MIGUEL GUAL CAMARENA ORÍGENES Y EXPANSIÓN DE LA INDUSTRIA TEXTIL LANERA CATALANA EN LA EDAD MEDIA -- FIRENZE LEO S. OLSCHKI EDITORE MCMLXXVI "'" Est.ratto da/ voluv,e: .. PROD1,JZIONE, COMMERCIO E CONSUMO DEI PANNI DI LANA ATTI DELLA « SECONDA SETTIMANA (10-16 aprile 1970) DI STUDIO » Istituto Internazionale di Storia Ecoriomica « F. Datini » PRATO FIRENZE 1976 , ~ ------ ------------------' MIGUEL GuAL CAMARENA ORÍGENES y EXPANSIÓN DE LA INDUSTRIA TEXTIL LANERA CATALANA EN LA EDAD MEDIA 1 - ESTADO DE LA CUESTIÓN. Hasta hace pocos años, la bibliografia sobre la industria textil lanera catalana en la Edad Media, se basaba en las clásicas obras de Antonio de Capmany y de Ventalló Vintró. El primero publicó en Madrid, a finales del siglo xvm, sus célebres Memorias históricas sobre la marina, comercio y artes de la antigua ciudad de Barcelona, en quatro densos tomos, reeditados en 1961 por la Cámara Oficial de Comercio y Navegación de Barcelona, al cuidado de los Pro­ fesores Emilio Giralt y Carmen Batlle. 1 Esta famosa obra es una cantera de datos y documentos sobre el tema, bastante desordenados, hasta el punto que hoy constituye un verdadero cajón de sastre. Dedica su primera y segunda partes a la marina y comercio y la tercera a la producción y gremios. En unas 25 páginas liquida los epígrafes sobre el comercio de estofas de lana, « la in­ dustria de la arte de la lana » y los gremios que la trabajaban (pelaires, tejedores y tintoreros). Quizá sus apartaciones más valiosas vengan de los Libros Consulares de los grem.ios de pelaires y tejedores de lana de Barcelona, hoy perdidos, sin olvidar la edición de las importantes ordenan­ zas laneras de 1438, 1443 y 1447. De su rápido paso sobre la problemática de esta industria, pueden sacarse unas conclusiones ( que la documentación y bibliografia posteriores confirman): la importancia de las lanas inglesas como materia prima de la industria textil barcelonesa de calidad (1438); los abusos que se ha­ bían introducido en los siglos XIV y xv, especialmente en el teñido de telas, confirmados indi­ rectamente por las continuas y repetidas prohibiciones, controles y marcas de calidad; y el fra­ caso de la solución utópica del proteccionismo a ultranza hacia la industria textil indigena, con medidas contra la entrada de paños extranjeros. A nuestro parecer, la tan citada Historia de la industria lanera catalana de Ventalló Vintró, representa un retroceso respecto a la obra de Capmany, a pesar de haberse publicado a principios del siglo actual. Por lo menos para el estudio de los tiempos 111.edievales, apenas trae algo apro­ vechable, y ello mezclado con errores de bulto y repetición de lugares comunes (como la expor­ tación de paños de lana catalanes desde el siglo XII y los de Tarrasa y Sabadell desde el Doscien­ tos). Incluso el estudio de los gremios textiles, a los que dedica gran parte de la obra, necesita una revisión a fondo.2 1 A. DB CAPMANY Y DB MoNPALAU, Memorias liist6ricas sobre la marina, comercio y artes de la a11tig1111 ci11dad de Bar­ ce/011a, Real Junta Y Consulado de Comercio da Barcelona, Imprenta Antonio de Sancha, Madrid, 1779-92, IV, Ré:­ dición anotada, con introducción, notas y revisión documental por E. GmALT RAVENTÓs-C. BATILE GALLART, Ca­ mara Oficial de Comercio y Navegación de Barcelona, Ed. TEIDB, Barcelona, 1961-63, (el 2° consta de dos partes). Véase la amplia nota critica de M. GuAL CAMARENA, C11p1111111y redivivo, en « Hispania », xxrv, 1964, PP· 433-4 4S. 2 J. VENTALLÓ VINTRÓ, Historia de la i11d11stria /a11era catalana. Mo11ograjfa de s11s a11tig110s gremios, co11 profi1sió11 de notas Y 11pé11dices de dow111e11tos i11éditos, Prologo de Federico Rahola, Imprenta y Litografia de J. VENTAYOL VILA, Tarrasa, 19o4• 511 MIGUEL GUAL CAMARENA Evidentemente se debió haber iniciado la investigación por sus cimientos: la edición de un completo « corptts >> doc11111e11tal que sirviera de base a los trabajos monográficos. La importancia de la industria textil catalana, actual y pasada, merecería la iniciación de esta empresa, que no creemos se haya planeado aún y que brindamos al patrocinio de los organismos culturales y eco­ nómicos de Catalw1a. Cuando en 1967 planeamos el mapa histórico de la industria textil hispana en el Medievo,3 volcamos allí las fichas documentales sobre medio centenar de focos textiles catalanes y sus materias primas.4 Deberán aprovecharse íntegramente cuando se emprenda la citada colección diplomática, así como los muchos documentos citados en la gran obra de Claude Carrere sobre Barcelona centro económico en la época de las dificultades, donde además encontramos el primer estudio de conjunto sobre la industria textil barcelonesa entre las dos últimas décadas del siglo XIV y la primera mitad del xv.5 Los problemas de la ter111i11ología textil se han renovado, recientemente, con dos documentados vocabularios: el de Jesusa Alfau de Solalinde sobre los tejidos castellanos del siglo XIII, compuesto en 1939 y publicado sin modificaciones 30 años después; 0 y el Vocabulario del co111ercio 111edieval del que os habla, con amplia base documental para el estudio de la industria textil hispana, el consumo masivo de telas extranjeras y la lexicografía catalana medicval.7 En este sentido tienen, gran importancia los iniciados diccionarios históricos de las lenguas castellana y latino-catalana ampliamente documentados. 8 Hagamos referencia, también, a lor trabajos sobre el co11su1110 y comercio de tejidos extra19eros en la Península Ibérica. Los paños exóticos citados en la cortes de Jerez de 1268 y en la tasa por­ tuguesa de 1253, se reeditan y documentan por Rolin en un útil estudio, dificil de encontrar en las bibliotecas españolas.9 Las importaciones de paños flamencos, franceses y lenguadocianos han sido estudiadas por Laurent y Dupont, además de las clásicas obras de Espinas y De Poerck.10 3 M. GuAL CAMARENA, Para 1111 mapa de la ind11stria textil hispana e11 la Edad Media, en « Anuario de Estudios Medievales», 1v, 1967, pp. 109-168 y un mapa dcsdoblable. • Localizamos y documentamos allí los siguientes focos textiles catalanes: Almenar, Ampurias, Valle de Arán, Bag�, Bañolas, Barcelona, Bellpuig, Berga, Caldas de Malavella, Camprodón, Canigó, Castellón de Ampurias, Ca­ taluna, Ceret, « Domeny, Fons, Fusteya, Gardeny, Gayloch », Gerona, Gósol, Igualada, Lérida, Llagostera, Llobregat, Manresa, Montpellier, Perpiñán, La Pobla de Lillet, Pont de Armentera, Puigcerdá, Ripoll, Rosellón, San Daniel, San Juan de la Abadesas, San Lorenzo de Morunys, Ter, Tortosa, Torroella de Montgrí, Valls, Vich y Villafranca del Conflent. Preparo unas Adiciones al mapa textil medieval, en las que, entre otros, se documentarán nuevos focos texti­ les en « Auzeda », Balaguer, Besalú, Capellades, Cardona, Cervera, Martorell, Molins de Rey, Moneada, Prats de Mol ió, « Prats de Urge!», Ripollet, Sabadell, Salt, San Celorú, San Fcliu de Torelló, Solsona y «Trilla». 