HEMATOLOGÍA I IMPORTANCIA DE LA HEMATOLOGÍA EN EL PACIENTE GERIATRICO DRA JEANETTE MARTÍNEZ MEZA RESIDENTE 3ER SEMESTRE GERIATRIA/GERONTOLOGÍA PROF TITULAR: DR SANTIAGO OSCAR PAZARAN ZANELLA PROF ADJUNTO: DR AGUSTIN MARTINEZ MORA En los adultos la hematopoyesis está confinada a huesos planos (cráneo, costillas, esternón, vértebras, escápulas, clavículas, pelvis y la mitad superior del sacro); el contenido de células adiposas gradualmente se incrementa con la edad, en la vejez la mayoría de la cavidad medular es ocupada por tejido graso; las imágenes de resonancia magnética han confirmado la desviación de médula roja a médula amarilla en todos los sitios lo cual sucede con la edad. Algunos estudios han sugerido una disminución de la celularidad medular, 70% en niños contra 30% en viejos en la octava década de la vida. Sin embargo, se ha demostrado que en condiciones de estrés este tejido graso pudiera ser reemplazado por tejido hematopoyético funcional. En adultos maduros la región subcortical del hueso trabecular es paucicelular, en viejos éste es usualmente ausente de tejido hematopoyético; si en esta área se encuentra tejido hematopoyético se debe suponer hematopoyesis anormal. La cresta iliaca es el sitio de biopsia estándar, en parte porque mantiene actividad hematopoyética hasta la novena década, especialmente en presencia de patología primaria de la médula ósea. No existen cambios significativos en la hematopoyesis asociada a la edad, sin embargo, la respuesta al estrés o demandas incrementadas puede ser comprometida, esto probablemente en relación a diversos factores como pueden ser la disminución en el número de progenitores hematopoyéticos, cambios en el microambiente medular, disminución en la producción de factores reguladores del crecimiento o a una combinación de todo. Se ha demostrado al menos una respuesta menor a la administración de factores de crecimiento de granulocitos en la población geriátrica, sin embargo, la respuesta a la eritropoyetina parece inalterada. La función linfocitaria está funcionalmente comprometida con la edad, incremento en las células de memoria con proliferación alterada, disminución de células T capaces de responder a nuevos estímulos antigénicos, reducción en la respuesta de anticuerpos dependientes e independientes de células T, disminución de isoaglutininas, incremento en incidencia de autoanticuerpos, disminución de síntesis del receptor de IL-2, así como defectos en la activación de la transcripción de factores dependientes de proteína cinasa C, desviación de los perfiles de citocinas de las células T de IL2 a IL-4 e interferón gamma. Los síntomas de diversas alteraciones hematológicas pueden ser a veces sutiles y pasar desapercibidos, muchas veces consecuencia de la instauración crónica y no específica, y a veces es fácil asumir que algunas de estas alteraciones forman parte del envejecimiento; de hecho muchos pacientes ancianos asumen por sí mismos que síntomas como el incremento en la fatiga y debilidad ocurren como parte normal de la edad; esta tendencia debe ser evitada por el médico y entendida por el paciente, debido al incremento en la frecuencia de algunas enfermedades con el envejecimiento. La anemia en los adultos no debe ser catalogada como una enfermedad, sino como un signo de alguna enfermedad subyacente y nunca debe ser considerada como una respuesta fisiológica al envejecimiento. La frecuencia se incrementa con la edad, oscila entre 8 y 44%, predomina en hombres por encima de los 65 años; esta elevada frecuencia hizo pensar que formaba parte del envejecimiento, sin embargo, la conservación de niveles de Hb es normal en gran parte de la población geriátrica y el hallazgo de enfermedad subyacente en pacientes con hemoglobinas menores de 12 g/dl ha obligado a pensar en la anemia como un signo de enfermedad. De acuerdo a la OMS, en adultos la anemia debe ser catalogada en hombres con Hb por debajo de 13 g/dl y en mujeres menor de 12 g/dl. Sin embargo, debido a la pérdida del estímulo eritropoyético que representa la testosterona en hombres por encima de 65 años para propósitos clínicos se sugiere iniciar la búsqueda de enfermedad subyacente cuando la concentración de Hb se encuentre por debajo de 12 g/dl en cualquier sexo. Así como la anemia hay muchas enfermedades hematológicas es el anciano las cuales deben ser analizadas minuciosamente. BIBLIOGRAFIA: - Rodríguez García R, Lazcano Botello G. (2011). Práctica de la Geriatría (312-322). México DF: Mc Graw Hill.