Subido por Gabriela Gallegos

Bourdieu - Cosas dichas

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Pierre Bourdieu
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C O S A S DICHAS
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Editorial Gedisa ofre ce
los siguientes título s sobre
SEMIÓTICAY CIENCIAS
DE LA C O M U N I C A C I ~ N
PAOLOABBRI El giro semiótica
L as concepciones d el aigno
a la largo de su historia
DOMINIQUEOLMN
Internet i y después?
JEANMOUCHON olítica y medios
Lospoderea bajo influencia
E LIS EO E R ~ N
fectos de ag enda
~ S A A C OSEPH Eruing Goffman
y la microsociologia
ELISEO ER~N
Pierre Bourdieu
sto no es un libro
MUNIZ ODRÉ Reinuentando
la cultura
MARY OUGLASEstilos de pensar
Y
ELISEO ERÓN Telenovela. Ficción popula r
LUCRECIASCUDEROHAUVEL mutaciones culturales
(COMPILADORES)
LUCRECIASCUDEROHALNELMalvinas el gran relato
MARC UGB
1
Hacia una antropología de
los mundos contemporáneos
PAOLOABBRI Táctic as de los signos
Ensayos d e sernidtica
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Titulo del original en francés:
Choses,dites
O Les Editions de Minuit, París, 1987
Director de la colección El Mamífero Parlan te: Eliseo Verón
n a d u c c i 6 n : M a rg a ri t a M i z ra ji
Diseño de cubierta: Marc Valls
A
la memoria de mi padre
Prim era edición: mayo de 1988, Buenos Aires
Prime ra reim presión: septiembre de 1996, Barcelona
Segunda reimpresión: julio del 2000, Barcelona
Derechos reservados para todas las ediciones en castellano
Editorial Gedisa, S.A.
Paseo Bonanova, 9 191'
08022 Barcelona (E spaña)
Tel. 93 253 09 04
Fax932530905
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O
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11
REFACIO ..................................................................................
.
...........................................
........................
ITINERARIO
15
Fieldwork
in philosophy"
17
untos de referencia
......................................................
..............................................44
1.
.
.
.
..
.........................
...................... 65
CONFRONTACIONES
e la regla a las estraiagias ...............................
67
a codificaci6n .......................... ...............................
83
Soci6logos de la creencia y creencia
e los soci6logos...................... ...................
93
bjetivnr el sujeto objetivante ...................... ............ 98
a disoluci6n de lo religioso .................... ...............
102
l interks del ~oci6logo....................... ....................
108
ectura. lectores. letrados. literat ura ...........................115
.. ..
....
..........
11 APERTURAS
12 5
...................................................................
. spncio social
y poder simb6lico ....................................127
l campo intelectual: un mundo aparte ........................143
os uso3 del "pueblo" .................................................... 152
a delegaci6n y el fetichismo político ........................... 158
Progrnma pa ra una sociología del deporte ................... 173
l sondeo, una "ciencia" sin sabio .................................185
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Prefacio
VE1
eapffitudel eaetillo fortaleza es el puente levadizo."
Ren6 Char
Me he referido bastante a l as dificultades particulares de l a escritura en sociología, y los textos que se leerán aquí no hablarán de
eso, quiz4, sino demasiado. Pero ellas justifican, creo, la publicación
de es tas transcripciones, aliviadas de la s repeticiones y de la s torpezas más flagrantes, de exposiciones orales, entrevistas, ccnferencias
o comunicaciones. El discurso escrito es un producto ext raño, que se
inventa, en la confrontación pura ent re el que escribe y "lo que tiene
que decir", fuera d e toda experiencia dii-e& de un3 relnción social,
fuera tnmbien de los apremios y de las urgencias de una demando inmediata mente percibida, que 5e manifiesta por toda clase de signos
de resistencia o de a~roba ci6n . o tengo necesidad de decir las virtudes irremplazablzs d e este cierre sobresí: e s claro que ent re otros efectos funda la autonomia de un texto de donde el autor se ha retirado
lo más pos ible, llevándos e con 61los efectos retdricos que podrían manifestar su intervenci6n y su compromiso en el discurso (aunque no
fuese sino el uso de la primera persona), comopa ra d ejar completa libertad al lector.
Perolapresenciadeunoyente,y sobre ododeunauditorio, tiene
efectos que no son todos negativos, especialmente cuando se tr nta de
comunicaral ave zun anális;: y unaexperiencia,y de levantarlosobstáculos Daral a comunicación ar e. muv a menudo. se sitú an menos en
el orden del entendimiento
e el hc la volunind: si la urgencia y
la linealidad del discurso hablado entraña n simplificnciones repeticiones (favorecidas ambien por el retorno de las mismns cuestiones).
las facilidades procuradas por la palabra, que permite ir rápidnmente de un punto a otro, al quemar las etapas que un razonamient
riguroso debe marcar una por una, autorizan estrechamientos, resúmenes, aproxirííaciones,favorables a la evocación de tota lidades complejas que la escritura despliega
- y- desarrolla en la sucesión interrninable de p6rrafos y d> capítulos. La inquietud de hacer sentir o de
hacer comwender. im~uesta or la ~resencia irecta de interlocutores atento;, incita al vaiven efitre laabstracción y la ejempliíicación,
Y alie nta la búsqueda de metdforas o de analo@asque, cuando se pucden decir su s límites en el instant e mismo de Su utilización, permiten
.
.
Il
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'
ofrecer un a prime ra intuic ión aproximativa de los modelos más complejos e introducir así a una presentación más rigurosa. Pero sobre
todo, la yuxtaposición de propósitos muy diversos por s us circunstancias y sus objetos puede, al hacer descubrir el tratamiento de un
mismo tema e n contextos diferentes del mismo esquema, mostrar en
acción un modo de pensamiento que restituye mal, cuando no lo disimula completamente, el acabado de la obra escrita.
La lógica Ge la en trev ista que, en más de un caso, se vuelve un
verdadero diálogo, tien e por efecto leva ntar un a de la s censuras mayores que impone la pertenencia a un campo científico,y que puede
estar tan profundamente interiorizada que no es siquiera sentida como tal: la aue imoide resoonder. en la escritura misma. a ~ r e m n t a s
que, desdeel pun iodevis¿ a prof&ional, no pueden aparecer sinocomo
triviales e inadmisibles. Ademds. cuando un interlocutor bien inte ncionado manifies ta con toda bueAafe sus reticencias o sus resista ncias o cuando se ha ce cargo, como abogado del diablo, de obje-iones o
críticas que ha leido u oído, puede da r la ocasiór~e formular, sea proposiciones absoluta mente fundamentales, que las elipsis de la altura
acad8mica o los oudores de la conveniencia científica llevan a callar.
sea aclaraciones; desmentidos o refutaciones que el desd8n o el desa:
grado suscitados por las simplificacionei autodestructoras de la in-
mismo sobre los problemas judios cuando hablo a judios de Nueva
York, de Paris o de Jerusal6n. Del mismo modo, la re spues ta que yo
podría dar a las preguntas que generalmente seme hacen v ar ía se ~ú n
los intarlocutores, sociólogos o no sociólogos, sociólogos francesa; o
sociólogos extranjeros, especialistas de otras disciplinas o simples
profanos, etc8tera. Lo que no quiere decir que nohay a una ver dad robre cadauna de estas cuestiones y que esta verdad no siempre se r :eda decir. Pero cuando se piensa, como yo, que se debe ir en c ada caso
al punto en que sa espera el máximo de resistencia, lo que es la inve rsa exacta de la intención demag6gica, y decir a cada auditorio, sin
provocación, pero tambi6n sin concesión, el aspecto de la ver dad que
para81 esmá s difícil de admitir, es decir aquello que se cree ser s uve rdad, sirvi6ndose del conocimiento que se cree tener de sus e zgtc tati vas no para halagarlo, manipularla , sino par a 'hacer pasar", por así
decir, lo que 61te ndr ám 6s dificultad en acepta r, en traz ar, es decir10
que toca a sus defensas más profundas, se sabe que se zstd siempre
expuesto a ver cómo el socioanálisis se vuelve sociodrama.
Las incertidumbres y las imprecisiones de este discurso deliberadamente imprudente tienen asi por contraparkida el temblor de la
voz, que es la marc a de los riesgos compartidos en todo intercambio
generosoy que, si se oye por poco qut sea en l a transcripción escrita ,
comprensión
y defelallevan
incompetencia
o por
s acusaciones
estúpidas
o
bajas
de la mala
a rech azar
(nola
tendr8
la crueldad,
un poco
narcisis ta, de presen tar aquíunflorilegio de losreproches que mefueron hechos, en forma de slogans y de denuncias polfticas -determinismo, totalita rismo, pesimismo, etc.-, y que me chocan sobre todo
por sufariseismo: t an fácil es. y gratificante ,hacers e el defensorde los
buenos sentimientos y delas buenas causas, arte, libertad, virtud, desinter6s. contra a l m o a auien se mede impunemente acusar de
odia rlasp orque revela, sin darse siqÜiera el ak e de deplorar, todo lo
aue el oundonor esoiritu alista ordena esconder). El hecho de la inte =ogaci6n, que insGtuye una pregunt a, autoriza y alienta a e xplicar
las intenciones teóricas. v todo lo aue la s seoara d e las visi mes concurrente s, y a exponer más en detalle las operaciones empíricas, y las
dificultades, amenu doina sibl es en el protocolo final, que debieron suDerar. todas ellas informaciones aue el rechazo. quizás excesivo. de la
~ompl acenc ia del Bnfasis llevaa menudo a censurar.
Pero la virt ud mayor del intercambio oral está ligado ante todo
al contenido mismo del mensaje sociológico y a las resistencias que
suscita. Muchas de las palabras presentadas aquí no cobran todo su
sentido sino refiri6ndose a la s circunstancias en que fueron pronunciadas, al público.al cual fueron dirigidas. Una parte de su eficacia
resul ta sin duda el esfuerzo depersuación destinado a supera r la tensión extraordinaria que crea a veces la explicitación de una verdad
negada o rechaz ada. Gershom Scholem me decía un día: no digo lo
me parece justificar la publicación.
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Primera Parte
Itinerario
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P. -¿Cu11
era l a situaci6n intelectual en el momentode su s estudios:
marxismo, fenomenologia, etc.?
R. -Cuando yo estudinba, en los aAos 50, la fenomenol@a, en su
variante existencialista, estaba en su apogeo, y hnbia leído muy
temprano El ser y la nada, ademhs de Merleau-Ponty y Husserl; el
marxismo no existía verda deramente como posici6n, en el campo intelectual, a un si autores como Tran-Duc-Tao legaban a hacerlo existir presentnndo la cuesti6n de su relaci6n con ln fenomenologín.
Ademhs, hice en ese momento una lectura escolnr de Mnrx; me interesaba
sobre todoPero
en elera
joven
Marx y
me
hnbian opasionndo
Tesis
sobrelzewrbach.
la Bpoca
del
stalinismo
triunfante.las
Muchos
de mis condisclpulos que se ha n vuelto ahora violentos anticomunistas estaban en el ~a rt id oomunista. La presi6n staliniana era t an
exasperante que, hacia 1951,habíamos fundado en l a Escuela normal
(estaban Bianco. Comte. Marin. Derrida. Pa riente Y otros) un Comite pa ra la defensa de la s libertahes., que ¿e Roy ~a du ri eenuncinba
a la cBlula de la Escuela ...
La filosofía universitaria no. era apasionante ...Aunque había
gente muy competente, como Henri Gouhier, con quien hiceun n "memonan (una traducci6n comentada de las Animaduersiones de Leibniz), ~ a s t o n achelard o Georges Canguilhem. Fuera de la Sorbona,
y sobre todo en la Escuela de Altos Estudios y en el Coll&gede France, estaban tambidn Eric Weil, Alexandre KoyrB, Martial GuBroult,
cuyas ensefianzas s e y i u n a vez entrado en la Escuela normal.Todas
estas Dersonas estaban fuer adel curso ordinario. pero es un pocomncias nellos, a loque r presentaban, es decira unniradici6n de historia
de las ciencias v de " filosofia rieurosa (v mncias tnmbiBn a la lectu~ d e ~ u s s e r l , ~ d a v i a ocot&duci&
mu~
en esa Bpoca),que rat6, con
aquellos que, comoyo, estaban un poco fatigados del existencialismo,
' Entrevista m n .Honneth. H. oeybn y B. Schwibs, rcnlizndn enPari8 ccn nbril
de1986 y publluido ennlcm4 nbnjoe l tltulo'DcrKempl'umdic syrnboliacheOrdnung".
AsUlolik iind Komrnunikalion (Francforl), 16, o61- 62, 966.
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de superar
un poco la lectura de los autores clásicos y de dar un sentido a la filosofia. Hacía matemáticas, historia de las ciencias. Hombres como Georges Canguilhem, y tambien Jules Vuillemin, fueron
par amí, y para algunos otros, verdaderos "profetas ejemplares"en el
sentido de Weber. En el periodo fenomenol6gico-existencialista, n
queno eran muy conocidos,parecían indicarla posibilidad deunanueva vía, de una nueva manera de cumplir el rol de fil6sof0, lejos de los
vagos topos, sobre los grandes problemas. Estaba tambikn la revista
Critique,
su vmejor
epoca, donde
encontraba
Koyrb,
Eric Weil.en
etc..
una informaci6n
a lse
a vez
ai nd ia yAlexandre
rimros
los
- a sobre
trabajosfrance;esy sobre todoextranjeros. Y; eramenos sensible que
otros, sin duda por razones sociol6gicas,al aspecto Bataille-Blanchot
de Critique. La intención de mptura, más bien que de "transgresi6n",
se orientaba en mí hacia los poderes instituidos, y especialmente contr al a instituci6n universitaria y todo lo que encubría de violencia, de
impostura, de tontería canonizada, y, a traves de ella, contra el orden
social. Eso auizá Doroueno tenía cuentaaue saldar con la familia burguesa, comÓ otros, y me encontraba por 1 tanto menosinclinado a las
ruptur as simb6licasevocadas enLes hdritiers .Pero creo que la voluntad de nicht mitmachen, como decía Adorno, la negativa a compromisos con I'ainstitución, empezando por las instituciones intelectuales,
de las
disposiciones intelectuales que tengo en común
no meMuchas
abandon6
nunca.
con la ceneraci6n "estructuralista" (Althusser v Foucault es~ ecial mente y-en la que no me incluyo, en primer tirmino porqué estoy
separado de elli por una generación escolar (escuche sus cursos) y
tambien porque rechaceloque seme apareció como una moda-se explican por la voluntad de reaccionar contra lo que había representado oara ella el existencialismo: el'%umanismo" blando aue estaba en
e l ~ r e , l a ~ o m ~ l a c e n c i a ~ o r l o ~ vsta
i despecie
o " ~ demoralismopolític0 que sobrevive hoy del lado de Esprit.
P. -¿Nunca se interes6 por el existencialismo?
-Leí a Heidegger, mucho y con una cierta fascinaci6n, especialmente
análisis
Zeitde
sobre
el tiempo
público,
la
historia,
etc.,los
que,
junto de
conSein
los und
análisis
Busserl
en Ideen
I I , me
ayudaron mucho-así como Schütz más tarde- en mis esfuerzos por
analizar la experiencia ordinaria de lo social. Pero nunca particip6 del
mood existencialista. Merleau-Ponty ocupaba un lugar aparte, por lo
menos en mi opinión. Se interesaba por las ciencias del hombre, por
labiologia, y dabalaidea de lo quepuede se run a reflexi6n sobreel presente inmediato -Dor eiem~lo .on sus textos sobre la historia. sobre
el partido comunista, sobre iosprocesos de Moscú- capaz de escapar
a las simplificaciones sectarias de la discusi6n política.Parecía repreR.
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sentar u na de las salidas posibles fuera de l a filosofia charlatana de
la institución escolar. L..)
P. -¿Pero,
un sociólogo' dominaba la filosoffa en ese momento?
era un simple efecto de autoridad de la institución. Y nuestro desorecio Dor la socioloeia eraredoblado por el hecho de aue un
so ci ól o~
presidir eljirado en los con cu~ ose filosofia simponernos sus lecciones, que uzgábamos nulas, sobre Platán o Rousseau.
Este desprecio por las ciencias socialesse perpetuó entre los normalistas filósofos -q u e representahan la n61ite", por lo tanlo el modelo
dominante- hasta los d o s 60. En esa boc a. no exisiía mds aue una
sociología empírica mediocre, sin inspiración&órica N empfnca. Y la
seguridaddelosfilósofos normalistasse vela refonada porelhechode
que loa sociólogos surgidos entre las dos guerras, J ean Stoetzel o aun
Geor gesfied mann , que habla escrito un librobastante endeble sobre
Leibniz y Spinoza. se lea aparecían como el producto de una vocación
negativa. Era a& mds clam par a los pri mkos sociólogos de los ados
45 que, con algunas excepciones, no habfan pasado por la vía re@a, la
Escuela normal y concursos, y que, para algunos, habían sido desviados hacia la sociología por s u fracaso en filoaofia.
R. No,
P. -¿Pero
mimo se operd el cambio de los aiios 601
-El eshictw alismo fue muy importante. Por primera vez, una
ciencia soeial se imouso como una disciolina respetable. hasta dominante. vi-~trauis, que bautizó su ciencia como antropologla, en
lugar de etnología, reuniendo el sentido anglosajón y el viejo sentido
filosófico alemdn -Foucault traducla. casi en el mismo momento, la
Anlropologh de Kant-, ennobleció laciencia del hombrb,asf conatituida. eracias a l a referencia a Saussure Y a la lineüística como ciencia pÍ&tigiosa, a l a cual los filósofos mismosestaban obligados a referirse. E s el momento en que se ejerce con toda sufuerza loque yo llamo
el efecto-logía. porreferenciaa todoslos tltulosqueutilizan estadesinencia, arqueología, gramato6gía, semiología, etc., expresión visible
.del esfuerzo de los fil6sofospor borrar la frontera entre la ciencia y la
filosofia. Nunc ah ve mucha simpatfa por estas reconversiones a medias que permiten acumular a l menor costo las ventajas de l a cientificidad y las ventajas que otorga la posición de.fil6sofo.Pienso que en
ese momento era necesario poner en uego la posición de filósofoy todo
su~restihoparaperar una verdaderareconversión cientifica.Y. por
miparte,slmismotiempo que trabajabaparaponerenprácticae¡modo de pensamiento estructural o relaciona1en la sociología, resistícon
R.
. -
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Y las dos estaban estrechamente ligadas. Porque qu ena comprender, a travds de mis andlisis de la conciencia temporal. las
condiciones de la adquisiei6n del "habitus" econ6mico'capitalistanen
personas formadas en u n cosmos precapitalista. Alll, de nuevo por la
observación ylame did ay nopor unareflexidn de segunda mano sobre
material d e segund a mano. Quería tambidn resolver problemas propiamente antmpol&ioos, especialmenteaquellos que me planteaba el
R -Sí.
todas mis fuerzas a Insformas mund anas del estructurnlismo. Y estaba t anto menos inclinado a la indulgencia hacia Ins trnnsposicione s
mecánicas de Saussure o Jakobson en antropología o en semiologin
our~ se
oracticaron
en los años 1960, cuanto que mi trabajo filos6fico
~ .
me habia conducido muy tempranoa leer muy bien a Snussurre: en
1958-59 ice ur. x r s o sobre Durkheim y Saussure en el cual trat6 de
descubrir los límites de las tentativ as para producir "teoríos puras".
~
~
P. -¿Pero
R. -Había emprendido investigaciones sobre la "fenomenología de la
vida afectiva", o más exactamente sobrelas estruc turas emporales de
la experienciaafectiva.Para conciliar ainquie tudpor el rigory la búsqueda filosófica,queríahacerbio logia, etcBtera.Me pensaba comofilósofo y me llevó mucho tiempo confesarme que me habíav uelto etnólogo. El pr estigio nuevo qu e Lbvi-Strauss habia dado a esta ciencia me
ayudó mucho, sin duda. (...) Hice a la vez investigaciones que se
podrían decir etnológicas, sobre el parentesco, el ritual, la econonía
preca pitalis ta, e investigaciones que se dirían sociológicas, ecpecialmente encuestas estadísticas realizadas con mis amigos del
I.N.S.E.E.. Darbel. Rivet v Seibel, que me aportaron'mucho. Quería,
por ejempio, estnbiecer e( principio, nunca clnrnmente determinado
en la trndición teórica. de la diferencia entre pro letariado y subproletariado; y, al anali zaría s condiciones económicasy sociales,de la a parición del cálculo económico, en mater ia de economíapero tambidn de
fecundidad, etc., tra te de mos trar que el principio de esta diferencia
se sitúa al nivel de las condiciones económicas de posibilidad de
conductas de previsión racional, de las cuales las aspiraciones revolucionarias constituyen una dimensión.
-~~
~
~~~~
P. -Pero
Sens ora-
enfoque
estructuralista.
He contado
en recurriendo
la introduccidn
a la aLe
cómo
descubrícon estupefac
ción,
tique
estadística, lo
que raram ente s e hacfa en etnologla. que el casamien to considerado
como típico de la s sociedades drabe-bereberes. e s decir el casamiento
con la prima paralela, representaba más o menos el 3 o 4% de los casos, y el 6 a 6%en las familias marabúticas. mds estrictas. mds orto- .
doxas. Eso meobliga baaref lexio nes sobr e la noción de parentesco, de
regla, de reglas de parentesco, que me condudan a la s antípodas de la
tradición estmcturalista. Y la misma aventura me sucedla con el ritual: coherente, lógico, haeta un cierto punto, el sistema de las oposicionesconstitutivasde la l ó ~ c aitual serevelabaincaoaz de internar
todos los datos recogidos. Pero necesité mucho tiempo para roGper
verd aderam ente con alminos de los Dresuouestos fund amenta les del
estructuralismo(que hñcín funciona; similt6n eamente en sociologia,
usted se convir tió en etn6logo en principio?
~
~
~
I
...
este proyecto teórico er a inseparable de una metodología
R. S í . Releí, por cierto,todoslos textos deMaijt-y muchos otros sobre la cuestión (es sin duda l a Bpoca en que más leí a Marx, y aun el
informe
de Leniníarela
sobretiva
Rusia).
Trnbajaba
en la noción
marxist a de autonom
en relaci6n
con tambidn
las investigaciones
que
estab a comenzando sobre el campo .artíst ico (un breve libro, Mam,
~ m u d h o n ,icasso, scritoenfra~cbsentrelasdosguerraspor n emigrado nlemán, de nomb re Marx, me fue muy útil). Todo esto antes del
retorno fuerte del mantismo estmc turalista . Pero quería sobre todo
salirde In especulación; en esa &poca,os libros de Franz Fanon , especialmente Les durni~ds e la t e r r e . estabnn de moda y me pnrecian a
lav ez falsos y peligrosos.
P. -Usted
hacía al mismo tiempo investigaciones de antropología .
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I
pensando el mundo social como espacio de relacio nes objetivos trnscendente con relación a los agentes e irreductible a las interacciones
ent re los individuos). Fue necesario que descubriera, por el retorno a
terrenos de observación familiares, por una parte la sociedad bearnesa, dedondosoy originano,y por otra parteelmund o universitario, los
presu puesto s objetivistas -como el priv ileh o de la observación con
relación al indlgin a, consagradoa l a nconshencia-que e s e n nscritos en el enfoque estructuralista. Y luego fue necesario, creo, que saliera de la e tno lod a como mundo social, volvidndome sociólogo, par a
queciertosplanteosimpensoblessevolvieran posibles. Con eso,no r elato mi vida: tra to d e aportar uno contribucidn a la sociología de la
ciencia. La pertenencia a u n grupo profesionnl ejerce un efectode censu ra que va mucho m6s a116 de los apremios institucionn les o personales: hny cuestiones que no se presentan, que no se pueden presen.tar, porque tocan a las creencias fundamentales que estdn en la base
de In ciencia y del fupcionam iento del campo científico. Es lo que indicu Wittgenstein cuando recuerda que la duda radical e stá tan profund ament e identificada con la posturn filosófica que un filósofo bien
formado no piensa en poner en duda esta duda.
P. -Cita
1
a menudo a Wittgonstein. ¿Por que?
R. -Wittgenstein es sin duda el filósofo que me ha sidom6s útil en los
momentos dificiles. Es una especie de salvador para los tiempps de
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gran apuro intelectual: cuando se tr at a de cuestionar cosas tan evidente s como "obeceder a u n a regla". O cuando se tr at a de decir cosas
tan simples (y, al mismo tiempo, casi inefables) como practicar u na
práctica.
P. -¿Cuál
ralismo?
era el principio de su duda en lo referente al estructu-
R. -Queria
reintroduci r de alguna manera a los agentes, que LdviStrauss y los e st ~ct ura li st as, specialmente Althusser, tendían a
abolir, haciendo de ellos simples epifenómenos de la estmct ura. Digo
bien agentes y no sujetos. La acción no es l a simple ejecución de una
regla, l a obediencia a u na regla. Los agentes sociales, en las sociedades arcaicas como en las nuestras, no son más aut6matas rey la do s
como relojes, según leyes mecáni cas que les escapan . En los juegos
más complejos, los intercambios matrimoniales por ejemplo, o las
prácticas r itual es, comprometen los principios incorporadosde un habitu s generador: este sistema de disposicionespuede ser pensado por
analogía conlagramática generativa de Chomsky,con ladiferenciade
que se tr at a de disposicionesadqui ridas por la experiencia, por lo tantovariables según los lugares y losmomentos. Este "sens dujeu", (sentido d el juego), como decimos en franchs, es lo qu e permite e ngen drar
un a infinidad de "golpes" adaptados a la infinidad de situaciones posibles que ningu na regla, por compleja que sea, puede prever. Por lo
tanto, he sustituidolas reglas de parentesco porlas estrategiasmatrimoniales. Allí donde todo el mundo hablaba de "reglas", de "modelo",
de "estructura", u n poco indiferenciadamente, colocándoseen un pun to dev ista objetivo, el de Dios Padre quem ira alo s actores socialescomo marionetas cuyas e struc turas s erían los hilos, todo el mundo habla hoy de estr ategi as matrimoniales (lo que implica ubicarse en el
punto de vista de los agentes, sin hacer de ellos por eso calculadores
racionales). Es necesario evidentemente quitar a est a palabra su s
connotaciones ingenuamente teleológicas: las conductas pueden ser
i orientadas con relación afines sin es tar conscientemente dirigidas ha:
ciaesosfines
, di
rigidaspara
por esos
fines. La
de habitus
fue inven-,
tada, si puedo
decirlo,
dar cuenta
denoci6n
esta paradoja.
Asimismo,
el
: hecho de que las prácticas rituales sean el producto de un "sentido
práctico", y no de Una especie de cálculoinconsc iente o de la o bedieneia de una regla, explicaquel os ritosse an coherentes, pero con esa CO herencia parcial, n unca total , que es la de l as construccionesprácticas.
P. -Esta m p t ~ r aon el paradigma estructuralista ¿no arriesgaría
hacerlo recaer en el paradigma "i ndividualista" del cálculo racional?
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
R. - S e puede comprender retrosp ectivamen te -de
hp.cho, la s cosas
no pasan así en la realidad de la investigación-el recurso al a noción
de habitus, viejo concepto aristotdlico-tomista aue volví a Densar 1
completamente, comouna manera d e e s ~ a ~ a r a e s i a a l t e r n a t i i a e n t r e
elest ructu ralis mosi n sujeto y la fílosofia del sujeto. Alliadomás, ciertos fenomenólogos, Husserl mismo que le da función a la noción de habitus en el anál isis de la experiencia antepredicativa, o Mcrleau-Ponty, y tambidn Heidegger, abren la vía a un análi sis ni intel ectualista
ni mecanicista de la- elación entre el agente y el mundo. Desgraciadamente, se aplican a mis análisis, y es la principal fuente de malentendido, las alt ernati vas mismas que lanoción de habitus tien de a separar, la d e la concienciay del inconsciente, de la explicaci6n por la s
causas determinant es o por las causas finales. Así Ldvi-Strauss ve en
la teoria de las estrategias matrimoniales una forma de espontaneísmo y un re torno a l a filocofiadel suieto . Otros. Dor el contrar io. verá n
en ella la forma extrema de lo que réchazan eiel modo de pensamiento sociológico, determinismo y abolición del sujeto. Pero es sin duda
Jon Elster quien presenta el ejemplo m6s perverso de incomprensión.
En lugar de prestarme, como todo el mundo, uno de los terminos de
la alt ernati va para oponerle el otro, me imputa una especie de oscilación entre unoy otro y puede así acusarme de contradicción o, inás su-
~
I
-
I
~
~~
tilmente, de cúmulo de explicaciones mutuamente excluventes. ros¡ción tanto más asombrosa cuando que, bajo el efecto sh duda de la
confrontación, fue llevado a tomar en cuenta lo que está en el principio mismo de mi representación de la acci6n. el ajuste de las disposiciones al a posición, de las esperanzas a la s posibilidades: sourgra pes,
las uvas demasiado verdes. Siendoel producto de l a incorpnración de
la necesidad objetiva, el habitus, necesidad hecha virtud, produce estrategias que, por más que no sean el producto de una tendencia consciente de fines explícitamen te presentados sobre la base de un conocimiento adecuado de l as condiciones objetivas, ni de una determinación mecánica por la s causas, se hall a que son objetivamente ajustadas ala situaci6n. La acción que y í a a l "sentido dejuego" t iene todas
las apari encias de la acción racional que diseñaría un observador imparcial, dotado de toda la infoimación útil y capaz de dominarla ra cionalmente.Ysin embargo no tiene la razón por principio. Bastap ensar en la decisión inst anten ea del jugador de tenis que pasa l a red a
destiempo para comprender que ella no tiene n ada en común con la
construcción sab iaqu e el entrenador, despues de un anál isis, elabora
par a dar cuent a y :ara extr aer lecciones comunicables. Las condiciones del cálculo racional no est4n dad as prhcticamente nunca en la
práctica : el tiempo es contado, la información limitada. etcbtera. Y sin
embargo los agentes hacen, mucho más a menudo q ue si procedieran
al azar, "lo único que se puede hacer". Esto porque, abandonán dose a
las intuicione s de un "sentido práctico" que es el producto de la expo~~
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sición durable a l as condiciones semejantes o aquellas en las cuales
estnn colocados, anticipan l a necesidad inmanente s l curso del mundo. Seríane cesario retoma r en estalógic a el análisis de la distinción,
una de esas conductas paradójicas que fascinan L Elster porque son
un desafio a l a distinción del consciente y del iiiconsciente. Baste decir -Dero - es
- mucho más comolicado- que los dominan tes no apareten como distinguidos sino p&que, habiendo de al y n a manera naci-
.
.
do en una posición
positivamente
distinguida, ajustado
su habitus,
naturale
za
socialmente
constituida,
es inmediatamente
a las
exigencias inmane ntes del juego, y que pueden asi atirm ar su diferencia sin
tene r necesidad dequererlo, es decir con lo natura l que es la inarca de
la distinción llamada "natura1";les basta ser loque son para ser loqu e
es necesario ser, es decir natural mente distinguidos de aquellos que
no oueden hacer la economía dela búsqueda de la distinción. Lejos de
se;identificable con la conducta distinguida, como lo cree Veblen, a
quien %ter se asimila equivocadamente, la búsqueda de la distinción es sunegacibn: e n primer lugar, porque encierra el reconocimiento de w.a carencia y la confesión de una aspiraci6n interesad a, y porque, como se lo ve bien e n el pequeño burgués,la conciencia y la reflexividad son a la vez causa y síntoma del defecto de adaptación inmediat a a la situación que define al virtuoso. El habit us mantiene con el
mundo social del que es producto unave rdade ra complicidadontológiea, principio de u n conocimiento sin conciencia, de una intencionalidad sin ;?tención v de un dominio práctico de las regularidades del
sin tener ni siquiera necesimundo que permiG adel aiitar el
dad de .
oresent
- -arlo
~como
~tal. S e encuentra al liel fundamento de la diferencia que hacEaHusserl, esl dee nl, entrelaprotensi 6n como designio práctico de un porvenir inscrito en el presente, por lo tanto aprehendido como va allí v dotado de la modalidad dóxica del presente, y
el proyecto como pos$i6n de un fu turo con stituido como tal, es decir
como pudiendo advenir o no advenir; y por no hab er comprendido esta diferenciaci6n, y sobre todo la teoría del agente (por oposición al
"sujeto") que la funda, Sar tre encontraba, en su teoría de la acci6n, y
muy particularm ente en s u teoría de la s emociones, dificultades por
~~
completo
ide nti
cas
alaresolver
s que Elster,
cuyaantropolog
íaestámu
y próxima a l a suya,
tr at
a de
por una
suerte de nueva
casuística
filosófica: jcómo puedo libra rme libremente de la lib ert ad, da r lyoremente al mundo el poder de determi narme, como en el miedo, etcétera? Pero tra té d e todo esto, a lo largo y a lo ancho, en Le sensp ratiq ue.
P. -¿Por
qu6 retoma est a noción de habi tus?
R.
-Lanoción de habitus fueobjeto de innumerablesusos anteriores,
oor autores tan diferentes como Hegel. Husserl. Weber. Durkheim o
Mauss, usos más o menos metódico; s in embargo, me parece que, en
-
-
~
~~
~
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todos los casos, quienes usaban In nocion se inspiraban en unn misma
intención teórica, o. por lo menos, indicaban una misma dirección de
búsqueda: sea que , como en Hegel, que emplea tnmbién, con la misma
funci6n,nocionescomohexis,ethos, tc., se trntederomper con eld ualismo kant iano y de reintroducir las disposiciones permanentes que
son constitutivas de la moral realizada (Sitllichkeit ) -por oposición
al moralismo del deber-; o que, como en Husserl, la noción de habitus y diferentes vecinos como Habitualitdt, marquen el esfuerzo por
salir de la filosofin de l a conciencia;o también que, como en Mnuss, se
tra te de da r cuen ta del funcionamiento sistemático del cuerpo socializado. Retomando la noci6n de habitus, a propósito de Pnnofsky que,
en Arehitecture gothique , etornaba él mismo un concepto indígena
para dar cuenta del efecto del pensamiento escol6stic0, quisiern
arrancar aPanofsky d ela tradición neokantiana. en la cual estabae ncerrado (es a un m& claro en La perspectiue comrne forme symbollque), sacando partido del uso absolutamente accidental. v en todo caso único, que 61hab ía hecho de est a noción (Lucien doidmnn n lo vio
muy bien y me había reprochada vivamente tomar en el sent ido del
materialismo a u n pensador que, según él, se había rehu sado siempre
a ma rchar en est a direcci6n por "pmdencia politicn"; era s u modo de
ver las cosas...). Sobre todo, yoqueriarenccionar contra la orientación
mecanicisia
de Saus
suresimpieejecucidn)
(que. como los mostré
en Le sens protique,
Y del estructurnlismo. Muv
como
concibe In próctica
próximoen esto achom sky, en quien encontré lamism apre~ cupnci &
por dar una i ntención activa, inventiva, a la prdctiea (a ciertos defensores del personalismo les pareció una mural la de la libertad contra
el determinismo estructurnlista), quería insistir sobre las capacidaQue e
de.~generatricesde lasdisposiciones, quedando ener+d!
ta de disposiciones adquirirlas, su cinl fint e constitui qs Se ve hastn
que punto es absurda In catnlogacion que lleva n incluir en el estructuralismo destructor del sujeto un trabnjo que fue orientado por la
voluniaddeieintrorlucir lapráclicade lagente, su capacidad de invenci6n, de improvisnción.
Pero yo querín recordar que esta capacidad "creadora", activa,
inventiva, no er a la de un sujeto transcend ental en la tradición idealista, sino la de un agente ac tuante. Ariesgo de veime clasificiido del
I g o de las formas más vulgares del pensamiento, quería recordar la
"primacía de lu razóii pritctica", de la que hablaba Fichte, y explicitar
las categorías específicas de esta razón (lo que tra té de hacer en Le
senspratique). Me ayudó. no tanto para reflexionar como para atreverme a avanza r mi reflexión, la famosa Tesis sohrcF'errerbqch : "El
principal defecto de todos los materialismos anteriore s, inclliso el de
Feuerb ach,resirle en el hecho de que el objeto es concebido en ellos solamen te bqjo la for ma de objeto de la percepción pero no como actividad humana , como práctica." Se tra ta de re tomar en el ideulismo el
.
.
y-
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I
"lado activo" del coiiocimiento prActico que la tradición materialista,
especialmente con l a teoría del "reflejo", le había abandonado. Consrui r la noción de habitu s como sistema de esquemas adquiridos que
funcion an en estad o práctico como categorías de percepción y de apreciación o como principios de clasificación al mismo tiempo que como
principios organizadoresdelaacción, era constit uir al agente socialen
su verdad de operador práctico de construcción de objetos.
P. -Toda su obra, y especialmente las criticas que usted dirige a la
irleoloda del don. o. en el terreno teórico. a la inte nción profunda mente antigenbtica del estructuralismo, se inspi ra en la preocupación de
reintroducir l a gdnesis de las disposiciones, la histo ria individual.
.
.
.
- - - ~
~~
,
,
R. -8n este sentido, si me gustase el uego delos rótulos que se practicamucho en elcampoin telectual desde que ciertosfilósofosintrodujeron en 6 lla s modas y los modelos del campo artístico, dirí aque trato
de elaborar un estructuralismogendtico: el análisis de las es tructuras
objetivas -las de los diferentes campos- es inseparable del análisis
de lagen esis en el seno de los individuosbiológicos de las e stru ctura s
mentales que son por una p arte el producto de la incorporaciónde las
estructuras sociales y del análisis de la g6nesis de estas estructuras
sociales mismas: el espacio social, y los grupos que en 61 se di stribuyen, son el producto de luchas históricas (en las cuales los agentes se
comprometen en función de suposición en el espacio social y de las estru ctu ras mental es a trav6s de las cuales aprehenden ese espacio).
P. -Todo esto parece muy lejos del determinismorígido y del sociologismo dogmtitico que se le atribuye a veces.
R. -No
puedo reconocerme en esa imagen y no puedo evitar ver la
explicación en una resistencia al análisis. Encuentro en todo casobastan te ridículo que sociólogos e historiaoores, que no son siempre los
que est6n mejor armados para e ntr ar en estas discusiones ilosóficas,
despierten hoy este debate para. eruditos envejecidos de la Belle
Epoque que querían s alvar los valores espirituales contra la s amenazas de l a ciencia. El hecho de que no se encuentre otra cosa para oponer a una construcción científica que una t esis metafísica me parece
un signo evidente de debilidad. Ladiscusión debe situarse en el terreno delaciencia, si se quiere evitar el caer en debates paracl ases de bachillerato y semanarios cul turales donde todas las vacas filosóficas
sonnegras. Ladesgraciadelasociologíaes que descubrelo arbitrario,
la contingencia allí donde se quiere ver lc necesidad, o la nat urale za
(el don, por ejemplo, que, como se sabe de sde el mito de Er de Platón,
no es fácil de conciliar con una t eon a de laliberta d); y que descubre la
ne ce si bi , a coacción social, allí donde se querrí aver la elección, el li-
bre arbitrio. El hnbitus es ese priiicipio no elegido de ta nt a elección
que desespera a nuestros huma nist as. Sería fácil de establecer -1levo sin duda un poco lejos el desafio- que la elección de est a filosofía
de la libre elección no se dist ribuye al azar... Lo propio de las realidades históricas e s que se puede siempre establecer que hubier a podido ser de otra manera, que va de otra manera a otra parte, en ot ras
condiciones. Lo que quier e decir que, al historizar, la sociologia desnaturaliza, desfatnliza. Pero se le reprocha entonces alentar un desencanto cínico. Y se evita asi plantear, en un terreno en que tendría
cierta posibilidad de ser resuelt a, la cuestión de saber si lo que el sociólogo da como una comprobación y no como una tesis, a saber por
ejemplo que los consumos alimentari os o los usos del cuerpo varían
según la posición ocupada en el espacio social, es verdavera o falsa y
cómo se puede dar razón de estas variaciones. Pero, porotra parte,
provocando la desesperación de aquellos que bien se puede l lamar los
absolut istas, esclarecidos o no, que denuncian su relativismo desencantad or, el sociólogodescub re la necesidad. la coacción de la s condiciones y de los condicionamientossociales, hasta el corazón del "sujeto". baio la forma de eso oue llamo el habitus. En sum a, que lleva al
colmo de l a desesperación del humani sta absolut ista a l hacer ver l a
necesidad de la contingencia, al revelar el sistema de condiciones
sociales aue han hecho una manera particular de ser o de hacer, así
necesitada sin ser por eso neces aria.~ Mise na el hombre sin Dios ni
destino de elección. oue el sociólogono hace m4s que rev elar, sac ar a
luz, y de lo cual se 10hace responcable, como a todos los profetas de la
desgracia. Pem s e puede mata r al menssj ero, lo que 81 anuncia queda dicho, y entendido.
Siendo así, ¿cómo no ver que a l enunciar los d eterminan tes sociales de las prácticas, de las prácticas intelectuales especialmente, el
sociólogoda~asposibilidadesdeunaciertalibertadcon
espectoaesos
determinantes? A trav8s de la ilusión de la libertad con respecto a l as
determinaciones sociales(ilusión de la que dijecien veces qu ees la determinación
esoeclfica de los intelectuales). se da libertad de eiercer~~
alasd etermi nAion es sociales. Los queentran con los ojoscerridos en
el debat e, con un pequeño bagaje filosdfico del siglo XIX, arían bien
en darse cuent a de ello. si no quieren acept ar mañann las formas más
f4ciles de objetivación.~-,
la sociología l & r s l liberande la ilusión de la 1. .edad,.o, m6s exactamente, de In creencia
Z ai u b i c a d a e n i i d e s i l u s o r i a s . Ln ibertad no es algo dado, sino unaconqui sta, y colectiva. Y lamento que en nombre de unapequeiia libido narcisística, alen tadn por un a denegación inmadura de la s
realidades, puedapri;arse de uninstrumentoque permiteconstituirseverdaderamente-un~ocomás. en todocaso-comoun suje tolibre ,
al precio de un trabajo d e reapropiaci6n. Tomemos un ejemplo muy
simple: por uno de mis amigos, obtuve las fichas que llevaba un pro~~
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fesor de filosoífa orepara toiia so bre su s alumnos; estaba la fotosrnfio,
la profesi6n de los &res, las apreciaciones de las disertaciones. He
ah iu n documento simule: un orofesor (de libertad ) escribln de un a de
su s alumn as que ella Ln in un a relacidn servil con la filosofia: ocurre
que esta alunina er a hija de un a mucam a íy era la única de su especieen estnpoblaci6n). Elejemplo, que es rea!,esevidentementeun poco fdcil, pero el acto elementnl que consiste e n escribir en un papel
"chato"."servil"."brillanten."seno".
etc..esIn~uestaen~rdcticadeta-
xonomíns sociaimente con&ituidaS qués on e n general ja interiorizaci6n d e ooosiciones aue existen en el camoo universitario baio la forma d e d<;isioiies endiscip~ inas. n s ecci~ nes, tambidn en i l campo
socinlglobal. El aná lisis delnsestructurasm~taiesesuninstrumento de liberaci6n: gracias a l os i nst rument os- l a soci oi o ~o, spuede
f e al iz a r-.---___--u ñ a d e l n s a m bi ci on es e t e rn a s d e f i l o = q u i d e
c on ncerlnsestructu rns c o g n i t i v a ~ c ~ ~ ~ as~ categorias
1 n r , del
eñféndimiento profesoral) y al mismo tiempo a l y w s imites
m é r ó i ' ~ s ' c ~ ~ i ~ i e no ~t o~ o. m B r ~ ~ e i e m
e dio l o s
~ ~ ~ s o c i a l e s r e v e l n dorea is sistema escolni. que, al volverse categorins de percepcibn,impiden o encierran al pensam iento. La ociologia del conocimiento tfatánd ose de profesionnles del conocimiento,
es el instrume nto d e conocimiento oor excelencia. el instrume nto de
conocimiento
d e los
entos
d'ehconocimientó.
Noelconcibo
que sepueda prescindir
de in
dl.strum
Que no
se me
aga (lecir que es
único instm
mento disponible. Es u n instrumento entre otros, al cual creo haber
contribuido a dar m6s f ue nn y que puede ser aun reforzado. Cada vez
a ue se h a ~ aistoria social de la filosofía. historia social de la literncura, etc.,>ehardprogresar nesteinstrukcnto,nl quenoveoen nombre d e qud se puede condenar, sino por una especie de oscurnntismo.
Pienso que lasluces estnn del ladode aquellos queha cen descubrir las
anteojcras ...
Parad6jicnmen te, esta dispostción crítica, reflexivn, no es en absoluto ohvin;sobre todo pa ra los filósofos, que son a m enudo llevad os
oor Indefinicióndc sufiin ció n.~ or1~.16cicadeacom ~etencinc onas
Eiencins sociales, nrech aza r &ko escandalosa la historiznci6n de su s
conceptos o de su heren cia teórica. Tomnré (porque permite rnzo nar
a forlriori) el ejemplo de los filósofos ma rxi sta s a quienes Iapreocupacien de "altura " o de'profundidad" lleva por ejemplo a eter niza r "conceptos de batalla" como esoontaneísmo. centralismo. voluntnrismo
(hÜy otros), y a tr ata rlo s como conceptos ¡ilos6ficos, es decir tra ns his toricos. Por eiemolo. se acnbn de oublicar en Fran cia un Dirtionnuire
du rnarxisméen el c k l as t res ci ar t as part es (porl omenos)deIas ent radasson de est e tipo(laspocaspnlnbrnsque nopertenecen a esta categoria fueron fabricad as por el niismo Mnrx). son muy a menud o injurias, insu ltos producidos en la s luchas. por las necesidades de la lurhu. Ahorabien, m uchosdolosfil6sofos llamadosumantistas"Iaseter-
nizan, lasnrrnn can a la historiny las discutenindependientementede
su uso original.
¿Por qu6 es interesante es te ejemplo? Porque s e ve que losimpetlimentos, los intereses o las disposiciones asociadas a lÜpertenencia
ul campo filosófico pesan má s fu erteme nte sobre los fil6sofos marxistasquclafilosofiamarxista. Si hay algo que lafilosofiamarxistndebe- 1
ría imooner es la atención a la historia (v a la historicidad) de los 1
con ce~ tos ue se utilizan, pa ra pensar 1 historia. Ahora bien, el \
aristocratismo filos6fico obliga n olvidarse de someter a la crítica h istórica los conceptos visiblemente marcados por las circunstan cias
hist6ricas de su
y de su utilización (los nlthu sseria nos h an
sobresalido en el e6nero). El marxismo en la rea lidad de s u uso social
termin a por ser
pensamiento completomente al abrigo de la crítica histórica, lo que es una paradoja, dada s las potencialidades y au n
las exigencias que encerraba el pensamiento de Marx. M arx dio los
elementos de un a pragmática sociolinguistica, en par ticular en La
ideologla alema na (me referí a ello en mi análisis so cio ló~ co el estilo y d e l a re tó ric a d e ~ l t h u s s e r ) . s t a ns dicnciones quedar on como letr a muer ta, porque la tradición marxista siempre dio poco lugar a la
crítica reflexiva. En descargo de los marxistas d ire que, au nqu e se
pued an sacar de s u obra los principios d e un a sociologin crítica de la
sociologin
y deta,losutiliza
instr um
ento
s teóricos
que lasocial,
sociología,
especialme
nte marxis
para
p ensar
el mundo
el mismo
Marx
nunc a utilizó mucho la critica histórica co ntra el marxismo mismo ...
F. -Recuerdo que en Frankfurthem os tratado de discutir ciertos aspectos de L a distinction: ¿diría usted que la s estru ctur as simbólicas
son una representación de las articulacionesfundamentalesde la renIidad o diría que estas estmcturas son en ciertamedida autónomas o
producidas por un esp íritu universal?
R. -Siempre me molestó la representación jerarquica de las instancias estratificadas ~infraestructurdsuverestmcturn) ue es.i nseoa-~
rable de la cuestiónde las relaciones e itr e las estructura s simbbI&s
y las es truct uras económicas que dominó la discusión e ntre es tructuralista sy m arxistas en los aíios 60. Cada vez más me ~re rm nt o i las
estructu;as sociales de hoy no son las es truc tura s simbólilcas de ayer
y s i por ejemplo la clase tal como se la comprueba no e s por una parte el produ ch del efecto de teoria ejercido por la obra de Mnnt. Naturalmente, no llego hasta decir queso n las- estructu ras simbólicas las
que producen la s estruc turas sociales: el efecto de teoria se ejerce tnnto más fu ertemente cu anto que preexisten un estndo potencinl, "en
punteado". en la rea lidad, como uno de los orincioios de división oosibles (que
necesariame nte el mAs eiide nte pa ra Iú percepción
común), las divisio::es que la teoría, e n tan to principio de visi6n y de
~
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división, hace acceder a l a existencia visible. Lo que es seauro es a ue,
dentro de ciertos limites, las estructuras simbólkas tienen un pode;
absoluta mente extraordin ario de constititcidn (en el sentido de la filosofíay delat eoría política) que seha subestim~do mucho. ero estas
estructur as, a un s i les deben sin duda mucho a las capacidades específicas del espí ritu h umano, como el poder mismo de simbolizar, de
anticipar el porvenir, etc., me parecen definidas en su especificidad
por las condiciones históri cas de s u gdnesis.
P. -La intención de rup tur a con el estructuralism o, pues, ha sido
siempre muy fuerte en usted, al mismo tiempo que la intención de
tra er a l terreno de la sociología las adquisiciones del estructuralismo.
intención que desarrolla en s u artículo de 1968 "Structuralism and
Theory of Sociological Knowledge", aparecido en Social Research .
R. -El
análisis retrospectivo de la gbnesis de mis conceptos que usted me invita a hacer es un eiercicio necesariamente artificial. que
arriesga hacerm e caer en "la~ ilus ión etrospectiva". Las diferentes
elecciones teóricas fueron sin duda má s negati vas que positivas, en s u
origen, y es probable que tuvi eran tambi dn por principio la búsau eda
desoluciones a problemas que se podría decir peisonaies, como la p re-
la inquietud por reaccionar contra las pretensiones de la gran crítica.
Pero no reaccionaba menos contra el empirismo microfdni co de Lazarsfeld y de su s epígonos europeos, cuya falsa impecabilidad tecno16gica escondía una ausencia de verdadera problemática teórica, generadora de errores empíricos, a veces muy elementales. (Parbntesis :
seriaacordarle demasiadoalacorrientellamadahardde la sociología
estadounidense, en efecto, reconocerle el rigor empírico que se atr ibuye. oponiendosea l as tradiciones más "teóricas". a menudo identificadas en Europa. E s necesario todo el efecto de dominación ejercido por
laciencia estadounidense. v tambibn la adhesión máso menosvereonzosa o inconsciente a unaklo sofía positivista de laciencia, par aqu e
Dasen inadvert idas la s nsuficiencias v los errores
~~~~~
tbcnicos oue entra;la, en todos los planos de la investigaci6n, desde el mueitie'o ha st a el
análisis estadístico d e los datos, la concepci6n positivista de l a ciencia:
no se cuentan los casos en qu e los planos de experiencia que remedan
el rigor experimental disimula n laausenci a total de un verdadero objeto sociol6gicamenente construido.)
P. -Y,
en el caso del est ~ctur alism o, c6 movolucion6 su relación
práctica con esa corriente?
R.
ocupación
de sin
aprehender
rigurosamente
problemas
politicame;ite
candentes que
duda orientó
mis ele?~iones
r, abnjo s sobre
Argel en
Horno acadernicus pasando porLes Hdrit iers, o esa suert e de pulsiones profundas y muy parcialmente conscientes que llevan e scntirse
en afinidad o en aversión con ta l o cual manera de vivir la vida in tclectual, por lo tanto a sostener o a combatir tal o cual toma de posición
filos6fica o científica. Creo tambidn que siempre fui fuer temente motivado en mis elecciones por la resistencia a los fenómenos de moda y
a l as disposiciones, que percibía como frívolas, es decir deshonestas,
de aquellos que se hacían sus cómplices: por ejemplo, muchas de mis
estrategias de investigación se inspiran en la preocupación de rechazar la ambición totalizant e, que se identifica de ordinario con la
filosofía. Asimismo, siempre mantu ve un a relación basta nte ambivalente con la Escuela de Fra nkfu rt: las afinidades son evidentes, y sin
embargo sen tí au n cierto enervamiento ante el aristocratismo de esta
criti ca~lob aliza nte ue conservaba todos lo rasgos de la gran teoría,
sin duda por la inquietud de no ensuciarse las manos en la s cocinas de
lainvestigación empírica. Lo mismo con respectoa lo salthus scrianos.
y s us intervenciones ala ve z simplistas y perentorias que autoriza la
altu ra filosófica.
Lo que condujo a "disolver" las grandes cuestiones presentándolas a propósito de ohietos socialmente menores. es decir ins imif icant es,j , eñ todo caso,bien circunscritos y por lo ti nto susceptibLs de
ser aprehendidos empíricamente, como las prácticas fotográficas, es
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ser com~
let amen
onesto. creo
poreste
unapunto.
-su erk para
de sentido
ti6ric0,
perote
asimismo
quique-Tambibn
fui guiadoen
zás ant e todo, por el rechazo,bastantevisceral,delaposturabticaque
implicaba la antropología est ~c tu ra li st a,e la relación al tiva y lejana aue se instauraba entr e el erudito v su obieto.
decir los si m ~l e s
~es
~
profanos. a favor de la teoría de la prictica, explícita en los alth iss enanas , que hacían del agent e un s'imple "soporten(trdguer) de l a est ~ c t u r ala noción de inconsciente llenaba la misma función en Lbvi~ t r a u s s ) . ~síqu
s e, en ruptura con el discurso levi-straussianosobre
las 'racionalizaciones" indígenas, que no pueden aclar ar nada a l
antropólogo sobre las verdade ras causas o la s verdaderas razones de
las prdcticas, me obstinaba en plan tear a los informant es la cuestión
del porqub. Lo que me oblicaba a descubrir. a vrovósito de los casamientos, por ejemplo. que las razones de efeétuar 1 misma categoría
de casamiento-en este caso. el casamie nto con In rima aral lela Daterna- podían varia r considerablemente según los ag ei te s y se&n
las circunstancias. Estaba en el camino de la noción de estrate gia ..Y
paralelamente;bmpecb a sospechar que el privilecio acordadoal nnálsis erudito, objeti;ista
ejempio, el antilisFs genealógico), con
respecto a l a visión indígena e ra qui zás una ideología profesional. En
suma, quería abandonar el punto de vista caballeresco del antropólogo que hace vlanos. mavas. di amamas.
cenealocias. Todo esto está
bien, y es inevitable, como u n mor nento;a del obIetivismo, del procedimie nto antropológico. Pero no hay que olvid ar la otra relación posi~
~
~
.
.
.
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ble con el mundo social, la d e los agent es realme nte comprometidos,
en el mercado por ejemplo. de la cual dispongo el plano. E s necesario
por lo tant o hacer una k o d a de es ta relacibn no te6ric0, parcial, un
wcoarasdetierra.enel mundosocial.aue eseldelaexperienciaordi;aria. ~ unateo ri~deia relaci 6n
e6ri&ide todoloque~upone,comenzando w r la mo tu ra de la adhesi6n orActiea. de la carca inmediata.
en la rdación &atante. separada. q i e define'la postura emdita.
Estavisi Q de las cosÜsquepresentoen suforma"te6rica"encon-
tura de la situación creada por la interrorración te6rica. se hacían de
alguna man era los te61icos espontáneos cie su pr 6c ti c a .~ n na palabra. mi relación crítica con el intelectualismo baio todas su s formas(v
e~~kcialmentebajo
u forma estructurali sta) es& sin ningunad uda 1gada a l a forma partic ular d e mi inserción originaria en el mundo social y a la relaci6n particular con el mundo intelectu al que ella favorecía y que el tr abajo sociol6gico no hacía si no reforzar al neutral izar
las ce nsuras y los rechazos ligados alo s aprendizajes escolares-que,
tra
ba sin
duda
s u principio
en una
intuición
de la
irreductibilidad
de
la exis
tencia
social
a losmodelos
que
se pueden
dar,
o, dicho ingenuamente. de laUoululaci6nde lavida". de ladiferencia entre la s vrácticas
o lae experieñcias reales y las abs&acciones del mundo me&. Pero,
leios de hacer de ello el fundamento v la iustiíicación de un irracikal ismo o de una condenación de l eambición cientfiea, traté de
convertir es ta "intuicidn fundamenta l" en principio tebrico, que debe
considerarse como un factor de todo lo que la ciencia puede decir del
mundo social. Es, por ejemplo, toda la reflexión, que retomo actualmente, sobrelascholt!, ocioy escuela, como principiode lo que Austin
llamaba laschoiastic view, y de los errores que engendra sistem6ticamente.
La ciencia no puede hacer nada con una exaltación de lainexhaustibilidad de la vida: no es m8s que un humor. un mood sin interbs, salvo para aquel que la expresa y que se da as ílos airesliberados
del enamorad odelavida (por oposición al sabioMgido y austero). Este sentim iento muy agudo de lo que Weber llam a l a Vielseitigkeit, a
pluralidad de aspectos, que constituyela realidad del mundo social, su
resistencia a la empresa de conocimiento, ha sido sin duda el principio de la reflexión que no he dejado de ha cer sobre los limites del conoureuaro
sobre la teoria de los camoos
cimiento sabio. Y el trabaio ou
~
.
. e
que pbdd a llamarse $luralidad de los mundos2'- termina ra ion
-Y
unn;eflexi6n sobre la pluralidad de kl úg ic as que corresponden a los
d i f e e n i G i e c i r los dife-ntes cam% comolugares dondeSe cons truy eñlo s s'entidosCOmmUñes,os l u g a rOS siste!
.
m^asdemoi~opireduetibles 0 s - ~ a
os otros.
por
su lado,
dándome
los medios
de ,superar
las ce
nsurasdedel
lenyque
aje
erud
ito, me
permitieron,
sin duda
decir buen
número
cosas
la l engua culta excluía-.
ticula r: una relación con la pos tura teórica que no era vivida como natural, evidente. Esta dificultad para to mar un punto devista de perspectiva caballeresca , en sobrevuelo, sobre los campesinos kabiles, sus
casamientos y sus rituales. se debía sin duda al hecho de que yo había conocido iampesinos tota lmente semeja ntes, que teniandisc ursos
completamente semejantes sobre el honor y la vergüenza, etc., y que
podía senti r lo que tenía de artificial y la visión que me ocurría tener
al colocame en el punto de vista estrictamente objetivista - e l de la
genealogía por ejemplo-y au n la visión que me proponían los informantes, cuando, en la preocupación de jugar al juego, de estar a la al-
sobre el conoci mien t~ el reconocimiento;la idm de estrate gia. como
orientación de la práctica que no es ni c onsciente y calCulaaa;nTme...
3nica mente determinada,
pero que es
del ho- ;do
,
-el producio aéEeñt
rior: laide ade ouehavunal óeica de la orácticacuva es. ~eci fici dad
esides pec ial men te en su estructura temporal. Me refiero aquí a la critica oue hucia del aniilisihdel interc ambio de dones en Lévi-Strauss: el
modelo pue haceaparecer la interdependenciadel donv del contrad6n
destruyela16gicnprricticndel intercumbio, que no pueaef unciona rsino por el hecho de aue el modelo obietivo (todo don llama a un contra dóñ) no es vivido como tal. Y eso po;que la est ruct ura temporal del in-
-~~~~~
1
I
~
~~
~
~~
~
~
~
~~
.
P. -Al trabajar en una lógica estmcturalista, de maner ano ortodoxa,
usted llamó laatencid n sobre el concepto dehonory de dominaci6n,de
las est rateeias oara adauirir honor:. .uuso tambi6n el acento sobre la
categon'n de praxis.
.
R. -Le sefialaré que nunca empleé el concepto de praxis que, al menos en francds, tiene un dejo de dnfasis teórico -lo que es bastan te
onradóiico- e hice marxismo elecante. a lo ioven Marx. Frankf urt,
marxi&noyugoeslavo ..Hnbl6, muy simplem&te, d ~ $ $ n k d o
asi, 1 ~ n d d t . ntencioñeSteórica
s
s, las que se con ensan en Iozcon
ceptos e habitus, de .strategia, etc, estaban presentes, bajo una formñ semiexpiicita, y reiativam;eñfe poco elaborada, desde el origen de
mi trabaio (el conceptodecampoe s muchomás reciente: se desprende
del encuentro entre las investigaciones de sociología del arte que
comenzaba, en mi seminario dela Escuelanoimal, hacia1960, y el comentario del capitulo consagrado a la sociologia religiosa en W irlsclrap u n d Gesellschaft). Por ejemplo, en los análisi s más ant iguos sobre el honor (los reformul6 varias veces), se encue ntran todos los problemasque me planteoaiin hoy: la ideadequelasluchas porel reconocimiento son una dimensión fundamental de la vida social y que sc
bnsan en la acumulaci6n de una forma parti cular de capital,en el sentido de reputacidn, de prestigio,y que hay pues una iogica es.
pecifica de la acumulación del capital simb6lic0, como capital fundado
..
.
-
-.
.
-
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tercambio (el contraddn no es solamente diferente, sino difdrido)
enmascara o niega la e stru ctur a objetiva del intercambio. Pienso que
estos análisis encerraban en estado vi rtual lo esencial de lo que desairoll b despubs. Es el motivopor el que pude pas ar insensible y muy naturalmente del antilisis de l a culturaberebere al andlisisde lacultura
escolar (hice por otra parte coexistirprticticamente las dos actividades
entre 1965 y 1975, puesto que trabajaba a la vez en lo que debía conducir por una parte a i u distinction y por la otra a Le Senspratique
P. -Usted retornaba el proyecto durkheimiano de hacer u na sociología de las estruc turas del espíritu que Kant analiza. Pero introducía
el inter és por la dominaci6n social.
,
dos
librospart
complementariosaue
hacen el balance
de todo ese
oeriodo):
lamayor
e de los concepios alrededor
de los cualesse
organizaron
los trabajos de sociología de la educación y de la cultura que emprendiodi rigí enel marco del Centr ode sociología europea nacieron de una
generalización de l as adquisiciones de los trabajos etnológicosy sociológicos que había realizado en Argel (eso s e ve particular mente bien
en el prefacioque escribí par ae l librocolectivo sobre la fot cgr afi ~, n
ar l moyen). Pienso en oartic ulor en la relación entre las esoeranzas
y las posibilidades objetivas, que habí a observado en las Gnductas
econ6micas,demogr6ficas y politicas de los trabajadores argelinos, y
que redescubrla e n los estudiant es franceses o su s familias. Pero la
transferencia e s m6s evidente todavía en el interbs llevado a las estructur as, a la s taxonomías y a la actividad clasificatoria de los agentes sociales.
P. -Y el desarrollo de su i nter bs empfrico en dirección a la educnción
(Les hgrit iers) ¿esta. ligado a su posición en el campo intelectual?
R. -Es evidente que mi visión de la cultu ra y del sistema de enseñan-
za debe mucho a la posición que ocupo en el campo universitario y
sobre todo a la tra yectoria que me h a conducido a 61 (lo Queno queredecir que se encuentre re lat ivi zad ap~ re so) l~a relaci6n con 111institución escolar -lo mencione vari as veces- aue esta travectorin
favorecía. Pero es evident e tambi bn que, como n&bo de mos&arlo, el
andlisis delainstitución e sc ol ar -e s lo aue no comorenden los comentaristas superficiales que tratan mi trabajomds ;,menos como si sc
tra tase de una toma de posición del SNES-o,a lo sumo, de un ensayo
de un catedr6Licu de ~raintitica e liceo en rebelión contra las fechon a s simplemente,
del "igualitarismo"se sit uaba
en una problemática
o,
más
en una tradición
específica,
propia de laste6rica
ciericias
del hombre, e irreductible, al menos parcialmente, a las interrogaciones de la "actualidad universitaria" o de l a crónica político. Al
principio, teníael proyectodehacer unacrít ica social delaculturu. Escribí un artículo titulado "Sistema de enseñanza y sistema de pensamiento", donde gy&mostrar que las es tn ic tu mm en t~ es , ii las
socieda e n escritura, son incuica
el sistem nescol ar;que las
&ación
escolar%zprincipio
de la&ii máS de
.
..
-.
clas~ticncion.
'
---
.
.-
a
R. -Un historiador d e la sociología estadounidense, de nombre Vogt,
escribió que hacer a propósito de la propia sociedad, como tra to de
hacer, lo que Durkheim había hecho aprop ósito de las sociedadesprimitivas, suponia un cambio considerable de punto devist a, ligado al a
desa~
aricDesdeque
ión el efecto
que implica
la distancia
exotismo.
se de
los neutrnlizaci6n
plantea a propósito
den ues tra
sociedad,del
de
nuestro sistema de enseñanza oor eie m~l o.os ~robiemasgnose0 ~6gicos que Durkheim planteaba ápropósi<o de la s religionesprimitivas
se vuelven problemas políticos; no se puede no ver que la s formas de
clasificación son formas de dominación, que la sociología del conocimiento es insepara blnnente una sociología del econ no cimiento y del
desconocimiento, es decir de la dominaci6n simbólice. ($n re al id ~d ,
esto es cierto au n en las sociedades poco ilil'erenciadas como la sociedad kabil: las est ructuras clasificatorins que organizan toda la visión
del mundo remiten en último término a la división sexual del traba jo). El hecho de enunciar a propósito de nues tras sociedades cuestiones tradicionales de la etnología, y de destrui r la frontera t ra di ion al
~
~
mente,
entr e laeso
etnología
se traduce
y laensociología,
las reacciones
era ya
que
u nsus
acto
citapolítico.
nlas dos(Concretaformas de
trabajo: mientras que mis aii8lisis de las estr ucturas. mentale s que
sonobjetivadasenelespacio delaca sakahil no suscitan mdsque aprobación, es decir admiración, los analisis que pude hacer de las "categorías del ent endimiento profesoral", apoy6ndome en juicios emitidos
por profesores de preparat oria a propósito de sus alumnos o sobre las
necroloj?ías del Anuario delos an ti p o s alumnos de la Escuelanormal
superior, aparecen como transgresiones groseras y faltas n las conveniencias. Los esquemasclasificatorios,lossistemas de rlasificaciór.,13
oposiciones fundamentales del pensamiento, masculiiio/femenino,
derechdizauierda. esteloeste. Dero también te or id~ ra ct ic a,on categorías polí¿icas: l a teoría crítica de la cultura conduce muy naturalmente a una teoría de la política. Y la referencia a Kant, en lugar de
ser un medio de trascender la tradición hegeliana salvando lo univtrs al, como en ciertos pensadores alemanes, e su n medio de radicaliz ~ i a. crítica a l plant ear en todos los casos la cuestión de las condiciones socialesde posibilidad; comprendidalacuestión de las condiciones
sociales de la crítica. E sta Selbstreflexion sociológi~amente rmada
conduceauna crítica sociol6gicade la crítica te6rica, por lotan to aun a
radicalización y a una racionalización de la crítica. Por ejemplo, la
ci,?ncincríticadel as clasificaciones (y delanoción de clqse) ofreceuna
de las únicas posibilidades de superar real mente los límites inscritos
en una tradición hi stórica (conceptual,por ejemplo);estoslímites que
.-
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el pensador absoluto realiza alignorarlos.~ldescubriruhistoricidad
la razón s e da los medios de escapar a la historia.
un a conversación d e caf6, leer nrticulos teóricos, discu tir con otros investigadores, etc6tera. No me hubiera gustado i r a ejercer control todos los dias a la B.N. Creo que lo que hace la cohesión del grupo que
dirijo desde hace años, e s ese entusiasm o que se dice comunicativo y
aue se si túa má s allá de la distinción ent re lo serio y lo frívolo, de la
consagración modesta aU trab ajos umildes y fdcile5", que la Universidad identifica a men udo con lo serio. Y de la anibición m ds o menos
g r a n d i o sa q u e l l e v a a m a r i p o s e a r a l r i i e d o r d e l o s g r a n d e s t e m a s d e l
P. -Lo que es interesante, es ver en el desarrollo de su teoría una
búsqueda teórica de sus reacciones a su entorno.
