Subido por VICTORIA KATHERINE CHEPE DIAZ

derecho contituacional

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FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL
DERECHO
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
PROCESO DE ACCION POPULAR, PROCESO DE INCONSTITUCIONALIDAD Y
PROCESO COMPETENCIAL.
ALUMNA
CHEPE DIAZ VICTORIA KATHERINE
LIMA – PERÚ
2018
INDICE
INTRODUCCION
CAPITULO I
PROCESO DE ACCION POPULAR
1.1 Evolución normativa de la acción popular en el derecho constitucional peruano.
1.2 Acepciones de la definición de la Acción Popular
1.3 Legitimación en la Acción Popular
1.4 Improcedencia de la Acción Popular
1.5 El plazo prescriptorio para la interposición de la demanda
CAPITULO II
PROCESO DE INCONSTITUCIONALIDAD
2.1 Evolución del Proceso de Inconstitucionalidad
2.2 Características especiales del proceso de inconstitucionalidad
2.3 Legitimación del proceso de Inconstitucionalidad
2.4 Plazo para la interposición de la demanda
2.5 Improcedencia e Inadmisibilidad
CAPITULO III
PROCESO COMPETENCIAL
3.1 Definición del Proceso Competencial
3.2 Legitimación Y Representación del Proceso Competencial
3.3 Admisibilidad y procedencia
3.4 Efectos de las Sentencias
Anexos
Bibliografía
INTRODUCCION
El derecho procesal constitucional tiene como finalidad fundamental la protección de los
derechos fundamentales y el control de los poderes estatales, los cuales se verán reflejados
cuando se produce vulneración de alguna autoridad a un particular o entre las mismas
instituciones.
En el Perú a inicios del ciclo XIX se reconocen y se plasman y reconocen procesos
constitucionales que dan origen al control de la supremacía de la constitución, así como la
resolución de conflictos entre los órganos estatales, por el mismo estado de necesidad de la
tutela jurídica efectiva y el debido proceso.
La investigación se centrara en tres procesos constitucionales; Proceso de Acción Popular,
Inconstitucionalidad y Competencial, que actualmente se encuentran reguladas en la
constitución de 1993 en el artículo 200 inciso 5.
Estos procesos serán resueltos en ultima instancia por el Tibunal Constitucional
CAPITULO I
PROCESO ACCIÓN POPULAR
1.1 evolución normativa de la acción popular en el derecho constitucional
peruano.
Cronológicamente el proceso de acción popular ha sido el instrumento de control
constitucional pionero dentro de nuestro constitucionalismo. Apareció en la
Constitución Política de 1933 (sin haber sido planteada en el famoso Anteproyecto de la
Comisión Villarán), se mantuvo en la Carta de 1979, y encuentra lugar en la vigente
Constitución Política de 1993.
Como se puede advertir a largo de las tres constituciones se mantiene como núcleo
común ser un mecanismo procesal que permite a cualquier persona plantear la
ilegalidad o inconstitucionalidad de reglamentos, normas administrativas y resoluciones
y decretos gubernativos de alcance general.
Así, por ejemplo, se nos refiere que el Presidente de la Corte Suprema resumía esa
posición en 1955 de la siguiente manera:
“(…) durante los años 1947 y 1948, se presentaron a la Corte Suprema, tres
solicitudes para que se declarara inconstitucionales otros tantos decretos
supremos dictados por el Poder Ejecutivo de entonces… En esos casos, la
Corte declaró en Acuerdos de Sala Plena, que no estaba expedito el ejercicio
de la facultad concedida al Poder Judicial por el artículo 133 de la
Constitución, por no haberse dictado la ley de procedimientos judiciales
respectiva y a la que se refiere el propio artículo constitucional…
Corresponde entonces al Congreso dar la solución conveniente. Sus
atribuciones y sabiduría determinaran si otorga al Poder Judicial y con qué
amplitud, función de tanto significado y dictará al mismo tiempo las reglas
procesales que faciliten su ejercicio”
1.2 Acepciones de la definición de la Acción Popular
Evidentemente, el codificador se preocupa en darle un contenido altamente pedagógico
a este proceso, al superar la original concepción de tratarse solamente de un mecanismo
de control interórganos del Poder Judicial sobre el poder reglamentario de la
Administración Pública, para hacerle participar de los esfuerzos por proteger la
Constitucionalidad de los actos del poder constituido con una participación ciudadana
abierta al máximo.
En este sentido, la codificación asume la tesis del profesor LANDA, cuando señala que
acción popular es “un proceso constitucional de tipo jurisdiccional encargado del control
constitucional y legal, contra las normas reglamentarias o administrativas, contrarias a
la Constitución y a la ley”, máxime cuando desde las Cartas Constitucionales de 1979 y
1993 se le considero dentro del catálogo de garantías constitucionales junto con la
acción de inconstitucionalidad, el habeas corpus, el amparo y el habeas data.
1.3 Legitimación en la Acción Popular
El proceso de control de la constitucionalidad de las normas reglamentarias
precisamente debe su nombre a la legitimidad extraordinaria que le caracteriza para
permitir su promoción a cualquier persona con capacidad jurídica.
La legalidad constitucional de los reglamentos es considerada un valor público de tal
importancia que se permite a cualquier persona poder instar la acción popular en el caso
concreto. Como es propio de esta forma de legitimación el accionante de modo popular
no afirma derecho e interés alguno como suyo, ni tampoco la potencialidad o
acaecimiento o efectiva aplicación de la norma reglamentaria, sino se limita a afirmar
que el ordenamiento le reconoce el derecho a la actividad jurisdiccional con base
únicamente en la defensa de la juridicidad.
En este sentido, la legitimidad de la acción popular le corresponde a todos y cada uno
de los sujetos de derecho que componen la colectividad nacional y que cuenten con
capacidad procesal, con prescindencia que posea o no, un interés legítimo o derecho
afectado por la vigencia de la norma reglamentaria, o incluso que se encuentre en el
ámbito subjetivo de aplicación de la norma, es decir, con alguna potencialidad de
aplicación.
1.4 Improcedencia de la Acción Popular
Un último aspecto de la conexión entre ambos procesos sobre el cual queremos llamar
la atención es cuando un mismo precepto jurídico es contemplado tanto en la norma
con rango de ley como en su norma reglamentaria (de ordinario constituye la reiteración
realizada en el propio reglamento de la ley), o cuando, el reglamento constituye nada
más que la concreción de un mandato contenido en una norma con rango legal.
1.5 El plazo prescriptorio para la interposición de la demanda
Con el argumento de dar seguridad jurídica al ordenamiento reglamentario se mantiene
la idea de consagrar un plazo máximo para interponer la demanda de acción procesal,
vencida el cual se extingue el derecho a interponer estas demandas contra las normas
reglamentarias inconstitucionales o ilegales. El actual artículo sobre la materia en el
Código Procesal Constitucional nos indica:
“Artículo 86.- Demanda La demanda escrita contendrá cuando menos, los
siguientes datos y anexos: 1) La designación de la Sala ante quien se
interpone. 2) El nombre, identidad y domicilio del demandante. 3) La
denominación precisa y el domicilio del órgano emisor de la norma objeto
del proceso. 4) El petitorio, que comprende la indicación de la norma o
normas constitucionales y/o legales que se suponen vulneradas por la que
es objeto del proceso. 5) Copia simple de la norma objeto del proceso
precisándose el día, mes y año de su publicación. 6) Los fundamentos en que
se sustenta la pretensión. 7) La firma del demandante, o de su representante
o de su apoderado, y la del abogado.”
