Universidad Laica Eloy Alfaro De Manabí Facultad De Ciencias Médicas Carrera De Medicina INTEGRANTES GRUPO 1 Intriago Intriago Selena Yasbel Soza Pin Carolina del Rocío Acosta Peñafiel Alexander Joshue Franco Sánchez Andrea Yissel Choez Baque María Belén CURSO Décimo Semestre “A” TEMA CAP 1. “EVOLUCIÓN INTERNACIONAL Y RENOVACIÓN EN ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD (APS)” CÁTEDRA OPTATIVA 4: ATENCIÓN PRIMARIA EN SALUD DOCENTE DR. GAITAN BARCÍA PERÍODO LECTIVO 2022-1 MISIÓN Formar Médicas y Médicos de atención primaria con valores éticos, humanistas y de excelencia, sustentados en vastos conocimientos, destrezas y habilidades para el manejo integral del proceso salud-enfermedad, acorde a las políticas del buen vivir y de acuerdo con los requerimientos de la provincia, la región y el país. VISIÓN Ser una facultad acreditada, líder en el sector laboral de la salud y transformada en un referente nacional y continental con énfasis en la atención primaria de salud, excelencia académica y valores humanísticos, fomentando la investigación formativa y proyectándonos a estudios de cuarto nivel. ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD “Evolución Internacional y Renovación de la APS” Primera generación de la reforma de APS La Atención Primaria de Salud (APS) es reconocida como componente clave de los Sistemas de Salud; este reconocimiento se sustenta en la evidencia de su impacto sobre la salud y desarrollo de la población. Así mismo, las experiencias acumuladas tanto en países desarrollados como en proceso de desarrollo han demostrado que la APS puede ser adaptada a los distintos contextos políticos, sociales y culturales. Por otra parte, los cambios demográfi cos, sociales y epidemiológicos producidos desde la celebración de la Conferencia de Alma Ata acarrean la necesidad de una revisión profunda de la estrategia de APS para que pueda dar respuesta a las necesidades en salud y desarrollo de la población en el mundo. La primera generación en salud se fortalece en los países desarrollados en los años 40 y 50 donde se busca mejorar la atención medica y tener seguros sociales donde toda la población pueda acceder. El primer error en esta generación fue el enfoque a personas de países desarrollados y de clase social alta, mientras que los pobres tenían que solventar la salud con su propio dinero. Segunda generación de la reforma de la APS La segunda generación le da un enfoque al presupuesto que el gobierno liberaba para la salud siendo este entre un 10% y 20%, se realizo un análisis y se demostró que muchas de las enfermedades atendidas se trataban de patologías que podían ser tratadas de manera ambulatoria. Como sesgo de error se demostró que quienes se beneficiaban de esta inversión a la salud en centros hospitalarios urbanos seguían siendo las personas de clase social alta. En muchos países se intento adiestrar personas de las comunidades rurales para que sean capaces de prestar atención en salud primaria, pero esto en vez de ser primaria se le llamo primitiva, por la falta de conocimiento, organización y presupuesto. En esta etapa toma fuerza la atención primaria en salud. Tercera generación de la reforma de la APS Al respecto, se hace referencia a que la declaración de Alma-Ata en 1978, en particular su artículo 6°, ha sido tan poco concreta y tan polisémica, que no ha lo- grado sus loables objetivos. Dos conjuntos de razones podrían explicarlo: por un lado una definición tan polisémica como la del concepto de APS enunciado en Alma-Ata, permitió que cualquier concepción política de la sociedad (desde las visiones ultraconservadoras y neoliberales hasta posiciones progresistas y revolucionarias) lo usara en su propio beneficio a partir de una interpretación particular que hacían de él en función de sus intereses. Para algunos es sinónimo de atención general ambulatoria, para otras atenciones cerca del hogar, en Inglaterra se la considera como el campo de acción del médico general. En otros países como Dinamarca incluye enfermeras y otras personas que trabajan en salud. Para muchos es implementación y desarrollo de la medicina familiar. Pero, concretamente, lo que se decidió en Alma-Ata fue que la estrategia metodológica para alcanzar la meta propuesta «Salud para todos en el 2000», es la APS. La UNICEF y el fracaso de la Atención Primaria de Salud/ De la Atención Primaria de Salud Integral a la Selectiva Si se querían