En el 80 aniversario de la Batalla del Ebro. Historia y memoria de la guerra civil española Juan José Morales Ruiz Resumen Con ocasión del 80 Aniversario del inicio de la Batalla del Ebro, uno de los episodios más largas, sangrientos, costosos y brutales de la guerra civil española. El 25 de julio de 2018, dos excombatientes protagonizaron un emotivo acto en el Monumento de los “Auts”, levantado en 1998 por la Agrupación de Supervivientes de la “Quinta del Biberón” en el puerto de la carretera de Fayón, en el término municipal de Mequinenza. José Mir Salas, mequinenzano de 98 años, que sirvió en el Ejército Popular de la República y Germán Visús Dies, residente en Fayón, de 102 años de edad, perteneciente al Ejército Nacional, - recientemente fallecido -, depositaron una corona de laurel a los pies del monumento en homenaje a los caídos. Pero, todavía la memoria y la historia de la guerra civil abren algunas heridas y dificultan la necesaria reconciliación. Sin embargo, al filo de las celebraciones del Aniversario, se han producido gestos que llaman a la esperanza. Palabras claves Batalla del Ebro; guerra civil española; la Quinta del Biberón; la Legión Cóndor; La Brigada Abraham Lincoln; Franco; Azaña; Memoria histórica; Historia. Abstract On the occasion of the 80th Anniversary of the beginning of the Battle of the Ebro, one of the longest, bloody, costly and brutal episodes of the Spanish Civil War. On July 25, 2018, two ex-combatants staged an emotional ceremony at the Monument of the "Auts", raised in 1998 by the Agrupación de Survivientes of the "Quinta del Bottle" in the port of the Fayón highway, in the municipality of Mequinenza. José Mir Salas, a 98-year-old Mequinenzano, who served in the People's Army of the Republic and Germán Visús Dies, a 102-year-old resident of Fayón, belonging to the National Army, recently deceased, deposited a laurel wreath to the feet of the monument in homage to the fallen. But, still the memory and history of the civil war open some wounds and hinder the necessary reconciliation. However, on the edge of the celebrations of the Anniversary, there have been gestures that call for hope. Keywords Battle of the Ebro; Spanish Civil War; the Fifth of the Feeding Bottle; the Condor Legion; The Abraham Lincoln Brigade; Frank; Azana; Historical memory; History. 1 Premisa «Esta guerra, que ha durado 989 días, ha sido una de las luchas intestinas más largas, sangrientas, costosas y brutales de la historia moderna», así resume la guerra civil española, en su informe, el teniente coronel Henry B. Cheadle, agregado militar de Estados Unidos, el 3 de abril de 1939.1 Sí, la guerra civil se caracterizó por un insaciable afán de exterminio del enemigo. Lo explicaba Unamuno en un artículo hablando del carácter dogmático de los españoles, y de la violencia política, ocho años antes del 18 de julio de 1936: Aquí en España.2 Aquí hemos padecido de antiguo un dogmatismo agudo: aquí ha regido siempre la inquisición inmanente, la íntima y social, de que la otra, la histórica y nacional, no fue más que un pasajero fenómeno, aquí es donde la ideocracia ha producido mayor ideofobia, porque siempre engendra anarquía el régimen absoluto. A la idea, como al dinero, tómasela aquí de fuente de todo mal o de todo bien. Hacemos de los arados ídolos, en vez de convertir nuestros ídolos en arados. Todo español es un maniqueo, inconsciente; cree en una divinidad cuyas dos personas son Dios y el Demonio, la afirmación suma, la suma de la negación, el origen de las ideas buenas y verdaderas y el de las malas y falsas. Aquí lo arreglamos todo con afirmar o negar redondamente, sin pudor alguno, fundando banderías. Aquí se cree aún en los jesuitas y masones, en brujas y trasgos, en amuletos y fórmulas, en azares y exorcismos, en la hidra revolucionaria, o en el ala negra de la reacción, en los milagros de la ignorancia o en los de la ciencia (...) Es el nuestro un pueblo que razona poco, porque le han forzado a raciocinar con exceso, o a tomar lo por otros raciocinado, a vivir de préstamo con pocas ideas, y ellas, escuetas y perfiladas a buril, esquinosas ideas hechas para la discusión, escolásticas, sombras de mediodía meridional. Y las pocas y esquinosas ideas fomentan la ideocracia, que es oligárquica de suyo, y la ideofobia con ella, puesto cuantas más ideas y más ricas y más complejas y más proteicas menos imperativas e impositivas son”. La Guerra de España El 27 de agosto de 1938 – en medio de las operaciones de la Batalla del Ebro – el general Franco en una entrevista concedida a un periodista de la Agencia Havas, hizo las siguientes declaraciones sobre la guerra civil: CORTADA, James W. (ed.) La guerra moderna en España, Informes del ejército de Estados Unidos sobre la Guerra Civil, 1936-1939, Barcelona, RBA, 2014, p. 11. 1 ABELLAN, José Luis, Los españoles vistos por sí mismos, Madrid, Turner, 1986, p.p. 99 y 100; y MORALES RUIZ, Juan José, MORALES RUIZ, Juan José, Palabras Asesinas. El discurso antimasónico en la guerra civil española, Oviedo, Masonica.es, 2017, p. 23. 2 2 “La Guerra de España no es una cosa artificial: es la coronación de un proceso histórico, es la lucha de la Patria con la antipatria, de la unidad con la secesión, de la moral con el crimen del espíritu contra el materialismo, y no tiene otra solución que el triunfo de los principios puros y eternos de los bastardos y antiespañoles.”3 Si me quieres escribir… Hace 80 años, a las 2:30 horas del 15 de julio, el asistente de Juan Yagüe (18911952) despierta al general y le dice: - "Los rojos han pasado el Ebro". - "Gracias a Dios. Todos a sus puestos", le contesta, con la convicción de que ese combate sea el que dé la victoria definitiva al ejército de Franco. Así se inició la que sería la batalla más importante de la Guerra Civil, la más larga, de julio a noviembre -, en la que más combatientes participaron, y la más sangrienta. En los combates lucharon los componentes de la famosa Brigada “Abraham Lincoln” y de otros batallones de las Brigadas Internacionales.4 Entre Mequinenza y Amposta Comenzó el 25 de julio y finalizó el 16 de noviembre de 1938. Se desarrolló en el valle del Ebro, en un territorio comprendido entre Mequinenza, en la zona occidental de la provincia de Zaragoza, y Amposta, en la provincia de Tarragona. Ocupó un frente de guerra de más de 60 kilómetros. La Batalla del Ebro fue la más encarnizada de la Guerra Civil española. Todo empezó con el cruce del río Ebro y la conquista de una cabeza de puente entre los pueblos de Fayón y Mequinenza. Tenía como objetivo hacerse con el control del Cruce de