Cerro de Pasco (también llamada ciudad minera) como todos los pueblos mineros del mundo, tiene una trayectoria histórica muy ancestral. Así, Cerro de Pasco, lleva consigo desde la creación mítica, hasta la histórica. Hay que recordar que, este territorio fue ocupado siempre por mineros del incanato(incas), posteriormente por mineros de la Colonia, que extrajeron de sus entrañas oro y plata fundamentalmente, para más adelante, extraer los otros minerales de manera industrial y comercial. A diferencia de otras ciudades peruanas, esta hermosa ciudad nació como un asentamiento minero a finales del siglo XVI, ya que la ciudad capital, cabeza de curato y reducción de indios fue la Villa de Pasco que fue fundada el 20 de octubre del año 1578 ubicada actualmente a 14 km. La ciudad surgió a finales del siglo XVI gracias a la actividad económica minera con la cual inició su crecimiento por inmigración a principios del siglo XVII. Actualmente tiene una población de más de 56 959 habitantes según el XII Censo de Población(censo 2007), VII de Vivienda y III de Comunidades Indígenas 2017,2 divididos entre los distritos de Chaupimarca (25 600 habitantes), Yanacancha (25 029 habitantes) y Simón Bolívar (6 330 habitantes). La ciudad se ubica alrededor de la mina a tajo abierto la más alta del mundo, que se extiende sobre 2 km y casi 400 m de profundidad, amenazando ahora a la ciudad, por lo que se proyecta reubicarla, también a causa de los problemas de contaminación de la minería sobre la población. En 1639, durante el Gobierno del virrey Luis Fernández y Cabrera, se le envió a la Corona Española cinco millones de ducados procedentes de Cerro de Pasco, por lo que mediante Real Cédula se le otorgó el título de la «Ciudad Real de Minas» al asiento minero de San Esteban de Yauricocha. A la fama de sus minas acudían muchos españoles interesados y entre ellos Martín Retuerto, quien trabajó en la mina Lauricocha, dando un socavón que fue el primero en el que hubo mineral. José Maíz y Arcas compró de los herederos de Retuerto la mina citada en 1740 y dirigió un socavón al mismo paraje, terminándolo en 1760. A partir de 1760, tras el descubrimiento de las vetas de plata del «Gran Túnel de Yanacancha», Cerro de Pasco multiplicó su potencial minero. La abundante riqueza que había en estos yacimientos llegó en un contexto de extrema importancia para la corona Española porque Potosí(Villa Real), otro asentamiento minero que era explotado por la Metrópoli, había entrado en bancarrota. Potosí, también situado en el Virreinato del Perú, pero en el territorio que actualmente ocupa Bolivia, había sido hasta entonces la mayor productora de plata del mundo, pero, tras dos siglos de extenuante explotación, su abrumadora riqueza había sido exprimida definitivamente. Cerro de Pasco, la «Ciudad Real de Minas», se convirtió en el sustituto natural de Potosí y cogió su relevo como principal centro minero de la Corona Española perteneciendo a la Intendencia de Tarma. El minero español José Maíz y Arcas fue quien descubrió la mina de plata del «Gran Túnel de Yanacancha», convirtiéndose en uno de los hombres más acaudalados de Cerro de Pasco. Tal era su riqueza que en 1764 solicitó el título de «Marqués» a la Corona Española, previo pago del mismo con barras de plata que habían salido de las entrañas de Cerro de Pasco. En 1771, el rey Carlos III otorgó a Don José Maíz y Arcas el título de «Marqués de la Real Confianza». Sin embargo, este llegó cuando el minero español ya había fallecido, lo que provocó una dramática disputa entre sus hijos varones por la legítima herencia del mismo. Cuando se supo que los terrenos eran ricos y productivos en metales, vinieron los Salcedos desde Puno a trabajar a Yanacancha y Pariajirca; estas propiedades pasaron después a la familia Arrieta, de José Casimiro Arrieta, Minero y Antonio de Arrieta, del Oratorio San Phelipe Nieri, familia vasco española procedente de Tarma y de las más importantes en toda la Sierra Central, siendo el primero Licenciado Mathías Fernández de Arrieta casado con María Escolástica Muníz de Llanos, esta familia tarmeña se estableció en 1619 en Tarma.3 El «Gran Túnel de Yanacancha», donde los Japiris (capacheros aborígenes de las alturas) sacaban la plata, bajo la atenta mirada y el control férreo de los subordinados del dueño de la mina, supuso el impulso definitivo de Cerro de Pasco como realidad urbana e industrial. Cerro de Pasco aumentó vertiginosamente en tamaño y en servicios. En 1771, el virrey Manuel Amat y Juniet concede a Cerro de Pasco el título de «Distinguida Villa del Cerro de Pasco», donde en 1833 se fundó la «Casa de la Moneda» que acuñó en plata fina los «cuatro reales de Pasco». En busca de sus vetas de plata llegaban tantos empresarios y aventureros extranjeros que, a principios del siglo XIX, había en Cerro de Pasco doce viceconsulados de países Europeos y Americanos. Sin embargo, esta época de esplendor también conoció dramáticos desastres, como cuando, después de un devastador terremoto, quedaron sepultados trescientos hombres al hundirse una mina. El socavón de la tragedia recibió el nombre «mata-gente». En septiembre de 1999 los capitales privados Volcán S.A.A. compran la unidad Paragsha a Centro min Perú S.A.C. El cual explota en la actualidad (2007) plomo y zinc, habiendo heredado el problema social de sus antecesores. Importancia histórica[editar] Estas tierras vieron nacer al mártir de la medicina peruana y mundial Daniel Alcides Carrión, que se inoculó el virus de la verruga peruana en el brazo para detectar sus síntomas y descubrir la cura para esta enfermedad, que en el siglo XIX mató a muchas personas que estaban encargadas de la construcción de las diversas vías ferroviarias peruanas. También es conocida por la Batalla de Cerro de Pasco o de Uliachín el 6 de diciembre de 1820, donde se dio el primer grito de independencia por la Independencia del Perú. Según las crónicas coloniales, un pueblo llamado Pumpus migró de la selva hacia el departamento de Pasco, quienes enfrentaron a los Incas y acabaron por integrarlos al Tahuantinsuyo.