mejorar las estadísticas de salud, planteaban, habría que «apuntar» a los grupos de alto riesgo mediante intervenciones eficientes elegidas con mucho cuidado. Esta nueva intervención más limitada se conoce como Atención Primaria de Salud Selectiva (APS-S). Este nuevo planteamiento despoja a la APS de sus conceptos clave. Esta versión selectiva y sin contenido político (y por tanto inofensiva) de la APS se redujo así a unas pocas intervenciones tecnológicas de alta prioridad, determinadas no por las comunidades sino por expertos internacionales en salud. De esta forma, la Atención Primaria de Salud Selectiva fue rápidamente aceptada por gobiernos nacionales, ministros de salud y muchas de las organizaciones internacionales más grandes e importantes. Otro contratiempo para la Atención Primaria de Salud Integral: la recesión mundial de los años 80. Los años 80 trajeron una combinación de recesión mundial, deuda externa sofocante, políticas de ajuste devastadoras, escalada de los gastos militares, empeoramiento de la pobreza y destrucción medioambiental masiva; y cada uno de estos agravando a los otros en un círculo vicioso. Los países subdesarrollados, en especial sus ciudadanos más pobres, sufrieron grandes retrocesos Ante estos crecientes obstáculos para el objetivo de salud para todos, a comienzos de los 80 el UNICEF se enfrentó a algunas decisiones difíciles y por desgracia, el UNICEF comenzó a retirar su apoyo a una atención de salud integral y equitativa. El UNICEF comenzó a hablar de una «fuerza contraria que afecta a la infancia del mundo: la continua recesión económica». El hecho de que el UNICEF hablara de modificar los ajustes estructurales, en lugar de cuestionar la injusticia de los ajustes en sí mismos, era equivalente a aceptar la desigualdad y la pobreza como hechos inalterables de la vida. Ya que salud para todos dejó de ser una meta viable, el UNICEF optó por la supervivencia infantil. La Revolución en pro de la Supervivencia Infantil: una política de ajuste para la Salud: en 1983, el UNICEF anunció que estaba adoptando una nueva estrategia diseñada para lograr una «revolución en pro del desarrollo y la supervivencia infantil», a un costo accesible para los países pobres. Claramente dentro del modelo de la APS-S, la Revolución en pro de la Supervivencia Infantil fue presentada como una versión más perfilada, barata y factible de la Atención Primaria de Salud diseñada para proteger a los niños del impacto de las cada vez más deterioradas condiciones económicas. Dirigida principalmente a niños menores de cinco años, su objetivo era reducir a la mitad la mortalidad infantil en el Tercer Mundo en el año 2000.Con este fin, daba prioridad a cuatro importantes intervenciones sobre la salud que, en inglés, forman el acrónimo «GOBI»: En respuesta a la preocupación de que GOBI pudiera ser demasiado selectivo, el UNICEF, al año siguiente, recomendó una versión ampliada: «GOBI-FFF». Aunque la respuesta a la versión limitada de GOBI había sido entusiasta, la versión ampliada GOBI-FFF ha tenido poco éxito entre los donantes y los ministerios de salud. De hecho, en la práctica real, GOBI fue a menudo aún más recortado. Muchas naciones limitaron sus principales campañas de supervivencia infantil a la terapia de rehidratación oral e inmunizaciones, que el UNICEF comenzó a llamar los «dos motores» de la Revolución en pro de la Supervivencia Infantil. Algunos países incluso utilizaban la mayor parte de sus presupuestos en sólo uno de estos «motores», descuidando el otro. A mediados de los 80, prácticamente todos los países subdesarrollados habían lanzado una campaña promocionando algunas o todas las intervenciones del GOBI. No obstante, no todo el mundo ha estado contento con la Revolución en pro de la Supervivencia Infantil. GOBI ha sido criticado por dar alta prioridad a unas pocas intervenciones de salud seleccionadas. Indiscutiblemente, las terapias de inmunización y rehidratación oral son intervenciones eficaces y baratas que pueden ayudar a salvar la vida de muchos niños, aunque algunas veces sólo de forma temporal. Muchos activistas sociales y promotores de salud, sin embargo, argumentan que el cambio desde una Atención Primaria de Salud Integral a una Selectiva y al GOBI fue para los gobiernos y los profesionales de la salud una forma de evitar profundizar en las causas sociales y políticas de la falta de salud, para conservar así las desigualdades