1 EL REINADO DE CARLOS V Luis Silgo Gauche Real Academia de Cultura Valenciana 1. LA HERENCIA DE CARLOS V Debido a los sucesivos matrimonios de que era descendiente Carlos V recibía una herencia fabulosa. Por parte de su abuela materna, Isabel la Católica, Castilla, las plazas del Norte de África y las Indias. Por parte de su abuelo paterno, Fernando el Católico, el Reino de Aragón con Sicilia, Cerdeña y Nápoles. Por parte de su abuelo paterno el archiducado de Austria y por parte de su abuela paterna los restos del antiguo Condado de Borgoña, es decir Flandes (Bélgica y Holanda) y el Franco-Condado, al Este de Francia. Todo esto convertía a Carlos en el monarca más poderoso de Europa, con unos dominios inmensos y ricos, pero también difícil de gobernar, pues cada territorio conservaba su autonomía, fueros y leyes especiales. 2. LA IDEA IMPERIAL DE CARLOS V Carlos V intentó rehacer la unidad de la cristiandad tal como había existido en la Edad Media, con dos poderes: el poder civil represdentado por el emperador, y el poder espiritual representado por el Papa. Como poder civil el emperador ejercería el liderazgo de los países cristianos en la lucha en la defensa de la cristiandad común y conservaría la paz. Carlos V no deseaba ampliar sus estados a costa de otros príncipes cristianos. Sin embargo esta idea tropezaba con las fuerzas particularistas de los estados-nación que se habían ido forjando a lo largo de la Edad Media, como Francia e Inglaterra, e incluso dentro del Sacro Romano Imperio Germánico con el afán de autonomía de sus dueños hereditarios, cada vez más celosos de su autonomía. El Renacimiento, movimiento cultural basado en el hombre y admirador sin reservas de la Antigüedad tendía también a romper con los moldes ideológicos de la Edad Media, centrándose en la vida terrena y en los logros intelectuales más que religiosos. En el aspecto religioso esta idea también tropezó con diversos obstáculos, principalmente con la herejía protestante defendida por Martín PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com 2 Lutero. La corrupción de la Iglesia, el nacionalismo alemán frente a Roma, la simplificación del culto que imponía una mayor autonomía de la persona frente a Dios y escapar de la disciplina de la Iglesia, y las ambiciones de los príncipes alemanes por incrementar su riqueza a costa de los bienes eclesiásticos fueron motivos de la rápida expansión de la Reforma desde su inicio en 1517. Como se explicará más tarde Carlos V fue incapaz de detenerla. Para España la herencia de Carlos V supuso un cambio de rumbo histórico. De ser una potencia atlántica y mediterránea se convirtió en un imperio continental, con la pesada herencia de defender la unidad cristiana contra los particularismos que la amenazaban y en especial contra los protestantes, así como contra las ambiciones hegemónicas de Francia. Si, como veremos, al principio los castellanos se enfrentaron a Carlos V en la guerra de las Comunidades, después se identificaron íntimamente con la idea imperial. Por supuesto no cabe decir que el imperio de Carlos V fuera un imperio español. Al menos Bélgica, Italia y Alemania, además de España, lo reclaman como su propio rey. Era un estado multinacional en que convivían gentes muy diversas, y el máximo título que Carlos ostentaba era el de emperador del Sacro Romano Imperio Germánico. Sin embargo cabe hablar de una progresiva hispanización de Carlos V. Su lengua materna era el francés, pronto aprendió el español y no supo el alemán. España, principalmente Castilla, era la parte de donde procedían sus mayores recursos y sus soldados más expertos, la parte principal y más fiel de sus dominios. Fue también donde permaneció más tiempo en el curso de sus dilatados viajes. Fue en España donde crió a su hijo Felipe II, íntegramente español, y a quien quiso dejarle la corona del Imperio. Finalmente cuando renunció a sus poderes quiso retirarse para morir a España, por lo que cabe decir que si algún estado predominó en el imperio fue, precisamente, España. 