22 DE FEBRERO DE 2017 ESTABILIDAD PREVINIENDO EL VUELCO Y LA PODREDUMBRE El vuelco y la pudrición de raíces y espigas han causado grandes pérdidas de cosecha en las últimas campañas del cultivo de maíz. El conocimiento de las causas de estas adversidades nos permitirá prevenirlas antes de la cosecha. Saber cuándo priorizar las cosechas de los lotes susceptibles es la clave para mantener los altos rindes de nuestro campo. En las últimas campañas aumentaron las pérdidas ocasionadas por el vuelco de plantas en cultivos de maíz. Los daños causados impiden la recolección del material, la podredumbre de la espiga y hasta incluso la muerte prematura de la planta. Existen diferentes prácticas agronómicas e híbridos que nos permiten minimizar los riesgos de ocurrencia de estas adversidades. Conocer más acerca del vuelco nos permitirá decidir el modo más conveniente de prevenirlo durante la campaña. El vuelco es el desacoplamiento del suelo y las raíces de la planta haciendo que las mismas se recuesten entre ellas. El problema se puede intensificar aún más cuando el vuelco lleva a las espigas al estrato inferior del cultivo, aumentando los riesgos de enfermedades y pudrición de la espiga. Se manifiestan en las etapas finales del cultivo (inclusive puede aparecer en plantas que alcanzaron la madurez de cosecha y aguardan su recolección como sucede en los planteos de siembra tardía). El redireccionamiento de productos fotosintéticos a la espiga durante postfloración causa el debilitamiento de otros tejidos. Las raíces pierden integridad, su unión al suelo se vuelve frágil y aumenta la susceptibilidad a que un viento fuerte cause el vuelco de la planta. También el vuelco puede acompañarse por pudriciones del tallo y raíces del cultivo de maíz. El mismo debilitamiento postfloración dispone a las raíces a una mayor susceptibilidad a la entrada de patógenos. Los patógenos que causan esta enfermedad son un complejo de hongos que están en el suelo y también son causantes de la podredumbre de la espiga. Ellos son: Fusarium graminearum, Fusarium verticilliodes, Stenocarpella spp., Colletotrichum graminícola y Macrophomina phaseolina. Los principales síntomas de la infección pueden verse en los entrenudos del tallo cercanos al suelo con manchado amarillo en una primera instancia y luego más oscuros. Todos los hongos patógenos de está podredumbre son necrotróficos y habitan en el rastrojo del suelo. Aquellos planteos en siembra directa mantendrán el inóculo en el suelo a través de los años. Por ello, en caso de presencia de esta enfermedad, se recomienda rotar los cultivos y roturar el suelo. Las condiciones de alta humedad en el perfil del suelo aumentan su debilidad frente a vientos fuertes, más aún en casos de que exista podredumbre de raíces y tallos. Se recomienda prestar atención en aquellos lotes con buena carga en el perfil del suelo y priorizar su cosecha en casos convenientes. La susceptibilidad al vuelco varía con cada híbrido y su perfil defensivo. A continuación se muestra el buen posicionamiento de híbridos de portfolio DEKALB dentro del ranking de susceptibilidades a estas adversidades incluyendo el perfil sanitario referido a las enfermedades de espiga. Los valores más bajos tendientes al color verde refieren un buen comportamiento de los híbridos. Los daños que causan el vuelco son principalmente: 1- problemas en el llenado de los granos por alteraciones en la estructura de la planta, 2- pudrición de la planta o la espiga. 3- muerte prematura de la planta, y el más frecuente 4- impedimento a cosechar las plantas porque las mismas se encuentran recostadas sobre el suelo. Las acciones que podemos tomar para evitar estos sucesos es priorizar la cosecha de aquellos cuadros de maíz que presenten alguna condición predisponente: híbridos susceptibles, perfil cargado con agua, primeros síntomas de enfermedades con patógenos o probabilidades de vientos fuertes. En los campos planteados con lotes con diferentes híbridos conviene comenzar la cosecha por los genotipos más susceptible, en caso que los cultivos estén en buen estado sanitario. Si aparecen síntomas de enfermedades de pudrición conviene cosechar lo antes posible esos cuadros para escapar a la adversidad (siempre y cuando la pudrición no haya afectado seriamente el rendimiento). En los planteos que incluyen siembras tardías debemos estar bien atentos porque la pérdida de humedad es lenta durante los meses de otoño e invierno aumentando la probabilidad de enfermedades y la exposición a fuertes vientos. Por último, para aquellos planteos mixtos con soja y maíz, en los casos que ambos cultivos estén listos para ser cosechados, se recomienda comenzar por la soja por el carácter dehiscente de sus vainas (se abren las vainas y caen los granos al suelo). Sin embargo, no debemos dejar de monitorear los cuadros con maíz para eludir al quiebre o vuelco en situaciones riesgosas. DEKALB ofrece materiales de calidad resistentes a las adversidades y complementa con un asesoramiento profesional, garantizando los máximos rendimiento de nuestros cultivos bajo cualquier escenario ambiental. Bibliografía consultada: Área de Desarrollo y Tecnologías de Maíz. Monsanto-DEKALB. Propuesta de Valor 15-16 M. Carmona. Cátedra de Fitología. FAUBA. Pudriciones del tallo y raíces del cultivo de maíz. Herbario Virtual. Cátedra de Fitopatología. FAUBA. http://herbariofitopatologia.agro.uba.ar