6 C . CAJtREIUJ, Barcelo11e, centre écono111iq11e, a t l'époq11e des d!ffiwltés, 1380-1462, Ecole Pratique des Hautes Etu­ des, Sorbonne, VI• Section, v, París, 1967. Véase especialmente el capítulo 6°: La draperie barcelouaise, pp. 421-528. 0 J. Atr-AU DE SO LALINDE, No111e11clat11ra de los tejidos espaiioles del siglo XIII, Anejos de « Boletín de la Real Aca­ demia Espanola », XIX, 1969. 1 M . GuAL CAMARENA, Vocabulario del comercio 111edie11al. Colecci6n de ara11celes ad11a11cros de la Coroua de Arag611 (siglos XIII y XIV), Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial. Tarragona, 1968. Se estudian y documentan más de 150 voces de tejidos y materias primas textiles, muchas referentes a la industria lanera. 8 Dicciouario l,ist6rico de la lengua espmiola, por la Real Academia Española, Scnúnario de Lexicografía, Dirigido por J. CASARES-V. GARciA DE DIEGO, Madrid, 1960-1%8, 8 fase. (a-ag11a11tar); Glossari11111 111ediae lati11atatis Catalo11iae. Voces latiuas y ro111a11ces docu111e11tadas e11 f11e11tes rntala11as de aiio 800 al 1100, Universidad de Barcelona, Departamento de Filología Latina, redactado por M. BASSOLS DE CuMENT-J. BASTARDAS PARERA, Barcelona, 1960-1969, 5 fase. (a­ co1ifrater). Tambien se esta reeditando el valioso Diccio11ari catala-valencin-balear, de ALcovER-MOLL-SANCfllS-GUARNER, r-v, Palma de Mallorca, 1964-68. 0 G. RouN, Dow111e11ts relatifs a l'liistoire d11 co111111erce des draps da11s la Péninsule lbériq11e a11 XIII' siMe, c11 <• Sech­ sunddreissigstcr Jahrcsberich über die Prager Handelsakademie », Praga, 1892. 10 H. LAURENT, Uu gra11d co111111erce d'exportatio11 a11 Moye11 Age. La drapcrie des Pays-Bas e11 Frmzcc et d1111s les pays 111éditerrm1éc11s (Xll'-XV' siecle), Paris 1935; A. DuPONT, Les relatious co111111erciales e11tre les cités 111ariti111es du Lm1g11edoc et les cités 111éditerrm1ée1111es d'Espague et d'lta/ie, d11 X' a11 XIII' siecle, Nimes 1942. El impacto de la onomástica en 15 512 ORÍGENES Y EXPANSIÓN DE LA INDUSTRIA TEXTIL LANERA CATALANA Pero ha sido el infatigable hispanista Charles Verlinden quien, en media docena de documentados trabajos, ha tratado la rica problemática planteada por la invasión de paños flamencos, brabanzo­ nes y franceses en la Península Ibérica durante los siglos xm, XIV y xv, especialmente en Castilla y Portugal. 11 Para la Corona de Aragón y Castilla hemos logrado, en nuestro trabajo El comercio de telas en el siglo XIII hispano, valiosas series estadísticas de tejidos importados, que contribuyeron al desequilibrio de la balanza comercial de pagos y a la inflación del Doscientos. 12 Mayor interés para nuestro tema tienen las estadísticas publicadas por Federigo Melis, sobre el movimiento de paños flamencos, hispanos e italianos que pasaron a través de las factorías comerciales de los Da­ tini en Barcelona, Valencia y Mallorca, entre 1393 y 1410. 13 Nos revelan, además, la importancia del comercio catalán de reexportación (al que se ha prestado hasta ahora escasa atención) y el valor primordial que iba adquiriendo Valencia como plaza comercial. La bibliografia sobre otros aspectos de la industria lanera se citará más adelante. Nuestra ponencia intenta dar una visión de conjunto sobre la problemática de la industria lanera catalana-medieval. Es labor delicada, dificil, llena de lagunas e interrogantes. Más que afirmaciones tajantes, sugerimos matices, puntos de vista, aportaciones de los autores y de la do­ cumentación. La historia económica catalana en la Edad Media, como buena parte de la española en general, está por hacer o rehacer. Por ello el presente trabajo no debe considerarse como final de etapa, sino punto de partida y apertura de cauces para futuras investigaciones. 2 - ÜRÍGENES Y EXPANSION DE LA INDUSTRIA LANERA CATALANA. Sabemos muy poco de la fase doméstica, localista o rural de la industria textil española y de las características de su transformación en fase mercantil o industrial. La lanera catalana de la Alta Edad Media giró, probablemente, alrededor de los ríos y los ganados pirenaicos. Su avance hacia la zona costera y prelitoral debió ser lento, a través de los siglos XII y xm. No eremos se haya confirmado documentalmente la sugestiva hipótesis de Vicens Vives, de que la emigración hacia la Corona de Aragón de los albigenses - muchos de ellos tejedores -, reactivó la economía catalana y contribuyó al resurgir de su industria textil. Hoy esta1!'1os conformes, en términos �enerales, que la guerra franco-anjevina contra la Co­ rona de Aragon (1283-1313), a consecuencia de la cuestión siciliana, debió paralizar la importade los tejidos flamencos importados �n España, transformados de nombres propios en comunes, ha sido estudiado por : , 1 dais deve1111s 110111s co11m11111s d1111s les la11g11es romanes en « EstuB. E. Vmos, Noms de vil/es et de provmces fl11111a11des et 11 eerla1 ' dios dedicados a Menéndez Pida! », I, Madrid, 1950, pp. 165-194. 11 CH. VERLINDEN, Co ntrib11tio11 il l ét11de de l'e xp11nsio11 commercia/e de la draperie fia1111111de da,is la Pé11i11mle Ibériq11e ' 1111 xrrre siecle, en « Rcvue du Nord », XXII, 1936, pp. 5-20; Draps des Pays-Bas et d11 Nord de la Fran ce e11 Espag11e 1111 �IV' siec/e, en «Le Moyen ':ge •, vn, pp. 21-36; El comercio de patios fla men cos y brabanzones en Espmia durante los siglo� Xl!l Y X�V, en « Boletm de la Real Academia de la Historia », cxxx, 1952, pp. 307-321; Parios belgas en _ ales. Poes(a e historia económica, en « Cuadernos de Historia de España », xxrx-xxx, 1959, f,1eutes literarias espanolas 111ed1ev PP, 218-230; Draps des Pays-Bas et d11 Nord-O11est de l' E11rope a11 Porti,gal 1111 XV' siecle, en « Anuario de Estudios Me­ dievales », m, 1966, P�- 235-261 ; Derrx poles de l'expansion de la draperie fiama11de et braba11fo1me a11 XIV' siec/e : la Polo­ . gn� et I� Pémns11le lbénq11e, en « Studia Historica Gandensia », crv, 1968, separata de « Kwartalnik Historii Kultury Ma­ tenalneJ », XVI, N. 4, 1968, pp. 679-689. 12 M. GuAL CAMARENA, El comercio de telas en el siglo XIII hispano' en « Anuario de Historia Económica Y Social », I, 1968, pp. 85-106. 13 F. MELIS� La diffi1sio11 e_ ne/ Mediterra11eo dei pmmi di Wervicq e del/e altre cittil della Lys attomo al 1400, . en _« Studi . m onore d1 Ammtore Fanfa111 », m, Milan, 1968, pp. 217-243 ; G. RoMESTAN, tiene anunciada una comurucac1on so­ bre el tema : A p ropos d11 co111111erce de draps dans la Pé11ins11/e [bériq11e 1111 Mayen Age : les 111arc/umds la11g11edocie11s dans le roy1111111e de Vale11ce da11s la premiere 111oitié d11 XIV' siec/e, en � 940 Congres National des Societés Savantes », Pau, 812 abril 1970. 