BAUTISMO DE LOS NO NACIDOS Dice Jesús a un alma escogida… -María, tú tendrás que cumplir una gran misión. Estos pequeños, si pueden llegar a la visión beatífica de Dios. Propaga lo que voy a decirte. Dilo también a mis Sacerdotes. EL BAUTISMO DE DESEO Y DE EMERGENCIA Modo de hacerlo: Vosotros sí podéis bautizar a estos niños. Escucha. Hacemos la señal de la Cruz. Reza un Credo. Después, toma agua bendita y la rocías por todas partes, diciendo: -A TODOS VOSOTROS NACIDOS MUERTOS DE DIA Y DE NOCHE, Y A TODOS LOS QUE VAIS A NACER MUERTOS, Y TAMBIÉN A TODOS LOS QUE SOIS MATADOS EN EL SENO DE VUESTRAS MADRES, A FIN DE QUE ALCANCÉIS POR MEDIO DE JESUCRISTO LA VIDA ETERNA……(Se dice un nombre de pila o muchos, según los que se quieran bautizar, María, José, Ignacio, Manuel, Pilar, Carmen, Luisa, Francisca, Loreto, Santiago, Cristóbal etc.) y se sigue diciendo: YO OS BAUTIZO EN EL HOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO (A la vez que se hace con la mano la Cruz como Bendición). Dios hará que el agua bautismal caiga sobre las cabezas de los bautizados y les dará a cada uno su nombre. Según la medida de fe en vuestros corazones, se os darán esas almas pequeñitas a quienes abristeis El Cielo. AL FINAL SE REZA UN PADRE NUESTRO, UN AVE MARÍA Y UN GLORIA Y LA ORACIÓN AL PADRE ETERNO: “POR EL INMACULADO CORAZÓN DE MARIA. OS OFREZCO LA SANGRE PRECIOSÍSIMA. PARA QUE SEAN LAVADOS EN ELLA, TODOS LOS NIÑOS QUE HAN MUERTO SIN BAUTISMO. POR JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR”. AMEN. PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y UN GLORIA. Con estas oraciones dictadas por JESÚS a una alma escogida podemos cada noche bautizar a muchos niños no nacidos o nacidos sin bautizar y muertos y ayudarles a que alcancen el Cielo. Hace pocos años murió una religiosa anciana en un convento de Alemania. Ya estaba agonizando. De repente, se iluminó su rostro y mirando con ojos maravillosos a lo lejos exclamó: -Oh, cuántos niños negritos, tantos niños negritos, me están buscando para llevarme al Cielo-. Las otras hermanas que presenciaron el hecho, no vieron nada, pero si oyeron sus palabras y vieron el rostro radiante de la moribunda. Después recordaron que la anciana tenía la costumbre de dar todas las noches, antes de acostarse, el agua bendita a los niños negritos no bautizados en el África. Habían venido estos mismos niños bautizados a buscar a su bienhechora. Es en verdad una maravillosa confirmación de lo antes expuesto.