Artículo 87.- Plazo El plazo para interponer la demanda de acción popular
prescribe a los cinco años contados desde el día siguiente de publicación de
la norma.
En tal sentido, la demanda debe cumplir con dichos requisitos; en caso de
incumplimiento la Sala está facultada para declarar la inadmisibilidad si es subsanable;
y la improcedencia de ser la causal insubsanable.
CAPITULO II
PROCESO DE INCONSTITUCIONALIDAD
2.1 Evolución del Proceso de Inconstitucionalidad
Un primer afianzamiento de la noción de control de constitucionalidad puede ser
advertido en el caso “Marbury vs. Madison” (1803), sentencia de la Corte Suprema de
EE.UU. que adopta el criterio de la cláusula de supremacía de la Constitución. García
Toma efectúa un amplio análisis de esta decisión y reseña los criterios más relevantes
adoptados por el juez John Marshall. No obstante lo emblemático de esta decisión y su
calidad de leading case, precisa García Belaúnde16que la figura del control difuso no se
volvió a aplicar sino hasta el caso Dred Scott vs. Sanford, bajo otra Corte y con otro
Presidente, el juez Tanney.
En relación a Perú, el proceso de inconstitucionalidad es regulado actualmente en
nuestra Carta Fundamental de 1993, caracterizándose por un amplio margen de
atribuciones desarrolladas jurisprudencialmente, en tanto las sentencias interpretativas
que expide el Tribunal Constitucional involucran un margen de determinación de
amplios sentidos interpretativos que superan la noción de enunciados lingüísticos de la
normativa constitucional.
La aparición del proceso de inconstitucionalidad tiene lugar en nuestro ordenamiento
constitucional en la Constitución de 1979, Carta en la que se perfila esta acción como
garantía constitucional como un proceso ya en propiedad de control normativo, aunque
con esbozos aún muy iniciales.
Ciertamente no hubo una actividad trascendente del entonces Tribunal de Garantías
Constitucionales hasta la dación de la siguiente Carta Fundamental en 1993. A este
respecto, Cáceres Arce efectúa una dura crítica a la labor de este Tribunal al señalar que
no actuó con eficacia ni menos cumplió con su función primordial en directa alusión al
modo de razonar de este órgano, basado en causas políticas, dada la forma de elección
de los magistrados.
2.2 Características especiales del proceso de inconstitucionalidad
a) Procedencia contra normas con rango de ley Nuestro modelo procesal constitucional
determina la procedencia del proceso de inconstitucionalidad contra normas con rango
de ley. Es importante señalar, al respecto, que sus alcances son de carácter general y
que carecen de efectos retroactivos. En materia tributaria, sin embargo, se determinan
los efectos de la decisión en el tiempo en atención a la necesidad de fijar el marco de las
situaciones jurídicas producidas mientras la norma cuestionada estuvo en vigencia.
A esta particularidad debemos sumar que con la declaración de inconstitucionalidad, ni
se reabren procesos concluidos en los cuales se hubieren aplicado normas declaradas
inconstitucionales ni reasumen vigencia las normas legales derogadas, concurriendo a
este respecto como justificación una necesaria seguridad jurídica como principio de
primacía en una declaración de inconstitucionalidad.
b) Sujetos legitimados para interponer el proceso de inconstitucionalidad dentro del
rango de sujetos legitimados para interponer proceso de inconstitucionalidad, es de
destacarse la grave omisión, en el esquema vigente, de no haberse considerado como
sujeto legitimado para interponer el proceso de inconstitucionalidad al Presidente del
Poder Judicial, figura que sí contemplaba la Carta Fundamental de 1979 y que sin una
real justificación, se ha omitido en la Carta de 1993.
c) Efectos interpretativos erga omnes, dada la naturaleza de sentencia interpretativa de
la Constitución, los efectos de la misma vinculan a todos los poderes públicos.
En ese sentido, una práctica válida a determinar respecto al efecto vinculante de las
sentencias interpretativas, sería que, como sucede en aquellas sentencias bien
construidas a propósito de precedentes vinculantes, que el decisorio de una sentencia
fijase cuáles argumentos de la sentencia, en propiedad, y cuáles parágrafos de la
sentencia de inconstitucionalidad, expresan un efecto vinculante erga omnes, respecto
del cual el intérprete no se puede apartar.
Esta práctica implicaría de suyo una mejor técnica jurisprudencial en cuanto permitiría
una más viable identificación de los extremos vinculantes del razonamiento del Tribunal
Constitucional, en tanto y en cuanto no resulta razonable afirmar que todos los
extremos de una amplia decisión representarían un efecto vinculante ni tampoco dejar
al libre albedrío del intérprete dejar cuál fórmula de razonamiento adopta.
A diferencia del efecto erga omnes, conviene precisar que el efecto de la interpretación
de los jueces del Poder Judicial frente a las incongruencias de una norma con rango de
ley frente a la Constitución es inter partes, es decir, solo podrá determinarse la
inaplicación de la norma más en definitiva no su expulsión del ordenamiento
constitucional.
d) Instancia única Entendemos aquí una necesidad de irrevisabilidad de los criterios
expresados en una sentencia de inconstitucionalidad. Si bien es cierto que los rangos,
escalas y valores de la interpretación pueden ser múltiples en términos de sujetos y
materias, deviene un criterio que podemos manejar que exista una opinión valedera
final por sobre las demás instancias.
Es cierto que los jueces del Poder Judicial reclaman autonomía e independencia de
criterios frente a las potestades correctoras del Tribunal Constitucional y sin perjuicio de
ello, admitamos que en el Derecho Comparado igualmente es admitido que la
jurisdicción constitucional ejerce funciones revisoras de la jurisdicción ordinaria.
e) Viabilidad de la declaración de inconstitucionalidad por conexión una institución de
importancia en los procesos de inconstitucionalidad es la figura de la
inconstitucionalidad por conexión, es decir, la declaración de incompatibilidad con el
orden constitucional de aquellas normas vinculadas o conexas a una norma que es
expulsada del ordenamiento jurídico. Argumentativamente, puede conocerse esta
figura como un fenómeno de suprainclusión pues si una norma principal es derogada,
debemos asumir que las normas vinculadas a la misma, sufren el mismo efecto de
inconstitucionalidad.
Sin embargo, el efecto prescriptorio incluye un efecto extintivo en tanto la pretensión
para una demanda de inconstitucionalidad deviene improcedente después de 6 años de
emitida la norma. La lógica de la inconstitucionalidad por conexión, es decir, en relación
a otras normas vinculadas, nos conduciría al mismo razonamiento en la medida que si
deviene improcedente una demanda de inconstitucionalidad por extemporánea, similar
razonamiento habría que aplicar a las normas conexas.