513 33 MIGUEL GUAL CAMARENA ción de tejidos transpirenaicos y l a llegada de la producción catalana del Rosellón, provocando indirectamente la creación de la gran industria lanera catalana (a partir de 1 304, según luego ve­ remos). De la primera fase, que hemos denominado doméstico-mral, tenemos datos dispersos desde mediados del siglo xn: La existencia de tribus drapers en Prats de Mollo (hoy en el distrito francés de Ceret), en 1 151 ; la construcción de un molendino drapario en la villa gerundense de Salt, similar a otro del Mercada!, en 1166; un pleito sobre otro « molendino drapario, quod est apud Auzeda », en 1181; y la construc­ ción de molinos pañeros en le territorio de Lérida, en 1 191 y 1 1 94, son las primeras referencias a esta industria en Cataluña. 14 Hacia mediados del siglo XII emigran varios textores de la zona gerundense de Caldas de Mala­ vella, y a finales de dicho siglo y comienzos del XIII se documentan molinos traperos en Gerona y en el curso del rio Ter. 15 Ya a finales del siglo XII se funda en Lérida una pequeña sociedad mercantil, probablemente para la explotación de un » operatorio » textil.16 Las « Consuetudines Ilerdenses», elaboradas en 1228 por Guillermo Botet, regulan ya el cardado, teñido y urdido de los paños en la famosa ciudad del Segre.17 Cronológicamente, antes de Barcelona, hay que situar los datos de Pont de Armentera, en Tar­ ragona (1229) ; los famosos paños de Lérida, con importante tintorería (1233 a 1295) ; así como _la esta­ meña, paños negros y blancos de Ripoll (1238 a 1271) .is Aunque la lezda de Barcelona de 1222 no menciona su industria textil, treinta años después se citan tintoreros barceloneses (1253) y en 1255 éstos últimos, los bataneros y los fustaneros tienen que salir del casco de la ciudad, por orden del baile de Barcelona. Sus fustanes blancos, lisos y listados circulan por Valencia y Perpi.fián, entre 1271 y 1295.10 Pero ¿ es posible que no hubiera industria textil lanera en Barcelona hasta el siglo XIV? Aun cabe citar los contratos de aprendizaje de Vich (1254-56), Berga (1255-56) y Bagá (1258) ; la exportación a Túnez de la estameña de Bañolas (1261); las pañerías de Valls (Tarragona), San Da­ niel y Bafiolas (Gerona), en 1271 ; el paño blanco de « Gardeny » (1289) y las primeras citas de los de Puigcerdá y Perpiñán (1293 y 1297).20 También abundan en el siglo XIII las menciones de molinos pañeros : en Bagá (1257), Lérida (1280), « Fusteya >> (1283), Gósol (1291) y « Gardeny » (1290), entre otros. Vemos, pues, que en esencia los focos de la industria textil catalana, están ya en germen en este periodo de los siglos XII y xm, de transición a la gran industria lanera del XIV y xv. O sea Rosellón (con la extrañeza de que Puigcerdá y Perpiñán no desarrollen esta industria hasta finales del Doscientos), Ampurdán (alrededor del curso del rio Ter) , Lérida (en el de Segre), la zona tarraconense y la cuenca del Llobregat. No olvidemos la importancia de muchos de estos focos textiles. " Referencias en J. BALARI JovANY, Or(genes l,ist6ricos de Cataluiia, 2• ed., Barcelona, 1964, p . 673 s. 15 Cfr. M. GUAL CAMARBNA, Para 1111a mapa, etc., cit., pp. 128, 135, 151. 16 Véase A. ALTISENT, U11a societat merca11til a Cata/1mya a darreries del seg/e XII, en • Boletín de la Real Aca­ demia de Buenas Letras de Barcelona •• XXXII, 1967-68, pp. 45-65 (documento de 1 196. No estamos seguros se re­ fiera a un foco textil, pudo se tal vez una tienda comercial). 17 Ed. por P. LOSCERTALES DB VALDBAVELLANO, Cosllm1bres de Urída, Publicaciones de la Facultad de Derecho, n, Barcelona, 1946, pp. 37-51. 1 8 M. GuAL CAMARBNA, Par 1111a mapa, etc., cit., pp. 146, 136-137, 148. 10 Ibídem, p. 125 s. 20 Ibídem, localidades citadas; A. GARciA SANZ, El comercio de la piel en Vicli a mediados del siglo XIII, Vich, 1967 doc. N. 6. 514 ORÍGENES Y EXPANSIÓN DE LA INDUSTRIA TEXTIL LANERA CATALANA Ya apw1tamos en nuestro mapa textil, que la industria catalana parece avanzar de Norte a Sur o de la zona pirenaica a la litoral y prelitoral. Aún no se ha estudiado a fondo este fenómeno. He aquí unos datos. En 1302 un tejedor oriundo d� Puigcerdá promete instalarse en Ma�resa _ (curso de_l Llobregat) y tejer alli paños dura�te un qumquen10; en 1319 se establec�n en la m1�ma _ _ _10 les exime población dos tintoreros de Perpiñán, para eJercer ��h_ su oficio, por lo que el mtm1c1 � de impuestos durante 10 años; y en 1394 la poblac1on de Igualada se opone a que eilllgren a otras _ zonas varios pelaires y tejedores de lana, con sus talleres respectivos. En 1304 tiene lugar la extraordinaria y conocida carta del baile de Barcelona, Romeu de Ma­ rimón, al rey Jaime II de Aragón: Sepa, señor, que en la ciudad de Barcelona se comienzan a elaborar paños de lana, en muchos lugares y por muchas y grandes compañías, lo cual nunca hasta ahora había ocurrido; por esto se han construido en dicha ciudad muchos albergues, casas y lugares con lo necesario para este oficio. Para ello han venido de otras tierras muchos maestros, tanto hombres como mujeres. Todo ello redundará en el mayor provecho común, no sólo para la ciudad sino aún para toda la tierra vuestra. Si finalizara la guerra con Castilla, sería conveniente llegar a un acuerdo con el rey castellano, pa ra abastecer dicho mercado y evitar se importen paños extranjeros, con el consiguiente ahorro de monedas de oro y plata. Aquí se podrían elaborar buenos y variados paños, como en Francia y otros lugares del mundo, y con mejor mercado. 21 Destaquemos de esta carta : la rotunda afirmación de que era la primera vez que se elabora­ ban paños de lana en Barcelona; que se habían constituido « grandes » sociedades textiles; que la técnica la habían importado maestros extranjeros, tanto hombres como mujeres ; y la posibilidad de iniciar w1a política de autarquía, siempre que se cuente con el importante mercado castellano. Otro interesante documento, esta vez sin fecha, pero que puede situarse hacia 1 306 (o sea dos años posterior a la carta del baile barcelonés), es una información redactada con todo lujo de detalles, sobre los daños y agravios que sufren los mercaderes catalanes por razón de la guerra contra Francia. Las lanas que llegaban de Inglaterra, afírman, se habían elaborado antes de la guerra en Carcasona y Narbona, pero en la actualidad se tejían en Perpiñán y Barcelona. Los draps cruds y draps blancs que antes adquirían los catalanes en Francia, ahora no . podían hacerlo. Insisten los mercaderes catalanes en la necesidad de proteger y formentar la industria textil propria y la alta rentabilidad que produce : « De cada 20 talleres de pelaires en que se obren lanas, viven 500 personas de los beneficios ob­ tenidos ». « El coste de tej er lanas lo calculan en 100 libras, 50 empleadas en materias primas y otras 50 en