HISTORIA DE LA EDUCACIÓN Y LA UNIVERSIDAD 1 Angel Norberto Jiménez Larrotta Docente Escuela de Ciencias Sociales Uptc. 2008 1. HISTORIA DE LA EDUCACIÓN Historia de la educación, teorías, métodos, sistema de administración y situación de las escuelas desde la antigüedad hasta el presente en todo el mundo. El concepto 'educación' denota los métodos por los que una sociedad mantiene sus conocimientos, cultura y valores y afecta a los aspectos físicos, mentales, emocionales, morales y sociales de la persona. El trabajo educativo se desarrolla por un profesor individual, la familia, la Iglesia o cualquier otro grupo social. La educación formal es la que se imparte por lo general en una escuela o institución que utiliza hombres y mujeres que están profesionalmente preparados para esta tarea. 1.1 LOS PRIMEROS SISTEMAS DE EDUCACIÓN Los sistemas de educación más antiguos conocidos tenían dos características comunes; enseñaban religión y mantenían las tradiciones del pueblo. En el antiguo Egipto, las escuelas del templo enseñaban no sólo religión, sino también los principios de la escritura, ciencias, matemáticas y arquitectura. De forma semejante, en la India la mayor parte de la educación estaba en manos de sacerdotes. La India fue la fuente del budismo, doctrina que se enseñaba en sus instituciones a los escolares chinos, y que se extendió por los países del Lejano Oriente. La educación en la antigua China se centraba en la filosofía, la poesía y la religión, de acuerdo con las enseñanzas de Confucio, Lao-tsé y otros filósofos. El sistema chino de un examen civil, iniciado en ese país hace más de 2.000 años, se ha mantenido hasta nuestros días, pues, en teoría, permite la selección de los mejores estudiantes para puestos importantes en el gobierno. Los métodos de entrenamiento físico que predominaron en Persia y fueron muy ensalzados por varios escritores griegos, llegaron a convertirse en el modelo de los sistemas de educación de la antigua Grecia, que valoraban tanto la gimnasia como las matemáticas y la música. La Biblia y el Talmud son las fuentes básicas de la educación entre los judíos antiguos. Así, el Talmud animaba a los padres judíos a enseñar a sus hijos conocimientos profesionales específicos, natación y una lengua extranjera. En la actualidad, la religión sienta aún las bases educativas en la casa, la sinagoga y la escuela. La Torá sigue siendo la base de la educación judía. 1.2 TRADICIONES BÁSICAS DEL MUNDO OCCIDENTAL Los sistemas de educación en los países occidentales se basaban en la tradición religiosa de los judíos y del cristianismo. Una segunda tradición derivaba de la educación de la antigua Grecia, donde Sócrates, Platón, Aristóteles e Isócrates fueron los pensadores que influyeron en su concepción educativa. El objetivo griego era preparar a los jóvenes intelectualmente para asumir posiciones de liderazgo en las tareas del Estado y la sociedad. En siglos posteriores, los conceptos griegos sirvieron para el desarrollo de las artes, la enseñanza de todas las ramas de la filosofía, el cultivo de la estética ideal y la promoción del entrenamiento gimnástico. En el periodo helenístico, las influencias griegas en la educación se transmitieron en primer lugar por medio de los escritos de pensadores como Plutarco, para quien el protagonismo de los padres en la educación de sus hijos era el más esencial punto de referencia. 1 Documento elaborado con base en textos bajados de de diferentes paginas de la Internet. La educación romana, después de un periodo inicial en el que se siguieron las viejas tradiciones religiosas y culturales, se decantó por el uso de profesores griegos para la juventud, tanto en Roma como en Atenas. Los romanos consideraban la enseñanza de la retórica y la oratoria como aspectos fundamentales. Según el educador del siglo I Quintiliano, el adecuado entrenamiento del orador debía desarrollarse desde el estudio de la lengua, la literatura, la filosofía y las ciencias, con particular atención al desarrollo del carácter. La educación romana transmitió al mundo occidental el estudio de la lengua latina, la literatura clásica, la ingeniería, el derecho, la administración y la organización del gobierno. Muchas escuelas monásticas así como municipales y catedralicias se fundaron durante los primeros siglos de influencia cristiana. La base de conocimientos se centraba en las siete artes liberales que se dividían en el trivium (formado por gramática, retórica y lógica) y el quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música). San Isidoro de Sevilla aportó materiales básicos con su Etimologías para el trivium y el quadrivium y su posterior polémica curricular. Desde el siglo V al VII estos compendios fueron preparados en forma de libros de texto para los escolares por autores como el escritor latino del norte de África Martiniano Capella, el historiador romano Casiodoro y el eclesiástico español san Isidoro de Sevilla. Por lo general, tales trabajos expandían el conocimiento existente más que introducir nuevos conocimientos. 1.3 LA EDAD MEDIA En el Occidente europeo, durante el siglo IX ocurrieron dos hechos importantes en el ámbito educativo, uno en el continente, en la época de Carlomagno, y otro en Inglaterra, bajo el rey Alfredo. Carlomagno, reconociendo el valor de la educación, trajo de York (Inglaterra) al clérigo y educador Alcuino para desarrollar una escuela en el palacio de Aquisgrán. El rey Alfredo promovió instituciones educativas en Inglaterra que eran controladas por monasterios. Irlanda tuvo centros de aprendizaje desde los que muchos monjes fueron enviados a enseñar a países del continente. Entre el siglo VIII y el XI la presencia de los musulmanes en la península Ibérica (al-Andalus) hizo de Córdoba, la capital del califato omeya, un destacado centro para el estudio de la filosofía, la cultura clásica de Grecia y Roma, las ciencias y las matemáticas. También Babilonia había tenido academias judías durante muchos siglos. Persia y Arabia desde el siglo VI al IX tuvieron instituciones de investigación y para el estudio de las ciencias y el lenguaje; otros centros de cultura musulmana se establecieron en la Universidad de AlQarawiyin, en Fez (Marruecos) en el 859 y la Universidad al-Azhar, en El Cairo (970). Durante la edad media las ideas del escolasticismo se impusieron en el ámbito educativo de Europa occidental. El escolasticismo utilizaba la lógica para reconciliar la teología cristiana con los conceptos filosóficos de Aristóteles. Un profesor relevante del escolasticismo fue el eclesiástico Anselmo de Canterbury, quien, como Platón, defendía que sólo las ideas eran reales. Otro clérigo, Roscelino de Compiègne, en la línea de Aristóteles, enseñaba el nominalismo, doctrina según la cual las ideas universales son flatus vocis y sólo las cosas concretas son reales. Otros grandes