Sin embargo, las instituciones constitucionales tienden a presentar una vocación de
progresividad en tanto la supremacía normativa de la Constitución, exige de los jueces
de la Constitución innovar permanentemente contenidos.
Nos referimos, en esa línea de análisis, al criterio de la STC 024-2010-PI/TC, caso del
Decreto Legislativo 1097, norma que en su momento fuera aprobada para adelantar la
vigencia de algunos artículos del Nuevo Código Procesal Penal disponiendo, entre otros
efectos, el sobreseimiento por la situación real de policías y militares vinculados a temas
de crímenes de lesa humanidad.
Si bien el proceso de inconstitucionalidad fue interpuesto dentro del término
prescriptorio, no sucedía lo mismo con la Resolución Legislativa 27998, la cual
precisamente había puesto en vigencia en nuestro ordenamiento constitucional, en el
año 2003, la Convención de Imprescriptibilidad de Crímenes de Lesa Humanidad,
reconociendo este tipo penal desde el 09 de noviembre de 2003. Si la norma fue
aprobada en 2003, resultaba determinante que el proceso de inconstitucionalidad
interpuesto contra el Decreto Legislativo 1097, cuya norma conexa era la Resolución
Legislativa aludida, debió prosperar solo contra el Decreto referido y no contra la
Resolución acotada.
f) Improcedencia de medidas cautelares La razón de la improcedencia de aplicación de
medidas cautelares en este tipo de procesos, a pesar de que en otros tipos no existe
prácticamente impedimento al respecto, inclusive aún en el proceso competencialtambién un proceso de control normativo- obedece a que estamos frente a un proceso
de control concentrado, en puridad a cargo del Tribunal Constitucional como supremo
intérprete de la Constitución.
No existe, bajo esa lógica, otra instancia de reexamen de esta decisión salvo la
jurisdicción supranacional aunque ciertamente ésta no es competente respecto de
medidas cautelares sino de decisiones de fondo y siempre que se cumplan las
condiciones predeterminadas, entre otras, de decisión denegatoria en sede nacional,
que exista responsabilidad del Estado peruano y que se recurra al sistema
interamericano en el plazo de 6 meses de concluida la controversia en sede nacional.
2.3 Legitimación del proceso de Inconstitucionalidad
En el caso del proceso de inconstitucionalidad la legitimación activa constituye un caso
especial. En este caso el artículo 203° de la Constitución Política del Perú establece que
tienen legitimidad para interponer la demanda de inconstitucionalidad los siguientes:
“Artículo 203.- Están facultados para interponer acción de
inconstitucionalidad: 1. El Presidente de la República; 2. El Fiscal de la
Nación; 3. El Defensor del Pueblo; 4. El veinticinco por ciento del número
legal de congresistas; 5. Cinco mil ciudadanos con firmas comprobadas por
el Jurado Nacional de Elecciones. Si la norma es una ordenanza municipal,
está facultado para impugnarla el uno por ciento de los ciudadanos del
respectivo ámbito territorial, siempre que este porcentaje no exceda del
número de firmas anteriormente señalado; 6. Los Gobernadores Regionales
con acuerdo del Consejo Regional, o los alcaldes provinciales con acuerdo de
su Concejo, en materias de su competencia. 7. Los colegios profesionales, en
materias de su especialidad.”
2.4 Plazo para la interposición de la demanda
Seis (6) años desde la publicación; salvo en el caso de los tratados, en el que el plazo es
de seis (6) meses.
2.5 Improcedencia e Inadmisibilidad
El Código Procesal Constitucional establece en el artículo 103° lo siguiente con respecto
a la inadmisibilidad:
“Artículo 103.- Inadmisibilidad de la Demanda Interpuesta la demanda, el
Tribunal resuelve su admisión dentro de un plazo que no puede exceder de
diez días. El Tribunal resuelve la inadmisibilidad de la demanda, si concurre
alguno de los siguientes supuestos: 1) Que en la demanda se hubiera omitido
alguno de los requisitos previstos en el artículo 101; o 2) Que no se
acompañen los anexos a que se refiere el artículo 102. El Tribunal concederá
un plazo no mayor de cinco días si el requisito omitido es susceptible de ser
subsanado. Si vencido el plazo no se subsana el defecto de inadmisibilidad,
el Tribunal, en resolución debidamente motivada e inimpugnable, declara la
improcedencia de la demanda y la conclusión del proceso”.
El Código Procesal Constitucional establece en el artículo 104° lo siguiente con respecto
a la improcedencia:
“Artículo 104.- Improcedencia liminar de la demanda El Tribunal declarará
improcedente la demanda cuando concurre alguno de los siguientes
supuestos: 1) Cuando la demanda se haya interpuesto vencido el plazo
previsto en el artículo 100; 2) Cuando el Tribunal hubiere desestimado una
demanda de inconstitucionalidad sustancialmente igual en cuanto al fondo;
o 3) Cuando el Tribunal carezca de competencia para conocer la norma
impugnada. En estos casos, el Tribunal en resolución debidamente motivada
e inimpugnable declara la improcedencia de la demanda.”
CAPITULO III
PROCESO COMPETENCIAL
3.1 Definición del Proceso Competencial
Es un proceso constitucional orgánico que tiende a resolver enfrentamientos que se
suscitan sobre las competencias o atribuciones designadas directamente por la
constitución o las leyes orgánicas que delimitan ámbitos propios de los poderes del
estado, los órganos constitucionales, los gobiernos regionales o municipales. Dichos
enfrentamientos se producen cuando alguno de los poderes del estado o de las
entidades públicas toma decisiones que no le corresponden o rehúye actuaciones que
son propias de su competencia, interfiriendo en las atribuciones de otros órganos que
las tienen asignadas por la constitución o las leyes orgánicas.
3.2 Legitimación Y Representación del Proceso Competencial
Según el artículo 109 del CPC, el Tribunal Constitucional conoce de los conflictos que se
susciten sobre las competencias o atribuciones asignadas directamente por la
Constitución o las leyes orgánicas que delimiten los ámbitos propios de los poderes del
Estado, los órganos constitucionales, los gobiernos regionales o municipales, y
que opongan:
1) Al Poder Ejecutivo con uno o más gobiernos regionales o municipales;
2) A dos o más gobiernos regionales, municipales o de ellos entre sí; o
3) A los poderes del Estado entre sí o con cualquiera de los demás órganos
constitucionales, o a éstos entre sí.
Los poderes o entidades estatales en conflicto actuarán en el proceso a través de sus
titulares. Tratándose de entidades de composición colegiada, la decisión requerirá
contar con la aprobación del respectivo pleno.
3.3 Admisibilidad y procedencia
Si el Tribunal Constitucional estima que existe materia de conflicto cuya resolución sea
de su competencia, declara admisible la demanda y dispone los emplazamientos
correspondientes.
El procedimiento se sujeta, en cuanto sea aplicable, a las disposiciones que regulan el
proceso de inconstitucionalidad.