las restantes operaciones textiles; éstas, de elaborarse en Cataluña, quedarían en beneficio del pais ». Dan cuenta de los cálc.ulos y experimentos realizados por el noble Jaspert, vizconde de Castellnou. Hizo p esar Y medir 4 paños de Gante, listados en grana, y vió que alcanzaban un quintal de lana y 48 canas; vendidos a 4 libras barcelonesas la cana, se obtendrían 192 libras; descontando la lana y grana empleadas (32 Y 36 libras respectivamente), podría quedar una ganancia de 124 libras si se elaboraban en la tierra (o sea un 64 °/0 de lucro). Semej ante cálculo efectuó con un paño de « precet verme! », valorado en 112 libras y 10 sueldos, con una ganancia de 65 libras (o sea un 58 º/o) Del contexto de este importante documento se deduce la simbiosis textil existente, antes de la 21 Documento del 13 abril 1304, public. J. MARTÍNBZ FBRRANDO, Jaime JI de Aragón. S11 vida fa111iliar, Barcelona, 1942, doc. 463 ; J. R.EGLÁ, El comercio entre Francia y la Corona de Aragón en los siglos XIII y XIV y s11s relacio11es coll el dcse11volvi111ie11to de ill ind11stria textil catalana, en « Actas del Primer Congreso Internacional de Pireneistas », Zara­ goza, 1950, p. 14 s ; R. ÜLIVAR BERmAND, En tomo al o Llibre de les cambres » de Eleonor de Sicilia, en « Cuadernos de Historia de España ,, XXXUI-XXXIV, 1961, doc. 3, p. 285 s. 515 MIGUEL GUAL CAMARENA guerra, entre las zonas catalana y francesa: los catalanes adquirían allí paños « crudos » y « blancos ►> para adobarlos y teñirlos de bermejo y color de fuego (entre otros colores) ; y los pelaires de Carcasona desean que los de la corona aragonesa se vean obligados a instalarse en Francia, y para obligarlos a ello se niegan a « adobar » en tierra francesa paños catalanes. Se repite la idea del documento anterior: « todas las tierras y lugares de los reyes de Mallorca y Aragón se han ennoblecido y enriquecido, aumentando su población, debido al obraje de las lanas y a su industria textil, las cuales no hace mucho tiempo que se usan en dichas tierras ». Destaquemos otros dos fenómenos: el apoyo de la nobleza a este esplendor textil catalán y la im­ portancia del trabajo de la mujer. Una última cita refuerza estos dos factores: « labrar lanas y paños - se afirma en el citado documento - es causa de gran honestidad a todo hombre y a toda mujer, sea cualquiera la clase social a la que pertenezca; por ello hay mujeres nobles y no nobles que ela­ boran paños para vestir ellas o sus familiares, lo cual es de major provecho y de mejor mercado que s1 los adquirían o compraban ».22 Pero un año antes del primer documento reseñado, o sea en 1303, se había presentado en Mallorca el maestro Bindo, recomendado por Jaime II de Aragón a los jurados de dicha ciudad, que deseaba hilar lana y « fer robes » en dicha isla; en un documento posterior se afirma que la reglamentación de la industria textil lanera la llevaron a cabo dos mercaderes, los ciudadanos mallorquines Bernat Bertran y Bernat Umbert, en tiempos del rey Sancho I de Mallorca (13111324).23 Ambas noticias, al parecer contradictorias, pueden complementarse, ya que la primera se refiere a la introducción de la industria de la lana y la segunda a su reglamentación una docena de años después. No sabemos de dónde vendría el citado maestro Bindo, cuyo nombre no pa­ rece catalán. Más tarde, a principios del siglo xv, la técnica valenciana de elaboración de draps a la vervina se introduce en Mallorca.24 Valencia revela una temprana vocación textil, tal vez por influencia mora y judía, unida a la de los pobladores c:.talanes (especialmente ilerdenses). Tuvo una importante tintorería, re­ glamentada por Jaime I en 1252, además de industria textil sedera, algodonera y linera . Las pri­ meras ordenanzas laneras son de finales del siglo xm y se continuan en los primeros años del XJV.25 *** Hagamos una recapitulación cronológica para ftjar los hitos de los orígenes y desenvolvi­ miento de la industria textil lanera en los paises de habla catalana : Fase doméstico-rural (segunda mitad del siglo xn), con abundantes referencias a molinos traperos en la zona pirenaica y prepirenaica (Prats de Molió, Salt, « Auzeda », Lérida, Caldas de Malavella, Ge­ rona y rio Ter). 22 Este importante documento fué publicado por H. FINKE, Acta Arago11e11sia, m, Friburgo, de B. 1922, doc. 70, pp. 155-162, procedente del ARCHIVO DE LA CORONA DB ARAGÓN. 28 M. GuAL CAMARENA, Para 1111a mapa, etc., cit., voz « Mallorca». •• A. SANTAMARÍA ARÁNDEZ, El reino de Mallorca en /a primera mitad del siglo XV, Palma de Mallorca, 1955, pp. 129. Es de desear un estudio sobre la industria textil mallorquina. 9• Véase M. GuAL CAMARBNA, Para una mapa, etc., cit., p. 113, voz � Valencia». Apenas aluden a los proble­ mas de la industria textil las dos obras dedicadas el estudio de la economia valenciana en el Cuatrocientos: A. SAN­ TAMARÍA ARÁNDBZ, Aportaci6n al estudio de fa ecouomia de Valeucia d11rante el siglo X V, Instituto Valenciano de Estu­ dios Históricos, Institución « Alfonso el Magnánimo», Diputación Provincial, Valencia, 1966: solo de�ica nn par de _ . págmas (96-98) a la industria textil; L. PILES Ros, Apuntes para /a historia econ6111ico-social de Valencia durante el si­ glo XV, Publicaciones del Archivo Municipal de Valencia, Serie 4>, Cuadernos de Cultura Valenciana, m, 1969, con un epígrafe (pp. 91-93) al gremio de pelaires. 516 ORÍGENES Y EXPANSIÓN DE LA INDUSTRIA TEXTIL LANERA CATALANA Periodo de trm1sició11 (finales del siglo XII a finales del xm), con importantes establecimientos tintó­ reos, abundancia de contratos de aprendizaje y elaboración de productos textiles simples o acabado de los mismos (estameñas, blancos y paños corrientes). Aún no existen reglamentaciones gremiales de esta industria. A la vez que se intensifican los focos pirenaicos y prepirenaicos (Ripoll, Bagá, Gósol, Berga, Bañolas, Vich, San Daniel, Puigcerdá y Perpiñán), la industria se extiende a la zona litoral y prelito­ ral e incluso de la Cataluña Vieja a la Nueva, especialmente en las cuencas de los rios Llobregat, Se­ gre y Francolí (Manresa, Igualada, Lérida, Valls y Pont de Armentera). Destaquemos la importancia commercial de los paños de Lérida y Bañolas. Fase expansiva (finales del xm a primer tercio del xrv). Reinados de Pedro . III el Grande a Jaime II de Aragón y de Jaime II y Sancho I de Mallorca. En la zona catalano-mallorquina el impulso viene a consecuencia de la guerra contra Francia. El reino de Valencia sigue una trayectoria diferente, más precoz. Comienzan las primeras ordenanzas gremiales. He aquí sus principales jalones cronológicos : 1 283 : ordenanzas tejedores de frazadas de Valencia 1298: ordenanzas a los laneros de Perpiñán 1302: un tejedor de Puigcerdá se establece en Manresa 1303 : el maestro Bindo en Mallorca 1304: carta del baile de Barcelona 1306: información de los mercaderas catalanes 1307-12 : ordenanzas a los tintoreros y tejedores de Perpiñán 1308: primeras ordenanzas de los tejedores de lana de Barcelona 131 1 : ordenanzas de los pelaires y tintoreros de Valencia. La expansión textil, modesta como correspondía a w1a economía deficitaria, vendrá ense­ guida. Queda, en buena parte, por estudiar económicamente el siglo XIV catalán, época de gran esplendor comercial, especialmente los 50 años del reinado de Pedro IV el Ceremonioso. La in­ vestigación necesita desarrollarse en este período y extender su campo geográfico fuera de Bar­ celona y a las zonas valenciano-mallorquinas. 