R. -Tom6 el partido de contar mi itinerario desde este punto de vista,
es decir trat and o de proporcionar los elemento s de un andlis is sociol6gico
del de
desnrrollo
de smi
. Si creo.
lo hice,
ien porque
e sta
especie
autoa ndlisi
fontrabajo
na varte.
de es
las tamb
condiciones
de desarrollo de mi pensamiento. s i pi ed o decir ío que digo, hoy, es sin duda
porque no h e cesado de utiliza r la sociologia contr a mis deteminnciones y mis limites sociales; y especialmente para transformar los
humores, la s simpa tías y las antipa tías intelectuales que son, creo,
tan importantes en laseleccionesintelectuales,enproposicionesconscientes y explicitas.
P e r o l n p o s t u r a q u e s u i n t e rr o g a c i 6n m e h a c e a d o p t a r , l a d e l n a u tobiografía intelectual, me lleva a seleccionar ciertos aspectos de mi
historia, que no son necesariamente losmásim portnntes, o los mósi nteresa ntes, a un intelectu almente (pienso, por ejemplo, en lo que dije
del tiempo de mi s estudios y de la Escuela normal). Pero , sobre todo,
eso me lleva a racionalizar d e alguna ma nera a la vez el desarrollo de
losacontecimientos y lasignificaciónque tuvieron para mí. Aunque no
fuese sino por un a sue rte de pundonor profesional. No necesito decir
quem uchas d el as cosas que desempeñaron un papel determinnnte en
mi "itinerario intel ectua ll'me cayeron encima por casualidad. Mi contribución propia, ligada sin dud a a mi habitus, consistió en sa car partido de ellas, bien que m al (pienso, por ejemplo, que a trap e muchas
ocasiones que muchas personas hubieran dejado pasar).
Además,lavisión estrat6gicaquemeimponen sus preguntas, invitandom e a sit uarm e en relación con otros trabajos, no debe esconder
que el principio verdadero, al menos a l nivel de la experiencia, de mi
compromiso impetuoso, u n poco loco, con la ciencia, es e l placer de jug a r y deiurrar uno de losjuerros más extraordinarios au e se vuednn
jugar , elde-la investigacizn , e n la forma que ella toma'en soCiología.
Para
í. la vida
está mas
oróxima No
a la puedo
vida dedecir
artis ta
nue
a
las mritinas
de intelectual
una existencia
acád6mica.
como
Proust: "Me acuesto a menu do temprano...". Sino que esas reuniones
de trabajo que termi naban con frecuencia a horas im~o sibl es. n vrimer lug ar porque nos divertíamos mucho, están entre'los mejores momentos de mi vida. Y h a b r í a q u e h a b l a r t a m b i e n d e l a f e li c id a d d e e s a s
entrevistas que, comenzadas por lnm aña naa lasdiez, se prolongaban
ouede.
en la
todo el día: Y la diversidad extrem a de u n oficio en aue
. se~
.
m i s m a s e m a n a , e n t r e v i s ta r a u n patrón o a un obispo, analiz ar un a serie de cuadros estad ísticos, consultar documentos hist6ricos, observar
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.
P.
-¿Esta
nctual?
capacidad de hablar de e stas cosas depende de su posición
R. -Seguramente. La sociologla confiere un a extra ordin aria autonomía, sobre todo cuando no se autiliza como arm a contra los otros o com o u n i n s t m m e n t o d e d e f e n sa s i n o c o m o u n a r m a c o n t r a s í, u n i n s t r u mento de vicilancia. Pero al mismo tiempo. vara ser capaz de utilizar
la so ciol ogí~ hast a l fin, sin protegerse demasiado, es Sin duda necesario estar e n un a posición social tal que la objetivación n o sea insoportable ...
.
P. -Usted dio un report de la sociogénesis de sus conceptos y esto nos
h a dado una visión global del desarrollo de la teoria qu e tra ta de estud iar las lucha s simbólicas en la sociedad, desde la sociedades arcaic a s h a s t a n u e s t r os dias. ¿Puede decir ahora qué papel desempeñaron
Marx, Weber en la g6nesis intelectual de s us conceptos? ¿Se siente
marx ista cuando habl a de lucha simb6lica o se siente weberiano?
.
.
~~~
momento. ¿Cómo expresarlo? No hay que elegir ent re la libertad
iconoclasta e inspi rada del g ran juego intelectu al y el rigor metódico .
de la investigación positiva, es decir positivista (entre Nietzche y
Willamovitz, si quiere), en tr e el compromiso total con la s cuestiones
fundamentales y la distanciacrítica asoci adaaunavnst ni nf or m aci ón
positiva (Heidegger contra C assire r, por ejemplo). Pero no vale la pen a i r tan lejos: el oficio de sociólogo es, sin dud a, en tre todos lo s oficios
intelectuales, el qu e yo podía hacer con alegría, en todos los sentidos
de la expresión -por lo menos, así lo espero. Lo ue no exclu e, sino
.
l contrario, en razón del sentimiento del privilegio,
e la deuda im
p a g a , u n s e n t i m i e n t o m u y f u e r t e d e respon~ad$iiiiiad ( o a u n d e c u l p a bilidad). Pero no s xs i debería decir es tas cosas...
,
~
~~~
R. -Nunca pens6 en esos tenninos. Tengo la costumbre de recusar
esta s preguntas. En prim er lugar porque, cuando se las enuncia de
ordinario -s6 bien que no es su caso- es casi siempre con intención
pol6mica, clasificatoria, pa ra catalogar, kategoresthai , cusar públicamente : "Bourdieu, en el fondo, es durkheimiano". Cosa que, desde
el punt odevist a del quelodice, es peyorativo; esto significa:noesmar-
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xista, y está mal. O bien "Bourdieu es marxista", y est4 mal. Se tra ta
casi siempre de reducir , o de destruir . Como cuando hoy se interroga
acerca de-mis relaciones con Gramsci -en quien se encu entra n, sin
duda ooraue
- se me haleíd o, muchas cosas que no pude encontrar más
qu ep or qu no lo había le!do ... (Lo más inte resante en Gramsci, que
efectivamente lei recientemente, son los elementos que provee para
unasociología del hombre de a parato de partido y del campo de los dirigen tes comunistas de su tiempo- todo lo cual está bien lejos de la
ideolodadel "intelectualorgánico"por acu al esm4sconocido). De todos modos, la respu esta a la cuestión de saber si un autor e s marxista. durkheimiano o webenano no aporta casi ningunainformación
sobre este autor.
Pienso inclusive que uno de los obst4culos para el progreso de la
investigación es este fhci onam ient o clasificat&o del pensamiento
académico, y politico, que, a menudo, proscribe la invención intelectual impidiendo la superación de l as falsas antinomias y de la s falsas
divisiones. La16gicadelaetiquetaclasificatoriaes exactamentela del
racismo, que estigmatiza al en ce rr v en una esencia negativa. En to-
que pude da r de tomármelas con la obra dc Austin en mis trabajos
sobre ellen pa j e. En efecto, si seleyeraverdaderamenteaAustin, que
es sin du da uno de los filósofos que más admiro, se percibiría que lo
esenrial de lo que he tra tad o de reintroducir en el debate sobre el perforinativo se encontraba ya allí d ic h~ , sugerido. Apuntaba en realidad a la s lecturas for malistas que redujeron l as indicaciones sociológicas de Austin (61fue, según creo, tan lejos como podía ir) a análi sis
de pura lógica; que, como con frecuencia sucede en la tradición Iingüística,
nocomo
cesa ronha
sta quenovaciaron
debate
todo
lo externo,
lo había
hecho Saussure,elpero
61, lingüísticode
con absoluta conciencia.
P. -¿Cómo se hacen esos hallazgos?¿ Por qu6 va usted a buscar en tal
autor?
R. - S i se quiere. Pero la Realpolilik del concepto que practico no va
sin un a línea teórica que permite escapar a l puro y simple eclecticismo. Pienso que no se puede acceder a un pensamiento realmente
productivo sino a condición de darse los medios de tener un pensamiento re almen te reproductivo. Me parece que es un poco lo que Wittgenstein quería sugerir cuando, en las Vermischte Bemerkungen ,
R. -"Se toma la riqueza allí donde se la encuentra " como dice el sentido común, pero. evidenteme nte, no sepide cualquier cosa a cualquiera... La funcidn de la cultur a es designar a los autor es en quienes se
tienen po sibilidades de encontrar ayuda. Existe un =nt ido filosófico
que es un pococomo un scnt ido~ olit ico..La cultura ese sta esuccis
.~ de
snber gratuito, para todos los fines, que se adquiere engener al a u na
edad en que no se tienen todavía problemas a plante ar. Puede pasarse la vida en acrecentarla, en cultivarla por sí misma. O bien, es posible servirse de ella como de una caja de herra mienta s,más omenos
inagotables. Los intelectuales están preparados por toda la 16gica de
suformaci6nparatratarlasobrasheredadasdelpasauo omouna cultura, es decir un te sors que se contempla, que se venera, que se celebra , que se valoriza por eso mismo, en resumen, como un capi tal destinado a ser exhibido y a producir dividendos simbólicos, o simples
gratificaciones narcisistas, y no como un capitai prodiictivo que se
invie rte en la investigación, para producir efectos. Est a visión "pragmdtica" puede parecer chocante, has ta ta l punto l a cultura está asociada a l a idea de gratuidad, de finalidad sin fin. Y era necesario sin
duda tener unarelación un ~oco bá rb ar aonla cultura-a la vez más
"seria", mds "interesada" y menos fascinada, nicnos religiosa- para
decia
ahabíaHe
invent
adonaRussell,
da y queKrau
todole
habíavenido
de
algú nque
otro,61nunc
Boltzmann,
n, Frege,
s, Loos,
etc. Yo podríaproducir una enumeraci6n semejante, sin duda máslarga. Lo sfilósofos están mucho más presen tes en mis trab ajos de lo que yo pueda decir, a menudo, por miedo a parecer sacri ficar al rit ual filosófico
de la declaración de fidelidad genealógica. Y adem4s no est4n allí presentesbajo la s especies ordinarias...La búsqueda sociológica tal como
laconcibo es ambib nunbu en terreno para hace r loque Austin llamaba el fieldwork inphilosophy.
En este sentido, quiero aprovechar par a corregir la impresión
tra
tar la asi.sin-fetichismo
esoecialmcntecon
a lalos
cu ltura
oor
la filosofía.
Est a relación
autoie
s yexcclencia.
con los textos,
el an álisis
sociológicode lacu ltu ra que ella había hechopo sible,no Iiizosin d uda
sino reforzarla ...En realidad, es desde todo punto de vista inseparable de una representación del trabajo intelectual poco común en los
intelectua les, que consiste en consid erar el oficio intelectual como un
oficio como los otros, haciendo desaparecer todo lo que la mayor Darte de los intelectuales deasp iració nie sienten obligndos a ha¿erI>ara
sentir se in:?lectuales. Hav, en toda actividad. dos dim en si~ ne s.elativameotn independientes; la dimensión própiamente t6cnica y la
docaso,constituye,amimododever,elprincipalobst~culoparaloque
me
~~-narece
.~ s er la iusta relación con los textos y con los pensadores del
pasado. Por mi &te, tengo con los autor es ielaciones muy pragmd~~
~
~
ticas:recurro
aelloscomo
aucon~paiieros",n
sentido de la tradición
artesanal. a quienes
se puede
pedir una ayudaelmomentánea
en las siP. -Eso me recuerda l a palabra'%ricolage" que LBvi-Stfaussempleaba: usted tiene un Drobiema y utiliza todas las her ramientas que le
parecen útiles o utihzables. -
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dimensión simbólica, especie de metadiscurso prdctico por el cual el
que actúa -es la blusa blanca del peluquero- hace ver y hace valer
ci ert aspropi = l adcsdestacablesde suacción. Es nmbibn el cnsoen las
orofesiones intelectuales. Reducir la parte del tiempo y de la ene rgia
~ o n s ag r a d os a l sh o w s a cr ec e nt ar c o ~ s i d e r a b l e m e ~ t eendimiento
~l
tbcnico; pero, en un universo dond e la definición social de la prác tica
implicau na pa rted esh ow, deepideixis, coinsdecinn los presocrdticos,
en eso s i conocían, es tambidn exponerse a perder la s ventajas
de las a pue stas m ayores el uso político de au tores o de conceptos eniblemáticos). El eiemolo má s tipico es a oposición, científicamente por
completo ab sur da, e ntr e indiv-iduo y sociedad, que l a noción de habitu s en tant o que social incorporado, por lo tantoindividualizado, tiende a sob repasar. S e esforzará n en vano en hacerlo, la lógica politica
volver6 a lan zar etern ame nte la cuestión: basta, en efecto, introducir
la politica en el campo intelectu al para ha cer existir un a oposici6n,
que no iene realidad sino politica, entre partidanosdelindividuo C'in-
simbólicas
de reconocimiento
queele stán
asociadas
a l ejercicio
d e la actividad
intelectual. Con
hecho,
por contrap
artids, norma
de quel
has ta las concesiones má s limitadas y niás controladas al show business, que form a parte cada vez má s del oficio intelectual, no ocurren
sin riesgos de todos los órdenes.
Ahora au isiera volver a la p re wn ta inicial sobre la relación con
los autores c~nón icos tra tar d e esponder a ella reformuldndo!a baio una forma e n au em e oarezca absolutamente aceptable, es decirbajo
i a orm ade la ciesti6n;fundamental, del espacio G6rico en el cual Ün
aut or se sitúaconsciente o inconscientemente. La función principal de
un a cultur a teórica (que no se mide por el número de footnotes que s e
ha n agregado a1osescritos)espermitir tomar encuentaexplicitamente es te espacio teórico, es decir el universo de las posiciones científicame nte pertinen tes en u n estado dado del desarrollo de la ciencia. Este espacio de to ma s de posición científicas (y epistemológicas) dirige
siempre l as prdcticas, y en todo caso s u significación social, se lo sepa
o no, y tanto m ás brutalmente sin duda cuanto menos se lo sepa. Y l a
toma de conciencia de este espacio, es decir, de la problemática científica como espacio d e los posibles, es un a de las condiciones principales de un a práctica científica consciente de sim isma , por lo tanto controlada. %os auto res -Marx, Durkheim, Weber, etc.- repre sentan
puntos de referencia que estructura n nuestro espacio teórico y nuestr a percepci6n d e este espacio. La dificultad de la e scritura sociol6gica está en el hecho de au e es necesario luchar contra los impedimentos inscritos e n el espacio te6rico en u n mom ento dado -y-especialmente. en mi caso. cont ral as f al s as i ncom~nt i bi l i dades ue ellos tienden aproducir-;ésto almism o tiempo qué se sabeb ien que elproduc-
dividualismo
metodol6gico")
arioregresiva
s de la "sociedad"
adas como "totalitariis").
Es tay partid
presión
es tan fu(catalog
erte que,
cuanto má s avance la sociologia, más dificil ser6 es tar a la a ltur a de
la heren cia científica, acum ula r realmente la s adquisiciones colectivas de la ciencia social.
to
este trabajo
tu raajustadas
se rá percibido
a travbs
de las categorías
de de
percepción
que de
, almp
e star
a l espacio
transformado,
tenderá n a reduc ir la construcci6n propu esta a un o u otro de los tdrminos
de la s oposiciones que ella sobrepasa.
P. -Porque
son apu esta s...
R. -Efcctivamente.Todo trabajo de sobrcpnsar la s oposiciones canonicas (entre Durkheim y Marx, por ejemplo, o entre Marx y W eber) se
expone a la regresión pedagógica opolitica(siendo evidentemente uiia
P. -Usted no de lugar alguno, en su trabajo, a las normas universales, a diferencia de Haber mas, por ejemplo.
R. -Tengo tenden cia a plan tear e l problema de la razón o de las normas de manera resueltamente historicista. En luga r de interrogarme
sobre la existencia de "intereses universales", preguntarb: jquibn
tiene interbs en lo universal? O mejor: jcudles son las condiciones
sociales que deben s er satisfechas para que ciertos agentes tengan
interbs en lo universal? ;.Cómo s e crean cnmoos tales a ue los nrrentes.
al satisfacer sus intereses particulares, coniribuycn por eso Gs m o n
oroduc ir lo unive rsal (o ienso en el cnmoo cientifico)? O camvos donde
íos agentes se sienten'obligados a hacei se los defensores de io universal (como el campo intelec¿ual en cierta s tradicio nes nacionales-por
eiemolo
en Francia hoy-). En una palabra. en ciertos campos, en un
~ i e r t o m o m e n t o o~r Ün cierto tiempo(e s decir, deman eran oirre versible), hay agentes qu e tienen intereses en lo universal. Creo que hay
que llevar hasta su límitea l historicismo, por una suerte de duda radical, para ver lo que puede realmente ser salvado. Se puede, s e y r a mente, darselarnz 6nunive rsnl al comienzo. Creo quevalemás ponerla en juego tambidn, aceptar resueltamente que la raz6n sea un producto histórico cuya ex istencia y persistencia son el producto de un
y determin ar históricatipo
determ
d e scondiciones
mente
lo queinado
son esa
condiciones.hist6ricas,
Hay u na historia
d e la razón; eso
noauier e decir aue la razón se reduzca a s u historia sino que hay condiciones hist6rGas de aparición de las forma s socia lesde comunicación au e hacen oosible la oroducci6n de verdad. La verdad es un
comp rohiso de lu chas e n todó campo. El campo científico llegado a u n
a l t o ~ a d o d e a u t o n o m i a ienelapnrticularidaddequenosetienecierta posibilidad de triu nfa r en bl sino a condición de conformarse a las
leyes inmn nen tes a e ste campo, es decir d e reconocer priicticamente
la verda d como valor y de res petar los principios y los cánones meto41
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doló~ic os ue definen l a racionalidaden el momento considerado, al
mismo tiempo que de comprometer en las luchas d e competencia todos los instrumentos especificas acumulados en el curso de las luchas
anteri ores. El campo científico es un juego e n el que hay que arm arse
de razón para gana r. Sin producir o llamar a superhombres, inspirados en motivaciones radicalmente diferentes a las de los hombres
ordinarios, produce y alienta, por sulógica propia, y fuera de toda imposiciónnormativa,formas de comunicación par ticu lares, como In discusión competitiva, el diálogo crítico, etc., que tienden a favorecer en
realidad l a acumulació n y el control del saber. Decir que hay condiciones sociales de la producción de la verdad es decir que hay u na políticadelav erdad, unaacción de todos losinstantesparadefendery mejorar el funcionamiento de los universos sociales donde se ejercen los
principios racionales y donde se engendra la verdad.
P. -En
la tradición alemana, se tiene esta voluntad de justif icar, dc.
fun dar , esta inquietud por justificar l a crítica, como en Habermas:
¿hay un punto estable, un fundamento, que justifique todos mis pensamientos, qu e todo el mundo debe reconocer?
R. -e
puede plan tear est a cuestión de un a vez por todas, al comienzo. Luego, tenerla.30~esuelta. Por mi parte, creo que es necesario
plantearla de manera empírica, histórica. Sin du dr, e s un pocodecepcionante, por menos "radicaY'... Identific arse con la yazón es un a pos!ción muy tentadora para todo pensador. En realidad, es necesari I
arriesrrar su ~osici ón un de ~e ns ad or niversal para tener una posibili dai de peAsardc manera;n poco menos partic ular. Cuando, en mi
últimolibro, pretendo objetivaralaUniversidad, universodel que formo ~artevdo ndeeafirma n todaslas pretensionesala universalidad,
me expongo, m4s que nunea, a la cueitión del fundamento, de la legitimidad de estn tent ativ a de objetivaci6n.Esta cuestión que no se me
plentea cuando hablo de los kabiles, de los bearneses o d elos patrones
de la industria , se me plantea en cuanto pretendo objetivar alo s profesionales de la objetivación. Trato de plantear la cuesti6n del fundamento en terminos casi positivistas: ¿cuáles son las dificultades par-
principio de error . De suerte que, para escapar au nque se a un poco a
lo relativo, es absolutamente necesario abdicar la pretensión al saber
absoluto, deponer l a corona del filósofo rey. Y descubro también que,
en un campo, en un d eterminadomo mento, lalógica del juego estd hecha de tal manera q ue ciertos agent es tienen inter6s en lo universal.
Y, debo decirlo, pienso que es mi caso. Pero el hecho de saberlo, de
saber que invierto en mi investigación pulsiones personales, ligadas
a toda mi historia, me da una pequeíia posibilidad de saber los límites de mi visión. En una palabra, no se puede plantear en tkrminos
absolutos el problema del fundamento : es una cuestión de grado y se
pueden construir instrumentos para arrancarse, al menos parcialmente, al o relativo. El más importante de estos instrumenos es el riutoanálisis entendido como conocimiento no solamente desde el pun to
de vista del erudito, sino tambien de sus instr ument os de conocimientos en lo que tienen de históricamente determinado. E l análisi s de la
Universidad en su estructu ray su historia es asíla m ás fecunda dela s
exploraciones del inconsciente. Estimo que habré cumplido bien mi
contrato de "funcionario de la humanidad", como decía Husse rl. si Ilego a reforza r Ins armas de la crítica ref lexiva quc todo pensador debe
llevar contra símismo para tener alguna posibilidad de ser racional.
Pero, clmo usted ve, tengo siempre iendeñcia a transformar los problemas filosóficosen problemas prácticos de política científica: y confirmo así la oposici6n que hacía Marx, en el Manifiesto, en tre los pensadores franceses que piensan siempre políticamente y los pensadores alemanes que plantean cuestionesuniversales y abstracta s "sobre
la realización de la naturaleza h umana"
A
...
ticulares aue se encuentran cuando se quiere objetivar un espacio en
el que se e;t4incluido y cuáles son lascondicioncs particu lares que es
necesario llenar oar a tener ~osibilidades e superarlas? Y descubro
que el interhs qu;! se puede ten er en objetivar un un iverso del que se
forma part ees un interésdeabsoluto,lapretensión lasventajas asociadas a la ocupnción de un punto de vista absoluto, no relativizable.
Eso mismo que se daba el pensador al pretender el pensamiento autofundador . Descubro que uno se vuelve sociólogo, te6ric0,por tener el
punto de vista nbsoluto, la teorla; y que, por tanto t i e m ~ oomo ella
quede ignorada, esta ambición de regalía, divina, es un formidable
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divisiones que se ienden a constituir en oposicionesteóricas, es el hecho de que los sociólogos pretenden imponer como la única manera
legitima de hacer sociología la que l es es mds acce:iible. Ca si inevitablemente "parciales", tra tan de imponer un a definición parcial de s u
ciencia: pienso en esos censores que hacen un uso represivo o castr adordelareferenciaaloempírico (auncuan dono practiquen por simismos la investigación empírica) y que, bajo apariencia de valorizar la
prudencias modesta contralas audacias teóricas, piden a laepistemo-
Puntos de referencias
P. -En la s~ciologiade hoy coexisten vanas "escuelas", con parad i gm a ~ mbtodos diferentes, cuyos partidarios discuten a veces violentamente. Usted i nten ta en sus trabajos supe rar esa s oposiciones.
¿Puededeei-se que elcompromisode susinvestigaciones es elde desarrollar una sintesis que conduzca a u na nueva sociología?
R. -La socioloda de hoy estd llena de falsas oposiciones, que mi traba j ome l l c va a ~ e nudoauperar, sinqu e yo mepropongae stasuperación como ~ro-vec to. sas oposiciones son divisiones reales del campo
sociológico; tienen un fundamento social, pero ningún fundamento
científico.
Tomemos
las ent
mds
como
la oposición entr
e teóricos y empiristas,
o bien
reevidentes,
subjetivistas
y objetivistas,
o aun
e ntre
el estructuralismo y ciertas formas de fenomenología. Todas estas
oposiciones(y hay mucha s otra s) me parecen co mpletamente ficticias
y al mismo tiempo peligrosas, porque conducen a mutilaciones. El
ejemplo mds típico es la oposición ent re u n enfoque que puede Ilamarse estmct urali sta, que tiende a capta r relaciones objetivas, independientes d e la s concienciasy de l as voluntades individuales, como decíaM anr, y un procedimiento fenomenalógico, nteracc ionista o etnometodológicoque tiende a captar la experiencia que los agentes hacen
realmente de lasinteracciones, delo s contactos sociales,y lacontribuci6n que aport an alacon stnicción me ntal y prdctica de las realidades
sociales. Muchas de esas oposiciones deben una parte de su existencia al esfuerzo por constituir en teoría l as posturas ligadas a l as posesión de formas diferentes de capital cultural. La sociología, en su
estado actual, es u na ciencia de gran ambición, y la s maneras legitimas de practicarla son extremadamente diversas. Se puede hacer
coexistirbajo eln ombre de sociólogo ape rso nas que hacen andlisis estadísticos, otr as que elaboran modelos matemdticos, otr as que describen situaciones concretas, etc6tera. Todas estas co mpet end- .~ stdn
raram ente reun idas en un solo hombre, y una de las razones de las
S Entrevista con J. Heilbmn y B. Maso, publieiida en holnnd0s. en Soeiologisch
lydschrift, Amsterdam,X, 2, octubre de 1983.
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logia del resentim iento qu e sostiene la metodología positivista, justificaciones para decir que no hay que hacer lo que ellos mismos no saben hacer para imponer a los otros sus propios límites. Dicho de otro
modo, pienso que u na buena p arte de los trabajos de "teoría" o de "metodología" no son sino ideologíasjustificadorasde una forma particular de competencia científica.Y un andlisis del campo de la sociologia
mostraría sin duda que hay una f uerte correlación ent re el tipo da capital del que disponen los diferentes investigadores y la forma de
sociología que defienden como la única legít ima.
P. -¿En este sentido usted dice que la sociología de la srciología es
una de las condiciones primeras de la sociología?
R.-Si,perola sociologiadelasociologia tiene también otraavirtudeP;.
Por ejemplo, el principio simple según el cual cada ocupante de unn
posición tiene interés en ver los límites de los ocupant-S de las otras
posiciones, pwmite sacar ventaja de l a crítica de la cual se puede ser
objeto. Si se toman, por ejemplo, las relaciones e ntr e Weber y Mnrx,
que fueron siempre estudiadas escolarmente, se puede mirarlas de
otra maner a y preguntarse en qu6 y por qué un pensador permite ver
la verdad del otro y recíprocamente. La oposición entr e Marx, Weber
y Durkheim tal como es ritualmenteinvocada en los cursos y las diser taciones enmascar a que la unidad de la sociología estd quizás en este
espacio de posiciones posibles cuyo antagonismo, ap rehend ido como
tal, propone la posibilidad de s u propia superación. Es evidente, por
ejemplo, que Weber vio lo que Manr no veía, pero tambi6n que Weber
podíaver lo q u e M n r x n o v e í o p o rq u e M a ~ h a b i a v is t o l o uehabíavisto. Una de las gr and es dificultades en sociología es que a menudo es
cecesario inscribir en la ciencia aquello ~ o n t r ao cual se construyó en
un primer tiempo la verdad científica. Contra la ilusión del Estado
drbitro, Marx construy6Ianoción del Estado comoinstrumento de dominación. Pero, contra el desencanto que opera la crítica marxista,
hay q ue pregu ntarse, con Weber, cómo el Estado , siendo lo que es, Ilega a imponer el reconocimiento de su dominación y si no hay que
inscribir en el modelo aquello contra lo cual se construy6 el modelo, es
decir la representación espont anea del Estado como legítima. Y puedeop erar sela misma jntegración deaut ores en apariencia antagoniu-
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ta s a propósito de la religi6n. No por amor a la paradoja dird que Weber realizólaintenci6nmarxista(en elmejor sentidode lapalabra) en
terrenos en los que Marx no l a había realizado. Pienso en particular
en la sociología religiosa, que está lejos de se r el punto fuerte de Mam.
Weber hizo una verdadera economía política de la religi6n; más
exactamente, dio todo su poder al a n6lisism aterialist adel hechoreligioso sin destruir el carácter propiamente simb6lico del fen6meno.
Cuando pla ntea por ejemplo que la Igle sia se define por el monopolio
de laman ipulaci6 nlegítim a de los bienes de salvaci6n, ejos de proceder a u na de es as transferencias puramente metaf6ricas del lenguaje econ6mico que se prac ticó mucho en Francia e n los Últimos años,
produce un efecto de conocimientoextraordinario. Puedehacerse este
tipo de ejercicio aprop6sito del pasado, pero tambien apropósito de las
oposicionespresentes. Como acabo de decir, cada soci6logo tendría interes en escuchar a sus adversarios en la medida misma en que estos
tiene n inter6s en ver lo que 61 no ve, los límite s de su visi6n, que por
definición se le escapan.
P. -Desde hac e años, Ya crisis de la sociología" es u11tem* de privilegio entre los sociólogos. Aun recientemente se ha señalado "el estallido del medio sociol6gico"¿En qu6 medida esta'crisis" es una crisis
científica?
R. -Me parece que la situaci6n actua l, que, en efecto, es a menudo
descrita como situación de crisis, es completamente favorable al progreso científico. Pienso que l a ciencia social, por prurito de resp etabilidad, por aparecer y aparecerse como una ciencia como las otras,
había elaborado un falso "paradigma". Es decir que, finalmente, la
especie de alianza estr augi ca de Columbia y Hawa rd, el triángulo
Parsons, Merton y Lazarsfeld sobre el cual repos6 durant e años la ilusi6n deunacienciasocialunificada, especie de holdingintelectualque
llev6 una estrategia de dominaci6n casi consciente, se hundi6, y creo
que es un progreso considerable.Y bas tad a paraverificarlo ver quien
grit a por la crisis. Son en mi opinión aquellos que fueron losbeneficiano s de e sta es tmct ura monopolista. Es decir que en todo campo -en
el campo sociol6gico como en los otros-, hay un a lucha por el monopolio de la legitimidad. U n libro como el de Thomas Kuhn sobre las
revoluciones científicas hizo el efecto de una revolución epistemológica a los ojos de cie rtos soci6logos estadounienses (cosa que no er a en
absoluto. a mi modo de ver) uorque sirvi6 como instm mento de comque un cierto nrímero de personas,
bate contra ese falso
ubicadas en posici6n intelectualmente dominante por el hecho de la
dominación económica y política de su naci6n y de su posición en el
campo universitario, había n logrado hacer reconocer ampliamente en
el mundo.
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Seria necesario analizar en detalle la divisi6n del trabajo de dominación que se había instituido. Existía por una parte una teoría
ecldctica fundada en una reinterpretaci 6n se!ectiva de la herencia
europeay des tinada a hacer de modo que lahisto ria d elns ciencins comenzase en Estados Unidos. En cierto modo, Pnrsons fue a la trad ici6n sociol6gicaloque Cicerón había sido a la filosofía griega: tomalos
autoresdeorigen, los traduceen un lenguajeun pocom8sflexible,produciendo un mensaje sincr6tic0, una combinaci6n acad6mica de We-
Pareto-peroevidentementeno
ber,
Durkheimy
deMam.
Por otro lado, estaba
el empirismo
vienes de Lazarsfeld, especie
de neopodtivismo de pocas luces, relativa mente ciego al plano te6rico. En cuanto a
Merton, entre los dos, ofrecíapequefiasaclaracionesescolares, pequefias síntesis simples y claras, con su s teorías de medianoalcance. E ra
unverdadero reparto decompetencias en el sentidojurídico del tdrmino. Y todo esto formaba un conjuntosocialmente muy poderoso, que
podía hacer creer en la existencia de un"paradigma"comoen las ciencias de la naturaleza. Aquí interviene lo que llamo "el efecto Gerschenkron": Gerschenkron explica que el capitalismono tuvo nunca en
Rusia la forma que tomden otros países por el simple hecho de que comenzó con un cierto reta rdo. Las ciencias sociales deben un gran número de sus car ~ct en sti ca s de sus dificultades al hecho de que, tambien ellas, comenzaron despues que las otras, d e modo que, por ejemplo, pueden utiliza r consciente o inconscientemente el modelo de las
ciencias m4s avanzadas para simular la cientificidad.
En los atios 1950-1960,se simuló la unida d de la ciencia, como si
no hubiese ciencias sino cuando hay unida d. Se reprocha a la sociolo@a ser dispersa, ser conflictiva. Y de tal modo se ha hecho interiorizar a los sociólogos la idea de que no son cientificos porque estdn en
conflicto, en controversia, que tienen la nostalgia de esta unificacicín,
verdadera o falsa. En realidad, el falso paradigma de la costa Este de
Estados Unidos era una suerte de ortodoxia...Simula ba In communis
doctorum opinio que no e s propia de la ciencia, sobre todo en sus comienzos, sino deu na Iglesiamedieval o de unainstituci6njurídica. En
muchoscasos, el discurso sociol6gicode losaiios 50 0 6Olograba el tour
deforce consistente en hablar del mundo social como si no se habla-
rade él.aErlaa undiscurso
de denegación,
eneldominantes
sentido de Freud,
querespondía
demanda fundamental
de los
en materia
de
discursos sobre el mundosocial, qu ees una dem and a dedistanciaci611,
de neutralizaci6n. Basta con leer la s revistas estadounidenses de los
años 50: la mitad de los artículos estaban consagrados a la anomia, a
las variaciones empíricas o seudote6ricas sobre los conceptos fundamenta les de Durkheim, etc. Era u na especie de chochez escolar y vacía sobre el mundo social, con muy poco materia l empírico. Lo que me
chocaba, en particular, en au tores muy diferentes, e ra el uso de conceptos ni concretos ni abstract os, conceptos que no se puede compren-
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dersi no se tieneunaideadelreferente concretoque tienen enlaca beza los que los emplean. Pensa ban jet sociologist y decían "profesor
universalista". Lairrealidad del discurso alcanzaba puntos culminantes. Felizmente, h abía excepciones; como la Escuela de Chicago, que
hablaba de losslums, deStreet Corner Society, que describíalas bendas, olosmedioshomosexuales,en uma, mediosdepersonn sreales ...
Pero, en el pequeño trisngul o Parsons-Lazarsfeld-Merton, no s e veía
nada.
I
Así. para
mí. la Ycrisis"de
se habla
es la crisis
de un a
ortodoxiaiy
la proliferación
dela scual
herejías
esenhoy
mi opinión
un progreso hacia la cientificidad. No oor azar la imaeinación científica se
&~eontróliberada.i todas las Posibilidades que-ofrece la sociología se
han abierto nuevamente. Toca ahora enfrenta rse nuevamente én un
campo de luchas, que tienen alm inas posibilidades de volverse lucha s
cieniíficas. es de& confrontacirones ie y la d as tales que es necesario
ser un científico para triunfar en ellas: ya no se podre triunfar
únicamente disertando vagamente sobre ascriptionlachievement y
sobrel a anomia, o presentando cuadros estadísticos teóricamente, por
lo tanto empíricamente mal construidos sobre la "alienación" de los
workers C..)
P. -En
la sociología,hay una tendencia muy grande a la especialización, a veces excesiva. ¿Es tambi6n un aspecto del efecto Gerschenkron del que acaba de hablar?
R. -Absolutamente. Se quiere imitar a la s ciencias avanzadas donde
las perso nas tie nen objetos de investigación muy precisos y muy pequeños. Es ta especialización excesiva qu e exalta el modelo positivjsta, por u na especie de sospecha con respecto a toda ampición general,
percibida como un vestigio de la ambición globalizante de la filosofía.
En realidad, estamos todavía en una fa se en la cual es absurdo sepnra r, por ejemplo, la sociología de la educación y la sociología de la cultur a. ¿Cómo puede hacerse sociología de la lit era tur a o sociología de
la ciencia'sin referencia a la sociología del sistema escolar? Por ejemplo. cuando se hace una hi storia social de los intelectual es, se olvida
easi
siempre
tomar
enucir
cuenta
l a evoluci6n
estructural delde
sistema
escolar,
que pu ede
cond
a efectos
de "superproducción"
diplomados, inmediatamente retraducidos al campo intelectunl, tanto al nivel
de la producción -c o n l a aparición, por ejemplo, de una "bohemia"
social e intelect ualme nte subversiva- como al nivel del consumo
con l a transformaci6n cuantitativn y cualitativa del público de lectores-. Evidentemente. esta es~ecia lizació nesponde tambibn a intereses. Escosa bien conocida:p ~rejemplo, n un artículo sobre Iaevolución del derecho en Italia en la Edad Media, Gerschenkron muestra
que, desde que los jur ista s conquistaron su auton omía con respecto a
-
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los príncipes, cada unocomenzó a dividir la especialidadde man era de
ser el p rimer oen su pueblo mas que el segundo en Roma. Los dos efectos reunidos hicieron que s e haya especializatloen forma excesiva, que
se haya descalificado toda investigación relntivnmente general, olvidando aue en las ciencias de la naturaleza. Leibniz. aun hasta Poincar6, los grandes eruditos er an a l avez filó~ofo s,matemáticos, físicos.
P. -Comomuchossociólogos, usted no es particularmenteind ulgente
con los fil4sofos. Sin embargo, se r efiere a m enudo a filósofos como
Cassirer o Bachelard, que en general son descuidados por los sociólogos.
R.-Me sucede efectivamen te ata car alosfilósofos,porque espero mucho de la filosofía. Las ciencias sociales son a la vez modos de pensamiento nuevos, a veces directamente en competencia con la filosofía
(pienso en toda la ciencia del E stado, de la politica, etc.), y tambi6n objetos de pensamiento donde la filosofía podría encontrar materia para la reflexión.Una de lasfuncionesde losfilósofos de laciencia podrin
ser proveer a los sociólocos de los instrum entos Dara defenderse contr a la imposici6n de unaepistemologia positivista que es un nspecto
del efecto Gerschenkr on. Por ejemplo, cuando Cassirer describe la g6nesis del modo de pensamiento Y de los conceptos au c son ou estos en
~~
.
~~~~
~~
practica
por lamatemdticao
física modernus,
de ~mmas
ie nt
~c om ~l et nmente lavisión
positivista al la
mostrar
a ue las ciencias
avanzadas
no han podido constituirse , y eso en f&ha muy reciente, sino privile:
giando las relnciones con respecto a las sustancias (como las fuerzas
de la física clssica). Muestr a al mismo tiempo que lo que se nos ofrece b@oel nombre d e metodología cientificao' es sino una representa.
ción ideológica de la maner a legítima de hacer la cie nciaa ueno corresponda a nada real en la
científica.
Otro ejemplo. Sucede, sobre todo en la tradición anglosajona, que
se reprocha al investigador emplear conceptos que funcionan como
"postes indicadores" (signposts) que señalan fenómenos dignos de
atención pero que qu edan a veces oscuros e imprecisos, aun si son sugerentes y evocadores. Creo qu ea ly no s de mis conceptos (piensopor
ejemplo en reconocimiento y desconocimiento) entran en esta rategoria. Podríainvocar p aram i defensa0 todos los"pensadores",tanclaros, tan transparentes. tan tranauilizadores. au e hablaron del simbolismo, de la comunicación, de la cultura, de lasrelaciones entre cultura e ideología, y todo lo que oscurecia, ocultaba, rechaz aba, e sta "oscuraclaridad". Perop odn'atambi6n y sobre todoapelar aaquellosque,
como Wittgenstein, dijeron lav irtu d heurística de los conceptosabiertos y que denun ciaron el "efecto de cierre" de la s nociones demasiado
bien construi das, d e las "definiciones previas" y otros falsos rigores de
la metodología positivista . Una vez mds, un a epistemología realmen~
~~
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te rigurosa podría liberar alosinvestigadores delefecto deimposición
que ejerce sobre la investigación una tradici6n metodológica a menudo invocada por los investigadores má s mediocres para "limar la s
uñ as de losleoncitos", como decía PlaMn, es decir para humi llar y rebajar las creaciones y las innovaciones de la imaginación científica.
Así, pienso que se puede tener unaim presión de "imprecisi6n"frente
a ci ertas nociones que he forjado cuand o se las considera como el producto de un trabajo conceptual, mientras que me he empeñado en
hacerlas funcionar en los análisis empíricos en lugar de dejarlss "dar
vuelta s en el vacío"; cada una de ellas (pien so, por ejemplo, en la noción de campo) es, bajouna forma conde nsada, un programa d einvestigaciones y un principio para e vitar todo un conjunto de errores. Los
conceptospueden-y, en ciertam edida , deben-quedar abiertos, provisorios, lo que no qu iere decir vagos, aproximativ os o confusos: toda
verdadera reflexión sobre la práctica científica atestigua que esta
aper tura de los conceptos, que hace su car ácter "sugestivo", por lo
tant o suin capacid ad de producir efectos científicos(alhacer ver cosas
no vistas, al sugerir investigaciones para hacer, y no solamente comentarios) es lo propio de todo pensamiento científicoque se estó.haciendo,por oposición al aci enc ia ya hecha sobr e la que reflexionan los
metod6logos y todos aquellos que inventan despues de la batalla
reglas y m6todos más perju dicales que útiles. La contribución de un
investigador puedeconsistir, en más de un caso, en llamar l a atención
sobre un problema, sobre algo que no había sido visto por demasiado
evidente, demasiado claro,proque"saltaba alo s ojos". Po~e+l ,o~
conceptosdereconocimientoydesconocimientofueronintroduc osa1
Principio para nombrar algo qu e s a u s e n t e en las teonas gel poder,
o designado solamentede m anera muy rudime ntaria (el poc?or viene
de abajo, etc.). Designan efectivamente una dirección de investigaci6n.Asíconcibomitrabajo sobrelafo rmaque tomael poder en IaUniversidad como una contribuci6n al anál isis de los mecanismos objetivos ysubjetivos a trav6 s de los cuales se ejercen los efectos de iinposici6n simbólica, de reconocimiento y d e desconocimiento. Una de mi s
intenciones, en el uso que hngo de estos conceptos, es abolir la distin ción escolar entr e conflictoy consenso que impide pensar tod as las situaciones reales donde la sumisi6n consensual se verifica en y p3r el
conflicto. jC6mo se me podría atribuir una filosofia del consenso? Sé
bien que los dominados, ha st a en el siste ma escolar, se oponen, y resisten (hice conocer en Francia los trabajos de Willis). Pero se exal.
taron de tal manera, en cierta Bpoca, las luchas de los dominados
(hasta el punto de que "en lucha" había terminado por funcionar como una suer te de epíteto hom6ric0, susceptible de ser aplicado a todo
lo que se mueve,mujeres, estudia ntes, dominados, rabeja dores, etc.),
que se termin ó por olvidar algo que todos aquellos quz vieron de cerca perfectamen te, e s decir que los dominados so11dominados ambidn
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
en su cerebro. E s esto lo que quiero recordar al re cur rir a nociones como reconocimiento y desconocimiento.
P. -Insiste sobre el hecho de que la realidad social es de lado a lado
histori a. ¿Cómo se sitúa con respecto a los estudios históricos, y por
qu6 emplea tan poco una perpectiva de larga duraci6n?
R. -En el estado actual de la ciencia social, la historia de larga dura ción es. oienso. uno d e los luaare s orivileeiados de la filosofia social.
En los socidlogos, eso da lug ar muy a menudo a co nsideraciones generales sobre la burocratización, sobre los procesos de racionalización, la modernizaeibn, eic., que aportan mucha ventaja social a sus
autore s y poco provecho científico. En realidad, p ara hacer sociología
como yo la concibo, era necesario re nuncia r a estas ventajas. La historiaque yo neces itada par ami trabajo,muy amenudo, no existe. Por
ejemplo, me planteo en e ste momento el problema de la invención del
artis ta o del intelectual modernos. ¿Cómo se auton omiza n poco a pocoel artista 0 el intelectual, y conquistan su libertad? P ara responder
a esta pregun ta de manera rigurosa, hay que hacer un trabajo extremadamen tedificil. El trabajo histhricoque deber ía per miti r comprenderlag6nesis.de las estni cturas tal como pueden ser observadas en un
momento dado en t al o cual campo es muy dificil de realizar, porque
no puede contentarse ni con vagas generalizacionesfundad as sobre
al yn o s documentos obtenidos de manera errática ni con pacientes
compilaciones documentales o estadlsti cas que dejan a menu do vacios sobre lo esencial. Por lo tanto, una sociolog'a plenam ente realizada debería evidentemente englobar una historia de las estmcturas
que son l a finalización en un momento dado de todo el proceso hist6rico. Esto bajo pena de natura lizar las estructuras y de dar, por ejemplo, un estado de la distribución de los bienes o de los s e ~ c i o sntre
los agentes (piense por ejemplo en las prácticas deportivas, pero lo
mismo valdría oaralasoreferencias en mat eriad ecin ~
elcomolaexore.
-sión directa y, si puedodecir, %at ural " de las disposiciones asociadás
a las difere& posicionesen el espacio social (es lo que hacen aquellos que quier en establecer una relación necesaria entr e una clase"^
eporte).Se trata de hacer una historiaestr uéun e ~ t i l o~ i c t óri c ooun
tur al que en cuentr e en cada estado de la estructura a la vez el producto de las luchas anteriores para transformar o conservnr la estructura, y el principio de las transformaciones ulteriores, a travBs de las
contradicciones, las tensiones, las relaciones de fuerza que la constituyen. Es un poco loque hicepara d ar cuenta de las transformaciones
sobrevenidas en el sistema escolar desde hace a ly n o s anos. Lo remito al capítulo de La disfinction titulado "Clasificación, desclasificación, reclasificación",donde están analizadoslos efectossociales de los
cambios de relaciones en tre el campo escolar y el campo social. La es~~
~
~
~-~
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i
1
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s - slide pdf.c om
cuela es un campo que. más que ningún otro, está orientado haciaBourdie
s u u Pie r re Cosa s Dicha
niigrados
es tá prese nte en la relación con el siste ma escolar;y, poco a
propia reproducción,porclhecho , entreotrasr azones, de que los agenpoco, h d s a estruc tura social. En suma, los cambios ocurridos en el
tes tienen el dominio de su propia re ~rodu cción . iendo así, el campo
campo escolar se definen en la relación ent re la estm ctu ra del campo
escolar es sometido a fuerzas ex ternas. Ent re los factores más podeescolar y los cambios externos que det erminaron transformaciones
rosos dela transformación del campo escolar (y másgeneralmente, de
decisivas en la relación de las fnmilias con la escuela. Aqui una vez
todos los campos de producción cultural) es tá lo que los durkheimiamás, p ara esca par al discurso vago sobre lainflu encia de los "factores
cos llamaban los efectos morfológicos: el aflujo de clientelas más
económicos", es necesario comprender cómo los cambio seconómicosse
iiumerosas (y tambien cultu ralmente más desprovistas) que entrañ a
retraducen en cambios de losusos socialesque pueden hacer de la Estoda clase de cambios a todos los niveles. Pero, en realidad, par a comcuela
las familias
afectadas
por estos
cambios
ejemplo, agriculla crisis
pren der los efectos de los cambiosmorfol6gicos,es necesario tomar en
del pequeño
comercio,
del pequeño
a rtesan
o o -por
de la pequeña
cuenta toda l a lógica del campo, las luchas intern as del cuerpo, la lutura-. Así, uno de los fenómenos completnmente nuevos, es el hecho
cha entre los profesores-el conflicto de las facultades de K a n t , as
de qu e la s categorías sociales que. como los campesinos. los artesano s
luchas en el seno de cada facultad, entr e los grados, los diferentes nio los pequeñoscomerciantes, utilizan muy pocola institución escolar.
veles de la jerarquía profesoral, las luchas tambiBn e ntre l as disciplise pusieron a utilizarlas por las necesidades de la reconversión que les
nas. Est as luchas adauieren u na eficacia transformadora mucho más
imponinn los cnmbion eionómicos, es decir, cuando d ebieron sa lir d e
grande cuando se encuentran con procesos externos: por ejemplo, en
condiciones en las cuales tcnian el dominio completo de su reproducFrancia como en muchos uaises. las ciencias sociales. la soc io lo ~a ,a
ción social -por la transmisión directa del patrimonio: por ejemplo,
semiología,~a~in~üística;etc.
i e en símisma s introducen una ?orina
en la en señanza técnica, se encuentra un a proporción muy elevada de
de subversión contra la vieja tradición de las'%um anidades clásicas",
hijos de comerciantes y de artesanos que buscan en la institución esde la histor ia lit ernr ia, de la filología, o aun de la filosofía, encontr acolar una base de reconversión. Ahora, es ta suert e de intensificación
ron un refuerzo en el número ma s6 0 de estudiantes que s e dirigieron
de la utilización de la Escuela por categorías que la utilizaban poco,
a ellas. lo aue sienificó un acrecentamiento del número de a sistentes,
plantea problemas a las categorías que eran grandes usuarios y que,
jefes dé trábajos, etc. y al mismo tiempo, conflictos en el interior del
pura m antener las distancias, debieron intensificar sus inversiones
cuerpo de los cuqles las revueltas de mayo del 68 son, por una parte,
educntivas. Habrá por lo tanto u na respuesta por l a intensificacidn de
la expresión. Sev e cómo los principios permanen tes de cambio, las lula deman da en todas las catecorias aue esperan d e la Escuela su rechas internas, sevuelveneficientescuando las demandas interna sdel
se acrecentaproducción; la ansiedad conc&nientaal ~ ' ~ i e mscolar
a
baio clero, de los asistentes, siempre llevados a reinvindicar el dererá (se tienen mil índices de ello. de los cuales el mi s sini fica tiv o es
chóal sacerdocio universal, se encuentran con las dem andas delos Iaiuna nueva forma de utilizacion de la enseñanza pXvada). Hay
cos. de los estu dian tes. a me nudo lica das ellas mismas, en el caso del
cambios en cadena, una especie de dialBctica de la puja en l a utilizasistema escolar, a un &cedente déproducto s del sistema escolar, a
ción de la Escuela. Todo está ter ribleme nte ligado. Lo que hace la diuna'~superproducción"dediplomas. En suma, no hay que acordar un a
ficultad del anhlis is. Son procesos en red que se reducen a procesosliespecie de eficacia mecánica a los factores morfológicos: además de
neales. Para aquellos que, en la generación precedente, tenian un
que Bstos reciban su eficacia específica de la estruc tura misma del
monopolio en los niveles mhs elevados, en la enseñanza superior, las
campo en el cual se ejercen, al aument o del número est á ligado 61misgrandes escuelas, etc., esta suert e de iiitensificación generalizada de
m o á los cambios prófundos de la percepción que los agentes , en funla utilizacidii de la institución escolar plantea problemas muy difici.
~~~~~~
:
.
~
ción de susespécialidades,
dis~osicion es.ienen
de los
diferen:es
productos
(establecimientos,
diplomas,
etc.)
ofrecidos
por la in stitució
n
escolar,y almism o tiempo,delademandaescolar, tc. Así,para tomar
un ejemplo extremo, todo lleva a pensa r que los obreros que, en F rancia, no utilizaban prácticamente l a enseñanza sec undaria, comenzaron a volverseusuarios a pa rt ir de los años 60, en un principio evidentemente porr~zonesjurídicas,on la escolaridad obligatoria hasta los
16 años. etc.. uero tambien uoraue.
para conservar su~ os ic ió n,ue no
.
es la mis baja, para evitar caer en el subpro leta ~ado ;es er a ";cesario poseer unmini mo de instrucción. Pienso q ue la relación con los in. -
1
les, obligando a son
inventar
todaextraordinario
clase dé es tr atde
es innovación.
as ; si bien estas
contraindicaciones
iin factor
El modo
de reproducción escolar es un modo de reproducción estadístico. Lo (
que se reproduce es una fracción relativamente constante de la clase
(en el sentido Iófico del termino). Pero l a determinación d e los individuos que caeráRy la de aquellos que serán salvados no depende más
únicamente de la familia. Ahora bien. l a familia se interesa uor individuos precisos. Si se le dice: el 90%en el conjunto serán salvi dos, pero no habrA ninmino de los tuvos. eso no le a s t a en absoluto. Por lo
tanto, hay unacontradicción entré losi ntere ies específicosdela fam i53
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
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5/10/2018
lia como cuerpo y los "intereses colectivos de la clase" (todo esto en tre
comillas, par a ir de prisa). En consecuencia, los interes es propios de
la familia, los intereses de los padres qu e no quieren ver caer a sus
hijos debajo de su nivel, los intereses de los hijos que no quieren ser
desclasados, que sentirán el fracasocon m ás o m enos resignación o rebeli6n seeú n s u orirren.
- . conducirán a estraterrias extremadamente diversas, extraordinariamente inventivas, rpe tie nen por fin man tener
la posición. Esto es lo que mu estra el análisis que hice del movimien-
razones. He podido as í hacer ver qu e mi coiicepcián de la hist oria, y en
particular de lahi stori ade ainstitución escolar,no tienena da que ver
con la imagen, a bsu rda, "esloganizada", que s e le da a veces, a parti r,
supongo, del solo conocimiento de la palabra "reproducci6nn: pienso,
al contrario, que lascontra dicciones especificas del modo de reprodu cción con componente escolar son uno de los factores de cambio má sim portantes de la s sociedades modernas. En segundo lugar, quería dar
unaintuición concretaporelhechodeque,como lo saben todoslosbue-
68
to
mayo:
los lugares
se observa
en mayo
sondelos
lugares
donde ladonde
discordancia
entmás
re larebelión
s aspiraciones
dedel
esta tu s ligadas a u n origen social elevado y el logro escolar es máximo. E s
el caso, por ejemplo, de u na disciplina como la sociplo@a que fu e uno
de los altos lugares de la rebelión (la explicación prime ra e s decir que
la sociología en ta nto ciencia e s subversiva). P ~ t ~ d ~ e s f a s an vj e
!as aspiracioneq&s y@rxlxl,(~ue e s u n fgr&:.&es$versi&.
e s ns
~
~
~
~
,
~
~
f o cp or casu
~ alid
~ d~b u en~ n ú - ~
m e r o - d e l o s ~ e r e s e m ay o de l 68 fueron grandes innovadores en la
vida intelectual y en o tras cosas. Las es tm ctu ras sociales no son mecánicas. Por ejemplo, las personas q ue no obtienen los títulos par a acceder al p u esto q u e les estab a d e alg u n a mo n era estu tu tariamen te
asignado -losque sellaman"fracasadosn-trabajarán p ara camb iar
el ouesto de modo de hacer desaoarecer la diferencia entre el puesto
esierad o y el p u esto o cu pado . ~ o d o so s fen 6men o s d e "su p er~ro d u c ci6n de diplorpas" y deUdevaluación e ítulosn(hay que emplear est as
palab ras con prudencia) son factores de innovaci6n mayo res porque
las contradicciones que d e ellos resultan engendran el cambio. Siendo así. losmovmien.@s de rebelión d e ~vi& gi .@ os n_dectapmbigriedad e x t o o r ~ ~ ~ i a ~ f a ~ e r c O i ~ ~ o ~ ~ i I , l . e e ~ e
yL%?rvc%y]as
n a s y en s ~ ~ & v e ~ ! 6 n , ~ iain>ti&&matndd
s ~a~ ~
&~socia¿as
a u n e ~ q _ t e ~ ~ t k 1 ~n ,toda
6 nla .
€Edici&?i del andlisis del nazism o se cargó muc o a los pequeños comerciantes, alm acener osrac istas, imbbciles, etc. En cuanto a mi pienso que aquellos qu e Weber llam aba los "intelectuales proletaroides",
que son personas muy desgraciada s y muy peligrosas, desempeñ aron
un oaoel muv imoortante
v terriblemente funesto en t odas la s violenciai h:isthricas
tra te dé l a Revoluci6n
herejías
medievales.
los se
movjmientos
ren nazis o cultural
nazis. o achina,
un l a las
Revoluci6n
.~
francesa (como lo mostr6 Robert Darnton a propósito de M arat, por
ejemplo). Asimismo había ter ribles amb igüed ades en el movimiento
de mavo del 68. v la cara reidera. inteligente Y un poco carvanalesca,
e nc am a da p o r '~ a n i el o h n - ~ e i d i &ascaró
t,
a otro rostro, mucho
menos gracioso y simpático, del movimiento: el resentimineto está
siemp relisto p araco larse en lamen o rb r ech aq u e s e e ab re ..Yalo ve,
he sido muy explícito, y respondí con un anhlisis concreto a una pregun ta "te6rica". No es totalm ente voluntario, pero lo asumo. Po r dos
nos historiadores,
alternativ aso,desiderativas,
estru ctura
e historia,
reproducción ylas
conservaci6n,
en otra dimensión,
condiciones
estructurales y motivaciones sin gulares de los agentes, im piden construir la realidad e n su complejidad. Me parece en parti cular que el
modelo q ue propongo delarela ción entre los habi tusy los camoosDroveela única manera rigurosa dereintrodu cira los agentessin'yl;res
y su s acciones singula res sin caer en la anécdota sin pies ni cabeza de
de los acontecimientos.
nla historia
.
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
~
,
I
i
~
~
~~ ~
&
ó
P. -En la s relaciones entr e las ciencias sociales, la economía ocupa
un a posici6n central. ¿Cuáles son, según usted , los aspectos m ás importan tes en l as relaciones entr e sociologia y economía?
R.
n t ~ ~ o ~
-Sí,
la economía es una de las referencias dominantes pa ra la
sociología.
E n panrimer
porque
laeconomía
td ya
en la sociología
en unagr
par tetérmino,
a travésd
elao brad
e Weber,esque
transfirió
numerosos esquemas d e pensamiento tomados de la economía en el terreno d e la religi6n especialme nte. Pero no todos los sociólogos tienen
la vigilancia y la competencia teórica de Max Weber y la economía es
una de las m ediaciones a través de las cuales se ejerce el efecto Gers~ d i c t o chenkron, del cual ella es, por otra part e, la prim era víctima, especialmen te a &ravbs e un uso, a menudo absolutamente d esrealizante, de
los modelos matem áticos.
Para que la matemdtica pueda servir como instrum ento degeneralización, que p ermite, a l formalizar. liberarse d e los casos nnrticiilares, es necesario comenzar por construir el objeto s e d n la Ióeica
especificadel iiniverso en cuestión. Lo que supon; un a rÜptu ra con el
~~-
- ~
pensamien
do deductivista
que castica a de
menudo.
ciales.
La opocición
entre e¡paradig?na
la ~ a h hov.
o n g en
i ~ ciencias
c l i o heory
n ~ so-
-
~
-
(RAT) como dicen s us defensores, y el qu e yo propongo, con la teo ría
del habitus, hace pensar en la que establece Cassircr, en La philo-
~
sophie des lumi6res, ent re la tradición cartesian a qu e concibe el método racional como un proceso que conduce de los orincioios a los hechos, y la tradición neit oiiia na de l a s ~ e ~ u l a e p h i i o s o ~ h & d i ~reu-e
coniza el aband ono de la deduccióii pura en ~r ov ec ho el análisis ouc
part e de los fenómenos para remo ntar hacia los principios y hacia la
fónnu la matem ática capaz de proveer la descripción completa de los
~
1
1
1
-
~
~
-
-
-
54
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hechos. Todos los economismas, y Becker mismo, recusarían sin duda
lai dea de construir un a teoría económicaaprio ri. Sin embargo,laepidemia de lo auo los filósofos de la Escuela de Cambridge llamaban
morbus rnath~m atic us ace estragos, y mucho más allá de 14 economía. Y dan gan as de apelar, contra este deductivismo anglosa~6n, ue
puede marchar a l a par con su positivismo, al "m6todo estrictamente
histórico", como decía el Locke del Essay on Human Understandtng,
que el empirismo anglosajón oponía a Descartes. Los deductivistas,
sinteresad as cuando son percibidas por alguno cuyas inversiones, cuyos inter esesestán colocadosen otrojuegoien el campo ccon6micopor
ejemplo ( pudiendo aparecer estos intereses económicoscomo no interesantes a aquellos que ha n colocado sus inversiones en el campo ar tístico). Es necesario determin ar en cada caso empiricamente las condiciorxs socialesde producción de ese interds, su contenido específico,
etc6tera.
entreloscualessepodríaalinearlalin~ísticachomskyana,
nudo la impresión de jugar con modelos formales, prestados anamede la te-
P.
-Se Sele le
reprochabe
cierta
alrededor
no ser
xista.
reprocha en
hoy,
son época,
los mismos
muydea 1968,
menudo,
sermaraún
marxista0 demasiedo marxista. ¿Podría precisar o definir surelación
con la tradición marxista, con la obra de Marx, y especialmente en lo
que concierne al problema de las clases sociales?
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
oria de los juegos, por ejemplo, o de las ciencias fisicas, sin gran preocuoaci6n oor la realidad de la s vrácticas o de los principios reales de
su produc&ón. Sucede aun q ue, sl jugar a la competencia matemática como otros uegan a un a cu ltura literaria o artística, parecen buscar desesperadamente el objeto concreto al que tal o cual modelo formal se pueda aplicar. Si n duda los modelos de simulación pueden tener una función heurística. al ~e rm it irmagin ar modos de funcionamiento posibles. ~e ro a~ ue il os ~u el oosn s t ~ ~ ee nabandonan amenudo a la tentaci6n dogmática que Kant denunciaba ya en los matemáticos y que lleva a pas ar del modelo de la realidad a la realidad del
modelo. Olvidando las abstracciones que debieron operar p ara producir su artefacto teórico, lodan por un a explicación adecuada y completa; o bien pretenden que la acci6n cuyo modelo han construido tiene
por principio estemodelo. Más generalmente, buscan imponeruniversalmente l a antropología que frecuenta en estado implicito todo el
pensamiento económico.
Por eso pienso que no e s posible apropiarse de ciertasadquisiciones científicas de la economía sino haciéndolas sufrir un a completa
reinterpretación, como lo hiceparal asnoci 6n de o fertay de demanda,
y rompiendo con la filosofía subjetivista e intelectualista de la acción
econ6mica que les es solidari;, y que es el verdero principio del dxito
social de laRa tiona l Actic.1 'l'hcory o del "individualismo metodológiconque es suversi611 rancesd Es el caso, por ejemplo, @ l a npcl6n de
interds ue introduje en mi ti bajo, entre otr as razones para romper
conl=
visión
narcisista según la cual s610 ciertas actividades, las ac-
R. -He recordadoamenudo, especialmente aprop6sito demi relación
con Max Weber, que se puede pensar con un pensidor contra ese pensador. Por ejemplo,con stru íla noción de camDo al a vezcontra Weber
y con Webe;, ali-eflexionar sobre el aiiálisis que él propone de las lelaciones entre sacerdote, profeta y hechicero. Decir que se puede pensar a la vez con y contra un pensador es contradecir radicalmente la
lógica clasificatoria en la cual se tiene costumbre -casi en todas partes, ay, pero sobre todo en Francia-de pensar la relación con los pensamientos del pasado. Por Marx, como decía Althusser, o contra Marx.
Pienso que se puede pensar con Marx contra Marx o con Durkheim
contra Durkheim, y también, seguramente, con Maix y Diirkheim
contra Weber, y recíprocamente. Es así como marcha la ciencia.
En consecuencia, ser marxista o no serlo es una alternativa religiosa y de ningún modo científica. En t6rminos de religión, o se es
musulmán o no se es, o se hace profesión de fe. la chahada. o no se la
hace. La frase de Sar tre según in cual el ma&ismo e s la Klosofía insuperable de nuestro ti em ~o o es sin duda la más intelieente de un
hombre, por lo demás, mu$inteligente. Hay quizá filoso fí~snsupernbles, perono hay cienciainsuperable
laciencia está heel titulo d e i o
cha para ser superada. Y Marx reiv
p % ~ q ~ X í s e n a j erendírsele sea el de servirse de lo que 61
y de
lo que
los otros hicieron con lo que 61hizo pa ra sobrep asar lo
tividades
literarias,
etc., en
unalaspalabra,
todas
hizo
que 61
creyó
hacer.
las przicticas
por lasreligiosas,
que viven filos6ficas,
los intelectuales
y de
cuales viven
Al esta r el problema considerado como arreglado, el caso par(senan ecesar io agregar la s actividades militantes, en política o m6s
ticular de las clases sociales es, con toda evidencia, particularmente
allá de ella), escaparían a toda determinaci6n. A-diferencia del intelos e c ~ n o m i s t a s , ~ ~ i n ~ ~ s ~ importante. Es cierto que, si hablamos de clase, es esencialmente
r6s atural ahist6riczgendr&&
ara mí en la inversi6n en u111~eg3 ~ u ~ Ü ~ e ~ ~ s e n.a.con~ ~ g u ~ _ e s graciasa Maix. Y se podríaaun decir que, si hay algunacosa como clases en la realidad, es en gran parte gracias a Marx, o más exactamen~i&naC'laTñt~dCe;Iestejuego
..,....yque e s a F e z meada y,ye-rza...
te, al efecto de teoría ejercido por la obra de Marx. Siendo así. no dir6
~ m ? j l j u ~ o .ay por lo tant o tan tas for mas de interds como campor eso que la teoría de las cl&es de Marx me satisfaga. Si no; mi trapos o que explica que las inversiones que algunos comprometen en
bajono tendríanin gún sentido. Si recit6Diarnot, o desarrolld una forciertos juegos, en el campo artístico, por ejemplo, aparezcan como de.