maestros escolásticos fueron el teólogo francés Pedro Abelardo, discípulo de Roscelino, y el filósofo y teólogo italiano Tomás de Aquino. El reconocimiento de estos profesores atrajo a muchos estudiantes y tuvo una enorme incidencia en el establecimiento de las universidades en el norte de Europa desde el siglo XII. A lo largo de este periodo los principales lugares para aprender eran los monasterios, que mantenían en sus bibliotecas muchos manuscritos de la cultura clásica anterior. Por este tiempo se abrieron varias universidades en Italia, España y otros países, con estudiantes que viajaban libremente de una institución a otra. Las universidades del norte, como las de París, Oxford, y Cambridge, eran administradas por los profesores; mientras que las del sur, como la de Bolonia (Italia) o Palencia y Alcalá en España, lo eran por los estudiantes. La educación medieval también desarrolló la forma de aprendizaje a través del trabajo o servicio propio. Sin embargo, la educación era un privilegio de las clases superiores y la mayor parte de los miembros de las clases bajas no tenían acceso a la misma. En el desarrollo de la educación superior durante la edad media los musulmanes y los judíos desempeñaron un papel crucial, pues no sólo promovieron la educación dentro de sus propias comunidades, sino que actuaron también como intermediarios del pensamiento y la ciencia de la antigua Grecia a los estudiosos europeos. Los centros de Toledo y Córdoba en España atrajeron a estudiantes de todo el mundo civilizado en la época. 1.4 HUMANISMO Y RENACIMIENTO El renacimiento fue un periodo en el que el estudio de las matemáticas y los clásicos llegó a extenderse, como consecuencia del interés por la cultura clásica griega y romana que aumentó con el descubrimiento de manuscritos guardados en los monasterios. Muchos profesores de la lengua y literatura griegas emigraron desde Constantinopla a Italia, caso del estudioso de la cultura griega Manuel Chrysoloras en 1397. Entre los interesados en sacar a la luz los manuscritos clásicos destacaron los humanistas italianos Francisco Petrarca y Poggio Bracciolini. El espíritu de la educación durante el renacimiento está muy bien ejemplificado en las escuelas establecidas por los educadores italianos Vittorino da Feltre y Guarino Veronese en Mantua (1425); en sus escuelas introdujeron temas como las ciencias, la historia, la geografía, la música y la formación física. El éxito de estas iniciativas influyó en el trabajo de otros educadores y sirvió como modelo para los educadores durante más de 400 años. Entre otras personalidades del renacimiento que contribuyeron a la teoría educativa sobresalió el humanista alemán Erasmo de Rotterdam, el educador alemán Johannes Sturm, el ensayista francés Michel de Montaigne y el humanista y filósofo español Luis Vives. Durante este periodo se dio una gran importancia a la cultura clásica griega y romana enseñada en las escuelas de gramática latina, que, originadas en la edad media, llegaron a ser el modelo de la enseñanza secundaria en Europa hasta el inicio del siglo XX. De esta época datan las primeras universidades americanas fundadas en Santo Domingo (1538), en México y en Lima (1551). 1.5 LA INFLUENCIA DE LA IGLESIA CATÓLICA Los católicos también siguieron las ideas educativas del renacimiento en las escuelas que ya dirigían o que promocionaron como respuesta a la creciente influencia del protestantismo, dentro del espíritu de la Contrarreforma. Esa síntesis se realizaba en los centros de la Compañía de Jesús, fundada por el religioso español san Ignacio de Loyola en 1540, con la aprobación del papa Pablo III. Los jesuitas, como se conoce a los miembros de la congregación, promovieron un sistema de escuelas que ha tenido un papel preponderante en el desarrollo de la educación católica en muchos países desde el siglo XVI: la llamada Ratio Studioron, que después cambiarían las Escuelas Pías de san José de Calasanz. 1.6 LA INFLUENCIA DEL PROTESTANTISMO Las iglesias protestantes surgidas de la Reforma promovida por Martín Lutero en el inicio del siglo XVI establecieron escuelas en las que se enseñaba a leer, escribir, nociones básicas de aritmética, el catecismo en un grado elemental, y cultura clásica, hebreo, matemáticas y ciencias, en lo que podríamos denominar enseñanza secundaria. En Suiza, otra rama del protestantismo fue creada por el teólogo y reformador francés Juan Calvino, cuya academia en Ginebra, establecida en 1559, fue un importante centro educativo. La moderna práctica del control de la educación por parte del gobierno fue diseñada por Lutero, Calvino y otros líderes religiosos y educadores de la Reforma. 1.7 DESARROLLO DE LA CIENCIA EN EL SIGLO XVII El siglo XVII fue un periodo de rápido progreso de muchas ciencias y de creación de instituciones que apoyaban el desarrollo del conocimiento científico. La creación de estas y otras organizaciones facilitó el intercambio de ideas y de información científica y cultural entre los estudiosos de los diferentes países de Europa. Nuevos temas científicos se incorporaron en los estudios de las universidades y de las escuelas secundarias. El Hospital de Cristo de Londres fue probablemente la primera escuela de secundaria en enseñar ciencia con cierto grado de competencia. En el inicio del siglo XVIII la Escuela de Moscú de Navegación y Matemáticas sirvió como modelo para el establecimiento de la primera escuela secundaria en Rusia. La importancia de la ciencia se manifestó en los escritos del filósofo inglés del siglo XVI Francis Bacon, quien fundamentó los procesos del aprendizaje en el método inductivo que anima a los estudiantes a observar y examinar de forma empírica objetos y situaciones antes de llegar a conclusiones acerca de lo observado. Durante el siglo XVII, muchos educadores ejercieron una amplia influencia. El educador alemán Wolfgang Ratke inició el uso de nuevos métodos para enseñar más rápidamente la lengua vernácula, las lenguas clásicas y el hebreo. René Descartes, el filósofo francés, subrayó el papel de la lógica como el principio fundamental del pensamiento racional, postulado que se ha mantenido hasta la actualidad como base de la educación en Francia. El poeta inglés John Milton propuso un programa enciclopédico de educación secundaria, apoyando el aprendizaje de la cultura clásica como medio para potenciar la moralidad y completar la educación intelectual de las personas. El filósofo inglés John Locke recomendaba un currículo y un método de educación (que contemplaba la educación física) basado en el examen empírico de los hechos demostrables antes de llegar a conclusiones. En Algunos pensamientos referidos a la educación (1693), Locke defendía un abanico de reformas, y ponía énfasis en el análisis y estudio de las cosas en lugar de los libros, defendiendo los viajes y apoyando