LA RATONA Y EL HACAJLLO En los andes existe un animalito, especie de pájaro carpintero, o pájaro pito, que hace su casa en los acantilados en forma de huecos, los pobladores quechuas lo llaman “Hacajllo”. Cuentan del Hajacllo que era un vecino muy buena gente en esos tiempos a todos les hacia favores y casi nunca se negaba, viendo esta bondad, su vecina, una ratona decidió ir a visitar a la casa del pájaro carpintero, se paro en la puerta y lo llamo por su nombre; (Ratona) – ¡Vecino Telesforo! así se llamaba el Hacajllo el pájaro carpintero sale de su casa y contesta; (Hacajllo) – ¡Vecina ratona…!, ¿que la trae por aquí?. (Ratona) – Hay vecino… vengo a saludarlo y a ver como esta de salud. la ratona era una parlanchina y empieza a chismearle cosas de su familia; (Ratona) – Mis hermanos todos de canto son muy buenos, pero en cambio mis cuñadas…, son unas creídas, por eso las odio con toda mi alma. refiere la ratona, el Hacajllo la escuchaba atento hasta cierto punto quería oír las noticias de la vecina, así conversaron mucho rato, pero la ratona habiendo captado el inter y atención de su vecino, como entrando en confianza con una voz muy dulce y melodiosa le dice; (Ratona) – Vecinito, estoy invitada a la fiesta del cielo, quisiera que cuides a mis hijitos solo por esta noche, por favor. Al escuchar la proposición el Hacajllo se negó; (Hacajllo) – No!, no puedo cuidarlos, son muy traviesos… (Ratona) – No ocurrirá nada vecino, te dejare mote y unas ocas sancochadas, para que les des de comer. Le dijo la ratona. (Hacajllo) – Bueno, no importa los cuidare Acepto finalmente el Hacajllo, pero los hijos al ver la ausencia de la madre lloraron toda la noche, el Hacajllo quiso consolarlos, les daba las ocas sancochadas y el mote , pero estos no querían ningún tipo de alimento, las criar seguían llorando, y llorando, el Hacajllo aburrido y cansado de las crías de la ratona decidió ir a buscarla. Fue rápido volando a la fiesta de los cielos, y ubico a la ratona ella estaba bailando muy alegre se acerca y le dice; (Hacajlllo) – Oye doña Simona!, tus hijos están llorando, no me dejan dormir… La ratona sin dejar de bailar le responde; (Ratona) – Anda! ve y dales pues sus ocas sancochadas y su mote… (Hacajllo) – Pero no quieren comer… (Ratona) – Tu anda nomas, ya se calmaran Evasivamente le responde la ratona, lo primero para ella era bailar y cantar en la fiesta, el pájaro carpintero furioso retorno a la casa, otra vez se acerco donde los niños llevando las ocas cocinada y el mote, tampoco quería comer y seguían llorando el Hacajllo, ya no tuvo mas paciencia de nuevo decidió volver a la fiesta donde se encontraba la madre de las criaturas y le dijo; (Hacajllo) – Oye doña Simona!, tus hijos están llorando siempre, no quieren ni ocas ni mote…! La ratona Simona no deja de bailar de rato todavía le dice; (Ratona) – Anda pues hazles comer a la fuerza y no me fastidies! (Hacajllo) – Doña Simona… sus hijitos solo se calmaran cuando la vean a usted. (Ratona) - No ves que estoy ocupada a qui en la fiesta corre ve a calmarlos y no me jodas mas!. Le dijo enfática la ratona, mientras seguía divirtiéndose con otros ratones, el Hacajllo contrariado con las respuestas esquivas de su vecina Simona se disponía a salir de la fiesta muy decepcionado como puede a ver gente así de aprovechadora se decía, pero se sintió un poco dolido por las respuestas de la ratona, su forma despectiva que siga cuidando de sus hijos como si fuera el padre el, en eso se amargo mucho ya me canse carajo! Enviare a aquel que tiene poncho moro se dijo y se fue volando en busca del poncho moro, se acerco a una casa de humanos, el poncho moro había sido un gato, se encontró con este y lo llevo a la fiesta una vez que el gato asomó sus narices en la fiesta, todos los fiesteros ratones hicieron un alboroto para escapar cada uno como pueda en un santí amen ni polvo de la fiesta, la ratona Simona que estaba bailando a lado del artista, cuando estallo el alboroto, no tuvo mas remedio que introducirse y esconderse dentro del arpa, pero para su mala suerte fue vista por el gato!, este como ya no quedaba nadie y no podía irse sin comerse un bocado, simulo regresarse, pero se escondió cuidadosamente y vigilar el momento en que la ratona salga del arpa, pasan unos minutos y todo esta en silencio la ratona sigilosamente saca la cabeza y mira a todos lados, al ver que no había nadie y no había muros en la costa y grita Amigos…! Amigos! Vuelvan que siga la fiesta que el gato ya se fue. No bien había terminado de hablar, el gato la sorprendió y la devoro inmediatamente de un solo bocado así terminaron los días de doña Simona Y sus hijitos?, bueno sus hijitos terminaron huerfanitos. Fin