.
.
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Bourdie
s - slidentos
pdf.c om
instrume
racionales de gestión y de ominación o a una demniimacua lquie rade ese basicmamism que hizofuror en Francia, y en
el u Pie r re Cosa s Dicha
'
de los doda de legitimación "cientítica" de la socio3n,a' esoontinea
mundo (E. P. Thompson hablaba de French flu.:.), en los anos 70, en
mina
ntes.
Por
ejemplo,
en
el
momento
de
nÜestra;nvescigación
sobre
una epoca en que se me reproc habamás bien ser weberiano o durkheila fotografia, leí los estudios disoonibles de mercado sobre la cuestión.
miano, es probable que hubie ra tenido mucho 6xito en las universidaRecuerdo un estudio ideal típ & compuesto de un an ális is económico
des. poraueesmásfácil
decomentar,peropiensosnemi trabajono hu- .
que terminaba por una ecuación simpley falsa, o peor, aparenteme nbier a merecido, a mi modo de ver ai menos, una hora de reflexión.A
te verdadera, y por una segunda parte consamada a un "psicoanálipropósito de las c lases, quise romper con Iavisión realis ta que la s persis" de la fotografía. Por un la do, un conocimiento formal que pone l a
sonas tiene n comúnmente en el las y que conduce a preguntas del g6-
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nero:
¿los intelectua
burgueses
o pequeño-burgueses?
Esgeneral
decir,
preguntas
de límite,les
de son
frontera,
preguntas
que se regulan en
poractos jurídicos. Por otra pa rte, existieron situacionesen las cuales
la teoría ma rxista de las clases sirvió para soluciones urídicas que, a
veces, eran ejecuciones: según que se fue ra kulak o no, se podía perder la vida o salvarla. Y pienso que, si el problema te6rico es tá planteado en esos t6mi nos, es que queda ligado a una intención inconsciente de clasificar, de catal ogar, con todo lo que pueda seguirse de
ello. Quise romper con la representación re alistadel a clnse como gru-
~~
_"
,.
~
~
,
.._ir.----
-
-
~
~
~,
. . ~
en decir que las.personas
auno. isin redode?G! ... Mi traba.io
est áns itu ada s en un espacio social, que no son de cualquier parte, es
decir intercambiables, como lo pretende n aquellos que niegan l a existencia de las "cl ases sociales"y que en función de la posición que ocuvan en e ste espacio muv compleio. se -puede comprender la Iórica de
Sus práctic as determinar, entre otras cosas, cómo clasif icar~ n se
clasificarán. "
v.,lleeado
el caso. cómo se ~e ns a rá nomo miembros de
una "clase".
P. -Uno de los efectos de la decadencia de la sociología "positivista"
ha sido que ciertos sociólogos han hecho esfuerzospor abandona r el
vocabulario técnico que se había formado, adoptando un e stilo "fácil"
y "legible",solamente par a fac ilitarla difusión,sinotambienpaia oponerse a las ilusiones cientificistas. Usted no comparte este punto de
vista. ¿Por que?
mand a de un discurso científico en ciencias sociales. ;.Quien
auie re la
-
R. -Ariesgo de parecer arrogante, me referir6 a Spit zery al o que dijo
de Proust. Pienso que, dejando de lado la calidad literaria del estilo,
lo que Spitzer dice del estilo de Proust, yo podría decirlo deini escritura. Dice que, primera mente, lo que e s complejo no se puede decir sino
de modo complejo;que, en segundo lugar, la re alid adno es solamente
compleja, sinotambibn estructurada,jerarquizndn y que hay que dar
la ideade e sta estruct ura: si sequiere tener el mundoen toda su complejidad y al mismo tie m~o jer ara uiza r arlicular. ooner en oersoectiva loqu e es importante;e¿c., esnecesa;iorecurri;a esas frase s pesadamente articuladas, que se deben prácticamente reconstruir como
verdad
el inter6s
m i d o en
social?
i. ~x isy te
ersonas
que equiere;
la verdad, quesobre
tienen
l a ve;dad,
si nlas
hay, están
n condiciones
de pedirl a? Dicho de otro modo. hab ría a ue hacer una sociolom'a de la
demanda de sociología. La mayor pa rt ed e los soci6logos, al &r pagados oor el Estado. al s er funcionarios. oueden no olan tear se la cuestión: u n hecho iGo rta nte es que,PO; io menos ei ~r an ci a,os sociólogos deben su libert ad con respecto a la demanda al hecho de que son
~a n a d o sor el Estado. Una arte importan te del discurso sociol6rico
ortodoxodebe su 6xito sociaiinmediato al hecho de que responde; la
demanda dominante, que se reduce a menudo a una demanda de
las
latina s; que,
en tercer
auiere
exponer tal
cualfrases
esta realidad
compleja
y e~lugar,
tr ~c tuProust
ra daino
,noAnd
o simultáneamen tes u punto de vista con re s~ ec to ella. diciendo cómo se sitúa en
relación ;lo que describe. Eso Son, se gú n.~p it ze r,os parentesis de
Proust, que yo aproximaría a los parentesis de Max Weber, que son
el lugar del metadiscurso prese'nte en los discursos. Son las comillas
o las diferentes formas de estilo indirecto las que expresan otras tantas maneras de entra r en relación con las cosas referidas y la s personas cuyas palabras se refieren. ¿Cómomarcar la distancia del que escribe con respecto a lo que escribe? Es uno de los grandes problemas
-
(
realidad
distancia
permite manipularla,
a dar el medio
de prever
en brutolaascur
vas deyventa;por
el otro, el suplemento
de alma,
el psicoanálisis o, en otros casos, los discursos metafísicos sobre el inst ante y la eternidad. E s raro que aquellos que tienen los medios de vac ar
lo quieran real mente por s u dinero cuÜndo se trat a de verdad Cieñtifica sobre el mundo social: en cuanto a auellos aue tie nen in ter6s en
el descubrimiento de los meca nismos dedominación, no leen en absoluto sociología y, en todo caso, no la pueden pagar. En e1fondo, la sociología es una ciencia social sin base social.(...)
.
P. -Otro problema actu al concierne a las funciones sociales de la sociología y a l a demanda uexterna".
R. -Hay que pregu ntars e ant e todo si existe verdaderamente una de-
58
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esto
todos
aquellos que venden mal periodismo bajo el nombre de
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
s - por
slide pdf.c
om
de la escritura sociológica. Cuando digo que'la historieta es un génesociología. Por esto lo más dificil .es lograr que el lector adopte la
ro inferior, se puede comprender que es eso lo que pienso. Por lo tanverdadera postura, laqu e estaríainmediatamente obligado aadoptar
to, e s necesario qu e diga a l a vez que es así, pero que no soy yo el que
si fuese puesto en situación de descubrir, frente a un cuadro estalo piensa. Mis textos están llenos de indicaciones destinadas a hacer
dístico a inter preta r o una situación a describir, todos los errores qu e
que el lector no pueda deformar, no pueda simplificar. Desgraciadala postura ordinaria - q u e aplica a los análisis construidos contra
mente. estas advertencias pasan desapercibidas o bien hacen a l disella- lo lleva a cometer. La exposición científica hace economia de
curso de tal mane ra complicado que los lectores que leen rapidamenequivocaciones. Otra dificulta d, en el caso de las ciencias sociales, es
te no ven ni las peau eñas indicaciones ni l as grandes y leen, como lo
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testimonian bucn&mero delasobjecionesqué seme hace nmás omenos lo contrari o de lo que he querido decir.
En todocaso.e sciertr -,ue nobuscoh acer discursossimpl esy clnrosy ~ r e o ~ e l i ~ r o s ~ l a e s t r a t ue
i g consiste
ia
en abandonar elrigordel
vocabulario tbcnico en favor de u n estilo lcrrible y fácil. En primer luir gar, porque la fal sa claridad es a menudo ei hecho del discurso dominan te, el discurso de aquellos que hallan que todo es evidente, porque
todo está bien asi. El discurso conservador se mantiene siemprs en
nombre del buen sentido. No por casualidad el teatro bu r y6 s del sig l o m eralla mado "teatro del buen sentido". Y el buen sentido habla
del lenguaje simple y claro de la evidencia. Y a continuación poru.:e
produci r un discurso simplificadoy simplificador sobre el mundo s3cial, es invitablemente d ar a rmas a la s manipulaciones peligrosas de
est e mundo. Tengo la convicción de que, a la vez por razones científicas y por razones políticas, es necesario asumir que el discurso puede
y debe se r ta n complicado como lo exija el problema (61mismo más o
menoscomplicado) del que se trate. Si lage nte consideraalmeno; que
es complicado, es ya un a enseñ anza. Además, no creo c.?las virtudes
del "buen sentido" v de l a "claridad", esos dos ideales del canon lit erario clásico ("lo q ue se concibe bien".:. etc.). Tratóndose de objetos tan
sobrecargados de pasiones, de emociones, de intere ses como las cosas
sociales, los discursos más "claros", es decir los más simples, son sin
dudal os que tienen la smá s grandes posibilidades de sermal comprendidos, porque funcion an como test s proyectivos donde cada uno aportasusprejuicios, susprenociones, susfantasma s. Si se admiteque,par a ser com ~rendi do. s necesario trabaja r en emplear las palabras de
que se ha querido decir, se
tal ma nerá que no digan otra cosa
E
~
I
1
I
~
ve que
el mejor modo
hablar
eaque
hablar
de manera
complicada.
parade
t rat
ar d eclaramente
transmit ir consiste
a la vez l~
se dice
y la
relación que se mánti ene con lo que se dice, y evita r decir a pesar suyo más y otra cosa que lo que se ha querido decir.
La sociología es una ciencia esot6rica -la iniciación es muy
len ta y demanda unaverd adera conversiónde todala visión delmundo-pero au e tien e un aire exot6rico. Algunos, sobre todo entre las
de mi generación, que se ha n utiid o en el desprecio, mantenido oor la filosofia. de todo lo aue toca a la s ciencias sociales, leen los
análi'sis del soció lo~oomo lee sa n el semanario político. Alentados en
que elin
debe contar
con proposiciones
falsas
perovestigador
sociol6gicamente
tan poderosas
-porque científicamente
much as personas
tienen necesidad de creer que son verdadera s- que no se puede ignorarlas si se quiere lograr imponer l a verdad (pienso por ejemplo en
todas lasrepresentacionesespontáneasdelacultura.nnatismo. don..
genio, Einstein, etc, que hacen circular las
cultivadas). Lo
que lleva ave ces a "torcer la vara en el otro sentido" o a adoptar u n tono pol6mico e irónico, necesario para despertar al lector de sh sueño
dóxico...
Pero no es todo. No he dejado de record ar, refiri6n dome al título
celebre de Schopenhauer, que el mundo social es tambi6n "representación y voluntad". Represent ación, en el sentid o de la psicologin
pero tnmbi6n en el del teatro, y la política, es decir de delegación, de
grupo de mand atari os. Lo que consideramoscomo la realidad social es
en gran parte representación o producto de la representación, en todos los sentidos del t6rmino. Y el discurso del sociólogoent ra , es esencial, en este uego, y con una fuerza particular, que le da su autoridad
científica. Cuando se tratn del mundo social, decir con autoridad es
hncer: si, por ejemplo, digo con auto ridad qu e las clases sociales existen, contribu yograndemente a hacerlas existir. Y aun si me contento
con proponer un a descripción teórica del espacio social y de sus divisiones más adecuadas (como hice enLadistinction), me expongo a hacer existir en la realidad, es decir en primer l ugar en el cerebro de los
agentes, bajo forma de categorías de percepción, de principios de visión y de división, las clases lógicas que constmí para dar razón de la
distribución de la s prácticas. Tan to más que esta represen tación -no
es un secreto paranadie-sirvió de base ala s nuevas categorias socio,
profesionales
se encontró
así certificada
y ga rantiz ada
por
el Estadodel INSEE
de mis
terminos clasificatorios
... Quizás yalgunos
figurarán algún día en las tarjetas de identidad ... Todo esto no está
hecho, se comprende, para desalentar l a lectura real ista y objetivista
de los trabajos sociológicos, que están tanto más expuestos a ello
cuanto más "realistas" son, y su s perfiles, según l a metófora platóniea, siguen más de cerca las articulaciones de la realida d. I'or lo tanto,
las palabras del sociólogo contribuyen a hncer las cosas sociales. El
mundo social es tá cada vez más ha bitad o por sociología reificada. Los
sociólogos del porvenir (pero ya e s nuestr o caso) descubrirón cada vez
'
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más en la real idad que e studiará n los productos sedimentados de los
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
- slide pdf.c
omel certificado de apt itud), o enfermo (es el certificado de
essprofesor
(es
trabajos de sus predecesores.
enfermedad).0 , aun nias fuerte, certificoque el proletariado existe, o
Se comprende que el soci6logo tenga in tere s en pesar sus palala nación occitana. El sociólogo puede tenta rse de en tra r en el juego,
bras. Pero no es todo. El mundo social es el lugar d e luchas a prop6de tener lnúltim a pala bra en las querel las de pala bras diciendo lo que
sito de palabras que deben su gravedad -y a ieces su violencia- al
ocurre realmente con l as cosas. Si, como pienso, lo que le incumbe
hecho de aue la s palabras hacen las cosas, en eran parte, Y que camcomo propio es describir la lógica de las luc has a propbsito $e las pabiar las palabra& y, más generalmente,las;epresentaciones (por
labras, se comprende que tenga problemas con las pal abra s que debe
ejemplo, la representaci6n pict6rica, como Manet), es ya cambiar l as
emplear para hablar de esas luchas.
politiea es
en lo
esencial
un a sunto d e la
palabras.
por
cosas.
la
cualLa
el combate
para
conocer
científicamente
realida dRazón
debe casi
siempre comenzar por unaluch a contra l as palabras . Ahora bien, muy
a menudo, para transmitir el saber, se debe recurrir a las palabras
mismas que fue necesario destruir par a conquistar ese saber: se ve
que las comillas son muy poca cosa cuando set ra ta de destacar un tal
cambio de est atuto epistemológico.Podre a si seguir hablando de "tenis" en el Unni no de un tra bajo que habra conducido a hacer volar en
pedazos los presupuestos inscritos en un a fra se como "el tenis se democratizan-querepo sa, entre otras cosas,en lailusi6n dela constancia del nominal, l a convicci6n de que la re alidad que designaba la palabra hace veinte aiios es la misma que la que designa hoy l a misma
palabra.
Cuando se tr at a del mundo social, el uso ordinario del lengusje
ordinario hace de nosotros metafícicos. El acostumbramiento a l verbalismo politico, y alarei ficación de los colectivosque ciertos filósofos
han practicado mucho, hace que los paralogismos y los golpes de
fuerza Idgicaimplicadosen las palabras mds triviales de la existencia
cotidiana pasen desapercibidos. "La opinión es favorable al aume nto
del preciode la naRa! Se acepta tal frase sin preguntarse si algo asi
xistir v cómo. Sin embarco la filosocomo 'la o~i ni6 n úbl ic a~ ouc de
fían0senieii6~uexiste<nacantidadd~cosasdelas ue Gpuedeh ablar sin que existan, que se pueden pronunciar frases que tienen un
sentido CEl rey de Francia es calvo") sin que exista un referente (el rey
de Francia no existe). Cuando se pronuncian frases que tiene por
sujeto el Estado, la Sociedad, la Sociedad civil, los Trabajadores, la
Nación, el Pueblo, os Franceses, el Partido, el Sindicato, etc., se sobreentiende
que lode
que
estas palabras
cuando
dice
que uelrey
Francia
es calvo" designan
se suponeexiste,
que haycomo
un rey
de Fra se
ncia y que es calvo. Todas las veces que l as proposiciones existenciales
(Francia existe) se enmascaran bajo enunciadospredicativos(Francia
es grande), estamos expuestos al deslizamientoque hace pas ar de l a
existencia del nombre a la existencia de la cosa nombrada, deslizamiento tan to mdsprobable y peligtoso, cuando que, en larea lida d misma, los ag ente s sociales luchan por eso que llamo el poder simb6lic0,
del cual ese poder de nominaeidn constituyente, que al nombrar h ace
existir, e s una de l as manifestaciones mas tfpicas. Certifico que usted
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Segunda Parte
Confrontaciones
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De la regla a las estrategias4
P -Desea.:ía
que habl4r amos del interBs que hc. manifesta do en su
obra por la s cuestiones de parentesco y de transmi sión, desde 21 "BBarn" y los "Tres estudios de etnología Kabil" has ta el Horno acad e~ni cus.Ustedfue el primero en abordar en un i perpectiva propiamente
etnológica la cuesti6n de l a elección de coi.junto e n el seno de una
población francesa (cf. "Celibato y condición campesina", Etud es r urales, 1962 y "Las estrategias matrimoniales en el sistema de las estrategias de reproducci6n", Annales, 1972) y en subrayar la correlación entre el modo de transmisión de los bienes, desigualitario en
cada caso, y la lógica de las alianzas. Cada transacciór ;latrimonia l
debe. decíausted. serc om~ ren did a omo"lafinanciaci6n de una estrategia? y puede S& definida "como un momento en un a serie d e intercambios materiale s y simhólicos (...) que dependen en buena parte <le
la posición que este intercambio ocupa en la historia r.,atrirno~ tial e
la familia".
R. -Mis investigaciones sobre el casamient o en Bearne fueron para
mí el punto de pasaje, y de articulación, en tre la etnología y la sociología. Había pensado de entra da este trabajo sobre mi propio país de
origen como una suerte de experimentación epistemológica: analizar
como etnólogo, en un universo familiar (m4s o menos a distaiicia
social)Iasprácticasmatrimoniales que había estudiado en un universo social mucho m4s alejado, la sociedad kabil, er a dar me un a posibilidad de objetivar el acto de objetivación y el sujeto objetivamente; de
objetivar
etnblogo
no solamente
en tserudito
nto qiieq ue
individuo
socialmente
situ adoalsino
tambien
en tanto que
hace profesión
de
anal izar e l mundo social, de pensarlo. y que debe por eso retirarse del
juego, sea queobserveunmundoextranj&o, dondeno tiene puesto su s
intereses. sea aue observe su pro ~io rn un do , ero aparthndose deljuego, tantoéomo-sea posible. ~ñ ima , no &iría tanto observar aiobservado r en su particula ridad, lo que no tiene gran inte:is en si, como
observarlosefectosqueproducesobrelaobservacibn, sobieladescr ip-
.
Entrevista con P. nrnnison, publicndo en Tcrrains, Q .
mnrm dc 1085.
67
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dadin manent e deu n uego que se adquiere por la experiencia del jueción dc la cosa observ ada, la situncibn de observador, descubrir todos
go y
funcio
na más ac6 de la conciencia y del discur so (al modo, por
s -que
slide
pdf.c om
los presu puestos inhe rentes a la postura tedrica como visi6n externa,Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
ejemplo,
de
las
técnicas del cuerpo). Nociones como las de habitus (o
alejada, distante, o, simplemente, no práctica, no comprometida, no
sistema de disposiciones), de sentido práctico, de estrategia, est6n
investida. Y me oareció aue e s toda una filosofía social,en el fondofalligadas al esfuerzopor salir del objetivismoestru ctural ista sin caer en
sa, que derivabn del hecho de que el etn6logo no tiene "nada que hael sibjetivismo. Por esto no me reconozco en lo que L6vi-Strauss dijo
cer" con aquellos que estu dia, con sus prácticas, con sus represen tarecientemente apropd sito de las investigacionessobre lo que 61llama
ciones, sino estudiarlos: hay un abismo entre t rat ar de compreder lo
lasusociedadesconcasa". Esto pormt ísqu enopu eda nosenti nneafe cque son las relaciones matrimoniales entre dos familias para casar del
tado, puesto que he contribuido a reintroducir en l a discusión teórica
mejor
modo
a
su
hijo
o
su
hija,
invirtiendo
en
ello
el
mismo
inter
es
que
en etnol ogíau nadees as sociedadesen dondelosacto s deintercambio,
las personas de nuestros medios ponen en la elección del mejor estamatrimoniales u otros. parecen tener por "tema" la casa, lamaysou,
blecimiento escolarpa ra su hijo o su hija, y tra tar de comprender esas
l'oustau; y tambi6n a form ular la teoría del casamiento como estraterelaciones paraco nst mir un modelotc6rico. Lo mismoes verdadero si
gia...
se trat a decomprender un ritual.
Así, el anál isi s teórico de la visión teórica como visi6n extern a y
P. -¿Quiere hab lar de la conferencia Marc Bloch sobre "La etnología
sobre todo sin compromiso práctico ha sido sin duda el principio de la
y la historia", publicada por los Annales ESC (no6, nov.-dic. de 1983,
mp tu ra con lo que otros llamarían el "paradigma"estructurali sta: es
pAgs. 1217-1231), ondeLBvi-Strauss critica loque61 l~ma el" espo nla conciencia aguda, que no adqui rí solamente por la reflexión te6ritaneísmo"?
ca,del desfasaje entrelosf ines tedricos d ela comprensiónteóricay los
fines prácticos, directamente interesados, de lacomprensión práctica
R. -Sí. Cuandohablade est a crítica del estructuralismoYque nd a un
lo que me condujo a habla r dee strategias matrimoniales o de usos sopoco por todas par tes y que se inspira en un espontaneísmo y un subciales del Darenteseo más bie n que de reglas de parentesco. Este camjetivismo a la modan (todo esto no es muy gentil), e s claro que Lévibio de voc~bu lariomanifiesta un cambiode punto de vista: se !rata d e
evitar dedar oara el ~ r i n c i ~ i o d e l a p r á c t i c a d e l o s a g e n t eateoríaque
s
da; razón de ella.
se debe construir
P. -Pero, cuando Levi-Strauss habla de las reglas o de los modelos
que se reconstruyen par a dar c uenta de ellas, no se sitúa verdaderamente e n oposición con ust ed sobre este punto.
R. -En
realidad . me Darece aue la oposición est e enmascarad a por la
regla, que permite hacer desaparecer el
ambigüedad de ia
oroblema mismo aue tra te de ol antear: no se sabe nunca exactamente si por re d a se entiende un principio de tipo jurídico más o m nos
conscien temente producido y dominado por los agentes o un conjunto de rew lari dade s objetivas que se imponen a todos aquellos que entr an en-un juego. Cuando se hnbla de regla de juego, se refiere a uno
o a otro de esos dos sentidos. Pero se puede aun tener en mente un
tercer sentido, el de modelo, de principio construido por el estudioso
par a dar cuenta del juego. Creo que al escamotear estas distinciones
se expone a caer en uno de los paralogismos más funestos en ciencias
human as, el que consiste en dar, según el viejo dicho de M an , "las
cosas de laló gica por l a lógica de la s cosas". P ara escapar a eso, es necesario inscribir en la teoría el principio real de las estrategias, es
decir el sentido práctico, o, si se prefiere,lo qu elos deportistas llaman
el sen tido del juego, como dominio práctico de la 16gica o de la necesi-
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Strauss
ap unta
deconjunto
manera poco
comprensiva
e s lo menos
que de
se
puede
decira un
de trabajos
que me-parecen
participar
otroUuniversoeórico" diferente del suyo. Paso sobre el efecto de amalgama que consiste en sugerir la existencia de una relación entre el
pensamiento en término s de estrategia y lo que se designa en polítiea por espontaneismo. La elección de las palabras, sobre todo en la
pol6mica, no es inocente y se sabe el descredito que se atri buye, aun
en política, a tod as las fo rmas de creencia en la espontaneidad de las
masas. (Siendo así, entre paréntesis, la intuición política de LBviStrauss no es completamente engaiíosa, puesto que, a trav6s del
habitus, del sentido prtíctico y de la estrategia, se reintroducen el
agente, l a accidn, la prhctica y sobre todo quiztí la proximidad del
observador a los agentes y a l a prtíctica, el rechazo de la mirqda distan te, que no dejan de ten er relación coril as disposiciones y las posiciones teóricas, pero tambien políticas). Lo esencial es que LdviStrau ss, encerrado desde siempre (pienso en sus no tas del prefacio a
Mauss sobrelafenomenología)en laal tem ati va del subjetivismoy del
objetivismo, no puede percibir las tentat ivas par a super ar esta alt ernativa sino como una regresión hacia el subjetivismo. Prisionero, como tan tos otros, de la a ltern ativ a de lo individual y de lo social, de la
libertad y de la necesidad, etc., no puede ver en la s tentativqs para
romper con el "paradigma"estructura1istasino retornos a un subjetivismoindividualista y por allí aunir racion alis mo: según 61, elUespon-
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taneísmo" sustituye a l a estructura por "una media estadística que
resulta de elecciones hechas con todalibertad oque escapan por lomenos a toda determinación externa" y reduce el mundo social a "un
inmenso caos de actos creadores que surgen todos en escala individual
y que aseguran la fecundidad de un desorden permanente" (cómo no
reconocer la i m a ~ e n el fantasma del "espontaneismo" de mayo de
arao designar esta
1968 querecuerdin, además del c~n ce~ tou ~il izad
corriente te6rica. las alusiones a la moda v a la s críticas "aue andan
por todas partes"? En suma, porque estratégia es para B sinónimo de
elecci6n. elección consciente e individual, guiada por el cálculo racional o por motivaciones "Bticas y afectivas" y, porque se opone a la
coercióny a la norma colectiva, nipuede sino a;&jai fuera de la ciencia un orovecto te6rico aue tiende en realidad a reintroducir el azent e
socializad; Cynoel sujeto)y asestretegiasmásomenos"automá~cas"
del sentido practico 01 no los proyectos o los cálculos de una conciencia).
jugar al juego del matrimonio kabil, que no hace intervenir la tierra
y la amenaza de la repartici6n (por el hecho de la indivisi6n en la repartición igual entre los agnados);no convendrian si se trata d e ugar
aljuego del matrimonio bearnbs donde hay que sa lvar an te todo la easa Y la tierra.
Se vequeno se puede plantear el problemaen t6 rminosdeespontaneidad Y de coerción. de libert ad v de necesidad. de individuo v de
social. EI habi tus comó sentido de lb eg o es el jueio social incorpÓGdo, vuelto naturaleza. Nada es m49 libre ni m 8 s iestringido a la vez
que la noción del bueniupador. El se encuentra muv natu ralmente en
el sitio en que la p elot i &er& como si la pelota lo mandase, pero, por
allí, 61 manda a la pelota, El ha bitu s, como social inscri to en el cuerpo, en el individuo biológico, permi te producir lainfinidad de los actos
de juego qu e esián insciitos en el juego en el estado de posibilidades
y de exigencias objetivas; las coerciones Y las exi~encias elj ue~ o, or
más que no estdn encerradas en un c65co de reglas, se imponen a
aquellos -y a aquellos solamente - que, porque tienen el sentido del
juego. es decir el sentido de la nmesidad inma nente del juego, esián
preparados p ara percibirlas y cumplirlas. Esto se traspone fácilmente al caso del cnsamiento. Como lo mostrb en e l caso del Bea me y de
Kabilia, las estretegias matrimoniales son el producto no de la obediencia a l a regla sino del sentido del juego que conduce a "elegirnel
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
P. -Pero ¿cuól es, según usted, la función de la noción de estrat egia?
R. -La noción de estrate gia es el inst mme nto de una ruu tur a con el
punt o de vista objet ivistay con la acci6n sin agente que supone el estruct uralism o (al recurr ir oor
- eiemolo al a noción de inconsciente). Pe"
~
-
ro
se puede rehusa
r ver
elun
producto
un pro&ania
inconsciente
sin ha cer
deen81la
elestrategia
producto de
cálculode
consciente
y racional. Ella cs el producto del sentido práctico como sentido del juega,
deu n ucso socialparticular. hist ó~ica ment eefinido, que se adquiere
desde la infancia al participar en las actividades sociales. especialmente, en el caso de kabilia, y sin duda en otras partes, en los juegos
infantiles. El buen iueador. aue es en ciertomodo el iueeo hecho hombre. hace en cada 6G an te o[ que hay que hacer, lo que demanda y
exige eljuego. Esto supone una-invenciónpermanente, indispensable
para adaptars e a situaciones indefinidamente variadas, nunca perfectamente identicas. Lo que no asegura la obediencia mecónica a la
reela exolícita. codificada (cuando existe). Describí por eicmplo las estrat egia s de dóblejuego consistentes en ponerse enreg ia, en poner el
derecho de su parte, en actua r conforme a intereses mientras se aparente obedecer a la regla. El sentido del juego no es infalible; está desigualmente repartid& en una sociedad como en un equipo. A veces
falta, especialmente en las situaciones trágicas, en que se apela a los
entendidos, que, en Kabilia, son a menudo tambibn los poetas, y que
saben tomarse libertades con la regla oficial que permiten salvar lo
esencial de aquello que la regla tendía a garantizar. Pero esta libertad de invención, de improvisación, que permite producir la infinidad
de jugadas hecha s posibles por el juego (como en el ajedrez) tiene los
mismos limites que eljuego. Las estrategias adaptadas tr ~t án do se e
~~
~
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
mejor
partido
posible
dado el hiias
juegoes~ecialmente).
de que se dispone,
es decir
los
triunfos
o las malas
cartas(las
el arte
de iuear
del que se es capaz, la regla del juego explicita -po;ejemplo
la i fi ohibiciones o las preferencias en mater ia d e arent te seo o las leves de
sucesión- al definir el valor de lascar tas (de os varones y de 1s mujeres, delosmayoresy delosmenores).Ylasreylaridadesquese pueden observar, gracias a la estndistica, son el producto agregado de acciones individualmente orientadas por las mismas restricciones objetivas (l as necesidades inscritos en la estr uctura del iueco o oareialmente objetivadas en las reglas) o incorporadas (el sint ido d&l uego,
61 mismo desimialmente distribuido. mraue hav
- en todas oartes. en
todos los gnipis, grados de excelen&).
P. -Pero¿quibn produce las rerrlas de lj ue ~oe las oue hab1a.r difieoen~ ilad elaboración
a d e s c u ~ ~de
enunren
ellasde
dedesemboca
func io~a mieni
od~l as
ciado
por loslasr&las
etnólogos
exactamente
modelos?¿Qu4esloque separatasreglas del uegodelas?eglasde paren teseo?
imagen del juego es si n duda l a menos mala para representar
las cosas sociales. Sin embargo. i m ~l ic a elimos. En efecto. habla r de
juego es sugerir que ha al cómienzo uninven tor del juego; un nomo.
teta, que h a enunciado as reglas, el contrato social. Mbs grave, es suR -La
z
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gerir que existen reg las de juego. es decir normas explicitas, geneprop6sitodelmundo socialo delmu ndo político. He llegadonlo quem e
ralmente es critas, etc., siendo que en realidad es mucho más compliparece
ser
la om
intuici6n justa de la lógica práctica de la acci6n ritual
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
s - slide
pdf.c
cado. Se puede hablar de juego para decir que un conjunto de persopensándola por analogía con nu estra manera de utiliz ar la oposición
nas par&ipan de unn actividad~r egulada, na actividad que, sin ser
entre la derecha y la izquierda par a pensar y clasificar opiniones ponecesariamente el ~r od uc to e la obediencia de las reda s. obedece a
liticas o personas (hab ía has ta t ratado, algunos aiios mds tarde, con
ciertas regularidadk:El juego es el lugar de una neceGdad inmanenLuc Boltanski, de capta r cómo funciona esta lógica prdctica en nueste, que esal mismo tiempo unalógicainmane nte. No se hace allí cualtr a experiencia ordinaria empleando una t6cnica derivada de la que
quier cosaimpunemente.Y el sentido del uego, que contribuye a est a
empleanlosinventoresdel análisis componencialpararetomarlastanecesidad y a estaló'gica, es-una forma de conocimiento de est a neceY
parentescos,
de botánica
sidad y de esta lógica. Quienquiere ga na ra es te juego, apropiarse las
xonomía~n
í~ e n a sn mate ria de
de zoocait
ones en los cuales
se habían
inslogia;
daba adclasificar
apuestas, atrapa r la pelota, es decir por ejemploel buen partido y la s
crito los nombres de partido s Dor una arte. los nombres de hombres
ventqjas asociadas, debe teneriel sentido del uego, es decir el sentido
políticos por otra parte). iii ce "na experiencia semejan e con los nomde la necesidady de la 14giwd.@I
Peg0.o:¿Es necesario habl ar de regla?
bres de profesión.
Sí y no. Se puede hacerlo q.coiidicibn.dedistinguir claramente entre
regla y regularid ad El juego social esreglado, es el lugar de regulaP. -Allí tambidn, pas a la líne a ent re etnolop'a y sociología.
ndade s. Las cosas pasan'en dl de.maner a egular; los herederos ricos
se casan re~ ula rme nt e on:menores rictia. Eso no quiere decir que sea
R. S i . La distinción entre sociología y etnología impide al etnólogo
regla para-los herederos ricos a s a r s e con menores ricas. Aun si se
someter su propia experienciaal anális isque aplicaa su objeto. Lo que
vuede Densar que casarse co nuna her edera (a un rica, y a fortiort una
obligaría a descubrir que lo que 61describ e como pensamiento mitico,
menorpobre)esun error, seguramente, alos ojos de lospadres, es una
amenudo no es otra cosa que lalógica prácticaque es lanu estr aen las
falt a. Puedo decir que toda mi reflexión partió de allí, jcómo l as contre s cuart as partes de nuest ras acciones: por ejemplo, en aquellos de
ductas pueden se r regladas s in ser el producto de la obediencia de las
nuestrosjuicios que son sin embargo consideradoscomo la realizaci ón
reelas? Perono basta romoercon la iuridicidad(e1 e ~ali smo .omo disuprema de la cultura cultivada, losjui cios degusto, enteramente fu nten los anglosajones) que es ta n nat ural a los antropólogos, siempre
dados sobre parejas de adjetivos Oiist6ricamente constituidas).
dispuestos aescuc har a los dadores de leccionesy de reglas que son los
Pero, para volver a los principios posibles de la producci6n de
informantes cuando hablan al etnólogo, es decir aun o que no sabe naprácticasregladas, es necesario tomar en cuenta, untoal habitus, las
da y a quien hay que habla r como au n niíro. Par a construir un modereglas explícitas, expresas, formuladas, que pueden ser conservadas
lo de uego qu en o sea ni el simple registro de las normas explícitas ni
y transm itidas oralmente ( era el caso de Kabilia, como de todas las soel enunciadodel as regularidades. almismo tiempo que se integran l as
ciedades sin escritura) o por escrito. Esas reglas pueden aun estar
una s a las otras, e s necesario reflexionar sobre los modos de existenconstituidas en sistema coherente, de una coherencia intencional,
cia diferentes a los principios de regulación y de regularidad de las
querida, al precio de un trabajo de codificacidnque ncumbe a los proprácticas: está, segu ramente, el habitus, e sta disposición reglada pafesionales de la puesta en forma, de la racionalización, los juristas.
ra engengrar conductas regladas y regulares fuera de toda referencia
a la s reglas: y, en l as sociedades donde el trabajo decodificacidnno esaueust edhacea l comenzar. enP.-Dichodeotromodo.;ladistinción
tá muy avanzado, el habi tus es el principio de la mayor part e de las
tr e las cosas de la 16gici"yla lógica de ja s cosas, sería lo que
prácticas. Por ejemplo, las prdcticas ri tuales, como lo demostré, creo,
olant ear claramente la cuestión de la relaci6n entre la remilan dad
de
~~~~
en k sens pratique on el producto de la pues ta en obra de taxonojas prácticas fu ndada sobre las disposiciones, el sentido &l juego, y la
mCas prácticas, o mejor, esque mas clasificatorio smanejad os en el esregla explícita, el c6digo?
tado p rdctico, prerreflexiv o, con todos los efectos que se sabe: los ritos
y los mitos son lógicos, pero solamente ha sta un cierto punto. Son 16R. -Exactamente, la regularida d captable estadisticamente, al a cual
gicos con un a lógica práctica (en el sentido en qu e se dice de un a vesel sentido del juego s e pliega espontáne amente, que se Yreconoce"
timenta oue es oráctica). es decir. buena Darala ~ rác ti ca, ecesaria v
práctica mente 'jugand o el juego", como se dice, no tiene necesar ia~ e m a s i a d a8gica sekín a menudo incomsufieienG parasla
mente por principio la regla como regla de derecho o de prederecho
oatible con la oráctica. o aun contradictoria con los fines oracticos de
(costumbre,refrán, proverbio, fórmula que explicita una regularidad,
ja práctica. s ucede lo mismo con las clasificacionesque producimos a
así constituida en "hecho normativon:pienso por ejemploen las tauto-
-
,
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logías como la que consist e en decir ae un hombre que l'r s un hombre",
pondencia bas tsn te estrecha entr e la geografía de los modos de tran ssobreentendido un hombre verdadero, verdaderamente hombre). Sumisi6n delosbienes y Iageo~afíadelasrepresentacionesdelosvincuBourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
cede no obs tante que ese sea el caso, especialmente en las s ituaciones
los de parentesco..
oficiales. Claramente enunciada esta distinci6n, es necesario hacer
un a teoría del trabajo de explicitaci6n y de codif;caci6n,y del efecto
P. -En realidad, usted se diferencia tambien de los estru ctura list as
propiam ente simb6lico que produce la codificaci6n. Hay un lazo en tre
en la manera de concebir la acción de las "coerciones" jurídicas o
laf6r mula urídicay la fórmula matem4tica. El derecho, como la16gieconómicas.
caformal, considera la forma de las operaciones sin inte resar se en la
materia a la cual se aplican.Laformula urídicavale para todos losvaR. -Exactamente. La famosa articulaci6n de las "instancias" que los
lores de r. El c6digo es lo que hace que diferentes ag entes concuerden
estructuralistas, sobre los neomarxistas, buscaban en la objetividad
sobre las f6rmulas universales porque son formales (en el doble sende las est ructu ras se realiza en cada acto responsable,en el sentido de
tido del formal ingles, es decir oficial, público, y del formal frances, es
la palabra inglesa responsible, es decir objetivamente ajustado a la
decir relativo a la sola forma). Pero me detengo alli. 0 ,ue na solamennecesidad del iueeo .
ooraue
- está orientado oor el sentido del iu e~ o. l
te most rar todo lo que abarca la palabra regla, en suam bigü edad (el
"buen u~a dor ;'t oma n cuenta, en cada elecci6n matrimoniál, eico nmismo error invade toda la historia de lalineüíst ica. nue.
junto de asp propiedad es es tan do dada la estructura que se tratadcrc. desde Saus sure a Chomsky, tiende a confundir los eGuemas generadores que
producir: en Bearne, el sexo, esdec irlas re pres entxi ones costum brisfuncionan en estado práctico y el modelo explicito,la g ramática, constas de la precedencia masculina, el rango de nacimiento, es decir la
truido para dar razón de los enunciados).
precedencia de los mayores, y, a trav es de ellas, de le ti erra que , como
decía Marx, hereda al heredero que la hereda, el rango social de la caP. -Así, entre las restricciones que definen un juego social, tpodria
sa que hay que mantener, etc. El sentido del juego, en es te caso, es,
haber reglas, m4s o menos estrictas , que rigen la alia nzay definen los
m4s o menos, el sentido del honor; pero el sentido del honor bea rnes,
lazos de parentesco?
a pes ar de las analogias, no es exactamente identico al sentido del
- .
,
R.-Lasm4spoderosas deestasres triccione s, por lo menos en las tra diciones que estudie directamente. son las aue res ultan de la costumbre sucecoria. Las necesidades de ia economía seimponen a tr aves de
ellas v las estrate rnas de re~roducc i6n eben contar con ellas. en .
nrimer ¿6rmino la s e~trategiasmatrimoniales. ero las costumbres, aun
lasmuy codificadas,loqueraramenteeselcaso n lassociedadescampesinas, son elobjetoellasm ismas de todasuertedeestratecias.Tambien es necesarioen cada caso volver a la realida d de lasp%cticas en
lug ar de fiarse, como Le Roy Laduri e que sigue a Yver, en la co stumbre, codificada, es decir escrita, o no: al e sta r fundada pa ral o esencial
en el registro de las "jugadas" o de las faltas ejemplares y, con est e
título, convertida en norma, la costumbre da una idea muy inexacta
de la mt in a ordinaria de los casamientos ordinarios, y es d objeto de
toda clase de m anipulaciones, en ocasi6n de los casamientos especialmente. Si los bearneses han sabido perpetuar sus tradiciones sucesoria s a pe sar de dos siglos de c6dieo civil. es aue habían aprendido de
larga data a jugar coñla regla deGuego.~ie n' do sí, no hay que subestimar el efecto de la codificación o de la simple oficializaci6 n (a que se
reduceel efecto delo que se llam ael casamiento preferencial): asv ias
sucesarias designadas por la costumbre se imponen como "naturales"
y tiende aorientar-nuevamenteesnecesariocomprenderc6mc-las
estr ategi as matrimoniales, lo que explica que se observe una corres-
honorkabi l, que, más sensibleal capital sirnb6lico,reputación, enombre, "gloria", como se decía en el siglo XviI, otorga menos atenci6n al
capital económico y especialmente a la ti erra.
P. -Lasestra tegias matrimoniales esthn, pues, inscrit as en el sistema de la s estrateg ias de reproducci6n ..
R. -Yo diría, para la anbcdota, que son las inquietudes de elegancia
estilísticadelaredacci6ndeAnnales Insquehan hecho quemiartículo
se llame "las estrategias matrimoniales en el sistema de reproducci6n" (lo aue no tiene mucho sentido) y no, como yo quería, ''en el sissencial esta alli: no se
tema de ias estrategias de repr odu cc~ n"~ Eo
pueden disociarlas es tr at e~
- ia s atrimoniales del coniunto de las esirate gias -pienso, por ejemplo, en las estrategi as delecundidad, en
las estraterrias educativas comoestrateei as de ubicación cult ural o en
las estrategi as econ6micas, inversión, ahorro, etc.-por las cuales la
familia tiende a reproducirse biol6gicamente y sobre todo socialmente, es decir a reproducir las propiedades que le permitan man tener su
posición, su rango en el universo social considerado.
-
P. -Hablando de la familiay de sus estrategias, ¿no postula l a homogeneidad de este grupo, de sus intereses, y no ignora las tensiones y
los conflictos inhe rentes por ejemplo a la vida en común?
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R. -Al contrario. Las estrategia s matri moni ales son a menu do la
doy que se perpetúa, creo haberlomostra do, en su smét odos(p or ejemresu ltan te d e relacio n es d e fu erza e n el sen o d el g ru p o d o mésticoBourdie
y
plo, s¿por
qu6
estare
sistenc ia a l a estadística?)^ sobre todo en su s mou Pie r re Cosa s Dicha
- slide
pdf.c
om
estas relacio n es n o o u ed en co mo ren d erse sin o ao eian d o a la h isto ria
dos de pensamiento: por ejemplo, el rechazo del etnocentrismo qu e
d e ese g ru p o y en p articu lar a la historia de los ;asamientos anterio prohibe al etn6logo poner lo que observa en relación son s us propias
res. Por ejemplo, en Kabilia, la muje r, cuand oviene del exterior, tienexperiencias -como yo lo hacia hace un mom ento aproximando las
d e a refo rzar su p o sición b u scan d o en co n trar u n p artid o en s u in aje
o ~er acio n es lasificato rias in trod u cid as en u n acto ritu al y l a s q u e i n y tien e tan t as m ás p o sib ilid ad es d e o g rarlo cu an to m6 s p restigio so es
t;oducimos en nu es tra percepción del mun do social- conduce, bajo
su lin aje. L a lu ch a en tr e el marid o y la esp o sa p u ed e efectu arse p or
aoarie ncia de resoeto.. a in stitu ir u n a d istan cia in fran au eab le. como
in
terp o sición
d e l a sudel
eg ra.
El marid
u ed e tennto
er tamb
i6 n in
s en
reforzar
la cohesión
linaie.
Dor uonpcasamie
interno.
E ter6
n sum
a.
l a h i s t o r i a d e l o s li n a j e s , y es&;almente
de todos los casam iento s an:
teriore s interviene en ocasión de cada casam iento nuevo por el sesgo
de esta relación de fuerza sincrónica ent re los miembros de la familia.
Est e modelo teórico tiene un valor m uy general y es indispensab le, p or ejemp lo , p ar a co mp ren d er la s estrateg ias ed u cativ as d e l a
familia, o, en un dominio completamente distinto, s us estrate gias de
in v ersió n y d e ah o rro . M o n iq u e d e S ain t-M artin o b servó en l a g ra n
aristo cracia fran cesa estrate&is matrimo n iales ab so lu tamen te semejan tes a las q u e y o h ab ía &serv ad o en lo s camp esin o s b earn eses.
El casamien to n o es esta o ~er aci ó n untualyabstracta,fundadaobre
la s o l a a p l i ~ a c i 6 n d e r e g l a s d e f i l i a c ~ ned~i an z a, qu e-d escrib ela radición estructu ralista . sino un acto au e interna el coniunto de las ne~
cesid ad esin h eren tes n un a posici6n en la est&ctura social, es decir en
un estad o del iueeo social. oor la virt ud sintktica del sentido del iu ego delos iieg&iaJores". d as relaciones q u e se n tro d u cen en tre las familias en ocasión de los casamientos son tan difíciles y ta n imp ortnntes como las negociaciones de nues tros diplomdticos mhs refinados. Y
l a l e c t u ra d e S á i nt - S i m o n o d e P r o u s t ~ r e p a r a i n d u d a m e j o r
comprender la diplomacia sutil d e los camoesinos kabiles o bearne ses
q u e l a le ct ur a d e i a s ~ o t e sn d ~ u e r i e sn ~ n t r o ~ o l oero
~ no
~ . todos
lo slecto res d e P ro u st o d e S ain t-S imo n estd n icu almen te o reo arad o s
pa ra reconocer al señor de Norpois o al duqu e Ide Berry en u n cam pesin o d e rasg o s ru d o s y acen to g ro sero o en u n mo n tañ 6 s. p o rq u e la s grillas q u e se esap lican , la s d e la etn o log ía, llev an a tratarlo , q u iérase
o no, como radica lmen te otro, e s decir como bhrbaro.
.
A
P . - L a e tn o l og í a no t r a t a m á s v e r d a d e r a m e n t e n i a l o s c a m p e s i no s n i
a n ad ie co mo ar b a ro , creo . S u s d esarro llo s en F ran cia y E u ro p a h an
contribuido por otra oarte . orobablemcnte, a modificar más la m irad a q u e e l la a r r o j a s o b e a c s oc i e da d e s.
R. -Tengo conciencia de forzar el rasgo. Pero mant engo sin embargo
q u e h ay algo d e m alsan o en la ex isten cia d e l a etn o lo gía co mo cien cia
sep a rad ay q u e u n o se arriesg a a acep tar, a trav és d e esta sep aració n ,
to d o lo q u e estab a in scrito en la d iv isió n inicial d e la q u e ella h a sali-
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osmejorescuando
tiempossede
la "mentalidad
primitiva".
esto puede
ler asimismo
hace
l a "etnología"
de los camYpesinos
o de valos
obreros.
,;
.P. Para volver a la Iózica de la s estrate gias matrimoniales, ¿usted
quiere decir que toda la-estructura y las historia del juego e stgn prcsentes.
oor intermedio de los habi tus de los actores Y d e su sen tid o d el
~
ju eg o, k m d a u n o d e lo s casamiento s q u e resu lta d e la co nfron tación
d e s u s estrateg ias?
~~~
R. -Exactamente. He mostrado cómo, en el caso de Kabilia, los casamientos másdificiles. oorlo tanto m i s orestiaiosos, movilizan a la casi
totalidad de los dos grupos en presen;a y lahis tor ia de su s transac cio nes p asad as, mat ~im o n ia les o tras, d e mo do q u e n o se p u ed e co morenderlos sino a condición de conocer el balance de e sosintercambios
ñn el momento considerado y también, seg uram enta, todo lo que deCine la oosición de los dos aru pos e n la distrib ución del capit al ecoiió;nico y también s imb6 lico.ios grande s negociadores son aquellos que
saben s acar el mejor partido d e todo esto. Pero esto, se dird, no vale sino por tanto tiempo como el casamiento, es asu nto de la s familias.
uede pregu ntarse si sucede lo mismo en la s sociedades como
la nue stra, donde la "elección de conjunto" es apar ente me nte dejada
a la libre elección de los interesados.
1'.S i .
R.-En realidad, el dejar de hacer del mercado libre esconde las necesid ad es. Lo mo str6 en elcaso d eBea rn eal an alizar el p asajed eu n rég imenencarnado
m atrimonial
debaile.
tipo planificado
que sese
encuentra
en el
El recurso aallamercado
noción libre
de habitus
impone en es te ca som ás que nunca: en efecto, ¿,cómo explicar de otro modo
la homoeamia aue se observa a pesar de todo? Existen se guram ente
to d as last6 cn icas sociales q u e ai u n ta n a limitar el camp o d e lo s p artidos posibles, por u na suer te de proteccionismo: competencias, bailes
selecto s, reun io n es mu n d an as, etc. P ero la m h s seg u ra g a ran tía d e la
homogamia y, por allí, de la reproducción social, es l a afinidad espontáne a (vivida como simpat ía) que aproxima a los agentes dotados de
habi tus o de gustos semejantes, en consecuencia prrductos de condi-
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usos sociales del parentesco -al combinar, como hace Bensa , el anáciones y de condicionamientos sociales semejantes. Asimismo con el
lisis lingiiistico de las toponimias, el a nális is económico de la circuefecto de cierre ligado a la existencia de mu pos hornoceneos social
v
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
lación de las tierras, la interrogación metódica sobre las estrategias
cultu ralme nte, como los grupos de condi&ípulos (clases del secundapoliticasmá s cotidianas, etc.-descubre que los casamientos son operio, disciplinas de las facultades. etc.). aue son re s~on sabi es. ov.
- . de
raciones complejas, que implican una cantidad de pará metros que la
un a gran par te de los casamientbs o dé ias unione;, y que deben muabstracción genealógica, que reduce todo a la relación de parentesco,
cho ellos mismos al efecto de la afinidad de los habi tus (especialmensepara sin siquiera saberlo. Una de las bases de la división entre los
te e n las operaciones de cooptación y de selección). He mostrado a mdos"paradigrnas" podría res idir en el hecho de que es necesario pas ar
pliamente, e nL a distinction, que ela mor puede se r descrito tambikn
hora s y hora s con los informan tes bien informados y bien dispuestos
como una forma de amo r fati: amar, es siempre un JCO amar en otro
otr a realización de su propio destino social.Esto lo habí a aprendido a l
par a recoger las informaciones necesarias par a la cómprensi6n de un
solo casamiento -o, por lo menos, de la puesta al día de los parámeestudi ar los casamientos bearneses.
tros pertinentes al tr atar se de construir un modelo, estadísticamente
fundado, de las coercionesque organizan la s estrateg ias matrimoniaP. -Levi-Strauss, al defender el paradigna estructuralista. dice que
les-, mientr as que se puede establecer en una tarde un a genealogía
"dudar dequeel análisisestructural se aplique aa l y n a s delas socieque abarque un centenar de casamientos v en dos días un cuadro de
dades) conduce arecusar lo pa ra todas". ¿Esto no vale tambien, según
terminos de domicilio y de referencia. ~ e @ oendencia a pensar que,
usted, para el paradigma de la estrategia?
en ciencias sociales, el ienguaje de la regla es a menudo e l asilo de la
ignorancia.
R. -Creo que hay cierta imprudencia al pretender proponer un paradigma universal y me he guardado muy bien de hacerlo a par tir de
P. -EnLe senspralique , a propósito especialmente del r itual, sugiedos casos -d es pu es de todo bastante semejantes- que estudie (aun
re que es el etnólogo quien produce artificialmente la distancia, la
si creo probable qu e las estrategias matrimoniales se inscriben uniextraiieza, porque es incapaz de reapropiarse de su propia relación
versalmente en el sistema de la; estra tegia s de reproducción social).
~ .
En
realidad,
antes de
concluir
porestructuralista
el monismo oque
el olurnlismo.
sería
necesario
verificar
que
la visión
se impuso en
el
anhlisis de l as sociedades sin escritu ra no es el efectode la relación con
el objeto y de l a teor ía de la prdctica que favorece la posición de exterioridad del etnólogo (el casamiento con la prima paralela, q ue se consideraba era la regla en los países árabe-bereberes. fue el objeto de
algunos ejerciciosestructuralistas cuya debilidad creo haber demostrado). Ciertos trabajos sobre sociedades típicamente "frías" oarecen
mostrar que, a condición de entra r en el detalle, en lugar de'contentars e con obtener nomenclaturas;de los terminos de parentesco y de
las genealogías abstractas, reduciendo asílasrelaciones entre los conjuntos a la sola distancia genealógica, se descubre que los intercambios matrimoniales y, con mayor gener alidad. todos los intercambios
materiales o simbólicos; como la transmisión de los nombres, son la
ocasión de estrategias complejas y que las genealogías mismas, lejos
de dirigir las relacione s económicasy sociales, son la apues ta de manipulaciones destinadas afav orecer o a prohibir l as relaciones económicas o sociales, a leg itima rlas o a condenarlas. Pienso en los trabajo s de
Bateson quien, en Naven, había abierto el camino al recordar las
manipulaciones estrat4gicas de las cualeslosno mbres de lugar es o linajes -y la relación entre los dos- pueden constituir el objeto. O en
los estudios, mUy recientes, de Alban Bensa, sobre la Nueva Caledonia. Desde que el etnólogose dalosme dios de captar en su sutilezalos
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
con la práctica.
había leído las crític a~impl acables ue Wit t~e nst ein irirre a
Fra2er.y ques e aplican a la mayorp artede Iós etnólogos,cuando describiloquemepnreces erlalógica real del ~en samien tomíticooritu al.
Allídonde sevio un blgebra, creoque es necesariover una d anza o una
gimnasia. El in telectualism o de los etnólogos, que redobla su preodupación por da r un aderezo científico a su trab ajo, les impide ver que,
en su propia práctica cotidiana, sea que den un punta pie en la piedra
queloshizo trastabillar,seg ún el ejemplorecordadopor Wittgenstejn,
o que clasifiquen los.oficios o los hombres políticos, obedecen a una 16gica muy semejante a la d e los "primitivos" que cl asifican los objetos
según lo seco y lo húmedo, lo ca liente y lo frío, lo alto y lo bajo, la derecha y la izquierda, etc. Nuestra percepción y nue stra práctica, especialmente nuestra percepción del mundo social, están guiadas por
taxonomías prácticas, las oposiciones ent re lo alto y lo bajo, lo masculino (o lo viril) y lo femenino, etc., v las clasificaciones aue oroducen
estas taxonomias deben su virtud ál hecho de que son &áciicas, qu e
permiten introducir precisamente bastante lógica para las necesidades de la práctica, ni demasiada-loimpreciso cs a menudo indispensable, especialmente en las negociaciones-, ni demasiado poca,porque la vida se ha ría imposible.
R. -No
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des familias .-grandes, en el doble sentido del término-asegurasu
P. -¿Piensa que existen diferencias objetivas entr e las sociedades
perpetuación al precio de estrategias-en prime ra fil ala s estrate gias
q u e h acen q u e alg u n as d e en tre ellas, especialmen te las m ás d ifeu Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
educativas- que no son tan diferentes, en su principio, de las que los
renciad as y las m 6s complejas, se prest en mejor a ¡os juegos deBourdie
la
camp esin os k ab iles o b earn eses p o n en en p ró ctica p a ra p erp etu ar su
estrateg ia?
capital ma teria l o simbólico.
En su ma, to d o mi trab ajo , d esd e h ace má s d e v ein te arios, tien R. -Por m6s que desconfie de las grande s oposiciones duolistas, sode a a boli rla oposición entre l a etnología y la sociologia. Es ta división
ciedades calicntes/sociedades frias. sociedades históricadsociedades
residual, de vestigios, impide a los unos y a los otros plant ear ad esin h isto ria, se p u ed e su g erir q u e, ak ed id a q u ela s so ciedad es sev u elcu ad amen te lo s p rob lemas más fu n d amen tales q u e p lan tean to d as
v en m ás d iferen ciad as v au e en ellas se d esarro llan eso s "mu nd os"
relativa mente autónomos'que yo llamo campos, la s posibilidades de
la s sociedades, los de la lógica de la s estrategi as que los grupos, y es pecialmente las familias, emplean para producirse y reproducirse, es
que aparezcan verdad eros acontecimientos, es decir encuentrosd e sed ecir p ara crear y p erp etu ar su u n id ad , p o r lo tan to s u ex isten cia en
ries causal es independientes, ligadas a esf eras de necesidad diferentanto grupos , que es casi siempre, y en todas las sociedades, la condites, no dejan d e crecer, y de allí, la liberta d deja da a las estrateg ias
ción de l a perpetuación de s u posición en el espacio social.
complejas del habitus , qu e integra n necesidades de orden diferente.
E s así por ejemplo que, a m edida q ue el campo económico se instituP. -;.Lo teo ría d e las estratem as d e re~ro d u cció n eria. u u es. in sep aye como tal al in sti tui rla ne cesida dque lo caracteriza como propio, la
r a b l e d e u n a t e o r ía g e n ét ic a i e o s gr u p os , q u e ti e nd e i d a r c u e n t i d e
de los negocios, del cálculo económico, de la maximizaci6n del provela lógica según la cual los grupos, o las clases, se hacen y s e dee:.acen?
cho material ("los ncgocios son los negocios", "en los negocios iio se
hace sentimentalismo"),y que los principios m6 s o menos cxplicitos y
R. -Co mp letamen te. Esto es d e tal man era ev id en te, e imp o rtan te,
codificados que rigen la s relaciones entre parien tes dejan de aplicarpa ra mi , que llegue has ta a colocar el capítulo consagrado a las clases,
se m ás a116 de los limites de la familia. sólo las e stratem as comoleias
d e u n h ab itu s mo d elado p o r las n ecesid ad es d iv ersas p ied en in te k a r
con el cu alh ab ía p en sad o co n clu irLa d ist b ~clio n , l términ o d e l a p rien
partidnristocr&ticoso
os coherentes las
diferentes
grande
s &amientos
burgueses
sonnecesidades.
sin du da losLos
mejores
ejemplos
de una tal integración de necesidades diversas, relativamente iire.
ductibles, lade l parentesco .lade laccon omiav l ad c la volitica. Puede
ser q u e en las so eied ad es mi n o s d iferen ciad n ien ó rd eñ es au tó n omo s,
lasn ecesid ad es d el p aren tesco , al n o ten er q u e co n tar co n n ing ú n o tro
principiode orden conc urrente, puedan imponerse sin reparto. Lo que
exige verificación.
P. -¿Estima, pues, que los estudios de parentesco tiene sin embargo
un papel
- Que
- desemuefiar en lainterore tación denu estra s sociedades.
pero que conviene definirlos de o tro modo?
R. -Un
papel principal. He mostrado por ejemplo, en el trabajo que
hice, conMonique de Saint-M artin, sobre elpatronatofrn nc6s, que las
afin id ad es a la a lian za est6 n en el p rin cip io d e a lg u n as d e la s so lidaridades que un en esas encarnaciones por excelencia del horno econo.
micus que son los grandes efes de em presa y que, en ciertas decisiones económicas de la más alta importancia, como las fusiones de
firmas, el peso de la s relaciones de alianza-que sancionan ellas misma s las afinidades de estilo dc vidn- pueden ten er m6s peso que los
determ inantes o los razones puram ente cconórnicas. Y, más g en eralmen te, es cierto q u e lo sg ru p o s d o min an tes, y esp ecialmen te lasg ran -
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
mera
e S cn sp ru tiglas
u e dunidad
o n d e hes
abde
ia trn
tadgenealógio 'd e mo strar qpuarte,
e lo s gteórica,
ru p os, dyeL
especialmente
base
ca, existían a la vez en la realidad objetiva de la s regularidade s y de
las coerciones instituidas, y en las representaciones, y también en
todas la s estrateg ias de mercado, de negociación, de bliifi, etc., dest i n a d a s a modificar la realidad al modificar las representaciones.
Esp erab a asím o stra r q u e la ló g ica q u e h ab ía ex traído a p ro pó sito d e
losgruposdebascgeneal6gica,familias,clanes, rib u s, etc.,v aliatambién par a las afirupacioncs mbs tipicas de nuestr as sociedades, aquellas que se d es kn in con el nomb;e de clases. Así como las unidad es
teóricas que aísla, sobre elpape l, el anhlisis genenlógico n o correspond en au to máticamen te a las u n id ad es reales, p rácticas, así las clases
teóricas que distingue l a ciencia sociológica para da r cuen ta de las
prácticas no son au tomáti came nte clases movilizadas. En los dos caso s, se rata d e g ru p o s so b re el p ap el En suma, losgrupos-familia...precio de un trabajo permanenres uotros-son cosas que se hacen, al
te de mantenimiento, de los cuales los casamientos constituyen un
momento. Y sucede lo mismo con las clases, cuando existen aunqu e
sea u n p o co (ise h a p reg u n tad o lo q u e esex istir p ara u n g ru p o?): Iap ertenencia se construye, se negocia, se m erca, se juega. Y, allí tambihn,
es necesario su pera r la oposición del subjetivismo voluntario y del objetivisrno cientificista y realis ta: el espaciosocial, en el cual las distancias sem ide n en cantidad de capital, define as proximidades y l a s a f i -
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nidades, los alejamientos y las incompatibilidades, en una palabra,
las probabilidades de pertenecer a grupos realmente unificados, familias, clubs o clasesmovilizadas; pero es en l a lucha d e las clasificnBourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
ciones, lucha paraimpon er tal o cual mane ra de recortar este espacio,
para unificar o para dividir, etc., donde se definen las aproximaciones
reales. Laclase no está nun cad ada e nla s cosas; ellaes también representaci6n y voluntad, pero que no tiene posibilidad de encarnarse en
las cosas m4s que si aproxima lo que está objetivamente pr6ximo y
aleja lo que est á objetivamente alejado.
Cuando comencé mi trabajo de etnólogo, quise reaccionar contra
lo oue llamaba la iuridicidnd. es decir contra la tenden cia de los etn6log'os a describir el mundo social en el lenguaj e de la regla y a hacer
como si se hubierainfor mado sobre las prácticas sociales desde que se
ha enunciado la regla explícita según la cual se presume que son
producidas. Así, me alegró mucho un d ía enco ntrar un texto de Weber
que dec:apoco más o menos: "Los agen tes sociales obedecen a la regla
cuando =l inter és en obedecerla la coloca por e nci na del interbs en
desobedecerla". Esta bue na y sana fórmulamater ialista esinte resante porque recuerda que la regla no es automátic amente por sí sola y
obliga a preguntarse en qué condición una regla puede act uar.
Las nociones que he elaborado poco a poco, como la noci6n de
habitus, nacieron de la voluntad de recordar que el lado de la norma
expresa y explícita o del cálculo racional, hay otros principios ge neradores de las prácticas. Eso sobre todo en las sociedades en que hay
pocas cosas codificadas; de suerte que, para dar cuenta dz lo que la
cente hace, es necesario suDoner aue obedecen a una suerte de "sen:ido del juego" como se dice en depo rte, y que, par a comprender SUS
~rá cti cas . s necesario reconstruir el cn ~i ta le esauemas informacioy pincticas sensatas Y
noles qué les permite producir
rerln das sin intenci6n d e sentido v sin obediencia consciente a reclas
e6lícita mente enuncindas comltales. Sin duda se encuentran-por
todas partes normas, reglas, ha sta imperativos y el "prederecho", COmo decía üerne t: son los ~ro ver bio s.os principios explícitos que conciernen al uso del tiempoo el bandó de las coiechas, las
~,
codificadasen
materia
decasamiento.
lasl as
costumbres.
Pero
la estndística,
muy útil en
este caso,
muest ra que
prácticas no
se conforman
sino excepcionalmente al an or ma: por ejemplo, os casamient os con la
prima paralela, que en l as tradiciones árabes y bereberes están unánimement e reconocidos como ejemplares, son de hecho, muy raro s, y
una bue na parte de ellos están inspirados por otras razones, al apo rtar
~~~
les
de
la
~~~~~
Comunicocidnprcsentado cnNeuchdtel enmnyo del983 y publicndnenAcrecherche en scieneos sociiiles, 64 , septiembre de 1986.
83
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laconformidn~ldelopráctico on la reg lau n beneficio simbólico suplecuanto más peligrosa es la situación, más la práctica tiende o ser coment ario , el que tr ae el es tar , o, como se dice, el ponerse en reglu padificada. El grad o de codificnci6nvar ia como el grado de riesgo. Eso se
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
slide pdf.c
omcaso del casamienlo: desde que se examinan los enr a rendir homenaja a la regla y a los valores del grupo.
ves -bien
en el
Habiendo partido de esta suerte de desconfianza con respecto a
samientos y no ya el casamiento, se ve que existen variaciones consila juridicidad, y a los etnólogos que se inclinaron a menudo por ella,
derables, en particular bajo la relación de la codificación: cuanto más
porque es más fácil recoger los aspectos codificados de las p rácticas,
el casamiento une gnipos alejados, por lo tanto prestigiosos, m i s
llegue has ta nmostrnr que, en el caso de Knbilin, el más codificado,es
grande seráel beneficiosimbólico,pero tambibn el riesgo. En estecnso
decir el derecho consuetudinario, no es sino el registro de veredictos
se tendrd un mudo muv al to de formalización de las ~rá cti cn s: abr8.
sucesivamente producidos, a prop6sito de transgresiones particulalas fórmulas-de corte ka m6s refinadas, los ritos más elaborados.
res, a pa rt ir de los principios del habitus. Pienso, en efecto,que se pueCuanto más gran de sea la situación de violencia en estado potencial,
den reengen drar todoslos actos dajurisprudencia concretosque están
cuanto más sea necesarioimponerformas, más la conducta libremenregistradós en las costu mbres ap&tir de un pequeño número de printe confiada a las improvisaciones del habitus ceder6 el lugar a la concipios simples. es decir a parti r de las oposiciones fundamentales aue
ducta expresamente realada por un ritua l metódicamente instituido.
l mundo, nocheldia, adentro/afuera, etc.:
~ ~ ~ a n i z a n t oadvisidnde
á
hasta edificado. asta pensnr en el lenguaje diplomdtico o en las
un crimen cometido por la noche es más grave que un crimen cometireglas protocolares que rigen las precedencins y las conveniencias en
do de día; cometido en la casa, es más grave que fuera de la casa, etc.
las situaciones oficiales. Lo mismo o curna en el coso de los casamienUna vez au e se han com~ren dido stos ~rincioio s. e -puede predecir
tos entre tribus alejadas.donde losju egosritunles, el tiro al blanco por
que nquefque cometió tai falta, recibirá tal mil ta, o, en todo caso, que
ejemplo, podían siempre degenerar en mierra.
recibiráunamultam6sfuerte. omds dbbil. aue nauel aue cometer6 tnl
Codificar, es a lavez
en fon nñy ponerformas. lla y una virotra falta. En suma, aun lo qué hay de m& ;edificado-13 mismo vale
tud propia de la forma. Y el dominio cultural es siempre un dominio
pa ra el calendari o agraric- tiene por principio no principios explicide las formas. Esu na de las razones que hacen que la etnolop'a sea tan
tos, objetivados, por lo tanto ellos mismos c~dificad os,ino esquemas
dificil: este dominio cultural no se ad auiere en un dia ... Todos esos
,
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.
prácticos.