Gilabert, donde se encuentran las carreteras de Fayón y Fabara. Franco se vio sorprendido por la maniobra de Vicente Rojo, cuando sus Cuerpos de Ejército estaban a punto de intentar la toma de Valencia. En la Batalla del Ebro se enfrentaron unos 100.000 soldados del Ejército Popular de la República, desde la orilla norte del rio, en la margen izquierda, contra unos 90.000 efectivos del ejército nacional. Aunque los soldados republicanos consiguieron cruzar el rio, sin embargo, no lograron los objetivos planificados, fueron rápidamente controlados en su avance, y fijados al terreno por los nacionales antes de conquistar Gandesa. El teniente general Yagüe, logró contener el ataque inicial, dando tiempo a la llegada de refuerzos desde otros sectores. Franco decidió presentar la batalla. Los dos ataques de diversión, al norte y al sur, son fácilmente neutralizados; pero no así el ataque principal. Franco emprendió una tremenda batalla de desgaste, aprovechando que tenía encerrado a lo mejor del ejército de la República, con el claro objetivo de destruirle. Declaraciones de Franco a la Agencia Havas (27 de agosto de 1938) recogidas en F RANCO, Francisco, Pensamiento político de Franco, Madrid, Ediciones del Movimiento, 1975. 3 HOCHSCHILD, Adam, España en el corazón: la historia de los brigadistas americanos en la guerra civil española, Barcelona, Malpaso Ediciones, 2017; CARROLL, Peter, La odisea de la Brigada Abraham Lincoln, Sevilla, Espuela de Plata, 2018; y NEUGASS, James, La guerra es bella: Diario de un brigadista americano en la Guerra Civil española, Madrid, Papel de liar, 2014. 4 3 Por su parte, el plan de los republicanos era derrotar al ejército nacional, o al menos prolongar la guerra civil a la espera de que se produjera una futura guerra mundial. Pero las intenciones del gobierno del Frente Popular fracasaron. Después de cuatro meses de duros combates, las tropas republicanas volvieron a cruzar el río Ebro, replegándose hacia Cataluña. Una noche en la que no había luna La noche del 24 al 25 de julio de hace 80 años no había luna, hacía un calor sofocante y el río bajaba sereno. En su orilla izquierda, miles de hombres, emboscados, con un fusil, cinco granadas de mano y las cartucheras con 50 proyectiles, aguardaban órdenes, que llegaron a las 00:15 horas. Tras cruzar el río, los republicanos conquistaron 800 kilómetros cuadrados en 24 horas. Llenos de una moral inquebrantable por su audacia, rapidez y sorpresa soñaban con ir más allá de Villalba y Gandesa, pero el frente se estabilizó y se hizo rutina el castigo de la artillería, los asaltos, los cadáveres destrozados y quemados por el sol sin recoger... Solo en aquella primera semana se perdieron 12.000 vidas. Un día cualquiera “Era la medianoche del día 6 de agosto de 1938”, recuerda Andreu Caralt. Las últimas tropas de la 42ª División del Ejército Republicano cruzaban el río Ebro, en la margen izquierda. La operación había supuesto un duro castigo para esta unidad, aunque, a pesar del esfuerzo, pudo volver a combatir de nuevo en la “Batalla del Ebro”, unas semanas después. La 42ª División estaba integrada por una mayoría de soldados de la famosa “Quinta del Biberón”. Esa División, comandada por Manolo Álvarez, combatió en unas condiciones épicas, prácticamente sin agua ni suministros, bajo un calor asfixiante, con unos apoyos de la retaguardia débiles y en un terreno muy empinado, seco y rocoso donde se podían excavar trincheras defensivas con mucha dificultad”.5 La Quinta del Biberón El general Vicente Rojo, jefe del Estado Mayor de las fuerzas republicanas, en sintonía con Negrín, diseñó un plan consistente en volver a pasar el río Ebro y atraer hacia esa zona a las tropas que acosaban Levante. De aquel ejército formaba parte la llamada Quinta del Biberón, una leva de 27.000 jóvenes nacidos en 1920. Se cree que recibió este nombre cuando Federica Montseny se refirió a todos ellos de esta manera: «¿Diecisiete años? Pero si todavía deben tomar el biberón». 6 CARALT, Andreu, La Bolsa de Mequinenza-Fayón, una batalla del Ebro olvidada, en Diari de guerra, 9 de julio de 2013. http://www.diarideguerra.com/es/noticias/685/galeria-devideos.htm 5 6 Esteve Molero, Les quintes del biberó. El Prat de Llobregat, Rúbrica, 2000. 4 El batallón “Abraham Lincoln” de la XV brigada internacional El 26 de diciembre de 1936, unos cien hombres del primer contingente de voluntarios norteamericanos se embarcaron en el buque “Normandie” para realizar la travesía Nueva York-Le Havre. La mayoría eran militantes o simpatizantes comunistas que residían en el área neoyorkina y que, en muchos caos, habían obtenido sus pasaportes en los días previos.7 Todos tuvieron que hacer declaraciones falsas sobre los objetivos y los países que pensaban visitar, ya que la ley prohibía viajar a España y estaban advertidos de que perderían la protección de su gobierno. Tras realizar la travesía que duró alrededor de cinco días, cruzaron Francia, con el apoyo de los comunistas locales, y entraron en España, cruzando los Pirineos, en algunos casos, con guías poco experimentados. El soldado Walter Kolowski fue uno de los primeros miembros de la Brigada “Abraham Lincoln”. El 3 de enero de 1937 ya estaba en Figueras, Girona, donde los primeros contingentes realizaron su adiestramiento militar, antes de incorporarse a la XV Brigada Internacional. El batallón comenzó a operar en febrero de 1937 con uno 400 voluntarios, terminando la guerra unos 2.500 brigadistas a las órdenes del famoso Milton Wolff. Los miembros de la Lincoln, tras pasar por Figueras, recibieron una breve instrucción en Villanueva de la Jara, Albacete. Y, sin apenas experiencia militar, recibieron su bautismo de fuego en la batalla del Jarama, del 6 al 27 de febrero de 1937, donde sufrieron muchas bajas. Después, fueron enviados a Brunete y más tarde al frente de Aragón, donde tomaron parte de las batallas de Belchite, Quinto, Teruel y, por último, en la Batalla del Ebro, en la sierra de Pàndols, hasta su desmovilización en octubre de 1938. ¡Ay Carmela! “Desde el 25 de julio hasta el 13 de noviembre de 1938, dos ejércitos poderosos van a librar aquí la mayor batalla que nunca haya tenido lugar en España. Hace dos años que el general Francisco Franco ha dado un golpe militar contra la República, que parece casi vencida, pero ha sido capaz de renacer de sus cenizas (…) La primera misión consiste en cruzar el Ebro y apoderarse de una extensa zona, la Terra Alta”, así comienza el libro de Jorge M. Reverte, titulado La Batalla del Ebro. Su lectura es apasionante.8 Con todo el tiempo transcurrido y consciente de que esta será la última conmemoración en la que habrá supervivientes, le habría gustado tener aún más testimonios personales, "porque al final lo que importa es la gente y cómo vivió esos hechos tan dramáticos", argumenta en una entrevista. 