Reflexión Pastoral Viernes 12 de nov. 2021 Lectura: Levítico 25:20-21 Tema: La lógica de la bendición del Señor Y si dijereis: ¿Qué comeremos el séptimo año? He aquí no hemos de sembrar, ni hemos de recoger nuestros frutos; entonces yo os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará que haya fruto por tres años Desarrollo Cuando Israel entro a la Tierra prometida, tenía una instrucción en cuanto a lo que se conoce el “Año Sabático”, 6 años debían sembrar y cosechar, pero en el año séptimo debían pasar un año sin sembrar ni cosechar, lo que el Señor haría son los versos que leí. A la pregunta de qué viviremos el séptimo año la promesa es multiplicación en el año sexto, y esa bendición hará que haya fruto para ellos y su descendencia. De esta manera tendría un año de reposo, después de 6 años de producción. Ahora el año sabático no era un tiempo de ociosidad para el pueblo hebreo, el Señor les proveería, pero ellos debían dedicarse a estudiar la ley, a conocer el temor, era un tiempo para los sacerdotes de mucho trabajo en cuanto a instrucción. No obstante, la historia posterior nos deja en evidencia, que Israel no fue obediente en guardar este año sabático, de hecho, hubo problema hasta guardar el día de reposo, porque no se hacía en cumplimiento estricto a las ordenanzas que Dios había indicado para el año sabático o el día de reposo. En mi especulación me imagino a Israel, viendo una enorme multiplicación en el año sexto que les hace pensar, si este año fue bueno el otro será mejor, por lo tanto, sigamos “trabajando”, y así olvidaban el tiempo para aprender de la ley, conocer el temor de Jehová. Y como siempre el desconocer la voluntad del Señor, trae consecuencias funestas hubo un momento en que el Señor tuvo que frenar este abuso y cuando uno lee 2°Crónicas 36:20-21 queda en evidencia la violación hasta principio mire leeré la RV contemporánea “Los que escaparon de morir a filo de espada fueron llevados cautivos a Babilonia, y hasta el reinado de los persas fueron siervos del rey y de sus pág. 1 hijos, hasta que la tierra disfrutó de reposo. En efecto, la tierra descansó todo el tiempo que estuvo desolada, hasta que se cumplieron los setenta años, en cumplimiento de la palabra del Señor pronunciada por Jeremías”. Es como se dijera, ya que nunca se respetó el descanso de la tierra, entonces este cautiverio obligará un descanso de 70 años, según la palabra del profeta Jeremías siervo del Señor. Ahora el principio que extraigo es que la bendición del Señor tiene una lógica, cuyo fin no es en sí mismo. Sino en el Señor, les multiplicará el año 6 para que el 7 se lo dediquen al Señor, para que conozcan su ley, para que ustedes y sus hijos conozcan el temor del Señor y guardando las proporciones a veces los pastores también vivimos tiempos de bonanza, de multiplicación, y en vez de usar eso para apartarnos para el Señor también nos alejamos en pos de un activismo eclesiástico que nos aleja de lo principal de su bendita palabra y de nuestra intimidad con él. Que condenaba el Señor Jesús con respecto al día de reposo en los tiempos de él, es que se guardaban de ciertas cosas, pero si estaba peligro un animal que les provocaba ganancia ahí se olvidaban del guardar aquel día, porque nuestro corazón siempre es tendencioso a la ambición, al deseo de poseer cada vez más y más. No nos importa si con eso nos alejamos de Dios y de su bendita palabra. En la parte final del libro de Isaías el Señor hizo un llamado a volver al sentido espiritual de la disciplina del día de reposo, que no tenía que ver con una veneración fría y calculadora sino espiritual y profunda. 58:13 al 15 “Si en el día de reposo, que es mi día santo, te refrenas de hacer tu voluntad y lo llamas día santo y glorioso del Señor; y si lo honras no siguiendo tu propio camino ni buscando tu voluntad, ni hablando por hablar, entonces hallarás tu deleite en mí. Yo, el Señor, te llevaré a las alturas de la tierra, y allí te daré a comer de la herencia de tu padre Jacob.» La boca del Señor lo ha dicho”. El sentido del día de reposo está ahí en que el Señor sea nuestro deleite, en que nuestra voluntad sea frenada. Vivimos en tiempos donde las disciplinas espirituales, son miradas con desagrado con total trivialidad, donde lo “sagrado es algo común” como dijo un hombre de Dios, pero como ministros del Evangelio de Cristo. pág. 2 Debemos mantener la lógica de la bendición del Señor en nuestra vida, él me da, él me multiplica no solo para mi deleite personal, sino para que lo busque y cada día sepa más de él. Muchas Gracias a él sea la gloria. pág. 3