3 - CONSIDERACIONES SOBRE PRODUCCIÓN, COMERCIO y CONSUMO. Carecemos aún de un estudio de conjunto sobre los gremios laneros, cuyo material inédito y publicado es abundante. Ya hemos aludido a la importancia que revisten los contratos de apren­ dizaje, dispersos en los archivos, en especial los de protocolos. Más atención se ha dedicado a la edición de ordenanzas gremiales. 26 Las de pelaires, tejedores y tintoreros de Barcelon a, de 1383, 1387 y 1394, junto con las de pelaires Y tejedores de Perpíñán (1401), fueron editadas por Manuel Francisco de Bofarull, en y los tomos 40 y 41 de la ya clásica colección de documentos del Archivo de la Corona de Aragón 27 . El ya citado Capmany había dado a conocer antes los textos de las ordenanzas barcelonesas de •• Ya �emos citado en la n. 2: Historia de la i11d11stria lanera catalana, etc., de J. VENTALLÓ V1NTRÓ, que en rea­ . lidad es un mtento, no logrado, de sistematizar la historia de los gremios textil es catalanes, con datos Y documentos _ de �os tiempos modernos. Más acertados son los trabajos de F. TORRELLA Nnraó, Vida eco116111ico-socilll de m1 gre111io . _ _ textd en "'.,a villa catalana de los siglos XV y XVI, en « Hispania », N. 48, 1952, pp. 412-429 ; Lo or1ge 11es de la ,_11_ � d11str1a textil tarrase11se. Del gremio de « parayres » al Institlllo In dustrial, Tarrasa, 1953; Los a11tig11os gremios y la actual 111d11Stria de la Catal1111a textil, Tarrasa, 1955; Aspectos sociales de los antiguos gremios textiles catala11es (11111t11alis1110, e11se11a11za, 11rbm1is1110), en <• Hispania », N. 72, 1958, pp. 340-355. 27 M. DE BAFARULL Y DE SARTOmo-F. DE BOFARULL y SANS , Gremios y co11fradfas de la a11tig11a Corona de Ara­ góu, XL-XLI de la « Colección de documentos inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón », Barcelona, 18761910, doc. 53, 57, 89, 96 (estos dos últimos son simples cofradías). 517 MIGUEL GUAL CAMARENA 1438, 1443, 1445 y 1447.28 Las primeras ordenanzas conocidas son las de los texidors de llana de Barcelona, de 1308, publicadas por Manuel Riu.29 Las de 1402 han sido sólo resumidas por Eduardo Asensio.30 Para la misma ciudad de Barcelona enumera Claude Carrere cerca de medio centenar de ordenamientos (entre 1393 y 1460), en su mayoria inéditos, procedentes del Archivo Muni­ cipal de dicha ciudad, además de haber editado las de Puigcerdá de 1345.31 En nuestro mapa textil citamos varias ordenanzas laneras de Valencia (1283 y 1311-1393), Perpiñán (1298 y 1307-1401), Puigcerdá (1354), Bagá (1351), Alcira (1369), Manresa (1400) y Pobla de Lillet (1457-1470), que se pueden unir a las de Mallorca (1432-1459), publicadas por Pons.32 Como hemos indicado, no se ha realizado aún - que sepamos - el estudio técnico y económico de esta gran masa de documentos. Desde el punto de vista exclusivamente social, Pierre Bonnassie tiene en prensa un estudio sobre la organización del trabajo en Barcelona, a finales del siglo xv, en el que dedica un epigrafe a la industria lanera, utilizando las principales orde­ nanzas y unas inéditas de 1499, extensa recapitulación y puesta al dia de la legislación anterior.33 Cabría plantearse, en primer lugar, si conviene revisar el esquema clásico de una primera etapa cofradial o asistencial, previa al período propiamente gremial o profesional. ¿ No subsi­ stirían las dos asociaciones, con fines tan diferentes ? Lo decimos porque en 1394 se dictan las ordenanzas de la cofradía de « texidors de drap >> de Barcelona, en la que sólo figuran asuntos religiosos y asistenciales, cuando ya exístian (desde 1308, 1383 y 1387) varias ordenanzas profun­ damente profesionales y técnicas para el mismo officio. No podemos ni siquiera perfilar aquí el estudio tecnológico de esta industria, a través de la citada mole de ordenanzas. Hay en casi todas ellas una constante, que se va matizando e insti­ tucionalizando a través del tiempo : al control de calidad, que llegará a crear en Barcelona w1a verdadera organización, con su jerarquía de técnicos, funcionarios y administrativos, encargados de inspeccionar cada w1a de las fases de la elaboración textil, imponer sanciones, fij ar precios y examinar la variada gama de marcas y señales de origen y calidad. ¿ Es indicio todo ello de w1a crisis económica, de un excesivo afán de lucro, de una deca­ dencia de la calidad, de una competencia en los mercados nacionales y extranjeros ? Téngase en cuenta que no se prohibe sino aquello que se hace, se ha hecho o se' puede hacer algw1a vez. Y las ordenanzas gremiales están llenas de prohibiciones. Las de 1308 se dictan « per esquivar tota frau » en << lo art de draparia » y _afectan a pelaires, tejedores y tintoreros, con disposiciones ( que después se desarrollarán extraordinariamente en otras ordenaciones) sobre mezclas de hilos de diferentes fibras, peso y calidades de la lana, empleo de determinados tintes, ligaduras de los paños y otros extremos. Los encargados de dictaminar los fraudes son aquí los « consols de la 28 CAPMANY, Memorias l1istoricas, etc., cit., 2• ed., n, doc. 322, 334, 348, 351, 359. Edic. y revisión documental por C. Batlle. Solo los documentos 322 y 359 pueden considerarse fundamentales. u M. R.tu R.tu, Aportaci611 a la orga11izaci6n gremial de la i11d11stria textil catalana en el siglo XIV, en • vu Con­ greso de Historia de la Corona de Aragón. Comunicaciones •• 1, Barcelona, 1964, pp. 547-559. •0 E. AsENSIO SALVADÓ, El gremio de tejedores de Barcelona a fiuales de siglo XIV, en « VII Congreso de Historia de la Corona de Aragón. Comunicaciones », 1, Barcelona, 1964, pp. 407-416. Trata especialmente de las ordenanzas de 1369 para tejedores de lino y estopa. Las de 1402 se resumen en las pp. 415-416. 31 CL. CARRERB, Barcelone, centre éco11omiq11e, etc., cit., p. 523 s (« Tablcau des ordonnances municipales concer­ nant la draperie a Barcclonc au xv• siecle »). La misma autora ha publicado las ordenanzas de Puigcerdá de 1345, en su articulo: Les draps de Cerdag11e e11 1345, en e Annales du Midi t, LXXVIll, N. 77-78, 1966, pp. 243-248. 