del orden establecido. El UNICEF se defiende de esta crítica insistiendo en que la Revolución en pro de la Supervivencia Infantil es compatible con la APS Integral, sugiriendo que representa la punta de lanza de la APS. Anarfi Asamoa-Baah, director Ejecutivo Adjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoció en Buenos Aires que la entidad fue incapaz de afrontar la ideología de mercado predominante en los 90, mientras que el ex director de la entidad, Halfdan Mahler, responsabilizó a UNICEF del fracaso de los planes de atención primaria. Las confesiones e imputaciones fueron formuladas en el marco de la Conferencia Internacional de Salud en Buenos Aires con la participación de 250 sanitaristas de 60 países y de la OMS, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), UNICEF y la CEPAL. El director de la OMS aseguró que algunas instituciones y algunos países perdieron la fe en la atención primaria de la salud durante los 90. Pero confió en que el congreso de Buenos Aires reúna a una galaxia de estrellas que aportan mil años de experiencia como para recuperar la (Aragues, 2013)iniciativa, agregó el ghanés Asamoa-Baah. Hallfdan mahler fue quien marcó una bisagra en la atención de la salud primaria pues mencionó a UNICEF como una de las causas del fracaso de los objetivos trazados en aquello oportunidad. Se necesitaba más tiempo para preparar documentos de información general, pero el Consejo Ejecutivo se opuso y acordó que la conferencia debía celebrarse en 1978. Después de su creación, la OMS prestó durante muchos años gran atención a las enfermedades transmisibles, especialmente durante la guerra fría, cuando las superpotencias competían siempre para ocupar el primer puesto. EE.UU. apoyó la erradicación del paludismo y la URSS abordó la erradicación de la viruela. Sin embargo, en 1960 los Estados Miembros empezaron a recriminar a la OMS la falta de apoyo por su parte a sus servicios de salud, y así fue que en 1970 la OMS comenzó a buscar un equilibrio entre programas verticales (centrados en una sola enfermedad) y el enfoque horizontal (centrado en sistemas de salud). Hubo conflicto entre el enfoque popular basado en la comunidad sobre la atención primaria de salud y el enfoque centralizado sobre sistemas de salud defendido por la URSS. No puede haber un enfoque sin el otro. La atención primaria de salud no tendrá éxito salvo que podamos conseguir la participación de personas, familias y comunidades, y esto sólo funcionará si se tiene el apoyo del sistema de salud. La Secretaría deseaba lograr un consenso, y no implicaba tratar de convencer al resto que estaban equivocados sino de unirse a ellos con un mayor grado de comprensión, fue lo que ocurrió en Alma-Ata. No fue fácil, pero el sacrificio por objetivos compartidos hizo que se llegara a un consenso. El decenio de 1970 fue propicio para la justicia social. Pero luego se produjo un revés cuando el Fondo Monetario Internacional promovió el Programa de Ajuste Estructural con todo tipo de privatizaciones, debilitando el compromiso con la estrategia de. Las regiones de la OMS seguían luchando en los países, pero no se obtuvo apoyo del Banco Mundial ni del FMI. Algunos organismos de las Naciones Unidas pasaron a un enfoque “selectivo” de la atención primaria de salud. El objetivo no era erradicar todas las enfermedades y dolencias para el año 2000. El objetivo era centrar la atención del mundo en las desigualdades sanitarias y tratar de alcanzar un nivel aceptable de salud, distribuido equitativamente en todo el mundo. Declaración de Montevideo 26/30 de septiembre de 2005 Renovación de la Atención Primaria de la Salud en las Américas La APS se reconoce como uno de los componentes fundamentales de un sistema de salud efectivo, puede interpretarse y adaptarse a una amplia variedad de contextos políticos, sociales, culturales y económicos. El propósito de la renovación de la APS es revitalizar la capacidad de todos los países de organizar una estrategia coordinada, efectiva y sostenible que permita resolver los problemas de salud existentes, afrontar los nuevos desafíos en salud y mejorar la equidad. El objetivo último de un esfuerzo de esta naturaleza es lograr mejoras sostenibles en salud para toda la población. Entre las razones que justifican la renovación de la PAS se encuentran los nuevos desafíos epidemiológicos que la APS debe asumir, la necesidad de corregir las debilidades e