Como puioebagrario,
a, l as contradicciones
que seobservan
porpor
ejemplo
en el calendar
qu e está sin embargo
codificado
el
hecho de que la sincroniznción es, en todas las sociedades, uno de los
fundamentos de la integración social.
El habitu s, como sistemnd e disposicionespara la práctica, es un
fundamento objetivo de conductas regulares, por lo tanto de l a regularidad de las conductas, y, si se pueden prever la s prácticas (aquí, la
sanción asociada a un a cierta transgresión), es porque el hnbitua hace
que los agente s que están dotados de él se comporten de un a cierta
man era en ciertas circunstancias. Siendo así, esta tendencia a act uar
de una manera r ey l a r que, cuando el principio está explícitamente
constituido, puede serv ir deba se a una previsión (equivalente cilltode
las anticipaciones prácticas de la experiencia ordinaria), no encuentr a su principio en unn reg lao una ley explícita. Es lo que hace que las
conductns engendradas por el habitus no tengan la hermosa regularidad de las conductas deducidas de un principio legislativo: el habitus tiene parte ligada con lo imprecisoy lo vago. Espontaneidad qu e
se afirma en In confrontación improvisada con situaciones sin cesar
renovad as, obedece a un a lógica práctica , la de lo impreciso, del mds
o menos, que define la relaci6n ordinaria con el mundo.
Esta par te de indeterminaci6n, de apertura , de incertidumbre,
eslo que hace que no puedarem itirse completamente a61 en las Situaciones criticas, peligrosas. Se puede enunciar como ley general que
juegos
de puesta en forma que, como
e i e condoblesjuegos,
el eufemismo,son
sonlam
otroa-s
y,spornlli,
tantosjuegosconlaregladeljuego,
ner a de ser de los virtuosos. Pa ra wn er se en regla, e s necesario conocer al dedillo la regla, los adve rsah os, el juego. Si fuera necesario proponer una definición trnnscultural de la excelencia. diria que es el
hecho de saber jugar con la regla del juego ha sta los limites, hastn la
transgresión, permaneciendo en regla.
Es decir que el andlisis del sentido práctico va mucho m6s allá
de las sociedades sin escritura. E n la mayor parte de las conductns
ordi nari as, somos guiados por esqu emns prdcticos, es decir por "principios que imponen el o rden a la acción" (principium in ~po rla nsrdinem ad acturn, como decía la escoldstica), por esquemas inforrnacionales. En suma, todo lo que permite a ca dau no de nosotros distinguir
las cosas que otros confunden, operar unadiacrisis, un juicio que separa, son los principios de clasificación, os principios de erarquizacidn,
los principios de división que son tambien principios de visión. Lape rcepción es profundamente diacritica : distine ue la forma del fondo. lo
queesimp~rtantedeloquenolo s.lo~quees~entra1
e loqueessec;ndario. lo aue es actual de lo aue es inactual. Estos ~r in ci oi os e iuicio.
de aiál isjs , de percepción, dé comprensión, son casi siempre iip lici :
tos, y al mismo tiempo, las clasificaciones que operan son coherentes,
pero hast a un cierto punto. Esto se observa, como lo he mostrado, en
el caso de las prdcticas ritu ales: si se lleva demasiado lejos el control
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simbólica, que incum be a m enudo a las gr andes burocracias de E::lógico,se ve n surgirlascontradiccionesacadapaso.Y ucede lomismo
si se pide a los inves ti~ ado s ue clasifiauen a las personalidades DO tado. Como se ve e n el caso de la conducta automovilística, la codificaei5n aport ave ntaj as colectivas de clarificación y de homogeneizaci6n.
l ít i c& o p a r ti d o s, o n u ñ l a s p r ~ f e s i o n e s . ~ o s qu em as clasificatori'os,
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
Sabe a qué atenerse; se sabe con una previsibilidad razonable q ue en
disposiciones casi corporales, que funcionan en estado pr4ctic0,
puede n en ciertos casos pasa r al estado objetivado. ¿Cuál es el efecto
todos los cruces aquellos que llegan por la izquierda de berán ceder el
de la objetivación? Interroga rse sobre la objetivación, es int errog arse
paso. La codificación m inimiza el equivoco y l a imprecisión, en pnrtisobre el trabajo inclusive del etnólogo, que al modo d e los primeros
cular enla s nteracciones. Se muestra particularmente indispensable
legisladores, codifica, por el solo hecho del registro, la s cosas que no
y tamb i6n eficaz en la s situaciones donde los riesgos de colisión, de
existían sin o en estado incorporado, bajo forma de disposiciones, de
conflicto, de accidente, donde el dlea, el aza r (pala bra, que como decía
Cournot, designa el enc uentro de dos series causale s independiente),
esquemas clasificatorios cuyos productos son coherentes, pero con
una coherencia parcial. E s necesario g uardars e de buscar en la s proson particu1a;mente importantes. El encuentro de dos ir up os muy
alejados es el encue ntro de dos series causales independientes. E ntre
ducciones del habit us m ás lógica de la q ue hay en 61: la lógica de la
práctica es ser lógica hasta el punto donde se r lógico cesaría de ser
personnsdel mismogrupo,dotadasdelmismohabitus, por lotanto espontá neam ente orqu estada s, todo es evidente, hasta los conllictos; se
práctico. E n el ejercito frances se enseñaba. se enseña quizds aho ra,
comprenden con mediaspalabras, etc. Perocon los habitusdiferentes
cómo hacer un paso; es claro quen o se marcharía si se debieracanforma rse a la teoria del paso para marchar. La codificación puede ser
aDarece la ~o sib ili dad del ccidente. de lacolisión. del conflicto La coantinómica con la puesta en aplicación del código. Todo trabajo d e
dificación es capital porque aseguka un a co mu~i caci6nm í n i m a . S e
codificación debe,pues, acompañ arse de u na teoría del efecto de codifipierde all í en encanto... L as sock dades m uy poco codificadas, donde
cación, bajo penad esustit uirinc onscie ntem ente Iacos a de Ialógica(el
lo esencial estd dejado nl sentido deljuego, a la improvisación, tienen
código) por l a lógica de la cose (los esquema s prácticos y l a ógica par un e ncan to loco y,-pnrn sobrev ivir a-61, j sobre todo pnra dominarlo,
es necesario tene r el genio de las relaciones sociales, un sentido del
cial de la prá Aica q ue engmdran).
Laobjetivación que o~?ralaco difica ción ntrodu cela posibilidad
juego absolutam ente extraordinario. Es necesario sin d uda ser mu-ho
...
de
u n contr,il
lógicoión
de la
de u na formalización.
Ella
posible
lainrtaurac
decoherencia,
un a normatividad
exp1ícita;la d ela
mahace
má iica o el derecho. Cuand o se dice que la lengua es un código, se omite
precisar en qu6 sentido. La l e n y a no es un c ód ig~ ablnndo con propiedad: no se vuelve código sino por la gram ática, q ue es u na codificación casi iuridica de un si stem ade esque mas informacional !s. H ablar
d e c ó di g oa p r op ó si to d e l a l e n y a e s o m e t e r l a fallacy por excelencia,
la que consiste en poner en l a conciencia de la s personas que s e estudian lo que se debe tener en l a conciencia para comprender lo .lue hacen. Bajo pretexto de que para comprender una lengua extranjera e s
necesario poseer una grámatica, se hace como si aquellos que hablan
l a e n g u a i b e d e c i e s e f i u n a g r a m á t i ca . L a c o di fi cn ci ón e s u n c a m bi o
d e n a t u r a l ez a . u n c a m b io d e e s t a t u t o o n t o l ó ~ c o . u e s e o p e r a c u a n do
se pasa de esquem as lingüístico~ ominados en estado práctico a un
códieo. un a mam ática. por el trabaio de codificación. aue es u n tra bajo jukdico. Ks necesarioanalizar este trabajo para sabe r alav ez o sue
pasa en arealidad cuando os uristas hacen un código y lo que se hace
automáticamente, sin saberlo, cuando se hace l a ciencia de l as prácticas.
La codificación tiene parte li ~ a d aon la disciplina Y con la n ormalización de las prácticas. Quieñdice en al y n a parte que los sistem as simbólicos "reeimentan" lo aue codifican. La codificaci6n e s un a
operación depues taenord en simbólica, odem antenim iento del orden
.
-
más malieno
en
sociedades.
~ l ~ naue
eo losefectos
s nuestras
principales
delacodificación estdn ligados
a l a objetivación que ella implica y que estdn ins critos en el uso de l a
escritura. Havelock,enunaobrasobrePIat6n,analiza IanocióndemLmesis, que se puede traducirp orin~it ación, n el sentido ordinario, pero que sim ifica en primer t6rmino el hecho de mimar. Los poetas son
mimos: no s aben 10-que dicen porque forman cuerpo con loqu e dicen.
Ha b l a n c om o s e d a n z a ( p o r o t r a p a r t e b a i l a n y m i m a n a l c a n t a r s u s p o emas) y, si es cierto que pueden inventar, improvisar (el habitus es
~ r i n c i ~ ieoi n v e n c i ó n . ~ e r o n t r e l í m i t e s) . no p.o s ee n e l ~ r i n c i n i o e s u
jnvención. El poeta sé$n Plat6n es la ant íte sis abso luta del'filósofo.
Dice el bien, dicelo bello, dice, como en las sociedades arcaicas, si hay
que hacer la paz o la guerra, si hay que matar o no a la mujer adúltera, en un a palabr a, cosas esenciales, y no sabe lo que dice. No tiene el
principio de su propia prodvcci6n. En esta condensación del poeta, en
realidad, ha y un a teoría implícita de la prdctica. El mimo no sabe lo
que hace p orque forma cuerpo con lo que hace. No puede objetivar, objetivarse, especialmen te porque le falta lo escrito y todo lo que hace
posible el escrito: y, en prim er t6rmin0, l a libertad d e volver sobre lo
que s e ha dicho, el control lógico que permi te la vuel ta a trds , la confrontación de los m omentos sucesivos del discurso. La lógica es siempre conquistada contra la cronología, contra la sucesión: por tanto
tiempo como estoy en el tiempo lineal, puedo contentarme con ser
.
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lógico en todo (es lo que hace q ue la s lógicas prácticas se an viables).
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La lógica supone laconfrontación del os m omentossucesivos, de lascolo que fue ya objeto de un i codificación jurídica o casi jurídica.
La codificación hace las cosas simples, claras , comunicables; hasas que fueron dichas o hechas en momentos diferentes.. seoarados.
.
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
Cómo Sdcrates, aquel qu e no olvida nada , y q u e p o n e a su s in terlo cu ce posible u n consenso controlado sobre el sentido, u n hoinofogein: se
tores en contradicción con ellos mismos (oero no decías recien au e ...
estd aseg u ran d o d e d ar el misn io sen tid o a las p alab ras. E s la d efin ial co n fro n tar lo s mo men to s su cesiv o s d e s u d iscu rso , la escritu ra, q u e
ci6n del código lingüístico según Sau ssu re: lo que permite a l emiso r
sin cro n iza ("los escrito s au ed an "). o e rmite cao tn r d e u n a so lam irad a.
y al receptor asociar el mismo sonido al mismo sentido y el mismo sentido al mismo sonido. Pero, si se traspo ne la fórmula a l caso de las proun o intuilo, es decir en ei mismo ins tant e, loSrnomentos sucgsivos dé
fesiones, se verá enseguid a que no es ta n simple: ¿todos los miembros
la práctica qu e estab an protegidos contra la lógica por el desarrollo
cronológico.
Objetivar, es tambi6n producir a la luz del día, hacer visible,
público, conocido por todos, publicado. Un autor en el verdadero
sen tid o , es aq u el q u e h ace p ú b licas las co sas q u e to d o el mu n d o sen tía co n fu samen te, alg u ien q u e p o see u n a cap acid ad esp ecial, la d e
p u b licarlo imp lícito, lo tácito , q u ecu m p leu n v e rd ad ero rab ajo d e creación. Cierto número d e actos s e vuelven oficiales desde q ue son
oúbiicos, oublicados (los bandos d e casamiento). L a oublicacióii es el
acto de ofí:cialización por excelencia. Lo oficial es lo que puede se r hecho oúblico. afichado. oroclamado. fre nt ea todos. ant e todo el mundo.
po r oposici6n a lo q&e s oficioso,'hasta secreto i ergonzoso; con 1
publicación oficial (en el Boletín oficial"), todo el mun do e s a la vez
tomado como testigo Y llam ado a controlar. a ratificar. a consam ar. Y
de una sociedad se ponen de acuerdo para acordar el mismo sentido
a lo smism o n o mb res d e p ro fesión (maestro ) y p ara d ar el mismo n o n ibre (y todo lo que sesigue, sa lario, ventajas, prestigio, etc.)a las misma s prócticas profesionales? Una p arte de las luchas sociales se de be al hecho deq ue , precisamente, todo no está homologado y que, si
ha y homologación, ella no pone fin a l a discusión, a l a negociación,
h ast a a la co n tro versia (aun si las in stan cias q u e p ro d u ceiilas clasificaciones sociales uridicam ente gara ntizad as, como los institu tos (le
estad isticas y la b u ro cracia d e Estad o , se d an las ap arien cias d e la
neutralidad científica). En efecto. si el códico de vialidad (como el
código lingüístico) se impone sin gran discusión, es porque, salvo excepciones, tercia entre posibilidades relativamente arbitrarias (aun
si, una vez instituidas en la objetividad y en los hnbitus, como la
ratifica,
y consagra, por su silencio mism
16~icodeladistinci6ndurkheimiana
n t ro¿es
e I a rel
e l ifundamen
~ 6 n . n e c eto
s aar&opiriamcnte
caectiv a y pública, y la m agia, q ue s e condena,-subJetiva y objetivamen te, por el hecho de dis imularse). El efecto de oficialización se
identifica con un efecto de homologación. Homologar, etimológicemen te, es as eg u rar q u e se d ice la m isma co sa cu an d o se d icen las mism a s p a l a b r a s , e s t r a n s fo r m a r u n e s q u e m a prdctico en un código
lingüístico de tipo urídico. T ene r un nombre o un oficio homologado,
reconocido, es existir oficialmente (el comercio, en las sociedades indoeuropeas, no es u n verdade ro oficio, porque es u n oficio sin nomb re,
innombrab le, negotium, no-ocio). La publicación es un a operación que
oficializa, por lo tan to legaliza, porque implica la divulgación, el descubrimiento fre nte a todos, y la homologación, el consenso de todos sob re l a co sa así d escu b ierta.
El efecto de formalización e s el último ra sgo asociado a la codificación. Codificar, es term ina r con lo impreciso, lo vago, la s front eras
m a l t r a z a d a s y las d iv isio n es ap ro x imativ as al p ro d u cir clases claras,
al o p erar co rtes n eto s, al estab lecer fro n teras tajan tes, lib re p a ra elimin ar a las p erso n as q u e n o so n n i u n a co sa n i o tra. L as d ificu ltad es
de la codificación, que son el pan cotidiano del sociólogo. obligan a reflexionar sobre esos inclnsificables de nu estr as sociedades (conio los
estu d ian tes q u e trab ajan p ara p ag ar s u s estu dio s), esos seres b aslardos desde el punto de vista del principio de división dominante . Y s e
conductas
a o aizq
a, cesan
e serlo
p o rq
u e n o h ay g ran
des interes deserech
en juego,
d en ierd
un lado
o dedotro
(es)yuna
conseciiencia
ig--
norad a de"lo arbit rario del signo linyiiístico" de que habla ba Sau ssu re). En este caso, las ven tajas cole?:ivas de cnlculabilidad y de previsibil idad ligad ns a la codificación la colocan sin discusión por sob re los
intereses, nu los o d6biles atribuidos a un a u o tra elección.
Siend o así, la formalización, ente ndida ta nto en el sentido de la
Iógicao de lam atem átic a como en el sentido urídico. e s lo que permite
pa sar de una lógica que estd inmersa en el caso particular a u na Iógica independiente del caso particular. La formalización es lo que
n ermite co n ferir a las o rácticas, y especialmente a l as vrbcticas de cok u n icació n y d e co o p éració n, esia co n stan cia q u e a s e y r a la calcu labilidad v la orevisibilidad oor encima de las variacioiies individuales
y las fluctuacion-s tempoiales. S e puedo recordar aquí, dándo le un
.
alcance general, la crítica que Leibniz dirigía a u n método fundado ,
como el de Descartes, sobre la intuición, y expuesto, por ese hecho, a
in termiten cias y a accidentes. Y la evidencia cartes iana proponía reemo lazarl a nor la euidentia ex lerminis, la evidencia que sale de los
tbrk ino s, d elo s símbolos,"evidencia ciega", como decía tanibi6n, que
resuit a del funcionamiento automático de inst rume ntos lócicos bien
construidos. A d i f e r e ~ ~ c i ae aquel que no puede contar m& que con
suintu ición, y q ue corre siempre el riesgo de la desatención o del olvido, aquel que posee un leng uaje formal bien construido puede remi89
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
tir se a 61, y se e ncue ntra al mismo tiempo liberado de la atención
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propiamente simbólica que permite a la fuerza ejercerse plenamente
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constante al caso particular.
al hacersedesconocer en tan toqu efue rzay al hacerse reconocer, aproDel mismo modo, los juris tas, par a liberarse de la justicia fu:ibar, aceptar, por elhecho de presentarsebajolas apariencias de IauniBourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
dad a sobre el sentimient o de la equidad que Weber, sin duda por una
versalidad -la de la razón o de la moral-.
simplificación algo etnoc6ntrica, llamada Kadijustiz, justicia del caPuedo voher ahor a al problema que planteaba al comienzo. ¿Es
di, deben establecer leyes formales, generales, fundadas sobre los
necesario elegir entre la uridicidad de aquellos que creen que la regla
principios generales y explícitos, y enunciados de modo de proveer
act úa y el materialismo de Weber que recuerda que la regla no actú a
respuestas valederas en todos los casos y para todo elmundo (para osino cuando se tiene inter6s en obedecerla, y más generalmente, endox). "El derecho formal, dice Weber, toma en cuent a exclusivamentre u na definición normativa y u na definición descriptiva de la regla?
te la s características generales unívocas del caso considerado". Es ta
En realidad, la regla act úa uis formae, por 1a.fuerz.ade la forma. Es
abstracción constitutiGa del derecho que ignor ala prudencia práctica
cierto que si las condiciones soc ia l~ se su eficacia no están reuni das,
del sentido de la equidad, es la que va directamente del caso particuno puede nada por sí sola. Sin embargo, en tanto que regla con prelar a l caso particular, de una transgresión particular a una sanción
tensión universal, agrega s u fuerza propia, la que est.4 inscrita en el
parti cular, sin pas ar por la mediación de concepto o dela ley general.
efecto de racionalidad o de racionalización. Debiendo la palabra
Una de las virtudes (que es tambibn una tar a ... de la formaliza"racionalización"ser tomada en el doble sentido deWebery de Freud:
ción es la de permitir, como toda racionalización, una economía de
la uis formae es siempre un a fuerza a la vez lógica y social. Reúne la
invención, de improvisación, de creación. Un derecho formal ase gura
fuerza de lo univeral, de lo lógico, de lo formal, de la ldgica formal, y
la calculabilidad y la previsibilidad (el precio de abstracciones y de
la fuerza de lo oficial. La publicación oficial, conforme a las formas imsimplificaciones que hacen que el juicio má s conforme formriimente
puestas, que convienea l i s ocasionesoficiales, iene de por siu n efecto
con la s reglas formales del derecho puede es tar en contradicción comde consamación Y de licitación. Ciertas prácticas aue eran vividas en
pleta con las evaluaciones del sentido de la equidad: summum jus
el dram ata n largo tiempo que no habíapalabra s para decirlas y pasumma injuri a). Asegura sobre todo la sus tituibilidad perfecta de los
r a pensarlas, de estas pal abras oficiales, producidas por las personas
agent
encargados
de liacer justicia",
como se dice,
decir dequien
aplicar
sees
qí n
¡as reglas codificadas,
reglas codificadas.
Noesimportn
pueda hacerjusti cia. No esm hs necesario un Salomón.Con el derecho
consuetudinario. si se tiene un Salomón, todo va bien. S i no, el peligro de arbitrar iedad es muy grande. Se sa be que los nazis profesaban
una teoría carismática del nomoteta, confiando al Führer, colocado
por encimade las leyes,la ta read e inventar el derecho acada rhomento. Contra esta arbitrarie dad institui da, una ley, aun inicua, como las
leves raciales de los año s35 sobre losjudíos (que eran ya perseguidos,
esPoliados, etc.) pudo ser acogida favorablemente por las víctimas
porque,frente a lo arbitrario absoluto, una ley, aun inicua, asigna un
límite a lo arbitrario puro y asegura una previsibilidad mínima.
Pero la forma. la formalización. el formalismo no actúan solamente por sueficacia especifica, propiamente tecnica, de clarificación
y de racionalización. Hay una eficacia propiam-nte simbólica de la
forma. La violencia simbólica, cuya realización por excelencia es sin
duda elderecho; es unaviole niiaque se ejerce, si puede decirse, en las
formas, poniendo formas. Poner formas, es dar a una acción o a un
discurso la forma q ue es reconocida como conveniente, legítima, aprobada, es decir una forma tal que se puede producir públicamente,
frente a todos, una voluntad o una práctica que, presentadn de otra
manera, seríainaceptable (esl a función del eufemismo). La fuerza de
la forma, esta uis formae de la que hablan los antiguos, es est a fuerza
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probiema d r la s condiciones sociales de posibilidad de la ac tividad
autorizadas,
mhdicos,
que permitan
declararlas,
a sí mismo
y a los otros,
sufrenpsicólogos,
unav erda dera
transmutación
ontológica
desde que, siendo conocidas y reconocidas públicamente, nombradas y
homologadas,se encuentran legitimadas,hastalegalizada s, y pueden
por lo tanto declararse, publicitarse (es el caso por ejemplo de la noción de "cohabitación uvenil" que, en su chatur a de eufemismo bu .crático,ha desempeñado un papel determinante, sobretodo en el campo, en el trabajo de acompañamiento simb6lico de i.na transformación
silenciosa de las prácticas).
.
Así. veo reencontrarse hov dos caminos C? sentido inverso aue
realic6 ~"ces ivament e n miin&stigación. El esfuerzo por romper Con
la juridicidad y fundar una teoría adecuada de la práctica c , ...' cia a
ir de las normas a los esauemas Y de los desimios contcientes o de los
planes explícitos de unaconciencia c alc ula ~or a l as intuiciones oscurasd el sentido práctico. Pero esta teoría dela práctica encerrabalos
principios de un a interrogación teórica sobre las condiciones sociales
de posibilidad (especialmente l a schole) y los efectos propios de esa
juridicidadaue habíasidonecesariocombatir~araconstruirla. ailuSión juridi ckta no se impone solamente al investigador. Actúa en la
realidad misma. Y una ciencia adecuada de la orácticn debe
~ ~ -tomarla
- en cuentay anali zar, como tra te de hacer aquí, losmecanismosau e est6n en su principio (codificación, canonización, etc.). Lo que vudve a
plante ar en toda su generalidad, si se va hast a el fin de la empresa, el
~
~
~~
~~~
-
~
~
~
.
~
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mis ma de codificaci6n y de teorización, y d e los efectos sociales de es ta actividad te6rica, de la cual el trabajo de investigador en ciencias
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
sociales repres enta 61 mismo u na form a particular.
Sociólogos de la creencia
y creencia de los sociólogos~
C..) ¿Hay un a sociología de la creencia? Creo que es necesario reform ular l a pregunta: ¿la sociología de la religi6n ta l como es practicad a hoy, es decir por productores qu e participan en g rados diversos
en el campo religioso, puede s er u na verda dera sociologia científica?
Y respondo: difícilmente; es decir a condici6n so lamen te de qu e se
acompaiie de una sociología científica del camporeligioso. Tal sociología es una empresa muy difícil; no es que el campo religioso sea m6s
difícilde analizarqueotro(porm6sque aquel l osq ueest i n compromeLidos en 61 tengan inte r6s en hace rlo creer) sino porque,
. cuand o se es -
t i en 61,
se
de la creencia
inhe rent
e a y,
lacuan
pertenencia
a un
campo
cualquiera
(religiosa,
universitario,
etc.),
do no s e est6,
se arrie sga prim eram ente omitir inscribir la creencia en el modelo,
etc. (volver6 sobre ello), en segundo luga r es tar privado d e un a par te
de la informaci6n útil.
¿En qu6 consiste esta creencia que estácompr emetid a en In pertenencia al camoo relicioso? La cuestión no es sab er. como se finre a
menu do creerlo; si lasp ers on as qu e hacen sociologia de la reliii6n
tienen fe o no, ni au n si pertenecen a la Iglesia o no. Se trata de laé re encia ligada a la pertenencia al campo religioso, lo que llamo la illu sio, inversi6n en el juego, ligado a inter eses y ve ntaja s especificas,
caracteristicas en e ste campo y de los compromisos particular es que
propone. La fe religiosa en el sentido ordinario no tiene na da q ue ver
con el inter6s propiam ente religioso en el sentido en que lo entiendo,
es decir el hecho de tene r algo que hacer con la religi6n, con la Iglesia,
con los obispos, con lo que se dice de ello, con toma r partido por tal te6logo contra el dicasterio, etc. (Lo mismo valdría evidentemente par a
el protestantismo o el judaísmo). El inter6s es, en sentido verdadero,
l o que me i mport a, lo que hace que haya p ara m í di ferenci as y diferenci as pr6ct icas (que para un observador i ndi ferente no exi st en); es un
-
.
Comunicocih prosontndn nl Congrcso dclnAsocinei6nfrance8n desoeiologloreligiosa, Porls, diciembre dc 1082.
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iuicio diferencial a ue no es tá orient ado solamente por fines de conoci-
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cionado indígena o conocimientode experto). Y las reservas criticas de
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la lect ura "indígena" se comprenden perfectamer te si se s abe que en
miento. El i nter6s pr6cti co es un interbs por la existencia o la no existodo grupo, una información anecdótica completamente al día,
tencia del objcto (a la inversa del desinterbs estbtico según Kant y el
s - slide pdf.c om
además
dec ons tit ui~ una form a, uy preciosa, de ese capitalinformade la ciencia, que pone en suspenso el inter6s existencial): es un inte-Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
cional
que no se adquiere sino a la larga, en la ancianidad, e s valorir6sporobjetos cuya existencia y persistencia dirigen directa o indireczado como un índice de reconocimiento, de inversión en el juego, d e
tamente mi existencia v mi persistencia social, mi identidad y mi
complacencia, de pertenencia subjetiva, de interds verdadero por el
posición sociales.
grupo y por sus intereses ingenuos, nativos (se sabe e! papel que
Si el- oroblema se ol ante a con una aeudeza particular en el caso
desempeñan, en los reencueniros, la interrogación -que supone el
de l a religión, es porque el campo religioso es, como todoslos campos,
ununiversodecreencia, pero en elcualescuestión de creencia. La creconocimiento de los nombres. de los nombresde pila o de los sobrenombres y el interb s asociado-sobre los conoci mi~nt os omunes y tamencia que l a institución organiza (creencia en Dios, en el dogma, etc.)
bibn el intercambio de recuerdos y de an6cdotas en el mantenim ientiende a enmascarar la creencia en la institución, el obsequium, y
to de las relaciones familiares, escolares, etc6tera). Por otra parte, la
todos los inte reses ligados a la reprodueción de la institución. Tanto
reticencia del indígena, que se expresa a veces a trav6s de las crít icas
más cuanto que l a fronte ra del campo religioso se ha vuelto imprecidirigidas a la objetivacidn sociológica por especialistas ligados a su
s a (hay obispos soci6logos)y que s e puede haber salido del campo sin
objeto por un inter6s"ingenuon, encierraunainterrogación importanhab er salido realmente. Las inversiones en el campo religioso pueden
te, q ue se refiere a la filosofía de la hist oria, o de la acción, que el obsobrevivir a l a perdida de la fe y aun a la mptura, más o menos declaservador empeña más o menos conscientemente: recuerda que los
rada , con la Iglesia. Es e l paradigma del sacerdote que colgó los hábiefectos es t~ ct ur al es ue el analista reconstituye, por un trabajo
tos, que tiene cuentas pendientes con la institución (la ciencia de la
análogo a aquel que consiste en pasar de los caminos en número casi
religión se enraiza de rondón en esta s uerte de relación de mala fe).
infinito al mapa como modelo de todos los caminos captable de una
Hace demasiado par a ello y el laico no se engaña: el furor, la indignasola mirada, no he realizan prácticamente sino a trav6s de acontecición y la rebelión son mar cas de interbs. Por su combate mismo, tes~
~
~~
timonia
e elstá
ah;essiempre.
interbs
crítico, puede
orientar au
ioda
a inv
ti ga ~ón Este
vivirse
comonegativo,
inter6s científico
puro
macias a la confusión de la actit ud cientificay de la actit ud critica (de
rzquierda) afirmada en el campo religioso mismo.
El interbs que est á ligado a la pertenencia está asociado a una
forma de conocimiento práctico, interesado, del que está desprovisto
aquel qu e no este en eso. Par a protegerse contra los efectos de la cienc i a ( ~ .uando se tr at a de sociólo~os, ontrala competencia científica),
aqueilos que están tienden a hacer de la pertenencia la condición necesaria y suficiente del conocimiento adecuado. Este argumento es
corrientemente empleado, en contextos sociales muy diferentes, para
desacredit ar todo conocimientoexterno. nonativo C'túno puedes com~render".~Lesnecesariohaberlovivido","esoo ocurre as?, ete.) y contiene una parte de verdad. Al estar reducido el an6lisis a los rasgos
científicamente pertinentes, ignora los pequeños detalles, las pequefias nadas, es decir todos los árboles que esconden el bosque a la curiosidad indigena, todos los pequeñossaberesque no setienen si no interes an en primer grado, si se siente un goce cómpliceen el hecho de
acumularlos. de memorizarlos, de atesorarlos (los mejores etnólogos
de camoo so1 acechados oor es ta tentación de la regresión ha& la cunosidad indigena, que es para ella misma su fin,y no es siempre fBcil de discernir. en l as p alabras de los sociólogosde lareligión -1omismo valdrí a para l a política-, lo que es información aneedótica de afi~~
~
~
94
.
.
~
mientos
de acciones aparentemente
singulares, en
de apariencia
millares decontingentes,
aventura s infinitesimales
cuya integración
engendra el sentido"objetivo" aprehendido por el ana!ista objetivo.Si
este excluido que el analista puedereconstituir y re st it ~i rl asnnumerables acciones e interacciones en l as que innumerables agentes ha n
invertido sus intereses específicos, otalment e ajenos en intención al
resultado al cual no obstante han concurrido, consagración a una empresa, u n establecimiento escolar, un diario, una asociación, rivalidades, amis tades , etc., todos esos acontecimientos singulares, asociados
a nombres propios, circunstriricias singulares, en l as cuales s e ahoga
-con alegría-lamiradaindígena, debe porlome nos sabe ry recordar
que las tendencias más globales, las restricciones más generales, no
se realizan sino a trav6s de lo más particular y de lo más accidental,
al a zar de las aventuras, encuentros, uniones y relaciones, apnrentemente fortuitos, que diseñan l a singularidad de las biografías. Es todo esto lo que invocan, más o menos claramente, contra la bru talid ad
reductora del observador extraño, el indígena y aquel que se podría
::amar "el sociólogo original" (por analogía con Hegel y su"histori ador
orie5naln)el cual "viviendo en el espí ritu del acontecimiento". asume
l o ~ r e s ~ p u e s t oesaquellos de quiénes cuental a historia-lóque explica que se encuent re tan a menudo en la imoosibilidad de hecho de
objetivar su experiencia casi indigena, de es&ibirla y de publicarla.
Pero al encerrarse en la alterna tiva de lo parcial y de lo impar-
95
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cial, del interiorjntere sado y partidario yd el exterior neutro y objeti-
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to, la propensión a tra tar las creeiicias comorepresentaciones menta -
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vo, de la nii rada complaciente, segurame nte cómplice, y de la visión
les o discursosy a olvidar que, aun entr e los defensores de una religión
reductora, s e ignora que el descreimiento militante puede no ser sino
depur ada de todo ritualism o, de los cuales los sociólogos de la religión
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
s - slide
om
unainver si6n de la creencia, y'sobre todo, que hay lugar para una obest ánm
uypdf.c
próx'nios
sociológicamente,y entre esos sociólogosmismos,
jetivación participante, que presupone una objetivaci6n de la particila fidelidad religiosa se enraiza (y sobrevive) en las dispociones infrapacibn, y de todo lo que ellaimplica, e s decir un dominio consciente de
verbales, infraconscientes. en los pliegues del cuerpo y la s vueltas de
los intereses ligados a la pertenencia y a la no pertenencia. De obsla lengua, cuando no en una dicción y una pronunciación; que el cuertáculo p ara la objetivaci611, la pertenencia puede volverse un auxi liar
po y el lenguaje es tán llenos de creencias entorpecidas y que la creende l a obietivación de los lim ites de l a ob.ietivaci6n. a condición de que
cia religiosa (o política) es an te todo una hexis corporal asociada a un
habitus lingüístico. Se podría mostrar, en esta lógica, que todo el de ella misma s ea objetivada. A condició ide saber que se pertenece al
campo religioso, con los intereses aferentes, se pueden dominar los
bat e sobre !a "religión popular", como ta nt as otr as discusiones donde
efectosdeestapertenenciay agotar en ellalasexper ienciasy Iasinforel "pueblo" y lo "popular" están en juego, encuentra su principio en los
presupuestos inher entes a u na relación mal analizada con su propia
maciones necesarias para producir una objetivación no reductora,
capaz de superar la alternativa del adentro y del afuera, de la adherepresentación de la creencia y de la religión, que impide percibir que
si6n ciega i d e a lucidez parcial. Pero estasuperación supone una
el peso relativo de la representnci6n ment al y de la representación te obietivación sin com~lac enci ael autoanh lisis no tiene nada de conatra l, de l a mimesis ritual, varíu se gún la posición social y el nivel de
f e h n privada o p~i61ica. e una autocritica Btico-política- de todos
instrucci6n, y que lo que hace el escándalo de la religiosidad que SL dilos lazos, de todas l as formas de participación, de pertenencia subjecep opu lar a los ojos delos "virtuosos" de la concienciareligiosa(como,
tivauobje tiva, aun las más tenues. Pienso en las formasde pertenenpor otra parte, de la conciencia estktica), es sin duda que, en sus auciamh s onrad6iicas. nor nera tivas o criticas v amenudo ieadas a una
tomatismo~ituales, recuerda lo arbitrario de los condicionamientos
perteneAcia pasada, en t oi as las adhesionés y en todas ras ambivasociales que esthn al principio de las disposiciones durabl es del cue ilencias ligadas al hecho de haber estado, de haber pasado por el semipo creyente.
nari o,gr nndeo pequefio,etc. El corteepistemológiro, en ese caso. pasa
por un corte social, que supone 81 mismo una objetivaci6n (dolorosa)
Al fin al, aparece
la sociología
detmedio
ermi nant
es sociales
deotro
la práctica sociológica
comode
ellos
úiiico
de ncum
ular, de
modo
de los lazos v de las adhesiones. La ociol lo da de los soci6locos no se
que en las conciliaciones ficticias del doble juego, las venta jas de la
insp ira en Üna intención pol6mica. o jurídica; apu nta solamente a
pertenencia, de la participación, y las ventaj as de la exterioridad, del
hacer visibles algunos de los obstáculos sociales m4s poderosos para
corte y de la distancia objetivante.
la producción científica. Rehusar l a objetivaci6n de las adherencias, y
la nmputaci6n dolorosa que significa, es condenarse a jugar el doble
juego social y psicol6gicamente aprovechable que permite acumular
las ventajas de l a cientiticidad (aparente) y de la religiosidad. Est a
tentación del doble uego y de la doble ventaja ameiiaz a especialmente a los especialistas de las gran des religiones universales, católicas
que estudi an el catolicismo, protestantes el prutestantisnio, judías el
judaísmo (no sc ha destacado la rare za de los estudios cruzados-cat6licos que estudian el judaísmo, e inversamente- o comparativos):
,.
enesecaso.esmandee1
~e lie
roe produciraunasuert
c decienciaedificante, consagrada a ser&
de fundamento
una religiosidad
erudita,
que permita acumular la s ventajas de la lucidez y las ventajas de la
fidelidad religiosa.
Esa relación ambigua se traiciona en el len ya je , y especialmente en la introducción en el seno del discurso erudito de palabras tomadas de la leny a eligiosa a travea de las cuales se deslizan los de fault assu rn~ tio ns. omo dice Doualas Hofstadter, los presupuestos
-tAcitosde l~relaci6nindígenacone¡objeto. Ejemplo de tal preSupues-
Y6
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logista muy común, se ponen en relación brut almente las produccio-
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nes c ulturales con la posición de los productores en el espncio social.
Se dirá: es la expresiin de una bu ry es ía ascendente, eti. Es el error
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
- slide pdf.c om
dels cortocircuito,
error que consiste-en poner en relación dos terminos
muv aleiados
al ex cluir del campo dela conciencia una mediación muy
important e, el espacio en el interio r del cual las personas producen.
es decir lo que yo llamo el campo de producción cultur al. Es te
subespacio es todavia un espacio social, en el interior del cual hay
compromisos sociales de un tipo particular, intereses que pueden ser
completamente desinteresados desde el punto de vista de los compromisos
curso en el mundo exterior.
- oue tienen
-(...)Toma r por objeto la Universida d, era tomar por objeto lo que,
Pero detenerse allí. seria deia r quizás escapar el sesco esencial.
oor lo eeneral. ob ietiva: el acto de obietivación. la situación a uar tir de
cuyo principiono resi deen l~sintéresesli~adosalaperten~ncia.
xisia c u z s e estk legitimado para objltivar. Al mismo tiempo,ia investen. más allá de las determinaciones socialesasociadas aun a posición
tigación tenia permanen temente un doble objeto, el objeto ingenuo, el
pakic ular, determinaciones mucho más fundament ales y m&ho más
objeto aparen te (¿Que es la Unive rsidad? ;.Cómo marcha eso?), v la
desapercibidas que son inherentes a lapostura intelectual, a la po.
a&ión parti cul arde objetivar, y de objetivar una institución q"e es
sición de erudito. Desde el momento en que ob s e r v ~ o sl mundo
socialmente reconocida como fundada para operar una objetivación
social, introducimoshI nuestra e r e n u n esgoque obedece al heque pretende la objetividad y la universalidad. Mi intención al hacer
%
s o c i a ~ astudiarlo a iin de
este t rabajo era, pues, hacer un a s uerte de experimentación sociolóreca rs
a ar e ,Xc.Y..esnecesano
, -.
-.
. e de el. El sesgo que se puede flagica a propósito del trabajo sociológico;tra tar de mostrar que, quizá,
ma r teo ricista o inteT ec tu aE ía c o n s ~ o l v i d a r s ee inscribir, en
¡ sociologín puede escap& aun que sea un poco al circulo historicista
la teoría que se hace del mundo social, el hecho de que ella es el pro-
Objetivar el sujeto
objetivante?
=- -
n
-.
o sociologista,
sirviendose
de lo que
ciencia
social
enseña
sobre
el
mundo
sócial en
el cual se produce
la la
ciencia
social,
para
contro
lar los
efectosde los determinismos que se ejercen sobre ese mundoy, al mismo tiempo, sobre la ciencia social.
Objetivar el sujeto objetivante, objetivar el punto de vist a objetivante, es un a cosa que se practica corrientemente, pero se lo hace de
una manera aparentemente muy radical y en realidad muy superficial. Cuando se dice "El sociólogo esta inserto en la historia", se
piensa in mediatament e "sociólogo bury6s ". Dicha de otro modo,
se piensa que se h a objetivado al sociólogo, o en genera l a un productor de bienes culturales, cuando se ha objetivado su "posición de clase". Se olvida que es necesario todavia objetivar su posición en ese
subuniverso, donde están comprometidos los intereses específicos,
que es el universo de la producción cultural. Par a aquellosque se interesan en la sociología de la lite ratu ra o en la historia social de la litx at ur a, en l a sociología delafilosofía o en la historia social delaf ilosofia, en la sociologíadel ar te o en la historia social del arte, ete., uno
(le los aportes de este trabajo, en todo caso una de s us intenciones, es
mostrar que, cuando se hacen objetivaciones a lo Lukács-Goldmann,
par a tomar l a formam ás suave de un a s uerte de reduccionismo socio-
'
Conlcrencia pmnunciadn e n Estrasburgo, n pmpdsito de Homo academicus, en
diciembre de 1984.
ducto
miradaate6rica.
P ara hacer
ciencia
just
a del
mundo
social,de
esuna
necesario
l a vez producir
unauda
teoria
(cons
tmir
modelos,
ek .) e introducir en la teorla final una t eorfa de la diferencia entre la
teoria y la práctica.
El trat arse del mundo universitario, al trat arse para un universitario de estudiarelmundou niversitario, odoinclinaaesteerror
teórico. i.Por qud? Porque el mundo universitario, como todos los]
universos socioles,esellu gar de unal ucha por laverd ad sobre el mundo universitario y sobre el universo social en general. Una de las cosas que h a sido a menudo olvidada, es que cualquiera que hable sobre
el mundo social debe conta r con el hecho de que en el mundo social se
habla del mundo socialy par a tener la ú ltima palabra sobre ese mundo: au e el mundo es el lugar
de una lucha por la verdad del mundo
social. Los insultos. las esti mat iza cio nes racistas, etc., son categoremas, como decfa ~ri st 6t el &, s decir acusaciones públicas, actos de
designación, de nominación, que pretend en la universalidad, por lo
tanto la autorid ad sobreel mundo social. El universouniversitario tiene la particulari dad de que hoy, en nues tras sociedades, sus veredictos est án segurament e ent re los veredictos sociales más poderosos.
Aquel que otorga un tít ulo academicootorga una patente deinteligencia(siendo uno de los privilefios de los titul ares, poder además tomar
distancias respecto del título).
El universo social es el lugar de una lucha para saber lo que es
l
.
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el mundo socia'. La universidad es tambidn el lugar de una lucha por
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trui rsus efectos,y nun paradestru irpor adelantadoesta lectura, sean
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saber quibn, en ei interior de este universo socialmente encargado de
decir laverdad sobre el mundo social (ysobre el mundo físico), está realmente (o particularmente) bien fundado para decir la verdad. Esta
lucha opone a los sociólogosy a los uristas, pero tambidn opone a los
juristas sntreel losy tambidnalos sociólogosentreellos. Intervenir en
tanto que sociólogo,resultaría evidentemente ser tentado de servirse
de la ciencia social para colocarse en árbitro y en juez en esta lucha,
para distribuir razones y culpas. Dicho de otra manera, el error intelectualistay
teoricistaque
amenaza
permanentemente
a la ciencia
social (es, en etnología
el error
estructuralista,
el que consiste
en decir:
"S6 mejor que'el indígena lo que 61es".), este error seria la tentación
por excelencia para uno que, siendo sociólogo,por tanto inscrito en un
campo de lucha por laverdad, se daba por proyecto decir la verdad de
ese mundo y deios puntos de vista opuestos sobre ese asunto.
El hecho de aue. como lo he dicho al comenzar. me hubiera dado
porproyecto casi &&ente, desde elorigen, estar atento al objeto,pero tambibn al raboio sobre el obieto.meh a~roteeido.,~
reo. contra este
error. Lo que quería hacer, era n; t&bajocnpaz de escapar tanto como
fuera posible a las determinaciones sociales gracias a la objetivnción
de la posición particular del sociólogo(dada su formación, sus tltulos,
sus diplomas,etc.) y a l a toma de conciencia de las probabilidades de
error inherentes a e sta posición. Sabía que no se tr atab a simplemente de decir la verdad de ese mundo sino de decir tambien de ese mundo que era el lugar de una lucha para decir la verdad de ese mundo;
que se trataba de descubrir que el objetivismo por el cual yo había
comenzado,y la tentación que encerraba de aplastar a los competidores al objetivarlos, eran ene era dores de errores, Y de errores tdcnicos.
Digo teinicos para hace;ver la diferencia ent reél trabajo científico y
el trabaio de Dura reflexión: en el trabaio científico. todo lo aue acabo
de decirce traduce en operacionesabsolÜtamente cÓncretas,~ariables
que se agregan en el anhlisis de las correspondencias, criterios que se
introducen, etcdtera.
Ustedes dirán: "pero usted no habla en absoluto del objeto. No
dicelo que es un universitario, lo que eslaunive rsid ad, cómo marcha,
cómofunciona". En ellímite,no queríahablar del objetodellibro, quería
mantener,la alecturaal
propósito
del fibro,
discurso
juentfuese
una
introducci6na
mismo
tiempoun
queu
na ~a ra
iaontra
la lectura espontánea. Ese libro me pla nteó ~muc ho~ás problemas que
nineún otro. cuando se trató de ~ubli carl o. xiste siemvre un ~eli trro
ext;aordin&io de perder el contiol de lo que se dice. A pnrtirde~a rt a w d e Platón. todo el mundolodice. Sent ide modo intenso el temor
deque losinteresesqueloslecto~es(loscuales, adolo que escribo, son
sin duda en un 80% universitarios) invierten en la lectura sean ta n
grandes que todo el trabajo que hicepor destruir esteinterds, por des-
barridos y que la gente se pregunte solamente:"~Dóndeestoy yo en el
diagramn?¿Qud dice de Untel?',etc6tera, y que rebajen sobre el terreno de la lucha en el interior del campoun análisisque había tenido por
fin obietivar est a lucha y. al mismo tiempo, dar al lector un dominio
de esta lucha.
Puede ~re mnta rse :.uParaque sirve todo esto?' Es una pregunta completahe~teegítima. ' i ~ o e s rt e por el arte, no es un retorno
reflexivo camolaciente. v un ~ o c oecadente de la ciencia sobre sl miso lolascreo.
Pienso
que este
trabajo sociotiene
ma?,
etcn.
~G de nt em
kt e,
virtudes
científicas;y
que,
para
ciencias
sociales,
el arihlisis
ldgico de la produccibn del productor es imperativo. A riesgo de
sorprender y de decepcionar a la vez a muchos de entre ustedes, que
acuerdan a l a sociologiauna funcidn profdtica, escatol6gica, agregnr6
que este penero de anhlisis podría tener tambien una funci6n clinica,
hasta terip6utica: la socioloda esun instmmento de n
ex-
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
~ .
.--.
- -
-
~
~
~
~,
~~~
tienecomúnmentede la socio lo da^ La sociolorla~ uedeenertambidn
otras funciones, politicas u ot&, pero de e& estoy mhs seguro. Se
~.~
-.
. ~
~
~
~
-
-
~
sigue quecomoun~anfletonidehacerdeBIun
este libro llama a una cierta forma soautopunitivo.Seusa
de lectura. No se tra ta
deleerlo
a menudo a la so~ olog iaea para azo tar a los otros. sea para flagelarse. En realidad. se trata de decir 3o v o que soy. Y no es vara alabar
o par a censura;. Simplemente, eso impliia todá suerte de propensiones v.,cuando se trata de habl ar del mundo social. de errores vrobables".Todo esto, q ueme hace rezarla predicación, -; Y Dios sabe que
no es el genero que me agrada!-debia decirlo, si mi libro fuese lefdo
como un vanfleto. me resultaría detestable y preferia mejor que s e lo
quemara.
~~
~~
~~
~-~~
100
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
tar de recortar. Definiciónhistórica inconscie ntemente universal izada, que no es adecuada sino para un estado hist6rico del campo, la de-
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finici6n de tipo webenano que sostuvo m5s o menos oscuramente l a
mayor parte de la s interrogaciones caracteri za al cl6rig0, cuya encarnacidn ideal-típicn es el sacerdote católico, como el mand ata rio de un
cuerpo sacerdotal que, en tanto que tol, posee el monopolio de lo
manipulaci6n lefltima delo s bienes desalud Y que de le ~n su9miembros,tengan o n i carisma, el derecho de ndm-inktrar losagrado. Partiendo de esta definici6n molícita del cl6riao. nos hemos ~r em in ta do
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
La disolución de lo
religiosos
Mi rol es quizá menos el de concluir, de cerrar, de poner un punto final, aue el de indicar un nuevo punto de partida. Plan tear 6una seriedep-;&untas semiimprovisadaSque corren elriesgo dearroja rconfusi6n pero que me parecen indispensables para volver al principio
verdadero de nuestras discusiones. Me parece, en efecto, necesnrio
cuestionar l as definiciones con las cuales abordamos el problema. En
efecto, jel tema propuesto no era parcialmente inadecuado? ¿Era necesario hablar de "nuevos c16rigosH?Mi primera reacci6n hubiera sido la de decir que ese vocabulario es peligroso. Y sin embargo, la confusi6nmismadelconcepto,quepermiteird~nadefinici6nmuy estrecha, en la cual la pala bra cl6ngo está tomada en el sentido ordinario
de sacerdote, a definiciones muy amplias y muy vagas, se revel6 funcional porque permitió a l grupo~pr oducir, or su funcionnmiento mismo, una construcci6n del objeto bnstante conforme a lo que se obs-.:.
va en la realidad social, es decir un espacio -lo que yo llamaría un
campc-en eli nter ior del cual hay unal uch a por la imposici6n de una
definición del juego y de los triunfos neces arios par a domina r en ese
juego. Enunciar de entra da cuál es la a puesta de ese juego, sería hacer desaparecer las preguntas que los participantes hicieron surgir
aquí porque ellas se plantea n realme nte en la realid ad, en el espacio
delosm6dicos,delospsicoanalistas,de los trabajadores sociales,etc6tera. Y tomar en serio esas cuestiones, en lugar de dar las por resueltas, es rehus ar las definiciones previas del juego y de las a puestas ; es
por ejemplo operar un cambio completamente radical en relaci6n a
Max Weber al plan tea r que el campo religioso es un espacio en el cual
los agentes que se trata de definir (sacerdote, profeta, hechicero,
etc6tera) luchan por la imposici6n de la definici6n legítima de lo religioso y de las diferentes maneros de cumplir el rol religioso.
La definición que se encontraba implicada , en estado implícito,
por lo tantovago,en~ elemnpropuesto,funcion6 como principio de engendramiento colectivo de una problem6tica que quisiera ahora t raComunicncidn prcscntndo. cn Estrnsburgo cn ctubre de 1982, ublicadn
nouveaux clcrcs, Gincbro. Lobor y fides, 1986, Poctfncia.
enLes
si hay "nuevos clbngos" y, d mismo tiempo, nuevas form'as de lucha
por el monopolio delejercicio
de la competencia legítima. Si me pa rece indispensable evi tar el error positivista de la definición previa-lo
que hiciñiosal aceptarlanoci6n~agadeYnuevos16rigos"~esporque,
precisamente, todo campo religioso es el lugar de una lucha por la de finici6n, es decir la delimitaci6n de la s competencias, siendo tomado
competencia en el sent ido jurídico del tbrmino, e s decir como delimitacidn de un resorte. Asi, la cuestión que se encontró planteada. a
travbs de la comparaciónentre los an ti yo s cl6rigos definidos por a
universalizacidn de un caso hisMrico Y los nuevos cl6ricos. intuitiva mente percibidos, era quizds en realidad la cuesti6n d e ladiferencia
entr e dos estados del camoo relieioso Y de la lucha por la definic i6nde
lascompetenciasqueen bisede~rrol~ao,másexactamente,entredos
estados del campo religioso en sus relaci ones con los ot ros campos
orientados hacia la c ura de los cuerpos y de las alma s, en su ma, ent re
dos estados de los limites del camoo relicioso.
Se nos ha descrito la redefinici6n & las competencias en el interior del camDo relicioso aue resu lta del hecho de aue los Ifmites mismos ent re el campo ;eligi4o y los otros campos, y en particular con la
medicina, han sido transformados. No se ve ya muy bien hoy dónde
termina el espacio sobre el cual reina n los clbngos (en el sentido re stringido de clero). Al mismo tiempo, toda la lógica de las luchas se
encuen tra en 61 transformada. Por ejemplo, en s u confrontacidn con
laicos, los clbrigos son vfctimas de l a Ibgica del caball o de Troya. Pa ra defenderse contra la competencia de nuevo tipo que les hacen
indirectamente ciertos laicos, los psicoanalistas por ejemplo. esián
obligados a toma r ar mas del adversario, exponibndose a se r conducidos aa aplicdrselas;
bien, s i los la
sacerdotes
psicoanalizados
nen
encont rar enahora
el psicoandlisis
verdad del
sacerdocio, nose
sepove
el lpsicoanálisis.
c6mo dirdn la ~erd ad ~~ as to ra
El objeto verdadero de lain ves ti~ aci 6nolectiva ciue se instaurd
aquí a
de un objeto oscuro mal definido er a pues, me parece. la confrontaci6n de dos estados del camDo relieioso en QUE relacionéscon losotros campos ,~,a lmism oiempo,doseltadosde lo sl hi tes del campo religioso: Ifmites muy tajant es, claros, visibles (la sotana) en un caso, o al contrario imprecisos, nvisibles en el otro caso. Se
10 2
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
pasa así hoypo r gradaciones insensibles de clérigos a la a nti y a con
todo un continuum en el interio r) a los miembros de sectas, a los psi-
dedores de servicios simbólicos comenzóa p ensar como pertenecien te
al orden del cuerpo las cosas que se tenía costumbre hast a aq uíd e im-
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coanalistas, a los psicólogos, a los m6dicos (medicina psicosomática,
puta ral orden del alma. Q u i d se ha descubierto que hablar del cuermedicina lenta ), alossex6locos. alos profesores deexpresión corporal,Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
po sera
una manera de hablar del alma-lo aue alminos sabian desde
- slide pdf.c om
de deport es, de combate asi%ticos,a jo s consejeros de vida, a los trn:
hacía mucho tiempo-, pero de hab lar completarñente de otro modo:
bajadores sociales. Todos form an part e de un nuevo campo de luchas
habla r de placer como se habla con un psicoterapeuta es completapor la manipulación simbólica de la conducta de la vida privada y la
mente diferente que hablar de ellocomo se hablacon u n cura. Cuando
orientación de la visión del mundo, y todos ponen en práctica en su
lacu rad ealm as seconfiaal os psicólogosy alospsicoanalistas, deno rpráctica definiciones rivales, antagón icas, de la salud, de la curaci6n,
mativa se vuelve positiva, de l a búsqueda de nor mas se desliza a u na
del cuidado de los cuerpos y l as almas. Los agen tes que está n en competencia en el campo de mani ~ul aci ón imbólica tienen en común
ejercer una acción Gmbólica: sin personas que se esfuerzan por manioular las visiones del mundo (v. oor allí. transformar l as ~rá ct ic as)
mánipulando la estructura de 1a~ rc ep ci 8nel mundo (natur al y so:
cial), manipulando las p alabras y, a t ravés de ellas, los principios de
la construcción de la realidad social (la teoría llamad a de Sapir-Worf,
o de Humboldt-Cassirer, según la cual l a realidad que se construye a
través de las estructuras verbales es completamente verdadera
cuando se tratadelmundosocial).Todasesaspersonas queluchan por
decir cómohay que ver elm undo son profesionales deu na form ade acción mágica que, por pal abr as capaces de habl ar a l cuerpo, de "tocar",
hace nver y hacen creer, obteniendo asíefectoscompletamente reales,
acciones.
Así, alli donde se tenía un campo religioso distinto, se tiene en
adelante un campo religioso de donde se sale sin saberlo, aunque no
sea sino biográficamente, puesto qu e numerosos clérigos se han vuelto psicoanali stas, sociólogos, trab ajado res sociales, etc., y ejercen formas nue vas de cuidado de las alm as con un es tatuto laico y bajo una
forma laicizada; y se asiste a una redefinición de los limites del campo relirioso. al acomo añarse l a disolución de lo relirioso en un campo
más ampli ode un a Pérdida del monopolio de la cura de almas en sen tido antiguo, por lo menos al nivel de la clientela burguesa.
En este campo de cura de almas ensanchado, y de fronteras
imprecisas, se asiste a una luc ha de rivalidad nueva entr e agentes de
un tipo nuevo, una lucha por la redefinición de los límites de la competencia. U na de l as propiedad es de la definición común del clérigo a
búsqueda de t6ciicas, d i u n a 6t ic aa una terapéutica. El fen6meno
nuevo esl aa ~a ri ci ón e profesionales del a cura osicosomática aue hacen moral creyendo que hacen ciencia, que mor8lizan bajo cubierta de
análisis. "Conseieros de vida". analizados oor Karl Wilhelm Dahm.
'trabajadores sokales", estudkdos por RB I I ~ ,otros. médicas de to:
da s clases, profesores de gimnasia o de expresi6n corporal, maestro s
de deportes orientales. psicóloaos Y sobre todo psicoanalistas. otros
tanto s agentes que compiten con ei clérigo a la an tigua en s u Propio
terreno. redefiniendola salud v la curación. las fronteras ent re la ciencia y la'religi6n (o la magia), fa cu ra técn ka y l a cura máfica (con el
reconocimientoacordado a técnicas de cura tales como la sugestión, la
transferencia, y otras formas, más o menos transf igura das y racionalizadas, de 'posesión" mágica).
En el campo así definido, es decir en el campo más amplio d e la
manipulación simbólica, la ciencia social es par te tomadora. De
ahíla dificultad para los sociólogos de pensar este campo. Ante todo
porque, para pensarloen ta nto que tal.esnecesariopensarlaposici6n
que seocup a en 61. Y descubrir que el juego que alli se uega t iene algo
de am bi yo , hasta de un poco sospechoso: por una parte, en razón
delhecho de que el campo religioso se encuentra d isuelto en un campo
de manioulación simbólicamás amplio. todoese campo está coloreado
demoraiismoy losno religiososmi~mosceden men;doalatentac ión
de transfor mar los saberes positivos en discursos normativos, propios
par a ejercer una forma de terr orismo legitimado por la ciencia. Se
defiende mejor, en efecto, contra un a moral que contra u na (falsa)
ciencia de las costumbres, contra un a moral disfrazada de ciencia.
Habría que interrogarse también, pa ra terminar , sobre los fac-
ln
ua erepresentación
stá conte nida en
nociónes
deque
cura
de ocupa
almas.de
Lolas
implícito
deantig
nue stra
dellaclérigo
61se
almas,
por oposición a los cuerpos (que son dejados al hechicero, al curande ro, pero tambi6n a l médico). (...l. El desmoronamiento de la fro ntera
del campo religoso que mencioné parece ligado a u na redefinición de
la división del alma y el cuerpo y de la división correlativ a del traba jo de curade las alm asy delo s cuerpos, oposieionesqueno tienen n ada
de natur al y que están históricamente constituidas. Podría se: correlativo del hecho de que u na parte de la clientela burguesa de los ven-
toresya, más
l a vez
inter nos
del dcampo
religioso,
campo
de explicar
poder simbólico,
ampliam
ente,
el campo
social,del
que
pueden
esos
cambios. Una de las mediaciones impo rtant es es la generalización de
la ensed anza secundaria y el icceso más amplio. especialmente para
las mujeres, a la enseñanza superior. La elevación~generalizadadel
nivel de instrucción está e n el principio de una transformación de la
oferta de bienes y de servicios de salud de las alma s y de los cuerpos
(con laintensificación delacomoetenciaaueescorrelativadelamultiplicación de los productores) y de una transformación de la dem anda
~
~
10 5
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(co n la a~ ari ció n e u n a d em an h masiv a d e "religiosid ad d e v irtu o sos"). LÜS nuevas sectas religiosas que floie c ie r o~e s pe c ialme nte n
min ante, tiende a volverse dominado, en provecho de clérigos que se
amp aran en la ciencia para imponer verdades y valores de los cuales
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los Estados Unido? v de las auc habló aaui Jacbues Gutwirth í ha vu n
l a d o ~ ~ ~ e n c i e r t a s ~ e c~t laasd, o " s e c t ~ r i o " e ~ e~l ~ o l o s g r ~ ~ & c u los trotskis tas), tien6 que ver con el hecho de que un cierto núm ero de
personas, macias alaelevación del nivel deinstm cci6n,han estadoen
iondiciorigs de acceder a la producción cultural en primera persona, a
la autoge stión csviritual. El rechazo de la delegacidn fundado sobre el
sentimyento de s i r par a simi smo su mejor vo&o conduce a toda cla-
es claro que no son am enu do ni má s ni menos científico: que los de las
autor idades religiosas del pasado.
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
s e d e a6tr
m uor~ as
a mgoi edel
n t of"ncionamiento
sue son reuniones
Deaueños
~r of
et asarismáticos.
de de
esas
sectas que
está
muy ligado al nivel de instrucción: todas las tecnicas de manifestación. El
movimiento estudia ntil renovó el arsen al de las tecnicas de protesta.
que no seh abíam ovido desde el sigloXix. Todo esto supone yagr an ca:
~ i t a lu ltu ral in co r ~o rad o . más zeneraimente. un a buena Darte de
¡o que hemos escrito no piede comprenderse sin hacer intervenir el
efecto de la elevaci6n del nivel de instrucción a la vez sobre los productor es (por ejemplo,
. los clérigos católicos) y tambien los consumidores.
L a m i s m a c a u s a a c tú a a la vez sobre l a oferta y sobre la d emanda;
resulta de ello un ajuste de la oferta y de la demanda, que no es buscado como tal e n y por estra tegias d e transacción (lo que constituye
otra ru ptu ra fundamental con Weber).
Se puede ver sin dud a otro factor de explicación, recordado por
Tho ma s Gannon, en el hundim iento de los controles colectivos, ligado
a fenómenos como la urbanización y la privatizaci6n de la vida. Esto
se refiriiia m ás particularmente a l a pequeña burguesía: el replie gue
sobre lo privado, que se acom paña de u na psicologización de la experiencia y del nacimiento de una deman da de servicios de salud d e un
tipo nuevo, est4 fuertemente ligado al hundimiento de los marcos
colectivos que controlaban los clerigos pero también sostenían los
laicos correspondientes y hacían posible la religión que los sociólogos
de la religión designa ron como "popular", esa religi6n rit ualista de la
cual todo-cl m undo e stó de acuerdo e n decir que estó en vias de desaDaricidn. El clerico tradi cion al no conserva s u monopolio sino sobre el
ritu al social: tiende a n o ser sino el ordenador de las ceremonias sociales -entierros, casamiento s, etc-, sobre todo en el campo. El ritu al
mismo
se ntelectualiza:
sevuelve
cadavezcada
másverbal,
es decir,
rcducido apala
bras , y palabras
que funcionan
ve zmenos
en la lógica
de l a coacción mágica, como si la eficacia del lenguaje ritu al debiera
reducirse a la acción del sentido, es decir a l a comprensión.
En conclusi6n, me parece que es necesario tomar en serio el hecho de que el clerigo tradicional está ins erto en u n campo del que sufre restricciones y que l a estructura de ese campo ha cambiado y al
mismo tiempo el lugar. E n la luch a por la imposición de la buena
man era d e v iv ir y de ver l a vida y el mundo, el clárigo religioso, dedo-
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
en tanto que es el que"hnce bailar a lagen te', lo que la hace concurrir,
competir, luchar, y produce el funcionamiento del campo. Para com-
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El interés del sociólogo^
prender l a forma particula r que reviste el inter6s econ6mico (en el
sentido restringido del thrmino), no basta interrogar a una naturaleBourdie u Pie r re Cosa s Dicha
- slide pdf.c
om
za, splantea
r, como
hace Becker (con una bonita inconsciencia que su pone una bonita incultur a) la ecuación fundamental de los intercambios matrimoniales, ignorando totalmente los trabajos de los etnólogos o de los socMlogos sobre la cuestión. Se trata, en cada caso, de
observar la formaque reviste, en unmomento dado de la historia, este
;.Por su6 el diálogoentre economistasv sociólorrosim~licaantos
malefendidos? Sin d d a porque el encuen&o entr edo s dGciplinas es
el encuentro entre doshistorias diferentes: cadaunade scifraloou edi.ce la otra a travds de su propio código, de su pro pia&ltura. (...)
Ante todo, la noción de interds Recurro a esta palabra, m ás bien
que a otras más o menos equivalentes como inversión, illusio, para
señalar la r uptu ra con la tradición ingenuamente idealista que frecuentaba la ciencia social v su l6xico m6s ordinario (motivaciones.
aspiraciones, etc.) Trivial en economía, la palabra producía un efectó
de ruutur a en socioloeía. Siendo así. vo no le daba el sentido aue~~ordin asam ent e le otorgan los economiStas. Lejos de ser una sue rte de
dato antropológico, nat ura l, el inte rds, en su especificación histórica,
es unainstitución arbitrari a. No hay un inter6s. sinointereses ,variables según los tiempos y según los lugares, casi hasta el infinito. En
mi lenguaje, dir6 que hay tantos intereses como campos, como espaciosde juego hictóricümente constituidos con sus~instituciones
especificas y sus leyes de funcionamiento ~r o ~ i o sa. existencia de un
campo espécializd o y relativamente auiónomo es correlativa de la
existencia de compromisos y de intereses específicos: a t rav6s de las
inversionesinseparablemente económicas y psicológicasque suscit an
entre los agentes dotados de un cierto habitus, el campo y sus compromisos (ellos mismos producidos como tales por las relaciones de
fuerza y de lucha para transformar l as relaciones de fuerza que son
constitutivas del campo) producen inversiones de tiempo, de dinero,
de trabajo, etc. (sea dicho al pasar, h ay tantasform as de trabajo como
de campos y hay que saber considerar las actividades mundanas del
arist6c rata, o las actividades religiosas del sacerdote o del rabino, como formas especificas de trabajo orientadas hacia la co ns e~ ac i6 n el
aumento de formas especificas de capital).