las experiencias empíricas como medio de aprendizaje. Así, animaba a estudiar un árbol más que un libro de árboles o ir a Francia en lugar de leer un libro sobre Francia. La doctrina de la disciplina mental, es decir, la habilidad para desarrollar las facultades del pensamiento ejercitándolas en el uso de la lógica y de la refutación de falacias, propuesta a menudo atribuida a Locke, tuvo una muy fuerte influencia en los educadores de los siglos XVII y XVIII. El educador francés san Juan Bautista de la Salle, fundador del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en 1684, estableció un seminario para profesores en 1685 y fue pionero en su educación sistemática. Tal vez, el más destacado educador del siglo XVII fuera Jan Komensky, obispo protestante de Moravia, más conocido por el nombre latino de Comenio. Su labor en el campo de la educación motivó que recibiera invitaciones para enseñar por toda Europa. Escribió un libro ilustrado, muy leído, para la enseñanza del latín, titulado El mundo invisible (1658). En su Didáctica magna (1628-1632) subrayó el valor de estimular el interés del alumno en los procesos educativos y enseñar con múltiples referencias a las cosas concretas más que a sus descripciones verbales. Su objetivo educativo podía resumirse en una frase de la página inicial de Didáctica magna 'enseñar a través de todas las cosas a todos los hombres', postura que se conoce como pansofía. Los esfuerzos de Comenio por el desarrollo de la educación universal le valieron el título de 'maestro de naciones'. 1.8 EL SIGLO XVIII: ROUSSEAU Y OTROS Durante el siglo XVIII se estableció el sistema escolar en Prusia; en Rusia empezó la educación formal bajo Pedro el Grande y sus sucesores; también se desarrollaron escuelas y colegios universitarios en la América colonial y se implantaron reformas educativas derivadas de la Revolución Francesa. Al final del siglo se fundaron en Inglaterra las escuelas del domingo por el filántropo y periodista Robert Ralkes para beneficio de los muchachos pobres y las clases trabajadoras. Durante el mismo periodo se introdujo el método monitorial de enseñanza, por el que cientos de muchachos podían aprender con un profesor y la ayuda de alumnos monitores o asistentes. Los dos planes abrieron la posibilidad de la educación de masas. El teórico educativo más relevante del siglo XVIII fue Jean-Jacques Rousseau, nacido en Ginebra. Su influencia fue considerable tanto en Europa como en otros continentes. En Emilio (1762) insistió en que los alumnos debían ser tratados como adolescentes más que como adultos en miniatura y que se debe atender la personalidad individual. Entre sus propuestas concretas estaba la de enseñar a leer a una edad posterior y el estudio de la naturaleza y de la sociedad por observación directa. Sus propuestas radicales sólo eran aplicables a los niños; las niñas debían recibir una educación convencional. Las contribuciones educativas de Rousseau se dieron en gran parte en el campo de la teoría; correspondió a muchos de sus seguidores poner sus ideas en práctica. El educador alemán Johann Basedow y otros abrieron escuelas en Alemania y en diferentes partes basándose en la idea de 'todo según la naturaleza'. 1.9 EL SIGLO XIX Y LA APARICIÓN DE LOS SISTEMAS NACIONALES DE ESCOLARIZACIÓN El más influyente de todos los seguidores de Rousseau fue el educador suizo Johann Pestalozzi, cuyas ideas y prácticas ejercieron gran influencia en las escuelas de todo el continente. El principal objetivo de Pestalozzi fue adaptar el método de enseñanza al desarrollo natural del niño. Para lograr este objetivo, consideraba el desarrollo armonioso de todas las facultades del educando (cabeza, corazón y manos). Otros influyentes educadores del siglo XIX fueron el alemán Friedrich Fröbel, que introdujo los principios de la psicología y la filosofía en las ciencias de la educación; Horace Mann y Henry Barnard, los educadores estadounidenses más famosos, que llevaron a su país las doctrinas de Pestalozzi y de otros educadores europeos; el filósofo inglés Herbert Spencer, que defendía el conocimiento científico como el tema más importante a enseñar en la escuela; el español Francisco Giner de los Ríos, y el obispo danés Nikolai Grundtvig, que estableció unas ideas pedagógicas que fueron la base para la ampliación de la educación secundaria a toda la población. El siglo XIX fue el periodo en que los sistemas nacionales de escolarización se organizaron en el Reino Unido, en Francia, en Alemania, en Italia, en España (Ley Moyano, de 1858) y en otros países europeos. Las nuevas naciones independientes de América Latina, especialmente Argentina y Uruguay, miraron a Europa y a Estados Unidos buscando modelos para sus escuelas. Japón, que había abandonado su tradicional aislamiento e intentaba occidentalizar sus instituciones, tomó las experiencias de varios países europeos y de Estados Unidos como modelo para el establecimiento del sistema escolar y universitario moderno. 1.10 EL SIGLO XX: LA EDUCACIÓN CENTRADA EN LA INFANCIA A comienzos del siglo XX la actividad educativa se vio muy influida por los escritos de la feminista y educadora sueca Ellen Key. Su libro El siglo de los niños (1900) fue traducido a varias lenguas e inspiró a los educadores progresistas en muchos países. La educación progresista era un sistema de enseñanza basado en las necesidades y en las potencialidades del niño más que en las necesidades de la sociedad o en los preceptos de la religión. Esta idea había existido bajo otros nombres a lo largo de la historia y había aparecido de diferentes formas en diversas partes del mundo. Un ejemplo es la Institución Libre de Enseñanza en España. Entre los educadores de mayor influencia cabe señalar a los alemanes Hermann Lietz y Georg Kerschensteiner, al británico Bertrand Russell y a la italiana Maria Montessori. En Estados Unidos tuvo una enorme influencia, luego extendida a todo el mundo, el filósofo y educador John Dewey. El programa de actividad que se derivaba de sus teorías fortalecía el desarrollo educativo del alumno fomentando sus necesidades e intereses. Llegó a ser el método principal de instrucción durante muchos años en las escuelas de Estados Unidos y de otros países, ejerciendo amplia influencia en los sistemas educativos de los países de América Latina. Después de la Revolución Rusa (1917) la Unión Soviética desarrolló una experiencia interesante en el campo educativo, particularmente desde 1957, cuando fue lanzado al espacio el Sputnik, el primer satélite que mostraba el avanzado estado del saber tecnológico soviético. Esto hizo que numerosos visitantes extranjeros, especialmente personas procedentes de los países desarrollados, quisieran conocer el sistema imperante en las escuelas soviéticas. Contribuyeron al interés internacional por la educación soviética las teorías