Un viaje CETis 49 Autor: Ramírez Toledo Domingo Lugardo Grupo: 2A MC Aquel mes de junio me tocaba ir a votar en las elecciones presidenciales, aunque era de suponer que Adolf Hitler IV ganaría, sinceramente me interesaba el futuro de mi país. En el trabajo me dieron el día libre ya que el jefe era un simpatizante del fascismo de la segunda guerra mundial. Desperté temprano, agarré mi credencial de elector, prendí mi coche y aceleré; el plan era votar, pero se me ocurrió una excelente idea, desviarme solo unos metros, que luego se hicieron kilómetros. Sin darme cuenta llegue a la playa. Descendí de mi automóvil sin nada en mente sobre que realizaría; mis tripas daban signos de funcionar correctamente, así que opté por comer mariscos en un restaurante decadente, con fallas en las luminarias y algunas cucarachas que me hacían compañía. Más tarde decidí broncearme un poco como buen morenazo e hijo del maíz que soy, disfrutando de la gran vista, nótese mi referencia a las muchachonas, dado al buen ojo que tengo, bien lo dice la canción, “¡en el mar la vida es más sabrosa!”, por ello, no se podía perder ni un solo minuto. Tras hacer notar mi galanura a las chicas del lugar, caminé unos metros, cuando de repente mi mente comenzó a dar vueltas, sentí como si la misma alma se me saliera y se fuera al mero cielo, los colores de los objetos se opacaban tal cual daltónico, varios seres empezaron a aparecer frente a mí, tomando lentamente forma de seres humanoides, sus caras eran ovaladas, contaban con distinguida altura, delgados, huesudos, sin gestos ni emociones. Mi entorno comenzó a transformarse, árboles emergían, fuentes por todos lados, monumentos de personajes que no había conocido ni en los libros de la SEP, pero, tenían aspecto prehispánico; al fondo perros corriendo del tamaño de un coche, de la arena brotaba pasto, por muy loco que suene. Tal cual computadora, mi cerebro intentó aguantar la carga de lo acontecido, o eso intenté, ya que, al intentar huir, me desmayé. Abrí mis bellos ojos, ¿Dónde estaba? era un cuarto de hospital, tocaron la puerta, un silencio antecedió a la entrada de mi madre estupefacta, intenté deducir qué me sucedió, destaqué algunas posibles explicaciones: me volví un enfermo mental, fue un sueño, tal vez y solo tal vez fue un viaje inter dimensional, o los mariscos causaron otro efecto. Esta en tu mente mi relato, lo dejo a tu deducción si es real o no, tal vez soy un loco o un viajero en el tiempo que olvidó todo al ser enviado al pasado, o simplemente soy una persona con mucha imaginación.