9 Vid. HOCHSCHILD, Adam, España en el corazón: la historia de los brigadistas americanos en la guerra civil española, Barcelona, Malpaso Ediciones, 2017; CARROLL, Peter, La odisea de la Brigada Abraham Lincoln, Sevilla, Espuela de Plata, 2018; y NEUGASS, James, La guerra es bella: Diario de un brigadista americano en la Guerra Civil española, Madrid, Papel de liar, 2014 . 7 8 REVERTE, Jorge M, La Batalla del Ebro, Barcelona, Editorial Crítica, 2003, p. 9. 9 https://www.eldiario.es/.../Martinez-Reverte-Batalla-Ebro-espanola_0_795470605.htm... 5 Los testimonios de los combatientes, asegura, le hicieron "cambiar todo" lo que había pensado hasta entonces sobre lo ocurrido, "desde el planteamiento de la batalla hasta la forma de sobreponerse a ella". Tras estudiar "del derecho y del revés" la Guerra Civil, lo que más le sorprende de esa batalla es "que se hiciera" porque, sostiene, "ya no había ninguna posibilidad de que los republicanos ganaran la guerra". Después de 28 meses de guerra, recuerda en su libro, los "alzados" ocupaban una parte considerable de España y sus fuerzas amenazaban Valencia tras cortar en marzo, la zona republicana. El presidente de la República, Manuel Azaña, que solo siete días había pronunciado su discurso "Paz, piedad y perdón", creía que la República no podía ganar la guerra, pero el socialista Juan Negrín, presidente del consejo de ministros y ministro de la Guerra, junto con los comunistas, sus más fieles aliados, opinaba lo contrario. Querían convencer a los gobiernos democráticos de que no habían perdido la guerra y que había que prolongarla hasta que se desatara el conflicto europeo que parecía inevitable de forma que su lucha quedaría enmarcada en un contexto de lucha contra el fascismo, recuerda Martínez Reverte. Nada "obliga" a las nuevas generaciones a conocer lo que fue aquella batalla, pero deberían saber, dice Martínez Reverte, que no sirvió para nada, aparte de provocar más de 600.000 muertes: "La guerra es absurda", recalca. Una increíble resistencia y coraje Anthony Beevor hablando de la Batalla del Ebro, en su historia sobre la guerra civil española hace un interesante análisis sobre el ejército republicano: “Es cierto que, una vez cruzado el río, las fuerzas republicanas no contaron con el transporte necesario ni con los blindados suficientes para conseguir sus objetivos con la rapidez imprescindible y, una vez más se enredaron en un ataque frontal que dio tiempo a los nacionales para acudir con más refuerzos. A demás, toda la operación repitió el error garrafal de concentrar grandes formaciones en campo abierto contra un enemigo que contaba con una superioridad aplastante tanto en artillería como en aviación. Tan sólo la increíble resistencia y coraje de las tropas republicanas consiguió contener a los franquistas durante tantas semanas, causándoles casi tantas bajas como las que ellos mismos sufrieron”.10 El final de la batalla El 16 de noviembre de 1938, el último combatiente republicano cruzaba el río Ebro, de regreso a las posiciones desde las que había empezado, cien días antes, la sangrienta batalla que dejó desarticulado al Ejército republicano, incapacitado para detener la ofensiva final sobre Catalunya que no tardaría en llegar. Con el cruce de este último combatiente republicano finalizó la Batalla del Ebro. A causa de esta dolorosa derrota, el destino de la Segunda República quedó definitivamente marcado. Hasta el punto de que se puede afirmar que la derrota de la Batalla del Ebro fue la tumba de la República, ya que anticipó la victoria de Franco que se produciría el 1 de abril de 1939. 10 BEEVOR, Antony, La guerra civil española, Barcelona, Crítica, 2005, p. 565. 6 Un balance todavía provisional después de 80 años En términos meramente cuantitativos y casi telegráficamente digamos que en la Batalla del Ebro intervinieron más de doscientos mil soldados. Duró unos tres meses, con el siguiente balance de muertos, heridos y prisioneros. En el ejército republicano: 817 muertos y 1.328 prisioneros sin contar los heridos y desaparecidos. Hubo un total de unas 3.000 bajas. Y, en el ejército nacional: 135 muertos y 1.284 heridos. Partes de guerra del día 16 de noviembre de 1938 Parte del bando nacional En el día de hoy nuestras victoriosas tropas han conquistado los pueblos de Flix y Ribarroja y han terminado la ocupación de terreno que aún le quedaba al enemigo en la orilla del Ebro. La operación que los rojos presentaron al mundo mediante su propaganda como gran éxito militar, ha constituido para ellos una de sus mayores derrotas, ya que el número de prisioneros que se les ha hecho en la batalla del Ebro se eleva a 19.779, siendo su total de bajas más de 75.000, de las cuales nuestros soldados han dado sepultura a 13.275 cadáveres (...)11 Parte del bando republicano Sin noticias de interés. 12 “A los que perdieron, que fueron todos” El periódico Heraldo de Aragón publicó el 26 de julio de 2018, una crónica sobre el acto que se realizó en el “Monumento de los Auts”, en la carretera de Fayón, en el término municipal de Mequinenza, con ocasión del 80 aniversario del inicio de la Batalla del Ebro. 13 José Mir Salas14, mequinenzano de 98 años, que sirvió en el Ejército Popular de la República y Germán Visús Dies,15 residente en Fayón, de 102 años de edad, perteneciente al Ejército Nacional, han depositado una corona de laurel a los pies del monumento en homenaje a los caídos. Servicio Histórico Nacional, Partes Oficiales de Guerra 1936-1939. Tomo I Ejército Nacional, Madrid, Librería Editorial San Martín, 1977, p. 363. 11 Servicio Histórico Nacional, Partes Oficiales de Guerra 1936-1939. Tomo II Ejército de la República, Madrid, Librería Editorial San Martín, 1977, p. 616. 12 13 Heraldo, 26 de julio de 2018. 14 José Mir Salas, formó parte de la “Quinta del Biberón”. Germán Visús Dies, falleció el 3 de diciembre de 2018, tenía 102 años. Junto con José Mir, protagonizó el video conmemorativo del 40 aniversario de la Constitución Española. “Hasta siempre. Germán, gracias por compartir con nosotros tus experiencias y enseñarnos que el espíritu del diálogo es el mejor camino para el triunfo de la paz y la democracia”, escribió en su cuenta de Twitter el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. 