y prácticas pedagógicas que procedían de la ideología marxista-leninista, tan bien expresadas en el trabajo de Anton S. Makarenko, un exponente de la rehabilitación de los delincuentes juveniles y de la educación colectiva durante los primeros años de la Revolución. El siglo XX estuvo marcado por la expansión de los sistemas educativos de las naciones industrializadas, así como por la aparición de los sistemas escolares entre las naciones más recientemente industrializadas de Asia y África. La educación básica obligatoria es hoy prácticamente universal, pero la realidad indica que un amplio número de niños (quizá el 50% de los que están en edad escolar en todo el mundo) no acuden a la escuela. En orden a promover la educación en todos los niveles, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) realiza campañas de alfabetización y otros proyectos educativos orientados a que ningún niño en edad escolar deje de acudir a la escuela por no existir ésta, pretendiendo así acabar con el analfabetismo. Se han constatado algunos progresos, pero es obvio que se necesitan más esfuerzos y más tiempo para conseguir la alfabetización universal. 1.11 EL SIGLO XXI El gran reto en el mundo de la enseñanza de hoy, es contar con nuevos planteamientos y con profesores competentes para los mismos. Se está poniendo en evidencia una situación de crisis en los modelos que sustentan tanto la formación como la proyección profesional de los formadores. Las variaciones de conocimiento científico y de las estructuras sociales y culturales se están produciendo a un ritmo tan acelerado, que no están dando tiempo a la búsqueda y asentamiento de nuevos modelos y concepciones del entramado educativo. Este ritmo acelerado hace poco viables los planteamientos analíticos y prospectivos, por tanto lo que se necesita actualmente son modelos dinámicos, susceptibles de servir en un sistema en constante movimiento, contemplando los cambios, siempre, de una manera total. Nos enfrentamos a un nuevo marco teleológico que exige nuevos modelos pedagógicos. Uno de los grandes retos para la educación del siglo XXI, son las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC), las cuales representan nuevos modos de expresión, y por tanto, nuevos modelos de participación y recreación cultural sobre la base de un nuevo concepto de alfabetización. La clave está en establecer su sentido y aportación en el proceso de enseñanza-aprendizaje. 2. HISTORIA DE LAS UNIVERSIDADES 2.1 EL RENACIMIENTO DEL SIGLO XII: LOS ANTECEDENTES DE LAS “INSTITUCIONES” UNIVERSITARIAS Había sido más obra de individualidades que de instituciones. Los maestros, como sus alumnos, carecían de una organización verdaderamente sólida y su nomadismo era una clara evidencia de la provisionalidad de su labor. Como cualquier otra profesión urbana, el intelectual necesitaba proteger sus intereses salvaguardando al tiempo su espíritu de cuerpo. La Universidad vino a cubrir de manera idónea ambos objetivos. Esta toma de conciencia, que implicaba la defensa de un interés común, identificaba de hecho a los intelectuales con el resto de grupos profesionales ciudadanos organizados en gremios. De ahí que haya podido afirmarse que "el siglo XIII es el siglo de las universidades porque es el siglo de las corporaciones" (Le Goff). Sin embargo, aunque esta aspiración general de carácter corporativo este clara, los orígenes concretos del sistema universitario son más difíciles de precisar. Aunque pueda hablarse de universidades fundadas desde cero, al calor de la iniciativa regia o pontificia -así Toulouse, Nápoles, Salamanca, Lérida, etc.- parece sin embargo que las primeras en aparecer y también las que alcanzaron mayor relevancia, fueron aquellas que partieron de la experiencia de escuelas episcopales con cierto nivel ya en el siglo XII, como París, Oxford y Bolonia. La constitución de un grupo profesional de intelectuales organizado corporativamente en el seno de la ciudad, implicaba la conquista de un creciente grado de autonomía que chocaba con las tradicionales prerrogativas de los obispos sobre las escuelas diocesanas. También la organización municipal podía ver con recelo la aparición de estas corporaciones docentes, tratando, como los prelados, de regular su desarrollo y funcionamiento. El conflicto se solventó normalmente mediante la sumisión a Roma, que si bien a largo plazo iba a suponer una fuente de nuevos problemas, permitió también asentar de manera irreversible la autonomía y privilegios universitarios frente a la ciudad y sus autoridades. De un total de 44 universidades europeas antes de 1400, al menos 31 contaron en efecto con un documento fundacional pontificio, lo que subrayaba tanto el carácter supranacional de estas instituciones como su condición eclesiástica. Jurídicamente los universitarios eran clérigos, por más que en la práctica no se comportasen como tales e incluso sus planteamientos favoreciesen el laicismo. Esta dependencia de Roma hizo que muy pronto los Pontífices intentaran utilizar al movimiento universitario en favor de los objetivos de la reforma. En la bula "Parens Scientarum" (1231) Gregorio IX recordó la directa dependencia de las universidades respecto de la Santa Sede, por encima de cualquier jurisdicción civil o episcopal. Aunque este carácter pontificio implicaba una fuerte garantía frente a terceros, podía también provocar, como de hecho así sucedió, infinidad de conflictos si la postura romana tendente a rebajar a la Universidad al papel de mero instrumento de gobierno, chocaba con las ansias autonomistas de la propia institución. Para la ciudad como para el Estado o la Iglesia, la corporación universitaria era en suma tan atípica como inconveniente. Desde el punto de vista interno la Universidad no dejaba de ser una agrupación de profesionales en defensa de sus intereses. De hecho en la Edad Media el término "Universitas" servía para designar, no a la institución docente que hoy conocemos, sino a cualquier organismo gremial o corporativo, siendo así sinónimo de "hábeas", "societas", "consortium", "communio", etc. "Nos Universitas magistrorum et scholarium Parisiensium", decía orgullosa de sí misma en 1221 la Universidad de París, recalcando la asociación de profesores y alumnos. Y algunos años más tarde, con idéntico sentido, las "Partidas" definían el "Estudio General" como el "Ayuntamiento de maestros et de escolares, que es fecho en algunt logar con voluntad et con entendimiento de aprender los saberes". Fue esta denominación de "Studium generale" la que prevaleció de hecho hasta el siglo XV, en que empezó a utilizarse ya la de "Universitas" o "Universae facultates" con el sentido actual. Con el calificativo general se subrayaba por otro lado la procedencia internacional de los miembros de la corporación y la validez, también supranacional, de sus titulaciones (licentia ubique terrarum" o "licentia ubique docendi), que sólo el Papa y, con el tiempo, también el emperador y los reyes -previo permiso pontificiopodían conceder. La Universidad fue el medio natural en el que llegó a su madurez el intelectual del Medievo. A lo largo del siglo XIII su profesionalización había avanzado tanto que puede hablarse, con toda propiedad, de la aparición de un verdadero "homo scholasticus". Durante la anterior centuria la denominación "scholasticus", con el sentido de hombre sabio o instruido (eruditus, litteratus, sapiens, etc.), se había reservado al canónigo director de la escuela episcopal o maestrescuela. Pero con la aparición de las universidades, los "Doctores scholastici" fueron ya simplemente todos los profesores titulares de cátedra y "doctrina scholae" el saber por ellos impartido. De este modo, Escolástica y Universidad vinieron prácticamente a confundirse. Tres rasgos distinguían sociológicamente al "homo scholasticus": el respeto, a menudo reverencial, a las "auctoritates", consideradas fuente de todo conocimiento; el dominio del método dialéctico aplicado al comentario de textos, lo que hacia despreciar el recurso a la vía experimental y, finalmente, la vocación ecuménica de las doctrinas y saberes, por encima de cualquier inclinación nacionalista (Chelini). Desde el punto de vista ideológico la escolástica se situaba además en una perspectiva conscientemente cristiana, incluso en su sentido más descalificador, por cuanto aparte de no admitir ningún postulado contrario al dogma oficial, concebía a la filosofía como un mero instrumento racional en la explicación de la fe (Philosophia ancilla Theologiae). La vocación pedagógica, su excesiva sistematización formal y la inclinación radicalmente aristotélica, hacían finalmente de la filosofía escolástica una disciplina tan rigurosa como conservadora e impersonal. Respecto al método escolástico, no era sino la culminación de los avances logrados en el campo de la lógica durante el siglo XII, en especial tras la completa recepción del pensamiento de Aristóteles. Como siempre, el punto de partida del método escolástico, también llamado silogístico por basarse en el silogismo y en sus reglas de razonamiento, era la "lectio". El "magíster" o "lector" leía en clase el texto de un "auctor" determinado, del que se pretendía extraer su significado profundo o "sententia auctoris". Para ello, tras formular el tema, el "magíster" lo dividía en diferentes "quaestiones", formadas a su vez por diversos artículos que analizaba pormenorizadamente, aduciendo razones en pro y en contra y siempre de acuerdo con el método silogístico (disputatio ordinaria). A menudo el desarrollo de esta fase tenía carácter público (disputatio publica) y podía ser encomendado a un bachiller asistido por un maestro, que actuaba como presidente. En el transcurso de este verdadero torneo intelectual, seguido atentamente por el alumnado, todos los contrincantes hacían alarde de sus profundos conocimientos lógicos, hasta que el maestro ponía fin a la disputa resumiendo brevemente el tema y señalando la conclusión (determinatio magistri). A menudo estas conclusiones se conservaban por escrito, al objeto de darlas a conocer a las futuras promociones de estudiantes. A diferencia de la "lectio", la "disputatio publica" no tenía carácter ordinario, si bien se consideraba obligatoria y recurrente pare los bachilleres que optasen al grado doctoral. A partir de 1230 se extendió por la Universidad de París la costumbre, por parte de algunos maestros, de someterse a las preguntas del alumnado sobre cualquier tema. Las "quaestiones quodlibetales" servían así para alejar cualquier sombra de rutina y demostraban desde luego la talla intelectual de los maestros. 2.2 EVOLUCIÓN DE LAS FACULTADES Y UNIVERSIDADES Aunque las facultades y universidades modernas surgieron a partir de instituciones existentes en Europa occidental durante la edad media, ya en la edad antigua existían centros relevantes de enseñanza superior, tanto en el Próximo y en el Lejano Oriente como en Europa. Algunas de estas instituciones orientales mantienen aún su actividad. 2.3 ANTECEDENTES HISTÓRICOS En Grecia, la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles fueron escuelas avanzadas de filosofía. Durante el periodo helenístico, que se inició en el siglo IV a.C., Atenas atrajo a muchos estudiantes romanos, entre los que se contaron más tarde estadistas y escritores como Cayo Julio César, Marco Tulio Cicerón, Augusto y Horacio. Durante esta época le correspondió el mismo rango a la ciudad egipcia de Alejandría, con sus importantes biblioteca (véase Biblioteca de Alejandría) y museo, que atraían a sabios y estudiosos del Oriente Próximo. Las academias judías de Palestina y Babilonia, donde fue redactado el Talmud, promovieron proyectos intelectuales tanto religiosos como seglares desde el año 70 a.C. hasta el siglo XIII. La Universidad de Nalanda, situada en el norte de la India, y en la que alumnos indios y chinos estudiaban el budismo, siguió activa hasta el siglo XIII. En China florecieron instituciones dedicadas a los estudios superiores a partir del siglo VII, y en Corea, a partir del XIV. La Universidad al-Azhar de El Cairo (Egipto), de más de 1.000 años de antigüedad, es la autoridad central para el islam. Otra institución islámica de la misma época es la Universidad al-Qarawiyin de Fez, en Marruecos. 2.4 UNIVERSIDADES MEDIEVALES Las consecuencias de la aparición de la universidad son el nacimiento de un conjunto de maestros, sacerdotes y laicos, a los que la iglesia confiaba la enseñanza de la doctrina revelada, hasta entonces confiada a la jerarquía eclesiástica. Ahora su título jurídico pertenece a la corporación universitaria. Hay hechos en la Baja Edad Media que marcan una novedad: la aparición de la universidad, con el fin de formar a los jóvenes en las profesiones "clericales", la teología, el Derecho y la Medicina, como facultades mayores; como facultad menor la de artes o filosofía (base de toda sabiduría posible según los griegos). Eran instituciones de la cristiandad: se reconocían por una bula papal, su lengua era el latin y los saberes que enseñaban estaban articulados sobre la concepción católica del mundo y del hombre. Sus métodos de razonamiento y discusión eran escolásticos. Pero lo que me interesa destacar es que "Universidad" en su origen no indicaba un centro de estudios sino una agremiación o "sindicato" o asociación corporativa que protegía intereses de las personas dedicadas al oficio del saber. Entendida la Universidad como generadora del saber, se le atribuyó el carácter de "Alma Mater" en el sentido de engendrar y transformar al hombre por obra de la ciencia y el saber. 