82 A. PONS, Co11stit11cio11s e ordi11acio11s del regue de -Mallorca (seg/es XIII-XVI), Mallorca, 1932-34; Libre del mos/as­ saf de Mallorca, Palma de Mallorca, 1949; Ordiuacions gremials i a/tres cap{tols a Mallorca (seg/es XIV-XV), Mallorca, 1930. 33 P. BoNNASSrn, Les orga11izaci611 del trabajo e11 Barcelona a fines del siglo XV, anejos de G Anuario de Estudios Me­ dievales • (en prensa en 1970). Dedica 11 pp. a • La organización de la industria lanera ». 518 ORÍGENES y EXPANSIÓN DE LA INDUSTRIA TEXTIL LANERA CATALANA perayreria », se señalan multas y en un caso la destrucción en tres pedazos de la pieza mal ela­ borada.34 Abundan las citas sobrefraudes. En mayo de 1349, Pedro el Ceremonioso ordenaba al veguer barcelonés que examinara bien las nuevas licencias para talleres textiles, dada la « ineptitud de algunos que hoy son tejedores y pelaires en la ciudad de Barcelona.35 Unos 10 años después (noviembre de 1360) se trata en el municipio valenciano de lo� continuos fraudes de te� edores _ _ y tintoreros, que iban en desprestigio de los « buenos y leales panos y colores » con que siempre se habia distinguido dicha ciudad. Un siglo más tarde (1458) la calidad de los paños valencianos se ha deteriorado tanto que ya en el extranjero nadie quiere « comprar los draps intitulats de Valens:ia ». Y en 1472 hasta en Zaragoza rompen los veintenos y veintidosenos elaborados en Valencia.36 En las ordenanzas barcelonesas de 1383 y 1387 se regula minuciosamente la longitud y el peso de las piezas (entre otros extremos), fijando en ellas dos marcas (una B de Barcelona y otra propia del tejedor), además de hilos de colores para saber las « ligaduras ». Una comisión de tres « prohombres », representantes de mercaderes, pelaires y tejedores, examinará los paños en la casa del « Pont de'n Campdara » y les pondrá una « bolla de plom » en prueba de calidad, por la que el dueño abonará de uno a dos dineros. Las penas a los infractores se han intensificado: multas hasta 200 sueldos e incluso privación del oficio, a más de destrozar la pieza o quitarle la marca de calidad. Taxativamente se prohibe poner la marca B en los paños tejidos fuera de Barcelona, lo que indirectamente nos matiza su calidad.37 Las disposiciones del siglo xv matizan, aclaran, rectifican y hasta empeoran la situación an­ rerior. Por un lado se tiende a crear una marca de calidad, regulando en 1438 la elaboración de paños con lana inglesa o con otras lanas finas, que además de la B marcarán con « lo senyal an­ glés, qui és w1 escut ab una creu al mig » (ordenanzas de 1447) ; se regula el peinado, cardado, hilado, tejido, urdido y teñido de estos paños finos, fijándose para éste último un patrón o modelo sellado con sello de plomo. Pero, por otro lado, se permite la elaboración de paños cor­ rientes, usando la lana, peso y amplitud que deseen, siempre que no lleven el sello y la << bolla » de Barcelona, sino sólo una señal << de cap de moro » y la letra D y que no se vendan en la ciu­ dad (bando de 1445). Esta interesante disposición del municipio barcelonés es la reacción natural de los productores a tantas restricciones, controles, « bollas », señales, inspecciones y multas del período anterior, que se habia traducido en una escasa producción (« pers:o que sien fets més draps de lana en la dita ciutat, que no s'han fets fins aci »). Otras disposiciones regularán el reconocimiento de los « draps de lana de la B » (1 445) , multiplicarán los signos y « bollas » en los paños buenos, malos y corrientes, fijando con minu­ ciosos detalles la elaboración de frisones, sargas, « cadins » y « vervins », seicenos, dieciochenos, veint��os, �einticuatrenos � incluso treintaochenos (ordenanzas de 1447). El juicio técnico se especializa, dictando sentencia al representante de los mercaderes, el de los pelaires o el de los tintoreros, cuando se trata de compraventas, elaboración O tinte de los paños. A las penas ante­ riores (multas, destrozo de piezas y privación del oficio), se añade, en algunos casos, la quema de 34 �rdenanzas del_ 23 enero 1308, pub!. M . Rrn R.Iu, Aportación a la orga11izaci611 gremial, etc., cit., pp. 556-559; En el capitulo 15 se senala la frecuencia con que el paño se rompía en el tirador. o• Ibídem, P· 551 s, con referencia a w1 documento del ARCHIVO DE u CORONA DE A.RAGÓN, Reg. 961, fo 129v. 00 Véase M. GuAL CAMARENA, Para 1111a mapa, etc., cit., p. 155 s. 37 Ordenanzas de pelaires, tejedores y tintoreros de Barcelona, del 29 agosto 1283 y 4 noviembre 1387. pub!. DE BOFARULL, CODOIN ARCHIVO DE LA CORONA DE A.RAGÓN, 40, doc. 53, 57. Muy semejantes, aunque más sencil­ las y cortas, son las ordenanzas de pelaires y tejedores de Perpiñán, del 8 enero 1401, pub!. DE BoFARULL, 41 doc. 96. 519 MIGUEL GUAL CAMARENA los paños « en los cuatro lugares acostumbrados de la ciudad >>, indicio de la frecuencia con que se recurría a esta penalidad.38 :,) Aunque la documentación valenciana y mallorquina es menos accesible, parece que en el siglo xv se encontraron con problemas muy semejantes a los catalanes.39 Para Mallorca opina Santamría que la baja calida d no se debía a una crisis de producción, sino de crecimiento. Es rica la terminología de los diferentes oficios textiles, que nos ponen de relieve la gran di­ versificación y parcelación de esta industria. Da mos a continuación w1as notas inéditas, proce­ dentes del Archivo de Protocolos de Barcelona, facilitadas por don José Ma Madurell (a quien agradecemos su deferencia) : Una « pintanera Jane », de Barcelona (1339) « Fullonem sive ensabonador pannorum Jane » (1383) « Arquejador Jane », de Barcelona (1390) « PJegator p annorum Jane >>, de Barcelona (1391) « Plegator pannorum Jane », de Perpiñán (1392) « Pentinator et scardassator Jane », de Barcelona (1410) « SmoJator forspicu sive de tesoras de baxar, flamenqus, nunc civis Maioricarum » (1412) « Lanerius sive pintinator », de Barcelona (1417) « SmoJator forpicum baxiandi sive tondendi pannos Jane », de B arcelona (1420) « Scardasator et verberator Jane », de Barcelona (1420) « Batator Jane », de Barcelona (1429) « Pentinator sive paratorum pannorum Jane », de Barcelona (1431) « Verberator Jane », oriundo de Caramany, ciudadano de Barcelona (1440) « Trepador pannorum Jane », de Barcelona (1441) « Magíster de tints de lana », de Barcelona (1446) « Magíster de tints de grana » ,de B arcelona (1448) « Tintoretius pannorum de molades », de Barcelona (1452) « SmoJator tesorarum parator pannorum Jane », de Cardona (1458) « Fulloni sive tintorerii », de Barcelona (1500). P�ra la producción apunta mos ya en nues tro mapa textil la importancia de la mano de obra fen1:enma y del trabajo nocturno y a domicilio ; la imitación de técnicas y tejidos, extranjeros y nac10nales ; el fomento de l a indus tria textil por los municipios y las órdenes religiosas ; el de­ sarrollo de focos textiles en las cercanías