El Tribunal puede solicitar a las partes las informaciones, aclaraciones o precisiones que
juzgue necesarias para su decisión. En todo caso, debe resolver dentro de los sesenta
días hábiles desde que se interpuso la demanda.
3.4 Efectos de las Sentencias
La sentencia del Tribunal vincula a los poderes públicos y tiene plenos efectos frente a
todos. Determina los poderes o entes estatales a que corresponden las competencias o
atribuciones controvertidas y anula las disposiciones, resoluciones o actos viciados de
incompetencia. Asimismo resuelve, en su caso, lo que procediere sobre las situaciones
jurídicas producidas sobre la base de tales actos administrativos.
Cuando se hubiera promovido conflicto negativo de competencias o atribuciones, la
sentencia, además de determinar su titularidad, puede señalar, en su caso, un plazo
dentro del cual el poder del Estado o el ente estatal de que se trate debe ejercerlas.
ANEXOS
PROCESO DE ACCIÓN POPULAR
Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente
Corte Suprema de Justicia de la República
SENTENCIA
A.P. N° 10286 – 2013
LIMA
Lima, doce de mayo de dos mil quince.(…)
SEGUNDO: La competencia en los Procesos de Acción Popular
2.1. Conforme se ha anunciado, en general para determinar la competencia de los
órganos jurisdiccionales resulta obligatorio e ineludible acudir a lo previsto en nuestro
ordenamiento jurídico, el cual tiene como norma suprema la constitucional y a
aquellas que integran el bloque de constitucionalidad que sirven de referentes para
las demás normas legales, así el artículo 139 inciso 3 de la Constitución Política del
Estado contempla entre las garantías del proceso el de la observancia al debido
proceso y la tutela jurisdiccional, garantizando la jurisdicción predeterminada por
ley1; en igual sentido la Convención Americana sobre Derechos Humanos2 (norma
supranacional vinculante para el Estado Peruano en virtud de su ratificación,
integrando el bloque de constitucionalidad conforme al artículo 3 y la Cuarta
Disposición Final y Transitoria de la Constitución Política del Perú3 que incluyen en
nuestro ordenamiento constitucional los demás derechos que se fundan en la
dignidad del hombre y establecen que las normas relativas a derechos que la
Constitución reconoce se interpretan de conformidad con los tratados y acuerdos
internacionales sobre la materia ratificados por el Perú), en el inciso 1 del artículo 8
reconoce el derecho fundamental de toda persona a ser oída con las debidas
garantías, por un juez o tribunal competente4. La Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha interpretado el artículo antes citado, en el sentido que es un derecho
fundamental que en todo proceso la causa sea determinada no solo por un Juez que
sea independiente, imparcial, sino también competente, que cuando se excluye al
juez competente del conocimiento de las causas se afecta el derecho al juez natural
y a fortiori el debido proceso íntimamente vinculado al propio derecho de acceso a la
justicia5, constituyendo un principio básico del debido proceso que en la
determinación de sus derechos de toda persona, el ser juzgado por tribunales de
justicia con arreglo a procedimientos legalmente previstos6; asimismo ha establecido
que la competencia es de regulación legal, constituyendo una garantía que las
personas sean juzgadas por tribunales establecidos con anterioridad por la ley: “75.
El artículo 8.1 de la Convención garantiza el derecho a ser juzgado por “un tribunal
competente […] establecido con anterioridad a la ley”7; enfatizando que la existencia
del Juez Natural y competencia deriva de la ley como norma jurídica de carácter
general ceñida al bien común, y que en un Estado de Derecho sólo el Poder Legislativo
puede regular a través de leyes, la competencia de los juzgadores8, de lo que se
concluye que la competencia es un derecho fundamental, y que corresponde al
legislador establecer mediante ley la competencia de los órganos jurisdiccionales,
significando que la competencia en los procesos judiciales y constitucionales se rige
por el principio de legalidad.
Es pertinente anotar, que igualmente la Interpretación de la norma contenida en el
artículo 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, realizada por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, tiene carácter vinculante en virtud de
las disposiciones de interpretación de derechos fundamentales previstas en la Cuarta
Disposición Final y Transitoria de la Constitución Política del Estado9, y en
conformidad a lo previsto en el artículo V del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional10.
2.2. En igual sentido nuestro ordenamiento interno tiene establecido que la
competencia de los órganos jurisdiccionales se rige por el principio de legalidad, así
la Constitución Política del Estado en el artículo 138 establece que la potestad de
administrar justicia se ejerce por el Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos
con arreglo a la Constitución y a las leyes; el artículo primero de la Ley Orgánica del
Poder Judicial establece que la potestad de administrar justicia se ejerce por el Poder
Judicial a través de sus órganos jerárquicos con sujeción a la Constitución y a la Ley,
el artículo 6 establece que los procesos judiciales son sustanciados bajo el principio
de legalidad y dentro de los límites de la normatividad que le sea aplicable, el artículo
25 establece que el Poder Judicial desarrolla las funciones jurisdiccionales que la
Constitución y la ley le otorgan, y el artículo 27 establece que los órganos
jurisdiccionales cumplen sus funciones con las especialidades y procedimientos que
establecen la Constitución y las Leyes; concluyendo en esta parte, que la
competencia de los órganos jurisdiccionales se determina conforme a lo previsto por
la Constitución y las leyes.
2.3. En ese orden, para dilucidar a quién le ha sido atribuida la competencia en los
procesos constitucionales de Acción Popular, se debe acudir en primer término a la
norma constitucional, esto es, el antes citado artículo 138 que encarga al Poder
Judicial la potestad de administrar justicia y velar por la primacía de la norma
constitucional sobre todas las demás normas del ordenamiento jurídico, y de las leyes
sobre las demás normas de rango inferior; y al inciso 5 del artículo 200 de la Carta
Magna que establece el proceso de Acción Popular como una garantía constitucional
contra los reglamentos, normas administrativas y resoluciones y decretos de carácter
general que infraccionen la Constitución y la ley.
2.4. Continuando con el análisis, en el artículo IV del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional se establece con carácter imperativo, que los procesos
constitucionales son de conocimiento del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional
de conformidad con lo dispuesto en la Constitución, en sus respectivas leyes
orgánicas y en el presente código; así dicho código contiene normas especiales que
regulan la competencia en los procesos de acción popular, estas son las contenidas
en el artículo 85 del Código Procesal Constitucional, cuyo texto es el siguiente:
Artículo 85.- Competencia
La demanda de acción popular es de competencia exclusiva del Poder Judicial. Son
competentes:
1) La Sala correspondiente, por razón de la materia de la Corte Superior del Distrito
Judicial al que pertenece el órgano emisor, cuando la norma objeto de la acción
popular es de carácter regional o local; y,
2) La Sala correspondiente de la Corte Superior de Lima, en los demás casos.