2.4.1 El origen del término “Universidad” La palabra "Universidad" procede del latín UNIVERSITAS, nombre abstracto formado sobre el adjetivo UNIVERSUS-A-UM ("todo", "entero", "universal"), derivado a la vez de UNUS-A-UM ("uno"). En el latín medieval UNIVERSITAS se empleó originariamente para designar cualquier comunidad o corporación considerada en su aspecto colectivo. Cuando se usaba en su sentido moderno denotando un cuerpo dedicado a la enseñanza y a la educación requería la adicción de un complemento para redondear su significado "UNIVERSITAS MAGISTRORUM ET SCHOLARIUM”. Hacia fines del siglo XIV, la palabra empezó a usarse, con el significado que tiene en la actualidad. Sin embargo, el término más antiguo y que continuó usándose durante mucho tiempo fue el de STUDIUM o STUDIUM GENERALE. El triunfo de la palabra UNIVERSITAS con su significado actual no llego hasta el Renacimiento. Es claro que la palabra universitas, formada por los elementos unus, una unum, y verto, vertere, versum, expresa una visión globalizadora de toda la realidad. El término universitas se empleaba ya en latín para denominar cualquier conjunto de unidades o la totalidad de una cosa: universitas navis era la totalidad del barco; universitas orationis, la totalidad del discurso; universitas generis humani, el conjunto del género humano. En el año 533, en el Digesto de Justiniano, aparece ya universitas con el significado de agrupación, corporación, gremio, comunidad, colegio, sociedad; a este ámbito significativo corresponde el nombre de universidades que se daba en la Edad Media al conjunto de poblaciones que para defender en común sus intereses formaban una unidad jurídica. En Cataluña, a partir del siglo XII y, posteriormente, en los demás estados de la Corona de Aragón, los municipios eran conocidos con el nombre de universidades. Y fue de este concepto de persona jurídica formada por una pluralidad y diversidad de personas físicas, del que surgió el nombre de universidades para las agrupaciones de estudiantes y profesores. Al primer ámbito significativo corresponde el nombre de universidades, es decir como gremios. Los papas y los reyes tuvieron sumo interés en la creación y protección de estos nuevos entes. Les concedieron privilegios y jurisdicción propia, exactamente igual que si se tratase de ciudades y municipios. Eran política y administrativamente independientes de la ciudad en que estaban (normalmente a las afueras) y con graves problemas en sus relaciones con las autoridades locales tanto civiles como eclesiásticas, que querían tenerlas bajo su dominio. No era raro incluso que se mudasen de ciudad cuando estaban descontentos. La Universidad de Cambridge nació como disgregación de la de Oxford, a causa del descontento de un grupo de estudiantes, que emigraron. La Universidad de París, por ejemplo, prototipo junto con Bolonia de la Universidad medieval, era una unidad jurídica formada por cuatro facultades: tres superiores (Teología, Derecho canónico, Medicina) y una inferior, la de Artes, subdividida en cuatro naciones, que comprendían tanto a profesores como a alumnos. 2.4.2 Las universidades medievales Universidades, instituciones de enseñanza superior con potestad reconocida para otorgar grados académicos. En la acepción original del término, una facultad la componía un grupo de estudiantes que se reunían para compartir instalaciones académicas y alojamiento. Cada facultad era parte integrante de una corporación llamada universidad, palabra que constituía una abreviatura de la expresión latina universitas magistrorum et scholarium (gremio —o unión— de maestros y estudiantes), organizada para el beneficio mutuo y la protección legal de este colectivo. En la actualidad, una facultad puede ser independiente o estar asociada a una universidad. En algunas universidades (en especial en las instituciones europeas), los estudiantes comienzan sus estudios superiores con cursos especializados, dado que su educación general se completa en la enseñanza secundaria. Por regla general, las universidades europeas no imponen asignaturas obligatorias, requisitos de asistencia ni un orden establecido de cursos académicos. Los estudiantes pueden asistir a clase, aunque trabajan de forma directa con sus tutores en la preparación de los exámenes. Una carrera tiene una duración de entre dos y seis años, cada uno de los cuales suele estar dividido en tres trimestres. En Estados Unidos se sigue una tradición y se les impone que realicen estudios de índole general antes de especializarse en un campo concreto. Una carrera comprende por lo general cuatro años, divididos cada uno en dos o tres cuatrimestres. El primer grado académico correspondiente a un ciclo universitario completo es la licenciatura en Letras o en Ciencias, mientras que aquellos estudiantes que deseen proseguir sus estudios pueden realizar un curso de posgrado (máster o maestría) en Letras, que a veces (como ocurre en algunas universidades escocesas) puede constituir un primer título académico, o bien un doctorado. Las universidades europeas occidentales evolucionaron a medida que los estudiantes fueron acudiendo a diversos centros donde prestigiosos profesores impartían sus enseñanzas sobre temas de particular interés. El idioma no suponía impedimento alguno ya que tanto las clases como los debates se desarrollaban en la lengua universal, el latín. Hacia el siglo XII, París se había establecido como núcleo para la instrucción y difusión de la teología y la filosofía, y la Universidad de París se convirtió en modelo para las universidades que más tarde se fundarían en el norte de Europa. La Universidad de Bolonia, en Italia, constituía el centro para el estudio del Derecho, y sirvió de modelo a las universidades italianas y españolas. A partir del siglo XIII se establecieron universidades en Francia, Inglaterra, Escocia, Alemania, Bohemia y Polonia. Los estudiantes procedentes de un mismo país se reunían en las denominadas “naciones” para ayudarse y protegerse entre sí. De estas comunidades surgió el concepto de facultad o colegio (del latín collegium, „sociedad‟). Las universidades de la edad media tenían el derecho no sólo de suspender los estudios cuando las condiciones de las urbes donde estaban ubicadas resultaban contraproducentes sino también de otorgar títulos académicos que incluían el privilegio de poder enseñar en cualquier país cristiano. 