de los rios; y la constitución de pequeñas compañías para las elaboraciones textiles y el tinte. Claude Carrere y José Ma Madurell citan otras socieda des se­ mejantes, en especial para explotar molinos de batanar, cercanos· a Barcelona. En 1417 se efectua el inventario de dos molinos pañeros del Portal Nou, en las afueras de Barcelona, en el que fi­ g uran un noque de dos mazas, « sotsbarber, taleres, clavio t, llevadors, tayes », dos lorigas de cobre en cada extremo del árbol del molino, una rued a para poner en movimiento este ingenio, canales cond ��tores del agua, una caldera de cobre, un ma zo y una « picamola » de hierro, entre otros utens1ltos_4o Fue intenso el movimiento de paños entre Barcelona y los molinos de las cuencas del Llo­ bregat Y Besos. Un documento de 1446 trata de las condiciones para el transporte de paños de 38 D isposiciones y ordenanzas de 21 noviembre 1438, 11 septiembre y 24 noviembre 1445 y 23 noviembre 14 4 7, Memorias lzistoricas, etc., cit., 2 ed., n, doc. N. 322, 348, 351, 359. da tos en M. GuAL CAMARENA, Para 111111 11111p11, etc., cit., pp. 155 s; A. SANTAMARÍA AnÁNDEZ, Mal­ éa lorca en el siglo XV, p. 128 s; Ecouomfa de V11leuci11 siglo XV, p. 96, n. 46. 40 Las sociedades citadas por CL. CARR.ERE, Barceloue, centre écouo111iq11e, etc., cit., pp. 151, 449, 492, son �e 1422, 1�25. 1 439. Las de J. MADURELL MARIMÓN, figuran en su trabajo, aún inédito, Los 1110/iuos 1111tig11os e11 C11t11l111111, espe­ cialmente fos 138, 140, 141, 399. pub!. 520 CAPMANY, 30 V se ORÍGENES Y EXPANSIÓN DE LA INDUSTRIA TEXTIL LANERA CATALANA Barcelona a los molinos bataneros de Granollers y Llerona, en sociedad formada por dos pelaires y dos transportistas; éstos se comprometian a efectuar cinco viajes semanales de ida y vuelta entre Barcelona y Granollers, de forma que los paños no extuvieran más de un dia en los molinos ; se encargaban, además del arranque y transporte de la « terra de molí » (para el desengrase de los paños) y de la leña necesaria para los molinos bataneros.41 Para la tecnología de la industria textil catalana son de gran interés los inventarios de pelaires, tejedores y tintoreros, que a partir del siglo xv abw1dan en los archivos de protocolos y que con­ vendría publicar. No repetimos los datos citados en nuestro mapa textil, pero merece destacarse - y ahora damos la cita exacta - la recompensa de 1 0 florines que el municipio de Tortosa otorga, en 1457, a Roic; Ximenec; de La Cenia, por « certa artel·laria o torn que havia fet, lo qual filava tant com tres dones ». 42 Aw1que la industria textil catalana, como la del resto de la Península Ibérica, no produjera tejidos en cantidad y calidad para abastecer el mercado interior, hay datos reveladores de exporta­ ciones, algunas veces de importancia, hacia las zonas de expansión mediterránea y transpirenaica, sin olvidar los mercados del Norte de África. Vamos a resumir a continuación los datos de nuestro mapa textil, incorporados con los de Federico Melis, Claude Carrere y, sobre todo, por José Ma. Madurell en sus cuentas de w ia compañía mercantil barcelonesa de 1334.43 Pero es tema que de­ bería investigarse, en especial con la consulta de los registros de fletes del Archivo de la Corona de Aragón de Barcelona (sección Bailía), que comienzan en 1355. En el plano exlusivamente peninsular (que hoy denominaríamos comercio interior), sólo siete focos textiles comercian con el pais castellano y con el resto de la Corona de Aragón : son Bagá, Berga, Morella, San Daniel, Valls, Pobla de Lillet y San Lorenzo de Moruny. Pero la exportación fuera de la Península, combinada con la peninsular, está documentada para una do­ cena de poblaciones textiles, que hasta que no conozcamos series documentales más amplias, hemos de considerar las más importantes de las zonas de habla catalana. Son Bañolas, Barcelona, Bellpuig, Lérida, Mallorca, Manresa, Perpiñán, Puigcerdá, Ripoll, San Juan de las Abadesas, San Mateo, Valencia y Villafranca del Conflent. Vemos que, preferentemente, se exportan los draps acolorats y vermells, los rolls vermells y los cordellats, entre otras calidades. Pero en el extranjero fue más corriente el nombre de pmmi cata­ laneschi o pamwr111u de Catalonia, entre los cuales debieron incluirse los del Principado catalán, valencianos y mallorquines. Vemos se exportaron a Nápoles, Palermo, Génova, Sicilia, Beirut, Damasco y Pisa, entre 1340 y 1458.44 Los paños de Bañolas pasaron de nombre propio a común (« banyolenchs, banyolins >>), siendo imitados en Barcelona y expansionándose por Valencia, Perpiñán y la ciudad condal; en una fecha temprana (1261) se exportan a Túnez siete docenas de « estamenya de bayoncles », nombre que creemos se refiere a esta población.45 En 1334, 193 piezas de ba11yoli11s y draps blm1chs de Bm1yoles, senats se exportan de Barcelona a Cerdeña y Chipre.46 Los « blaus, acolorats, vermels, acolorats per ten;:, tints en grana » y « rolls vennells » de Bar- - .. Ibídem, fos 145-147. 42 Publ. J. MASSIP, La i11d11stria textil al territori de Tortosa, en ,, La Voz del Bajo Ebro», Tortosa, 28 enero 1968. 43 J. M. MADURELL MARIMÓN, Contabilidad de 1111a compa,iia mercautil tresce11tista barce/ouesa (1334-1342), en <• Anua. _ _ no de H1stona del Derecho Español », xxxv, 1965, pp. 421-525; xxxv1, 1966, pp . 457-546. 44 Véase M. GuAr. CAMARENA, Para 1111a mapa, etc., cit., voz " Cataluna». En adelante, cuando no indiquen�os lo contrario, las referencias son de este trabajo; F . MELIS, La d/{Ji1sio11e 11cl A1editerramo dei pa,mi di Wer,,icq, etc., cit., . p. 227, n. 20, cita la llegada a Palermo de 1000 piezas de " panni chatclaneschi », en 20 marzo 1387. 45 Doc. pub!. A. GARCÍA SANZ, El comercio de la piel e11 Vic/1 , etc., cit., doc. N. 6. La imitacion en Barcelona de drap gros q11e s'apel/a ba,1yole11c/1, figura en las ordenanzas de ! 