Es importante distinguir el artículo legal citado con la o las normas contenidas en él,
a las que se accede en labor interpretativa, que a decir del jurista Ricardo Guastini
el dispositivo es identificable prima facie “como fuente del derecho dentro de un
sistema jurídico determinado”, entendiendo por disposición “a cada enunciado que
forme parte de un documento normativo, es decir, a cada enunciado del discurso de
las fuentes”, y norma “a cada enunciado que constituya el sentido o significado
atribuido (por alguien) a una disposición (o a un fragmento de disposición, o a una
combinación de disposiciones, o a una combinación de fragmentos de disposiciones”,
señalando en términos simples que la disposición es (parte de) un texto aún por
interpretar y la norma es (parte de) un texto interpretado11. No siendo equivalentes
dispositivo - norma, puede suceder que en una disposición o fragmento de una
disposición, o combinaciones de disposiciones o de combinaciones de fragmentos de
disposiciones, pueda haber más de una norma; en igual sentido la doctrina nacional
anota la distinción entre artículo legal con normas, como la posibilidad de pluralidad
de normas en una sola disposición legal, señalando que: “Ocurre a menudo que la
norma jurídica es tomada como equivalente de un artículo legislativo, sin embargo
esto es errado pues en un mismo artículo puede haber una o más normas
jurídicas”12. En ese sentido para determinar y establecer cuáles y cuantas son las
normas contenidas en un artículo legal, como en el caso del antes citado, se requiere
acudir a la labor de interpretación.
2.5. En el artículo 85 del Código Procesal Constitucional encontramos varios
elementos componentes, que derivan en supuestos complejos, resultando más de
una norma de la interpretación del texto y de sus incisos en conjunto, conteniendo
normas-reglas que regulan la competencia en los procesos constitucionales de Acción
Popular. Pues si bien, de una primera lectura se podría arribar que la disposición legal
sólo establece tres normas en relación al proceso de Acción Popular: 1) la
competencia exclusiva del Poder Judicial, 2) la competencia por razón de la materia
cuando la norma es de alcance regional o local, 3) la competencia de la Sala Superior
de Lima en los demás casos; sin embargo, esta interpretación resulta insuficiente
exigiendo acudir a otros métodos que permitan determinar todas las premisas
normativas contenidas en él, señalándose que “Conviene en cada norma jurídica,
establecer con claridad todos los elementos del supuesto para ver su carácter simple
o complejo, antes de proceder a la verificación de la ocurrencia del supuesto en la
realidad, pues en caso contrario podríamos omitir uno o más elementos y, por tanto,
aplicar el Derecho erradamente” 13, entendiendo por supuestos de la disposición
legal a las hipótesis formuladas y que de ocurrir en la realidad, se produce la
consecuencia, esto es, el efecto previsto por el legislador; conteniendo el artículo 85
más de un supuesto y consecuencia que componen varias normas en relación a la
competencia de los órganos jurisdiccionales del Poder Judicial:
- En primer término encontramos la norma que otorga competencia exclusiva al Poder
Judicial en los procesos de Acción Popular, norma que en uno de sus efectos excluye
a otros órganos jurisdiccionales diferentes al referido Poder del Estado.
- En segundo término encontramos la norma que establece la competencia en
primera instancia para conocer los Procesos de Acción Popular, atribuyéndola a las
Salas Superiores Especializadas o Mixtas, pues si bien el artículo citado no precisa a
qué Salas Superiores se refiere, ello se desprende prima facie de una interpretación
sistemática con el artículo 37 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del cual resulta
que las Cortes Superiores del Perú a nivel de órganos colegiados de Salas sólo cuenta
con Salas Superiores que gozan de Especialidad o son Mixtas14, de lo que se infiere,
que cuando la norma se refiere a Salas de las Cortes Superiores, indudablemente se
está refiriendo a las Salas Superiores Especializadas o Mixtas (es pertinente anotar
que con el Nuevo Código Procesal Penal las Cortes Superiores también cuentan con
otros órganos colegiados que no se denominan Salas sino Colegiados de
Juzgamiento).
- En tercer término y vinculada a la norma anterior, se encuentran las normas que
regulan la competencia de las Salas Especializadas y Mixtas por razón de la materia,
presentándose como normas encadenadas que en definición se entiende por
encadenamiento de normas cuando el contenido de una norma es el supuesto de la
otra: “Suele ocurrir en el Derecho que las normas se encadenan entre sí, de manera
tal que el contenido de una de ellas pasa a ser luego el supuesto (o la consecuencia)
de una segunda, la que no se entiende sin aquella” (Rubio página noventa y uno).
Así los incisos 1 y 2 del artículo 85 del Código Procesal Constitucional contienen
normas encadenadas con un supuesto común, esto es, la competencia por razón de
la materia, de las cuales se desprenden dos normas reglas: a) cuando la norma es
de carácter regional o local, le corresponde la competencia por razón de la materia a
la Sala Superior Especializada o Mixta del distrito judicial al que pertenece el órgano
emisor, b) en los demás casos diferentes al primer supuesto, la competencia por
razón de la materia es atribuida a la Sala Superior Especializada de la Corte Superior
de Lima (cabe anotar que la Corte Superior de Lima no cuenta con Salas Mixtas,
siendo todas especializadas), concluyendo que en los procesos de acción popular
también se aplica la competencia por razón de la materia en las Salas Superiores
Especializadas de la Corte Superior de Lima.
2.6. Reafirman las dos reglas de competencia por razón de la materia, la Exposición
de Motivos del Anteproyecto del Código Procesal Constitucional de octubre de dos mi
tres, y la Exposición de Motivos del Proyecto del Código Procesal Constitucional,
Proyecto de Ley N° 09371 de diciembre de dos mil tres, coincidiendo en que, el Título
VII que contiene las normas específicas al proceso de acción popular, en el artículo
85 dispone la competencia de la Sala correspondiente por razón de la materia “de la
Corte Superior del distrito judicial al que pertenece el órgano emisor en los casos en
que las disposiciones objeto del proceso hayan sido emitidas por entidades de
carácter local o regional, siendo competente la Sala correspondiente de la Corte
Superior de Lima tratándose de disposiciones emitidas por otras entidades”15.
2.7. La doctrina también anota que la regla general de competencia en este tipo de
procesos es la determinada por razón de la materia tanto para Salas Superiores
Especializadas o Mixtas de Provincia, como para Salas Superiores Especializadas de
la Corte de Lima, sosteniendo que: “La frase del artículo comentado que nos dice “la
sala correspondiente por razón de la materia”, el profesor Ortecho Villena nos lo
explica sosteniendo que si la norma inconstitucional o ilegal es de la materia civil,
será de conocimiento de la sala civil, y si la norma administrativa inconstitucional o
ilegal es de materia penal, será de conocimiento de la sala penal16”.
2.8. Es importante señalar que la interpretación acogida no se contrapone con la
competencia prevista para las Salas Civiles en otras normas de aplicación en los
procesos constitucionales, como es el caso de las contenidas en el artículo 40 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial (que por cierto ha sufrido derogatorias de tres de sus
seis incisos en razón de los cambios normativos en los procesos judiciales,
disminuyendo el ámbito de competencia que tenían originalmente), que establecen
en los incisos 1 y 6 que las Salas Civiles conocen en apelación de los asuntos de su
competencia, y en los demás procesos que establece la ley, esto es, conforme a la
competencia en primera instancia por razón de la materia establecida en el artículo
85 del Código Procesal Constitucional.