2.5 LAS PRIMERAS UNIVERSIDADES EN EUROPA 2.5.1 Universidad de París En la carta por la que el rey Felipe establecía la Universidad de París se identificaban los tres distritos del París medieval: la Cité; la ciudad o la ville, localizada en la margen derecha; y la universidad, en la margen izquierda. Hacia el año 1100, la escuela capitular de parís constituía un centro de poderosa atracción. A partir de la segunda mitad del siglo XII, para enseñar era precisas la autorización del poder eclesiástico, esta licencia docendi, era otorgada en parios por el canciller del cabildo de Notre Dame. En 1213 hubo un acuerdo entre los maestros y el canciller, el cual fue confirmado por el delegado del papa y representa la primera carta de la universidad de parís: Universitas, palabra del latín jurídico que significaba comunidad. Facultades: privilegio de la clase de moral, de retórica y de bellas letras. Cursus studiorum de las artes- bachillerato Cursos de teología, los dominicos fueron los más famosos y obtuvieron el privilegio de otorgar la licenciatura Facultad de los decretos- derecho. Facultad de medicina 2.5.2 Universidad de Bolonia Ya en el siglo XI existía en Bolonia una Facultad de Derecho, , donde se estudieban las leyes que se habían decretado bajo el reinado de dioclesiano (245-305), Teodosio II (408 - 450) y Justiniano (527 - 565). Unió delos primeros investigadores que tuvo esta universidad y que le dio gran renombre fue Irnerius, que hace un estudio profundo del código de Justiniano.los primeros estatutos de la Universidad se remontan a 1317, con la Facultad de Leyes como primer y principal departamento. 2.5.3 Universidad de Oxford Una de las universidades que no fue fundada en una ciudad importante y una de las primeras de Inglaterra, recibió a un gran número de estudiantes expulsados de París. Fue un gran centro de actividad docente desde comienzos del siglo XII 2.5.4 Universidad de Cambridge Inglaterra Fundada en el siglo XIII, la Universidad de Cambridge es una de las instituciones educativas más antiguas de Europa y de mayor prestigio del mundo. Entre sus alumnos cabe destacar a Charles Darwin, John Maynard Keynes, Oliverio Cromwell y John Milton. 2.5.5 Universidad de Orleans Fundada en 1305, clemente V anuncio por medio de una bula pontificia la fundación de una universidad de los decretos de Orleans. 2.5.6 Universidad de Roma Fundada en 1303 por el papa Bonifacio VIII. 2.5.7 La universidad de Salamanca Fue fundada por Fernando II en 1243. En 1208, Alfonso VIII de castilla eleva al rango de Universidad la escuela de episcopado de Palencia. 2.6 LAS UNIVERSIDADES AMERICANAS La primera universidad americana se fundó en Santo Domingo en 1538, luego fueron erigidas la de Lima y la de México en 1551. En la conquista del Nuevo Mundo estaba implícita la creación de ciudades como centros culturales. Ya a fines del siglo XVI muchas ciudades de la América de habla hispana poseían colegios universitarios, seminarios y universidades. Siguieron luego los privilegios universitarios para las de Quito y Santafé, en 1685 y la de Guatemala en 1687. Estas universidades se fundaron al mismo tiempo que se construían catedrales. Todavía subsistan importantes iglesias en lugares que actualmente parecen aislados del mundo. La obra de piedra atestigua el prestigioso pasado. El desarrollo de las universidades aunque fue creado y mantenido por los príncipes, iba estrechamente ligado a la autoridad de la iglesia. 2.7 DESDE EL RENACIMIENTO HASTA EL SIGLO XVIII El descubrimiento de la imprenta permitió el desarrollo de la cultura. En 1470 se publico el primer libro, y en Lovaina se estableció el primer artesano tipógrafo en 1472. En este periodo hubo gran agitación debido a la frecuente diferencia las concepciones religiosas que llegaron a extenderse al interior de las universidades (Lutero Calvino). Algunas universidades italianas, como fue el caso de la de Ferrara, contribuyeron a transmitir las ideas humanísticas renacentistas a las instituciones del norte de Europa. Bolonia fue el gran centro del siglo XVII para el estudio de la medicina y la biología. La Universidad de Leiden, en los actuales Países Bajos, establecida en 1575, atrajo a estudiantes de todo el continente deseosos de investigar las nuevas ciencias. En el siglo XVIII se convirtió en un importante centro de estudios legales y atrajo a muchos estudiantes de Escocia. La Universidad de Salamanca, fundada en el siglo XIII, marcó durante los siglos XVI y XVII la pauta para el establecimiento de instituciones tanto en España como en Centroamérica y Sudamérica. La Universidad de Wittenberg fue marco del comienzo de la Reforma protestante (1517) iniciada por Martín Lutero, que en aquella época impartía clases en este centro. Sus discípulos divulgaron sus enseñanzas por toda Alemania, Escandinavia y Europa del este. La Reforma protestante que se produjo en Suiza implicó a la Universidad de Ginebra, cuyos profesores y estudiantes contribuyeron a difundir las doctrinas del teólogo Juan Calvino por toda Europa y Norteamérica. Ya en Norteamérica, los calvinistas fundaron en Nueva Inglaterra el Harvard College (que se convertiría más tarde en Universidad de Harvard), la más antigua universidad de este país. La tradición calvinista llevó también a la fundación del Yale College (que se convertiría luego en la Universidad de Yale) y del College of New Jersey (hoy Universidad de Princeton). Otros enclaves coloniales fueron el King‟s College (hoy Universidad de Columbia), el Queen‟s College (en la actualidad Universidad Estatal Rutgers) y el Dartmouth College Ya en Norteamérica, los calvinistas fundaron en Nueva Inglaterra el Harvard College (que se convertiría más tarde en Universidad de Harvard), la más antigua universidad de este país. La tradición calvinista llevó también a la fundación del Yale College (que se convertiría luego en la Universidad de Yale) y del College of New Jersey (hoy Universidad de Princeton). Otros enclaves coloniales fueron el King‟s College (hoy Universidad de Columbia), el Queen‟s College (en la actualidad Universidad Estatal Rutgers) y el Dartmouth College. La primera institución seglar de enseñanza superior que se estableció en Rusia fue la Universidad Lomonósov de Moscú, fundada en 1755 por el científico Mijaíl Vasílievich Lomonósov, de quien tomó su nombre. Esta universidad creció, al igual que otros claustros seglares rusos, bajo la influencia extranjera y en especial alemana. Las universidades de Vilna y Dorpat, aunque fundadas con anterioridad, tenían sobre todo un carácter confesional. La primera universidad americana se fundó en Santo Domingo en 1538, luego fueron erigidas la de Lima y la de México en 1551. En la conquista del Nuevo Mundo estaba implícita la creación de ciudades como centros culturales. Ya a fines del siglo XVI muchas ciudades de la América de habla hispana poseían colegios universitarios, seminarios y universidades. Siguieron luego los privilegios universitarios para las de Quito y Santafé, en 1685 y la de Guatemala en 1687. También tuvieron universidad Charcas y Córdoba, en el Río de la Plata, durante el siglo XVII, lo mismo que San Miguel de Chile y Mérida de Yucatán (México). En el siglo XVIII, La Habana, Caracas y San Felipe de Chile tuvieron universidad, al igual que Buenos Aires, que se constituyó como Universidad Pública del Río de la Plata 2.8 SIGLOS XIX Y XX La era que siguió a la Revolución