15 7 Dos excombatientes protagonizan un homenaje organizado por la Asociación Memoria Histórico Militar Ebro 1938. El Monumento de los “Auts”, levantado en 1998 por la Agrupación de Supervivientes de la Quinta del Biberón en el puerto de la carretera de Fayón, en el término municipal de Mequinenza, acogió ayer el acto de conmemoración del 80 aniversario del inicio de la Batalla del Ebro. En él participaron cerca de un centenar de personas entre las que se encontraban dos excombatientes: José Mir Salas, mequinenzano de 98 años, que sirvió en el Ejército Popular de la República y Germán Visús Dies, residente en Fayón de 102 años de edad, perteneciente al Ejército Nacional, que depositaron juntos una corona de laurel a los pies del monumento en homenaje a los caídos. Las actividades programadas, impulsadas por la Asociación Memoria Histórico Militar Ebro 1938 de Fayón, comenzaron poco antes de las 10.00 con la lectura de unas cartas de un soldado que combatió en Mequinenza, donde hace ahora 80 años las tropas republicanas atravesaron el Ebro para arrebatar territorio a los sublevados, la denominada “bolsa de Mequinenza”, con el objetivo de hacerse con el control del Cruce de Gilabert, donde se encontraban las carreteras de Fayón y Fabara. A continuación, dos aviones F-18 del Ala 15 de la Base de Zaragoza realizaron un vuelo rasante, y justo después, se entregó una medalla conmemorativa a cada excombatiente, quienes aprovecharon el encuentro para compartir experiencias con los asistentes al acto, coincidiendo ambos en los “horrores y las atrocidades que vivimos en la Guerra Civil”. En al acto intervinieron también los alcaldes de Mequinenza y Fayón. Magda Godia, alcaldesa mequinenzana, agradecía la invitación a “este acto emotivo y sentido”. En su intervención incidía en que cada uno puede tener sus ideas y que tiene que prevalecer el consenso “utilizando la palabra y nunca las armas para solucionar nuestras diferencias”, refiriéndose a la leyenda del Monumento de los Auts” en la que puede leerse “A los que perdieron, que fueron todos”. Por su parte el alcalde de Fayón, Roberto Cabistany, recordó que la Batalla del Ebro “fue una de las más sangrientas” y constató “un fracaso como país” de ahí la necesidad de “aprender de nuestros errores”. Ambos coincidían en afirmar en que “estos acontecimientos no vuelvan a repetirse”. Un video que no gusta a Podemos El periódico “El País” publicó una información el 6 de septiembre de 2018, sobre la presentación en el Congreso de los Diputados, de un video sobre la Batalla del Ebro, protagonizado por dos ancianos excombatientes: La Constitución, según dos veteranos de la Batalla del Ebro. 16 Un vídeo de los 40 años de la Ley Fundamental muestra una charla de dos ancianos que se enfrentaron en la Guerra Civil, que no ha gustado a Podemos. La presentación de los actos del 40 aniversario de la Constitución esta mañana en el Congreso, como su mera enunciación indica, ha sido una cosa un poco sosa e institucional, hasta que al final han puesto un vídeo. 16 Iñigo Domínguez, “El País”, 6 de septiembre de 2018 8 Salían dos ancianos, don Germán y don José, hablando de esto y aquello, de nada en particular, en lo que parecía la ribera de un río, al aire libre. Bromeaban con la edad, se preguntaban por los hijos. Al cabo de un rato una voz revelaba que, ahí donde los ves, en su juventud se habían enfrentado en la batalla del Ebro en 1938, donde murieron 17.000 personas. Germán Visús, 102 años, de Fayón, Zaragoza, combatió en el bando nacional y José Mir, 98 años, de Mequinenza, en la misma provincia, en el republicano. La voz concluía: “Por fortuna hace 40 años aprendimos a hablar entre nosotros”. Hubo un cierto escalofrío sentimental, de compenetración familiar, en la sala, que era la de los Pasos Perdidos. El acierto de esa conversación intrascendente era precisamente eso, la normalidad (...) Germán y José lucharon en bandos opuestos hace 80 años. La tranquilidad del vídeo duró poco, la verdad. A Unidos Podemos no le gustó nada. Empezaron a tuitearlo después de que lo tuiteara Sánchez, con este comentario: "Germán y José lucharon en bandos opuestos hace 80 años. Ellos pudieron votar la Constitución y hoy pueden conversar, dialogar y celebrar los 40 años de Constitución. Hoy honramos a nuestra Carta Magna y reivindicamos el valor y el espíritu del diálogo para conquistar el porvenir". “Flaco favor a la Constitución, igualar una dictadura fascista con quien defendió la democracia. La reconciliación no es propiedad de políticos. Nace de la verdad histórica y personal de unos y otros, gente corriente arrastrada a la barbarie. La que pone muertos a sus mentiras", escribió Gloria Elizo, vicepresidenta cuarta del Congreso. La portavoz adjunta de la formación, Ione Belarra, acusó al vídeo de "falsa equidistancia entre los dos bandos". Dijo que es "gravísimo" que mientras "no se ha juzgado a criminales franquistas y Billy el Niño se pasea con extras en su pensión y el exministro Martín Villa recibiendo honores en el Congreso todos los partidos deberían estar comprometidos con la democracia". Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos, fue el más duro. Consideró el vídeo "una jodida vergüenza": "Poned a un viejo nazi y a un viejo judío sobreviviente de un campo de concentración para celebrar la Constitución alemana de 1949" (...) “Memorias del agua” Hoy 25 de julio se cumplen 80 años de la batalla del Ebro, la más larga y sangrienta de toda la Guerra Civil española. Duró un total de 115 días y fue vital para el devenir de la contienda. La muestra Memorias del agua. I. Pasos, inaugurada en la fundación “Cristina Enea”, el pasado jueves 19 de julio, dedica varias piezas a esta batalla.17 La exposición se sitúa en uno de los periodos más significativos de la historia reciente: la guerra civil española y el inicio de la dictadura franquista. Un tiempo, marcado por la crueldad y la represión, que clausuró posibilidades de emancipación sin precedentes. 17 http://www.cristinaenea.eus/es/noticias/recordando-la-batalla-del-ebro-en-su-80- aniversario 9 Un momento histórico decisivo que inauguraba una época oscura, construida sobre las ruinas de un crimen. Una de las piezas de la muestra, titulada El paso del Ebro, de la artista catalana Teresa Lanceta (Barcelona, 1951), toma como punto de partida esta batalla. Este proyecto es una lectura personal de un suceso específico de la Guerra Civil; la Batalla del Ebro. Cinco tapices que cuelgan de la pared responden al recuerdo de la tela que utilizaba su abuela para envolver el pan cuando lo llevaba a casa. Cinco tapices, uno por cada uno de los meses en que tuvo lugar la batalla. El punto de partida del proyecto de Lanceta, además de su vínculo familiar con la Terra Alta, fueron los viajes en tren que en 2013 realizaba cotidianamente entre Alicante y Barcelona; atravesando los mismos parajes donde se desarrolló la contienda. 