308 (pub!. M. Rm Rm, o¡,. cit., p. 557, cap. 8)46 J. M . MADURELL MAIUMÓN, Contabilidad de 1111a co111pa,i/a 111erca11til, etc., cit., pp. 440 s, 484. u 521 MIGUEL GUAL CAMARENA celona, entre otras clases, se exportan a Chipre, Alejandria, Rodas, Almeria, Famagusta, Beirut, Túnez, Siracusa, Mesina, Sicilia, Alejandria y Damasco, entre 1334 y 1458. Y del fondac barce­ lonés de los Datini se exportaron 112 paños de la misma procedencia, entre 1393 y 1410, valo­ rados en 1 .086 florines de oro. 47 Desde Barcelona a Sicilia, Cagliari, Beirut, Chipre y Alejandría se exportan 374 piezas de draps acolorats de Belp11ig, y veinteunos colorados, en 1334.48 Los paños de Lérida circulan por la Corona de Aragón, además de exportarse a Francia (por Candanchú) y Marsella, am1que extraña que la mayoria de las referencias documentales sean del siglo XIII. Los de Mallórca en el XIV se exportan a Túnez (« acolorats per ten¡: ») y hacia las zonas monopolizadas por los Datini, ya que figuran 491 piezas en los fondacs de Barcelona, Valencia y Mallorca, por m1 valor de 5.336 florins de oro, en el periodo citado del 1393 a 1410. Ma11resa exporta 10 paños hacia Rodas, en 1439.49 Más importancia expansiva tuvieron los paños de Perpiñán, a partir del siglo XIV, hacia la Corona de Aragón, Castilla, Constantinopla, Turquía, Famagusta, Nápoles, Pisa, Chipre, Sicilia , Túnez y Alejandría. En el citado almacén datiniano de Barcelona , el movimiento de estos paños fue de 1.087 piezas, valoradas en 14.812 florines de oro, los más importantes de los cinco focos textiles indígenas que figuran en dichas cuentas.50 Los paños de Puigcerdá (que pasan de nombre propio a común, « pu�ardán ») se extienden, entre 1293 y 1454, por Catalwia, Castilla, Cagliari, Sicilia y Túnez, en especial los « acolorats », « rolls vermells » y dieciochenos. Los de Ripoll lo hacen por la Corona de Aragón, Castilla, Na­ varra y Cagliari, en los siglos XIII y XIV. Los paños de San juan (de las Abadesas), hacia Zara­ goza y Alguero en el siglo xv. De las citadas factorías datinianas salieron 103 paños de San Mateo, valorados en 598 florines de oro, pero de Valencia a Sicilia se exportaron 400 de dichos paños (« acolorats de roba scura »), en 1425.5 1 Finalmente los « acolorats per ter� » y « rolls vermells » de Villafranca (del Conflent) se expor­ tan a Túnez, a finales del siglo x1v. La exportación de paños de Valencia, aún no estudiada, se dirigió además de Castilla y los paises de la corona aragonesa, a Chipre, Famagusta, Rodas, Ale­ jandría y Nápoles, desde el siglo xm al xv, además de figurar con 219 piezas (valoradas en 2.044 florines de oro), en los almacenes datinianos ya citados.52 Claude Carrere ha documentado, recientemente, que la industria textil de la Cataluña pire­ naica (Bagá, San Juan de las Abadesas, San Lorenzo y Berga), fue la proveedora normal del nor­ deste aragonés, en especial Monzón y Huesca, entre 1445 y 1446.53 Habría que estudiar el papel desempeñado por las ferias de tejidos (Cervera, Cardona, Huesca).54 " Ibidem, pp. 484, 488; CL. CARRERE, Barcelone, centre écono111iq11e, etc., cit., pp. 154, n. 5, 233, n. 3 ; F. MELIS, . op. crt., p. 229. 8 ' J. M. MADURELL MARIMÓN, Contabilidad de 1111a compa,i(a 111ercantil, etc., cit., pp. 434, 470, 481, 483-484, 488. 49 F. MELIS, op. cit., p. 229; CL. CARRERE, Barcelone, centre écono111iq11e, etc., cit., p. 500, n. 1. •• F. MEus, op. cit., p. 229. 61 Véase J. M. MADURELL MARIMÓN, Contabilidad de 111111 compaii(a mercantil, etc., cit., pp. 462-464 ; CL. CARRERE, Barcelone, centre écono111iq11e, etc., cit., p. 151, n. 2; F. MELIS, op. cit., p. 229. 62 Véase CL. CARRERB, B11rce/o11e, centre éco11omiq11e, etc., cit., p. 141, n. 6 (100 panos de Valencias a Rodas, desde Barcelona) ; J. M. MADURELL MAruMÓN, Co11tabilid11d de 1111a compaMa merc1111til, etc., cit., p. 483 (130 piezas de « blanchs de Valencia » a Chipre) ; F. MELIS, op. cit., p. 229. 63 CL. CARRilRB, Les i111portaciot1s II Monts6 en 1445-1446 : llll exemple de relacio11s eco116miq11es entre Catalimya i el « So111011ta110 • arago11es, en « Estudis d'Historia Medieval •• n, 1970, pp. 85-99. 64 Las ordenanzas de la feria de Cervera (1392) han sido publicadas por M. GuAL CAMARBNA, La feria de Cer­ vera y ms privilegios (siglo XIV), en • Marúnez Ferrando, archivero. Miscelánea de estudios dedicados a su memo­ ria», Barcelona ,1968, pp. 181-196; C. ROMESTAN, tiene en prensa un documento similar, La créatio11 de la foire de Cardo1111 (1406), en • Miscel:mea de Fuentes Medievales », r, 1970. 522 ORÍGENES Y EXPANSIÓN DE LA INDUSTRIA TEXTIL LANERA CATALANA Es amplio el campo de los impuestos que gravaban el comercio textil, para los que hemos dado materiales valiosos en nuestro vocabulario del comercio medieval (portazgos, peajes, lezdas, hospedajes, corretajes y « reuas »). Pero el siglo xv, tan interesante como floración fiscal, quedó fuera del campo de nuestras investigaciones. El impuesto de la bolla, relacionado con el de « ge­ neralitats >>, está por estudiar, a pesar del articulo que publicó Torrella Niubó.55 M. Berthe de­ dicó su tesis de Estudios Superiores de Toulouse, a las finanzas de la « Generalitat » de Cataluña entre finales del XIV y xv, utilizando amplias series estadísticas de 1400 a 1428.56 El dret de bolla es muy complicado, en sus tres variedades, ya que gravaba la elaboración de tejidos destinados a la venta al por mayor, la entrada de paños extranjeros y la exportación de la producción indi­ gena, entre otros extremos. Sus diversos libros de cuentas ( »llibres de nombres, de manifest, de ten;:a, de la taula, deis quatre senyals »), deben manejares con muchas precauciones, tras haber estudiado a fondo esta importante institución económica. Finalmente nos referiremos al proteccionismo y los intentos para crear una politica autárquica de tipo textil, que ya están implicitos en los importantes documentos de 1304 y 1306, que antes hemos examinado. Debieron provocar estos intentos las masivas importaciones de tejidos extra­ njeros (cuyo estado de la cuestión ha sido expuesto al principio de este trabajo) , con el consiguiente desequilibrio en la balanza comercial de la corona aragonesa. Claude Carrere ha documentado, en un reciente articulo, los intentos de proteccionismo a la industria textil valenciana en las cortes de 1 342, donde se llegó a prohibir la entrada de paños de lana extranjeros en el Reino de Va­ lencia, a la vez que se protegia a los « extranys de qualque nació sien, qui vendran a la dita ciutat per fer, tixer, apparellar o fer qualsevol altra obra preparatoria o consecutiva de draps ».57 Esta doble politica de defensa de la producción autóctona y atracción de la mano de obra y de la técnica extranjera, nos pone de relieve la importancia económica del reinado de Pedro IV el Ceremonioso, dentro de los reiterados intentos medievales por conseguir la soñada y utópica autarquía lanera. 66 F. TORRELL � Nrunó, El i111p11esto textil de la bolla en /a Cata/11iia medieval, en « Hispania •, x1v, N. 56, 1954, PP· 339-364. Es de mterés, también, J. BROUSSOLLE Les i111positio11s 1111micipales de Barce/011e de 1328 a 1462, en <• Estu­ dios de Historia Moderna », v, 1955, pp. 3-164. ' 66 . M. BERTHE, Les fi11a11ces de la « Ge11eralitat» de Catalog11e (1382-1479), Diplome d'Etudes Superieures, TouJouse, _ 1958, CJemplar dactilograf iado, que no hemos ten.ido ocasion de consultar. 67 Ct CARRERE, Protectio1111is111e i11d11striel et pe11ple111e11t a Vale11ce e11 1343, en « vm Congreso de Historia ele la Co­ rona de Aragó1n, 2, 1, Valencia, 1969, pp. 211-217. Véase también cortes generales de Monzón, 1362, pub!. B. ÜLI­ VER Y ESTELLER, La 11ació11 y la realieza e11 los estados de la Coro11a de Aragó11, Madrid, 1884, doc. 2, p. 92 s. 523