incoherencias presentes en algunos de los distintos enfoques de la APs; el desarrollo de nuevos conocimientos e instrumentos sobre buenas prácticas que pueden incorporarse para incrementar la efectividad de la APS; el reconocimiento creciente de la APS como estrategia para fortalecer la capacidad de la sociedad para reducir las desigualdades en materia de salud; por último, el creciente consenso respecto a que la APS es un enfoque sólido para abordar las causas de la falta de salud y de las desigualdades. Para renovar la APS será necesario apoyarse en el legado de Alma-Ata, aprovechar las lecciones aprendidas y las experiencias acumuladas para afrontar los desafíos del siglo XXI. Persisten desafíos considerables: algunas enfermedades infecciosas como la tuberculosis, continúan siendo importantes problemas de salud; la infección por VIH/SIDA es una amenaza continua en casi todos los países de la Región, y están aumentando las enfermedades no transmisibles. Además la Región ha experimentado cambios económicos y sociales generalizados que han tenido gran repercusión en la salud. Estas transformaciones incluyen aspectos como el envejecimiento de la población, cambios en la dieta y la actividad física, la difusión de la información, la urbanización, deterioro de estructuras sociales y sistemas de apoyo, lo cual ha condicionado una seria de problemas de salud como la obesidad, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, el aumento de los traumatismos y la violencia, los problemas relacionados con el consumo de alcohol, tabaco y drogas, y la constante amenaza de desastres naturales y de infecciones emergentes. Estas tendencias se producen en el contexto de un empeoramiento global de desigualdades en lo que se refiere a la salud, cuestión de importancia clave para la renovación de la APS. Varios observadores han intentado explicar por qué la APS difiere tanto de un país a otro. En la las Américas, existen diferentes puntos de vista sobre la APS, debido a las particularidades del desarrollo histórico de la salud y la atención a la salud, así como al legado de diferentes sistemas políticos y sociales. Se cree que la explicación a esta divergencia se encuentra en las definiciones de la APS contenidas en la Declaración de Alma-Ata, algunos afirman que, el mensaje principal se distorsionó debido a los cambios de orientación que adoptaron las agencias internacionales de salud y a los procesos de globalización. Tras Alma-Ata el concepto de APS se fue ampliando y haciendo más confuso. Por esto, el concepto renovado de la APS debe proteger más enérgicamente un enfoque razonado y basado en la evidencia, que permita lograr una atención universal, integral e integrada. Esto no quiere decir que se deban interrumpir todos los programas actuales o que estos no sean necesarios. Estos programas son necesarios con frecuencia para atender brotes o «problemas de salud que afecten en alta proporción a la población y que constituyan un factor que entorpezca de forma considerable el desarrollo económico y social de un país»… Se define un sistema de salud basado en la APS como un enfoque amplio de la organización y operación de los sistemas de salud, que hace del derecho a alcanzar el mayor nivel de salud posible su principal objetivo, al tiempo que maximiza la equidad y la solidaridad del sistema. Un sistema de tal naturaleza se guía por los principios propios de la APS tales como dar respuesta a las necesidades de salud de la población, orientación hacia la calidad, responsabilidad y rendición de cuentas de los gobiernos, justicia social, sostenibilidad, participación e intersectorialidad. La esencia de la definición renovada de la APS sigue siendo la misma que la de la Declaración de Alma-Ata. Sin embargo, la nueva definición se centra en el sistema de salud en su conjunto; incluye a los sectores público, privado y sin fines de lucro, y es aplicable para todos los países. Descarta la idea de que la APS sea un conjunto estipulado de servicios de salud, ya que éstos deben ser congruentes con las necesidades locales en materia de salud. De igual modo, descarta que la APS se defina por tipos específicos de personal de salud, puesto que los equipos que trabajan en la APS deben determinarse de acuerdo con los recursos disponibles, las preferencias culturales y la evidencia disponible. Esta estrategia está destinada a guiar la transformación de los sistemas de salud de manera