Reflexiones sobre la red sanitaria La atención de la salud coordinada e integrada 29/04/2020 Mario Corea La situación de la pandemia que estamos viviendo ha puesto de manifiesto la necesidad de replantearnos muchos de los temas fundamentales de nuestra convivencia. Como profesionales específicos en el campo de la arquitectura para la salud, nos vemos enfrentados a los grandes desafíos que todavía hoy tienen los sistemas de salud a nivel global. Creemos que es necesario reforzar el concepto de redes y recursos físicos coordinados e integrados. Una red sanitaria se basa en la integración de efectores diferenciados por la complejidad de resolución médica, desde los equipamientos como los centros de atención primaria, hospitales de resolución media y comarcales, hasta hospitales regionales. Esta red puede verse complementada con hospitales especializados, como de emergencia o centros de investigación. La dimensión de las redes hospitalarias y la complejidad de la resolución médica estarán en función del tamaño de la población a servir y del radio de extensión del territorio donde se asientan, incluyendo las áreas rurales. Evolucionar y crecer la red, no los edificios sanitarios Hacer crecer el número de efectores y complejidad de la red sanitaria, evita el costoso e inconveniente crecimiento de los equipamientos existentes. Este crecimiento significa ir agregando nuevos efectores generales o especializados según la demanda poblacional lo vaya requiriendo. En esta red, todos los servicios están conectados informáticamente y permiten dirigir a los pacientes al nivel de atención que corresponda. El hospital como red sanitaria no solo se nutre de nuevos edificios, sino que integra los ya existentes, alguno de los cuales se modernizan tanto en las concepciones médicas de diagnóstico y tratamiento, como en las propias estructuras físicas parcialmente obsoletas. Reciclar y renovar una estructura existente adecuándola a la demanda de la red según sea el estado y conservación de ésta, puede resultar más económico. La red atiende a otro principio actual de la atención sanitaria. Hoy los hospitales no se miden por el número de camas, que ha perdido importancia ante la reducción de la estancia del paciente en el hospital, sino por la complejidad y diversidad o especialidad de los servicios que presta o la tipología de las enfermedades que se atienden. Hoy un hospital de 140 camas no dice nada, sino se especifica el rol que juega en la red sanitaria. La red tiene que estar compuesta por edificios evolutivos y ella misma tiene que ser evolutiva, capaz de cambiar, complejizarse y si es necesario, crecer. Esto permitirá dar respuesta a corto y a largo plazo, al adaptarse para asumir situaciones puntuales como una pandemia o catástrofe natural, sin colapsar la red existente y con las mismas garantías sanitarias tanto para pacientes como para profesionales de la salud. Las redes deben responder a las condiciones y características del territorio, la densidad y distribución poblacional sobre el mismo, la geografía, el clima, la topografía, el desarrollo socio económico y cultural, la capacitación del personal médico y de enfermería, las características urbanas y los servicios de infraestructura hospitalaria. Estas variables deben ser tenidas en cuenta para determinar la complejidad de la red a plantear, así como su capacidad evolutiva en el futuro. Es un momento de reflexionar y analizar los diferentes sistemas sanitarios existentes como puede ser en Cataluña, España y en Santa Fe, Argentina, evaluando cómo puede completarse y adaptarse la red a la diversidad de situaciones específicas a la que nos enfrentaremos en un futuro inmediato. Santa Fe, Argentina: un caso de estudio A partir del año 2007, con la voluntad de crear una red de infraestructuras sanitarias, así como de escuelas y centros culturales, que garantizara el bienestar y cubriera las necesidades de los ciudadanos, el Gobierno de Santa Fe inició un programa de arquitectura social en la provincia, ideado por el gobernador Dr. Hermes Binner. Se trabajó en conjunto en la Unidad de Proyectos Especiales del Ministerio de Obras Públicas para crear un plan estratégico de los servicios de salud, que tenía como objetivo organizar la región en redes, conectando las áreas centrales con las periféricas, corrigiendo desigualdades territoriales y potenciando los recursos de cada región. En cada una de las cinco regiones, se planteó el concepto de red sanitaria, construyendo tres tipos de efectores de salud: centros de atención primaria, hospitales de mediana complejidad y los cinco hospitales de alta complejidad. En total se construyeron más de 100 establecimientos de salud, logrando que, al día de hoy, Santa Fe tenga uno de los sistemas de salud públicos más sólidos y autónomos de América Latina. Lo interesante del plan de Santa Fe no es solo su contexto local, latinoamericano, sino el hecho de que ofrece una oportunidad para abrir un debate internacional sobre diversos temas que han estado perfilándose en todo el mundo con relación a la arquitectura, el diseño urbano y los servicios sociales. En este momento histórico no es posible admitir que hay muchos lugares del mundo que tienen un servicio de salud deficiente y en algunos casos inexistentes. La construcción de redes sanitarias integradas y coordinadas que brinden una salud integral en todos los ámbitos territoriales es hoy un derecho impostergable de todos los ciudadanos. Sin embargo, la red sanitaria por sí misma no puede existir sin que sea respaldada por las voluntades políticas, sociales y económicas, en función y beneficio de todos los ciudadanos.