115 viajes de ida y 115 viajes de vuelta. Y no por capricho o azar, sino porque los combates duraron 115 días, contados a partir de aquel 25 de julio de 1938. De cada uno de esos viajes Lanceta sacó una fotografía. Una foto por cada día de batalla; una imagen y un recuerdo por cada paso del río Ebro. Las imágenes ayudan a que los recuerdos no se desvanezcan en nuestra imaginación. Sin embargo, en este caso, la velocidad del tren deforma los paisajes fotografiados, así como el tiempo va desfigurando los recuerdos. En aquellos vagones se entremezclaban los pensamientos del presente con lo sucedido en aquel lejano 1938, tal y como se recoge en su diario. El proyecto se completa con tres trabajos de vídeo, basados en tres canciones que, de forma distinta, han mantenido y transmitido lo que allí se vivió y cómo podemos recordarlo. El colectivo La Trinxera participa en la muestra con el trabajo Objetos encontrados. En este caso, los recipientes que se muestran en esta pieza no son cántaros, botijos, botellas o cantimploras encontradas en cualquier lugar y colocadas aquí por su relación con el agua. Son objetos que fueron parte y testigo de una de las batallas más duras y sangrientas de la Guerra Civil española. Contuvieron las aguas de quienes, a orillas del Ebro, en 1938, intentaban sobrevivir y dar un desenlace a la guerra. Estos recipientes, traídos desde Corbera d’Ebre, donde fueron recogidos, custodiados e inventariados con mimo por La Trinxera, reproducen aquí un imaginario hecho de agua. Un agua que ya no es la misma que contuvieron hace ahora 80 años, pero que guarda en su composición la memoria de aquella lucha y aquel territorio. En otra de las piezas de La Trinxera, titulada Memoria bricoleur, se puede observar una pequeña selección del trabajo que ha realizado el colectivo, centrada especialmente en objetos de la guerra que posteriormente fueron reinventados para las labores de la vida cotidiana. A partir de objetos abandonados, perdidos o en desuso, que contenían la memoria del horror de la guerra, nacieron nuevas posibilidades, una memoria útil que servía para afrontar el día a día. Estos objetos se resistieron a desaparecer, se integraron de nuevo en la vida, revelándose también contra la catalogación histórica que los hubiera mantenido petrificados en el pasado. 10 También el artista Tasio Ardanaz (Pamplona, 1978) dirige su mirada hacia este cruel episodio de la Guerra Civil, con los trabajos Facismus y Pàndols. En el primero de ellos, el artista recopila dibujos e inscripciones que fueron grabados por los combatientes en los paisajes de la guerra: en las trincheras, en las rocas, en los centros de detención y en las paredes de las cárceles. Este trabajo explora ese espacio intersticial de la memoria, fragmentario, alejado de lo monumental, que abre múltiples interrogantes sobre las relaciones entre lo estético y lo político. En la fricción entre lo sólido y lo líquido hay una memoria de la erosión, de las huellas y las inscripciones, que se sitúa entre la inmediatez del gesto y la permanencia del mensaje. Este proyecto de Taxio Ardanaz nos lleva a esos instantes, a esas acciones creativas, situadas en los márgenes de lo artístico, que quieren dejar tras de sí marcas visibles, señales de vida, fragmentos de tiempo... En Pàndols, Ardanaz realiza un particular y personal homenaje a los combatientes de la Batalla del Ebro, con una instalación (escultura y cuadros acrílicos) que recuerda al monolito que se encuentra en plena sierra de Pàndols, en la cota 705, en memoria a los combatientes de la XV Brigada Internacional y a quienes mantuvieron su posición agónicamente durante la Batalla del Ebro. De alguna forma, el desarrollo y el desenlace de esta ofensiva pueden funcionar como alegorías de la guerra y de la derrota que desde entonces habitamos. Sin apoyo de otros países, sin armas, tras un tremendo desgaste y una pérdida inmensa de vidas humanas, el Ejército Popular de la República y sus aliados habían dado su último paso en falso. El proyecto «Memorias del agua» es una invitación a reflexionar sobre la materialidad de la memoria y sus múltiples formas. El fluir del agua, metáfora del devenir del tiempo, es el elemento que guiará este recorrido; una indagación en torno a la capacidad evocativa e imaginativa del agua para esculpir relatos y ensoñaciones que edifiquen otras ecologías de la memoria. Especialmente respecto a los acontecimientos catastróficos o de ruptura traumática que marcan las pautas del devenir social y político. ¿Qué se puede hacer con el monumento de Tortosa? 80 años después de la Batalla del Ebro, su monumento conmemorativo es todavía un foco de disputa en Tortosa. El monumento de Tortosa, una piedra en el zapato de la memoria histórica 18 Un gigantesco monolito de hierro se alza en medio del Ebro a su paso por Tortosa como recordatorio de la batalla del Ebro, de cuyo inicio este miércoles se cumplieron 80 años. A fin de conmemorar uno de los episodios claves de la victoria de Franco, el régimen decidió levantar, 25 años después, una estructura de 26 metros de altura para recordar a los caídos de su bando. 18 Júlia Albacar, El Periódico, Tortosa, 26/07/2018 11 En 2016 el Ayuntamiento de Tortosa consultó a los ciudadanos qué hacer con la gigantesca estructura: retirarla o reinterpretarla. La mayoría optó por la reinterpretación, que pasa por recordar a todas las víctimas de la guerra. Y el tema volvió a quedar olvidado en un cajón. Pero el anuncio del nuevo proyecto de ley de memoria histórica, que obligará a retirar toda la simbología franquista sin las excepciones que detallaba la anterior normativa, ha vuelto a colocar en el punto de mira el monumento de Tortosa. Hoy en día, el monumento sigue en medio del Ebro sembrando aún la discordia. “El franquismo no se puede conservar, se debe apartar”, argumenta Ester Baiges Miró, miembro de la Comisión para la Retirada de Monumentos Franquistas en Tortosa. Jaume Solé, portavoz de Tortosins pel monument, apunta justo lo contrario: “La sociedad tortosina lo ha hecho suyo, no lo ve como un símbolo franquista, sino como un recordatorio de la guerra. Mantener el monumento es una decisión transversal, la han apoyado gente de derechas y de izquierdas, porque no se identifica ya con el franquismo, eso depende de la sociedad del momento y aquí no se ve así” asegura Solé, que recuerda que la plataforma Tortosins pel monument la integran personas de