que puedan alcanzar sus objetivos y ser suficientemente flexibles como para adaptarse a los nuevos desafíos que vayan surgiendo con el transcurso del tiempo. Una estrategia para renovar la Atención Primaria de la Salud incluirá: Completar la implementación de la APS en donde este proceso haya fallado, garantizando el derecho de todos los ciudadanos a la salud y al acceso universal, promoviendo activamente la equidad en materia de salud y la mejora de los indicadores de salud y calidad de vida, tanto en términos absolutos como en su distribución. Fortalecer la APS para afrontar los nuevos desafíos a través de la mejora de la satisfacción de los ciudadanos y de las comunidades con los servicios y los proveedores de salud, la mejora de la calidad de la atención y la gestión, y el fortalecimiento de las políticas, el entorno y las estructuras institucionales necesarias para lograr la realización plena de todas las funciones del sistema de salud. Incorporar la APS en una agenda más amplia de equidad y desarrollo humano, mediante la articulación de la renovación de la APS con los esfuerzos para fortalecer los sistemas de salud, promoviendo las mejoras sostenibles de la participación comunitaria y la colaboración intersectorial e invirtiendo en el desarrollo de los recursos humanos. Todo ello requerirá aprender de las experiencias positivas y negativas, desarrollar una nueva estrategia y articular las responsabilidades y los roles de los países, las organizaciones internacionales y los grupos de la sociedad civil involucrados en el proceso de renovación. Entre los factores identificados como barreras a la implementación efectiva de la APS se encuentran las dificultades de la transformación del sector salud desde los enfoques curativos −en el marco hospitalario−, hasta los preventivos −en el ámbito de la comunidad. Entre las limitaciones se encuentran la segmentación y la fragmentación de los sistemas de salud, la falta de compromiso político, la coordinación inadecuada entre las comunidades y las entidades locales, nacionales y agencias internacionales, la utilización inadecuada de la información local y la escasa cooperación intersectorial. El clima económico también se cita como un factor limitante, dados los cambios en las ideologías económicas y políticas. La inversión en recursos humanos se considera un área esencial que requiere atención, dado que la calidad de los servicios de salud depende en gran medida de quienes trabajan en ellos. También se ha llamado la atención sobre la escasez del personal de enfermería a nivel internacional y su distribución desigual, además de las dificultades para conservarlo. Informe sobre la salud en el mundo 2008 – «La Atención Primaria de la Salud, más necesaria que nunca». Organización Mundial de la Salud Introducción Hace 30 años, la atención primaria de salud se presentó como un conjunto de valores, principios y enfoques destinados a mejorar el grado de salud de las poblaciones desfavorecidas. En todos los países, ofrecía una manera de mejorar la equidad en el acceso a la atención de salud y la eficiencia en la manera en que se usaban los recursos. La atención primaria reconocía que muchas de las causas básicas de la mala salud y de la enfermedad escapaban al control del sector de la salud y, por lo tanto, deben abordarse a través de un enfoque amplio que abarque a toda la sociedad. De ese modo cumpliría varios objetivos: mejorar la salud, disminuir la morbilidad, aumentar la equidad y mejorar la eficacia de los sistemas de salud. Hoy en día, los sistemas de salud, incluso en los países más desarrollados, no alcanzan esos objetivos. Aunque se han realizado notables progresos para mejorar la salud, luchar contra la enfermedad y alargar la vida, las personas no están satisfechas con los sistemas de salud que existen en todo el mundo. Una de las mayores preocupaciones se refiere al costo de la atención de salud. El problema radica en que los sistemas de salud y los programas de desarrollo de la salud se han convertido en un mosaico de componentes dispares. Por ejemplo, una gran proporción de los recursos se destina a los servicios curativos, pasando por alto las actividades de prevención y promoción de la salud, que podrían reducir en un 70% la carga de morbilidad a nivel mundial. Además, sin una reorientación sustancial es probable que los actuales sistemas de salud se vean desbordados por los crecientes desafíos