3. LOS INICIOS DEL REINADO. Coronado ya conde de Borgoña Carlos, huérfano por la temprana muerte de su padre y entronizado por la incapacidad mental de su madre Juana “la loca”, llegó en 1517 para hacerse cargo de los estados españoles. Le acompañaba su tutor, el señor de Chièvres, corrupto pero inteligente, que amasó una enorme fortuna pero que procuró inculcar en Carlos V los principios del buen gobierno tal como se entendían en la época. PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com 3 En 1518 los procuradores a las cortes castellanas de Valladolid le hicieron jurar las libertades y leyes de Castilla, incluyendo el no nombramiento de extranjeros para cargos dentro del reino. Hecho esto, fue reconocido como rey y se le otorgaron doscientos millones de maravedías como subsidio. El mismo año era reconocido por las cortes de Aragón y en 1519 por las de Barcelona. En este momento recibió la noticia de la muerte de su abuelo, el emperador Maximiliano. Como el Imperio era electivo, si Carlos V quería ser elegido emperador necesitaba una cantidad fabulosa de dinero para sobornar a los príncipes electores, dinero que adelantó principalmente la Banca Fugger. Tras algunas discusiones Carlos sería elegido efectivamente emperador en la Dieta de Francfort. Sin embargo, para pagar los préstamos que se le hacían, Carlos hubo de recurrir de nuevo a Castilla. Nuevas Cortes se celebraron en Santiago de Compostela ese año en que Carlos pidió una elevada suma y dejaba como regente del reino a Adriano de Utrecht, lo que era romper con sus promesas anteriores. Hubo arduas negociaciones y presiones hasta que las Cortes votaron finalmente positivamente el subsidio real, tras lo cual Carlos, ya emperador Carlos V, embarcó para Alemania (1520). Considerando que sus procuradores en Cortes les habían traicionado se sublevó Segovia y después Zamora, Toro, Guadalajara, Soria, Alcalá, Madrid, Ávila y Burgos. Adriano y el Consejo Real enviaron un ejército contra Segovia lo que provocó a su vez la sublevación de Toledo, Salamanca, León y Murcia. Para hacer frente a la insurrección Adriano pidió los cañonmes que estaban en Medina del Campo, por entonces la principal ciudad comercial castellana. La ciudad se negó y fue incendiada en parte por los imperiales pero no se rindió, como solidaridad con Medina del Campo la rebelión se extendió. Las ciudades rebeldes eligieron una “Junta Santa” y se llamaron “Comunidades” por lo que esta guerra es llamada “de las Comunidades”. La Junta nombró a Juan de Padilla capitán general. Este se apoderó de Valladolid, donde residía el Consejo Real mientras otros comuneros se apoderaban del castillo de Tordesillas donde vivía Juana “la loca”. Enfrente de los burgueses rebelados Carlos V supo atraerse a la principal nobleza del reino y así el conde Haro rescató a Doña Juana, también en febrero de 1521 las ciudades andaluzas se confederaron a favor de Carlos V. Juan de Padilla reunió un ejército para combatir al noble Condestable de Castilla, pero fue sorprendido en Villalar y el ataque de la caballería de los imperiales provocó la desbandada de los comuneros, cuyos principales jefes fueron hechos prisioneros (23 de abril de 1521) y ejecutados, incluido Padilla. La derrota provocó la desmoralización de los PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com 4 rebeldes rindiéndose sucesivamente todas las ciudades. Solamente Toledo resistió un asedio hasta el mes de octubre del mismo año. Casi paralelamente a lo que pasaba en Castilla tuvo lugar otra rebelión en el Reino de Valencia, la llamada “Guerra de las Germanías”. Aquí existía una fuerte oposición entre los burgueses y los nobles y entre el pueblo cristiano y los numerosos moriscos que habían quedado tras la Reconquista. Para protegerse frente a los ataques berberiscos los gremios de Valencia recibieron permiso para armarse y organizaron una “Junta de los Trece” que los gobernase, siguiendo el ejemplo otras ciudades del reino. Habiendo huído las autoridades por una peste los gremios se declararon en franca rebeldía (1520), mientras los nobles se organizaban a su vez a favor de los imperiales. Los agermanados fueron derrotados cerca de Oropesa y el 18/7/1521 decisivamente en Almenara por el duque de Segorbe aunque ellos mismos habían triunfado del virrey en Gandía y Denia. Un ejército de nobles castellanos penetró por el Sur y en Orihuela el 20/8/1521 los agermanados sufrieron una aplastante derrota sometiéndosde la actual provincia de Alicante. En noviembre del mismo año la misma Valencia pactaba la rendición pero la resistencia continuó en otras partes. Alzira y Xàtiva resistieron hasta Septiembre de 1522 con lo que terminó la guerra. La represión fue muy dura. En Mallorca en febrero de 1521 se sublevó el pueblo de Palma, apoderándose de la isla excepto de Alcudia. Los sublevados se mostraron muy violentos contra nobles y adinerados y a comienzos de 1522 se instauró un verdadero régimen de terror. Tropas imperiales desembarcaron en octubre de 1522, se apoderaron de la isla y tomaron Palma en marzo de 1523 con lo que terminó la rebelión. 