todos los colores políticos: “Desde Esquerra Republicana hasta el PP. No se trata de ser de izquierdas o de derechas, franquista o no, se trata de mantener lo que la sociedad de Tortosa considera como patrimonio de la ciudad”. Tras el anuncio de la nueva ley, la alcaldesa de la ciudad, Meritxell Roigé (PDECat) anunció que el Ayuntamiento cumpliría con la ley si esta no detallaba alguna excepción. “En primer lugar, la consulta ya no se debería haber hecho, fue un error, y también hay que tener en cuenta que no era vinculante”, remarca Baiges Miró, quien añade que “la dictadura no puede estar ocupando la vía pública”. Otro de los temas a resolver para la polémica instalación es quién paga su retirada o su reinterpretación. “En su día lo pagaron entre la Diputación de Tarragona y los ayuntamientos de los pueblos vecinos, por lo que no es propiedad enteramente de la ciudad de Tortosa”, explica el historiador y periodista Josep Bayerri, quien subraya otro de los problemas, su ubicación: “El monumento está en medio del río, por lo que teóricamente es competencia de la Confederación Hidrográfica del Ebro, no del municipio”. Bayerri también apunta que “la estética del monolito no ayuda”. “Es una forma piramidal – añade -, una representación muy fascista, además de la gigantesca águila que se apoya en la primera columna y el soldado sosteniendo una estrella junto con la cruz de San Jaime que coronan la segunda”. El monumento fue el último acto de la gira que programó el régimen para conmemorar lo que apodaron como “25 años de paz”, tras la finalización de la guerra. La inauguración de la estructura fue el acto que culminó las celebraciones. 12 Actos vandálicos contra tres monumentos en la Batalla del Ebro Tres monumentos de la Batalla del Ebro fueron destrozados el pasado 6 de diciembre de 2018, por unos vándalos. Situados en la Fatarella; Vilalba dels Arcs; y Corbera d’Ebre recordaban a las tropas franquistas y republicanas. Se trata de los monolitos en memoria de la IV división franquista de Navarra en la Fatarella; la Cruz del Tercio y el Monumento a las Víctimas Republicanas en Quatre Camins de Vilalba dels Arcs; y el monolito del tercio en Punta Targa de Corbera d’Ebre. Las entidades de Memoria Histórica de la Terra Alta han denunciado en las redes el destrozo de un patrimonio histórico extraordinario que ha sido destruido en una muestra “de odio e ignorancia”, ya que se han atacado elementos de conmemoración a las víctimas de los dos bandos”.19 El trabajo del historiador Hablando del trabajo del historiador John H. Elliot afirma: «Intentar aprehender el pasado es tarea escurridiza y todo historiador serio tiene una aguda conciencia de la distancia que separa la aspiración y el resultado obtenido. El intento de salvar esa distancia es tan estimulante como frustrante. El estímulo procede del desafío que supone intentar liberarse de las posturas y supuestos previos contemporáneos, a la vez que se reconocen las restricciones que imponen. La sensación, al sumergirse en una época anterior, de tener al alcance de la mano a sus habitantes y estar adquiriendo como mínimo una comprensión parcial de su conducta e intenciones produce una emoción intensa y convierte la investigación histórica en una experiencia inmensamente gratificadora». 20 Memoria e historia Y otra dificultad está también en la cuestión de la memoria y de la historia. Una cuestión que no resulta nada fácil. Baste decir en todo caso que los “recuerdos” siempre son personales, aunque, en un momento dado afecten a la inmensa mayoría de los ciudadanos de un país. Lo recordaba en una entrevista la abogada Francisca Sauquillo21, encargada por la alcaldesa Manuela Carmena de aplicar la Ley de Memoria Histórica en el callejero de Madrid: «El recuerdo lo tienes tú, es tuyo, vives con él. Yo hablo muchos días con mi propio recuerdo. Tengo dos mochilas: la del sufrimiento y la de la esperanza de seguir haciendo cosas positivas».22 19 https://www.lavanguardia.com/local/tarragona/20181207/453405008419/monolitosguerra-civil-terra-alta.html ELLIOT, John H., Haciendo Historia, Madrid, Taurus, pp. 13 y 14, cit. en MORALES RUIZ, Juan José, Palabras Asesinas. El discurso antimasónico en la guerra civil española, Oviedo, Masonica.es, 2017, p. 23. 20 Sauquillo es hermana del abogado Javier Sauquillo, asesinado en la “Matanza de Atocha”, el 24 de enero de 1977. 21 22 SAUQUILLO, Francisca, «Nos entendimos hasta con gente que nos encarceló», El País, 3 de abril de 2016, p. 52. 13 En esa tarea de escudriñar el pasado hay que tener esas «dos mochilas» y procurar ir mirando el futuro con optimismo. Además, vivimos en el “presente, y nuestro presente está construido sobre los vencidos, que son la herencia oculta, como escribe Reyes Mate: “La memoria trae al presente ese continente invisible en un gesto moral pues nos pone delante un mundo desconocido sin el que no podemos ser sujetos morales”.23 Por otra parte, como de cualquier otro acontecimiento del pasado (de la Historia) debemos preguntarnos ¿qué pasó en la guerra civil española? Pero ¿cómo podemos preguntarnos por lo que pasó, y a la vez, consentir de alguna manera el sufrimiento y la injusticia padecida por tantas personas, hoy en día? Cuando estudiamos el pasado, cuando nos planteamos conocer lo que pasó hace ochenta años, en la guerra civil española, debemos liberarnos de la mera propaganda o de caer en el fácil maniqueísmo de “buenos” y “malos”. Procuremos no apoyarnos en baratos populismos, ni en falsas ideologías de progreso, porque sabemos lo que dejaron y dejan, a su paso, indefectiblemente: innumerables vencidos y miles de víctimas de la violencia desatada. Debemos reconocer que no hay guerras buenas, ni malas. Todas son malas. La guerra es el fracaso de la paz. Creo que el historiador debe tener en cuenta el insoportable dolor de las víctimas del pasado. Y este dolor nos debe interrogar también sobre los vencidos del presente. No podemos hacer historia si nos desentendemos de la historia actual. Hablar del tiempo pasado supone reconocer el punto de vista de los vencidos, aún a sabiendas de que la historia siempre ha sido escrita por los vencedores. El pasado no existe, fue, pero no es. Sólo existe el presente. Y el presente no tiene sentido sin la historia, por eso es tan importante la historia. Debemos trabajar desde la perspectiva de la memoria (o si queréis de la “memoria histórica”) y también del olvido. El pasado, el presente y el futuro forman un único y mismo “continuum” histórico. Es ahí donde entra en juego la memoria y el olvido.24 Ello nos plantea algunos desafíos: a la hora de escribir la historia debemos saber recordar, y velar por la conciencia de los vencidos, como un símbolo que sobrepasa y supera el mero espacio de los bandos y de los contendientes en una guerra, más si cabe, en una guerra civil.25 Y, por último, pero probablemente lo más importante: tenemos que aprender a olvidar y a perdonar.26 23 REYES MATE, Manuel, La herencia del olvido, Madrid, Errata Naturae, 2008, p. 23. 