del envejecimiento de la población, las pandemias de enfermedades crónicas, las nuevas enfermedades emergentes, como el SRAS, y las repercusiones del cambio climático. Con la publicación de este informe el 14 de octubre, la OMS espera iniciar un debate a nivel mundial sobre la eficacia de la atención primaria de salud como una forma de reorientar los sistemas nacionales de salud. En este informe la OMS propone que los países basen sus decisiones relativas al sistema de salud y al desarrollo de la salud en cuatro orientaciones normativas amplias e interconectadas. Estas cuatro orientaciones representan los principios básicos de la atención de salud. Cobertura universal: para que los sistemas sean equitativos y eficientes, todas las personas deben tener acceso a la atención de salud de acuerdo con sus necesidades y con independencia de su capacidad de pago. Si carecen de dicho acceso, estas desigualdades en materia de salud plantean riesgos, en particular brotes de enfermedades, para todos. Servicios centrados en las personas: los sistemas de salud pueden reorientarse para responder mejor a las necesidades de las personas a través de puntos de prestación de servicios integrados en las comunidades. Por ejemplo, la estrategia de atención primaria de salud de Nueva Zelandia, que se puso en marcha en 2001, hace hincapié en la prevención y la gestión de las enfermedades crónicas. Las policlínicas cubanas han contribuido a que los cubanos gocen de una de las mayores esperanzas de vida (78 años) de los países en desarrollo del mundo. O el Programa de Salud Familiar de Brasil proporciona una atención de calidad a las familias en su domicilio, en las clínicas y en los hospitales. Políticas públicas saludables: gran parte de lo que afecta a la salud se halla fuera de la esfera de influencia del sector sanitario. Los Ministerios de Comercio, Medio Ambiente, Educación y otros influyen en la salud, pero se suele prestar muy poca atención a las decisiones de estos ministerios que la afectan. La OMS considera que todas deberían ser objeto de deliberaciones y que es preciso integrar un enfoque de «la salud en todas las políticas» en todos los gobiernos. Ello exigirá varias modificaciones, ya que algunas de las mayores mejoras de la salud pueden lograrse por medio de programas de desarrollo desde la primera infancia y la educación de hombre y mujeres. Liderazgo: los actuales sistemas de salud no se encaminarán de forma natural a modelos más equitativos, eficientes (que funcionen mejor) y eficaces (que alcancen sus objetivos). Así pues, más que mandar y controlar, el liderazgo tiene que negociar y dirigir. Todos los componentes de la sociedad incluidos los que tradicionalmente no intervienen en la salud– tienen que participar, incluso la sociedad civil, el sector privado, las comunidades y el sector empresarial. Los responsables de la salud deben garantizar que los grupos vulnerables tengan una plataforma para expresar sus necesidades y que se preste atención a estas peticiones. En los Estados Unidos, sólo el 0,1% del gasto de presupuesto nacional es direccionado para la investigación en materias de salud. Aplicar estos 4 objetivos de APS en los sistemas nacionales de salud puede lograr que el sistema sea mas coherente, eficiente, equitativo por lo que será más eficaz. Hay que tener en cuenta que el presupuesto sanitario mayormente es financiado por el gobierno por lo que la política debe ir de la mano con la sanidad. Cinco fallos comunes en la prestación de servicios de atención de la salud. Atención inversa: Las personas con más medios o cuyas necesidades de atención sanitaria casi siempre son menores son las que más atención consumen, mientras que las que tienen menos medios y más problemas de salud son los que menos consumen. El gasto público en servicios de salud suele beneficiar mas a los ricos que a los pobres en todos los países, ya sean de ingresos altos o bajo. Atención empobrecedora: Cuando la población carece de protección carece de protección social y suele tener que pagar por la atención, puede verse enfrentada a gastos catastróficos. El gasto publico en servicios de salud suele beneficiar a los mas ricos que a los pobres. Atención fragmentada y en proceso de fragmentación: La excesiva especialización de los proveedores de atención de salud y la excesiva focalización de muchos programas de control de enfermedades impiden que se adopte un enfoque holístico