HEJ COLOMBIA, HOLA SVERIGE 2014 VISITA DE 16 ESTUDIANTES Y 3 DOCENTES A LAS ESCUELAS HAMMARLUNDENS SKOLA Y MORMESKOLA EN HAMMARO, SUECIA. UNA EXPERIENCIA DE INTERCULTURALIDAD. Bogotá, Madrid, Ámsterdam, Oslo, Karlstad…. Qué viaje tan largo: 24 horas en total. 16 estudiantes y 3 docentes de Cajicá, una pequeña población colombiana, enfrentarían esta aventura. Este grupo privilegiado viajaría de un país en vías de desarrollo, con muchos problemas sociales a un país nórdico del primer mundo, que se encuentra en las lista de los 20 países más pacíficos y con mejor calidad de vida del planeta. Al comienzo, parecía un sueño pero después de un año de duro trabajo y preparación, se hizo realidad. Finalmente, estábamos a bordo de un inmenso avión de Avianca rumbo a Madrid, España. Todos estábamos nerviosos y emocionados. Para la mayoría, era la primera vez que viajaban en avión, y este era ¡un viaje a Europa! Después de 20 horas y tres escalas (Madrid, Ámsterdam y Oslo) estábamos allí, en el aeropuerto de Oslo, Noruega. Algunos de los estudiantes suecos que nos visitaron en octubre de 2012, estaban allí, con su profesora Idalith León esperándonos muy emocionados. ¡Qué linda sorpresa¡ Entonces iniciamos la última parte de nuestro viaje. Nos subimos a un bus espectacular y tomamos una carretera noruega, con la ansiedad de ver la nieve por primera vez pero hacía días que no nevaba según nos dijeron nuestros amigos suecos. Había sido un invierno inusual. Sin embrago ese día fuimos afortunados,. Después de dos horas de viaje comenzó a nevar!! Nuestros estudiantes estaban muy emocionados. Nunca habían visto la nieve real. Esta fue su primera nueva experiencia. Esa noche a las 11:00p.m. Después de 24 horas, finalmente llegamos a Hammarö, Suecia. 8 familias estaban esperándonos para llevar a sus casas a los estudiantes que iban a hospedar durante una semana y media. Nuestros chicos se sintieron muy bien recibidos, como huéspedes muy especiales e importantes. Todo estaba preparado para recibirlos. En esas casas. Un poco de inglés, un poco de español, un poco de tecnología y mucha empatía, y la comunicación estaba dada. Fuertes lazos de amistad empezaron esa misma noche. Durante tres semanas, nuestros niños y jóvenes experimentaron, vieron, aprendieron e hicieron ¡tantas cosas! La primera semana y media asistimos todos los días a la escuela Hammarlunden, un colegio confortable, limpio, bonito y organizado. Usábamos ropa de invierno para soportar los 15 grados de temperatura (el día mas frio) Compartimos las clases y las actividades con los estudiantes de esa institución quienes nos acogieron como visitantes muy especiales. La alegría se sentía en el ambiente. Todos, estudiantes, docentes y el personal de servicios, nos saludaban con mucha amabilidad. Cada día después de la escuela, estaban programadas diversas actividades que les permitieron a nuestros chicos tener un contacto cercano con las costumbres, la cultura y la forma de viada suecas. Jugaron “bandy de sala” fueron a esquiar, a patinar en el hielo, a deslizarse por la nieve en una bandeja plástica llamada “POLKA”, hicimos caminata por el bosque con las familias anfitrionas, y comimos el típico asado sueco, Vimos el lago más grande de Europa del norte, visitamos el faro de Hammaro, la biblioteca de Karlstad, el museo, con una exposición sobre los mil inventos del mundo árabe, , recorrimos la fábrica tostadora de café y la fábrica de papel y cartón y empaques, recorrimos la ciudad de Karlstad apreciando la arquitectura y los monumentos, m asistimos a un partido de Hockey, el deporte nacional de Suecia, en el estadio de Karlstad, Fuimos a l musical de SHRECK, en el teatro de la ciudad, fuimos de compras, recorrimos Estocolmo, la capital, visitamos un zoológico, donde pudimos apreciar los animales típicos del país: el lince, el alce, el lobo y el oso, y muchos otros animales de las zona templada.. Después de semana y media empezamos a compartir las clases y las actividades con la otra escuela. El trabajo académico consistió en realizar comparaciones y valorar las diferencias entre las dos culturas. Se realizaron talleres en los que todos los estudiantes pudieron compartir opiniones sobre el uso de la tecnología y las redes sociales, las minorías nacionales, las cuestiones fundamentales de la vida, el consumo, el comportamiento de los estudiantes en las escuelas, la religión, los lazos familiares, el holocausto Nazi y muchos otros temas interesantes. Igualmente en ambas escuelas se hicieron talleres de danzas, donde los niños colombianos les enseñaron a bailar salsa y merengue a los niños suecos, lo cual fue muy pero muy divertido para todos. Pero el tiempo vuela, y después de 25 días, teníamos que regresar a Colombia. Realmente nadie quería. Un día no fue suficiente para despedirse. Necesitamos todo un fin de semana. Se organizó una fiesta en la que participaron todos los que de una u otra manera trabajamos en el proyecto. Disfrutamos deliciosos platos suecos y compartimos fotos y videos de todo lo que se había hecho durante la visita. El momento del adiós definitivo fue realmente emotivo y conmovedor. La tristeza de separarse fue inevitable. Los corazones, las lágrimas y los abrazos hablaban por sí solos. Con la despedida, coincidencialmente, la nieve comenzó a derretirse. DIANA MELODY LEÓN ORTIZ