24 RICOEUR, PAUL, La memoria, la historia y el olvido, Madrid, Trotta, 2010. 25 LEVI, Primo, Si esto es un hombre, Barcelona: El Aleph, 1987; SEMPRÚN, Jorge, La escritura o la vida, Barcelona, Tusquets, 1995; y BORGES, Jorge Luis, Ficciones. Funes el memorioso, Madrid, Alianza Editorial, 2006; y Todorov, Tzvetan, Los Abusos de la memoria, Barcelona, Paidos, 2000, p. 60. YERUSHALMI, Yosef, “Reflexiones sobre el olvido”, en Yerushalmi, Y.; Loraux, N.; Mommsen, H.; Milner, J. C. y Vattimo, G. Usos del Olvido, Buenos Aires, Nueva Visión, 1998, p. p. 13-26. 26 14 La vana pretensión de borrar la memoria Elie Wiesel anima en sus Memorias, a las víctimas del horror a expresar sus sentimientos y sus recuerdos, a contar una historia lo mejor que puedan, porque “el silencio nunca ayuda a la víctima, sólo ayuda al victimario”. 27 La pretensión de borrar la memoria ha formado parte históricamente de la esencia de todos los totalitarismos, y siempre acabó fracasando. El territorio de la memoria no es siquiera un coto privado sino íntimo y, por tanto, inaccesible para cualquiera que no sea su poseedor. No existe poder alguno que, mediante la coacción, la amenaza, el castigo o la tortura pueda eliminar los recuerdos de otro ser humano si éste se opone. La razón estriba en que los recuerdos envueltos en emociones intensas son, además de sorprendentemente exactos y duraderos, virtualmente indelebles. 28 Nuestra memoria está preparada para guardar las experiencias hasta el final de sus días. Se puede coartar la manifestación externa o pública de la memoria, se puede inocular, mediante campañas de terror, el miedo a hablar, pero nada de eso tiene por qué afectar a las vivencias guardadas en la memoria. Los recuerdos pueden sufrir todo tipo de presiones para que no se expresen y, de hecho, se puede debilitar lo que los expertos llaman su “fuerza de recuperación”, pero eso no afectará a su “fuerza de almacenamiento” por mucho tiempo que permanezcan aplastados. 29 Franco habla del deber de cultivar la memoria 30 El 18 de julio de 1937, desde el balcón de Capitanía General de Burgos, Franco que acababa de ser exaltado a «la dignidad de Capitán General del Ejército y la Armada» pronunció un discurso en el que remontándose a la revolución de octubre de 1934, homenajeó a José Antonio, denunció la confabulación de la atea Rusia contra la católica España, y tras relatar los “crímenes” de los rojos, anunció la victoria final, con el siguiente mensaje: “Esto nos impele a todos los españoles al deber de cultivar la memoria. La dura lección no puede perderse, y los créditos de la generosidad cristiana, que no tiene límites para los engañados y para los que arrepentidos vengan de buena fe a nuestro campo, ya no rebasarán los límites de la prudencia ni permitirán infiltrarse a nuestro lado a los recalcitrantes enemigos de la patria, que la salud de ésta, como la de los cuerpos, necesita de cuarentenas para quienes proceden del campo apestado (...) En su nombre y en el sagrado nombre de España, deposito hoy esta semilla en el surco profundo que han abierto las victorias de nuestro Ejército glorioso. Españoles todos. ¡Arriba España! ¡Viva España!”. 27 WIESEL, Elie, Memorias. Barcelona, Anaya & Mario Muchnik, 1996. 28 LEDOUX, J., ROMANSKI, L. & XAGORARIS, A., “Indelibility of subcortical emotional memories” en J. Cognit. Neurosci., nº 1, (1989), pág. 238-243. 29 RUIZ-VARGAS, J. Mª., Memoria y olvido. Madrid, Trotta, 2002. 30 BEEVOR, Anthony, La guerra civil española, Barcelona, Critica, 2005, p. 548. 15 La Memoria histórica 31 Para unos, la recuperación de la Memoria histórica tiene el propósito de hacer justicia, de encontrar a familiares desaparecidos, de no dejar impunes los delitos cometidos antes y después de la Guerra Civil... para otros, no servirá más que para abrir heridas y provocar rencores que con el paso de los años han ido quedando en el olvido.32 “La memoria es dignidad - declaraba Marcos Ana que estuvo 23 años preso en las cárceles de Franco - pero en mí no hay habitación para el rencor; he dicho siempre que la venganza no es un ideal político, ni un fin revolucionario, aunque no hay que confundir venganza con justicia. Sería absurdo ahora satisfacer mis años de cárcel rompiendo la cabeza del que me la partió a mí. Ni rencor, ni venganza, ni olvido. Ni olvido, por supuesto”. 33 Para creer en el futuro A nosotros nos toca aprender del pasado para poder creer en el futuro. Hay que hacer memoria y tener conciencia de la historia, porque, como escribe el profesor Timothy Snyder, “cuando carecemos de la sensación de pasado y futuro, percibimos el presente como una plataforma inestable, una base incierta para la acción. Resulta imposible comprometerse con la defensa de los Estados y los derechos, si nadie aprende del pasado ni cree en el futuro. Tener conciencia de la historia permite reconocer las trampas ideológicas y genera escepticismo sobre las exigencias de pasar a la acción inmediata porque de repente todo haya cambiado.34 Los Estados deberían invertir en la ciencia para poder contemplar el futuro con serenidad. El estudio del pasado apunta a por qué éste sería un camino acertado. El tiempo pasado respalda el pensamiento, y el pensamiento respalda al tiempo”. 35 Vid. Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura. «BOE» núm. 310, de 27/12/2007; y MUÑOZ MOLINA, Antonio, “Elogio del olvido”, El País, 17 de junio. RIEFF, David, Elogio del olvido: las paradojas de la memoria histórica, Barcelona, Debate, 2017. 31 32 DÍEZ, Guillermo, “Crueldad y benevolencia”, Norte de Castilla, 1 de marzo de 2009. Marcos Ana: “Tengo 90 años menos 23”, El País, Madrid, sábado 15 agosto de 2009, p. 64. 33 Timothy Snyder es profesor de Historia en la Universidad de Yale y autor de Tierra negra. El Holocausto como historia y advertencia, Galaxia Gutenberg, 2015. 34 Vid. SNYDER, Timothy, “Un mundo no tan lejano”, en Las lecciones del Holocausto, Ideas, El País, 11 de octubre de 2015, p. p. 2 a 4. 