Industrial, con el auge de las clases medias, proporcionó en gran medida el ímpetu necesario para el desarrollo de la enseñanza superior en Europa. Durante el siglo XIX, las universidades alemanas se convirtieron en fuentes de investigación influyentes y en ejemplos de libertad académica. La Universidad de Berlín era célebre por sus estudios de filosofía, la de Gotinga por la literatura y las matemáticas, la de Heidelberg por los matemáticos y los estudios clásicos, la de Leipzig por la psicología y la de Jena por la pedagogía. Muchos estudiantes extranjeros realizaban sus doctorados en universidades alemanas. Dentro de las instituciones británicas fundadas durante este periodo se incluyen las universidades de Londres y Durham (las primeras universidades inglesas establecidas tras la edad media), así como las universidades de Manchester, Liverpool, Leeds y Gales. A diferencia de la Universidad de Oxford y de la Universidad de Cambridge (fundadas en los siglos XII y XIII, respectivamente), que poseían una ideología en cierto modo conservadora, signos de prestigio social y representantes del sistema imperante y de la clase dirigente, estas nuevas instituciones, conocidas de forma popular con el nombre de “universidades de ladrillos” atrajeron estudiantes y profesores de avanzadas ideas sociales y políticas, tal y como se vio más tarde materializado en el grupo de los jóvenes airados, escritores que estudiaron o enseñaron en estas universidades tras la II Guerra Mundial. Durante el siglo XIX se fundaron en Canadá la Universidad McGill y las universidades de Toronto y Montreal Entre las instituciones europeas nacidas en el siglo XIX se encuentran las de Berlín (Alemania), San Petersburgo (Rusia), Atenas (Grecia), Bucarest (Rumania) y Sofía (Bulgaria). En la India, las universidades de Calcuta, Bombay y Madrás, todas establecidas en 1857, fueron instituidas como centros examinadores de acuerdo con la Universidad de Londres. El desarrollo de las universidades chinas se vio retrasado por la agitación social existente en este país durante el siglo XIX y principios del XX. La Universidad de Pekín fue fundada en 1896, aunque la mayoría de las demás facultades e instituciones técnicas datan de la década de 1930 o son posteriores a la II Guerra Mundial. En Japón cabe mencionar las universidades de Tokio (1877) y Kioto (1897). Durante el siglo XIX y hasta la actualidad, los estudiantes universitarios han estado vinculados a la vanguardia del pensamiento radical y revolucionario. Las universidades rusas crecieron en el siglo XIX tanto en número como en importancia, y hasta la Revolución Rusa de 1917 ofrecieron carreras en los campos de las ciencias, la literatura rusa y la historia, además de estudios clásicos, siendo asimismo núcleos de doctrinas y actividades políticas radicales y revolucionarias. El gobierno suspendía de forma periódica los privilegios académicos y encarcelaba tanto a estudiantes como a profesores, aunque este control no pudo contener el desarrollo del pensamiento revolucionario. Las medidas restrictivas y represivas adoptadas por las autoridades administrativas y gubernamentales, tal y como sucedió en la Rusia zarista y en Alemania durante las décadas de 1920 y 1930, desembocaron a menudo en protestas y disturbios y en el cierre de numerosas facultades. Durante la posguerra, y en particular durante las décadas de 1950 y 1960, se establecieron muchas universidades en el Reino Unido, en Alemania y en muchos países de Asia y África La década de 1960 fue también un periodo de agitación estudiantil, como la que se produjo en Estados Unidos a raíz de las protestas surgidas contra la guerra de Vietnam. En esta época, la universidad española se convirtió en un foco de oposición y crítica muy activa contra el régimen autoritario acaudillado por el general Francisco Franco, que seguía rigiendo los destinos de la nación 30 años después de concluida la Guerra Civil. En 1965, José Luis López Aranguren, uno de los más ilustres pensadores críticos procedentes del cristianismo y catedrático de Filosofía, era privado de su cátedra por sus críticas a la política franquista. El mismo destino sufrieron personalidades de la cultura como el también catedrático de Derecho Político y lúcido ensayista Enrique Tierno Galván, que más tarde sería alcalde electo de Madrid desde 1979, y el poeta y profesor universitario José María Valverde, entre otros. Estos conflictos se recrudecieron a raíz del eco alcanzado por la rebelión acaecida en mayo de 1968, protagonizada por los estudiantes y los obreros de París, y que se extendió a Berlín, California y la ciudad de México, donde se produjeron el 2 de octubre de 1968 los denominados sucesos de Tlatelolco en la plaza de las Tres Culturas. A partir de 1969, la universidad española asumió la vanguardia de la lucha contra el franquismo y una línea crítica que se mantendría durante los años siguientes respecto a la consolidación del régimen democrático. En Argentina, la rebelión universitaria de Córdoba de 1919 es, por lo general, considerada como la primera manifestación reformista universitaria. En la misma, la Iglesia perdió todo su poder y de allí surgieron la educación universitaria gratuita y la participación de los alumnos en los planes de estudio. Asimismo la agrupación Franja Morada, relacionada con el partido Unión Cívica Radical, surgió de aquella rebelión y conduce aún hoy los destinos de muchos centros de estudiantes. En el Cono Sur, los movimientos universitarios iniciados a finales de la década de 1950, desembocaron, una década después, en movilizaciones masivas de ciudades enteras que iniciarían la mayoría de los movimientos insurgentes. La principal de ellas fue el llamado Cordobazo, ocurrido en Argentina en 1969, que terminaría derrocando al gobierno militar del general Juan Carlos Onganía. Asimismo, durante los años de las dictaduras militares de la década de 1970, miles de estudiantes argentinos, chilenos y uruguayos fueron detenidos por los regímenes militares. Más recientemente, en 1989, la plaza de Tiananmen de Pekín fue escenario de manifestaciones estudiantiles prodemocráticas que desembocaron en violentos enfrentamientos con el Ejército y la policía. Los sucesos de Tiananmen lograron una amplia cobertura por parte de los medios de comunicación de todo el mundo. La década de 1970 auspició la aparición de la universidad a distancia, que ofrece cursos de carácter universitario a todo tipo de personas a través de la televisión, la radio y el correo. La primera universidad a distancia se creó en el Reino Unido en 1971. Uno de los principales problemas con los que se han enfrentado las universidades y los alumnos en la última década ha sido el problema de la financiación de los estudios, agravado por la paulatina reducción de las becas y la introducción de los préstamos universitarios.