4. LUCHAS CON FRANCIA. 4.1. La primera guerra (1521- 1526). El 23/10/1520 se efectuaba la coronación civil de Carlos I de España como emperador Carlos V de Alemania, el cual cedió a continuación a su hermano Fernando el archiducado de Austria. Fernando recibiría también por herencia o matrimonio los reinos de Bohemia y Hungría. Pronto surgieron roces fronterizos con Francia. Su rey, Francisco I, exigía la devolución de Navarra a Enrique de Albret y en consecuencia invadió esta región (1521) aunque derrotado hubo de retirarse. PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com 5 En Italia los franceses eran dueños de Milán. Varios estados italianos y el Papa León X se aliaron a Carlos V para expulsar a los franceses. En un primer momento estos fueron obligados a evacuar Milán mientras ingleses y flamencos atacaban Francia por Picardía, en el NE, los alemanes por el Centro en Borgoña y los españoles por Hendaya, pero los primeros fueron derrotados, pasándole lo mismo a los alemanes y los españoles. Los franceses enviaron entonces un ejército contra Milán pero fueron obligados a retroceder. En 1523 un ejército hispano-italiano penetró en Provenza con la intención de tomar Marsella pero hubieron de retirarse (1524). Francisco I penetró entonces en Italia al frente de 40.000 hombres, tomó Milán y se dirigió a Pavía, pero allí, reunidos los ejércitos imperiales y especialmente los españoles al mando de Antonio de Leiva derrotaron por completo a Francisco I y le hicieron prisionero. Francisco I fue llevado a España donde fue sometido a duras presiones que resistió. Finalmente firmó el Tratado de Madrid (14-1-1526) muy favorable a Carlos V. Como garantía del tratado el rey de Francia dejaba como rehenes a dos de sus hijos. 4.2. La segunda guerra (1526 - 1529). En marzo de 1526 regresaba Francisco I a su país. Ya en Francia incumplió todo lo prometido. En mayo se alió con las potencias italianas (el Papa Clemente VII y Venecia) que querían expulsar a los españoles de Italia. Tras algunas luchas el ejército imperial, formado principalmente por alemanes, se dirigió a Roma totalmente indisciplinado por la falta de pagas y víveres y sin obedecer órdenes superiores tomó la ciudad a la que sometió a un horrible saqueo en que abundaron los asesinatos y las violaciones. Una parte importante de la ciudad quedó destruída (mayo 1527). Este suceso conmocionó a Europa y se toma como fecha simbólica del fin del Renacimiento. Aprovechando estos sucesos Francisco I se alió con Inglaterra, que ofreció recursos económicos, Venencia y Florencia. Un ejército francés invadió hasta el Sur de Italia poniendo sitio a Nápoles pero se deshizo debido a las epidemias. Por otra parte el marino y dueño de Génova, Andrea Doria, abandonó a Francisco I pasando al servicio del emperador y obligó a levantar el sitio marítimo a Nápoles. El ejército francés capituló y se retiró a Francia (septiembre 1528). Otro ejército francés fue derrotado en Milán e Inglaterra abandonó la alianza con Francia. SE llegó así a una situación estacionaria en que se firmó la Paz de Cambray (agosto 1529) por la que Francisco I renunciaba a sus derechos en Italia y otros territorios y pagaba dos millones de escudos de oro como rescate por sus hijos. Hechas PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com 6 las paces también con el Papa este coronó a Carlos V eclesiásticamente como emperador en Bolonia (febrero 1530). Carlos V aprovechó también su estancia en Bolonia para concertar una paz general en Europa y arreglar las disputas entre los estados italianos que ya no volverían a oponerse al emperador. Sin embargo el mismo año los príncipes protestantes se habían unido en la Liga de Smakalda y se habían aliado con Francisco I. La guerra no estalló porque Carlos pactó con los coaligados para liberar Viena del sitio que le habían puesto los turcos,a cambio de garantizar a los príncipes la libertad de religión. Reunido un gran ejército imperial los turcos sde retiraron sin combatir. Carlos V regresó a España. Entretanto los piratas berberiscos tenían paralizada la navegación del Mediterráneo Occidental e incluso atacaban las costas de Italia y España. Barbarroja, su jefe, que se había hecho súbdito del sultán turco y tenía su capital en Argel se apoderó de Túnez donde gobernaba un monarca musulmán aliado del emperador. Carlos V reunió una expedición que expulsó a Barbarroja de Túnez (1535). Por el tratado de paz entre Carlos V y el bey de Túnez quedaron en manos españolas las ciudades de Bona y Bizerta y la estratégica fortaleza de La Goleta. 