dirás y eso ¿qué tiene de malo? Por lo menos buscan la paz interior. Estoy de acuerdo contigo. Pero este movimiento tiene algunas confusiones que deben ser desenmascaradas. Dios y el Universo son distintos. Dios no es el universo, ni la suma de todo lo creado. Dios está en el universo, porque lo creó y lo sostiene con su providencia, pero él es mucho más que el universo. Dice un hermoso texto bíblico que “ni el universo lo puede contener”. Dios no es una energía; es más que energía. Ni el hombre es sólo energía. La energía existe y es poderosísima; sin embargo ella no es inteligente. Ella no sabe que es más fuerte que nosotros. De tal manera que si bien el hombre es pequeño ante el universo, es más inteligente que él y por ende puede dominarlo con su razón y su voluntad; claro, respetándolo. Ya decía Francis Bacon: “ a la naturaleza se le vence, obedeciéndola”. Para los que creemos en Cristo, él es la novedad de Dios. No tenemos que buscar respuesta en otros saberes. Respetamos las demás religiones, porque creemos que en ellas hay semillas de la verdad; pero sabemos que Jesucristo es el Único Salvador del mundo Ayer, Hoy y Siempre, y que Él es camino, verdad y vida. En el ambiente de tolerancia que vivimos todo es aceptado. Se dice que todas las religiones son buenas si nos llevan a Dios. Es cierto, pero hoy hay que volver a gritar Jesús es el Señor. ¿Tú qué opinas? En una ocasión una estudiante me decía, profesor todas esas prácticas pueden ser buenas si nos llevan a Dios. Otra me decía y “si el Cristianismo, no es la verdad ¿Por qué tendría que ser el cristianismo la religión verdadera?” Aquí la cosa se pone difícil, porque hay que optar. Término con un texto bíblico que narra un momento culminante en la predicación de Jesús, cuando sus discípulos tuvieron que elegir a quién querían seguir. La vida es así. Llega un momento en el que hay que optar: Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?» Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: « ¿Esto os escandaliza? ¿Y cuándo veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?... «El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. «Pero hay entre vosotros algunos que no creen.» Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre.» Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?» Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿donde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.» (Juan 6, 60-69 ) Tal vez este no debía ser el tema final de este ensayo, pero fue lo que me salió de la pluma y además es el subtítulo del libro. Después de hablar del cielo, podríamos preguntarnos tal como hizo el joven rico: “¿Maestro qué he de hacer para ganar la vida eterna?”. “Hacer” es una cuestión ética. ¿Qué tengo que hacer para ser feliz? ¿Qué es lo mejor? Desde tiempos inmemoriales la humanidad ha buscado diversos caminos éticos casi todos asumen que el hombre busca la felicidad, lo que puede variar son los caminos. Sócrates decía que la felicidad era el autodominio. Platón decía que la contemplación del bien luego de salir de este mundo. Los epicúreos y todo el utilitarismo, que campea en nuestros días, afirma que hay que aumentar el placer y quitar el dolor. Para los estoicos la vía es aceptar el destino como nos llega. Para Santo Tomás es buscar el bien de acuerdo a los fines propios de la naturaleza humana inscritos en nuestro interior por Dios. Según Kant la clave es tratar a los demás como fin en sí mismo y no como medios. Para el marxismo es luchar por erradicar las clases sociales y buscar la igualdad para todos. En el caso del liberalismo y neoliberalismo es obtener una calidad de vida óptima. Últimamente para las éticas de la comunicación la llave es la búsqueda de un consenso... Ojo a veces la mayoría no tiene la razón... Los postmodernos creen que sentir es lo más importante. Por eso vemos un montón de deportes extremos que nos llevan a experimentar nuevas sensaciones, pues ya estamos aburridos de todo. Me contaba un amigo que en una discoteca de la ciudad algo lo maravilló. En un momento de la noche, en las pantallas de video empezaron a proyectar imágenes de la película Twister (Huracán o Tornado), La proyección iba acompañada de efectos especiales. En ciertos puntos del salón había jóvenes con unos tanques de aire de 100 libras y dejaban escapar sobre el público una fortísima ráfaga de viento. ¡Qué sensación tan especial! me dijo. Y luego una tanda de música Trance. Empiezo a entender los deportes extremos. Nuestros jóvenes han experimentado de todo, muchas veces antes de tiempo. Se entiende que tengan que inventar situaciones extremas que los saquen del hastío y vacío en que estamos. Se tiran de un puente o de una grúa telescópica, y quien sabe cuántas cosas más. ¿Cuál es el camino para ser feliz? Como filósofo cristiano sería incongruente que no te dijera que busques a Dios. Ya lo habrás notado durante todo el libro. Sin Dios no puede haber respeto por la dignidad del otro. Ya lo ha dicho alguien que la muerte de Dios, de la que se ufanaron algunos filósofos del siglo XIX y XX, se ha convertido en la muerte del hombre. Somos criaturas en manos del Creador; El te ha dado todo, ha puesto todo bajo tus pies, pero sin El no podemos hacer el bien; no podemos edificar una sociedad humana que camine hacia la eternidad. Ponte en camino hoy. Querido joven te escribo a ti que eres la esperanza. Tal vez los mayores no hemos sido los mejores testigos de Cristo en el mundo, pero no puedes quedarte en el pasado. Hoy es posible cambiar las cosas, la situación que te rodea. Es muy probable que no puedas cambiar el universo, pero si tú cambias todo habrá cambiado. Se puede. Se puede. Te lo repito se puede. No te rindas. No dejes que apaguen tus sueños. Termino con una cita de San Juan en su primera carta: Os escribo a vosotros, hijos míos, porque se os han perdonado los pecados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al Maligno. Os he escrito a vosotros, hijos míos, porque conocéis al Padre, Os he escrito, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os he escrito, jóvenes, porque sois fuertes y la Palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al Maligno. (I Juan 2, 12-14)