2.9. Es de mencionar que la corriente legislativa actual es determinar la competencia
en este tipo de proceso en razón de la materia y la especialidad, así en leyes más
recientes como la Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley N° 29497 en su artículo 3.1
establece la competencia por materia de las Salas Laborales Superiores en los
procesos de acción popular en materia laboral17; en concordancia el artículo 42.1 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial prescribe la competencia de las Salas Laborales en
procesos de Acción Popular18; en la misma línea de la especialidad, el inciso 2 del
artículo 43 de la Ley Orgánica del Poder Judicial establece la competencia en los
procesos de acción popular para las Salas Agrarias en materia agraria19.
2.10. A lo expuesto se suma las exigencias actuales de especialización de los jueces,
con mayor imperatividad en los procesos constitucionales en que “la tutela de los
derechos constitucionales y de la supremacía jerárquica de la Constitución, debe ser
el área mejor dotada del Derecho Procesal, es decir, es la que debe contar con los
instrumentos procesales más idóneos para asegurarles eficacia y tempestividad”20
el cual para su cumplimiento requiere contar con jueces competentes y especializados
que logren concretizar la vigencia, efectividad y respeto de los derechos y valores
que sustentan nuestro ordenamiento constitucional, máxime si el principio de
dirección del proceso previsto en el artículo III del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional no se limita a un control de plazos y actuaciones, involucrando
además, se brinde la respuesta jurisdiccional más idónea y cumplir los fines
trascendentes del proceso constitucional con arreglo al principio consagrado en el
artículo II del Título Preliminar, esto es garantizar la primacía de la Constitución y la
vigencia efectiva de los derechos constitucionales.
TERCERO: Pronunciamiento sobre la resolución recurrida
3.1. En conformidad a lo desarrollado y las normas de competencia precisadas en el
considerando anterior, en ese orden y atendiendo, que es objeto de la demanda de
acción popular las normas de la Resolución Ministerial N° 0065-2010-E, de fecha
dieciséis de marzo del dos mil diez, publicada en el diario oficial “El Peruano” el
diecinueve de marzo de dos mil diez, que autorizan excepcionalmente y por única
vez una etapa complementaria a nivel institucional en las Instituciones Educativas
donde existen plazas declaradas desiertas; constituyendo normas referidas al acceso
a la carrera magisterial, estas son normas del régimen laboral público y de alcance
general, por lo que conforme a lo previsto en el artículo 85 del Código Procesal
Constitucional, en el artículo 3.1 de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley N° 29497,
y en el artículo 42.1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, le corresponde la
competencia para conocer del presente proceso de Acción Popular a la Sala Superior
Laboral de Lima; fundamentos que conducen a revocar la sentencia apelada que
declara infundada la excepción de incompetencia formulada por el Procurador Público
Especializado Supranacional encargado de la Procuraduría Pública Especializada en
Materia Constitucional, y reformándola, se declare fundada dicha excepción.
3.2. Como se tiene señalado en el considerando 1.2 y por remisión expresa
normativa del artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, se
aplica supletoriamente lo previsto en el artículo 450 del Código Procesal Civil, en el
extremo que establece de declararse fundada la excepción de incompetencia, el Juez
se abstendrá de resolver las demás excepciones, es que no corresponde emitir
pronunciamiento sobre la excepción de litispendencia.
3.3. Si bien el inciso 5 del artículo 451 del Código Procesal Civil21 establece entre
sus normas la que señala como efectos de declarar fundada la excepción de
incompetencia es anular lo actuado y dar por concluido el proceso, sin embargo en
específico dicha norma no es aplicable supletoriamente al caso de autos, pues la
conclusión del proceso sin resolver la demanda constitucional no es compatible con
los fines de los procesos constitucionales de garantizar la primacía de la Constitución
y la vigencia efectiva de los derechos constitucionales, teniendo previsto el artículo
IX del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional que la supletoriedad se
encuentra condicionada a que no contradigan los fines de los procesos
constitucionales22.
Atendiendo que declarar la improcedencia de la demanda y el archivo del proceso,
resulta contrario a los principios que inspiran el proceso constitucional, estos son los
principios de dirección, economía procesal (artículo III primer párrafo del Título
Preliminar del Código Procesal Constitucional), de adecuación de formalidades
procesales al logro de los fines de los procesos constitucionales (artículo III tercer
párrafo), al principio de impulso de oficio que impone el deber a los jueces de
impulsar de oficio los procesos, salvo las excepciones expresas (artículo III segundo
párrafo), al principio favor processus prefiriendo la continuación (artículo III párrafo
cuarto), es que resulta más bien favorable a los fines del proceso constitucional
disponer la remisión de oficio a la Sala Superior Especializada en lo Laboral de turno
de la Corte Superior de Justicia de Lima.
CUARTO: Precedente vinculante
4.1. La Sala Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de
la República, advierte que en relación a la competencia de las Salas Superiores
Especializadas de la Corte Superior de Lima se vienen suscitando confusiones así
como pronunciamientos jurisdiccionales contradictorios, no existiendo uniformidad
en la aplicación de las reglas de la competencia en los procesos constitucionales de
acción popular, habiendo detectado en algunos casos que la misma Sala Superior
compuesta por el mismo colegiado en un caso ha desestimado y en otro ha estimado
la excepción de incompetencia en razón de la materia23, además, se ha detectado
que los justiciables vienen interponiendo varias demandas contra una misma
disposición infralegal ante diversas Salas Superiores, ocasionando que sobre la
misma conozcan Salas Superiores de diferente especialidad24, convirtiéndose en una
práctica común e irregular que no se condice con los fines del proceso de acción
popular en que las sentencias producen efecto erga omnes y que es necesario
preservar la seguridad jurídica y la uniformidad de los pronunciamientos judiciales
evitando las contradicciones, por lo que sin perjuicio de que los jueces sancionen las
inconductas procesales cuando sean advertidas, resulta imperativo y necesario que
este Tribunal Supremo por las consideraciones señaladas en este considerando y en
los anteriores, establezca reglas a aplicar en relación a la competencia establecida
por ley en los procesos de acción popular y a la remisión de oficio de las demandas.