4.3. La tercera guerra ( 1536 – 1539). El mismo año de 1535 el ducado de Milán fue anexionado por los imperiales por la muerte de su duque Francisco II Sforza. Esto y la ocupación de Saboya por Francisco I precipitaron de nuevo la guerra entre Francia y Carlos V. Al año siguiente se iniciaron las hostilidades. El ejército imperial invadió Francia por la Provenza pero encontró las tropas francesas establecidas en campos bien atrincherados. Fracasado el intento de asaltarlas se emprendió la retirada habiéndose perdido la mitad del ejército por hambre, enfermedades y combates. Al mismo tiempo fracasaba la invasión de Francia por el Norte. Francisco I pasó al contraataque en Artois y Flandes, que no tuvo resultados. También se combatía en el Norte de Italia. Se llegó así a una tregua (1537) que al año siguiente se convirtió en las Treguas de Niza, valederas por diez años. Solucionada la paz con Francia Carlos V hubo de castigar a su ciudad natal de Gante que se había sublevado. Era ya tiempo de terminar con la piratería berberisca y Carlos V preparó una gran expedición contra Argel. Desembarcado el ejército una gran tormenta dispersó la flota y destrozó los repuestos militares. Las PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com 7 tropas hubieron de retirarse y reembarcar en las naves restantes abandonando todo el bagaje (1541). 4.4. La cuarta guerra (1542 - 1544). Las negociaciones sobre Milán habían fracasado y Francisco I se preparó para una nueva guerra aliándose con el sultán de Turquía y Barbarroja. Los franceses ocuparon Luxemburgo y gran parte de la provincia de Brabante (en Bélgica) pero fueron rechazados. Igualmente otro ejército francés se retiró con grandes pérdidas del Rosellón. En 1543 Carlos V se alió con Enrique VIII de Inglaterra y reunió un ejército en Flandes, sometiendo al duque de Clèves que se había aliado a los franceses. Sin embargo los franceses recuperaron Luxemburgo. Carlos V entonces invadió el Norte de Francia pero hubo de retirarse. Mientras tanto Barbarroja saqueaba las costas de Italia. En 1544, en la Dieta de Spira, Carlos logró la ayuda de los príncipes alemanes y la alianza se amplió a Dinamarca. Sin embargo, en el Norte de Italia, los franceses obtuvieron una gran victoria en la batalla de Cerisoles. Por su parte Carlos V había invadido el Norte de Francia. Los franceses se encerraron en las plazas fuertes y devastaron su propio país para dejar sin víveres al enemigo. Carlos V prefirió negociar y el 18-9-1544 se firmó la Paz de Crépy por la que se devolvían las conquistas mutuas y se volvía a la situación de las Treguas de Niza. Francisco I moriría en 1547. 5. LA LUCHA CONTRA LOS PROTESTANTES. Desde el principio de su reinado el protestantismo había sido una constante preocupación para Carlos V. Primero lo prohibió, después, ante la necesidad de la ayuda de los príncipes alemanes, lo toleró y llegó a una forma de reconocimiento, pero las tensiones entre protestantes y católicos se agudizaron con el tiempo. Carlos V había insistido en la celebración de un concilio general de la Iglesia que finalmente el Papa convocó en 1545 y al que los protestantes se negaron a acudir. La actitud agresiva de la Liga de Smakalda forzó el inicio de la guerra. Carlos V inició las operaciones en la llamada “Campaña del Danubio” (1546-1547). La guerra se realizó en una serie de maniobras, sin encuentros directos, en que el emperador se aseguró la sumisión de muchas ciudades y el dominio del Sur de Alemania. PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com 8 La segunda parte de la guerra es la llamada “Campaña del Elba”. En ella el protestante príncipe elector de Sajonia sufrió una derrota decisiva frente a los imperiales en la batalla de Mühlberg, lo que determinó la rendición del resto de los príncipes. Deseoso sin embargo de llegar a una concordia, Carlos V convocó una Dieta en Augsburgo y propuso una solución de compromiso. Sin embargo, las hostilidades estallaron de nuevo en Alemania por la resistencia al poder centralizador que quería imponer el emperador. 