con respecto a las personas y familias atendidas y que se comprenda la necesidad de continuidad asistencial. Orientación inadecuada de la atención: La asignación de recursos se concentra en servicios curativo, mas no en promocionar o prevenir la salud. Apoyo a la renovación de la APS Políticos de sanidad: Son más conscientes que hay deficiencias y que se puede mejorar, tema considerado en debates presidenciales. Autoridades sanitarias: Observan que hay desfase entre expectativas y resultados Pacientes: Exigen equidad y seguridad sanitaria Necesidad de reformas: En respuesta a la falla del sistema de salud actual. REFORMAS APS 1. COBERTURA UNIVERSAL: Para garantizar la equidad, justicia y no exclusión. 2. PRESTACIÓN DE SERVICIOS: Con el objetivo de reorganizar los servicios acordes a las necesidades de la comunidad. 3. POLITICAS PUBLICAS: A favor de garantizar la salud de las comunidades. 4. LIDERAZGO: Se deben incorporar lideres que mediante el dialogo logren sustituir la exagerada dependencia de control y mando. Los objetivos son: Reducir la exclusión y desigualdad sociales en salud Disponibilidad, calidad, barrera lingüística, cultural y de género. Garantizar el acceso a los servicios sanitarios, aumentando la oferta sanitaria. A medida que ha ido aumentando la oferta general de servicios de salud, ha quedado cada vez más patente que los obstáculos al acceso constituyen un importante factor de inequidad: en particular, los honorarios cobrados a los usuarios son una importante causa de exclusión de la atención requerida. Además, cuando las personas tienen que comprar atención sanitaria a un precio por encima de sus posibilidades, los problemas de salud pueden desembocar rápidamente en una situación de pobreza o bancarrota. Por ese motivo, la ampliación de la oferta de servicios debe correr pareja con la protección social en salud, que se consigue estableciendo sistemas de mancomunación de fondos y de prepago en sustitución del pago directo de honorarios por parte de los usuarios. Además, este sistema se complementa con otras medidas para llegar a los grupos más desatendidos. Este conjunto de medidas son las reformas de la prestación de servicios. El propósito de las reformas de la prestación de servicios es transformar la prestación de atención sanitaria convencional en atención primaria, que se caracteriza por ser una atención centrada en las personas, su integralidad e integración, su continuidad asistencial y la participación de los pacientes, las familias y las comunidades. Sin embargo, aunque la atención primaria puede contribuir en gran medida a mejorar la salud de las comunidades, no basta para responder a los deseos de las personas de vivir en condiciones que garantice la protección de salud, fomenten la equidad sanitaria y les permitan vivir según sus valores. Por eso las personas esperan también que sus gobiernos adopten una serie de políticas publicas para afrontar los desafíos sanitarios, por lo tanto, las autoridades nacionales son las principales responsables de adoptar las decisiones correctas en la fase de diseño. Las reformas de la atención primaria y la protección social dependen fundamentalmente de que se elijan políticas sanitarias –por ejemplo en materia de medicamentos esenciales, recursos humanos o financiación- que respalden las reformas favorables a la equidad y la atención centrada en las personas. Además, está claro que la salud de la población se puede mejorar con polit́ icas controladas por sectores distintos del de la salud. Los planes de estudios, la polit́ ica de las empresas con respecto a la igualdad entre hombres y mujeres, la inocuidad de los alimentos y los bienes de consumo o el transporte de desechos tóxicos son otras tantas de las cuestiones que pueden marcar profundamente e incluso determinar la salud de comunidades enteras en función de las decisiones que se tomen. Si las actuaciones en torno a las APS se basan en la experiencia extraída de éxitos y fracasos anteriores, las autoridades sanitarias pueden desempeñar una labor mucho más eficaz de formulación e introducción de reformas de la APS adaptadas a las circunstancias y las dificultades concretas de los países. Es por esto que la gobernanza de la salud representa un gran desafío para los ministerios de salud y demás instituciones. Bibliografía Aragues, V. L. (2013). SALUD PÚBLICA Y ATENCIÓN PRIMARIA DE LA SALUD. Ciudad autónoma de Buenos Aires: CORPUS.