Renueva tu mente La Palabra de Dios dice en Romanos 12:2: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. En este versículo, el apóstol Pablo nos insta a cambiar la forma en la que vivimos nuestra vida, en la pensamos y en la que actuamos pues la forma del común de las personas no es la mejor. Es notoria la falta de dirección asertiva en las cúpulas de altos mandos. Las naciones no han podido sobrellevar las crisis políticas, económicas y socio-ambientales que se han suscitado desde el inicio de las civilizaciones. Culturas enteras han sido engullidas por otras que, en su tiempo, fueron engullidas por otras. Así hasta llegar al tiempo actual. Finales del año 2021 y modestos inicios del siglo 21. Con una pandemia que, más que deficiencias sanitarias, ha puesto en descubierto deficiencias intelectuales, mentales y espirituales en nuestra sociedad. El reflejo de ello se ha llegado a ver en la clase política y mercantilista sin escrúpulos y sin trayectoria, hablando específicamente del caso peruano. Sin embargo, una luz de continuidad y coherencia surge desde lo más profundo de nuestros libreros, desde la mesita de noche de la abuela. La Biblia muestra un buen número de ejemplos de cómo, a través de los años, el hombre no ha variado sus conductas. Las formas del hombre llevan al exceso, y ello, consecuentemente, al fracaso. Sólo Dios es capaz de dominar a la especie dominante del planeta tierra. Sumergirse en las profundidades y deleitarse con lo simple de sus enseñanzas es la mejor inversión de tiempo, y el mejor negocio que una persona puede hacer: el perfecto borrón y cuenta nueva.