Dicho de otro modo, el interds es a la vez condición de funcionamiento de un campo (campo científico, campo de l a al ta costura, etc.)
.
9 Comu n ic~ci6n rcscntodn cn cl coloquio sabm'LcmodHe Cronomiquc dons Ics
sciences sociolcs", Porls, Universidad dc Porls - 1.19811 y publicado cn Economies ef
so c i4 f6 s,XWI, 10 do ociubrc dc 1084.
la base mism ade laexistencia d e ese uego. Cosa que olvidan todas las
especies de economicismo. La producción económica no funcio na sino
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
conjunto
instituciones
históricas
que constituyen
u n campodial6ceconómico
dete de
rminado.
que reviste
el in terd s econ6rnico
y la forma
ticamente ligado a-ese campo: Por ejemplo, seria ingenuo t ra ta r de
comprender las conductas económicas de los trabaja dores d e la industria francesa actual sin hncer ent rar en la definición del interks que
losorienta v losmotiva. nosolamente el estado delainstituci6n.iuridica(der echóde propie dád, derecho de trabajo, convenciones coleétivas,
ek ), sino tambihn el sentido de las ventajas y de los derechos adquridos en l as luchas anteriores que puede, en al yn os puntos, adelantarse al estado de las normas jurídicas, del derecho del trabajo por
ejemplo,y en otros puntos, es tar retr asado respecto de las adquisicionesexpresamentecodificadns, y que est6n enlab ased ela indignación
o de las reivindicaciones. etc. El interes a sí definido es el producto de
una categorla determinada de condiciones sociales: como constmcción histórica. no oue de se r conocido sino por el conocimiento históri co, ex post, empf&amente, y no deduci dia priori de una natu raleza
transhist6rica.
Todo campo, en tanto que producto histórico, engendra el inter6s oue es la condición de s u funcionamiento. Esto es cierto para el
cam'poecon6micomismo,que, en tant o espacio relati vament e Üutónomo, que obedece a s us propias leyes, dotado de su axiomática específica. lieada a una historia oritinal, produce una forma particular de
interb;, que esun caso partic u¡ard ~iuniv ersodeas fornias de inter6s
vosibles. La mada social ~ u e d eonstituir pr6cticamente cunlauier
;osa comointeresante eini titui rlo en apu esta de luchas. Se puede Ilevar ha sta el terr eno de la cconomiael interrogante de Mauss a prop6sito de la mafia: v. renunciando a buscar el principio del poder ( o del
capital) econ6miio
en tainstitución.
l o cuai agente
tal ogenecuai
mecanismo.
tal o cual
~
m t a r s de
ei agentes,
el principio
- r oe-sistema
rador de ese poder no es el campo mismo, es decir el &tema de-diferencias que son constitutivas de su estructura, y las disposiciones
diferentes. losi ntereses diferentes. ha sta antagonistos. que 61 engendra en los.agentes situados en posiciones difeTentes deese campo y
destinados a conservarlo o a transformarlo. Es decir. entre otras cosas. que la disposici6n a jugar el juego econdmico, a invertir en el juego económico que e s el producto de un cierto uego econ6mic0, est6 en
que define e l estat uto propio del discurso teórico. Más prec isamente,
inclina a un o concepción ingenua mente finalista de la práctica (la que
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en t an t o produce en pri mer t 6rmi no l a creenci a en el valor de sus
sostiene el uso oidinnrio de nociones como inter6s. cálculo racional,
productos~(comoo testimonia el hecho de que hoy la parte, en la proetc.). En realida d, todo mi esfuerzo tiende por el contrario, con la noBourdie u Pie r re Cosa s Dicha
slide
pdf.c
om por ejemplo, de da r cuenta del hecho de que la s conducción misma, del trabajo destinado a producir la necesidad del procións -de
hab
itus
ducto, no cese de crecer);^ tambi6n la creencia en el valor de la nctiviductas (económicas u otras) toman la forma de se cuencias objetivadad de producción misma, e s decir, por ejemplo, el inter6s por el nemen te orientad as por referencia a su fin, sin ser necesar:amente el
got i um m ás qu e por el ot ium. Probl ema a ue surrre concret ament e
producto, ni de una estrategia consciente, ni de una determinación
cuando la s contradicciones entre la lógica de la inititución en cargamecánica. Los agent escuen de al guna man eraen l a pri ict ica que es l a
da
de la producción
los productores,
la Escde
uela,
y la 16gica
de las institución
económica de
favorecen
la aparición
actitud
es nueva
con
respecto a l trabajo, que se describe a veces, con toda ingenuidad, como "alergia al trabajo", y que se manifie stan en el desmedro del orgullo de oficio, del pundonor profesional, del gusto por el trabajo bien
hecho, et c6tera. Se descubre ent onces. ret ros ~ect i vam ent e.ooraue
dej an de ser evi dent es, di sposi ci ones &e formaban part e dé l a s condiciones tácitas. Dor lo tanto olvidadas en las ecuaciones
- eruditas. del
-funci on ami ent i de l a economí a.
Esas proposiciones relativamente triviales conducirían, si se
l as desarrol l ara, a concl usi ones aue l o son menos. Se verí a así aue.
~. a,~
t rav6s por ej empl o de l a est ruct ura, j urí di cament e garant i zada,
de la distribución de la propiedad, por lo tanto del poder sobre el cam po. la estmc tur n del campo económico determina todo lo au e pasa e n
el campo, y en p articular la formación de los precios y d e los diarios.
De suert e qu e l a ucha que s e dice polí ti ca para modi fi car l a est ruct ura del campoeconómicoes part ei n t egrant ede l obj eto del aci enci aeconómica. No hay nada has ta el criterio del valor. aoue stac entr al d e los
confli ct os e nt re l os economist as, que no sea un a a puest a de l uchas e n
la realidad mism a del mund o económico. Si bien, con todo rigor, la
ciencia económica se debería inscribir en la definición misma del
valor, el hecho de qu e el criterio del valor es un compromiso de lucha,
en l ugar de pret ender z anj ar es t a l ucha por un veredi cto pret endi dament e objet ivo e i nt en t ar encont rar l a verdad del int ercambio en
una propiedad sust ancial de l as mercaderí as i nt ercambi adas. No es
un a endeble paradoja, en efecto, encontrar el modo de pensamiento
sustan cialista, con la noción de valor-trabajo, e n Marx mismo, q ue
suy
y no
tan to lamecánica.
eligen en Si
un es
libre
se ven ,obligados
por auna
coacción
así, proyecto
es que el ohabitus
sistema ae ella
d is
posiciones adquirida s en la relación con un cierto campo, sev ue lve eficiente, operante, cuando encu entra la s condiciones de s u eficacia, es
decir condiciones id6nticas o análogas a a quellas de la s que es product o. S e vuelve generador de práct i cas i nmedi at ament e aj u st adas al
present e y aun al porvenir inscripto en el presente (de allí la ilusión
de finalidad) cuando encuentra un espacio que propone a título de
posibilidades objetivas lo que lleva en 61 a título depropen sidn (a ahoir ar , a intervenir, etc), de disposición (al cálculo, etc.),porque se constituyó por la incorporación de las estructuras (científicamente
aprehendic'as como probabilidades) de un universo seme jmte . En est e caso, bast a a l os agent es dejarse i r a s u "naturaleza", e s Ac i r a l o
que l a hi st ori a hi zo de el los, para quedar como "nat i l rnl me nt ~" j ustados el mund o histórico con el cual se enfrentan , para hacer l o que es
necesario, para realizar el porvenir potencialmente inscrito en ese.
mundo donde esti í n como peces en el a y a . El cont raej empl o es el de
Don Quijote, qu e pone en prdctica en u n espacio econórnico y social
t ransformado un h abi t us que es el producto de un est ado ant eri or de
ese mundo. Per o basta ría con pensar en el envejecimiento. Sin olvidar
todoslos casos deh abitu s discordantes por ser producidose n condiciones diferentes d e las condiciones en las cuales deben funcionar, como
es el caso de los agentes salidos de sociedades precapita listas cuando
son arrojados a la economía capitalista.
La m ayor p arte de la s acciones son ecor.6micas objetivamente
sin s er económicas subjetivam ente, sin ser el producto de un cdlculo económico racional. Son el producto del encuentro en tre u n hab itus
denu nciaba e n el fetichismo el producto por excelencia de la inc linación ai m pu t ar l a propi edad de se r una mercancí a a l a cosa fí sica y no
a la s relaciones que ella mantien e con el productor y los compradores
potenciales. No puedo ir má s lejos, como serían ecesa rio, dentro de los
limites de un abr eve intervención semiimprovisada. Y debo pas sr a l a
s e y n d a n o c i ó n a n a li z ad a , l a d e e s t ra t e g ia . E s u n t e r m i n o q u e e m p l e o
siempre no sin vacilaciones. Alienta el paralogismo fundamental,
aquel que consi ste en d ar a l modelo que d a razón de l a rea l i dad por
c?nstitutivo de la realidad descrita, olvidando el "todo p asa como si",
Y
~
~~
~
~~
~
,
~~
-
un campo. es deci r ent re dos hi st ori as más o menos com ~l e t nm ent e
i j u s t a d a s . asta pensar en el casodel l eny aj ey de 1assi t; aci ones de
bilinfiismo donde un hablante bien constituido. ooraue adauirió al
mismo tiempo s u competencia y el cono cimie~ ¿o rácticoAde l as
condiciones de utilización óptima d e esta competencia, anticipa l as
ocasiones en las qu e puede colocar uno u otro de su s len p a j e s co n e l
máxi mo de vent aj a. El m i smo habl ant e cambi a sus expresiones, pasa
d e u n a l e n y a a o t ra , a u n s i n d a r s e c u en t a , en v i r t ud d e u n d om in io
práctico de lasle yes de funcionamiento del campo (que funciona como
111
mercado) donde colocará su s productos lingiiisticos A s í , d u ran te tan to tiempo como el habitu sy el campo esti n deacuerdo, el habitus "cae
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pueden obedecer, en parte o en s u otalidad, a l principio de ecoiiumia
y hacer interve nir un a forma de cálculo, de ratio, ten diente a psegu-
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a l a lógica
del mundo objetivo.
Aquí es necesario plante ar l a cuestión del sujeto del cálculo. El
habitus que es el principio generador de respuestas más 3 menos
adap tadas a lasexigencias de un cam poes el productode toda la historia individual, pero tambibn, a travbs d e las experiencias forniadoras
de la orimera infancia. de toda la historia colectiva de la familia v de
ra r la optimización del bulance costo-beneficio.Así se descubren conductas que pueden com prenderse como inversiones orien tadas hacia
lamaxim ización de la utiiidad en losuniversos económicos(en sentido
extenso) más diversos, en l a plegaria o el sacrificio, que obedecen a
veces explicitnmente, a l principio del do ut des, pero tambien en la
lógica de los intercam bios simbólicos, con todas l as condu ctas que son
oercibidas como derroche siemore a ue se la s comoare con los orinci-
pendiente
la
clake; endela
particu
trayectoriadetodo
lar a trav6s de laun
s experiencias
linaje y que pueden
donde se
tom
exprei
ar laforala
m a visible Y b u ta l d e u n a q u ieb ra. o man ifestarse al co n trario solo en
regresion k insensibles. ES decir que se está tan lejos del atomismo
walrasiano, que no dal ug ar alguno a una estructur a económica y socialmente fundada e n preferencias, como de esta s uert e de eulturalismo blando que, e n un sociólogo como Parson, conduce a postular la
existencia de un a comunidad de preferencias y de intereses: en realidad, cada agente económico actúa e n función de un sistema d e prefe.
rencias que le es propio, pero que no se distin y e ino por diferencias
secund arias de los sistem as de preferencias comunes a todos los agentes s ituado s en condiciones económicas y sociales equivalentes. La s
diferentes clases de sistemas d e preferencias corresponden a clases de
condiciones de existencia, por lo ta nto de condicionamientos económicos
y sociales
que imponen
esque mas diduale
e percepción,
de apreciación
de acción
diferentes.
Los habitusindiv
s son el producto
de lai n-y
tersección de series causales parcialmente inde ~end iente s. e ve ar e
el sujeto no es elego instantáñe o de una suerte decogito singular, sinc
la huellaindividual de toda historiacolectiva. Además. la mavor oarte
.
de las estr ategia s económicas de algun a importancia, como el casa.
miento en lassoci eda des p:ecapitafistas o la compra de un bien inmueble en nue stra s sociedades, son el producto de un a deliberación
colectiva donde pueden reflejarse las relaciones de fuerza entr e las
par tes tom adoras (los cónyuges, por ejempo) y, a traves de ellas, entre
los grupos enfrentados (los linajes de origen de los cónyuges o los gruposdefinidos por el capital económico, cult ura l y social poseído por cada uno de ellos). E n realidad, no se sab e má s quien es el sujeto de la
decisiónfinal. Esto es cierto tambien cuando se estudian las empr esas
que funcionan como campos, de suerte que el luga r de la decisión est á
e n o d a s p a rt e s y e n n i n y n a ( es to co n tr a l a i l u s h del"decididorn que
está en el principio de u n niimero de estu dios de casossobre el ooder).
Habría que preguntarse, par a terminar, si la ilusi6n del eálculo
económico universal no tiene un fund amen to en la realidad. L as economías m ás diversas, la economía d e la religión con la lógica d e la
ofrenda, la economía del honor con el intercam bio de dones y de contradones, de desafíos y de respuestas, dem uerte sy devengan zas, etc.,
;;os
orincioio
de ladeeconomía
economía.en
es decir
sentiSo
la rati
ris o~ri
enngi
el sentido
do. ~i dnivcrsalidÜd
e cálculo de óptidel
mo . au eh aceau e se ~uedaracionalizarcualquier onducta(bastapense pueden reducir todas
s a i i n el molino de plegarias), hace creer
la s economías a la 16fica de u na economía: Dor un a universalización
del caso particular, sereduc en las lógicas ec~nóm icas , en particular
la Iócica
de las economías fundadas e n la indiferenciación de l as fuii-cienes económicas, políticas y religiosas, a l a lógica a bsolut amen te
singul ar de la economía en la cua l el cálculo económico es explícitament e orientado con relación a los fines exclusivamente económicos
que plantea, por su existencia misma, u n cam po económico constituid o en tan to tul.sobrelabasedelaxiomaencerradoen la tau to lo ~ia"lo s
negocios son I'o s negocios". En ese caso, y so lam ent e en ese &so, el
cáículo económico está subordinado a los fines propiamente econóniicosyrealidad,
la economía
s racional formalmcnte,
losesfine
sy enrealizada
los medios.
En
estae racionalización
perfectaenno
nunca
y
seríafácilmostrar.como heauerido hacerloen mi trabajo sobreel mecenazgo, quela ~ó& ca e laa ~um ula ció n e capital simbólico está presen te hast a en los sectores m ás racionalizados del campo económico.
Sin hab lar del universo del "sentimiento" (uno de cuyos lugares privilegiados es evidentemente la familia) que escapa al axioma "los negocios son los ne~o cios " "en los negocios no se hac e seiitimentalismo".
~ u e d a r í ; ~ o r l t im o exami~rpo~qublaeconomíaeconómicano
ha cesado de gan ar terreno con relación a l as economías orientadas
hacia fin es no económicos (en sentido restringido) y por que, en n uestr as mism as sociedades, el capital económico es la especie dominante, con relación al capital simbólico, al capital social y aun al capital
cultural. Eso requeriría u n andlisis muy largo y seria necesario por
eiemolo analizar los funda ment os de la inestabilidad esencial del cap'ital'simbólico qu e, 91 est ar funda do sobre la repu tación , la opinión,
la reoresen tacii-i ("El honor. dicen los kabil es, es como cl grano de na bo"),'p uede ser dest ruido po; la sospec ha, la critic a, y se revela pa rticularmente dificil de tra nsmi tir, de objetivar, poco líquido, etcbtera.
En realidad , la "potencia" partic ular de l capital económico podría obedecera l hecho deque perm iteunaeconom ía de cálculo económico, una
economía de economía, es decir de gestión racional, de t rabajo de con-
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
servaci6n y de transmisi6n, que es, en otros términos, más fácil de
admin istr ar racionalmente (se lo ve con s u retilización,la moneda), de
calculary de prever (lo que hace que esto en part e ligada con el cálcu-
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~~
~
56/100
lo y con la ciencia matemática).
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Lectura, lectores,
letrados, literaturalo
Estudié duran te muchos anos una tradici6n particular, la tradici6n kabil, que presen ta la originalidad de que seencue ntran en ella
prácticas ritual es v muv oocos discursos propiamente miticos. El heiho de verme conf;ontaaocon prAct icasr dat~v ament e ocoverbalizadas, adiferenciadelamayorpartedelos etndlogos que, en el momento
en que comencé atr abQa r,es tab an i nteresados en corpus de mitos,generalmente recogidos por otros (de suert e que, a pesar de su preocupación metodol6~ica. es faltaba a menudo el contexto de utilizaci6n),
me oblig6 muy
a reflexionar sobre el problema que quiero proponer a vuest ra reflexi6n. a vuestra discusibn. ).Puede leerse un texto
sin interrogarsesobre qué es leer?Loprevio a~da co ns tr uc ci 6n eobieto es que
el control
dede
la construi;
relaci6n. a(no
menudo
consoel
8bjeto
se tr ata
siendoinconsciente.
muchos de 1s oscura.
discuisos
bre el obieto. en realidad. sino oroveccionesde la relaci6n obietiva del
sujeto con eiobjeto). como ad ii aá bn de ese principio muy Gne ral digo;puede leerse lo que sea si n preguntarse lo quees lee c sin preguntars e cueles son l as condiciones sociales de posibilidad de la l ectura?
Hubo muchas obras, en un determinadomomento,en lascu ales intervenfala ~alabr a~lect ura".r a hast auna suertedeoalabrade pase del
idi ole ct~ int elec tua l. quizd porque soy desconfiado,me vi lievado a
interrogarm e sobre esta cosa no interrogada. Por ejemplo, a tradici6n
medieval oponía el lector que comenta el discurso ya establecido y el
auctor que produce discurso nuevo. Esta distinci6n es el equivalente,
en la divisi6n del trabajo intelect ual, de lo que es la distinción entr e
el profeta y el sacerdot e en la divisibn del trabajo religioso: el profeta
es un auctor que e s hijo de su s obras, que no tiene otra legitimi dad,
otra auctorictas. que s u persona (su carisma) y su prectica de auctor,
que es por lo tant iel auc io r de suautorictas; pór el contrario, el sacerdoteesunlector. tieneunalepitimidad aueleesdeleaada por el cuerpo
de lectores, por la Iglesia, y &e est á fundada en último análisis so&e
Confcmncinpmnunclodsen Gmnoblccn1881 y publicodnenRechemhessur10
'O
philorophie el le longoge, Gmnoble, Uolvemidsd de Cicncins socioles, Cuaderno del
Cmpo dc investigaciones aabm la lilowlla y el lenguaje, 1981.
laautorictas del auctor original, al que los Lectores parecen por lo menos referirse.
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da que los parientes reales no son posiciones en un diagrama, una genealogía, sinorelaciones que hay que cultivar, que hay quemantener.
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Pero no es suficiente. Inte rr o~a rs eobre las condiciones de oosibilidad de la lectura, es interrogarse sobre las condiciones social& de
posibilidad de situaciones en las cuales s e lee ív se ve enseeuida oue
i n a de esas condiciones es la schold, el ocio en su forma escolar:&
decir el tiempo de leer, el tiempo de aprender a leer) y tnmbien sobre
lascondiciones socialesde producción delectores. Una de las ilusiones
del lector es la que consiste en olvidar sus propias condiciones socinles
de producción.
universalizar
inconscientemente
las condiciones
de poc'ibilidad
desuenlectura.
Interrogarse
sobre las condiciones
de ese
tipo de práctica que es la lectura, es preguntarse cómo son producidos
los lectores, cómo son seleccionados, cómo son formados, en qu6 escuelas, etc6tera. Sería necesario hacer una sociología del Bxito del
estructuralismo en Francia, de la semiologíay de todas las formas de
lectura,"sintomal" ode otro tipo. Habría qÜe preguntarse por ejemplo
si la semiologíano ha sido un modo de ooerar una actualización de la
vieja trad ic ih de laexplicación de textos y de permitir al mismo tiemoola reconversión de una cierta esoecie de caoital literario. Estas -son
algunas de l as cuestiones que seria necesario plantear.
Pero, se dirá, jen qu6 y cómo esas condicionessociales de formación de lectores-y, más generalmente, de intérpretes- pueden afectar lalecturaque hacen delos textosodelosdocumentos que utilizan?
En su libro sobre el lenguaje, Bajtin denuncia lo que llama el
filologismo, suerte de pewersi6n inscrita en la lógica de un pensamiento de tipo objetivista y, en particular, en l a definición saussuri ana del lenguaje: el filologismo consiste en ponerse en posiei6n de lector que trata la lenmia como lenguamuer ta. l etra muert a. v aue constituye comopropieaades de la lengua las propiedades que son las propiedades de la lengua muerta, es decir, no hablada, al proyectar en el
objeto le n y a la relación del filólogo con la lenmia muerta, l a del descifrado~olocadoen presencia de un text oode Ünfragmen~ooscuro el
que se t rat a de encontrar la clave, la cifra, el c6digo.
Es lo que Bally entendfa recordar, me parece, cuando decía: el
puntodevis tadelal engua, en sentidosaussuriano, esun puntode vista del oyente, es decir el punto de vista de alguien que escucha In len~~
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~~
.
.
Asimismo, los filólogos que tienen como tarea fijtir el sentido de l as
palabras tienden a olvidar que, como lo recuerda la experiencia de las
sociedades sin escritura, los dichos, los proverbios, las sentencias, a
veces los nombres propios, se t rat e de nombres de lugares, de tierras
que se puede reivindicar, o de personas, son apuestas de luchapermanente; y pienso que, s i ta l verso de Simónides atravesó toda la historia de Grecia, es precisamente porque era tan importante para el
~~
-
gua,que
El lectores
alguien
noiieneEstá
nadaalliel
que hacer
con
por objeto,
sinoque
estudiarlo.
oriricioio
el l e n yla~ habla.
eue toma
~~
deunsesgocompletamentegeneral,queamenudorecuerdo~quee~tá
inscrito en l a relaci6n que se llama "teórica" con el obieto: el etnóloeo
aborda las relaciones de parentesco como un puro objeto de cono;:
miento y, a fal ta de saber que l a teoría de las relaciones de parentesco
que producirá supone en realidad s u relación 'teórica" con las relaciones de parentesco, da como verdad de las relaciones de parentesco la
verdad de la relación 'te6rican con las relaciones de parentesco; olvi~
-
grupo
que, al apropiarse
de 61.suseinterpretación
a ~ r o ~ i a beano
un es
poder
sobre elaquel
mupo. El int&pre¿e
s ue impone
solamente
que tiene la última palabra en una querella filológica (apuesta que
vale tanto comootra), es ambien muy a menudo aquel que tienel a última oalabra en unalucha oolitica.auien a~rooi ánd ose e la oalabra.
pone elsentido común de s ila do. (Éasta pensar en l as palabras de or:
den -democracia, libertad, liberalismo, hoy-y en la energia que los
hombres politicos despliegan en vista de a~r oo ia rs ee esos cateaoremas que,en tant o que principios de estmf tu~ aci ón, acen el señtido
del mundo,y en par iiculardel mundo socinl,y el consenso sobre el sentido de ese mundo). Mouluod Mammeri, a l habl ar de la poesía berebere, recordabaque los poetasprofesionales, que se llaman sabios, imusnawen,se aplican aaprop iarsede losdichosque son conocidos por todo
el mundo operando en ellos ligeros desplazamientos de sonido y de
sentido; "Dar un sentido mAs puro al as palabras de la tribu." Y Jean
Bollack mostró que los presocráticos, por ejemplo EmpBdocles,hacen
un trabajo semejante en el lenguaje, renovando completamente el
sentido de un dicho o de un verso de Homero haciendo deslizar sutilmente lapa labraph8 s del sentidomás frecuente. luz,. brillo. a un sentido másia ro, a menudoarcaieo, el mortal, el hombre. Son dectos que
los poetas kabiles ooeraban sistemáticamente: anro~iAndose el sentidicomún, se aseguraban u n poder sobre elgrupo qie , pordefinición,
se reconocía en ese sentido común; lo que, en ciertas circunstancias,
en tiempos de guerra o en los momentos de crisis agudas, podía asegurarle un poder de tipo profBtico sobre el presente y el porvenir del
grupo. Dicho de otro modo, esta ooesfa no teni a nada de poesía Dura:
él poeta era aquel que zanjaba l as situaciones imposibles, donde ha:
bian
oasadooponentes
los límitestenfan
de la moral
donde. oor
los
dos&upos
razón ordinaria
según los vprincipios
deeiemolo.
esta moral.
El sentido de es te ejemplo se desprende de símismo, por no interrogarse sobre los presupuestos irnolícitos de la operación que
consiite en descifrar, en buscar el sentido de las palabras, el sentido
"verdadero"de las palabras, losfilólogosse exponen a proyectar sobre
las palabras que estudian l a filosofia de las palabras que está implicada en el hecho de estudiar las oalabras. v a deiar asíescaoar lo aue
hace laverdad de las palabras, d and o, enel us~políticoo; ejemilo,
.
,
117
quejuegasab iamente con Iapolisemia, tienen por verdad ten er varias
verdades. Si el filólogo se engaña cuando quiere te ner la última palabra sobre el sentido de las palabras es porque, a menudo, grupos
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~
verri,d de la lect ura, como fil6,ogos logocéntricos, arriesgamos siemp,e olvidar que el p ensam iento prúxico, práctico. mimdtico no encierre
el dominio simbólico desu spro pios prin ~ip io~ o. setnólogosquellamo
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objetivistas, aquellos que, por no analiíjar la relación d e la etnología
diferentes pueden atr ibuir su s intereses a uno u otro de los sentidos
con suob jeto, proyectan sobre su objeto larelzción que mantiene n con
posibles de las palabras. Las palabras qu e son laap ues ta de las luchas
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
este objeto, describieron los mitos o los ritos como prácticas lógicas,
políticas o religiosas, a la manera de los acordes musicales, pueden
como especies de Algebras, mientras que tenían que habdrselas con
oresentarse en estado fundamental. con un sentido fundamen tal en la
sue rtes de danzas,aveces retrad ucidas(en elcasodel mito) en discurbase. en primer
plano, aquel que los diccionarios enuncian primero,
.
so. La práctica ritu al esu na danza: se da vueltasiete veccsdeizauierdespues un sentido que no se oye sino en segundo plano, y después un
da a derecha; se lanza con lam an o derecha por encima del hom ho ; se
ti
propósito delaidea
las palab
ras raleza,
-las que
desarrotercero.
Lasglox
luchas
sube. se baia. etcdtera. Todas la o~era cion esundamentales de un
llan en elsi
wr a prop6sitode
denatu
porseejemploritud son kóvimientos del cuerpo, que el objetivismo describe no
consistirdn
~~~~ e n tra tar d e ooerar lo aue los músicos llaman inversiones
como movimientos, sino como estados (allídond e yo diría: su bir ba jar ,
del acorde, en tra tar de tiastorna; la jerarquía ordinaria de los senel objetivista dirá altobajo; eso cambia todo). Se podría tambidn
tidos para constituir en sentido fundam ental, en fundam ental del
reengendrar todo el ritual kabil a partir de un pequeño número de
acorde sem4ntic0, un sentido hast a alli secundario, o, mejor, sobreenesquem as generadores, e s decir exactamente de lo que Platón, como
tendido, operando así un a resoluci6n simb6lica que puede es tar en el
recuerda He nri Joly, llam aba los schemata tou somatos. La palabra
principio de revoluciones políticas.
schem ata conviene particularm ente bien a lo que quiero decir, puesto
S e ve que si el filólogo reflexionase sobre lo que es s er filólogo,
que los autore s antiguos (por ejemplo Atenea, que vivía en la primer a
estanaobligadoapreyntarsesielusoquehacedellenyajequeestum i t a d d e l s i g l o n ~ )oempleaban p aradesignar los gestosmim6ticos de
dia coincide con el uso qu e hacen aquellos q ue lo han producido; y si
la da nza qu e catalogan (igual que losp hora i, movimientos significael desfasaje entre los usos y los intere ses lingúísticosn o corre el riesgo
tivos): por ejemplo, las m anos ten didas dirigidas hacia el cielo, gesto
de introducir en la interpretaci6n un sesgo esencial, mucho más
del suplicante, o las mano s tendidas de cara al espectador, apóstrofe
radical que el simple anacronismo o cualquier otra form a de interp retaci6n etnocentrica. ~ u e s t oueco rres~ ond eal echo de la interpretaal público, las m anos tendidas planas hacia el suelo, cesto de tristeza.
etc. Los esquemas prácticos del ritual con schemGa tou somatos;
ción. El int6rprete,-filólogo o etn610go, se sitúa fuera .de ¡ que
esquem as generadores de movimientos fundamentales tales como ir
interpreta; ap rehende l a acción como un espectáculo, un a representahacia lo alto o hacia lo bajo, erguirse o acostarse, etcdtera. Y es solzc i h , una realidadque mantiene adistancia, y que se mantiene delanmente b ajolam irada del observador que el ritual, de danza se convieit e d e 61 como un obieto. ooraue disoone de instrumentos de obietivate en álgebra, gimna sia simbólica, cálculo 16gico.
ci6n,fotografía, esquema, d<agrami, genealogía o,muy simplemente,
A falt a de objetivar la verdad d e la relacidn objetivante con la
escritura. Ahora bien, s e sabe que un cierto número d e trabajos, en
práctica, s e proyecta en las práctica s lo que es la función de las prácparticular los de Havelock (Preface to Plato). ~u si er on l acento en la
ticas par a alguien que las estud ie como algo que debe ser descif;ndo.
noción de mimesis y recordaron qu e lo que Plat6n den uncia en l a poeYlosetn6logosolosfil6logosnosonlosprimerosencometer ste eiror:
sía es el hecho de que la relación m imdtica con el lenguaje qu e ella
cuando trab ajan so bre l& mitos, tien& que vdrselas con objetos que
supone comprom ete completam ente el cuerpo: el poeta, el aedo, evoca
son ellosmism os el producto de esta alteración logoc6ntrica;por ejemla poesía como se evoca a los espíritus y la evocaci6n (es verdad tam plo, en el mito de Prometeo tal como lo cuenta Hesíodo, se reconocen
bien en los poetas bereberes) es inseparable de toda u na gimnástica
.
corporal.
da r a 13
tesissobre
de Havelock
toda
su generalidad:
adem4s deHay
que que
numerosos
textos
los cuales
trabajan
los hermen e ~ t a s ,o~solamentelapoesia,estaban
~
echosen suorigen porn ser
danzados. mimados. actuados. m uchas de la s indicaciones aue da n
bajo la forma de discurso, de r'elato, de logos o de muthos, tenían en
realidad comoreferente. al menos en el orirren. una oraxis. un a ~ r á c tica religiosa, ritos; pie ko por ejemplo en 1 q;e dice ~es ióc lo e ~ i o nisos. de Hecate o de Prometeo. o en la urofecía de Tiresia s en la O d i .
sea. Y Cuando nos comportamos como lectores inconscientes de la
inmediatam
los ritos,
pero
son ya
referidos
re interpretados
por letrados,ente
es decir
lectores.
D que
e suerte
que,
pornos yaberlo
que es una
tradición letrad a y la transformación que opera por la transcripción y
la reinterpretac i6n p eim anen te, se oscila entre dos errores: el etnologismo que ignora el hecho de la reinterpretaci5n erudita y la neutra lización academ ica que, al e ntr ar sin dificultad de acceso en la lógica
letr ada de la reinterpr etación, ignora el fondo ritual. Los letrados, en
efecto, no entregan nunca ritos en estado bruto (el herrero trincha,
corta, ma ta, se paralo que está reunido y es por lo tanto designado pa-
118
ra operar todas las separaciones rituales, etcbtera.) Salieron yn del
silencio de la praxis ritual que no tiene por fin ser inter preta da y se sitúan en un a lógica hermenéutica: cuando Hesíodo cuenta un rito, su
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ce ~t ib le e ser obieto de un relato. de un a descrioción. de un informe
y, secundariameate, de una interpretación, produce una alteración
esencial de la cual es necesario hacer l a teoría baio Dena
. de re cist rar
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registro encuentra su razón de ser en u n universo donde.el rito no es
más una secuencia de prácticas reguladas que s e cumplen para conformarse a un imperativo social o par a producir efectos prdcticos, si.
no una tradición que se cree trans mitir y codificar por un trabajo de
implica una reinterpretación en función de nueracionalización
vas interropaciones. es decir a l precio de un cambio completo de las
funciones. 6esd e elmomentoen q ueun ritoescontado, cambiade sentido y se pasa de una praxis mimbtica, de una 16gicacorporal orientada hac ia l as funciones, a una relación filológica: los ritos se vuelven
textos que hay que descifrar, pretextos par a desciframiento. Aparece
la preocupación de coherencia, de lógica, ligada a la comunicaci6n, a
la discusión, a la confrontnei6n. El sentido analdgico que resuelve los
problemas uno a uno, golpe a golpe, lo cede al esfueno por tener juntas las analo gías ya efectuadas. El mitopoeta se vuelve mitblogo, es
decir, PlaMn ya lo decía, filos6fo; el habla nte se vuelve gramático. El
rito no sirve más para nada. sino para ser interpretado.
Los intereses y las opuestas cambian o, para d ecirla s cocas simplemente: se cree en ellos de otra maner a. ¡.Cree Hesiodo en los ritos
que cuenta? ¿Cree en ellos como creían los que practicaban efectivamente? La cuestión no es tnn vana como parece. Se sa be desde hace
mucho
tiempo
que
s e pasa delen
ethos
a l a éticacuandolospnncipios
cesan de ac
tuar pr
acticamente
la práctica;
se comienzan a consignar
lasnormascuandoestán apun tod e morir. ¿QuBimplica,desdeel punto de vista de la creencia, de la práctica, dél a puesta en práctica de la
creencia, el pasaje deesq uemas puestos en ob raal est ado práctico (bajo la forma: subir, está bien; bajar, es tá mal, es i r hacia el oeste, hacia
lo femenino. etc.)aun n tabl a deo ~osici ones. omolossustoichiai (donde aparecen ya oposiciones relaiivament e abs tracta s, como limitado
e ilimitado) de los ~itncoricos?.Que hacen los etnólocos (relenn a
Hertz acercn de la manod erech Üyía mano izquierda), $no tablas de
oposiciones? El filólogo estudia las obras de los filólogos que, desde el
origen, se ignoran en tant o que filólogosy han ignorado por lo tanto l a
alteración esencial que provocan en el objeto y al termino de la cual el
en l a teoría los efectos del registro y de l a teoría.
Es allí que lapalabra criiica, &e empleoa menudo, toma su sentido mds clásico en filosofía:al mn as de las o~e rac ion es ue lo ciencia
social no puede dejar de re al iz h bajo pena de no tener objeto, como el
hechodehace r un esquema,de erigir unagenealogía, de traz ar un diagrama, de establecer un cuadro estadístico, etcétera, producen arte factos, salvo si se tomanellasmismas por objeto. La filosofíay lalógica
nacieron sin duda de un a reflexión sobrel as dificultades que hace surgir todo comienzo de objetivaci6n de un sentido práctico que no tome
por objeto la operación misma de objetivación. Lo comprendí porque
la lógica del trabajo de teorización de un conjunto de prácticas y de
símbolos ritualesme condujo a encontrarme en u na situación completamen te análoga, me parece, a la de los grandes magos presocráticos.
Por ejemplo, en el análisis de la lógica de los rituales, me encontraba
con oposiciones con las que no sabía qué hacer, que no llegaba a hacer
entrar en la seriedelas grandes oposicionesfundamentales (secohúmedo, condimentado/soso,masculino/femenino,etc.)y que concernían
todas a l a unión y la separación,philia y neikos, como decía EmpBdocles. Hay que reunir el ar adoy la tierra, separar la cosecha del campo.
Tenía símbolos y operadores: separar y reunir. Ahora bien, Em~ éd o-
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
mito cesa
ser unaintelectual
solución práctica
a problemas
prácticosLa
paralter
a volverse
una de
solución
a p roblemas
intelectuales.
ación que provoca en la prdctica la objetivación de laprActica(porejemplo. la operación
au e consiste en distr ibuir orooiedadcs en cuadros de
.
emenin~/masculino/húmedo/seco,
dos columnas, i~~ui erda tdere cha,
etc.) está destinada a pasar desapercibidn, puesto que es constitutiva
de la operación misma que el etnólogo debe realizar paro constituir la
práctica en objetoetnológico. La op~raci6nnaugural que constituye
la práctica, el rito por ejemplo, en espectáculo, en representación sus-
.
clcs
tenia ya
abstraídosesos
dosoperadoresy
los haciafuncionarcomo
principios
lógicos.
Esdecir que.
cuando traba.iamos
sobre un obieto como laobra dé Empédocles,~debemosnterrogarnos sobre el eit atut o
te6rico del a operacidn cuyo tcxto es el producto. Nuestra lect ura esla
de un letrado, de un lector, que lee a un lector, un letrado. Y que por
lo tanto tiene muchas posibilidades de considerar evidente todo lo que
ese letrado tenía por evidente, salvo hacer una crítica epistemológica
v sociolórrica de la lectura. Volver a situar la lectura v el texto leído en
;na hist;>ria de la producci6n y de la transmisión cu ltural, es darse
una posibilidad de controlar la relación dc. lector con su objeto y tambien la relación con el objeto que fue invertido en este objeto.
Pa ra convencer de que e&a doble crítica es la condicikn de la interoretaci6n adecuada del texto. basta recordar alminos de lo s~ ro bl emas que plantea, sin planteársélos, la "lectura" e~t ru ct ur al e textos
que suponen ellos mismos la "lectura". Para esto, quisiera volver rápidamente a la profecía de Tiresias y mostra r que, por alto qu e se
remonte en una tradición emdit a, no hay nada a llí que pueda s er tratado como un puro documento por la etnología, que no hay na da, ni siquie raen Homero, que sea rito en estado puro, es decir en estadopráctico. Se sabe que el corpus que el etnólogo constituye por el solo hecho
del registro sistemático, que totaliza y sincroniza (gracias, por ejemplo, al esquema sinóptico)es ya de por sí un artefacto: ningún indíge~
~
~~
~~
~
120
na domina como tal el sistem a completo de las relaciones que el int6r prete debe constituir oara las necesidades del desciframiento. Pero
esto es aun m6s ciertórespecto del registro que opera el relato letra-
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-quedando entendido que, como se dice en parecidos casos, soy responsable de los errores eventuales- es impor tante para comprender
la diferencia, ignorada por l a lectura etnologista, en tre una-cul tura
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oral, no letrada, y una c ultura letrada, emdita, y la lógica del pasaje deu na ala otra. Desde que se trata deu na obra, es decir, con un sisconstituyen a par tir de obras de Bpocas completamen:e diferentes. El
u Pie r re Cosa s Dicha
s - exoresamente
slide pdf.c om
tema
constniido oor un arofesional -v va no con un
desfasaje temporal no es lo único: en efecto, puede ser necesario t ene Bourdie
r
sistemaobjetivamente constituido por il rabajo de glneraciones skque habbrselas, en la misma obra, con estratos semánticos de edades
cesivas, como la lengua o el sistema mítico-ritual hopi o kabil-, no se
y deniveles diferentes, que el texto sincronizapor m6s que corresponpuede, sin operar una reducción injustificable, t ra ta r los raspos culdan a generaciones diferentes y a usos diferentes del material origido , sin hablar de esos corpus sociológicamente monstruosos que se
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nal, del rito
este caso. Así, la profecíacomo
de Tiresias
pone en
juepo
n
conjunto
de en
significaciones
la oposición
enire
¡ u
salado Y lo soso, lo seco Y lo húmedo. lo estdril v lo fecundo. el remo v la
pala<despu& el 6rboí) el mar ino i el campesko, el errar (oel camLio)
y el echar r aíces (o el reposo). Se pueden reconocer los rasgos de un r ito de fecundidad movilizando símbolos agrarios y sexuales, la ra ma
hincada en la ti erra , rito de muerte y de r&urrccc~ón ue evoca el descensos los Infierno s yel culto de los antepasados. Pero es ta "lectura"
etnologista dejaría escapar todo lo que elrelato debe a la reinterpretación que hace su autor de los elementos primarios. Los elementos
mítico-rituales no se comprenden solamente porreferenciaal sistema
que c~n sti tuy en, s decir, si se quiere, por relacidn a la cultura griega en el sentido etnológico; reciben un nuevo sentido de su inserción
en el sistema de relaciones constitutivo de la obra, del relato, y tam-
tural es queYella
como simples
elementos
de información
et nomáfica.
eso.moviliza
no en absoluto.
en nombre
del oreiuicio
sacralizante que hace de 1á lectur a un a cti ri tu al del humanicmo acad6mico (es
necesario releer sobre este oun to el Durkheim de La evolucidn oeda gógica en Francia); sino
razones estrictamente cientif ieas~ ada
uno de los elementos "etnogr6ficosn oma s u sentido en el contexto de
la obra en la cual está inserto y del conjunto de la s obras presentes o
pasadas a las cuales la obra (por lo tanto su autor, 61 mismo en relación con otros autores) hace referencia implícita o explk itame nte. La
cultur aletrad a, erudita, se definepor la referencia; consiste en el uego permanente de referencias que se refieren mut uament e las un as
al as otras;no esotracosa que esteuniverso de referencias queson inseparablemente diferencias y reverencias, digresiones y miramientos. Par a aquel que est 6 cómodo en este universo. como el letrado ori-
biBnenIacultura erudita, produciday reproducida por losprofesionales. Por ejemplo, en el caso particular, el rito tiene su valor estructural en el seno de l a obra por el hecho de que es lo previo obligado a la
unión de Ulises y dePenBlope. En tsnt oque relata queUlises debe hacer a PenBlope ant es de uni rse a ella, sugiere la relación, introducida
por.Homero, entre el mito escatol6gico y la perpetuación del linaje o
de la especie: la vuelta a la tierra , a la casa, a l a agricultura, es el fin
del ciclo indefinido de la s reencarnacion es al cual el marino es ta condenado; es la afirmación aristocrdtica (que se encuentra también en
Pindaro) de la posibilidad que tienen algunos elegidos de sustraerse
al devenir; es el acceso a la pe rmanencia del rey agrario (pensa mos en
el palacio de Menelao. evocado en la Odisea) aue .
oasa un a veiez
~"~ feliz.
rodeado de los suyos,'lejos del mar; e s el universo agrario como sede
del a felicidad, de la fecundidad y de laprosperidnd, de la perpetuidad
de la raz a, de la f iest a, signo de la elección en el mds a116. En suma.
es toda la aventura marina de Ulises, como símbolo de la existencia
huma na en su eterno recomienzo Y de la oosibilidad de salir de u na
serie de reencqrnaciones, que d a sentidó segundo, esotBrco, de cada uno de los temas primarios, por ejemplo el mar, que cesa de ser el
salado, el seco, e1 esteril, pa ra volverse el simbolodel devenir en su r epetición indefinida, y di¡a existenci ahu man a como eterno recomienzo. Este andlisis, que debo a diferentes discusiones con Jean Dollack
de losm
aginal
o elnavega
inthrprete,
Ulisespodr6evocaraDionisos,
res, que
sobre
el ma r sombrío como el vino, yviajero
tambidn
dios de
la fecundidad, y recordar que Ulises desciende a los Infiernos como
Dionisos. Apropósito de la plantación d e la rama , no dejar6 de evocar
la lucha de Atenea y de Poseidón. Pero es probable-y aqu i vuelve el
oroblema de la modalidad ~ r o ~ ieala creencia- oue Homero no
ho nte nga conlos tem as cul<uraiesla relación Iúdica, helenfstica. que
define eljuego cultur al en s us fases m6s acad6micas. En rea lidad , no
se puede comprender la significación secundaria. escatolorica, sino a
condición de desper tar, como lo hace Homero, lasigni ficad ón prima ria, propiamente rit ual , que puede darse como evidente porque el autor y su público están en el mismo nivel que ella. El retorno a la tierra es. nmedi atamente admitido, por una de esas tesis no t6tipas que
son constitutivas de la práctica ritual. como el equivalente de un retorno al mundo de los antepasados, al pilar central que simboliza la
perpetuida d del linaje, que se sumerie baio tierr a. en el mundo de los
antepasados (se
en el descenso a íos ~nfi emo s),tc. Se podría
hacer la misma demostración con Hesiodo v su re lato del mito de Prom e t e ~ ,ue encierra la evocación casi et nh áf ic a de un rito de casamiento y la reint erpretación filosófica de ese rito. El juego de la reinterpretación no escompletamente libre: suponeen el narrad or hermeneuta (Homero, Hesíodo o el poeta kabil) una fami liari dadin media ta
-
A
~
,
123
con !u estructura del primer grado, una suerte de intuición estructur al de esa est ructu ra, que caracteriza la relación viva con una cultura viva.
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Pero este sentido práctico, este dominio práctico del sentido
invertido en las prácticas rituales se desgasta con el tiempo o, más
exactamente, se pierde en agentes que, aunque participen de la mis-Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
ma tradici6n, se si túan, en tanto quelectores, en un a relación completamente diferente! con es as prácticas. Y esto sin saberlo ellos. Por esta
razón el anacronismo está inscrito en la actitud t radicional respecto
de la cult ura; el letrado tradicional vive su cu ltura como algo vivo y se
vive como contemp:)ráneode todos su s predecesores. La cu ltur a y la
lengua cambian poiciue sobreviven en un mundo que cambia: el sentido de un verso, de una m áxima, o de una obra cambia por el solo hecho de que se encuen ;ra cambiado el universo de las máximas, de los
versos, o de las obras simultáneamente propuestas a aquellosque la
aprehenden . eso aue se puede llamar el espacio de los "com~onibles".
EI anac ron i~m o est ?mporaliza a obra, 1Ü arran ca del tiempo (como
lo har á tambien la 1e:tura universi taria) al mismo tiemno oue la temporalizaUactualiz4ndola" in cesar por la reinteipretacign ;emane nte, a l a vez fiel e inPel. Este proceso alcanza su cumpli miento cuando
la reinterpretaci6n letrada del lector se aplica a las obras de una tr adición let rad a y In lógica de la reinterpretación es la misma que la
lógica de la cosa interpretada.
Tercera part e
Aperturas
Loqueplanteala ~estióndelascondicionesocialesy epistemológicas del pasqje de la reinterpretación analógica del mito, en l a cual
se mitologiza sobre la mitología, al uso paradigmático del mito, como
en Plat ón, o al uso práctico de la analogía en la interrogación sobre la
analogía en t ant o tal, como ArisMteles.
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Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
Qui si era, en l os lí mi t es d e un a conferencia, i n t ent a r pres ent ar
los principios te6ricos que est an e n el fundamento de la investigaci6n
c u j o s r e s ü l t a d o s s e p r e s e n t an e n L a d i s t i n c ti o n , y e x t r a e r a l g u n a s d e
l as consecuenci as t eóricas au e t i enen mas posibi li dades de escapar al
l ector, sobre t odo aquí , en i a z6 n de l os l i geros desfasaj es enGe l a s
t radi ci ones cul t ural es. Si t uvi ese que caract eri zar mi t rabaj o e n dos
pal abras, es deci r, como sehace muchohoy, apl i carle u na et i quet a,ha blaria d e constructivist structuralism o de structu ralist constructivi sm, t omando l a pal abra est ruct ural i smo en un sent i do muy di ferente de aque l que le d a la tradici6n sau ssur iana o levi-straussiana. PLT
~ ~ r & u ~ ~ ~ e ~ ~ ~ u B i du ire ar o Id ei csi ~hu e, e x i s te n e n e l m u n mismo,
solam
ente
lenguaje,
. ~ ~.t.
.~- ~
-y de
moi social
t.o
c ~ ' e..S -yi no
etu
so
b j eent ilos
~ , isistem
i e p e nasdsimb6licos,
ide
e nlat econciencia
s
l a v o l u n t a d.. Lel os agent es q ue son capaces e o n e n t a. r o decoaccioa r s u s p i 3 c fi c as ~ ~ u ~ ~ g ~ ~ _ e . s ~ ~ ~ ~o~n is tor uncet i,~ ssm~o.~ Pq uoi re r o
génesis social d e u n a p a r t e de los ex qu em as d e percepci6n, depensa miento y de acci6n que sonconstitutivos de loqu ellamo habi t us, y por ot ra part e e st mct uras , y en part i cul ar de l o que
l l amo campos y grupos, especial ment e de lo que se l l amagen eral men te la s clases sociales.
Pienso que est a explicación se mpone particularme nte aqui: en
efecto, el azar de las traduccione s hace que, por ejemplo, secono zcaLa
reproduction, lo que llevará, como ciertos comen taristas no duda ron
en hacerl o, a cl a si fi came en t re los est mct ural i st as, mi ent ras qu e se
imioran trabajos muy an teriores (anteriores a la aparici6n de los traKdos típicamén te "cónstructivistas" sobre los mismos teiiias) que me
valdrían sin duda ser oercibido "constructivista": así. en u n libro titul a d o ~ a p p o r t p ~ d a g o & u e c o m m u ni c at i on , h e m o s m o s tr a d o c 6m o s e
construye un a relacidn social de comprensión en y por el malen tendido, o apecar del mal ent endi do: cómomaest rosy est udi ant es s e ponen
de acuerdo, por un a su ert e de t ransacci6n t aci ta y t áci t ament eori en.
.
.
.
.
.
~
..
.
. . .
~
.
" Tcxto rrnnc6s d c I n c o n ~ c ~ n O n p m n u n c i n d n c n l nnivcrsidnd de Snn Dicgo cn
marzo de 1986.
todo por la preocupación de minimizar los costos y los riesgos, p i r a
acepta r un a definición mínim a de la situac ión de comunicación. Asimismo, en otro estudio, titulado "Las categorías del entendimiento
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
saniiento de sentido común de los lionibres que viven su vid a cotidiaiia en su mundo social. Asi, las coiistruccioiies de la s ciencias sociales
son, por así decir, construcciones de segundo grado, e s decir, construc-
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ciones de construcciones hechas por los actores sobre la escena
p ro fesoral", tratamo s d e an alizar lag én esis y el fu n cio n amien to d ela s
~ o c i a l " ' ~ .a oposición es total:en un caso, el conocimientoc ientifico no
categ o ríasd ep ercep ció n yd e ap reciaci6 na trav és d e las cu ales lo sp ro se obtiene
sino por un a i uptura con las representaciones primeras
fesores co n stru y en laimag en d e su s alu mn o s, d e s u d esemp eñ o , d e suBourdie u Pie r re Cosa s Dicha
s - slide pdf.c om
Ilamad us"prcnocio nes"en Durkheiin e"idcolocia" en Mnrx-nue convalor, y producen, por prácticas de cooptación orienta das por las misduce a las causas inconscientes. En el otro ea&, e stá en continuida d
m as categorins, el grupo mismo de s us colegps y el cuerpo de profesoco n el co n ocimiento d e sen tid o comú n , p u es to q u en o e s sin o u n a"co n sres. Después de este paré ntesis, vuelvo a mi discurso.
-
De modo
cenera
l, laentr
ciencia
enspciología
o en muy
historia,
ose&
e dossocial,
puntosend antropología
e vista apárencomo
temen
t e i nc o m ~a t ib i es . os ~ e r s ~ e c t i v a pare
s ntem ente inconciliables: el
objetivisho y el Subjecivisio, o, si sép refi ere, el fisicalismo y el psicologismo (que puede tom ar diversos matices, fenomenológico, semiológico, etc6tera). Por u n lado, puede "t ratar los hechos sociales como
cosas", seg ú n la v ieja máx im a d u rk h eimian a, y d ejar as í d e lad o to do
lo que deben al hecho de que son objetos de conocimiento -o de desconocimiento- en la existencia social. Por otro lado, puede reducir el
mundo social a la s representaciones que de 61 se hacen los agentes,
consistiendo entonces la tarea de la ciencia social en producir un
"informe de los informes" (account ofthe ac count s) producidos por las
sujetos sociales.
Es ra ro que es as dos posiciones se expresen y sobre todo se rea-
trucci<lii
construcciones".
Si hederecordado
un poco pesadam ente e sta oposición, uno ile los
más fu n esto s d e eso s "p ares d e co ncep to s"íp aired co ~~ cep lsue,
) como
lo mostraron R ichard Bendix y Benett Berger, proliferan en ciencias
sociales, es porque la intención m ás constante, y, en nii opinión, más
imp o rtan te d e mi trab ajo h a sido la d e su p erarla. A riesg o d e p arecer
mu y o scu ro, p o d riad aren u n a fraseu n resu men d e to d o el an álisisq u e
propongo hoy: por un lado, las estr uctu ras objetivas aue construye el
sociólogo en el mom ento objetivista, al aparc ar las rep resc ntac knes
subietivas de los acentes. son el fundam ento de las revresentacion es
subjetivas y constituyen las coacciones estruc tura les que pesan sobre
las interacciones; pero, por otro lado, esa s representaciones tqmbién
d eb en ser co n sid erad as si se q u iere d ar cu en ta esp ecialmen te d e la s
liichas cotidianas, individuales o colectivas, que tien den a transfor-
licen en la p rácticacien tíficad eman era tan rad ical y tan co n trastad a.
Se sabe que Durk heim es sin duda, con Marx, quieiexpres6 de la manera más consecuente la posici6n objetivista: "Creemos fecunda,
decía, esta ide a de que l a vida social debe explicarse no por la coneepción de aquellos que en ella participan, sino por las cau sas profundas
que escapan a la conciencia". Pero no im ora ba, como buen kantiano ,
q u e n o & puede cap tar est a realidad Sino poniendo en práctica instrum ento s Iócicos. Siendo así, el fisicalismo obietivista s e asocia a menudo a l a inainació n positivista a concebir L s clasificaciones como
recortes "operatorios" o como un registro mecánico d e cortes o de discontinuidades "objetivas" (por ejemplo en las distribuciones). Sin
d u d a en S ch u tz y en los etn ometod 6 lo g o s seen co n trarán lasex p resio nes mds Duras de la visión subietivista. Asi Schutz tom a exactume nte
n iar o a co n serv ar esas estru ctu ras. Esto sig n ifica q u e lo sd o s mo men tos, objetivista y subjetivistn, estdn en u na relación dialéctica y que,
aun si, por ejemplo, el momento subjetivista parece muy próximo,
cu an do se lo to ma sep arad amen te, d e lo s an áli sis in teraccio n istas o
etnometodológicos, está sep arado de ellos por u na diferencia radical:
lo s p u n to s d e v ista so n ap reh en d id os en tan to tales y relacio nad o s con
las posiciones en la estructu ra de los agentes correspondientes.
Para superar verdaderamente la oposición nrtificial que se estab lece en tre las estru ctu ra sy las rep resentacio n es, e s n eces;irio tam bién romper con el modo de pensaniiento que Cass irer lla ma su stan cialista y que lleva n n o reco no cer n in y n a o tra realid ad q u e aq u ellas
q u e se ofrecen a la intuición directa en Ia experiencia ord inaria, los individuos y los grupos. El aporte principal de lo que bien puede Ilam arse la revolucióii estructuralista ha consistido en aplicar al mundo
socinl un modo de pensam iento relacional, que es el de la mq temát ica y la física moder nas y que identifica lo real no con susta ncia s sino
con relaciones. La "realidad social" de la que habla ba D urkhe im e s un
conjunto de relaciones invisibles, las mi sma s que constituyen un espacio de posiciones exteriores las una s a las otras , definidas las una s
l ist.
o c on
ar io de Dsocial.
ur kh eitiene
m: " u~ ni csentido
a m ~ ov dubservación
dela social
dl :e n latrrealidad
ne a e s tr u c t ur
de ~ e rsciencia específica para l oss ere s hum anos &e viven, actú an y piensan en
ella. Por un a serie de construcciones de sentido común, preseleccionaro n y p rein terp retaro n ese mu n d o q u e ap reh en d en co ma la realidad
d e su v id aco tid ian a. S o n eso s o b jeto sd ep en samien to lo s q u e d etermin a n s u c o m ~ o r t a m i e n tomotivándolo. Los objetos de pensamiento
construidos por el social scientist a fin de capta r est a realidad social
deben fundars e en los objetes de pensamiento construid os por el pen-
porrel aci ón al as ot ras, por l aproxi m i dad, l avecindad, opor l a di s t z cia, y tambi6n por l a posición relativa, por arr iba o por abajo, o tamhttp://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
bibn, entre, en m edio. La sociología, e n sumo mento objetivista, es un a
topología social, un ana lysis situs, como se lama es ta nueva forma de
A. Schlltz, <!ollecled Papers, 1, The Problem ofSocinl Rcnlily, InHnyn, Mnitiniis
N'iolf, B.C.. p6g. 69.
u n m o m e n t o ~ e c e s a r i o e l a in v e s t ig a c i ó n, y l avi si ón l l am adai nt eraccionista bajo tod as su s formas (en pa rticular la etnometodología).
Pi enso e nl o quel l am o l as est rat egi as de condescendenci a. porl as cuales los agentes qu e ocupan u na posición supe rior en una d e las jerar-
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quias d cl espacio objetivo niegan simbólicamente la d istancia social
l as m at em át i cas e n t i em pos de Lei bni z, un anál i si s de l as posici ones
que no deja ?or eso de exist i r, as oy rá nd os e asi l as vent ajas del rerel at i vas v de l a s rel aciones obiet ivas ent r e esas ~osi ci o nes.
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
conocimiento acordado en un a denecación Duramente simo6lica de la
Ese m odo de pensam i ent o"rel aci onal est á e ne l punt o d e part i da
distancia (<'es simple", "no es orgu~loso",te.) qu e implica el recode l a const rucci 6n oresent ada e n La di st inct ion. Pero hav m ucha s
nocim i ento de l a di st anci a (l as frases que he ci tado i m pl i can si em pre
posibi li dades d e qe el espaci o, es deci r l as rel aci ones, escapen al
un sobreentendido: "es simple.
Dara se r un duoue".. "no es ormlloso.
lector,
a pe
del recurso
lospensam
diagra mas
al análisis
par a ser un profesor universitario"). E n su ma, .es posible servirse de
un
a part
e, sar
porque
e l modoa de
i ento(y sust
ancial ifactorial):
sta es m ás por
fál as di st anci asobi et i vasde m anera de t ene rl asv ent ai as de l a oroxi m icil, mhs "natural"; segu idame nte porque, como sucede a menudo, los
d a d y la s ventajas de la distancia, es decir la dis tancia y el ;econocimedios que se es tá obligado a emp lear pa ra co nstm ir el espacio social
m i ent o de l a di st anci a que asegura l a denegaci ón si m ból ica de l a
y par a m an i fest arl o corren el riesgo de esconder l os resul t ados que
distancia.
perm i t en esperar. Los grupos que es necesari o const ruir par a obj eti ¿Cómo pueden captarse concretamente esas relaciones objetiva r las posiciones que ocupan esconden e sas posiciones y se l ee por
vas, irreductibles a las interacciones en las cuales se manifiestan?
ejemplo el capítulo de L a distinction consagrado a los sectores de la
Es as relaciones objetivas son la s relaciones e ntre l as posiciones ocuclase dom inante como un a descrioción de los diferentes estilos de vipadas en las distribuciones de recursos que son ocupadas o pueden
da d e est os sectores, en l ugar de v i r al l i l as posi ci ones en el espaci o de
volverse actua ntes, eficientes, como los triunfos e n un juego, en la
las oosiciones de ooder: lo au e llamo el camoo de ooder. (Paréntesis:
com petencia por l a apropi aci ón de bi enes raros x i yo l ugar est á en eslos eambios de v&ab ularios on, como se ve ,a l a vez la condición y el
te universo social. Esos poderes sociales fundamentales son, según
product o de l a rupt u ra con l a represent aci ón ordi naria, asoci ada a l a
mis investigacianes empíricas, el capital económico, bajo su s difereni dea d e ru l i ng cl ass).
Se puede, en este punto de la exposición, comparar el espacio
tes formas, y el capit z! cul t ural . v tam bi dn el c a ~ i t a limbólico. form a
que revisten las diferentes especies de ca pital c.uando son prrbibidas
social con un espacio geográfico en el interio r del cual se recortan las
Y reconocidascc no lei5timas. Asilosa centess on distr ibuidos en el esregiones. Peroest e espaci o estáconst rui do de t al m aner aqu el osa gen pacio soci al global, eñ l a pri m era di m ks i ón según el vol um en gl obal
tes, los grupos o las institucione s que en 61 se encu entran colocado^
del capital que poseen bajo diferentes especies, y, en la segu nda dit i enen t an t as m Fs propi edades en com ún cuant o m ás próxim os est dn
mensión, según la estru ctura de su capital, es decir según el peso reen est e espaci o; t ant a sm e nos cuant o m ás al ej ados. Las di st anci as eslativo de las diferentes especies de capital, económico y c ultural, en el
pacia les -sobre el papel- coinciden con la s distan cias sociales. No
-4ol um en t otal de s u ca ~i t a l .
sucede lo mismo e n el espacio real. Por má s que se observe casi por
El malentendido en l a lectura de los análisis qu e propongo, espet odas part es un a t endenci a a la segregación en el espacio, las persocialmcn~eenLadislinclion.resultan. ucs.de1 hecho d eau e l ascl ases
nas próxi m as en el espacio soci al t i enden a encont rarse próxim as
en el papel corren el riesgó de s er appe heid idas como &upos reales.
por elección o por fuerza- en el espacio geográfico, la s perso nas mu y
Est a l ect ura real i sta esob j et i vam ent e al ent ada por el hecho de que el
al ej adas en e l espacio social pueden encont rarse, en t rar e n i nt eespaci o social est á construi do en fornin t al aue l os a~ e n t e sue ocuDan
racción, por lo menos e n forma breve e intermite nte, en el espacio fíen el posiciones semejantes o vecinas son s ituados en condiciones y so sico. Las interacciones,
que procuran
unasatisfacción
in media
ta a las
metidos a condicionamientos semciantes. v tienen todas las oosibilidisposiciones
empiristas-se
pued e observarlas,
filmarlas,
registra
rdad es de tener disposiciones e inte res es Sémejantes, de prod;cir por
l as, en un a pal ab ra t ocarl as con el dedo -, esconden l as est ruc t uras
lo tanto prác ticas tambi6n semejantes. La s disposiciones adquirid as
que en e llas se realizan. Es uno de los casos donde lo visible, lo que e s
en la posición ocupada implican una adaptación a es ta posici6n, lo que
inmed iatamen te dado, esconde lo invisible que lo determina. Se olviGoffman lla ma ba el scnsc of onc'splace . Es te sensc of one'place es el
da as i que l a verdad de l a i nt eracción no est á nunca t oda ent er a en l a
que, en la s interacciones, conduce a la s personas que en franc6s se Ilainteracción tal como ella se ofrece a la observación. Un eicmolo bas m an "l es gens m odestes" a m ant eners e en su l ugar "m odest am ent e"
t ar á pa ra hacer ver l a di ferencia ent r e l a est ruct ura y la interacción,
y a la s otras a "guardar las distancias" o a "m antene r su rango", a "no
y, al mismo tiempo, entre lavisión estru cturalista , que defiendo como
. -
-
-
familiarizarse". Est as estrateg ias, h ay q u e d ecirlo al p asar, p u ed en
ser p erfectamen te in co n scien tes y to m ar la fo rma d e eso q u e se llama
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
timidez o arrogancia. E n realidad, la s distancias sociales están inscrita s en los cuerpos, o, con m ás e xactitud, en la relación con el cuerpo,
la.expresan, las siglas, la s oficinas, las secre tarías, la s banderas, etc.,
es un arte facto histórico bien funda do (en el sentido en que Durk heim
d ecia d e la relig ió n q u e es u n ai lu sió n b ien fu n d ad a). P ero eso n o q u iere d ecir q u e se p u ed a co n stru ir cu alq u ier cosa, d e cu alq u ier man era,
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el len g u aje y el tiemp o (o tro s tan to s asp ecto s estru ctu ralesd e la p rácn i en la teoría ni en l a práctica.
tica au e la v isió n su b ietiv ista irn o ra).
s i e a gr e ga q u e é s t e se n s ~ o fo n e ' sp l a c e y las afin id ad es d e h a-Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
b itu s v iv id as co m ~~
o simo
atíao an t io atía.,están en el o rincioio d e to rin s
S e h a p asad o p u es d e la física so cial a l a fen o men o lo g ía so cial.
.~~~
la s formas d e cooptación, amistad es, amo res, casamientus, asociacioLa "realid ad so cial" d e la cu al h ab lan los o b jetiv istas es tamb ien u n
n es, etc., p o r lo tan to d e to d as las u n io n es d u rab les y av ece s u rídicaobjeto depercepci6n.Y la ciencia social debe tom ar por objeto esta remen te san cio n ad as, se v e q u e to d o llev a a p en sar q u e la s clases en el
alidad y a l a vez la percepción de e sta realidad, l as perpectivas, los
p ap el so n g ru p o s reales, tan to m ás cu an to el esp acio está mejo r co n spunto s de v ista que, e n función de su posición en el espacio social objetru id o y lasu n id a d es reco rtad as en este esp acio so n más p eq u eñ as. S i
tivo, los agent es tienen sob re esta realidad. Las visiones espon tóneas
se q u iere fu n d ar u n p artid o p o lítico o au n u n a asociación , h ab rá m ás
del mundo social, las folk theories de la s que hablan los etnometodóp o sib ilid ad es d e rea g ru p ar a las p erso n asq u e est8 n .en el mismo seclogos, o lo que llamo la sociología espo ntán ea, pero tam bi6n las teor ías
tor del espacio (por ejemplo al noroeste del diagrama, del lado de los
erudi tas, y la sociología, forman p arte de la realida d social y, como la
in telectu ales) q u e si se q u iere ju n tar a p erso n as situ ad as en reg io n es
teoría marxista por ejemplo, pueden adquirir un poder de construcs i t u a d a s e n l a s c u a t r o e s qu i n a s d e l d i a g r am a .
ción completamente real.