4.2. En nuestro ordenamiento procesal constitucional se regula el establecimiento
del precedente en los procesos constitucionales, que en noción señalada por la
doctrina
nacional el precedente se refiere “a aquel conjunto de reglas, principios y parámetros
que una autoridad establece en su pronunciamiento, los cuales le vinculan para la
resolución de futuros casos idénticos o similares y además, pueden generar ese
mismo efecto frente a otras entidades o ante aquellos que jerárquicamente se
encuentren en una relación de subordinación a dicha autoridad” 25. Siendo aplicable
al caso no sólo lo previsto en el artículo 22 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que
faculta a las Salas Especializadas de la Corte Suprema de Justicia de la República a
fijar principios jurisprudenciales que deben ser invocados por todas las instancias
como precedentes de obligatorio cumplimiento, además especialmente el artículo VII
del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional que permite establecer
precedente vinculante en las sentencias que adquieren autoridad de cosa juzgada, y
si bien la norma se refiere a las sentencias del Tribunal Constitucional emitidas en
los procesos constitucionales, ello no excluye al Poder Judicial que como uno de los
tres poderes del Estado Constitucional de Derecho tiene el encargo de impartición de
justicia prefiriendo la aplicación de la norma constitucional (artículo 138 de la
Constitución Política del Estado), que la actividad de los órganos del poder que
administran justicia interpretando, aplicando las normas, efectivizando y
concretizando derechos fundamentales tienen relevancia en el derecho
constitucional, señalándose que: “Tal vez el ámbito del derecho judicial sea el
ejemplo más rico del funcionamiento de las normas a través de su interpretación y
aplicación. Los repartos que realizan los jueces constituyen uno de los modos más
eficaces de consolidar, crear, sustituir y desarrollar vigencias constitucionales”26, que
el control concentrado de constitucionalidad también ha sido atribuido al Poder
Judicial en los procesos constitucionales de Acción Popular previsto como acción de
garantía constitucional en el numeral 5 del artículo 200 de la Constitución Política del
Estado, teniendo competencia exclusiva en dichos procesos constitucionales
conforme lo determina la norma del artículo 85 del código adjetivo antes citado; que
al igual que el citado Tribunal en los procesos de inconstitucionalidad, las sentencias
que queden firmes tienen autoridad de cosa juzgada vinculando a todos los poderes
públicos y produciendo efectos jurídicos al día siguiente de su publicación, conforme
a lo previsto en el artículo 82 del código acotado.
Conforme a lo expuesto y con carácter vinculante se establecen las siguientes reglas
que constituyen precedentes vinculantes:
4.2.1. La competencia de las Salas Superiores de la Corte Superior de Lima en los
procesos de Acción Popular, se aplica por razón de la materia conforme a las normas
del artículo 85 del Código Procesal Constitucional precisado en el considerando
segundo de esta resolución.
4.2.2. Cuando las Salas Superiores adviertan que la demanda no es de su
competencia, deberán remitir de oficio a la Sala Superior competente.
4.2.3. Las reglas de este precedente se aplican en forma inmediata al día siguiente
de la publicación de la presente resolución, a los expedientes en trámite y que no se
haya expedido aún sentencia.
QUINTO: Apartamiento de criterio anterior
Al amparo de lo previsto en el tercer párrafo del artículo 22 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial, este Tribunal Supremo se aparta del criterio anterior como el acogido
en el Expediente N° 9402-2012-Lima sobre la competencia de las Salas Superiores
en los procesos de acción popular, siendo en adelante y por las razones expuestas,
las señaladas en el considerando segundo de esta sentencia.
III. DECISIÓN.
Por estas consideraciones:
Primero: REVOCARON la resolución apelada resolución número trece, de fecha
veinticinco de marzo de dos mil trece, obrante a fojas ciento treinta, emitida por la
Segunda Sala Especializada en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que
resuelve declarar infundadas las excepciones de incompetencia y litispendencia
deducida por el Procurador Público recurrente, declara saneado el proceso y válida la
relación jurídica procesal, e improcedente la demanda de Acción Popular contra la
Resolución Ministerial N° 0065-2010-ED, de fecha dieciséis de marzo de dos mil diez,
publicada en el diario oficial “El Peruano” el diecinueve de marzo de dos mil diez; y,
REFORMÁNDOLA, se declara FUNDADA la referida excepción de incompetencia, en
consecuencia, se DISPONE la REMISIÓN del expediente a la Sala Superior
Especializada en lo Laboral de Turno de la Corte Superior de Justicia de Lima, para
que conozca en primera instancia del presente proceso.Segundo: ESTABLECIERON como PRECEDENTE DE OBLIGATORIO CUMPLIMIENTO
las reglas señaladas en el considerando 4.2 de esta resolución.Tercero: DISPUSIERON que para su debida difusión cúrsese oficio con la presente
resolución a las Cortes Superiores de Justicia de la República.En los seguidos por doña Zoila Del Carmen Villalta Zegarra de Villalta y doña Gladys
Maquer Tipo contra el Ministerio de Educación y la Procuraduría Pública Especializada
en Materia Constitucional, sobre Proceso de Acción Popular; ORDENARON publicar la
presente resolución en el diario oficial “El Peruano”; conforme a ley, y los devolvieron.
Juez Supremo Ponente: Rueda Fernández.SS.
SIVINA HURTADO
VINATEA MEDINA
MORALES PARRAGUEZ
RODRÍGUEZ CHÁVEZ
RUEDA FERNÁNDEZ
EXP. N.° 00001-2010-CC/TC
LIMA
PODER EJECUTIVO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 12 días del mes de agosto de 2010, el Tribunal
Constitucional en sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los
magistrados Mesía Ramírez, Presidente; Beaumont Callirgos, Vicepresidente;
Vergara Gotelli, Calle Hayen, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la
siguiente sentencia
I.
ASUNTO
Demanda de conflicto competencial interpuesta por el Ministerio de
Transportes y Comunicaciones, en representación del Presidente de la
República y con la aprobación del Consejo de Ministros, contra el Poder
Judicial.
II.
ANTECEDENTES
Demanda
Con fecha 30 de marzo de 2010 el Ministerio de Transportes y
Comunicaciones (MTC), en representación del Presidente de la República y
con la aprobación del Consejo de Ministros, interpone demanda de conflicto
competencial contra el Poder Judicial, con el objeto de que se determine que la
regulación relativa a los requisitos para la importación de vehículos y autopartes
usados es una competencia exclusiva del Poder Ejecutivo, y que, como
consecuencia de ello, se declare la invalidez de las siguientes resoluciones
judiciales: a) Resolución N.º 11, de fecha 12 de enero de 2010, emitida por la
Sala Civil de Tacna, recaída en el Exp. N.º 00961-2009-44-2301-JR-CI-01,
seguida por Kanagawa Corporation contra la SUNAT y otros; b) Resolución
N.º 11, de fecha 8 de junio de 2007, emitida por el Juzgado Mixto de Huaycán,
recaída en el Exp. N.º 2006-0109-68-1807-JM-CI-01, seguida por
Importaciones y Servicios Barrera S. A. contra el MTC y otros; c) Resolución
S/N, de fecha 03 de junio de 2009, emitida por el Juzgado Mixto de Huaycán,
recaída en el Exp. N.º 2006-0170-53-1807-JM-CI-01, seguida por Transporte
Vicente Eusebio Andrea SAC contra el MTC y otros; y, d) Resolución N.º 9,
de fecha 18 de enero de 2010, emitida por el Segundo Juzgado Civil del Callao,
recaída en el Exp. N.º 2009-02282-1-0701-JR-CI-02, seguida por Autopartes
Diesel Álvarez EIRL contra la SUNAT y otro.
