Militancia como prácticas artística en Castoriadis Franco Weihmüller Universidad Nacional de Córdoba 1. Introducción Castoriadis, sobre los pliegues del imaginario colectivo, desenvuelve un movimiento estético que posee su raíz en imaginación. Como bien sabemos, las prácticas artísticas y hechos sociales son dos caras de la misma moneda. En esta dirección marcha la vida de los artistas actuales. Pues la militancia, desde una perspectiva sociológica, alimenta la vida estudiantil. Esta idea nutritiva de fondo, llega a las prácticas sociales con epicentro en la Universidad y también en actividades de extensión. Mi búsqueda principal es el desarrollo de una autonomía, que permita al estudiante dictarse sus propias leyes e instituir, gracias al imaginario, el camino heterónomo realizado. Aquí, está desplegada una idea afectivamente próxima, es decir, la comunidad entre lo real y lo imaginario. Estas dos tópicas del psicoanálisis, más precisamente de Lacan, entrelazadas por la actividad política. Este ir y venir de ideas nuevas generadas por lecturas e intercambio con otros estudiantes, despierta la alegría de profesores y a veces la alegría también de otros compañeros y compañeras. Que aprenden en diálogo con militantes políticos en comunidad universitaria. La militancia, atiende a los asuntos del consejo pero también orienta al estudiantado en luchas: el desdoblamiento horario, flexibilidad para estudiantes trabajadores, asistencia a madres con estudios universitarios, y un largo etc. Volvemos a descubrir que Castoriadis en el análisis que realiza de la sociedad llama colectivo anónimo a las fuerzas sociales que protagonizan estos cambios. Es quizás, lo instituyente de la imaginación que convoca en calidad de colectivo, colectivo anónimo. 2. Psique y academia Es bien sabido, que el mundo artístico desarrolla su actividad teórica en la universidad, desarrollo de la tópica del simbolismo y, el crecimiento y engrandecimiento musical o artístico, propiamente dicho, lo deja para el hogar. Siendo la psique, según Castoriadis, el continuum entre estos ámbitos. Llenamos de ideas el psiquismo para plasmarlo cuando llegamos con un pincel o un instrumento, a lo mejor filmando. Este desarrollo del plano simbólico conlleva a ampliar los horizontes de reflexión y por ende a ampliar la institucionalización de lo imaginario. De todos modos, hagamos un zoom a estas tópicas e intentemos ser lo más inclusivos posibles al militar el arte. 3. Prácticas artísticas y prácticas militantes Llegado este punto es conveniente desplegar la creatividad, es bien sabido que estos ámbitos se unen por un elemento periférico a las tres tópicas lacanianas pero que involucran la psique estoy refiriendo a la razón. Alcanzado este punto conviene recordar la famosa dialéctica signada por Castoriadis en La institución como imaginario del profesor Javier Cristiano. Allí se hace un repaso del despliegue entre racionalidad crítica como una invención moderna. La razón en Kant ocupa un lugar central siendo las prácticas artísticas y militantes las que despliegan mayor libertad y autonomía porque otorgan cierto sentido que no estaba antes, aquí el concepto de sentido se entiende en términos amplios. Aún así asistimos al nudo borromeo del trabajo, ¿Hasta qué punto las practicas militantes son practicas artística? No tendría problemas en asumirlo, siempre y cuando aceptemos las diferencias. Una de ellas es que la práctica artística es realizada sin finalidad alguna, al menos desde Kant sostuvimos que las problemáticas artísticas no tienen un fin en concreto sino gustar y ser gustadas. En cambio las prácticas militantes buscan mayor aforo, llegar a una cantidad de personas determinadas, por este motivo hay una teleología. El goce que se desprende de militar tiene que ver con las conversaciones con los demás simpatizantes. Y en ese sentido hay cierta comunidad, cuando aseveraciones del tipo estético y político buscan asentimiento plural. No podemos alcanzar la totalidad pero sí podemos decir esta medida política es cuestionable, aún así la acepto. Este diálogo pone en tensión manifestaciones artísticas y manifestaciones políticas para alcanzar cierto quórum. Aquí los dibujos como con rasgos de fealdad también son juzgados conforme a cierto displacer pero penetrando en la psique del interlocutor. A lo mejor el mero espectador abre un paréntesis al observar la obra para contemplarla y esgrimir una reflexión pertinente. Es importante en ambos casos que sirve separarse de lo inmediato para llegar a conocer más en profundidad la forma de aquello en mente a la hora de entrar en diálogo. 4. Conclusión Hemos recorrido el ámbito del psiquismo, desde una perspectiva psicológica y sociológica, para dar lugar a las practicas artísticas y prácticas militantes. Bajo este paradigma crece la comunicación entre pares. La obra, ya sea esta política o artística, es aseverada por el colectivo anónimo, usando un término de Castoriadis, dónde es manifiesta la imaginación y dónde el colectivo anónimo tiende a ganarle las espaldas a la realidad haciendo uso de la imaginación y alcanzando el imaginario colectivo. Una vez más sorprende la tesis del autor griego francés para dar lugar al entendimiento que es ir de acuerdo con las normas (mientras que la imaginación le dio libertad), siguiendo a Hannah Arendt. 5. Bibliografía Cristiano javier, 2009, Lo social como institución imaginaria, Castoriadis y la teoría sociológica, Eduvim Cristiana Javier, 2010, La creatividad de la acción: la teoría josiana y la cuestión de lo imaginario, Nomadas, Roma, Italia Georges Didi-Huberman, Ante el tiempo, Historia del arte y anacronismo de las imágenes, Adriana Hidalgo editora, 2011, Buenos Aires. Hannah Arendt, 2003, Conferencias sobre la filosofía política de Kant, Paidos, Argentina Jaques Le Goff, El orden de la memoria, El tiempo como imaginario, Paidos, 1991, Barcelona España. Martin Heidegger, Ser y tiempo, Fondo de Cultura Económica, 1994, Argentina