35 16 La tentación de volver la espalda al pasado Escribe Ronald Fraser en el prólogo de su monumental Historia oral de la guerra civil que “volver la espalda al pasado, un pasado tan amargo como éste, siempre es tentador. Pero seguir “olvidando” es olvidar que la España de hoy, a pesar de lo diferente que sea de la de hace sesenta años, ha sido configurada por la Guerra Civil y la dictadura. Para poder llegar a superar verdaderamente este pasado, es necesario comprenderlo y asimilarlo por entero”. 36 Simone Weil en la guerra civil La reciente inclusión en el callejero de Madrid del nombre de Simone Weil (París, 3 de febrero de 1909 - Ashford, 24 de agosto de 1943), en el marco de la aplicación de la Ley de Memoria Histórica, da pie para evocar su breve paso por la Guerra Civil española y reflexionar sobre el significado de esa experiencia. Simone Weil llega a Barcelona el 9 de agosto de 1936 gracias a un carné de periodista. Como escribirá más tarde a Georges Bernanos, (París, 20 de febrero de 1888 - Neuilly-sur-Seine, 5 de julio de 1948) lo único que la horrorizaba más que la guerra era permanecer en la retaguardia. Sin renunciar a su pacifismo, no puede evitar tomar partido (...) Finalmente, consigue enrolarse en las milicias de la CNT y va a Pina de Ebro, donde se incorpora a un pequeño grupo internacional dentro de la columna Durruti. Participa en varias misiones peligrosas, aunque no llega a disparar el fusil que ha aprendido a manejar. 37 En Pina pregunta a los campesinos por los asuntos que los afectan, la colectivización de los cultivos y de la producción, sus condiciones de vida tras el estallido de la guerra, y escucha sus opiniones sobre el servicio militar, el cura del pueblo o los propietarios. Un desafortunado accidente la obliga a regresar a Barcelona, donde la esperan sus padres, que la habían seguido hasta allí. Solo ha estado unos pocos días en el frente de batalla. Después de unas semanas de convalecencia, deja España el 25 de septiembre. No volverá más. Los “crímenes de España”, que reaparecen transfigurados en su propia lectura de otros conflictos, como la guerra de Troya o la cruzada albigense, constituirán desde entonces para Simone Weill la evidencia ejemplar del “postulado” de que “se es siempre bárbaro con los débiles”. FRASER, Ronald, Recuérdalo tú y recuérdalo a otros. Historia oral de la guerra civil española, Barcelona, Grijalbo / Mondadori, 1997, Volumen I, p. I y II. 36 37 Alejandro del Río Herrmann, “Simone Weil y la memoria histórica”, El País, Babelia, 19 octubre de 2018. 17 Su conmoción fue grande cuando encontró plasmada su misma experiencia de la guerra civil española por un escritor del lado contrario, el católico Georges Bernanos (1888-1948). A raíz de su lectura en 1938 de Los grandes cementerios bajo la luna,38 donde Bernanos denuncia la represión franquista de la que fue testigo en la isla de Mallorca, Simone Weil le escribe una carta que cabe entender como un ejercicio de memoria histórica. Lo que le importa a Simone Weil es el carácter moral con el que afrontar una peculiar atmósfera, “ese olor a guerra civil, a sangre y a terror que desprende su libro”, como le dice a Bernanos. ¿Se deja uno llevar por ese clima, por esa “mística” o “religión de la fuerza”, en palabras del segundo? ¿O se es capaz de resistir a la embriaguez que procura el uso de la fuerza cuando se tiene el poder de ejercerla y se está legitimado a hacerlo? La mirada de Weil, como la de Bernanos, se fija ante todo en los de su propio bando, en aquellos por los que ha tomado partido y cuyas ideas y principios comparte. No deja de luchar a su lado ni de defender su causa. Pero adopta una determinada posición moral que le exige hacer una lectura distinta de los acontecimientos; una lectura hecha a un tiempo de participación y de distancia. Sin incurrir en una neutralidad indiferente o culpable, asume una tarea de memoria consistente en comprender el común destino que une en una misma condición a las facciones enfrentadas. En este sentido le dice a Bernanos: “Está usted más próximo de mí, sin punto de comparación, que mis camaradas de las milicias de Aragón…, esos camaradas a los que, no obstante, yo amaba”. En un ensayo concebido por esa misma época, La Ilíada o el poema de la fuerza,39 Simone Weil comenta la “extraordinaria equidad” que inspira al autor del poema: vencedores y vencidos despiertan en él la misma piedad, “apenas sentimos que el poeta es griego y no troyano”. En el tono de inconsolable amargura que baña la Ilíada, que ni desprecia ni ensalza, trasluce el conocimiento de la fuerza, que doblega a todos por igual, unas veces a unos, otras a otros. Una lectura a contrapelo de la historia, que haga memoria de los vencidos, hará bien en tener en cuenta la triple advertencia con la que Simone Weil concluye su ensayo afirmando: “No admirar nunca la fuerza, no odiar a sus enemigos y no despreciar a los desdichados”. 38 BERNANOS, Georges, Los grandes cementerios bajo la luna, Madrid, Alianza Editorial, 1986. 39 WEIL, Simone, La fuente griega. La Ilíada o el poema de la fuerza, Madrid, Editorial Trotta, 2005; WEIL, Simone, Escritos históricos y políticos, Madrid, Editorial Trotta, 2007; HERRANDO, Carmen, “Simone Weil y Aragón”, Aragón digital 20/10/2013; BASILI, Cristina, “La memoria de los vencidos: historia y justicia en el pensamiento de Simone Weil”, en Revista Filosofía. (Madrid) 42 (1) 2017: 41-57. 18 Un discurso de don Manuel Azaña Finalizo recordando un discurso pronunciado por don Manuel Azaña, en el Ayuntamiento de Barcelona el 18 de julio de 1938, una semana antes del inicio de la Batalla del Ebro. Seguro que lo habéis leído antes, pero hoy, celebrando el 80 aniversario de la Batalla del Ebro, quiero recordar aquí en Caspe, a orillas de nuestro Río Ebro, lo que decía el Presidente de la Segunda República, como un modesto ejercicio de memoria y reconciliación: “Es obligación moral, sobre todo de los que padecen la guerra - cuando se acabe como nosotros queremos que se acabe - sacar de la lección y de la musa del escarmiento el mayor bien posible, y cuando la antorcha pase a otras manos, a otros hombres, a otras generaciones, si alguna vez sienten que les hierve la sangre iracunda y otra vez el genio español vuelve a enfurecerse con la intolerancia y con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y que escuchen su lección: la de esos hombres, que han caído embravecidos en la batalla luchando magnánimamente por un ideal grandioso y que ahora, abrigados en la tierra materna ya no tienen odio, ya no tienen rencor, y nos envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: Paz, Piedad y Perdón”. 40 AZAÑA, Manuel, Antología de Manuel Azaña: Ensayos y discursos, Madrid, Alianza Editorial, Tomo II, 1982; y JULIÁ, Santos, Vida y tiempo de Manuel Azaña 1880-1940, Madrid, Taurus, 2008. 40 19