Afirma el demandante que una debida interpretación del artículo 18º,
incisos 1), 3), 8) y 9), de la Constitución, y del artículo 4º 1 de la Ley N.º 29158
—Ley Orgánica del Poder Ejecutivo—, es aquella que establece que el diseño
y la supervisión de las políticas nacionales y sectoriales es una competencia
exclusiva del Poder Ejecutivo, la que permite concluir que la regulación relativa
al ingreso de vehículos usados al país es una competencia exclusiva del
Ejecutivo, y que ha sido menoscabada por el Poder Judicial al emitir las
referidas resoluciones judiciales, a través de las cuales ha inaplicado normas
jurídicas imperativas que regulan la importación de vehículos y autopartes
usados, supliendo así los actos administrativos y de gobierno emitidos por el
Poder Ejecutivo.
Señala el recurrente que las normas inaplicadas constituyen una
herramienta de su política sectorial destinada a velar por la salud pública,
priorizar el cuidado del medio ambiente, garantizar la seguridad de los usuarios,
mejorar la calidad de los vehículos usados importados y lograr el cambio de la
matriz energética que contribuya al ahorro de combustible, permitiendo el
ingreso de vehículos automotores con un menor desgaste y, por ende, en
mejores condiciones de mantenimiento.
Refiere que si el Poder Ejecutivo goza de las competencias para cumplir y
hacer cumplir la Constitución, los tratados y las leyes, de dirigir la política
general de gobierno, y de hacer cumplir las resoluciones jurisdiccionales,
resulta que dichas competencias se han visto afectadas por la forma en que el
Poder Judicial viene ejerciendo su competencia constitucional de administrar
justicia. Sostiene que pese a no existir disputa sobre la titularidad de las
competencias en mención, en los hechos se viene emitiendo una serie de
resoluciones jurisdiccionales que enervan la exclusividad competencial que el
bloque de constitucionalidad confiere al Poder Ejecutivo en materia de
regulación de los requisitos para el ingreso de vehículos usados al país. En tal
sentido, manifiesta que dentro de la esfera de sus competencias, el Poder
Judicial ha impedido al Poder Ejecutivo desarrollar la actividad reguladora que
le compete, por lo que se ha configurado un conflicto competencial por
menoscabo en sentido estricto.
Contestación de la demanda
El Procurador Público a cargo de los asuntos judiciales del Poder Judicial
contesta la demanda solicitando que se la declare improcedente. Sostiene que
la emisión de resoluciones jurisdiccionales estimatorias no implica que el Poder
Judicial esté afectando atribuciones del Poder Ejecutivo, pues los jueces emiten
sus sentencias en el marco de sus funciones jurisdiccionales y bajo los
principios de independencia y autonomía, a lo que se suma la atribución de
ejercer el control difuso de constitucionalidad de las normas. Afirma que, en
todo caso, si alguna de las partes se encuentra disconforme con el contenido de
dichas resoluciones, cabe la interposición de los recursos impugnatorios que la
ley franquea, o, en su caso, la presentación contra ellas de las demandas de
amparo respectivas.
Aduce que ambos poderes del Estado, tanto el Ejecutivo como el Judicial,
han actuado en el marco de sus atribuciones constitucionales, por lo que no se
evidencia forma alguna de menoscabo en el ejercicio de dichas atribuciones.
Manifiesta que en el presente caso no se evidencia que los jueces hayan
inobservado precedentes vinculantes expedidos por el Tribunal Constitucional,
por lo que la pretensión del demandante se reduce a la búsqueda de dejar sin
efecto resoluciones que han alcanzado la calidad de cosa juzgada, protegida por
el artículo 139º 2 de la Constitución.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA en parte, la demanda; en consecuencia,
establecer conforme al artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional, como PRECEDENTE VINCULANTE las reglas siguientes:
a. Las resoluciones judiciales que dispongan la inaplicación del Decreto
Legislativo N.º 843, o de los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 0532000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o de los Decretos de Urgencia
N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, o que resuelvan en
contravención, apartándose o inobservando las reglas establecidas como
precedente vinculante en la STC 05961-2009-PA/TC, son nulas de pleno
derecho por ser inconstitucionales.
b. Los jueces que hayan emitido resoluciones judiciales, disponiendo la
inaplicación del Decreto Legislativo N.º 843, o de los Decretos Supremos
N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o de
los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, o
que resuelvan en contravención, apartándose o inobservando las reglas
establecidas como precedente vinculante en la STC 05961-2009-PA/TC,
deben ser procesados y sancionados por el Consejo Nacional de la
Magistratura y la Oficina de Control de la Magistratura.
c. Las entidades de la Administración Pública se encuentran impedidas de
acatar cualquier resolución judicial emitida a partir del 18 de junio de 2010
que inaplique el Decreto Legislativo N.º 843, o los Decretos Supremos
N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o los
Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008 o que
contravenga o inobserve las reglas establecidas como precedente
vinculante en la STC 05961-2009-PA/TC.
d. Los jueces que hayan emitido resoluciones judiciales que dispongan la
inaplicación del Decreto Legislativo N.º 843, o de los Decretos Supremos
N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o de
los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, o
que resuelvan en contravención, apartándose o inobservando las reglas
establecidas como precedente vinculante en la STC 05961-2009-PA/TC,
deben ser denunciados penalmente por el Ministerio Público por el delito
de prevaricato.
e. Las medidas cautelares que dispongan la inaplicación del Decreto
Legislativo N.º 843, o de los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 0532000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o de los Decretos de Urgencia
N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, además de ser nulas de
pleno derecho por ser inconstitucionales, generan que se promueva la
declaración de responsabilidad civil tanto de jueces, abogados y
demandantes.
2. Declarar IMPROCEDENTE la demanda en los demás extremos.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
BEAUMONT CALLIRGOS
VERGARA GOTELLI
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
BIBLIOGRAFÍA
GARCIA BELAUNDE, Domingo; La Jurisdicción Constitucional en el Perú”, Incorporado en el libro
Teoría y Práctica de la Constitución Peruana Tomo I, Editorial y Distribuidora de Libros S.A., Lima
1989, p. 94.
LANDA ARROYO, Cesar; “Teoría del Derecho Procesal Constitucional”, Palestra Editores, Lima
2004, p. 148
PAREJA PAZ SOLDAN, José; Derecho Constitucional Peruano y la Constitución de 1979. Tercera
Edición, Ediciones Justo Valenzuela V. EIRL, 1984, p. 453.
Curso “Causales de Improcedencia en los Procesos Constitucionales”, ha sido elaborado por el
Dr. David Aníbal Ortiz Gaspar para la Academia de la Magistratura, en mayo de 2016.
http://repositorio.amag.edu.pe/bitstream/handle/123456789/675/MANUAL%20CURSO%20C
AUSALES%20DE%20IMPROCEDENCIA%20EN%20LOS%20PROCESOS%20CONSTITUCIONALES%2
0%281%29.pdf?sequence=4&isAllowed=y
SENTENCIA DE ACCION POPULAR:
RECUPERADO:
http://emf01.blogspot.com/2015/07/precedente-de-obligatorio-cumplimiento.html
SENTENCIO DE PROCESO COMPETENCIAL:
RECUPERADO:
http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2010/00001-2010-CC.html
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