Pero, así como el subjetivismo inclina a reducir las estr uctu ras
La ruptura objetivista con las prenociones, las ideologías, la
a la s interacciones, el objetivismo tiende a deducir las acciones y la s
so ci o l o ~ a sp o n tán ea, las fo lk th eo ries, es u n mo men to in ev itab le,
interacciones d el a estructu ra. Así, el error principal, el error tedricisncccsa;io, dela tray ect oria cientifica-no se puede hacer la economía,
ta q u e se en cu en t ra en M arx ,co n stitu iría en tra tar lasclases en el p acomo interaccionismo. la etnoinetodoloria v to d as las fo rn ias d e psicop el co mo clasesreales. en co n clu ir d e la h o m o cen eid ad o bictiv a d e las
logía social que se atiene n a u na visión-fei3m6nics del mun do social,
~~
.
--.
de
los condicionamientos,
queenresu
lta que
de lagrupo
:dentidad
condiciones,
posici6n
en elde
espacio
social, la existencia
t anto
unificado, en tan to clase, la noción de espacio social permite escapa r a l a
alte rnat iva del nominalismo y del realismo en ma teri a de clases sociales: el trabajo político destinado apr oduci r clases sociales en tant o que
corporate bodies, grupos permanentes, dotados de órganos permanen tes de representación, d e siglas, etc., tiene ta nta s posibilidades de
lograrse, cuan to má s próximos en el espacio social están los age ntes
q u e au ie reju n tar. u n ificar. co n stitu ir en eru o o . La s clases en el sen G do d e
e st & p ~ r a&er p o r u n trab ijo io lítico q u e tien e tan tas
m á s ~ o s i b i l i d a d e s e ten er Bxito si s e arm a d eu n a teo ríab ien fu n d nrln
-en la real idad , por lo tanto ca paz de ejercer un efecto de teorLa +heorein, en griego, quiere decir ver-, es decir de imponer una visión de
la s divisiones.
Con el efecto de teoría, se h a salido del puro fisicalismo, pero sin
aba ndo nar la s adquisiciones d e la clase objetivista: los grupos, -las
clases sociales, por ejemplo- es tá np or hacer. No esta n dados en la
"realid ad so cial". Hay q u e o mar al p ie d ela letra el títu lo ellib ro famo so de E. P. Thompson, The Makin gon Engli sh Working Class: la clase
o b rera ta l co mo p u ed e ap arecersen o s h oy , a trav es d e las p alab ras
pa ra desig narla , "clase obrera", "proletariado", "trabajadores", "movimientoobrero", etc., atravbsde lasorganizacionesquesepresume qu e
sin exponerse a graves errores. Pero es necesario operar un a s e y n :la ruptura, más difícil, con el objetivismo, reintroduciendo en un
se rin d o tiemp o ,. o q u e fu e n ecesario d escartar p ar a co n stru ir la relidad objetivz.
La sociología debe incluir una sociología de la percepción clel
mun do social, es decir un a sociología de la construcción de las vision es d el mu n d o q u e co n trib u y en tamb ién a la co n strucción d e ese
mundo. Per o, dado que hemos construido el espacio social, sabemos
q u e esto s p u n to s d e v ista, la p alab ra m isma lo d ice, so n v istas to mad as a p artir d e u n p u n to , es d ecir d e u n a p o sici6 n d etermin ad a en el
espacio social. Y tamb ien que hab rá puntos d e vista diferen tes o aun
antagbnicos, puesto que los puntos de vista dependen del punto del
cu al son to mad os, p u esto q u e lav isió n q u e cad a ag en te tien e d el esp acio depende de s u posición en e se espacio.
Haciend o esto , rep u d iamo s al su jeto u n iv ersal, al eg o tran cen denta l de la fenomenología que los etnometodólogos reto man por s u
p ro p ia cu en ta. S in d u d a lo s ag en tes tien en u n a cap tació n activ a d el
mundo. Sin d ud a construyen su visión del mundo. Pero est a construcción seo p erab ajo coaccio n es estru ctu rales.Y se p u ed e a u n ex p licar en
term inos sociológicos lo que aparece como una propiedad unive rsal d e
l a e x p e r i e n c i a h u m a n a , a s a b e r e l h e ch o d e q u e e l m u n d o f a m i l ia r t i e nd e s ser tah en fo rg ra n ted ,p ercib id o como ev id en te. S i el mu n d o so cial
tiende a ser percibido como evidente y a se r captado, par a em plear los
t6rmiiios de Husserl, según una modalidad dóxica, es porque las
disposiciones d elosaae ntes, sus habitus, esdecir las estructurasm entale sa travdsd elascÜales aprehenden elmundo social, son en loesen-
deportes,amigos,quequedan
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
i enj unt osy quel esquedan bi en,omás
exactamente, que convienen a su posición. Con más exactitud: al
eleeir. en el es ~n ci o e los bienes y de los servicios disponib les, los biene lq" e .>cup in una posición hohó loga en es te espacio a la posición
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cial el praducto de la interiorización de las estructuras del mundo
social. Como las disposicionesperceptivas tien den a sera justa das a la
posición, los agen tes, aun los más desventajados, tienden a percibir el
mundo como evidente v a aceptarlo mucho más am pliamente de lo que
podría imag inarse, ecpecialmente cuando se m iracon el ojo social de
un dom inante la situación de los dominados.
Por lo tanto, la búsqueda de formas invariables de percepción?
de construcción de la rea lidad social enmascara diferentes cosas: vrimera men te, qu e esta construcción no s e opera en un vacío social, sin0
que está sometida a coacciones estructu rales; en segundo lugar, que
las estruetura s estructurantes, las estructuras cognitivas, son ellas
mism as socialmente estructu radas , porque tienen un a gBnesis social;
en tercer lugar, q ue la construcción de la realidad social no es solame nte u na em presa individual, sino que puede tambiBn volverse una
empresa colectiva. Pero la visión llamada microsociológica olvrda
muc has otr as cosas: como ocurre cuando se quiere mirar de muy cwea, el árbol esconde el bosque; y, sobre todo, por no ha ber construido
el espacio, no se tiene ni ngu na posibilidad d e ver desde Y5zde se ve lo
que se ve.
que ocupan e n el espacio social. Lo que hace que na da clasifique má s
alguien q ue sus clasificaciones.
En segun do lug ar, un juicio clasificatorio tal como %huele a peoueñoburmids" suDone que. e n tan to que agen tes socializados, somos
Apaces de ver la ielaci& eRtre las pd ctic ás o las representaciones y
las- oosiciones
en el es ~a cio so cia lcomocu andoadivino mos a posición
.
social de un a p erso ia según su acento). Así, a travbs del habitus,
tenem osunm undo de sentido común, un mundo social queparece evidente.
Me he colocado hasta aqu í del lado de los sujetos que perciben y
mencione el factor o rin ci ~a l e las variaciones de la s percepciones, es
decir la posición e; el espacio social. Pero ¿que pasa con las variaciones- cuvo ori nci ~ i oe situ a del lado del objeto. de lado de este espacio
mismo? Es cierto que la correspondenciaque se establece, por intermediodeloshabitus,delasdisposiciones, e l os ys t o s, ent re l as posiciones y la s przícticas, las prefe rencias m anifestadas, las opiniones
expresad as, etc., hace que el mundo social no se presente comoun p uro
caos, totalmente desprovisto de necesidad y susceptible de ser construido de cualquier manera. Pero este mundo ya no se presenta como
a
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
~~~
~~
~~~
~~~~~~
~~~
~
~
Por(y
lo tanto
las representaciones
de loss agentes
su
posición
os interese
s asociados) y según
u habitu varían
s, comosegúii
sistema
de esque mas de percepci6n y de a~reci aci ón ,omo estructuras cognitivas y evaluativ& que adq;ierena trav6s de la experiencia du rd er a
de una posición en el mundo social. El habitus e s a la vez un s istema
de esquem as de producción de prácticas y un sistema de esquemas de
percepción y de apreciación de la s prácticas. Y, en los dos casos, sus
operaciones expre san la posición social en la cual se ha construido. En
consecuencia, el habitus produce p rácticas y representaciones qu e estándisponiblesparalaclasificaci6n,queestán bjetivamentediferenciadas; pero no son inmediatamen te percibidas como tales más que
por los age ntu ~q ue oseen elc6dico.los esquemas clasificatorios necesarios para comprender su sen t a o soci al : ~sí ,el hnbitus implica un
sense of one's place pero tambidn un sense of other's place. Por
ejemplo, decimos que u na v estimenta, u n mueble o un libro: "huele a
peq ueñ obu ryB sm 'liuele a intelectual". ¿Cuáles son las condicio~ies
sociales de posibilidad de tal juicio? Primera mente, eso supone qu e el
gusto (O habitus) en tanto sistema de esquemas de clasificnci6n, es
objetivamente referido, a travds deloscondicionamientos sociales que
lo han producido, a u na condición social: los agen tes s2 clasifican ellos
mismos, se exponen ellos mismos a la clasificación, al elegir, conforme a s us y st o s, diferentes atributos, vestimenta, alimentos, bebidas,
dades, cuando so n percibidas por agentes dotados de las categorias de
percepción pertinen tes -capaces de ver que jugar a l golf "huele" a
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
gran burgu6 s tradicional-funcionan, en la realidad misma de la vida
social, como sim os: l as diferencias funcionan como sim os distintivos.
..
totalmente
estructurado
v capaz
todo sujeto
perci- de impon er
be los principios
de s u propia
construcción.
El amundo
socia! que
puede
ser
dicho v constmido de diferentes modos s e d n diferentes principios de
visi6n y de división: por ejemplo las d ivisone s económicas y las divisiones Btnicas. Si es cierto que, en la s sociedades m i s avan zada s desde el pu nto d e vista económico, los factores económicos y cu lturales
tienen el poder de diferenciación m6 sgran de. re sulta que la fuerza de
las diferencias económicas v sociales no es nunca ta l que no se pueda
organi zar a l os agent es s e i n otros principios de divis'ión: Btnicas, religiosos o naciona les, por ejemplo.
A pesar de esta pluralidad potencial de estructuraciones posibles -lo que We ber llam aba la Vielseitigkeit del dato- re su lta que
el mundo social se presen ta como una realidad fue rtemente estmc turada . Eso, por el efecto de un mecanismo simple, que qu iero indicar
rdoidamen te. El esoacio social tal como lo he descrito má s arrib a se
presenta bajo laform a de a gentesprovistos de propiedades diferentes
y sistemáticamente ligadas entre si: los que beben champagne seopone na los que beben whisky, pero se oponen tambiBn, de modo diferente, a aquellos qu e beben vino tinto; pero los que beben cham pagne tienen m ás posibilidades que los que beben whisky, e infinitamente m ás
que los que beben vino tinto, de tener muebles antiguos, de practicar
golf, equitación, de frecu entar el teatro de bulevar, etc. Esta s propie~
~
~
mundo legitima. (En la s posicio~ iesme dias el espacio'social, especialmen te en los Estado s Unidos, la indeterniinaci6n y la iiicertidumbl.e
obj et i va d el a s rel aci ones en t re l a s práct icas y l as posi ciones es mbxima; y t ombi bn, en consecuencia, l a i nt ensi dad de l a s est rat eg i as si m-
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bólicas. Se comprende q ue sea es te universo el que provee el terreno
y como signos ae distinci6n, positiva o negativa, y esofue ra m ismo de
pr i v i l e ~a do e los int eraccioni st as v en articular de Goffman).
toda intención de distinción, toda búsqueda de la conspicuous conslide pdf.c om
ercepción del mun do sosumpt i on (est o para deci ral pasar que mi s anál i si s no t i enen n ada que Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - L~sluchassimb61icasaprop6s~todeIa
cial pueden tom ar dos form as diferentes. En el aspecto ohietivo, se
ver con Veblen: Duesto au e la distinci6n. desde el o unto de v ista de los
puede ac tua r por acciones de representaciones, individual's o coleccri teri os i ndi genas, ex;luye l a búsqueda de l a ~ i st i nci ón).D icho de
t i vas, dest i nadas a hace r ver y hac er val er ci ert as real idades: pi enso
ot ra m anera, a t ravés de l a di st ri buci6n de l as propiedades, el mundo
por ejemplo en las manifestaciones qu e tienen por objetivo manif estar
social se prese nta, objetivamente, como u n sistemasimbólico que es tá
a u n grupo, s u número, su fuerza, s u cohesi ón, hacerl o exi st i r vi si bleorganizado según lalógi cad ela diferencia, de ladistancia diferencial.
ment e; y a l ni vel i ndi vi dual, en t odas l as est rat egi as de present aci ón
El espacio social tiende a funcionar como un espacio simbólico, un
de si , t an bi en anal i zadas por Goffman, y dest i nadas a mani pu l ar l a
espacio de estilos de vida y de grupos d e estat us, caracterizados por diimagen de s iy sobre todo -esto, Goffman lo olvidaba-de s u posición
fere ntes estilos de vida.
en el espacio social. Por el lado subjetivo, se puede a ctu ar tra tan do de
Así, la percepción del mundo social es el producto de u na doble
cambiar l as cnteeorias d e oerceoción v de aoreciación del mund o soestructuraci6n: por el lado objetivo, está. socinimente estmcturada
cial, las estructu;as cognit;vnsy 'evaluátivak Iascate gorias dcperc epporaue
. la s propiedades atribuida s a los agentes o a las instituciones
ción,los sistem asd e clasificación, es decir, en lo escncinl, las palabras,
se presentan en combinaciónes que tiene; probabilidades muy desil osnombresqueconst ruyen l a real i dadsoci al t ant o como l a expresan,
mal e s: asi com o l os ani mal es con pl umas t i enen más posibi li dades de
so n la apu esta por excelencia de la lucha politica, lucha por la impotene r ala s que los animales con piel, de la misma ma nera los poseedosición del principio de visión y de división legítimo, e s decir por el ejerres de un domi ni o refi nado de l a l enmi a t i enen má s oosi bil idades de
cicio legitimo del efecto de teoría. M ostré, en el caso de K abilia, que los
ser vistos en el museo que aquellos que est án desprovistos de él. Por
el l ado subj et ivo, est á e st mc t urad a porque l os esquemas de percepci6n Y de apreciaci6n. especialmente los au e están insc ritos en el lenp a j é , expi esan el est ado de l a s rel aciones de poder si mbóli co: pienso
por ejemplo en las pare jas de adjetivos: pesado~ligero, rillante1 apagado, etc.,que est ru ct uran el j ui ci ode yst oe nl osd omi n i os másdi versos. Esos dos mecanismos compiten en producir u n mund o común, un
mund o de sen tido común, o, por lo menos, u n consenso minimo sobre
el mun do social.
Pero los objetos del mundo social, como lo indiqué, pueden se r
percibidos y expresados de diversas maneras. porque siempre comp o r t an u n a p a r t e d e indeterminaci6n y de imprecisi6n y, al mismo
tiempo, un cierto grado de elasticidad s emántica: en efecto, au n las
c ~ m b i ~ a c i o n cepropiedadesmásconstantesestán
s
si mpre fundadas
grupos, familias, clanes o tribus, y los nombres qu e los designan, son
l o s i n s t r u m e n t o s y l a s npuestasdeinnumerablesestrategiasy quel os
agent es es t án si n cesar ocupados en negociar a propósito de su identidad: por ejemplo, pueden ma nipular lagene logia, como noso trosma nipulamos, y con los mismos fines, los textos de los fonnd ing fathers
de Indisciplina. Asimismo, al nivel de laluc ha de clas es cotidiana que
los agentes sociales llevan en es tado aislado y disperso, son los insultos. como tenta tivas md gicas de categorización Ufuthcgoresthui, de
donde vienen nu est ras categorias, significa en griego acu sar públicnmente), los chismes, los rumores, las calumnias, las insinuaciones,
etc. Al nivel colectivo, má s propiamente politico, e stán todas la s estra t egi as que t i enden a i mp oner una nueva const rucci 6n de l a real i dad
social rechaza ndo el viejo léxico politico o a con serv ar la visión ortodo-
sobreest
conexiones
entreenrasgos
intercambiables;
más,
dn som et i estadisticas
dasa vari aci ones
el t i empode
sue rt equ e y,
su adesent id o. e n l a m e d i d a e n a u e d e ~ e n d e el fut uro. est á t ambi én a l a esoera
y relativamente indétermiñado. Este elemento objetivo de ineertidumb re -q u e es a menudo reforzado por el efecto de categorizaci6n,
pudiendo la mism a palabr a cubrir prácticas diferentes- provee un a
base a l a pl ural i dad de vi si ones del mundo, el l a mi sma l i gada a l a
pl ural i dad de punt os de vi st a; y, al mi smo t iempo, un a base para l as
luchas simb6licas por el poder de producir y de imponer la visi6n del
xa al conservar
l as pal abras,
que
son a menudo
eufemi
(recordé
hace
poco la expresi6n
"clases
modestas"),
de stina
das smos
a n ombr
ar el
mundo soci al. Las más t i pi casde est a s est rat egi as de construcción son
aquel l as que apunt a n a reconst ruir ret rospect ivament e un pasado
aj ust ado a l as necesidades del present e - c o m o cuando el general
Fl emmi ng al desembarcar en 1917 diio: ¡La Fav ette , hen os aquí!- o
a const rui r el fut uro, por una
creadoia de stina da a delimitar el sentido, siempr e abierto, del presente.
Est a sl uch as si mb6l icas. t ant o l as l uchasi ndi vi dual es de l aexi s137
telicia cotidiana como la s luchas colectivas y organiz adas de l a vida
oolítica.
tienen u na Iórica específica. que les confiere una auton omía
~
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
r e al co n 'r el a ci ó na l as e s t r u c ~ u r a s e ~ l a s c c a l eesenraiza n. Por el Iie.
cho de oiie
simbólico
no es otra cosa que el capital económi~ el
. caoital
~ ~
~ ..
.
dice al abogado qu e pretende ser uno de los "grandes abogados": "Naturalm ente, cua lquiera pu ede llamarsed'grande" si quiere. pero, en esto s asu n to s, so n la s p rácticas d el trib u n al las q u e d ecid en". Lacien cia
n o tien e q u e eleg ir en tr e el relativ ismo y el ab so lu tismo : la v erd ad d el
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mu n d o social es te en ju eg o en la s lu ch as en tre lo s ag en te s q u e estAn
co o cultural cuan do es conocido y reconocido, cua ndo e s conocido sed esig u almen te eq u ip ad o s p ara alcan zar u n a v isió n g lo b al, es d ecir
gú n las categorias de percepción qu e impone, las relaciones de fuerza
s - slide pdf.c om La leealización del capital simb6lico confiere a un a
autoverificante.
tienden a reproducir y a reforzar l as rclaciones de fuerza que consti-Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
perspectiva un valor absoluto, universal, arrancdn dola asi a la relatuyen la esti uctu ra d el espacio social. MAS concretame nte, la le@¡tividad a ue e s inherente. oor definición. a todo Dunto de vista. como
mación del orden social no es el producto, como algunos creen, d e un a
v isió n tim ad a a p artir d é k n p u n to p articu lar d el espacio so c&l.
acción deliberadamente or ie nk da de propaganda o de imposición
Hay u n p u n to d e v ista o ficial, q u e es el p u n to d e v ista d e lo s fu n simbólica; resulta del hecho de que los agente s aplican a la s estructucionarios y que s e expresa e n el discurso oficial. Este discurso, como
ra s objetivas del mundo social estructur as de percepción y de apreciamo str6 Aaron Cico u rel, cu mp le tresfu n cio n es: en p rimer lu g ar, o p era
ció n q u e salen d e esa s estru ctu ras o b jetiv as y tien d en p o r eso mismo
un diagnóstico, esdec ir u n acto de conocimiento que obtiene el reconoa oereibir el mundo como evidente.
cimiento y q u e, mu y a men u d o , tien d e a a firmar lo q u e u n a p erso n a
La s relaciones objetivas de poder tienden a reproducirse en la s
o u n a c o s a e s y l o queesuniversalmente,para todo hombrep osible,por
relacione s de ooder simbólico. En la luch a simbólica por la producción
lo tanto'bbjetivamente. E s, como bien lo vio K ak a, u n discurso casi
del sentido ci mú n o, m4s p recisamente, por el monopolio de la nod ivin o, q u e asig n a a cad a u n o u n aid en tid ad . En seg u n d o lu g ar, el d isminación legítima, los agentes empeñan el capital simbólico que
cu rso ad min istrativ o , a trav es d e las d irectiv as, d e las 6 rd en es, d e las
ad q u iriero n en la s lu ch as an terio res y q u e p u ed e ser ju ríricamsn te
prescripciones, etc., dice lo que las person as tienen qu e hacer, siendo
garantizado. Así, los títulos de nobleza, como los títulos escolares, req u ien es so n. E n tercer lu g ar, d ice lo q u e las p erso n as h an h ech o realprese ntan verda deros título s de propiedad simbólica que dan derecho
men te, como en los informes au torizados, tales como los policiales. E n
a venta jas de reconocimiento. Aquí todavía, esnecesariosepar::rsedel
cad acaso , imp o n e u n p u n to d e v ista, el d ela in stitució n , esp ecialmen subietivismo marcinal ista: el orden simbólic3 no está constitu:do, a la
m a h e r a d e u n precio de mercado, por la simple suma m efánic a del los
órdenes indivie.'iales. Po r una parte. en la determ inación de la clasificación objetiva y del a erarq;ía délosv alores acordados a los individuos y a los grupos , todos los juicios no tienen el mismo pes o y los
poseedores de un fuerte capital simbólico, los nobiles, es decir, etimiló&cam e;ite, aquel los que son conocidos y reconocidos, es tán en condiciones de imooner la escala de valor m ás favorable a su s productos;
especialmente porque, en nues tra s sociedades, tienen u n casi monopolio de hecho sobre la s instituciones que , como el sistem3. escolar,
establecen y garantizan oficialmente los rangos. Por otra parte, el
capital simbólico puede se r oficialmente sancionado y garantizado, e
institu ido jurídicamente por el efecto de l a nominación oficial. LB
nominación oficial, es decir el acto por el cual se e otorga aalgu ien u n
título, una calificación socialmente reconocida, es un a de lasm anifes taciones má s típicas del monopolio d e la violencia simbólica legítima
q u e p erten ece al Estad o o a su s mandatarios. U n título como el titulo
escolar es capital simbólico universalmente reconocido, válido en
todos los mercados. E n tan to qu e definición oficial de una id entidad
oficial, arra nca a quien los tiene de l a lucha simbólica de todos contra
to d o s imp o n ien d o la p ersp ectiv a u n iv ersalmen te ap ro b ad a.
El Estado, que produce l a clasificación oficial, es en un sentido el
su p remo trib u n al al cu al Kafk a se refiere en Elp ro ceso , cu an d o Blo ck
t e a traves de los cuestionarios, los formularios, etc. Este punto de
v ista esin stitu id o en tan to o u ev u n to d e v istalem'timo . esd ecir en tan to que punto de vista q ue todoe l mund o debe &conocer por lo menos
d en tro d e lo s límites d e u n a so cied ad d etermin ad a. El man d atario d el
Es tad oes el depositario del sentido común: las nominaciones oficiales
y los certificados escolares tien den a ten er u n v alor u n iv ersal en to d o s
los mercados. E l efecto mAs típico de la "raz6n de Estado " e s el efecto
de codificaci6n que a ctú a en operaciones tan simples como el otorgamiento d e un certificado: u n experto, doctor, jurista , etc., e s alguien
q u e este m an d atad o p ara p ro d u cir u n p u n to d e v ista q u e es reco n ocidocomo trasce ndent e con relación a lospun tosd evi sta singulares. bajo la fo rma d e certificad o s d e en fermed ad , d e in ap titu d o d e ap titu d ,
u n p u n to d e v ista q u e co n fiere d erech o s u n iv ersalmen te reco n o cid os
al poseedor del certificado. El Es tado ap arece as í como el banco central que gara ntiz a todos los certificados. Puede decirse del Estado, en
lo s termin o s q u e emp leab a Leib n iz ap ro p 6 sito d e Dio s, q u e e s el "g eómet ra d e to d as las p ersp ectiv as". P o r esto se p u ed e g en eralizar la
famosa fór mu lade W ebery ver e n el Esta do el poseedor del monopolio
de la violencia simb6lica legítima. 0, con mayor precisi6n, un Arbitro,
pero muy poderoso, en las luch as por ese monopolio.
Pero, en la lu cha por la producción y la imposición de la visión
legítima del mund o social, los poseedores de una aut oridad burocrá-
t i ca noobti enen nunc aun monopol io absol ut o,aun c uand oun enl aa utoridad de la ciencia, como los eionomis tas del Estado, a la au toridad
http://slide pdf.c om/re aburocrát
de r/full/bourdie
r re -cdad.
osa s-dicha
ica. u-pie
En reali
hav ssi e m ~r e. n u na sociedad. conflictos ent re l os poderes simbóli c& q;e t i enden a i mponer l a vi i i ón de l a di vi -
hilo.Tiene ta nta s m6s posibiliclndesde 6xito cuanto másfi-n dnda está
en l a real i dad: es decir, como ya di j e, 2n l asafi ni dad es obj et i vas ent re
l as personas que se ra t a dej unt ar . El efecto de t eorí aes t nnt o más poderoso cuanto más adecuada es la teoría. El poder simbólico es un
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poder de hace r cosas con palabras. S610 si es verdadera, es decir adesioneslegítimas, esd ecir a construirgrup os. El poder simbólico, en ese
cuad a a la s cosns, la descripción hace las cosas. En este s entido, el posentido, es un poder de worldmaking. Worldmahing, la construcción
derssimbólico
es un poder de consagración o de revelación, u n poder de
- slide pdf.c om
del mundo, consiste, según Nelson Goodman, "en se par ar y en reunir,Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
consagrar o de revel ar l as cosns que ya exi st en. ¿Es decir que no hace
ame nud o en l am i sm a operación", en real i zar u na descomposición, un
nad a? En re alidad, como una constelación que, según Nelson Goodanálisis, y una composición, un a síntesis, a menudo grac ias a etiquemnn, comienza a existir solamente cuando es seleccionada y desigiiatas. Las
sociales.
comode
esoposi
el caso
de las sociedades
da como tal, u n grupo, clase, sexo ígender), región, nación, noco mienarcai
cas, clasificaciones
queoperan sobre
odoa t ravés
ci onesduali
st as,m a s za a existir como tal, par a aquellos que forman parte de el y para los
culino/femenino, altoíbajo, fuerte/debil, etc., organ izan la percepción
otros, sino cuando esdistinguido, s egún un princ ipiocualquiera, de los
del mun do social y, en ciertasconiiciones, pueden orzan izar realmenotros grupos, e s decir a través del conocimiento y del ieconocimiento.
te el mundo mismo.
Se comprende mejor así, espero, la apu esta de la luch a a propóSe puede así exami nar aho ra e;, cuál es condi ciones un poder
sito de la existencia o de la no existencia de las clases. La lucha de las
simbólico puede volverse un poder de constitución, tomando el tercl asi ficacioneses unadi mensi ói i fundam ent al de l a l ucha de cl ases. El
mino, con Dewey, a l a vez en se ntido fiiosófico y en s entido político: es
poder un a visión de las divisiones. es decir el poder de hacer visibles,
decir un poder de conserva r o de transform ar los principios objetivos
explicitas, la s divisiones sociales implicitas, es el poder político porex de unión y de separación, de casam iento y d e divorcio, de asociación
celencia: es el poder de hacer grupos, de manip ular la e stru ctur a oby de disociación que actúa n en el mund o social, un poder
. d e conservar
jetiva de la sociedad. Como en el caso de las constelacioiies, el poder
o de t ransf ormar l as cl asi ficaciones act ual es en mat eri a de sexo, de
pei.formativo de designación, de nominación, h ace existir en estado
nación, de reci 6n.de eda dyd e est at ut o social. vesoa t rav6s ci -I ns ~a instituido, constituido, es decir en tnnto que corpornte body, cuerpo
l a b ra s q u e s on u t i l i z n d a s ~ r a d e s i g n a r desc'ribir nlosindividuos,jos
muDos o l as instituciones.
Par a cambi ar el mundo, esnecesari o cambi ar l asman eras de hac e r e l mu n do . e s d e ci r l av i s ió n d e l m u n d o v l a s o ~ e r a c i o n e s r d c t i c a s
por la s cuale s los grupos son producidos y ;eprod;cidos.
El pXdsr simbólico, cuya forma por excelencia es el poder de hacer de los pu p o s
(grupos ya establecidos, que hay que consagrar, y grupos a e stablecer,
como el proletario marxista), esta fundado'en dos condiciones. En primer tbrmino, como toda forma de discurso performativo, el poder simb6lico debe esta r fundado sobre la posesión de u n c apital simbólico. El
poder de i mponer al os ot ros espí ri t us una vi si ón, ant i y a nueva, d e
las divisiones sociales depende de la auto ridad social adquirida e n las
luchas an teriores. El c apital simbólico es un crddito, es el poderimpa rtido aaqne llos queobtuvieron suficiente reconocimiento par ae sta r en
condiciones
dehacer
imponer
el reconocimiento:
el poder deo con
stitu-ción, poder de
un nuevo
grupo, por la así,
movilización,
de hacer
lo existir por procuraci6n, hablan do por 61, en tanto que mensajero
autorizado, no puede s er obtenido sino al termino de u n larg o proceso
de institucionalizaci6n, al término del cual es instituido un m and ntario que recibe del grupo el poder de hac er el grupo.
En segundo termino, la eficacia simb6lica depende del grado e n
el que l a vi sión propuest a est á fun dada en l a real i dad. Evi dent emente, la construcción de los grupos no pue de se r un a construcción ex ni-
o, como decia Luis m : El E stado soy yo"; o tambien, según Robespierr e: "Yo soy el pueblo". L a clase (o el pueblo, o la nación, o toda otra
realidad social de otro modo inasible) existe si existen personas que
pueden decir que ellas son la clase, por el solo hecho de hab lar públicamente, oficialmente, en sulug ar,y dese rreconocidascom ocon dere-
constituido, en tanto que corporatio, como decian los canonis tns niedioevales estudia dos por I<antorovicz, o que no existía has ta a llí sino
~,
como c o l l e c t i o p e r s o n n r i i m p l u r i ~ r n olección
de personas múltiples,
serie pura men te nditiva de individuos simplemente yuxtapuestos.
Aquí, si tenem os en mente el problema principal que he trata do
de resolver hoy, el de sa ber cómo se pueden h acer la s cosas, es decir
los grupos, con las palabras, 110s encontramos con una última cuestión, la cuestió n del misterio del ministerio, el ntysterium del nrirristeritrm, como gustab an decir los canonistns: ¿Cómo el portavoz se
encue ntra investido del pleno poder de actuar y de hablar en nom bre
del grupo que produce por la magia del eslogan, la palabra d e orden,
el orden y por s u sola existencia eii tanto que encarnación del grup o?
Como el rey de la s sociedades arcnicas, Rex, que, segú n Benve niste,
está encnrcado de refiere fines v (le rerere sacrrrx d e t r a z a r v d e d e ci r l as froGerns e nt re l os grupos y, por ahí , de hk er l a s exi si i r coi ii o
tales, el icfe de un sindicnto o de un unrtido . el funcionario o el exnci L O
investidos d e un a nutori(la(1 estatul, son otr as tan tas personificaciones d e un a ficción social a ln cual dan existencia, en y por s u ser niismo, y de la cual reciben de vuelia s u poder. El portavoz es el sus tituto
del p-upo queexi st e sol amei i t ea travésd e est a del egación y que act úa
y habla a tra ve sde 61. Es el grupohechohom bre. Coniodiceii loscaiionista s:sta tus, la posición, es n~(fgistrcfliis,l magistrado que la ocupa;
.
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
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El campo intelectual:
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cho parahacerlo porp ersonas qu e se reconocen allicomomiembros d e
la clase, del pueblo. de l a nación, o de toda otra real idad social que
puede inventar o imponer un a coustrucción del mundo realista.
Espero haberl os convencido, en los limites de m is capacidades
lingiiísticas, de que la complejidad está en la realidad social y no en
un
a voluntad,
u n poco decadente,
de decir
desimplificado".
cosas complicadas.
"Lo
simple,
decia Bachelard,
n o es n unca
sino lo
Y demostrab a que la ciencia nun ca progresó sino al cuestionar las ideas simples. Parecido cuestionamiento se mpone de manera muy particular,
me parece, e n las ciencias sociales, por el hecho de que, por todas las
razones que dije, tenemos tendencia a satisfacernos demasiado fácilmente con las evidencias que nos ofrece nuestra experiencia del
sentido común o la familia ndad con un a tradición erudita.
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
un mundo aparte13
P. -Tomemos un dominio concreto del espacio social que usted tr ató
en un artículo en alemdn : el campo literario. "Es destacable, escribió
usted, q ue todos aquellos que se ocuparon de ciencia d e las obra s literan as o artisticas L..) haya n descuidado siempre tomar en cuen ta el
espacio social en el que estaban situado s aquellos qu e producen l as
obras y s u valor". Un análisi s que capte es te espacio social solnmente como "medio", "contexto" o "trasfond o social", le parece insuficiente. ¿Que es, pues, un "campo literario", cuáles son los principios de s u
construcción?
R. -La noción de campo de producción cu ltur al (que se especifica en
campo artístico, campo literario, campo científico, etc.) permite romper con lasvagns referencins al mundo social (a rave s de palab ras tales
"contexto".
"medio".
"trasfondo social".
social
con como
los cuales
se coit ent
a ordinariamente
la historia
social
background)
del ar te y
de la literat ura. El cam oo de oroduccidn cultura l es ese mu ndo social
absolu tame nte concreti que évocaba la vieja noción de república de
las letras. Pero esn ecesarion o quedarse en lo que no es sino una imarrencómodn. Y sise ~ u e d e n o b s e r v n r t o d a s u e r t e d e h o m o l o c í a s e s t r u c cu rales y fu n ci o n a~ s n tre el campo so cial en su conjunto;^ el campo
politico, y el campo literario.que, como ellos, tiene su s domi nantes y
sus dominados, sus conservadores y su vanguardia, sus luchas subversivas y su s mecanism os de reproducción, en todo caso cada uno de!
esos fenómenos reviste en s u seno una forma com pletamente especifica. La homología puede ser descrita como un parecido en la diferencia. Hablar d e homoloeia entre el camuo político r el c a m ~ oiterario
es ati rm arl a existencia de rasgos estrÜctÜralmente equivñlentes -lo
qu
e noque
quier
decir idénticos-en
conjuntos
s. Relaci6n
compleja
se eapresura
rán a destruir
aquellosdiferente
que tienen
la costumbre
de pensar en terminos de todo onada. D esdeun cierto punto devista,
el campoliterario (oel campo científico) esu n campocom olosotros(es-
\
l
l3
Entrevisto mnKnrl.Otta Mnue. porn laNorddeulschen Ruclfunh, rcnlirndn en
Hnmburgo en dieicmbrc de 1986. .
to co n tra to d as la fo rmas d e h ag io g rafía, o , simp lemen te, co n tra la
tendencia a pens ar que los universos sociales donde se producen esas
realid ad es d e excepció n q u e so n el a rte, la l iteratu ra o la cien cia n o
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
p u ed en ser sin o to talmen te d iferen tes, d iferen tes b ajo to d as su s relaciones): es cuestió nde poder-el de publicar orech azarlap nblica ción,
sentido inverso, se puede reducirla a eso mismo contra lo cual está
co iistruid a, al red u cir esas estrateg ias, e so sin tere ses o esas lu ch as a
las q u e tien en lu g ar e n el camp o p olítico o en la ex istencia o rd in aria.
P ara d a r, po r lo men o su n av ez, u n ejemp lo d eesascrí ticasd e Iain co mp rensió n q u e d estru y en u n a n o ción co mpleja al ac h atarla, a men u d o
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con toda buen a fe, en el plano del sentido común, ordinario o erudito,
porejemplo-, de capital-el del aütor consagrado que puede se r parcontra el cual ha si do conquistada -lo que lesd a todas las posibilidacialmente tr ansfer ido a la cuenta de un joven esc ritor todavía descoBourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
des de recibir la aprobación de todos aquellos que reaseg u ia el reto rnocido por un informe elogioso o un prefacio-; se observan allí, como
no a las evidencias-, quisier a referir me rápidamente. a un articulo
en o tras p artes, relacio n es d e fu erza, estrateg ias, in tereses, etc. P ero
de Peter Bürg uerM ue escribe: VBourdieu, a l c o n t r a r i o ( d e ~ d o r n o ) d e no hay uno solo de los rasgos que designan estos conceptos que no
ad o p te en el camp o iterario u n a fo rma esp ecífica, ab so lu tamen te irreductible. Por ejemplo, si es cierto que el campo literario es, como todo
c a m p , el lu g ar d e las relacion es d e fu erza (y de lu ch as ten d ien tes a
transf orma rlas o a conservarlas), siemp re ocurre que esta s relaciones
d e fu erza q u e se imp o n en a to d o s lo s ag en tes q u e en tran en el camp o
-y que pesan con un a brutali dad particu lar sobre los que recien entran-revisten un a forma especial: tienen en efecto por principio un a
esp ecie mu y p articu lar d e cap ital, q u e es a la v ez elin stru m en to y la
ap u esta d e la s lu ch as d e co mp eten cia en el sen o d el campo . s s a b e r e l
capita l simbólico como capital de reconocimiento o de consagración,
institucionalizado o no. aue los diferentes agentes
o instituciones
-~
p u d iero n ac u mu lar e n el iu rs o d e lu ch as an terio res, al p recio d e u n
todavia la natrab ajo y d e estrateg iasespecificas. H ab ria q u e
tura leza de es te reconocimiento qu e no se mide ni en el 6xito comercial -seria m ás bien lo opuesto-, ni en la simple consagración
social- per tene ncia a la s acade mia s, obtención de premios , etc.-, ni
au n a la simp le n o to ried ad , q u e, mal ad q u irid a, p u ed e d esacred itar.
P ero lo q u e d ijeso b re ello b asta ráp ar ah ac er sen tir q u es e ratad ealg o
mu y p articu lar. E n su ma, co n la n o ció n d e campo , ten emo s el med io
d e cap ta r la p articu larid ad en la g en eralidad , la g en eralid ad en la
p articu larid ad . S e p u ed e p ed ir a la mo n o mafia m ás id io mifica (en el
campoliterariofranc6s en~labpocade la;b ert,s obre lar&olución realizad a por Manet e n el seno del campo artístico. sobre las luchas en
el sen o d el campo literario afin es d e s~g lo x ix , stu d io s q u e h ag o en este momento) proposiciones generales sobre el funcionamiento de
lo s camp os y se p u ed e saca r u n a teo ría g en eral d el fu n cio n amien to
de los campos de hipótesis muy poderosass obre el funcionamiento de
fientle un enfoaue funcionalista" (la calificación. aue es el eaui valent c
"culto" del insu.lto, e s tambibn u na estrate gia común, y tan io m ás pod e ro s a c u a nt o q u e l a e t i q ~ e t a ,o mo aq u í, es a la v ez m6 s estig n in tizant e y m ás vaga, por lo tant o irrefu table -P.B.)."Analiza las acciones
de los sujetos en lo que llam a el 'campo cultural' toman do en cue nta
exclusivamente las posibilidades de conquistar poder y prestigio y
considera los objetos simp leme nte como medios estrat6gicos qu e los
p ro du cto res emp lean en la lu ch a p o r el p od er." P eter B ü r y e r acu sa
de reduccionismo u na teoría q ue el rev vi amen te reduio: hace como si
yo red u jera el f u n ci o n am icn t~ d el n mp o literario al d el camp o p o litico (amecando "exclusivamente" v "simolemente"). En rea lidad. dieo
que, como el campo politico o cualquier otro campo, el co mpol iterario
es el luga r de luchas (¿,yquien podría negarlo? No Pete r Bürger , en todo caso, dada l a estrat egia qu e acaba de emple ar contra mí...); pero
que esas lucha s tienen a pue stas especificas, y que el poder y el prestigio que persiguen son de un tipo absolutamente particular (si me
h an escu ch ado b ien , h ab r6 n sin d u d a n o tad o q ue d eb í emp lear u n a
veinten a de veces, con desprecio de la elegancia, el adjetivo re specifico"!). En re sume n, Pet er Bür ger m e reprocha igno rarl a especificidad
d e las lu ch as artística s y d e lo s in tereses q u e se en cu en tran co mpro metidos en ellas, eso mismo que comenzó por excluir, por una r ar a exclusión inconsciente de la noción d e campo que tendía preci same nte
a d ar cu en ta d e ella. Es ta esp ecie d e ceg u era selectiv a, d e In q u e so n
v íctima a men u d o mis escrito s, me p arece atestig u ar la s resisten cias
q u e su scita el anAlisis científico del mundo social.
P ar a v olver a su p reg un ta-p ero p ienso q u e este p re6 mb u lo critico no erainútil-, dire que el campo literario es un campo de fuer zas
u n e s t a do pa r t i cu l a r de u n c am p o p a r t ic u l a r í ~ o r e i e m ~ l ol .camoo de
los produitores de casas individüales cuyo Lstu&o emp;endo).'~ero
lo s h h b ito s men tales so n tan fu ertes -y esp ecialmen te en aq u ello s
que niegan su existencia- que la noción de campo literario (o artistico)cstá d e s t i n a d a a d o s r e d u c c i o n e sde sentido opuesto: se puedev er
alliu n a reafirmaci6 n d e la irred u ctib ilid ad d el mu n d o d el art e o d e la
lite ratu ra, as í constituido en universo de excepción, ignorando l as estrateg ias, lo s in tereses y las lucha s de la existencia ordinaria, o, en
al mismo tiemp o q u e u n camp o d e lu ch as q u e tien d en a tran sfo rmar
o a co n serv ar la relació n d e fu erzas estab lecida: cad a u n o d e lo s ag en tes emp en a la fu erza (el cap ital) q u e ad q u irió , p o r las lu ch as an terio res en las estrateg ias q u e d ep en d en , e n s u o rien tación , d e su p o sició n
en las relaciones de fuerz a, es decir de su cap ita l especifico. Concretamen te, so n p o r ejemp lo las lu ch a s p erman en tes q u e o p o n en las v an -
~
~~
guardia s siempre renacientes a la van guardia consagrada (y que no
hay que confundir con lalu cha que opone lavang uardia en su conjunto a los "artis tas burgueses", como se decía en el siglo W ). La poesía
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
es as í el lugar, en Francia, desde mediados del siglo m , e una revolución perm anente (los cielos de renovación d e la escuela domin ante
.
-
''
"On
,
he litcrnry h i s t o g , Poslics, agosto de 1985, p6gs. 199-207,
me nte sociológica, d .: ampo en el cual se engendraron y funcionaro n
en tant o q ue estrategias simbólicas en las luchas por la dominación
simbólica, es aecir por el poder sobre un uso particu lar de un a categoría particular de signos y , por allí, snbre la visi6n del mundo natu ral
y social.
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son muy cortos): los recien llegados, que son también los m i s óvenes,
Esta definición domina nte se impone a todos, y en particular a
cuestionan lo que fue opuesto por la revolución precedente a la orto.
los recien llegados, como un derecho de en trad a mds o me nos absolus - slide pdf.c om
doxia anter ior (es, por ejemplo, la rebelión de los Parnas ianos contraBourdie u Pie r re Cosa s Dicha
se comprende que la s luchas a prop6sito de la definición d e los
to. Y
el"lirismo romdntico". Estad iscusi ón incesante se raduce, del ladod e
eBneros. del a o oesíaa orincioios del siclo. de la novela de sde la Serninlas obras, en u n proceso de depuración. La poesía se reduce cada vez
d a ~ u e ; r a ~ u A d i a l e'on l o s h e fe n s or G d ~ l " n o u v e a u r o m a n " s e a ~ p o r
má s completamente a su "esencia", e s decir a su quintaesencia, en el
completo otra cosa que fútiles guerras a prop6sito de palabras: la
sentido de la alquimia, a medida que es despojada por las revolucioinversión de la definición dom inante es la forma específica que toman
nes sucesivas de todo lo que, por m ás q ue accesorio, parecía definir
en esos uiiiversos la s revoluciones. Y se comprende mejor que l as conadecu adam ente lo "poetico". lirismo. rima , metro, metáfora ll am ada
frontaciones qu e se volverán el objeto de análi,siso de debates acad6pohtica, etcdtera .
micos, como todas la s querell as de los Antiguos y los Modernos y todas
En lo aue concierne a la cuestión de los límites, hay que cuidarlas revoluciones rom ántica s u otras, sean vividas por los protagonisse delavisi& positivistaque, porlasnecesidades delaestadística, por
ta s como cuestiones de vida o muerte.
ejemplo, dete rmina los límites por un a decisión llam ada operatoria
que zanja arbitraria ment e en nombre de la ciencia un a cuestión que
P. -El campo de poder, en tant o que ejerce su dominación en el
no está zanja da en la realidad, la de sabe r quidn es un intelectual y
interior de la totalidad de los campos, ejerce una influencia sobre el
quien nol o es, quienes son los intelectua les "verdaderos", aquellos que
campo literario. Sin embargo, uste d le confiere a Bste una" auton omia
realizan verdaderame nte l a esencia del intelectual. En realidad, un a
re1 :.tiva"y anali za supro ceso histórico deformación. ¿QuB ocurre hoy,
de las apue stas mayores de Ins luchas que se desarrollan en el campo
concretamente, con est a autonom ía del campo literario?
l i t e r a ~ ~ o a r tlecítima
í s t i c o ~ sen
l a dlaesf iluchas.
n i c i ó n Decir
dise limitesdel
esdecir de
la
oarticioaci6n
de tal o campo,
cual corriente,
t a l o &al grupo, que "no es poesía", o "literatura", es rehusarle la
existencia legítima, es excluirla del juego, excomulgarla. Es ta exclusión simbólica ?o e s sino el adverso del esfuerzo por imponer un a
defiiiicióii de la práctica legítima, para constituir por ejemplo una
esencia etern av universal u na definición histórica de un a rte o de un
generoque cor r~s pon de los intereses específicos de los poseedores de
u n ci er to c a ~ i t a lspecífico. Cuan dot ien e Bxito, esta estrat egiaq ue, como la com petenc iique ella pone en juego, es inseparablemente artística v oolíticn (en sentid o esoecifico). es de natu rale za ta l como para
as ek ia rl es un poder sobre el caiit al poseído por todos los otros
productores, en ¡ medida en que, itrav Bs de la imposicion de una definici6n de la uráctica lecitim a. e s la recla del juego m ás favorable a
s u s t ri u nf o s 1 q u e s e e r k e n t i a i m p u e s t a a t o d o i ( y e s pe c ia l me n te ,
porlo men osa término, alosconsumidores), es sucumplimiento lo que
sc v,uelve la medida de todoslo s cumplimientos. S e ve al pas ar que los
conceptos estBticos que cierta teoria estBtica se esfuerza en f und ar en
la razón. d eductivam ente. semín el m odelo aristotBlico, y de los cuales se di$ ant es que yo (pódría invocar aquí a Wittgen stein) su inconsistencia. su incoherencia o. al menos. su iniprecisión. no encuentr an
parid6jiéamente, s u necesidad, si no Se los <ubica en la lógica, pura-
R. -Los campos de producción cultural ocupan un a posición dominada en el campo de poder: ése es un hecho importante que im ora n las
t e o r í as o r d i n a r i as d e l a r t e y d e l a l i t e r a t u r a . b , ara retra&cir en un
l e n m ia"i e m á s c o m ún ( u e ro i na de c ua do ).-.~ o d n aecir aue los artista s
y los escritores, y con mayor generalidad los intelectuales, son un
sector dominado de la clase dominante. Dominantes, en tant o que
poseedores del poder y d e los privilegios que confiere la posesión del
capital cultural y asimismo, por lo menos pa ra algunos de ent re ellos,
la posesión de u n volumen de capital cultural suficiente para ejercer
un poder sobre el capital cultural, los escritores y los art ista s son domina dos en s us relaciones con los que tienen poder político y económico. Pa ra evitar todo malentendido, debo precisar qu e esta dominación no se ejerce más, como en otro s tiempos, a travBs d e las relaciones person ales (como la del pinto r y el comanditario o del escritor y el
mecenas) sino que toma la forma de una dominaci6n estruct ural ejerc id aa tra vhs d ~ m e c a n i s m o s r nenerales,
~~
como los del mercado. Esta posición contradictoria de dom inantes-dom inados, de dominados
entr e los dominantes donde, para aprovechar la analogía con el campo político, de izquierda de l a derecha, explica la ambigüedad de sus
toma s de posesión, ligada a esta posición inestab le. En rebelión contr a aquellos que llam an los'%urgueses", son solidarios del orden bur-
..
1.46
gués, como se ve en todos los períodos de crisis en que s u capital específico y suposición en el orden social están verda deram ente nmenazad o s (b asta p en sar en la s to mas d e p o sicián d e lo s escrito res, au n d elo s
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
m& progresistas, como Zola, ante la Comuna).
La auton omía de los camp os de producción cultural, factor es-
para los pretendidos "intelectuales orgánicos" de los movimientos revolucionarios. la s alian zas fun dadas sobre la homolocia de ncsici6n
(dominante-d'ominado dominado) son siem pre más;ncierias, má s
frágiles, q u e l as so lid arid ad es fu n d ad as so b re la id en tid ad d e p o sición, y, por lo tan to, d e condición y d e habitus .
=
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tru ctu ral q u e d irig e la fo rma d e las lu ch as in ter n as al camp o , v aría
Siem pre ocurre que los inte reses específicos de los productores
considerableme nte según la s Bpocas en lam ism a sociedad, y según las
culturales, en la m edida e n que est án ligados a campos que, por la 16- slide pdf.c om
sociedades. Y, al mismo tiempo, l a fuerza relativa en el seno del cam-Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
g icas mism
a d e s u fu n cio n amien to , alien tan , favo recen o imp o n en la
DO de los dos oolos v el peso relativo de los roles asim ado s al artis ta
superación del inter6 s personal en se ntido ordinario, pueden llevarlos
o al in telectu al. PO; un ia do , en un extremo, con la f;nción de experaaccionespoliticas, ointelectuales,quepodríanllamarseuniversales.
to. o de técnico. a ue ofrece sus serviciossimb6licos al os dom inante síla
p;oducción cuít ira1 iene tam bién sus t6cnicos, como los artesan os del
P. -¿Qu6 cambio apo rta su teoria para la ciencia de la lite ratu ra, la
interpretación de la obra, para el espacio tradicional de la ciencia de
teatro b u r g u b so lo sfab rican tesd e literatu ra in d u strial), y p o rel o tro ,
en el otro extremo, cl rol, conquistado y defendido contra los dominanlaliteratu r a?Usted rech aza tan to lah erme n éu tica in tern a como lain tes, de pensador libre y crítico, de intelectual que se sirve de s u capitertextualidad, tant o el aná lisis esencialista como la "filosofía de la
biografía3'para retoma r los términos críticos que utiliza par a calificar
t a l e s ~ e c í f i c o .o n au istad o a l fav o r d e la au to n o mía v garantizado
Dor
la a u ~ o n o m í ~ m i sel~ camp
a
o, p ara in terv en ir en el terren o d e lap o .
el trab ajo d e S a rtr e so b re F lau b ert. Cu n n d o u sted cap ta "la o b ra d e
ar te en tonto expresión de campo en su otalidad", ¿que clase de conlítica, según el modelo de Zola o de Sartre .
secuencias tiene eso?
P.-Losintelectuales, en Alem aniaFe deral, se definen, alm eno s desde el movimiento del 68, como má s bien de izquierda, se .
pieasan por
R. -La teoría del campo conduce efectivamente a rechaz ar tant o
la puesta en relación directa de la biografía individual y la obra
oposici6nalaclasedominante. ~ s l o q u e a t e s t i & a n o r e j e m p l o e l ; m (o de la "clase social" de origen y de la obra) como el anális is interno
oacto relativamente mande de la "teoria critica" de la Escuela de
~r
an cf en
o r relaci6n
t filó sofoscon
co mo
Ern lisis
st Blo
. Usted
lessimb6licas.
asig n a a lo un
s inlurrar
telectuales.
su aná
dechlas
luchas
en el in terio r d e la clase d o min an te. El teatro d e esas lu ch as simb 2 licas, como usted dice, es "la clase dominantemisma"; se rat a, pues, de
"luchas de fracciones" en el interior de un a clase de la cual losintelectu ales fo rman u n a p arte. ¿Có mo lleg a a este an álisis? ¿Es q u e n o se
o lan tea la cu estió n d e las ~ o sib i lid ad es e au e el camDo literario o aly n a de su s partes ejerzan a lguna acción Sobre el campo del poder?
¿No es p recisamen te la p reten sió n d e u n a lite ratu ra co mp rometid a,
actu an te o realista?
R. -Los productores cultur ales tienen un poder específico, el poder
propiamente simbólico deh ace r ver y de hacer creer, de llevar a la luz,
alestadoexplícito, objetivado, experienciasmá s omenosconfusas,im p recisas,n o fo rmu lad as, h astain fo rmu lab les, d elm u n d o n atu r aly d el
mund o social, y de ese modo, de hacerla s existir. Pueden poner ese poder a l servicio de los dominantes. Pueden tamb ién, en l a lógica de su
lucha en el seno del camp o de poder, ponerlo al servicio de los dominados en el campo social tomado en s u conjunto: sabemos que los "artistas", d e Hu g o aM allarm é, d e Co u rb eta P icasso , id en tificaro n amen u do su s luchas de domina ntes-dominados contra los "burgueses" con
las lu ch as d e lo s d omin ad o s n ad a más. P ero , y esto es cierto tamb ién
148
ca esinseparable de un a aprehensión estructura l del autor correspondiente qu e es definido, en sus disposiciones y s us tomas de posición,
por la s relaciones objetivas que definen y determ inan su posición en
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
el espaciode producción y que d eter min anu orientan l as relaciones de
competenciaque mantiene con otros autores y el conjunto de las est ra-
dtae en
u nrelació
a o b ra nsin
g unlar
au ntoeld an
tu al,
es d ecir
la p utoesd eu
coon jun
e oálisis
b ras. Pino tertex
rq u eesn
ecesario
h acer
do
esto ju n to . P o stu lo q u e ex iste u n a co rresp o nd en cia b asta n te rig u ro sa,
un a homologia, e ntr e el espacio de las obras cons ideradas en s us diferen cias, su s d istan cia s(a lam an e ra d e la in tertex tu alid ad ), y el espacio de los productores y d e las instituc iones de producción, revis tas,
editoriales. etc.Alasdiferentesoosicionesenel campo deproducción .
que se puede definirlas tomando en cuenta el género practicado, la situación en ese rrénerolocalizada a travhs de loslurrares de ~ubi ica ció n
(editor, revista, galería, etc.) y losín dices de consagración, o, simplemen te, laa n ti we d ad d el a en trad a en elju eg o , pero tambiBn in d icad o res mhs exterio res, como el origen social y geográfico, que s e retr aducen en las posiciones ocupadas e n el seno del campo, corresponden
las posiciones toma das en el espacio de las modas de expresión, de las
formas litera rias o artística s (alejandrino u otro metro, rima o verso
libre, soneto o balada , etc), de los temas y, muy evidentemente , toda
su erte d e ín d ices fo rmales m ás su tiles q u e el an álisis literario trad icional ha señala dodesd e hacem ucho tiempo. Dicho de otromodo, para
leer ad ecu ad am en teu n a o b ra en la sin milarid ad d e su tex tu alid ad . es
necesario leerla consciente o inconscientemente en s u intertextuñlid ad .csd eclr a trav b sd e l sistemad e d istan cias o or el cu al ella se sitú n
en ei espacio de las obras contempcrá neas; perL esta le ctura diacriti149
Casan dra ve, esta representación vieja,pero intact ay actua ntei le parece importante? ¿Qué uso puede dar un escritor a s u t e o rí a ?
R. -El auto r es verdaderamente un creador, pero en un sentido muy
d i fe r en t e d e lo q u e e n t ie n d e ~ o llo
r la haaiomafía literaria o artisti-
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ca. hlanet, por ejemplo, ope ri una verdadera-revolución simbólica, al
tegias, formales especialmente, que hacen de 61 un verdad ero a rti sta
n io do d e c ie r t os ~ r o f e t a seligiosos o políticos. Tr asfor ma p rofundao un verdad ero escritor -por oposici6n.al a rti sta o al escritor "ingement
e la pdf.c
visión
s - slide
om del mundo, es deci r las categorías de percepción y de
nuos", como el aduanero Rousseau o Brisset, que no saben, hablan doBourdie u Pie r re Cosa s Dicha
apreciación del mun do, los principios de construcción del mun do sopropiamente, lo que hacen. Eso no significa que los arti stas no incial, la definición de lo que esimp orta ntey delo que no lo es, delo que
genuos, cuyo paradigma es, en m i opinión, Duchamp, sepan verdaderam ente todo lo que hacen, lo que llevaría a h acer d e ellos cínicos o
nierece se r repres entad o y d e lo que no lo merece. Por ejemplo, introduce e impone la representaci6n del mundo contemporáneo, los
impostores. Esne cesar ioy suficienteque est6n1'en aonda". que esten
hombres de galera y paragu as, el paisaje urbano, en s u trivialidad
al corriente de lo que se ha hecho y se hace en el campo, queten gan el
ordinaria. Eso en ruptu ra con todas lasjerarq uias, al a vez intelectua"sentido de la historia" del campo, de su pasado y tambien de s u porles y sociales, que identifican lo más noble (digno en t anto que ta l de
venir, d e sus desarrollos futuros, d e lo que es t4 por hacer. Todo eso es
scr representndo)con lomásantiguo,lasvestimentas a l a a n t i g u a , lo s
un a forma de sentid o del juego, q ue excluye el cinismo, que requ iere
yesos de los talleres d e pintu ra, los tem as obligados de la tradición
inclusive que se est6 tomado por el juego, tomado por el juego h ast a el
grieg a0 bíblica, etc. En este sentido, larevolución simbólica, que tras punto de adelant arse al porvenir. Pero quenoimplica de ningún modo
torna l a s e s t r u c t u r a s m e n t a l e s , q u e p e r t u r b a p r o f u n d am e n t e l o s c e re una teoria del juego e n tanto qu e juego (lo que bastaría para trasforbros -lo que explica la violencia de la s reacciones de la critica y del
ma r la ilhsiocomo inversión en eljuego, interds en el juego, en ilusión
público burgu6s-, puede ser llama da la revolución por excelencia.
p u r a y simple) ni siquiera una teoría deljuepo, de las leves semin las
Los críticos, que perciben y denuncian al pint or de vangua rdia como
cuales funciona y las estrategias racionulesque son necesarias para
un revolucionario político no tienen en absoluto la culpa, aun si la
t r i u n f a r e n 61. La no inaenuid ad no excluve un a form a de inocencia ...
Enrealiza
sum a, la
raledel
z~es
enci alm
que
se
ennatu
el seno
campo
haceente
queincrítica
s e puedadey la
s eproducción
deba leer todo
el campo. tanto el campo dela s omas deposici6n como el campo de las
posiciones, en cad a obra producida e n esa s condiciones. Esto im plica
que todas l as oposiciones que s e tiene costumbre de hacer entre lo
interno y lo externo, la hermeneutica y la sociología, el texto y el contexto, son totalmen te ficticias; est4n destin adas a justificar rechazos
sectarios, prejuicios inconscientes (y en part icular el aristocratismo
del lector que no quiere ensuciarse l as man os estudi ando la sociologia
de los productores) o, muy simplemente, la búsqueda del menor esfuerzo. Porque el metodo de análisis que propongo no puede renlmente ponerse en práctica sino al precio de un enorme trabaio. Reouiere
se haga todo lo que hacen ios adeptos de cada uno de-los mito dos
conocidos (lectura interna, andlisis biogr4fic0, etc.), en general al
nivel de un solo autor, y todo lo que es necesario h acer pa ra co nstruir
realmente el campo de las obras y el campo de los productores y el sistem a de l as relaciones que se establecen ent re esos dos coniuntos de
relaciones.
revolución
simbólica
á destinad a,la mEl
ayor
partde
e del
tiempo, a quenombrnr,en
parda r acantona
da en el est
dominiosimbólico.
poder
ticular de nombrar lo innombrable, lo que todavía no se percibe o es
rechazado, es un poder considerable. Las palabras, decía Sartr e, pueden hacer estragos. E s el caso por ejemplo cuando hace n existir públicamente, por lo tan to abiertamen te, oficialmente, cuado hacen v er o
prever cosas que no existían sino en estado implícito, confuso, hasta
rechazado. Representar, sacar a luz, producir, no es u n asu nto pequeno. Y se puede, en e ste sentido, hab lar d e creación.
lug ar ocupa, según usted , el sujeto que produce l a iter atuP. -¿$u6
ra o el arte? La vieja representació n del escrito r como "creador de lo
simb6lico", como aquel que "nombra" o q ue "ve" en el sentido en q ue
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
separa a los profesionales y los profanos. El profesional tiende a
"odiar" al "vulgar profano" que lo niega e n tan to que profesional al
prescindir d e su s servicios: está dispuesto a denu nciar todas las forma s de "esp ontaneísm o" (político, religioso, filosófico, artístic o), que
tienden a desposeerlo del monopolio de la producción legítima de bie-
75/100
Los usos del "pueblo"l6
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Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
Para arrojar un a cierta claridad sobre las discusiones a propósito del "pueblo" y de lo "popular", es suficiente te ner e n men te qu e el
"pueblo" o lo "popular" ("arte popular", "religión popular", "me dicina
popular", etc) es an te todo una de las apue stas de lucha entre los intelectuales. El de ser od e sentirseautorizado pa raha blard el "pueblo",
o a hablar para (en el doble sentido) el "pueblo", puede c onstitu ir, de
por sí, una fuerza en las luchas internas en los diferentes campos, político, religioso, nrtístico, etc.- fuerz a tanto má s gra nde cuanto m i s
dBbil es la autonom ía re lativa del campo considerado. Máxima en el
campo político, donde se pu ede jugar con todas la s ambigüedades d e
la palabra"p ueblo" ('' clases populares", pro letaria do, o nación, V o l k ) ,
es mínima en el campo literario o artístico llegado a un alto grado de
autonomía
el Bxito "popular"
e ntrtor
añ (sabe
a una mos
for ma
devaluación. hast a ddonde
e descalificación.
del oroduc
oorde
eiemolo
los
esfuérzos que debió hacer ~ o i ai r a r e ha b il it ar lo " p ~ p u l ~ f'inver'
tir la imacen domin ante en el camoo). El camoo
. relirioso se sitiia entre los dos, pero no ignora co mpletamente la contradicción e ntre la s
exigencias inter nas q ue llevan a b uscar lo raro , lo distinguido, lo separado-por ejemplo, un a religión depu rada y espiritualizada-y las
exigencias externa s, a m enud o descr itas como "comerciales", que im pulsan a ofrecer a la clientela profana m ás desprov ista culturalmente un a religión ritualista d e fuertes connotaciones mágicas (la de la s
grand es peregrinaciones "populares", de Lourde s, Lisieux, etc., por
ejemplo).
Segu nda proposición: la s tom as de posición sobre"e1 pueblo" o lo
~
~
~
.
~
-~
"popular"
n s u ino
forma
su contenido
inpo
tereses
especificos ligadosdependen
en prime reterm
a laypertene
ncia al de
cam
de producción
cultural y a continuación a la posición ocupada en el seno de ese
campo. Más allá de todo lo aue los opone.. los especialistas estdn de
acuerdo por lo menos en reivindicar el monopolio de la competencia
legítima que los define adecu adam ente y en recordar la fro ntera que
" Cornunicneidn pmscnindo por lo Asocincidn dccstudinntcv pmicotnnicu dc Pn.
rlr, cl 7 d c ju n io d c 1983, y publicado cn Aelcs dc lo rechorclio en seioicrs soe8<ilrr,6 2 .
53, junin dc198.I.
lasr egi one s dorninnd as deleSpaciosocial pueden, con poeibilidatles<Ie
Exito tanto m i s débiles cuanto mayor e s la auto nomir ~ el crinipo eonsiderado, ugar con su supu esta proximidad al pueblo, a Innianera dc
Michelet que intenta con vertir el estigma en e mblema, al reivindicar
orgullosamente s us orígenes, y que se sirve de "su" "pueblo" y d e s u
"sentido de pueblo" par a impon erse en el campo intelectual. Intelec-
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
nes o de servicios. Los detentadore s de la competencia legítima está n
listos par a movilizarse contra todo lo que pued e favorecer el autoconsumo popular (magia, "medicina popular", automedicación, etc). Así,
losclBrigos está n siempreinclinados a co ndena r comomagia o superstición ritualista y a someter a una "depuración" las prácticas religiosas
que,el"desinterés"o,como
desde el pu nto de vista
de los
virtuosos
no
manif iestan
se dice
en otra
s partesreligiosos,
, lasudis tancia", asociada a la idea q ue se hacen d e la práctica aceptable.
Si o "popular" negativo, es decir "vulgar", se define as ían te todo
como el co"junto de Ios~bienes de los seriicios cultur ales que repres e n ta n o b s t d c u i o s ~ a r aa i m~osi ci ón e l eci ti midad po rl ac ~a lo s profesionales tio-d ena produc$ el mercado(tanto como a conquistnrlo)
creando l a necesidad de s us propios productos, lo "popular" yositivo
(por ejempl? la p intur a "ingenua" o lam úsi ca "folk") es =! producto de
unain versió n de signo que ciertos clBrigos, am enu do dominados en el
campo de los especialistas (y provenientes d e regiones dominad as del
espacio social), operan con un a preocupación de rehabilitación que e s
i n se p a ra b le de l a ~ r e o c u ~ n c i ó nor s u propio ennoblecimiento. For
ejemplo, en los añ& 30 ,la "e sc ue ~ populjstn" de los Louis Lemonnier,
Andr eThe rive o Euccn c Dabit (todos d e orice n social muy baio Y dcsprovistos de escolar~dad )e define contr a la>ovela psicol(igi& Üristocrdtica y mu nda na (y tambiBn contra el naturalismo , al cual reprocha
su s excesos), como Ia"escue1a proletaria" de Henr i Poulaille se definirá contra el populismo al cual le reprocha su espíritu pequeño bur gu6s. La mayor part e de los discursos que se hicieron o se hacen e n
favor del "pueblo" provienen de product3rss qc;a ocupan posiciones
dominadas en el campo de producción. Y, como lo mostró muy bien
RBmy Ponton a propósito de los novelistas regionalistns, el "pueblo"
má s o menos idealizado es a m enudo un refugio con tra el fracaso o la
exclusión. S e observainclusivequelarelación ue los productoresque
salieron de 61 mantienen con "el pueblo" tiende a variar, en el curso
mismo de s u vida, según l as fluctuaciones de su capital simbólico en
el
campo (se podría mostrarlo a propósito del caso ejemplar
de seno
Leóndel
Cladel).