6. EL FINAL DEL REINADO. En 1552, en secreto, se aliaron los príncipes de la Liga de Smakalda, Mauricio de Sajonia y el nuevo rey de Francia Enrique II. En una rápida campaña Mauricio estuvo a punto de capturar a Carlos V en Innsbruck, que debió escapar rápidamente. Aunque posteriormente el emperador reunió tropas hubo de firmar una tregua con los príncipes alemanes pero fracasó en sus esfuerzos contra Francia. Por la tregua de Vaucelles (1556) Carlos V cedió a Francia las ciudades imperiales de Metz, Toul y Verdún y por la Paz de Augsburgo (1556) se reconoció plena libertad a los protestantes. En lo sucesivo la religión del príncipe sería obligatoria para sus súbditos (principio de cuius regio, eius religio). Agotado por sus enfermedades y decepcionado Carlos V pensó en ceder los grandes poderes que conservaba. En 1555, con ocasión del matrimonio de su hijo Felipe con la reina de Inglaterra María Tudor, el emperador había concedido a aquel sus estados italianos (Nápoles, Sicilia, Cerdeña y el Milanesado). Poco después, en Bruselas, abdicó igualmente en su hijo sus estados de Flandes y, en enero de 1556, los reinos de España y de América. Carlos V intentó también que Felipe fuera reconocido emperador, pero la unánime protesta de los alemanes que le consideraban un extranjero, y de su propio hermano Fernando, le obligaron a desistir. Carlos V abdicó así secretamente el imperio hecho que solamente se haría público después de su muerte reconociéndose por emperador a Fernando (1-31558). Tras sus abdicaciones en Bruselas Carlos V se retiró al convento de los jerónimos en Yuste, en Extremadura. Allí despidió a su numerosa corte y quedó con algunos criados. A pesar de su intención de mantener un retiro espiritual llevó una vida de cierto lujo y era visitado de muchos nobles, a la vez que indirectamente dirigía la política de Felipe. PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com 9 Carlos V murió en Yuste el 21 de agosto de 1558. 7. CONCLUSIONES. Con Carlos V termina en la política real y en la teoría la Edad Media. El emperador quiso continuar la idea de la universalidad cristiana europea con dos cabezas dirigentes. En lo político los reyes y príncipes cristianos liderados por el emperador alemán y en lo espiritual por el Papa, pero los movimientos de particularismo se opusieron con fuerza a esta idea y finalmente la derrotaron. En lo sucesivo el Imperio Alemán se disolvería en la práctica en pequeños estados independientes y el emperador lo sería sólo de nombre. Carlos V no tuvo nunca la idea de someter a Francia. Este estado, sin embargo, en su política de conseguir la hegemonía europea, se opuso constantemente a los esfuerzos de Carlos V de unir a los monarcas europeos y llevarlos a una cruzada contra la potencia musulmana, el Imperio Turco, que precisamente entonces alcanzaba su máxima expansión. El emperador negoció reiteradamente con Francia, ofreciéndole condiciones muy generosas, pero que fueron rechazadas por los reyes de Francia que llegaron a aliarse con los enemigos de los cristianos europeos, los turcos. Finalmente Carlos V quiso solucionar el problema de la escisión religiosa provocada por el protestantismo. En principio lo prohibió, después, acosado por las necesidades bélicas lo toleró. LO venció en el campo de batalla pero intentó llegar a un compromiso que fue rechazado y finalmente hubo de reconocer la escisión de la Europa cristiana. Con todo, la historia de Europa no puede comprenderse sin Carlos V, especialmente cuando su poder parecía invencible: después de la batalla de Pavía (1525), su coronación en Bolonia (1530) y tras la victoria de Mühlberg (1548). Carlos V luchó en tres frentes principales: contra Francia, contra los protestantes y contra los musulmanes. Todos ellos aliados contra él hicieron que no pudiera triunfar de ninguno, pero tampoco fue derrotado de manera decisiva. La herencia que dejó fue un poderoso imperio español regido por Felipe II y el estado de Austria regido primero por Fernando y después por el hijo de este Maximiliano. Estos reinos continuarían la lucha por preservar la unidad religiosa de Europa, oponerse a las pretensiones hegemónicas de Francia y resistir contra el Imperio Turco. PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com