Muy cerca de San Cosme y con dos vinos Hay dos hombres que buscan el desvelo. Dos amantes, entonces, sin recelo Dan rumbo a Lagunilla sus caminos. ¿Esta ciudad de bares tan ladinos, Puede dar a dos hombres el consuelo? Juntos buscan en zona rosa un cielo, Se consagran con vino sus destinos. Esta noche cobija los secretos De dos hombres jugando con pasiones Y el amor no funciona con libretos. Sin infracción ni culpa ni pecado, Cerca de Tlatelolco y sus balcones Dos hombres y un amor se han conjugado. El amor, sin pudores ni fronteras, Se mueve y hasta viaja por ciudades. Dos almas, en Uruapan, sin esperas, Se reencuentran y libran tempestades. La distancia no impone sus barreras A dos hombres sumando voluntades. De Uruapan a Morelia agarran vía Y después a la Perla Tapatía. Llevados por pasiones y canciones No dan cuenta del precio de las horas. No contemplan fracaso y sin demoras Del tiempo se convierten en ladrones. Del ayer, aún conservan sus prisiones Y fue así que acabaron sus auroras. La historia cobra caro si la ignoras Y el tempo no perdona las traiciones. La premura a los hombres ha cegado, De compartir futuro están renuentes, Siguen siendo cautivos del pasado, Su arrogancia y orgullo están presentes. ¿Dónde están las promesas de hacer votos? ¿Cómo fue que acabó en sueños rotos? El amor de estos hombres no culmina, Mi historia no termina con tragedia. Hoy te cuento una historia repentina Porque la vida es siempre una comedia. Si el amor te lastima con espina, El tiempo con su gracia lo remedia. Porque, aunque es prohibido por gobierno, Entre ellos hay también amor eterno.