Las diferentes representaciones del pueblo aparecen así como
otras tan tas expresiones transformadas (en función de :as cen suras y
normas formal es propi as de cada campo) de una re l a d n fundamental con el pueblo qu e depende de l a posición ocupada en el campo de
los especialistas-y, má s amp liamen te, en el campo social- as í como
de la rayectoria que condujo a esa posición. Los escritores salidos de
Se comprende que el aiiilisispr evio de larelación objetiva con el
objeto se imponede nianera particularmenteimperativaal investigador si quiere escapar n la alterna tiva del etnocentrisnio de clase y del
populismo, que es su forma inversa. Inspirado por la inquietud de
rehabilitar,elpopulismo, uepuede también tomar laforma de un re-
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tual consagrado (adiferencia, porejemplo,delospopulistaso d e l a m n yor pa rte de los novelistas regionalisbas, devueltos a s u región y a s u
"pais"porelfracaso), estáencondicionesdereivindicarcon orgullo su s
origenes pobres, sab iendo que no puede sino obtener de ello numento
ción:interesándose en mo strar que Uel ueblo" no tiene nada que envidiar alos"burguese sn en materia d e cultur ay de distinción, olvida que
su s búsqueda s cosmbticas o estéticas son descalificadas de antem ano
como excesivas, mal ubicadas , o desplazadas, en un juego donde los
dom
inan
momento
la regla
del juego
yo
gano;inantes
cara, túdeterm
pierdes)
pora scada
u existencia
misma,
midiendo
la s(seca,
búsquedas con la regla de la discreción y la simplicidad con la norm a de l
refinamiento.
Se objetaráque se pued esalir dees tejuegode espejos por la búsauedadirecta.Y o e d i r a l " o u e b l o " o u c a r b i t r c d e a l c u n amanera en las
fuchas de los intelectualeS por él. @era todo lo quedicen las p ersonas
comúnmente d esigna das como "el pueblo" es re almen te "popular" y
todo lo que sale de la boca del "pueblo" "verdndero" es la verdad verdade ra del "pueblon?A riesgo de da r a losfariseos de la "causa del pueblo" alguna ocasión de afir mar s us buenos sentimientos condenando
este aten tado iconoclasta contra la imaginería populista, dir6 que na da es menos seguro. Se lo ve hien cuando los campesinos, en quie nes
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
demér
desta
rareza(lo
obligaadisculparse
ante
tiasnquienes no itoy
les gu
ver a suquelo
familia
asi menosprecinda
..J.sus
Siendo
asi, su
exaltación del pueblo no expresa tanto "el oueblo" conio la exveriencia de un do ble corte, con ei"pueblo" (la siente mu y temprano, como
bien lo mues tra Viallaneix).,"v con el mundo intelectual.
Pero e s evidentemente e n el campo politico que el uso del "pueb l o " ~ e lo"populnr"esmásdirectamente rentable y la historiade las
luc has en el seno de los partidos vrocr esistas o de los sindicatos obreros testimonia la eficacia simbólica &l obrerismo: esta estra tegia permite a aau ellos Quepueden re ivindicar un a forma de oroxiniidad con
los domiñados ciloc;rse como poseedores de un a suer¿e de derecho de
precedencia sobre el pueblo, y, por ende, de u na misión exclusivu, al
mismo tiempoque deins taura r en norma universal los modos de pensamie nto y de expresión que le fueron impuestos por condiciones de
adauisición poco favorables al refinam iento intelectual: oero
. es tnmbibñ lo que les permite asu mir o reivindicar todo lo Que os s epa ra de
sus competidores al mismo tiempo que enmascarar-y en primer termino ante ellos mismos-el corte con "el oueblo"aue está inscrito en
el acceso al rol de portavoz .
En es e caso como en todos los otros, la relación con los orígenes
es vivida de man era demasiado visceral-v dramótica- oara aue se
pueda describir es ta estrate gia como el resultado de un cájculo chico.
E n r ea li da d , e l ~ r i n c i ~ i eo lasdiferentes maneras de situarsecon rel ac i6 n a l " p ~ e b i ~ "ráte
, se del obrerismo populista o del humo r volkisch del "revolucionario conservad or" y de todos los "derechos populares", reside todavía y siempre en la lógica de la lucha en el seno de l
campo de los especialistas, es decir, en este caso, en esa form a mu y
particu
lar de antiintelectualismo
quedel
inspir
a adeveces
losintele
ctuales de primera
generación el horror
estilo
vidaaarti
sta (Proudhon, Pareto y muchos otros denuncia la "pomocracia") y del juego
intelectual, de lejos idealizado, que puede ir has tn el odio revanchista de. todos los Hussonnet jdanovianos cuando se nu tre del resentimiento suscitado por la quiebra de las em presas intelectuales o el
fracaso en la integración a l grupo intelectual do minan te (puede pensars e aqu í en e l caso de CBline).
~~
~~
~
~
(le1 camp o politico. Y volvenios asi a encontrarnos e n el punto de partida , mu y lejos en todo caso del "pueblo" tal como lo concibe la iniaginación populista.
En su ma, la"cu1tura popular", es el tintero ... as categorias inismas que se emplean p ara pensarla. las cuestioiies que se le plantean,
son inadecuadas. M ás que h ablar en general sobre la "cultura popu-
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
~
la tradición "revolucionnria conservadora"
a queridoofela
siemp
re ver la
encamaci6ndeloautbntico,despachan
con htodibuen
s expresiones literarias desgastndas de la s redacciones de escuela primaria o de
la vulrrataruralistn, paleo o neoecológica, que les fue tras mitid a e inc u l c a ~ a p o rl trabajo de variasgeneruciones de intermediar ios culturales, maestros, curas, educadores, J.A.C., etc. y que, si se ha ce s u genealoma. se remonta ha stn e sa categoría muy pa rticular de au tores
quefricu entan los ma nuales de escuela primaria, novelistasregiona.
listas. ooe tasmenores.a menudo Ilegndosn lacelebración del"puebloU
y de las virtudes 'pop~lares" por sÜincapacidad (a m enudo imputable a orígenes "populares" o pequeiioburyeses) de triunfar en los
gbneros mayores. Y lo mismo vale pa ra el discurso obrero, au n si, por
intermediodel sindicalista o de la escuelade partido, debe más nM arx
o a Zola aue a Jea n Aicard. Ern est Perrochon, Lean Richepin o Fra ncois cop ie. Para comprender ese discurso, que el registro populista
(destinado oor el triunfo de la literatura a l mam etófon o v a la moda
de las historias de vida) constituye en sustanciñ últim a, es necesario
volver a captar todo el sistema de relaciones del cual es producto, todo el coniuntode lascondiciones socialesde producción de los productores de[ discurso (en particular, la es cue lapr imar ia) y del discurso
mismo, por lo tant o todo el campo de producción del disc urso sobre el
"pueblo", especialmente las regiones dom inadas del canipo literario y
dominados, y no se sale de ella. En realidad, s er ia má s complicado todavía, pero creo que es bastan te par a confundir un poco lascatego rias
simples,especialmentelaoposición elaresiste nciay lasumisión,con
las cuales se piensan ge neralmente estas cuestiones. L a resistencia se
sitúa en terrenos muy distintos del de la c ultura en sentido estricto,
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lar". to mar6 el ejemplo d e lo que se llnma l a "lengua popular".
Aque~~
llos qu e se rebe lan co ntra los efectos de dominación que se ejercen a
través del empleo de In le n w a leg ítimaarrib an a men u d o n u n a su erte de inversión de lar el ac i~ n e fÜena simbólica y creen hacer bien al
co
n sag rar co
tal el
la argot.
leny aEstainversión
o minad a, p ordeejemplo
en as
su folos
rmam
ás
autónoma,
esmo
decir
lasventaj
incony
venientes, que se observa también en materia de cu ltura cuando se
hab lade "cul tura popular", es también un efecto de la dominación. Es
paradójico en efecto definir la le n y a dominada con relación a l a leny a o min an te q u e n o se d efin e ella misma n iás q u e p o r referencia a
la l e n y a d o min ad a. No h ay en efecto o tra d efin ició n d e la len y a egítinin, sino que es rechazo de la lengua dom inada, con la cual instituye un a relación que es la de la cultura con la nnturuleza: no es por
azar qu e se habla de palabras "crudas" o de "leny a erde". Lo que se
llama "lenmia popular", son modos de hablar aue . desde el uunto de
vista de la ¡en ya do mi na nte , aparecen como nntu;ales, salvijes, bárbaras, vulgares. Y aquellos qae, por la preocupación de rehab ~li tnrl a,
timonian toda s la s form as de"contracultura", que, podría mostrarlo,
suponen siempre un cierto capital cultural. Y toma las formas m6 s
in esp erad as, h asta el p u n to d e resu ltar más o men o sin v isib lep arau n
ojo cultivado.
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
lleva
hablana los
de lengua
grupos oestigmatiz
de cul turaados
populares
a reivindicar
son victimns
el estigma
de lacoino
Iócicasigno
que
d e s u id en tid ad .
Forma dis tin yi da -a los ojos mismos de nl yn os de los dominantes- de la le n y a "vulgar", el argot es el producto de una búsqueda d e la distinción, pero dominada, y condenada, por este hecho,
a producir efectos paradójicos, que no se pueden comprender cuando
se quiere encerrarlos en la alternativa de la resistencia o de la
sumisión q ue rige la reflexión ordinaria sobre la "lengua popular".
Cuando la bú queda dominada de la distinción lleva a los doniinados
a a f i r m a r l o q u e l o s d i s t i n y e , e s decir esomism oennom brede lo cunl
ellos son dominado s y constituidos como vulgares, ¿hay que hablar de
resistencia? Dicho de otro modo, si, pa ra resistir, no tengo otro recurso que reivindicar eso en nombre de lo cual soy dominado, jse tra ta de
resistencia? Segun da pregunta : cuando, a la inversa, los dominados
trabaja n pa ra perd er lo que los señala como "vulgares" y para apropiarse de eso con relación a lo cunl aparecen como vulgares (por ejemplo, en Fr ancia, el acento parisiense), jes sum isión? Pienso que es una
contradicción insoluble: esta contradicción, qu e est á inscrita e n la
lógica misma de la dominación simbólica, no quieren admitirla las
personas qu e hab lan d e "cultura popular". La resistencia puede ser
alienan te y la sumisión puede ser liberadora. T al es la paradoja de los
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
sen tan te existe, porque representa (acción simb6lica), el pu p o representado. simbolizado. existe v hace existir a su vez a s u representante como ;epresentan<e d e ungrupo. Se ve en esta relación circular la
raíz dela ilusión qu ehacequ e, en ellímite, el portavoz puedaaparecer
v aparecerse
como causa sui, puesto que e s la causa de lo que produce su poder, puesto q ue el gr ioo q ue le otorga sus poderes no existiría
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La delegación
-o. en todo caso. no existiría plenamen te, en tant o que grupo
- representado- si no estuviase allí para encarnarlo.
Es ta s uerte de círculo original de la representaci6n h a sido
ocultado: se o h a reemplazado por multitud de cuestiones, de las cua-
y el fetichismo político
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Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
La delegaci6n por la cual u na persona d e poder, como se dice, a
otra persona, la transferencia de poder por la cual un mand ante al1toriza a uii mandatario para firmar en sulugar, para actuar eii su ugar, para hablar en su lugar, le da un a procuración, es decir la plena
potentia agend i, el pleno poder de actu ar por ella, es un acto complejo que m erece se r reflexionado. El plenipotenciario, ministro, m andatario, delegado, portavoz, diputado, parlamentario, es un a persona
que tiene u na mandato, un a comisi6n o una procuraci6n p ara represen tar -palabra extraordinariam ente polis6mica-. es decir Dara
hacer ve ry hacer valer los intereses de un a persona o de un
Pe ro si es cierto que delegar es encarcara alm ien de una función. de una
misi6n, transm iti6ndóle su poder;hay
preguntar c6mo piede ser
que
el
mandatario
pueda
tener
poder
sobr
ue lepersona
da poder.
Cua ndo el acto de delegaci6n está cumplido eaquel
por unaqsola
en
favor de una sola persona, las cosas son relativamente claras. Pero
cuando un a sola persona es depositaria de los uoderes de un a cantidad
de >ersonas, puede ser invesiida de un poder que trasciende a cada
uno de sus mandantes. Y, al mismo tiempo, puede ser de algun a mane ra un a encarnación de esta especie de trascendencia de lo social aue
los durkheimianos han mencionado a menudo.
Pero esto n o es todo, y la relación de delegaci6n corre el riesgo de disimular la verdad de la relaci6n de representación y la parad o ja d e las situ acio n es en las q u e u n grupo no puede existir s ino por
la delegación en una persona singula r -el secretario general, el Papa, etc.- que puede actua r como persona moral, es decir como sustituto de lgrupo. E n todos estos casos, según laecuaci6n que establecian
la s canonistas -la Iglesia, es el Papa-, en apariencia, el grupo hace
al h o mb re q u e h ab la en su lu g ar, en su n o mb re - e s el p ensamien to
en t6rminosdedelegación-, mient rasqueen realidad escasi tan verdadero decir que es el portavoz quien hace el grupo. Porque el repre-
Comunicaci6n presentadn por la Asociaci6n de estudiantes pmtestontes de Pn
rls, e1 7 de junio de 1983, y pubiicadn enAcles de la recherche en sciencas sociales, 62le
63. junio de 1984.
Así, Indelegnci6n eselacto por el cualung rupo se hacealdot arse
deese coniunto decosas aue hacen los muvos. es decir unnDermanencia y
un bÜr6 en todos los sentidos del t6rmino, y ante
todo en el sentido de modo de oreanización burocrótica. con sello. si.
gla, firma, delecacidn de firma,-timbre oficial, etc. EI'LTUDO exice
éuando se ha dotado de un órgono permanente de repris~ntanción
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
les
ás comúndel
esfetichismo
la cuestiónpolitico
de la toma
de conciencia.
Se ha
tadolalamcuesti6n
y el proceso
al term ino
deloculcual
los individuos se constituyen (o son constituidos) en tan to grupo pero
perdiendo el control sobr e~elgru poen por elcualseconstituyen. Hay
un a sue rte de antino mia inh erente a los politico que obedece al hecho
de que los iiidividuos-y ta nt om ás cuanto má s desprovistos est6nnooueden constituirse (oserconstituidos)en tantom upo, es decir en
tan't o fuerza cap az de hacers e oír y de hablar y de &r escuchada, sino desposey6ndose e n provecho de u n portavoz. Es necesario siempre
arriestrar la alienaci6n ~o li ti ca ara escapar a la alienación política.
(En realidad, esta antinomia noexi ste redm ente sino para los dominados. Se oodría. nar a simolificar. decir que los dominan tes existen
siempre, mientras que 10s dominados no existen má s que si se movilizan
l o s ~ eor iseo ddotan
o s e restauración
de instrum entos
que siguen
d e representaci6n.
a la s grandes Salvo
crisis,quizás
los domien
nañ tes tienen inte res en dejÜr hacér, en las estrate gias independientes v aisladas de agentes a auienes les basta con ser razonables para
;er;acionales y repro duci r el orden establecido).
El trabajo de delegaci6n, a l ser olvidado e ignorado, se va.ilve el
principio de la alienación política. Los mand atarios y losministros, en
el sentido de min istros del culto o de ministros del Estado, son, según
la fórmula deM arxap rop6s ito delfetichismo, esos"productosde la cabeza del hombre q ue aparecen como dotados de una vida propia". Los
fetiches políticos son personas, cosas, seres, que parecen no deber sino
a ellos mismos un a existencia que los agentes sociales les han dado;
13s ma nda ntes adoran a s u propia criatu ra. La idolatría política rcside -urecisame
nte en el hecho de aue el valor que est6 en el personaje
.
politico, ese producto de la cabeza del hombre, aparece como un a misteriosa propiedad objetiva de la persona, un encanto, un ca risma; el
ministerium aparece comomysterium. Aquinuevamente podría citar
a Marx, cung ran o salis, segur amen te, porque c,;i toda evidencia sus
aní lis is del fetichisiiio no a pun tan (y con motivo) al fetichismo político. Marx decía, en ei mismo pasaje celebre: "El valor no lleva escrito
enla fren telc que es". Definici6nmismadelcarisma,esasuerte de poder que parece ser para sí mismo s, propio principio.
no se na sino ooraue imor nn a nieiiudo las cuestiones a la s cuales el
mandatario d ~ b e ~ á r e ~ p o n d e r , c o n f i a n e n 6nl
1 . a tradición medieval,
esta fe de los mandatarios au e confían en la institución se llamaba fides irnr>licita.Ex ~r es ió n kn ífi ca que se puede transponer muy idcilmeite a la polftica. C ua n6 mds desposeídas son lasp erso nas~c ulturalmente sobre todo. mds oblicadns e inclinadas están a confiar en
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dotado de la plennuotentia aae ndi v del siaillum ounthenticum. oor
lo tanto capaz de süsti tuir (hablar por, es Kablar en lugar de) al'&po serial, hecho de individuos separados y aislados, en renovacióh
constante, no pudiendo actuar y hablar sino por ellos mismos. Segun-
los mandatarios p ara te ner una-palabra política.
En realidad, los individuos en estado aislado. silenciosos, sin palabra, que no tienen ni l a capacidad ni el poder de hacerse escuchar,
dehacerseoír, s o n c o l o c a d o s a nt e l a a l t e m a t i v a de c a l l a r s e o d e s e r ha -
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
do acto
delegación,
quepor
esmuchom
escondido
y sobre
el cual tendr6
quede
volver,
es el ncto
el cual laás
realidad
social
así constituida,
el partido, la Iglesia, etc., man datará a un individuo. Empleo la palabra matidato burocrdtico con propósito deliberado, será el secretario
-buróvam uy bien con secretario-, sera elministro, el secretariogeneral, ete6tera. Ya no es el mandante quien designa su delegado, sino
la oficina quien mandata a un plenipotenciario. Explorar6 esta especie de caja negra: primeramente, el pasaje de los sujetos atomisticos
al bur6, en segundo lugar, el pasnje del buró al secretario. Para nnalizar estos dos mecanismos, tenemos un paradigma que es el de la Iglcsia. La Iglesia, y a travbs de ella cada uno de sus miembros, posee el
"monopoliode lamanipulación legítimade los bienesde salvaciQn".La
delegación, eii este caso. es el ncto por el cual la Iglesia (y no los simples fieles) delega al ministro el poder de actuar en su lugar.
.¿En qu6 consiste el misterio del ministerio? El mandatario se
vuelve, por la delegación inconsciente -hago como si fuese inconsciente, por las necesidades de la exposición, por un artefacto análogo
a la idea de contrato social-, capaz de actunr en sustitu to del grupo
de sus mandantes. Dicho de otro modo, el mandatario está de alguna
manera en una relaci6n de metonimia con el grupo, es una parte del
grupo que puede funcionar en tanto que signo en el lugar de la totalidad del grupo. Puede funcionar en tan to que signo pasivo, objetivo,
que significa,manifiestaIaexistenciade susmandan tes, en tanto que
representante, en tanto que grupo iii effigie (decir que la C.G.T fue
recibida en el Elíseo, es decir que el signo fue recibido en el lugar de
la cosa significada). Pero, ademds, es un signo que habla, que, en tanto portavoz, puededecir loquees, loquehace,lo que representa, lo que
blados.
En el caso límite de los grupos dominados, el acto de simbolizaci6n por el cual se constituye el portavoz, la constituci6n del "movimiento", es contemporáneo de la constituci6n del grupo; el signo hace
la cosa significada, el significante se identifica con la cosa significada
que no existiría sin 61, que se reduce a61.El simificnnteno es solamente aquel queexpresa y representa algrupo sibifi cado; es lo que 61sig.
nificaexistir. loaue tieneel ~o d er delamara laexistencia visible. movilizándolo, a1 grupo que significa. Es el único que, bajo ciertns cóndiciones, al us ar del poder que le confierela delegación, puede movilizar
al grupo: es la manifestaci6n. Cuando dice: "Voy a mostrarles que soy
representativo, presentdndoles a las perso nns~que epresento" (es el
eterno debate sobre el número de man ifestantes), el portavoz manifiesta sulegi timida dal manifestar a aquellos que 1'0 delegan. Pero tiene ese poder de manifestar a los manifestantes porque es, en cierto
modo, el grupo que manifiesta.
Dichode otra manera, se puedemostrarloigualmente bien delos
cuadros. como lo hizo Luc Boltanski. aue del ~roleta riado . delos orofesores, én muchos casos, parasali rde la exiStencinque ~ a r t r elamaba serial paraacceder alaexistenciacolectiva,nohay otrocaminoque
pasar por el portavoz. La objetivaci6n en un "movimiento",una "organización", esloqueporunafictiojuris típica de lam agia social, permite una simple collectiopersonarumplurium existir como una persona
moral, como un agente social.
Usar6 un ejemplo tomado de la política más cotidiana, la mas ordinaria, l a que tenemos a la vista todos los días. Eso para hacerme
comprender pero tambi6n a riesgo de se r demasiado fdcilmente com-
Y cuando
61 se representa
representar.
dice quede"la
fue recibidaen
el Elíseo",
se quiere decir
que else
conjunto
losC.G.T.
miembros
de
la organizaci6n fueron expresados de dos maneras: en el hecho de la
manifestnci6n. de la ~re se nc in e los representantes. v eventualmente, en el discursodel ;epresentnnte. Y, al mismo tiempo, seve bien c6mo la ~osi bilidad e desviación estd inscrita en el hecho mismo de In
delegación. En la medida en que, en la mayor parte de los hecho de delegaci6n. los mandantes hacen un cheque en blanco n su mandatario,
prendido,
esa semicomprensión
que en
es so
el obstáculo
verdadera.común
Lo difícil,
cio lo~ a. sprinciIleear
pal para ladecomprensi6n
a pensar de modo completamente extrañado, desconcertado, cocas
que se había creído comorender desde siemore. Por e sta raz6n es necesario aveces comenza; por lo más difícil para comprender verdnderament e lo más fdcil. Vov a mi eiemolo: dur ante los acontecimientos
demayode1968,sevio s¿rgir a ; n ~ .Bayet que, alolargo delasuj ornadas", no ces6 de expresar a los catedr6ticos en tan to que presiden-
~
~
~
~~~~~~
~
~~~~
160
te de l a Sociedad de catedráticos, sociedad que, por lo menos en es a
Bpoca, no tenía prtícticamente base. Tenemos allí un caso de usurpación típica, con un personaje que hace creer (¿a quibn? por lo menos
a la pr ensa que no reconoce y no conoce sino a portavoces, des tinan los otros au-pie
l as r"opinioneslibres")
que tie ne "detrtís d e 61" un g rupo
http://slide pdf.c om/redo
a dea
r/full/bourdie
re -c osa s-dicha s
por el hecho de que puede hablar en su nombre, en ta nto que
~ - ~ ~ ~ - - -
161
sin du da lo que hace que todos los miembros influyentes de los partidos tengan un aire de familia. Hay una su erte de mala fe estructural
del mandatario que, par a apropiarse de la autoridad del grupo, debe
identificarse con elgrupo,reducirsealgnipoqueloautoriza. Peroquisiera ciiar a Kant que, en La religión en los llmites de lasimple razdn ",
sefíala que u na Iglesia que estuviese fundada en la fe incondicionada,
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moral, sin se r desmentido por nadie (se tocan aqu í los límites: puede
estar h n t o mtís al abrigo del desmentido cuando menos adheie ntes
tiene. al manifestar l a ausencia de desmentido. en realidad la ausencia dé adherentes). iQu6 s e puede hacer con 4 hombre como ese? Se
y no en una fe racional, no tendríaUservidores"(ministri) ino "funcionarios de alto grado q ue ordenan (oficiales)y que, a un cuando no apaBourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
recen en todo el brillo de la erarquía" como en l a iglesia protestan te,
y "se erigen en palabras contra tal pretensión, quieren por lo menos
puede
protestar públicame&,
se puede
una demanda.
ser considerados como los únicos exbzetas autorizad os de las Es critudo
los miembros
delpartido comunista
quiniciar
ieren desem
barazars eCuande su
ras sagradas" y transforman as í 'eiservicio de la Iglesia (ministecomit6, son enviados al serial, a la recurrencia, al es tatut o de indivirium) en un a dominación de sus miembros (imperium), si bien, pa ra
duos aislados que deben dotarse de un portavoz, de una oficina, de un
disimularestausurpaci6n,
sesirven del titulomodestodeservidores".
grupo para desembarazarse del portavoz, de la oficina, del grupo (es
El misterio del ministerio no actú a sino a condición de que el minislo que la mayor p arte de los movimientos, y en parti cular los movitro disimule su usurpaci6n, y el imperium que ella le confiere, afirmientos socialistas, denunciaron siempre como el pecado capital, el
mhndose como simple y humilde min istro. La desviaci6n en provecho
"fraccionismo"). Dicho de otromodo, ¿qu6 se puede hacer par a combade la posición no es posible sino por
de la persona de las
tir la usuroación de los ~ort avoc esutorizados? Existen. seeuramenla razón de aue disimula: es la definición misma del poder simb6lico.
te, las respuestas indiGduales contra todas las formas d e aplastaUn poder sihbd lico es un pod er que supone el reconocimiento, es demientop or lo colectivo,exit an d voice, como dice Albert Hirs chman, l a
cir el desconocimiento de la violen cia que se ejerce a t rav6s de 81. Por
salida ol a protesta. Pero sem ed e ambibn fundar otra sociedad. Si se
lo tanto, laviolencia simbólicadel ministro no puede ejercerse sino con
dirigen a ros diarios de la ipoca, verán que, hacia el 20 de mayo de
esa s uert e de complicidad que le otorgan, por el efecto del desconoci1968, se vio aparecer otr a Sociedad de catedráticos con un secretario
~
general, u n sello, una oficina, etc6tera. No se sale de eso.
Por lo tanto, e sta su erte de acto originario de constitución, en el
doble sentido, filosóficoy político, que rep resen ta l a delegación, es un
acto de magia que permite hacer existir lo que no era sino una colección de personas plurales, una serie de individuos yuxtapuestos, bajo l a forma de una perso na ficticia, una corporaci6n, un cuerpo, un
cuerpo místico encarn ado en uno (o mtís) cuerpos biol6gico (S),Corpus
corporatum in corpore corporato.
La
utcmnsagraci6n del mandatario
Habiendo mostrado cómo la usurpaci6n est a en estado potencial
en lugar,
favor yquien
en la delegación,
cómo el hecho
de hablar por
e s decir
nombre
de alguien-implica
la propensi6n
de-hablar
en su
siera mencionar las estrategias universales por las cuales el mandatario tiende a autoconsagrase. Par a poder identificarse con el grupo y
decir "yo soy el grupon, Yyo soy, luego el grupo es", el mand atar io debe de algun amane ra an ulars e en el grupo, entregar su persona al grnpo, cla:iiar y proclamar: "No existo sino por el grupo". La usurpación
del mandatario es necesariamente modesta, supone la modestia. Es
miento
que alie nta la denegaci6n, aquellos sobre quienes esta violencia
se ejerce.
Nietzsche dice muy bien esto enE1Anticristo, que es menos una
crítica del cristianismo que una critica del mandatario, del delegado,
al ser el ministro del culto católico la encarnación del mandatario:
razón por l a cual se la s toma obsesivamente en ese libro con el sacerdote y la hipocresía sacerdotal y con las estrategias por l as cuales el
mandatario se absolutiza, se autoconsagra. Primer procedimiento
que puede emplear elministr o, el quecons iste en hacerce aparece r como necesario. Kantmenc iona ba ya la invocaci6n de la necesidad de la
ex6 ~esi s, e lalecturaleg ítima. Nietzsche la designa netamente: "Esto s ~ v a n ~ e l i o so, se pueden leer con demasiada pm dencia, tie nen su
dificultad detr ás de cada pal abran. Lo que sugiere Nietzsche es que,
paraautoconsagrarse como interprete necesario, el intermediario deY. para esto, es necebe oroducir la neced ad de su ~ r o ~ iroducto.
o
iahoq uepro duzca la dificultadque s&á el único &poder resolver. El
mandata rio opera así -cito todavía a Nietzsche- una utransformación de sí en sagrado". Par a hacer se ntir s u necesidad, el manhdtario
recurre tambibn a la est rategia de la "devoción impersonal". "Nada es
más profundamente, íntim amente minoso que el "deber impersonal",
.
..-
l7
~
Vrin, 1979, pAg. 211-218.
,
163
el sacrificioant e el Moloch de la abstracci6n". El man datar io es el que
se asigna t area s sagradas: "En casi todos los pueblos, el fi16sofo no es
sino la prolongaci6n del tipo sacerdotal, y esta herencia del sacerdote, pagarse en falsa moneda, no nos sorprenderá más. Cuando se tiehttp://slide pdf.c om/re anen
de r/full/bourdie
u-pie r re -cla
osa
s-dicha
s
tar eas sagradas,
de
enmendar,
de salvar, de redimir al hombre,
C..) jno s e salva uno mismo por un a ta rea parecida?".
de reprimenda, de culpabilización, que es un a de las ventajas del militante.
En suma, el efecto de ordculo es uno de esos fenómeno sque tenemos la ilusi6n de comprender demasiado rópido -todos hemos oído
habla r de la Pitia, de los sacerdotes que interp retan el discurso oracular- y no sabemos reconocerlo en el conjunto de las situacion es en
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lascualesalguien habla en nombredealgunacosa quehace existirpor
Estas estrategias del sacerdocio ien en todas porfundamento la
mala fe, en el sentido sartreano del termino, la mentira a sí missu discurso mismo. Toda una serie de efectos simbólicos que se ejer- slide pdf.c
om
mo, la "mentir a sa mad a por la cual el sacerdote decide sobre el valor Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
cens todos
los días
en la política reposan en esta s uer te de ventrilo quia
usurpadora consistenteen hacerh ablara aquell osen nombre de quiede las cosasdiciendo que ion absolutamente buenas las cosas que son
buen
as par a 81: el sacerdote. dice Nietzsche. es aaue l aue ll ama Dios
a supropiavoluntad"(sepo&íadecirasimis~o: el hombre
. políticollama pueblo, opinión, nación, a su propia voluntad). Cito de nuevo a
Nietzsche:"La ley, la voluntad de Dios, el libro sagrado, lainspirac ión
-otras tant as palabras para designar las condicionessegún las cuales el sacerdote accede al poder, con las cuales man tiene su poderesos conceptos estón en la base de todas las organizaciones sacerdotales, de tod as las fonn as de dominación sacerdotal, o má s bien filos6fico-sacerdotales".Lo que quiere decir Nietzsche es qu e los delegados
vuelven a ellos los valores universales, se apropian de los valores,
"requisan l a moral", y acapa ran por lo tan to l as nociones de Dios, de
Verdad, de Sabid uría, de Pueblo, de Mensaje, de Libertad, etc. Hacen
de ellos sin6nimos de ¿qu6? De ellos mismos. "Soy la Verdad". Se ha cen sagrados, se consagran y, al mismo tiempo, trazan el limite ent re
ellos y los simples profanos; se vuelven así , como dice Nietzsche, "la
medida de to das la s cosas".
Lafunci6n de la humildadsacerdota l seveme joren lo que yollamaría el efecto de ordculo, gracias al cual el portavoz hace hablar al
grupo en nombre del cual habla, hablando asícon to dalaau torid ad de
este ausenteinasible:anulándosecompletamente en provechode Dios
o del Puebloel sacerdociose hace Dioso Pueblo. Cuando me vuelvo Nada -y porque soy capaz de volverme Nada, de anul arme, de olvidarme, de sacrificarme, de con sag rar me- me vuelvo Todo, no soy nada
más que el mand atari o de Dios o del Pueblo, Dero eso en nombre de lo
que habloes todo, y ae st e titulo soy todo. El efectode ordculo es un verdadero desdoblamiento de la ocrsonalidad: la oersona individual. el
yo, se anula en provecho de una personamoral'trascendente nire- re-
nes se habla, en hacer hablar a aquellos en nombre de quienes se tiene el derecho de habl ar, a hacer ha bla r al pueblo en nombre de quien
se está autorizado a hablar. E s muy raro que, cuando un hombre político dice "el pueblo, las clases populares, l as ma sas populares", etc.,
no haga el efecto de oráculo, es decir el golpe queconsi ste en producir
ala vez el mensaje y eldesciframientodelmensaje, enha cer creer que
"yo e s otro", que e l portavoz, simple su stitu to simb6lico del pueblo, es
verdaderamente el pueblo en el sentido en que todo lo que dice es la
verdad Y la vida del pueblo.
Lausurpaci 6n que reside en el hecho de afirmarse comoc apazde
hablarUen ombredel'es loaueautorizael oasaiedel indicativoalimperativo. Si yo, Pierre ~o u id ie u, tomo siñguiar, en estado aislado,
que no hablo sino por mí, digo: hay que hacer esto o eso, derribar al
gobierno, rechazar los cohetes Pershing, ¿quien me segu irá? Pero, si
estoy colocado en condiciones estatutarias tales que piedo aparecen
como hablando "el nombre de las masas populares". o afortiori "en
nombre de l as masas populare s y de la Cieneia, del socialismo cientifico", eso cambia todo. El pasaje del indicativo al imperativo -los
durkheimianos, que tratab an de fundar un a moral sobre la ciencia de
las costumbres lo habían sentid omuy bien-supone el pasaje de loin dividual a los colectivo, principio de toda coacción reconocida o reconocible. El efecto de oráculo, forma límite de la "performatividad ",es
lo que permite al portavoz autorizado autorizarse por el grupo que lo
autoriza par a ejercer un a coacción reconocida, una violencia simbólica, sobre'cada uno de los miembros aislados del grupo. Si soy lo colectivo hecho hombre, el y p o echo hombre, y si este y p o s el gnipodequeustedformaparte,quelodefine, ue ledaunaidentidad,que
go mi per son aa Francia"). La condici6n del acceso al sacerdocio es una
verjad eramet anoia. una conversión:el individuo ordinnrio debe morir para que advengá la persona mor d. Mueres y te vuelves una instituci6n (es lo que hacen los ritos de institución). Paradójicamente,
aquellosque se han hechon adaparavblverse todo pueden invertir los
terminos de la relaci6n y reprochar a aquellos que no son sino ellos
mismos, que no hablan sin o por sí mismos, no ser nada ni en los hechos ni en derechos (por ser incapaces d e devoción, etc). Es el derecho
hace oue usted sea verdaderamente un orofesor. verdhderamente un
protes'tante, verdaderamenteun católico, etc,nohay ci ertamentemás
que obedecer. El efectode oráculo, es la explotaci6n de la trasc endencia del muoo con relaci6n al individuo sineular ouerada oor un individuo que efectivamente es de un cierto modo ei grupo; aunque no
fuese sino por que nadie puede levantarse pa ra decir "Tú no eres el
grupo", salvo fundando otro grupo y hac ihd ose reconocer como mandatario de ese nuevo g~u po .
Estap arado ia delamonopolización delaverdadcolectiva está en
el principio de todo efecto de imposición simbólica: soy el grupo, es decir la coacción colectiva. la coacción de lo colectivo sobre cadii uno de
's us miembros, soy lo coiectivohecho hombre y, al mismo tiempo, soy
manipula
al
grupo
en snombre del grupo mismo; me autohttp://slide pdf.c om/reel
a deque
r/full/bourdie
u-pie r
re -c
osa s-dicha
rizo en el gmpo que me a utoriza p ara coaccionar al grupo. (La violen-
iios políticos, del yo jdanoviano para Ilaniailo por su no mbre, es decir
pequeñoburgués intelectual de segundo orden, que quiere hacer reinnr el orden, sobre todo en los intelectuales (le primer orden, y que se
universaliza instituyéndose en pueblo. Y un andlisis elemental del
realismo socialista har ía ver qu e no hay nada de popular en eso que
es en realidad un formalismo o aun un academicismo, fundado sobre
una iconografía nlegórica muy abstracta, el Trabnjador, etc. (aun si
.~
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cia ins cri k en elefecto de orzículo no se hace sentir nu ic a tanto como
enl as situacionesde asamblea. situaciones típicamente eclesiásticas,
donde los portavoces normalmente autorizados y, en situación de cri:
sis, los portavoces profesionales que se autori zan, pueden habla r en
este arte parece responder, muy superficialmente, a la deman da popular de realismo). Lo que se expresa en este a rte formalista y pequeñoburgués -q ue , lejos de expresar al pueblo, encierra la denegación
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
nombre de todo el grupo reunido: s e siente en la imposibilidad casi fisicade producir una palabradivergente, disidente, contrala unanimidad forzada au e producen el monopolio de la palabra Y las técnicas de
unanimización &mo losvotoscon iam ano leia hta daó por aclamación
de mociones manipuladas).
Serí a necesario ha cer u n an zílisis lingüístico d e ese doble juego
4 o- y de las estrategias retóricas por las cuales se expresa la mala fe estructural del portavoz, especialmente con el pasaje permanent e del nosotros a l yo. E n el dominio simbólico los golpes de fuerza
se traducen oor "e ol ~e s e forma" -v sólo con la condición de saberlo se puede h'aceraeianálisi s lingüis6co un instrumento de critica política, y de la retó rica u na ciencia de los poderes simbólicos. Cuando
un miembroinfluventede~artidoauieredarunaolpe efuerzasimbó-
del
pueblo, bajooptimistn
la forma, de
ese "puebio"
de torso desnudo.
so, bronceado,
vuelto
hacia el porvenir,
etc.- es musculola filosofia social, el ideal inconsciente de una pequeña bu r~ ue sí a e hombres
de aparato que traiciona su miedo real del pueblo real identificándose con un pueblo idealizado, antor cha en mano, anto rcha de la Huma nidad ... Se podría hacer la misma demostración a propósito de la
"cultura popular", et céter a. Son casos típicos de sustitución de sujeto.
El sacerdocio -Y es eso lo que aueria decir Ni et zs ch e. sacerdote,
Iglesia, persona; influy entes de partido de todos los paises, sustituye
por su propia visión del mundo (deformada uor su ~roo ial ibi dod om inandi j la-del y p o del cual sepresu me q;e es la expresión. Se sirve hoy del pueblo como en otros tiempos se serv ía de Dios, pa ra a rre glar cuentas ent re clérigos.
iico,
pasa
del yo a1
nosotros.
No d&e
qu e ustedes,
soci6logos,
deben
estudiar
a los
obreros,
dice:"Pienso
"pensamos
que deben"
"La
demanda social exige que...". Por lo tan to el yo del mandatario, ..el interés particu lar del mandatar io, debe esconderse detrds del interés
profesado por el grupo, y el ma ndata rio debe "universalizar su interés
particular", como decía Marx, a fin de hacerlo pas ar por inte rés del
grupo. MASgeneralmente, el uso de un lenguajeabstracto, de las grandes palabras ab stract as de la retóricapolltica, el verbalismo de la virtud abst rac ta que, como bien lo vio Hegel, engendra el fanatismo y el
terrorismo jacobino (hay que leer l a terrible fraseologia de la correspondencia de Robespierre), todo eso participa de la lógica del "doble
yo" que fun da la usurpaci6n subjetiv a y objetivamente legítima del
mandatario.
Quisiera tomar el eiemolo del debate sobre el art e popular. (Estoy unpo co inquieto po rl a cornunicabilidad de lo que digo; eso debe
sentirseen adificultadparacomunicar.)Conoceneldebaterecurrente obree el arte popular. e lar te proletario. el realismosocialista. lacultu ra po pular, etc.; d ebate típ icam ente teológicoen el cual la soc~iología
no puede en tra r sin caer en l a trampa. ¿Por qub? Porque es el terreno
por excelencia del efecto de orzículo que he descrito hace un momento. Lo que se llama, por ejemplo, el realismo socialista e s de hecho el
productn típico de es ta sustitución del yo particular d e los mandata-
La homología y los efectos de desconocimientos
un rodeo por u n andlisis un poco complicado. Hay un campo político
(comohay un espacio religioso, artístico, elc.), es decir, unun iver soau tónomo, un espacio de uego e n el cual se uega u n juego que tiene sus
reglas propias; y las personas que está n comprometidas en el tienen,
por ese hecho, inter eses específicos, interese s que es tán definidos por
¡a lógica del j"egoy no por su s mand ante s. Este espacio politico tiene
una izau ierda. u na derecha. con los portavoces de los domina ntesy los
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
.
Pero hay que preguntar se ahora cómo todas esas estrategias de
doble uego, o yo, pueden funcion ar ap es ar de todo: ¿cómoesq ue el doble juegode mand atar io no se denuncia por sí mismo? Lo que hay que
comprender. es eso que constituve el corazón del misterio del ministerio, es decir, la "impostura legítima". No se tra ta en efecto de salir
de larepresentacióningenuadel mandatario devoto, del militante desinteresado, del dirigente pleno de abnegación, para caer en la visión
cinicadel mandatariocomo usurpador conscientey organizado-esla
visión siglo XViiI, a lo Helvetius y de Holbach, del sacerdote, visión
muy ingenua, en s u ucidez aparente. La impostura legitima no se logra sino porque el usurpador no es un calculador cínico, que engaña
conscientemente
fe
por otra cosa deallapueblo,
que es.sino alguien que se toma con toda buena
Uno de los mecanismos que hacen que la usurpación y el dpble
juego funcionen, si puedo decirlo, con toda inocencia, con la mAs perfecta sinceridad, es q ue en muchos casos, los intereses del mandatario y los intereses de los mandantes coinciden en gran medida, de
modo que el mandatario puede creer que 61no tieneinteresesfuera de
aquellos de sus mandantes. Par a explicar eso, estoy obligado a hacer
Hav muchos casos conio este. en aue
. los mandn ntes v los manda tar io ~lo sc lie nte s los productores, estdn en una relaci6Íi de horno.
logia estructu ral. Ese l caso del campo inteleciual. del campo del pei'io.
dismo: siendo el oeriodista del Nouuel 06 s al periodista del I.'ix(ir<iri~
o
que el lector del ~ o u u e l 6s es al lector del &aro, cuando se da el
gusto dearr eglar s us cuentas con el periodista delFiguro, le da el y s to al lector del Nouuel Obs sin buscar direc tamen te agradarle . Es un
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portavoces de los dominados; el espacio social tiene tambien su s dominantes, sus dominad os;^ estos dos espaciosse corrresponden. IIay homología. Eso quiere decir quegrosso modo aque l que ocupaen eljuego
mecanismo muy simple pero que desmiente la representación ordinariadela acción ideoló ~cac omoervicio oservilismointeresados, como
sumisión interesada; un a función: el periodista del Figu ro no es el
politko
u nabposición
e izquierda
a e sposición
a aquel de
qu izquierda
e ocupa una
posición
ocuoa una
A es
al que
de derecha
lo aue eldaue
ocupa unap osic ~ón e de re ch as en eijuego social. Cuando a tiene ganas de atacar a b p ara arreglar cuentas especificas, sirve sus interese s específicos. definidos por la lógica específica de la c ompetenc ia en
el seno del campo político~pero, lmismo tiempo, sirve a A. Esta coincidencia es truc tura l de los interese s específicos de los mandatar ios y
de los intereses de los manda ntes e st6 en el fundamento del milagro
delmin isterio sincero vlomado. Las person as que sirven bien a los intereses de sus mandante s son pe rs k as que se sirven sirvi6ndoles.
Si es necesario hablar dein teres, es porque esta noción tiene una
función de ruptura:destruyelaideologíadel desinteres, qu ees la ideología profesional de los d6rigos de coda especie. Las pe rso nas q ue
e s u n e n el juego religioso, intelectual, o político, tienen intere ses específicos que, por diferentes q ue sea n de los interese s del P.D.G.ue
juega en el camp o económico, no por ello son menos vitales; todos esos
interese s simbólicos (no perder la fach ada, no perder s u circunscripción, reducir a silencio al adversario, triunfar sobre una corriente
adversa. tene r l a presidencia. etc.) s on tales, q ue sirviBndolos. obedeci6ndolck, sucede; menudo (hay, segurame nte, casos de desfisaje en
au e los inter eses de los mandata rios e ntr an en conflicto con los intereses de los mandante s) que losmandatarios sirven a sus rnandantes;
sucedeen todocaso, y much omá sam enud o de lo que podría esperarse
si todo pasa ra al aza r o según lalógica de la agregación puramente estadistica d e los intereses individuales, que, por el hecho de la homologia, los agentes que se contentan con obedecer aloq ue esimpone su
p os ic ió n e n e l j u e-~ oirven, por eso mismo y por añad idura, a las personas que s e presume
iirven .particulares
El efecto de de
metonimia
permite
la
universalización
de losque
intereses
las personas
influyentes d e los partidos, la atribución de los intereses del mandatario a
los manda ntes que presuntamente representa. El merito principal de
ese modelo reside en au e explica el hecho de que los mand atarios no
son cinicos (o mucho menosy muchomenos a men udo de loque pudiera creerse), que son apresados en el juego y que creen verdaderamente en lo qu e hacen.
m
a l o e r i periodista
o d i s t a d e l que,
e ~ i s csegún
oel momento,
deleca~italism
o.tc: esai
todo'un
s k obsesionado
porite
el
. o ~ a delmucamo
Nouuel Obseruateur o Liberation.
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
Los d e l e g a d o s d e l a p a r a t o
PusehastaaquíelacentoenIarelación entre mandantesy mandatarios. Me falta e xamina r ahora la relación e ntre el cuerpo de
mandatarios, el aparato, q ue tiene su s intereses y, como dice Weber,
sus"te ndenc ias propias". esoecialmente la tendencia de la autope rpetuación, y los mandata rios pnrticulares. C uand o el cuerpo de nlandatarios, el cuerpo sacerdotal, el partido, etc., afirma sus tendencias
propias, losintereses del aparato aventajan a los interesesd elos manda kr ios particulares que, por este hecho, cesan de se r responsables
ant e sus mandantcsparavolverse responsables antecl aparato: desde
entonces, ya nopuec¡en comprende rse más las propiedades y las prdcticas de los mandatario s sin par ar por un conocimiento del apara to.
Laley fundamental delosaparatosburocráticosdice queel aparato d6 todo (y especialmente el poder sobre el apara to) a aquellos que
le dan todo y'esperan todo porque no tienen nada o no son nada fuera de 61;en term inosmd s brutales, el aparato se adhiere má s a los que
adh iere n má s a 61 porque son ellos a los que controla mejor. Zinoviev,
que comprendió muy bien esta s cosas, y con razón, pero que qued a encerra do en juicios d e valor, dice: "El principio del Bxito de Stalin re side en el hecho de aue es alm ien extraordinariamente mediocre".la
Roza el enunciado de la iey r~ ie mp re propósito del "apparatchik'
~
(hombre
influvente del
oartido). hab la de"una fuerza
rdinaria
men
te insignfficante
y.'poreso;invencible"(pá~.
307).extrao
on muy
bellasfórmulns, pero un po&falsas, porque la intención pol6mica, que hace
su encanto, impide tom ar el dato tal cual es (lo que no significaacep tarlo). Laindignación moral no puedecompren der qu e tengan dxito en
el apar ato aquellos qu e la institución carismhtica percibe como los
"
ed. Jullinrd
- LzAgadhommc, pbg. 306.
169
168
m ás tontos, los má s ordinarios, aquellos que no tienen ning ún valor
propio. En realida d, tiene n Bxito no porque son los más o rdinarios sino porque no t i enen n ada de ext raordi nari o, nada fuera del aparat o,
nada que l os aut ori ce a tomarse libertade s con respecto al aparato , a
hace rse los listos.
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
Hay, pues, una su erte de solidaridad estru ctural, no accidental,
e n t r e losap. ratos y ciertasc ategor ías de personas, definidas sobre to-
Les h a u l e r ~ r ~
dmnlcs,
1
I
1
Luego viene el perman ente y las personas vienen menos. Y luego hay
un L r 6 , que comienza a desarro llar una competencia especifica, un
l enmiai e vrovi o. (Se ~o d r i aecordar a quí el desarrollo de la burocrac i a a e la "vksti gaei6ñ: est án l os i nv est ~ ado res , stdn l os admi ni st radores científicos que s e presum e que sirven a lo s investigadores. Los
investigadores no comprenden suleng uaje burocrático-"cubierta de
investigaci6n" ,"prioridad", etc.- y, en los tiempos qu e corren, tecno-
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do negativamente, como no teniendo ningu na de la s propiedades qu e
es interesan te poseer en e l momento considerado en el campo respectivo. En t 6rminos más n wt r os, se di rá que l os aparat os consagrarán
crático -democr8tico -"demanda social". De pron to, no vienen m ás y
se denuncia su ausen tismo. Pero algunos investigadores quedan, los
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
que tienen tiempo. Y sabemos la continuaci6n). El perm anente, como
a persona
seguras.oponerse
Pero segaluras,
¿por E
qu6?
tienencomuna da
i que enno
partido
por
lo cuals puedan
aparato.
s asPorque
ni st a franc6s de l os años 50 como en la Ch ina de la "revoluci6n cultural" los jóvenes sirvieron mucho de gu ardian es simb6licos, de perros
guardianes. Ahorabien, l osj óvenesno represent an sol ament e el ent usiasmo, la ngenuidad, l a convicci6n, todo lo que s e asocia sin pensa r
mucho en ello con la uventud; desde el punto de vista de mi modelo,
son tambibn aqu ellosqiie no tienen na da; que son los recien llegados,
los que llegan a l campo sin capital. Y, desde el punto de vista del aparat o, son l i carne de ca ñJ n par a combatir a los viejos que, al comenz a r a tene r capital, sea por el partido, sea por ellos mismos, se sirven
de ese capi t al para cuest i onar al part ido. El que no t i ene nada es un
incondicional: tiene tanto m enos va ra ovoner cuanto au e el aoara to le
da mucho, en ia medida de s u iniondicionalidad, y de'su nada. Es asi
aue en l os años 50 tal o cual intelectual de veinticinco años oodia teAer exofici o, por dd ~g ac i 6 n el apara to, públicos que únicamen te los
intelectuales m ás consagrados podian conseguir, pero, ellos, si puedo
expresarme así , a cuent a de aut or.
Es ta especie de ley de bronce de los apar atos se duplica en otro
vroceso aue recordar6 muv rád dam ent e v au e l l amarí a el "efecto bu;6". M e r ef ie ro a l a n á l is i s q u e ha c e ~ a r c f e & o d e lrocesod e bolcheviznción. En la s oviets de los barrios. los comites de fábricas. e s decir en
losgrupos espontáneos d el comienzo delarevolución rusa,'estaba todo
el mundo, la gente habla ba, etc. Y luego, desde que se designaba uno
permanent e, l as personas comenzaban ave ni r menos. Con l a i nst i t ucionalizaci6n encarnad a por el permane nte y el buró, todo se invierte: el bur6 tiende a m onopolizarel poder y el número de lo participan-
su nombreeslounaactiv
indica. es
el oue
consa
mao,todo
sumenos,
tiempode
a lo
que, para
losotros,
idad
sr-on
daria,
por lo
tiempo
parcial.Tiene tiempo; y tiene tienipo p ara 61. Está e n condiciones dedis olver e n la duración burocrática, en la repetición devoradora de tiempo
y d e ene rgía, todos los golpes de fuerza prof6ticos. e s decir discontinuos. Es as iqu e losman datario s concentran un cierto poder, desar:ullan un a ideología especifica,funda da e n la inversión paradójica dt la
relaci6n con losm andan tes; de loscu alesse condena el ausentismo, la
incompetencia, la indiferencia a los intereses colectivos, sin ver que
son el producto de la concentración del poder en manos dc los perm anentes. El su eño de todos los Dermanentes es un ap ara to sin base, sin
fieles, sin militantes Ellos Genen laperm anenc ia con trala discontinuidad; tienen la competencia específica, el lenguaje propio, una
cul t ura que l e es propi a, l a cul t ura "apparatchi k", fundada sobre
un a historia propia, la de sus pequeños asuntos (Gramsci dice esto en
alguna parte: "tenemos de bates bizantinos, conflictos de tende ncias,
de corrientes, de los cu ales nadie comprende nada"). A continuación,
ha y un a tecnología social especifica: es tas personas se vuelven profesion iles de la manipulación de la única situación que podría plan tearle s problemas, es decir la confrontación con su s mandante s. Sab en
mani pul ar l asasa mbl eas general es, t ransformar l osvotos en acl amaciones, etc6tera. Y adem ás tienen la lógica social para ellos porque,
serí a aun muy l argo de demost rar, l es bast a no hacer nada pa ra que
las cosas marchen e n el sentido de su interbs, y su poder reside a m enudo e n la elecci6n, entrópica, de no hacer, de no elegir.
Se habr á comprendido que el fenómeno cent ral es est a suert e de
inversión de la abla de valores que permite, en últimainstanc ia, con-
~
~
~~~
I
d el ap arato . El a p ara to tien e siemp re razó n (y la au to critica d e lo s
individuos le provee un último recurso contra el cuestionam iento del
ap arato en tan to q u e tal). La in v ersió n d e la tab la d e v alo res, con la
exnltaci6n jacobina del político y del sacerdocio político, hace que
la alineación política que enuncia ba al comienzo deje de ser percibida
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
y que, al co ntrario la visi6n sacerdotal de la política se im ponga, hasta el p u n to d e arro jar en l a cu lp abilidad a aq u ello s q u e n o en tran en
-
...
~
VIOS
tes
asamb
leas por
disminuve:
lalsa asambleas
parten
icilas
pant
es si rven
una p ai tel
e pburóconvoca
ara mani festaar
represent át ivi y
dad de l os represent ant es por otra p ara ratificar sus decisiones. Los
permanent es comi enzan a reprochar a los miembros ordinarios no
concurrir bastan te a las asam bleas que los reducen a e sas funciones.
Estevroceso d e concentraci6n del voder en man os de los mandatarios es una si er te de realización histirica de lo que describe el modelo te6rico del procesode delegación. Las persona s es tána lli, hablan.
-
l
vertir el oportunismo en devoción militante: ha y puestos, privilegios,
personas que los toman; lejos de sentirse culpable por haber servido
a su s intereses, dir án que no toman esos puestos para ellos, sino para el oart ido o va ra l a Causa. así como i nvocaran, para conservarlos,
la regla que qd e re que no se'abandone un puesto conquistado. Y Ilegará n a un a describir como abstensionismo odisidencia culpable la rcserva 6t i ca an t e l a t oma de poder.
Hay una suert e de aut oconsagraci6n del aparat o, una t eodi cea
Programa
85/100
para una sociología del deporte19
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los juegos politicos. Dicho de otro modo, se ha interiorizado ta n f uertemen te la rep resen taci6 n seg ú n la cu al el h echo d e n o ser militan te,
d e n o e star co mp ro metid o en la p o lítica, era u n a esp ecie d e falta d e la Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
q u e e r a n e c e sa r io e t e r n am e n t e r e d im i r s e , q u e l a ú I ~ m a r e v o l u c i 6 n p o Una parte de los obstáculos para una sociología científica del
litica, la revolución cont ra el clero politico, Y o n tra la u sumacid n au e
deporte obedece a que los sociólogos del depo rte son en ci erto modo doestá i n scn ta e n estad o p o ten cial en la d eleg aci6n , q u ed a scemp re p o r
blemente dominados. en el universo de los sociologos y e n el un iverso
hacer.
del deporte. Como ser iam uy largo desarrollnr esta proposición un poco b ru tal. ~ro ced e r6 . la mn n era d e lo s p ro fetas, p o r u n a p aráb o la.
noche, en un a discusión con un soci6logo estadounidens e
Ayer
amistad . Aaro n Cico urel. me en tere d e au e lo s man d es at letas
de mi
~~-~~~~
n eg ro s q u e, e n í os ~ s t a d o s ~ n i < l oosn, a m e nu d o p a g a ~ o s p o r g r a n d e s
universidades, como la Universidad de Stnnford, viven en u n especie
d e g h etto d o rado , en razó n d e q u e las p erson as d e d erech a n o h ab lan
mu y g u sto so s co n lo s n eg ro s y q u e las p erso n as d e izq u ierd a n o
h ab lan mu y y st o s o s co n lo s d ep o rtistas. S i se reflex io n a so b re esto y
se desarrolla el paradigma, se hallará quizás allí el principio de las
.
~~
dificultades
resy lqu
e encuen tra
sociologia del
deporte:
la
desdeiian losparticula
soci6logos
a desprecian
losladeportistns.
L alógica
de la
división social del trabajo tiende arepod ucirse en l a división del tra bajocientífico. Se iene as í por un lado personas que conocenmuy bien
el deporte de modo práctico pero que no saben hab lar d e él y, por el
muy mal el deporte de modo pricti coy qu e
~ t r o , ~ e r s o n a s ~onocen
ue
oodrian habla r deel pero desdeñanhace rlo, o lo hacen sin razón nijusieza. (...)
Pa ra que pueda constituirse un a sociologia del deporte, es necesario an te to d o d arse cu en ta d e q u e n o se p u ed e an alizar u n d ep o rte
partic ular independiente mente del conjunto de las prácticas deportivas; es necesario pensa r el espocio dc las prncticasdeportivas como un
sistemndelcualcadaelenie~itu ecibe su valor distintivo. D icho tleotro
modo, par a comprender u n deporte, cualquiera que sea, es necesario
reconocer la oposición que ocupa en el espacio de los deportes. Este
puede se r construido a partir de conjuntos de indicadores tales que,
por un lado, la distribución de los practicantes según suposicióii en el
'0 IntcrvcneiOn sntc el giupo dc ortudiosnVidn Flsicn y juegos", CEMEA. nnviembro do 1980 y canlcrcnein introduetorin n\ 8n imposio dcl1.C.S .S.."Dcporle, clnseir sociales y subeulturo",Pnrls, julio dc 1083.
espacio social, la distribucióii de las diferentes federaciones según su
número de adher entes, s u riqueza, las caracteristicas sociales de sus
dirigentes, etc., o, por otro, el tipo de relación con el cuerp o que favorece o exige, segúnqueim plique un contacto directo,un cue rpoa cuerpo, como la lucha o el rugby, o que por el contrario excluya todo conhttp://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
tacto como el golf, o no lo autorice sino por pelota int erp ues ta como el
tenis, o por intermedio de instrumentos, como el esgrima. E s necesa-
cerlo, entre un deporte y una posesión social, entre In lucha o cl fútbol
y los obreros, el judo y los enipleatlos. Aunque no fuese si no porque se
verificorinfficilmente que los obreros esten lejos de ser los m;ls representadose ntrc losfutbolistns. En realidad. laco~@@$enci$, quc es
una v erdadera homologia, se establece enti$ el espacio de las przicti.
c ~ 6 e ~ ó r ~ ~ a s ~ o ~ m ~ s . ~ ~ ~ C i se plas
P mdiferentes
e n ! e , modalidnde s fir i a ~ f ~ ~ i ráctica
z ~ d ~eio sddif<r6htes
~ l ~deportes, y el es-
86/100
rio a continuaci6n poner en relaci6n este espacio de los deportes con
p a c i 6 d e ~ á s p o s e s i o n e s ~ c ~ o & ;, asprol>iedadespertinentesde a d a
el espacio social que en 61 se expresa. Eso a fin de evitar los erro res liijTh~t iEs8eo oi;tiG
G efinen en la relación en tre esos dos esoncios. Y
-~
- slide pdf.c om
gados a la puesta en relación directa entre u n deporte y u n g r u p o q u e Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
los scambios
mismos de las prácticas no pueden com prenderse sino en
~~~ --.=
.
.
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sugiereprlaivile~
institución
En hoy
efecto,
se lsiente
da la relación
iada ueordinaria.
se establece
entre
a luchadey entra
los miembros
de las clases populares o el aikido y la pequefin burguisia nueva. Son
cosas que se comprenden inclusive demasiado rdoido. El trabaio del
socidlo& consiste en establecer las pr~~ie dade s'soc ialm ente ertin e n t e s q u e h a c e n q u e u n d e p o r t e e s tB e n afinidadconlosintereses,los
gustos, las preferencias d e una categoría social determ inada. Asi, como lo muestr a bien Jean-Paul Clhment, en el caso de la lucha por
ejemplo. la imoortnncia del cuerpo a cuerao. acentuada ~ o ar d e s n u dez de los combatientes, induce a un contacto corporal áspero y directo, mientr as au e en el aikido el contacto es efimero. distanciado. v el
combate en ei suelo inexistente. Si se comprende ktn fácilme& el
sentido de la oposición en tre la luc ha y el aikido, e s porque l a posición
entre "tierra a tierra", "viril", "cuerpo a cuerpo", "directo", etc., y
"a6reoV,"ligero", "distanciado", "gracioso", sob repa sa el te rren o del
deporte y el antagonismo entr e dos prácticas de combate. En sum a, el
elemento determ inante del sistema de la s preferencias es aqui la relacióncon el cuerpo, alcompromiso del cuerpo que está asociado a una
posición social.^ a u na experiencia ordinaria d el mundo físico v social.
Esa relacidn con el cuerpo es solidaria de toda la relacidn conél mu ndo: las prácticas m ás distintivas son también las q ue se aseguran l a
relación má s distanc iada con el adversario, son tambi6n las má s estetizadas, en lame dida en que la violencia está en ellas más eufemizada
y en qu e a forma o lasfo rma s a coloquen sobre la fuerzay la funcidn.
La distancia social se retradu ce muy bien en l a lógica del deporte: el
golfinstaura portodaspnrtesladistancia,con respecto alos no practicantes, por el espacio reservado, armoniosamente arreglado, en qu e
esta
lógica, en la
unoddee los
determinan
es lavoluntad
demedidaen
man tener que
al nivel
l as factoresque
prácticas laslaseparaciones
que existen entr e las posiciones. ~a hi storia d el as práctiLas deportivas no puede se r sino una historia estructural, que tome en cuenta la s
transformaciones sistemá ticas que entrañ an por ejemplo la oparicidn
de un deporte nuevo(los deportes californian os)~a divulgación de un
deoorte existente. como el tenis. Parentesic: un a de l as dificultades
dei nndlisis de las prácticas d eportivas reside en el hecho de que la
unidad nominal (tenis, ski, fútbol) que consideran las estadisticas
(comprendidas las mejores y las má s recientes, como la s del ministerio de Asuntos culturales) enmascara una dispersidn, más o m enos
fuerte segúnlos deportes, del a m anera de practicarlos, y que esta dispersidn se acrecienta cuando el crecimiento del núm ero de practicantes ía ue
ser efecto de la sola intensificación de la práctica de la s
. ouede
.
categorías ya practicantes) se aco mpaña de un a diversificación social
de esos orncticantes. Es el casodel tenis..cuya
- unida dnom inal enm as.
cara Que, bajo
. el mismo nombre, coexisten man eras d e practicnr ta n
diferentescomo lo son, en su orden, el esqui fuera de pista, el esqu ide
circuito v el es aui ordinario: el ten is de los pequeños clubes muni cipales, que>e practica en jenns y con "~ did aS " obre terrenos duros,~n o
tiene gran cosa en común con el tenis en tr aje blanco y falda plega da
que era reglamentaria hace una veintena de años y que se perpetúa
en los clubes selectos (se encontrarí a aun todo un universo de diferenciaa nive l del estilo delosjugadores, de surelaci6n con la competición,
con el entrenamiento, etc.).
En su ma, la prioridad de la s prioridades es la construcción de la
estructu ra del espacio de la s prácticas deportivas cuyos efectos regis~
~~
.
.
.
I
~
.
se 16gica
desarrolla
la práctica
deportiva; con
a los contacto
adversarios,
por
la
mis ma
d e la confrontación
q ue respecto
excluye todo
directo,
aunque fuese por intermedio de un a pelota.
Pero eso no es suficiente y puede aú n conducir a un a visión realista y susta ncialis ta de cada uno de los deportes y del conjunto de los
practic antes correspondientes y del a relación en tre los dos. Como había tra tado d e mostrarlo en la iiitroducción a VI1 congreso de HISPA,
hay que cuidarsedeestnblecerunarelación directa, comoacabo deha -
tra
monografías consagradas
a deportes
particulares.
Si no $6
querán
lasl as
perturbaciones
de U rano son
determinadas
por Neptuno,
creer6 captar lo que pasa en Urano mie ntras que en realidad cap tare lo que pasa e n Neptuno. El objeto de la historia es la histori ade las
transformaciones de la estruc tura que no son comprcnsibles sino a
part ir del conocimiento de lo que era la estruct ura en un determ inado
momento (1n que significa que la oposición ent re es truc tur a y cambio,
entr e estcítica y dinimica , es completamenteficticiay que no se puede
comprender el cambio de otra ma ner a qu e a par tir de un conocimiento de la estructura). Esto para el primer punto.
El sebwndo punto es qu e este espacio de los deportes no es un
universo cerrado en s i mismo. Est á insertado e n un universo de prhcticas y de consumos también ellos estru ctur ado sy constituidos en sistema. Se tiene plena razón para tra tar l as prácticas deportivas como
uii espacio relativame nte autónomo, pero e s necesnrio no olvidar que
da de los objetos de la investigiición enipirica y concreta.Este esque.
nia teórico (oqui, I;i idea tle espacio de los deportes; en otra parte. la
noción de canipo de poder), a un si que da en gra n por te vacío, aun si
provee sobre todo precauciones y orientaciones progianioticas, hace
que yo elija misobjetosde otrnmaiiera y que p uedamaximiznr el rendimiento delasm onogr afias: si, por ejeniplo, aln o poder estudiar miis
de tre s deportes, tengo en m ente el espacio de los deportes, e hipóte-
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
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deportivas queo pueden
alimentnrios
de los consumos
ser registrad
delasocio
por en
la investigación
general. Las estadistiprhcticas
ca pueden s er descritas como la resultante de la relación entre u na
oferta y un a dem and a o, con mayor precisión, entre el espacio de los
productos ofrecidos en un momento dado y el espacio de la s disposiciones (asociadas a la posición ocupa da en el espacio social y susceptibles de expresarse e n otros consumos en relación con otro espacio de
oferta).
Cuando se iene en mente la 16~ ica structura l en el interior de
la cual se encueiitra definida cada uña d e las prácticns,¿qué debe ser
la práctica científica concreta? El trabaio del investigador ;.consiste
simplemente en dibujar este espacio, apoyándos e
ejemplo en la
estructu ra de la distribución de los luchadores, los boxeadores, los
jugadores de rugby, etc., por sexo, por edad, por profesión? En realidad,
ese cuadro
estructural
ntes estadística
u n cierto tiempo,
quedar
groseramen
te dibujado,
a lapuede,
medidadura
de la
s globales
disponibles y sob re todo los limites de e sas e stadística s y de los códigos
según los que se las elabora.
allí un principio de método mu y general: más que contentars e con conocer a fondo un pequeño se ctor de la realidad de la que
no se sabe demasiado, por no haberse planteado la pregunta cómo se
sitúa en el espacio de donde fue separado y lo que s u funcionamiento
puede deber a esta posición, es necesnrio -a riesgo de contrariar la s
espectativaspositivistasque odo, sea dicho al pa sar, parece justificar
(''m & vale aporta r una peque ña coiitribución mode sta y precisa que
construir man des construcciones su~erficia1es")-. es necesario pues..
a lam an er a de los arquitectos ocadimicos que precentan un bosquejo
sis sobre los ejes según los cuales este espacio se construye, podré elegir maxim izar el rendimiento de mis invers iones cientilicas eligiendo
tre s puntos alejados en el espacio. O bien pod ré, como lo hizo poreje mplo Jean -Pa ul Clément, elegir estudiar un subespncio en este espacio,
el subespacio de los deportesd e c0mbate.y h acer, a esta escala, un estudio del defecto de estructura avrehendicnd o la lucha. el yudo. el
nikidocomo tres puntos<leun niismo subcampo de fuerzas. ~Ód ré ,si n
correr el riesgo de perderme en los detalles, ir a mirar m uy de cerca,
lo que m e parec e la condición m isma del trabajo científico, filmar los
combates, cronometrar cuiinto tiempo se pas a acostado en el suelo en
la luch a, en el yudo, en el aikido, eii suma, podré m edir todo lo que se
puedemedir, pero ap ar tir de un a construcción q ue determina laelección de los objetos y los rnsgos pertin entes. Te ngo conciencia, al tener
niuy poco tiempo, del aspecto un poco abrup to, perentorio y qu izás
apa ren teme nte contradictorio de lo que acabo de decir. Sin embargo,
creo que he dado indicaciones suficientes sobre lo que puede ser un
método que apu nte a in stau rar l a dialéctica entre lo global y lo particular,
queque
es elexige
único
puede permitir
conciliar
global
sinóptica
la que
construcción
de la estruc
turaladevisión
conjunto
y lav
visión idiogrhfica, aprox imada. E1 antagonismo en tre la g ran visión
macrosociológica y l a vista microscópica de un a microsociologin o entre la construcción de las es tructura s objetivas y la descripción de las
representaciones subjetivas de los agentes, de sus construcciones
prhcticas, desaparecen, como todas la s oposiciones en form a de "parejas epistemológicas" (entre teoría y empiria, etc.), desde el momento
en que s e ha logrado -lo que, me parece, es el art e por excelencia del
investigador-invertir u n problema te6rico de grnii alcance en un objeto empírico bien con struido (con referencia a l espacio global en el
cual es tá situado ) y dominab le con los medios disponibles, es decir,
eventualmente, por uii investigador aislado, sin créditos, reducido a
alacarbonilladel
edificioen en
elinteriorde
l cualsesitua
ba
la
parte elaboradaconiuntodel
endetalle, esforzarse
co nstruir una
descripción
suma ria del conjunto del espacio considerado.
Esle marco provisorio, por imperfecto que se q, se sabe por lo menos que debe llenarse, y que los trabajos empíricos mismos que orienta contribuirdn a llenarlo. Resulta que estos trabajo s son iadicalmente diferentes, en su misma intención, de los que hubieran sido en
ausencia de es emar co que es la condición de un a coiistrucción adecua-
su sola
Pero
fuerza
e s necesario
de trabajo.
corregir la aparien cia de realismo objetivista
a u e ~ u e d ear mi referencia a u n "marco estructural". concebido como
ireiioa.1anhlisisempirico. No ceso de decir que las estr uctu ras no son
otra cosa oue el ~rod uc to bietivado de la s luchas históricas ta l como
se puede captar'e n u n momento dado del tiempo. El universo de las
pric ticas deportivas que la investigación estadística fotografía en un
cierto rn o men to n o essin o Ia resu lta n te de larelación ent reu na oferta,
este espacio es el luga r de fuerz as que no s e aplica a 61 sólo. Quiero
decir simplemente que no se pueden estudiar los consumos deportivos, si se quiere llamarlos así, indepe ndiente mente de los consumos
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1
roducida por toda la historia anterior, es decir un conjunto deUmodelos" de prácticas (reglas, equipamientos, instituciones especializadas, etc.), y una demanda inscrita en l as disposiciones. La oferta misma talcomo se presenta, enunm omento dado, bajo la formade un conjunto de deportes susceptibles de ser practicados (o mirados) es ya el
producto de un a lar ga serie de relaciones entre modelos de práctica y
disposiciones para la pr6ctica. Por ejemplo, como bien lo mostró
i
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
~
oferta (contribuye a producir la necesidad presentándole la posibilidad efectivade su realización)y tambien por la realizacidii delaof erta
en el estado anterior. Hay allí, creo, un modelo muy gen eral que rige
las prácticas de consumomás diversas. Hemos visto así cómo Vivaldi
recibió, con veinte años de intervalo, sentidos sociales completamente
opuestos, y pasar del estado de "redescubrimiento" musicológico al
sta tus de música de fondo sonora para Monoprix. Aun si es cierto que
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Christian Pociello, el programa de prácticas corporales que designa la
palab ra rugby no es el mismo -por más que, en su definiciónformal,
tecnica, haya quedado id6ntico-con unos pocos cambios de reglas en
un deporte, una obramusical oun iexto filos6ficodefinen, por el hecho
de sus propiedades intrínsecas, los límites de los usos sociales que se
pueden hacer de ellos, se prestan a una diversidad de utilizaciones y
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
los
afios 30. en 1950 ve n las
1980.
Es tá setialado.
en ha
la obietividad
las representaciones;por
apropiaciones
de que
si20 objeto vpoenr
las especificaciones por ejemplo la "violencia")que recibió en la "rcalización" concreta que en 81han operado agentes dotados de disposic i o n e s s o c i a l m e n t e c o n s t i t u i d a s e ~ u n a f o r ~ aarticular(por ejemplo,
en los atios 30. los estudiantes del PUC v del SBUC o de Oxford v de
Cambridge o, en los años 80, los minero; galos y los agricultore< los
oeaueños comerciantes v los emoleados de Romans. de Tolón o de Be&e&. ~-piaci&
socia!hace que, en cada momento,
cada uha e as rea i a esnofrecidas6ajo un nombre de deporte este
marcada, en la objetividad, por un coniunto de propiedades au e no están insc;itas en ia definiczn puramehe t6 ~ n & a , ~ uuede
e aun ser
oficialmente excluidas. v aue orienta n las orácticas v las elecciones
(entre otr as cosas dando un fundamento objetivo a loSjuicios del tipo
"eso huele a pequetioburgu6s o a intelectual", etcetera.) Así, la distribución diferencial de las prácticas deportivas resulta de la puesta en
relad ón entr e dos espacios hom610g~s, n espacio de prác&as posibles, la oferta, y un espacio de disposiciones a practicar, la demai.da:
del lado de la oferta, se tiene un espacio de deportes entendidos como
programas de prácticas deportivas, que están caracterizados, primeramente, en sus propiedades intrínsecas, tecnicas (es decir especialmente las posibilidades y sobre todo las imposibilidades que ofrecen
par a la expresión de l as diferentes disposiciones corporales) y, en segundo lugar en sus propiedades relacionales, estructurales, t al como
se definen en relaci6n al conjunto de los otros programas de prácticas
deportivas simultáneamente ofrecidos, pero que no encuentran su
plena realización en un momento dado sin oal recibir la s propiedades
son señalados
en cadamomento
porejemplo,
el uso dominante
que (le
se hace.
autor
filosófico,Spinoza
o Kant por
en la verdad
lo queUn
se
propone a la percepción, no se reduce nunca a la verdad intrínseca de
la obra y, en su verdad social engloba las lecturas mayores que s e hacen dedlos, por los knntiano sy los spinozistas del momento, ellos mismos definidos por su relación ohietiva o suhietiva por los kantianos v
los spinozistacdel período anteii or y con sÜs lect;ras, pero tambien
con los promotoreso los defensores de otras filosofías. Contra ese complejo indivisible que es el.Kant apropiado por los kantianos que proyectan sobre Kant y no solamente por la lectura que hacen d e 61, sus
propiedades sociales, reacciona Heidegger cuando opone un Knnt metafísico, casi existencialisto (por ejemplo, con el tema de la finitud), al
Kant cosmopolita, universalista, racionalista, progresista de los neoknntianos. Debe preguntarse ahora adónde quiero llegar. En reo!¡dad, asicomo el sentido social de una obra de filocofiapuede aslin vertirse (y la mayor par te de las obras, Descartes, Kant, o au n Marx, no
cesan de cambiar de sentido, al invertir cada generación de comentadores la lectura de la generaci6n precedente), asimismo, un a práctica
deportiva que, en su definición tdcnica, "intrínseca", presenta siempre una gran elasticidad, por lo tanto ofrece una gran disponibilidad
para usos completamente diferentes, h asta opuestos, puede inmbien
cambiar de sentido. Con más exactitud, el sentidodominante, esdecir
el sentido social quei eesatr ibuid opor s ususua rios socialesdominnntes (numerica o socialmente) puede cambiar: en efecto, es frecuente
que en el mismo momento, y tambibn cierto que una obra filosófica,
un deporte recibe dos sentidos diferentes, y que el programa objetivado de practica deportiva que designa un ttirmino como carrera a pie
de
apropiación
que les confiere,
tan toa en
la6s
realidad
como enantes
la representación.
su asociación
dominante
trav
de los particip
modales, una posición en el espacio social. Por otra pnrte, del lado de la
demanda. un espacio de exoosiciones deportivas, aue. en tanto la dimensión del sistema de la ~d i~ ~o si ci on
dele~
habftui)), on racionalmente, estnicturalmente, caracterizadas como las posiciones a las
cuales ellas corresponden, y que son definidas en la particularidad de
su especificación en un mómento dado por el estado presente de la
y aun
tenis,
lucha, objetiva,
udo, sea una
ta de luchas
o natación,
-por
el hecho
mismo
demgby,
supolisemia
de suapues
indeterminación
parcial, que la hace disponible para varios u s o s entre persona's que
se oponen aprop6sito delusoverdadero, del buen uso. de la bue namanera d e practica la prdctica propuesta por el programa objetivado de
oráctica considerable o. en el casode una obrafilosóficaomusical. oor
el programa objetivado de lectura o ejecución). Un depqrte, en u i & mento dado, es un pococomo una obra musical: unapar titu ra( una re-
178
gla dejuego, etc.), pero tambien iiiterpretaciones competitivas (y todo
un conjunto de interpretaciones del pasado sedim entadas); y es todo
esto que cada nuevo interprete se encu entra enfrentado, más inconsciente que conscientemente, cuando propone"su"interpretaci6n. H abría que analizar en esta Mgicn los 'retornos" (a ~ a n t , los instru men tos d e Bpoca, al box francBs, etc.). D ecía qu e el sentido dom inante
puede cambiar: de hecho, especialmente porque s e define en oposición
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179
se n elecciones iicgativns, o de peor es nada . Pued e decirse, creo, que
las disposiciones asocindns n las difereiitespo sicioiies en el espnciosocial, y en pnrtic ularln s disposicioiies estructura lmen te opuestas liga(las a las posicioiics opuest as en es te espncio, enc uentra n siemp re el
m ed io d e ~ e r p r e ~ n r s e , ~ e r oveces,
,
bajo la fo rma no reconotible d e
oposiciones especificas, ínfimas eimperce ptibles si no se ienen I ascatigori as de percepción~adecuadas, ue organizan un campo determi-
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a ese sentido dominante. u n nuevo tiuo d e oráctica deoortiva oude
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construirse con loseleme~t~sdel~rogr~rnad~mina~ted~prácti~adep o rtiv a pu ede co nstru irse con lo s elemen tos d el p r~ ~ a m a ~ d o m in an te
nado cn un momento dado. N o está prohibido pensar que las m ismas
disposiciones que llevaron a Heidegger hacia una forma de pensamiento "revolucionario conservador" hubieran oodido. con referencia
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
de práctica
a que
en es
virtual.
irnolicito
rechazado
(pordeportiv
ejemplo,
todaquedaron
la violencia
quetado
estab
a excluida
de uno deporte por elimperativodelfairplay). El principiode estasinversiones,
cuyasolalógicadela distinci6nno bastaparaexplicar,reside s i n d u d a
en la reacción de losrecien llegad os,^ d e l a s disposicionessocialmente
constituidas q ue impor tan en el campo, cont ra el complejo socialmente señalado que constituyeun deporte, o una obrafilosófica, comoprogram a obietivado de práctica oero socialm ente realizado. encarnado
én agen tes socialmenie marcados, por lo tanto sefialado pór las características sociales de esos agentes, p or el efecto de la apropiación. Si,
para la visión sincrónica, tal o cual de esos promamas. el que des ima
un nombre de deporte (lucha, equitación, tenisyoun nimb;epro pióde
filbsofo O de compositor o un nom bre de genero, ópera, opereta, teatro
de bulevar, o au n u n estilo, realismo, simbolismo, etc., pa rece directamente ligado a l as disposiciones inscritas en los ocupantes d e una
cierta posici6n social (es, por ejemplo, el lazo entre la lucha y el r u ~ b y
y loi dominados), una visión diaciónica puede conducir a i n a representación diferente. como si el mismo obieto ofrecido oudieran ao ropiárselo agentes dotados de disposicio&s muy diveisas, en si m a,
como si cualquiera pudiese apro piarse de cualquier programa y cualquier programa pudiese apropi6rselo cualquiera. (Este sano "relativismo" tiene al menos lavirt ud de poner en guardia contra la tendencia, recurrente en historia del arte, a establecer u n lazo directo entre
las posiciones sociales y l as tom as de posici6n estdticas, e ntre el "realismo", por ejemplo, y los dominados, olvidando que las m ismas disposiciones podrán, con referencia a espacios de oferta diferentes,
expresarse en tom as de posición diferentes). En realidad, la elasticidadlucha)
semdntica
es nunca
(basta
pensar no
e n se
el distribugolfy en
la
y sobrenotodo,
a ca dainfinita
momento,
las con
elecciones
yen al azar en tre las diferentes posibilidades ofrecidas, aun si, cuando elespacio de las posibles s ea mu y restringido (por ejemplo, el joven
Marx contra elvieio Marx).la relación ent re las disoosiciones
v las-o~ mas de posición es muy oscura por el hecho de que l as disposiciones
que, en universos, m 6sábie rtos,m enos codificados, pueden-proyectar
directamente s u estructu ra de exigencias, deben en este caso limitar=
~~~
jor de los casos.en el estadio de la d anz a en el sigloXIX,con profesiona-
\\ I e s q u e s e p r o d u c e n a n te a f ic io n ad o s a u e ~ r a c t i c a nodavía o han orac-
ticado; pero la difusión que favoreceia celevisi6n introduce cada vez
má s espectadores desprovistos de toda competencia práctica y ate nto s a aspectos extnnsecos de la práctica. como el resultado. la victona . Lo que acarr ea efectos, por intermedio de la sanción (hnanciera
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
uot
' ra) que d a el público, en e l funcionamiento mismo del camoo de los
)profesionales (como la búsqueda de la victoria a todo precio y io n ella,
a ot
ro espncio de oferta filosófica, llevarlo hacia el jovenhoy
Marx;
o q ue
en elaik
iel
mismo(peronohubierasidoe1mismo)queencuentra
do una m anera de escaaar al iudo, en lo que tiene de objetivamente
evidentemen te del
m e z q u i n o , c o m p e t i t i v o , ' p e q u ~ ñ o b ~hablo
s
iudo
aorooiadohubie ra demandado casi la mi sma co. .
~ ~ ~sociolmente
~~
sa. hace trei nta años, a l judo mismo.
Hubiera querido tda vi a referirme, au nque fuero superlícinlmente. a todo el oroma
- ma de inves ti~acion es ue está implicado en
la ideá de que se coiistituye progresi&mente Ün campo d e los profesionales de la producci6n de bienes y de servicios deportivos (entr e
ellos. por ejemplo, los espectáculos deportivos), en el inter ior del cu al
se d eiarro ilan ~lo sntere ses especificos, ligados a In compe tencia, (le
las relaciones de fuerza esoecíficas. etcbtera. Me contenta r6 con mencionar una consecuencia en tre otra s la de la constitución de este cam -,
el desarrollo de un deporte-espe~t6culootalmente
porte ordinario. Es destncablequeseobservaun proceso semejante en
otros dominios, especialmente eii el de la danza. En amh os casos, la
constitución progresiva de un campo relativame nte autónomo re servado a los profesion ales se acompaña d e una desposesión..de!ospofanos, poco -. w o reducidos al rol de espect&dgfes:,por oposición a la
H a i n i n ~ l ~ e a n a , ñ i ñ m l i d ~ ~ a C o c i a ~ a a f u n c iituales,
o n e s la danza de
corte, que se vuelve espectáculo, supone conocimientos específicos
(hay que conocerla med ida y los pasos), por lo tant o maes tros de baile
llevados apo ner el acento enl a virtuosidad técnica y a operar un trabajo de explicitacion y de codificación; a pa rti r del siglo x iX aparecen
los
quen ap
se ~eciarco
oroducenmenoonocedores;luego,
los salones ant e personas
ed en au
quebailarines
practican ydep uoficio.
al final,
se tiene la escisión total entre los bailarines estrellas v los esoectadores si n práctica reducidos a u na comprensión pasiva. D esdcentp.nees,
~Iogvoluei6n.de
.
..
a ~~í~ti~profesioiinl
depede-eada~ezmds_de.lalofica in tern a del campo de los p r o ~ ~ o ~ ~ , . s i e ~odprofesionales
~ ,los
r e--l e ~ r i d o s l i l ~ a n g o p ~ b l f c 6 ~enos
~ d ~capacesae
~ ~ ~ z l a comprensi6n
que 3ñTCp?Kctica. En K tC G ad e deporte, se está a meiiudo, en el me.
~ ~ ~
. . .
-.
~~
~
~~
~
~
,
.~-
. .
la ausencia de todaobjetivación en u na es critura adecuada(1a ausen ci adel eaui val entede l a part i t ura, que
. -perm i te di st i ngui r cl aram ent e
entre pa;titura y ejecuci6n, lleva a identificar la obra con el resulta do, la danza con el bailarín). S e podría, en es ta perspectiva, tr ata r de
estudiar lo que han sido los efectos, en la d anza como en el deporte, de
la introducción del magnetoscopio. U na de las cuestiones plante adas
es saber si es necesari o pasar por l as pal abras para hacer comprenderc ierta s cosas al cuerpo, si, cuando se habla alcuerp o con palab ras,
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ent re o tra s cosas, el crecimiento de la violencia).
Bsas con las palabras iusta s te6ricamente. científicamente. aue h acen
comprenderm ejor al cuerpo, o si, aveces, palabras q ue no tienen nad a
Termino aquí puesto que el tiempo aue me fue acordado está
s - slide pdf.c om
priícticamente agotado. Indico el último pin to en algunos segundos. Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
que ver con la descripción adec uada de lo que se quiere tran smitir no
Recordaba. al comenza r. los efectos en el interior del camoo
científison mejor comprendida s por el cuerpo. Reflexionando sobre esta com.~~~~
co de la divisi6n de l trabajo e ntr e los te6ricos y los prácticos. Pienso
prensi6n del cuerpo, se podría quizá contribuir a una teoría de la
qu e el deporte es, junto con la dan za, uno de los terrenos donde se
creencia. Pensarán que camino con botas de siete leguas. Pienso que
plan tea con la máxima agudeza el problema de las relaciones entre la
hay un lazo entre el cuerpo y lo que en franc6.s llamamos "l'espirit de
teo na y la práctica, y tambi6.n entre el lenguaje y el cuerpo. Ciertos
corps". S i lamay orp art e delasorganizaciones, sea la Iglesia, el ejBrcimaestro s de educaci6n física tratar on de an alizar lo que es, por ejemto, los partidos, las empresa s industriales , etc., conceden tanto lu gar
plo, para un ent renador o p ara un profesor de m úsi ca, di ri gir el cuera l as disciplinas corporales, es porque en gra n medida la obediencia,
po. i C6m o hace rcom prend eraa l yi en, es deci ra su cuerpo; cómo puees creencia, y la creencia es lo que el cuerpo acue rda en el momento
de corregir su gesto? Los problemas que plantea la enseñanza de una
en q ue la m ente dice no (se podría, en e sta 16gica,reflexionar sobre l a
práctica corporal m e parece que e ncierran un conjunto de cuestiones
noci5n de disciplina). Es quiz á reflexionando sobre lo que el deporte
teóricas de p;.'. nera ma rn itud . en la medida e n aue la ciencias sociatiene de más específico, es decir la manipulación reglada del cuerpo,
l es se esfuerzan por ha& l a t éoría de conduct asen que se producen,
sobre el hecho de que el deporte, como todas la s disciplinas en todas
en s u gran m ayorí a, m ás al l á de l a concienci a, que se aprenden por
las instituciones totales o totalitaria s, los conventos, las prisiones, los
un a comunicaci6n silenciosa, práctica, de cuerpo a cuerpo, podría decirse. Y la pedagogía deportiva es quizás el terreno por excelencia para pl ant ear el probl em a que se dan t e a por lo ene eral en el terreno de
la política: el problema de la toma de concienha. Hay u na m ane ra de
comprender comoletamente oarticular. a menudo olvidada en la~~~-~
s teori as de l a inteligencia, la q& cons isteé n comprender con el cuerpo.
Existen cantid ades de cosas que comprendemos solamente con nuest ro cuerpo, m á s acá de l aconci enci a, si n t ener l as pal abras para deci rlo. El silencio de los depor tista s del que hab laba a l comienzo obedece
por una part e a l hecho de que, cuando no se es profesional de la explicitaci6n, hay cosas que no se sa ben decir, y las prácticas deportivas son
esas prácticas e n las cuales la comprensi6n es corporal. Muy a menudono sep ued em hsa ue decir: "Mira. haz comovo". Se serialaamen udo
qu e los libros escr itis por los grandes bailariones no tra nsmiten casi
na da de lo que hace e18'g enio" e su s autores. Y Edwin Denby, pensn ndo enThBophile Gau tier o en MallarmB. decía aue los seíialamien tos
m ás pert i nent es sobrel a danza no l os hacen t ant o l os bai l ari nes o aun
los cnticos sino los aficionados esclarecidos. Lo que se comprende si
se sabe que l a danza e s l a úni ca de l as ar t es cul t as cuya t ransm isi ón
-entre baila rine s y público,, pero tambi6.n entr e maes tro y discípulo-es ente ram ente otr al y visual, o mejor, mimdtica. Eso en razó n de
~~~
~
~
asilos,
losque
partidos,
etc, podría
es unarechazar,
manera de
del cuerpo
una
adhesi6n
el espíritu
qu obtener
e se llegaría
a comprender mejor el uso que la mayor parte de los regímenes autoritarios
hacen del deporte. La disciplina corporal es el instrum ento por excelencia de toda especie de "domesticaci6n": se sabe el uso qu e la pedagogíade losjesuitas hacía de la danza. Habría que analiza r larelación
dialbetiea qu e une la s posturas corporales y los sentimientos correspondientes: ado ptar ciertas posiciones o ciertas postur as, es, s e lo sabe desde Pascal, inducir o reforzar los sentimientos que ellas expresan. El gesto, según la parado ja del comediante o del bailarín, refuerza el sentimiento que refuerza el gesto. Así se explica el luga r otorgado
por todos los regímenes de tipo totalitario a las prácticas corporales
colectivas que, simbolizando lo social, contribuyen a somatizarlo y
que, por ia ~~.;mesis orporal y colectiva de la orquestaci6n social,
apu ntan a reforzar esta orquestaci6n. La Historia del soldadorecuerda la vieja tradici6n popular: hacer bailar a alguien, es poseerlo. Los
"ejercicios espirituales" son ejercicios corporales y muc hos de los entrenam ientos modernos son una forma d e ascesis secular.
Existe una contradiccidn, que siento muy fuerteme nte, ent re lo
que quiero decir y las condiciones en las cuales lo digo. Hubiese sido
necesario que pudiera toma r u n ejemplo absolu tamente preciso y pro-
i8 2
fundizarlo; ahor a bien, por el hecho de la aceleración im puesta a mi
discurso por las obligaciohes del horario, pueden tene r la impresi6n
d e q u e h e p ro p u esto g r an d es p ersp ectiv as teó ricas mien t ras q u e mi
in ten ció n era ju stamen te la in v ersa
...
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
El sondeo,
un a "ciencia" sin sabio
20
91/100
5/10/2018
Paraco men zar, un a paradoja: es destacable que los mismos que
m i r a n co n s o s ~ e c h aas cien cias sociales. v. en tre to d as, la so cio lo ~ía,
acojan con afan los sondeos de opinión, &e son una de su s formas a
men u d o ru d imen t aria (p o r razo n es q u e o b ed ecen men o s a la calid ad
d e l a s 1 Priona s encarg adas de concebirlos, de realizarlos y de an alizarlos, que a las coacciones del encargo y a las presiones de la urgencia).
El so nd eo resp o n d ea la id ead e la cien cia: d a a lasp t &n t asq u e
" to do e l m u nd o s e ~ l a n t e a "todo el mundo. o Dor lo menos, el ~ e a u e n o
mundo d e los que Pueden fin anciar los sondeos, directores de diarios
o semanarios, politicos o jefes de empresa) resp uest as rápida s, simples y cifradas, en aparciencia fáciles de comprender y d e co men tar.
Ah o ra b ien , en esas m ateri asm ás q u e en o tra p arte, "las v erd ad es p rim e r a s s on l os e r r o r e s ~ r i m e r o s "os
~ verdaderos roble mas de los edi-
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
delos~o~entarista~~olíticossona~enudofalsosprobleto
marialistas
s au e ely análisis científico debe destru ir Dara cons tmi r su objeto.
Las instituc iones de investigaci6n eomerciaies no tienen los m edios,
n i en p rimer lu g ar el tiemp o , d e realizar este cu estio namien to d e las
p r ey n t as p rimeras, y si lo p u d ieran n o tien en in terés sin d u d a en
ello, en el est ado actua l de mercado y d e la información de los solicitan te s d e en cu estas. Rn zón p o rla cu al se co n ten tan am en u d o co n trad u cir en p r ey n t as co n fo rmes con lo s pro b lemas q u e se p lan tea el
cliente.
P ero , se d irá, Lun a p ráctica q u e p lan tea las p re y n ta s como se
las p lan te a el clien te no es la fo n r a cab al d e la cien cia "n eu tra" co mo
lal lam a elab u en sen tid o " p o sitivista? (Un p aren tesis p ara ap o rtar u n
matiz: su ced e q u e las p r ey n t as p rimeras, cu an d o se in sp iran en lo s
conocimientos y preocup&ion esprácticas, como la s que introducen
las in v estieacio n es d e mercado . a co n dición d e ser r ein ter ~r eta d a s n
función d eu na problemática te'órica, aportan informaciones muy valio sas, su p erio res a men u d o a las q u e su scitan las in terro g an tes m ás
pretensiosas de los semieruditos). La "ciencia sin sabio" del ideal POsitivis ta realiza, e n las relaciones ontre los dominante s y los dominam
dos en el seno del campo del poder, el e quivalente de lo que es, en otra
?scala, el sueño de una'8u rgu esía sin proletariado". El éxito de todas
las me táforas qu r llevan a concebir la investigación como un puro regis tro mecánico, '%ar6metron, "fotografía", "radiografia", y los enca rgos que los responsables políticos de todas las ra mas, ignorando l as
instituciones de investigación financiadas por el Estado, continúan
haciendo
a las empres
asosa
privadas
http://slide pdf.c om/re
a de r/full/bourdie
u-pie r re -c
s-dicha s de investigación atestig uan e s a e x pectativa profunda de una ciencia por encargo y a medida, de una
I
1
publicndo enpouvoirs, 33,1985
ciones públicas: al reflotar el arte ancestral de los cartómanticos,
ouiromántic os v otros videntes extralúcidos, estos vendedore s de productoscientíficosdesvalorizadosque r e t r a d i c e n e n u n l e n gu a j e v ag a me nte psicológico, y siem pre muy próximo a la intuición ord inarias
("vividores", "desbroz adores " o "aventureros"...), "estilo s d e vida"
muy misteriosamente establecidos, son consumados maestros en el
a r t e d e r e m i t ir a su s clien tes resp u estas co mp letamen te ad o rn ad as
d e to d a la mag ia d e u n a meto d olo@ y d e u n a termin olo g ía d e asp ec- - ~
I
Texb
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"
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ciencia sin es as hip6tesis que son de buen a g ana percibidas como presupuestos, seg uram ente prejuiciosos, y esas teorías de las qu e se sabe
que no tienen buena reputación.
Lo que esth en juego, s e ve, es l a existencia de un a ciencia del
mundo social capaz de afirmar su autonom ía frente a todos los poderes: la h isto ria d e las ar tes v isu ales lo mu estra, lo s artistas d eb iero n
lu ch ar d u ran te siglo s p ara lib erarse d e la ó rd enes e imp o n er su s p ro pias intenciones, las qu e se definen en la competencia en el seno del
mundo de los artistas, en prim er término en la man era, la ejecución,
la forma, e s decir todo lo que depende como propio del art ist a y luego
e n la elección del objeto mismo. Y lo m ismo los cientificos que se ocupan del mundo físico y biolbgico. La conquista d e la auton omía e s evidentem ente much omás dificil, por lo tanto m ás lenta , en el caso del as
ciencias del mundo social, que deben arr anca r cada uno de sus problem a s a l a s presiones del encargo y a las seducciones de la dem anda: 6stas no son nunc a ta n insidiosas como cuando operan, como es hoy el
caso, en
presas de sondeo,
a trav6s
los mecanismos
impersonales
de las
u n em
funcionamiento
social
que nodedeja
tiempo d e reponerse,
de recapit ular la s adquisiciones, de as egu rar las thcnicas y los métodos, de redefinir los problemas, suspendiendo el prim er movimiento,
que es el de aceptarlos, porque encue ntran u na complicidad inmediata en las interrogaciones vagas y confusas de la práctica cotidiana.
Además, ¿por qu6 aquellos que, para hac er funcionar su Pripresa, deben vender productos rápidamente arreglados j, h A b].mente
'
ajustados al gusto de los comandatarios defenderían los intere ses de'
consumidor con má s ard or qu e ellos mismos? ¿Y cdino qodrían hacerlo? Tienen su s muest ras bien probadas, s us equipos de investieación
bien puestos a punto, su s programas de análi sis probados. No l& q u e da m ás, en cada caso, que tr ata r de saber lo oue el cliente ouiere za b e ~ ,s d e c i rl o q u e q u ie r e q u e s e b u s qu e ~ m e j o r ,u e se en cu en tre. S u poniendo que puedan encontrar lo que piensan que es IL verdad, ¿tendrían inte rhs en decirla al político ansioso de reeleccidn, al efe de empresa que pierde velocidad, al director de diario má s ávido de sep-aciones que deinformaciones, si están aunqu e se au n poco preoi.ipados
por conservar su clientela?Y esto en el momento en que deben contar
con la competencia de nuevos m ercaderes de ilusión que hoy hacen
fu ro rju n to a lo s d irecto res co mercialesy alo sresp o n sab lesd e lasrela-
to altam ente científico. ¿Cómo y por qu6 s e esforzarían ellos en plantea r e imponer problem as susceptibles de decepcionar o chocar, si les
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha
s - slide
pdf.c om
result
a suficiente
dejarse lle var por la s inclinaciones de l a sociología
espontánea-quelacomunidad cien tíficasin d u d a n o h ab rá term in ad o n u n ca d e co mb atir en sí misma- p ara satisfacer a su s clien tes al
producir respuestas a p ro b lemas q u e n o se les p lan tean sin o a aq u ellos oue les id en olant earlos y que, muy a menudo, no se es planteab
a n á los investigadores ant es de impon6rselos? Es claro que no tieI
n e in terh s en d ecir a su s clien tes q u e su s p reg u n tas n o tien en in terb s,
o. Dero aún. no tie nen objeto. Y necesitarían much a virt ud o fe en la
ck n c iap a rá n eg arse a eféctu ar u n ain v estig aci6 n so b re "la imág en d e
los Daises árabes". sabiendo au e un com petidor menos escrupuloso se
h a r ~argo d e ello , ad emás cia n d o p resu men q u e la en cu esta n o h a1
rA mh s q u e cap tar, p o r o tra p arte m u y m al, las d isp osicio nes resp ecto de los inmigrantes . E n est e caso, la investigación med irá por lo menos algo, pero no es lo que se cree medir; en otros casos, no medirá na1
da
m ástodavez
qu e el efecto
por elimpone
instruma ento
d e medición:
que
ocurre
q ue elejercido
investigador
los encuestados
un lo
a problemática que no es la suya -lo que no les impedirá responder a pesa r de todo, por sumisión, por indiferencia o por pretensión, hac iendo así desaparecer el único problema intere sante , la cuestión de las
d etermin an tes eco n ómicasy cu ltu rales d e la cap acid ad d e p lan tear el
problema como tal, capacidad que, en el orden de lu puli ~ica , efiiii
una d e las dimensiones
fundam entale s de la competencia especifica.
~
Habr ía que registr ar, no con intención ingenua ment e polbmica
sino por trab ajar en co ntrariar, y anul ar, los efectos completamen te
funestos, desde el pun to de vis ta de l a ciencia de la s coacciones del
mercado ejercen sobre la práctica de la s empresas de sondeo. Mencion ar6 so lamen te, p ara tra tar d e ex o rcisarlo, el recu erd o d e ese min istro de Educación aue. alreded or de los anos 80, les p ed ía a tre s emp resas d iferen tes q u é an alizar an la s actitu d es d e lo s maestro s d e lo s tres
n iveles d e en seiian za ( ~r im ar ia. ecu n d aria, su p erio r), o b tenien d o
incompaiables, tanto en los
así tres in v estig acio n es
p ro ced imien to s d e mu estre0 co mo en la s p reg u n tas p lan tead as, y h aciendo asídes aparec er todolo q ue sólo la comparación hubiera podido
establecer a propósito de cada u na d el as poblaciones considera das. Y,
p ara q u e s emid a b ien to d o el h o rro r de laco sa, ag reg ar6 q u ela en cu es-
1
i
~- ~
~~
~
~
~
187
ta cost6casi diez veces el presupuesto anu al de un laboratorio universitario sostenido por el Estado. oue. si hubiera sido sim ~le men teondel cuestionario y el programade análisis un capital de adquisiciones
te6ricasy empiricas que lasoficinas estudios ~ri va do so oueden evidenk ment e movilizai, dada la diversidad d il os dominios a los cuales se aplican, y las condiciones de urgencia en l as que trabajan. que
prácticamente impiden toda acumulación.
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
resuelto descartar, porque revela. de manera un poco cruda y cruel,
loslimites sociales del entendinlieiito de los doxósofos. Se sabe que la s
no respuestas son la plaga, In cruz y Inmiseria de los institutos de encuestnsque tr atan por tid os los niedios de reclucirln, ha studedi simularlas. Condenadas pues a pnsar iiindvertidns poi el sondeador que
las relega a la cocinade la encuesta y las consignas a los encuestadores, esa s no respuestas malditas resurgen bajo la pluma del"po1iticólogo" a travh s de los problemas de la "abstención", tnrn de la democra- ~~
-
\
1
93/100
Los efectasde la "mano invisible"del mercado que se ejerce tan-
cia, o de la"apatian, abandono a la indiferencia y a la indeferenciación
(el "pantano"). Se comprende qu e el sondeador politicólogo que ve en
to en el análisis como en la recolecci6n de datos (sabemos. w r eiem5/10/2018
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
tamente
plo, que esinteresantes
más fácil conseguir
en su opinión
clientesque
quepr
financien
egu ntaa
p re
s~sc
mne~ti
bs &rble
ecseproveer informaciones indispensables para la e x~licaci 6n e l as respuestas). Se conjugan con laausencia d e la reserva de personal libre
de las ureencias de la demanda inmediata v dotado de un ceoital
--~.~----común derecurso s te6ricos y técnicos que podria a segurar l a acumulaci6n de las adquisiciones (aunque no fuese sino por el archivo meMdico de las encuestas anteriores) p ara favorecer un uso descriptivo
de l a encuesta, e l mismo que piden inconscientemente los usuarios.
Lo que no impide a los m4s intrhpidos de aquellos que llamo, con Platón, los Ydox6sofos",proponer explicaciones que van mucho más allá
de loslimiteinscriptosen elsistema delo s factoresexplicativos, delos
cuales disponen siempre muy poco numerosos v a menudo mal medidos. Los vemos entonces, en-las jornadas elec¿ornles, proveer a boca
de
jarro explicaciones
e intenrretaciones
a las
la mala fe demasiado
e<idente de los
polit~cos uede dar
unaue
aires610
de profundidad
y
de objetividad. No daré como eiem~loino las exolicaciones oue fueron piopuestas p ara dar cu entáde fa declinación del partido comunista y que no dieron casi ningún lugar a cambios estructurales tan importantes como la generalización del acceso a la enseñanza secundaria y el desclasamiento estr uctural ligado a la desvalorización correlativa de los titulos escolares. aue sin dudaeiercieron efectosdetnrminantes en las disposiciones con respecto a ia politica.
Me aprestaba adetene raqui, por consideraciónal a hospitalidad
que se me brindó," mi análisis de los limites cientificos inherentes al
I
funcionamiento de la instituciones de investigación comercial, cunndolei el texto de Alain Lancelot que clausura, coronay concluye el florilegio SOFRE de 1984: en esta "respuesta" a una suerte de am al ~a ma pa stos ade las objeciones dirigidas a los sondeos, creo descubri;la
intención de contestarme pero no reconozco mis obieciones. aue, se.refieren - de allí sin duda ei malent endi dk a
de ciencias y
no, como se cree, de política (por más que l a falsaciencia t enga verdaderos efectos polfticos). Tomad, pues, un último ejemplo, que habia
~
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~
No quiero hacer me valer, sin hace rme comprender: el descubrimiento, en s ..itido verdadero, d e un a evidencia que, como se dice,
"saltaba a los ojos" no era e n s í mismo un punto de partida. No e ra
suficiente descubrir qu e la propensión a abst enerse o a t omar l a pal abra-"opinar, dice Platón , es hablar"- en lug ar de deleg arla, tácitamente , a los mandatarios, Iglesia, partido, o sindicato o, mejor, los
http://slide pdf.c om/re
a de r/full/bourdie u-pie r dotados
re -c osa s-dicha
s
plenipotenciarios,
de la
plena potentia agend i, los plenos
poderes de habl ar y de act uar en l u gar y en vez de los presunto s man-
I
I
todano
critica
a l sondeo,
identificado
consimbólico
el sufragio
universal
(la anulogía
es siquiera
falsa),
un atentado
contra
la democracia
no pueda sospecharla cuestión decisiva, que plantea a la ciencia, a la
politica .y a una ciencia politica digna de ese nombre la existencia de
no respÜestas que varinn según el sexo (las mujeres se "abstienen"
más).. se d n a oosición en el espacio social (tanto m6s o no se abstiene
uno cuanto más desprovisto se está económica y culturalmente) y 1
tnmbihn segúnsel carácter de las pregunta planteadas (los factores
aue inclinan la "abstención" son mds abiertamente "politicos", es decir más próximos en su letra y en su espíritu a los problemas que se
plant ean los doxósofos ordinarios, sondeadores, politicólogos, periodistas y políticos), Par a aclar ar estas verdades simples, pero disimulndas haio las evidencias de la rutina cotidiana del lector de cotidianos ("EI;remedio de abstenciones alcanza al 30%), hnbria que dar un
valor positivo a est a rebaja de lu encuesta y de la democracia, a esta
falta, esta lamina, esta nada (pienseseen el colculode porcentajes "no
resp;estas &cluidas1? y, por uno de esos cambios de signo, y de sentido. aue define la rup tur a cientifica con el sentido común, descubrir
que.la información más importante reside, en toda encuesta de opi.
ni6n.~.en la tasa de no respuestas. medida de la posibilidad de producir una respuesta qu e es cnracterísticn de unaca¿egoría: hasta el punto de que la distribución de las respuestas, de los si o de los no, de los
a favor y de los en contra, que define una categoría cualquiera, hombres u mujeres, ricos o pobres, jóvenes o viejos, obreros o patrones, no
tiene sentido sino segundo, secundario, derivado, en tant oprob alili.
da d condicionalque no vale sino por referencia a la probabilidad primaria, primordial, de producir una respuesta. Esta probabilidad liga-
1
.
~
.
~~
~~
~
da a u nadel
unidad
estadística
define
la competencia,
en elconcernidos.
sentido casi
jurídico
tbrmino,
socialmente
atribuida
a los agentes
La ciencia no tiene que celebrar o deplorar el hecho de la distribución
desigual de la competencia politica tal como es socialmente definida
en un momento dado el tiempo; debe analizar lastondiciones económicas y sociales que la determinan y los efectos que produce, en una
vida politicn fundada en la ignorancia (activa o pasiva) de esta desigualdad.
por alli, según una estrateg ia probada, a la critica propiamen te científica. Y que, si la critica cientirica debe en e ste caso, m6s q ue nun ca
tomar la forma de un análisis sociológico de la institución, es porque
los límites de la práctica científica están, como siempre o curre, pero
en gra dos diferentes, inscritos en lo esencial en l as coacciones que pesan sobre la institución y. a travbs de ella, en los cerebros de aauellos
que participan de la mism a. Tiene en todo caso buen método y Sin hipocresia, puesto auc a la inversa de las e stra tem as de "oolitización"
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q u e u s a n a r g u m e ñ to s d i s im u l ad a m e nt e a d h o s n e r n , d é s ca r g a a l a s
dant es, no est á di st ri bui da al azar; serí a necesario a ún poner e n rel apersonas de respon sabilidades que les incumben mucho menos de lo
ción la propensión par ticular de los más desprovistos económica y
ques -elslide
l aspdf.c
mi smas
q ui si eran creer.
om
cul t ural ment e a abst enerse de responder al a s p r e g u n t a s m á s p r o p i a - Bourdie u Pie1 r re Cosa s Dicha
men te políticas y la tendencia a la concentración de poderes en man os
de los responsables qu e caracteriza a los partidos fundados sobre los
sufragios de los m ás desprovistos económica y culturrilmente, y especialmente los pártidos co munistas. Dicho de otro moro la libertad de
que disponen los dirigentes de esa s organizaciones, ?S libertades que
pueden tomar con respecto a sus man dant es (y de l a cual t est i moni an
especialmente sus ex traordinarios cambios bruscos d e opinión) reposan fun dame ntalme nte sobre la entrega d e sí casi i.icondicional q ue
está implicada en el sentimiento de la incompetencia, has ta de la indignidad politicas, eso mismo que reve lan las no re spues tas. Y se ve
que, lejos de provenir de la revolución de no reconocer la democracia
sino a condición de que s ea popular (como insinúa Alain Lancelot), este descubrimiento de un a relación q ue politicólogo ordinario no puede
percibir (entre otra s razones, porque s u mano derecha, que "analiza"
los sondeos, no sabe lo que hace su m anos izquierda , que "analiza" la
"vida política") conduce al principio d e la ley tendencia1 que destin a
las organizaciones de defensa de los intereses d e los dominados a la
concentración monop olistas del poder de discusión y d e movilización
y q ue encue nt ral as pl enas condiciones de su reali zaci ón enl asUd emocracias populares".
Par a di si par t odomal ent endi do, deberí aagregar que est e descubrimiento, por los dem4s muy trivial, permite re tomar algu nos de los
análisis clásicos aue los neomachiavelianos. es~ecialmenteMosca Y
Michels, consagraron a l funcionamiento d e los aparato s politicos Ó
sindicales. sin ac evtar s u filocofia esencialista de la historia oue inscribe en la natura leza de la s "masas" la propensión a dejarse desposeer en beneficio de los cabecillas, y teniendo.en men te la idea de q ue
l a eficacia de l as l eyes hi st óri cas q ue neut ral i zan se encont rarí a suspendida, o por lo menos debilitada, si llegaran a enc ontrars e suspendidas, o debilitadas, las condiciones económicas y cultura les de s u
funcionamiento.
Me gustar ía habe r convencido, por este ejemplo, de q ue la "critica de los sondeos". si hav critica. no s e sitú a en el terreno oolitico. donde la sitúan aqueilos que se
defenderlos, pensando esbapar
190
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
JNDIC E ANALITICO
95/100
Absolutismo, 27,35,42-43,139
ADORNO, Th., 8
Agente, 22, 69 udase sujeto)
Alienación (polltica), 159.160.172
Almalcuerpo. 103-105
ALTHUSSER, L., (althussenanos),
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Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
18,22,29,30,31,57
Amor fati, 78
Analogía, 11,120-121,124
Antiintelectualismo, 154
Antinomias (falsas), 37-38, 0, 41.
44-46, 0, 55, 69-70, 1, 78, 80,
81-82,95-96,128-130,132,150,
154-155,156,175-176;77
Antropología, 19-20,21,31,108
Aparato, 169-170;
intelectual de, 70;
ley de bronce de los, 169-170;
teodicea del, 171-172
Apparatehik, 163, 166-167, 6 8169,171
Argot, 156
Aristocracia. 76.80
---- , - - , - - AUSTiN, J.-L., 32,38-39
Autoandlisis (aelbsheflexi6n), 35,
~
36.37.4243.96.101.105
A- " ,
(uéase t a nbi e n
obj e t i va a one s
de la sociolagfa)
Autonomta
(autonomizaci6n), 20,
37, 41, 51, 108, 109, 138, 148,
162,176,181;
conquista de la, 186;
(udase tambidn libertad)
Autoridad, 61,99
literario, 143,146,152;
politico, 143-146; 47.148, 152,
154,155-156;
religioso, 93-94,102-107,152;
social, 27,105;
socioldgico, 46, 48;
teoría de los, 26,3233,144.145,
149
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
universitnno, 27,34,99-100;
Clasif'ientorio (pensamiento
l6@icn1 34. 7-38. 7.77
.
.
o
-
133-134;136-137.151
Competencin, 103, 104, 146, 152153.171.189:
Cuerpo, 71,97,118-120,182-183;
relación al, 132,174;
técnicas del, 69
Cuerpo (constituido), 141,162;
espiritu de, 183
Cultura, 34,35,39;
contra, 157
erudita, 18;
Cura (de la s almas), 103-104
BACHELARD, G., 17,49,142
BAJTIN. M.. 16
BECKER, G ., 56
BENDM, R., 29
BENSA, A , 80
BERGER, B., 129
Bilingilismo, 111
BOLTANSKI, L., 73,161
Buen sentido (falsn claridad), 60,
185
BURGER, P., 145
Buró(v6ase construcci6ndelosgrupos), 160;
efecto, 170
Cdlculo (calculabilidad), 89, 90,
112-114.119.154:
eeonómiéo, 80,113;
racional, 111;
(udose tambidn racional)
Cambio. 51-53.175
cam bnd ge (escuela de), 56
Campo, 41, 43, 48, 50, 51-52, 5,
56-57,80,93,101.102,106-109,
111,112,127,143,144-146,150,
181;
artfstico, 20, 56-57, 144-145,
146,152,155;
cienttfico, 21,41-42,182;
de producci6n cultural, 99, 143,
141,148,152-153,154;
del poder. 130,147,176,186;
econ6mic0, 80, 108-111, 112 113;
escolar, 52-53;
Dones íintercambi
112-113;
'
34, 77, 78.
ideologln del, 61
D6xico. doxa, 19, 24, 61, 34,
~
S
138'
Dox6sofos, 188-189
DURKHEIM, E., 20,24, 35,40,45,
47, 57, 88, 123, 128-130, 33,
158,165
96/100
CANGUILHEM, G., 17-18
Capital, 39, 81, 08, 44, 46, 48,
5/10/2018
170;
culturnl. 44. 105-106. 12. 113.
~~U
~~
~~~
poiitica, 168
Competencin (luchas de), 42, '104,
'
109.144.152
~omu~icac~6n(formasocial
e), 41
42, 8-90, 20
poder sobre ei, 146,147
simbólico, 33,112-114,131,137-
139,140-141,144;
social, 112,113;
Carisma, 159
Casamiento, 21, 67, 72, 74, 76-79,
80,81-82, 5;
con In prima paralela , 21,31,78,
83:
preferencinl, 74
CASSIRER, E., 37,49, 5,104, 129
Cntedrhticos (scciedad de los), 162
Cntegorema(categoresthni),37,99,
117,137-138
Cntegoríns (de percepción), 61,128,
137.151
CELINÉ; F. 54
Certificado, certificación, 62-63,
139
CICOUREL, A, , 139,173
Ciencia, cientifico, cientiíicidad, 19,
140.142.185-187:
-
~~m~~~
~~,
..~
-
Cinismo, 27,154,167
Clase (social), 29,35,57-58, 1-82,
127.132-133.141:
sobre el pap d, 81;131-134;
lucha de clases, 141
Clasificaciones, 128
lucha de las. 89.141
Concentración (política). 190-191;
del poder, 170
Conceptos abiertos, 49-50
Conciencia, 21;
toma de, 100,159,181
Condescendencin (estra tegias de),
131
Condicionessoeiales de posibilidnd,
20,27,35,91-92,115,134
Conflicto/conscnso, 50
Consngrnción, 141,144;
auto, 162-163,171-112;
efecto de. 91
~ o ns c i e nt e l ~ nc o ns c i e nt e3
, ,31,43,
TU,115,127,128-129
Constitución. 140.161.162:
poder de, 30,139-141
Construcci6n, 26,44,45-46,5,68,
104,109, 30,132-134;
cientificn. 26.30
del objet;, lí5,176-177,185;
práctica, 177;
Constructivismo, 49, 104,127-129,
137.151
COZ,
6197;
epistemol6gico y social, 153-164
,, 87 21,93, 94, 5.
COURNOT,
Creencia (yAcampo),
97,110,120,123,183;
acad6mica, 119-120
Crlticn, 18, 35, 43, 120-122, 90191.
-- ,
histdricn, 28;
(v4ase tnrnbidn liistorfcismo)
Es t ruc t urn, e s t ruc t ura l , 175;
e historia. 26, 43, 51, 55, 94.96,
103.109.175-176.-77:.
modo de'pen&miento, 19, 121,
130,149.150. 175-176.177.178
cambio. 175
~ s t r u c t u r ~ l i s m eostructuralista),
l q , 19-20,21,25-26.29,3:
.
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
y co istructivismo, 44
Formal, formalismo, fomaliznci6n ,
55,56,73-74, 6, 89-91
F6rmuln (juridica, matemútica),
Chicago (escuela de), 48
N., 22,25,74
Danza. 181-184
DARBÉL,A., 20
DARNTON, R., 54
DAW. G., 19
Definiciones previas, 49,103
Definicidnprevia(error dela), 102,
103
Delegación, 34, 47. 116, 141, 158,
162,110,190
DENBY, E., 181
Denegaci6n (Verneinung), 27,131,
167
~
~
Deportes, 51,105
%>uración y 55-56.179
art e puro, 145-146
DESCARTES.
~esconccimienta econocimiento,
35.49-51,163
Desinteres. 153,168
Desviación, 160, 63 '
Diacrisis, 85
Diacritica (lectura, producci6n),
.
y economiar (del honor, de la religión, etc.), 112-114
Economicismo, 109-110
EISTER. J., 23-24
Empirismo,19, 30-31,42,44-45,46-
47,50,176-177
Empi risb s y teóricos, 44
Envejecimiento, 111
Erudito, 43, 7;
cultura, 122,123;
límite del conocimiento. 32;
relaci6n con el objeb, 31
Escrito, 87-88
Escritura (scciol6gica), 40,5943
Espacio
de los posibles, 40, 124,
178,180
Espacio soeial, 21, 26, 58, 81, 99,
130-134,138,149,154,175,189
Esplritu, 18
Esquemn, 83-84, 6,112,119,. 4
(véase también clnsificación);
prActico, 85-86, 8
Esencia (como quintaese ncin), 145-
149,160
Diferenciaci6n (e historin ), 80
Disciplina, 86, 83; y somatizaci6n
de lo social. 183
Disciplinn unhersitarin, 28
Distinci6n (búsquedn de la), 136
como instrumento de dominaei6n. 4 5
Dominación.
33.146-141,156;
efecto dei31;
estructural, 147;
forma de clasificnci6n como formn de, 35;
instmmento de, 19
& & d e(conceptos),
, 139
146
Esteticas
Estrategia (véase reglas), 23, 31,
posiciones y la s tom as de posiciones, 168,175
Honor. 33.112:
Inversi6n,l3.56-57,68,93,95,108,
113,150;
educntivn, 53
Irrncionnlismo, 32, 69
~
55,73-74,89-90
FOUCAULT, M., 8,19
Francfort (Escuela de), 30,148
FRAZER, J. G., 79
FREUD. S.. 47
FRIEDMAN, G., 19
114;
CHOMCKY,
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
33,53,67, 8.71.81, 110-111;
de reproducción, 74-75,78-79
educativns, 53-54,75-76,81;
mstrimoniales,68,71,74-77.7879;
JAKOBSON, R., 20
Jdanovismo (jdanoviano), 167
Juego, 23, 33, 42-43, 6-57. 7-69,
Idealismo, 25
71-72,73,75,85,93,95,102,123,
97/100
Eterniz aci6n (d e los conceptos), 289.9
5/10/2018
Etnología. 68, 9, 2,78,79,83-86,
95.100. 121-123:
--8
etnologismo, 119,122
Etn6logo,20,115,116,118-119,120
Etnometodología, 44,128-130,131,
132-134
Existencialismo, 17-18
Experimentaci6n epistemol6gica
(sociol6gicn). 67, 98
Experto, 139
Facultades (conflicto de Iss), 52
FAN( N, F., 20
Iglesia, 46,115
Illusio, 93,108, 50;
tambidn interhs)
Genealogía, 31, 32, 78-79, 1-82, Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s(uéase
- slide pdf.c om
Imperativo (pasaje del indicativo
117,118,121,137
al), 165
Gerschen'uron (efecto), 47,49, 5
Impostura legítima (Austin), : 66GOLDMAN. L.. 25.98
168 uéase también mala fe)
,
Imprecisión, 50, 79, 84, 7, 8
GRAMSCI, A,, 38
Imp r~vi saci6n invención, esponGrupos (genesis de los) (uéase
taneidad , libertad , crenci6n). 25,
clases), 26, 77, 78, 81, 95, 127,
F unda m e nt o (c ue s t ión de l ), 42
- , -
130,132-133,137,140-142,158162,165-166
GUEROULT, M., 17
Gusto (udase hnbitus. sistema de
134;
juicio de, 73
70, 4, 7,90
Incorpornci6n, 23,26, 1, 6,111
Indi i duo(y sociedad), 41,69-70,71
Individualismo (metodol6gico), 41,
146,150, 68;
cultural, 123;
doble. 70.96-97, 66-168;
espacio de, 108, 68; eglas del.
72, 74, 85;
sentido del, 22,23,68,70-72,73,
75, 6, 83, 7,150;
teoría de los, 56
Jóvenes, juventud (recien llegados), 144,147,170, 80
Juiid ismo (legalismo), 58, 72. 74,
83,86.89,91,109
Knbilia,32,34,35,42,67,70-71.73,
75-77,81,84,115,119,123,137
56
Insulto, 28,99,137, 45
Intelectual,27,51.56,148,152,170
Ka di j ut i z , 90
KANT, E., 19, 25, 35, 52, 163, 179,
180
17,19,44; estrucFenomcnología,
y estructuralismo(uéase
turnlismo)
FERRO, M., i70
Fetichismo, 39, 109, 158; olítico,
158-160
HABERMAS,
J., 353, 36, 41, 55, 69,
Ha bi t us , 22-27,
71, 73, 7, 80, 83-86, 7,89, 97,
108,110-112,132,133-135,178;
económico, 21; campo, 55,111112.127
FICHTE, J. G., 25
Fides implicita (entrega de sí), 161,
.""
m a rxi s t a , 28-29;
social. 51
~ n a l i s k o ,2, 110-111
Fisicalismdpsicologismo, 128, 29
íuéosetornbi6n obietivismo/subjetivismo)
F orm a , 85,90-91;
m e t ro de l a s , 85,90-91;
poner en, 85
a propósitode la verdad, 99-100;
sim%licis. 136-131,138
LUKACS, G ., 98
., ,
Magia, 88,104 ,109,152,161,162,
1R7i
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
Soei'a~, 09,16 2
Malafe(estructurnl), 163,164,166
120
Intencionalidad (sin intenci6n), 24
Interaccionismo, 44, 29, 130-131,
io n
Filologismo, 116,117-121
Filosofía(Gl6sofo),19-20.28-29,30', 39, 48-49, 0, 87; (uéase
t imbién eternizaci6n de los conceptos)
de l a libre elección, 26-27;
(uéase
de la) );también libertad (ilusi6n
oroletaroide. 54:
oficio de, 39:40 '
Intelectualismo, 23,33,79,98-100,
133,136-137
Interks. 42,56-57,70,83,93-96.99,
~ i G e s í a ,63
Historia (estructurnl), 175
Historia (de larg a duraci6n). 51;
social, 28
Historicismo, 27, 41,109
108-111,117-118,120,144,145,
150,166,167-170,171,186.187;
especifico, 95,98,146,153,168,
181;
prdctico, 94;
Historiznci6n (como desfataliznción, desnaturalizaci6n), 26, 27,
41,42;
28, 35, 51
HOFSTADTER. D.. 96
~ o m o l o ~ a c i 6 n8:89,91
;
Homologia, 143,144,147-150,167,
168-169;
e n he l os c a m pos, 143; nt re l a s
Nominncióii (poder de), 62, 138139,141-142, 151'
No-respuestns, 189
Objetivación. 37, 42-43, 67-68, 8586. 88, 95-96, 118-119,120-121,
161;
nutonn6lisisy de lnobjetivnción,
universal y en lo universal,
universalizaci6n de los, 168;
y campo, 56-57,108-110,144,
(uéose también illusio, inversi6n)
~nternó lexterno (hermenkutical
sociología, texto, contexto), 150
Posibilidades (y esp eranias), 23,34
Posibles, espacios de los, 40
Posiciones (y disposiciones), 23-24,
129: 130.131-135.180-181:
universo de las 1 ientíficas y
tom as de -sociológicns, 40
Positi vismo, 31, 37, 46. 47, 49-50,
56.103; 128: modelo de. 48
.
118:
86,94;
KO%,
KUHN.
A ,, 17-18
Th.,
. 6
LAZARSFELD, P., 31,46-47,48
Lectura, 115-116, 119, 121-122,
124,150,163,179;
formalista, 39
LEIBNIZ, W. ., 49
LkNIN, V. I., 20
LE ROY LADURIE, C., 74
L$VI-STRAUCS, C., 19-20, 2, 23,
31,33,38,68-70,127
Libertad, 24,69-70,ll;
ilusi6n de la, 27;
de invenci6n, 70;
y necesidad, 26-27;
teoría de la, 26
Límite, 58,103-104,146
LOCKE, J., 56
MEica v cronoloda. 87-88:
p r á¿ ti ca , 12-73
Luchas, 41-42;
:{elntivismo, 26-27
Representnr (representación), 61,
82,158,160
Resistencidsumisi6n. 156..157
Revolución simbólica; 118 ,14 7
Ritual(ritu..iizaeión), 20-21,68,7273, 77, 79,85,97,1 06;
social. 106
98/100
5/10/2018
MAMMERI, M., 117
MANST, E., 144,151
M A R X , K., (marxismo), 17, 20, 2830 37, 40. 43-4 7, 57, 58, 68, 75,
110,128-129,132,155,159-160,
166,179,180-181
MARX, L., 20
MAUSI M., 24-25, 69, 109
Mayo del 68(movimientoestudinnti]), 52, 54, 70,106
Mecanismo. 22
Mercado, 1~6,>47,185,187- 188;
lingilístico, 111;
matrimonial, 77-78
MERLEAU-PONTY, M., 1 7, 18 ,2 3
Metodología (uéose positivismo),
45,49-50,187
MERTON. 46.48
Mimesis (miktico), 87,. 97, 110120,182-184
Ministerio (misterio del), 141,159.
161,163,167
Modelo de la realidad (y renlidad
del modelo) (uéase tambié n código, lógica prhctica, pr6ctica.
scholasfic fallacy), 56, 110, 116117
Modo de reproducción escolar, 52,
.
*A
"-
Monismdplurnlismo, 78
Monopolio (de la violencin
simbólica(fariseísmo),
legitima), 138
Mornlismo
104, 105,
155
~o~fo¡ógicosefectos), 52
pnrticipante, 96
Objetivismo, 21, 22, 31-32,44, 61,
70, 100-101, 119, 128-130, 132134,177;
estructurnlistn, 69
subjetivismo, 44,81,128,129;
Obrerismo, 154
Ofertaldemandn (espacio de los
productos ofrecidos/esoncio de
las disposiciones), 56, i05, 106,
176,177
a c i a l (oficialización), 73, 74, 85,
88-91
Ontológico ídesliznmicnto), 62 .86
Or6culo (efecto de), 164-166
Ortodoxin, 21, 137, 14 6
Bourdie u Pie r re
Palabras (vocnbulario), 102, 104,
130,136-138;
deord en,l41 (uénsetambián politica. nominneión):
lucha a propósito de las, 62,63
PANOFSKY, E., 25
Pare ja epistemológica, 73. 1 77 (v.
tnmbi6n nntinomins)
Permnnencin (peimnnentes), 160
(uéase construcción de grupos)
P L A T ~ N ,6, 50, 87, 100 , 119-120,
124,190
Poeta, 70,87,117
H., 49
POINCAHB,
-~
Politien, 35, 60,101,110,117,137,
147-148,164-165, 172, 187.188
Polisemin (y polifonin), 118
Popular (Cultur n, lengua, religión),
97.106
Neutrnliznción, 47, 119
NIETZSCHE, F., 37, 163-165, 167
de In liternturn, 40;
y mundo socinl, 62 (ubase también te orin (efecto de) );
relib6osn, 46
Soeiologismo, 26
Sondeo, 185
Sujeto (i s. nqente), 27;
filosofia del, 29-30
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
Taxinomias, 28,79; prácticas, 79
Conocimiento (udase esquema) ;
lógica de la, 33-34,72.73,84-86;
Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
fines eóricos y fines, 68;
sentido, 68-70;
teoría o ciencia de 18, 31.91-92
Rnxis (uéase pr6cticir), 33
Refer encias (sistema de), 112
Revisión, 137
Principio G i visión y de división, 85,
Sacerdote, 102, -03
SARTRE, J.-P., .67 , 148-14 9,151,
161,164
SAUSSURE,F. de, 19-20,25,39,74,
89
Scholastic fallacy, 86, 99,11 1,11 7
(uéase también schol6)
SCHOLEM. G. - 2
136.1 37
opinión, 62
Pueblo. 97.. 152.153-155.
164-165.
.
167
Punto de vista oficial, 139
Racional, 43.91;
acción, 23,55-Ci ;
agente, 23;
c6lculo,22-24.69-71,83,111;
sujeto, 23
Razón (e historia), 35,41-42
Razones (y 'racionnliszación"), 31
Reflexividad. 24
bi&
usos s&iaies del paren-
Sectns, 105-106
SElBEL. C.. 23
~emiol&la; 52,11 6
Sentido común (tópico), 32, 117,
138-139;
mundo de, 135,1 36 (uéase también dóxico)
Sentido prhctico (véase Iinliitus,
sentido del juego), 22-24
Simbólica, 86-87,136,165;
cnmbios, 113;
dominación. 35.147.156;
estructura y eitruc turas sociales, 29-30
fuerza, 90-91,140-141;
manioulación. 104. ' 5:
pues ta en ord..i, &b 87;
ventnja, 83-84;
Socionn6lisis, 1 3
Sociologfa de la sociología, 29, 45,
96
tesco);
oficial, 70; poner en, 84,85;
obediencia a la. 71
y regularidad, 72,8 1, 84-85;
Relaci ones de fi:,rzn, 108 ;
en l a unidad ¿tom6stica, 76
Relaciones y sustancias, 129-130
101;
campo de la, 44-45, 46-47; del
arte, 33,98;
del conocimiento. 28.35;
de la filosofía, 98;
división del -cientilico, 100.173,
18 2
Trascendencia (de lo social), 158
Triunfos, 71, 102 (uéose ianzbibn
capitnl)
Universal, universalidad, universnliznción, 42,48,90-91,98, 99100,103,112-113,139,149,154,
162,164,166
99/100
5/10/2018
Tenis, 62
Teoría, teórico, &oncismo, 42, 4445.99-100. 116.132-133:
e f k t o d e , 2 9 , 5 i, 1 2 1, 13 '2 , 14 1 ;
espacio, 40
Teorídempiria, 177
Tesis (no téticas), 124 (udase fam biBn intencionalidnd sin intenci6n)
Tiempo (y prdctica), 33-34
Titulos (de nobleza, escolares, etc.),
138
Todo pasa como si. 111
Trabajo, 35,91,100,108-110;
de delegaci6n,160;
politico, 132-1 33 (udose fambibn
http://slide pdf.c om/re a de r/full/bourdie u-pie r re -c osa s-dicha s
Vanguardia, 145.146
Bourdie u Pie r re Cosa s Dicha s - slide pdf.c om
VEBLEN, Th., 24
Verdad, 41-42;
lucha a propdsito de la (ubase
lucha)
política de la, 42;
Verdadero, verdaderamente (odase
verdad), 146
Violencia simb6licn, 90
Virtuoso, 24
Vis formae, formal, 90 -91
VUILLEMN, J., 18
WEBER, M., 1 8 , 2 4 , 3 2
WEIL, E., 1 7 , 1 8
WITTCENSTEIN, L., 21
100/100
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