EL VATICANO II Y LA IGLESIA LATINOAMERICANA Por: David Romero Análisis estructural de Enrique Dussel CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL CRISTIANISMO ESTRUCTURA ECONÓMICA: CAPITLISTA MARXISMO DEMOCRÁTICA – BURGUESA COMO ORGANIZACIÓN POLITICA LIBERTAD INDIVIDUAL COMO FUNDAMENTACIÓN IDEOLÓGICA Dussel, E. De Medellín a Puebla. Una década de Sangre y Esperanza 1968 / 1979, Edicol, Colección Religión y cambio, México, 1979, 611 INTRODUCCIÓN El Concilio Vaticano II inició el 11 de octubre de 1962 y terminó el 8 de diciembre de 1965 (Fiesta de la Inmaculada Concepción de María). El Papa Juan XXIII convocó públicamente al Concilio el 25 de diciembre de 1961 por medio de la Encíclica apostólica Humanae salutis. Los objetivos del Concilio son: 1. La solución de los problemas ad intra (hacia el interior) – volver a su Fundador y asumir su misión hacia los pobres. 2. Un Concilio pastoral, donde se elimina el vocablo: anathema ἀνάθεμα – maldito – apartado. Un Concilio que aprenda a leer los Signos de los tiempos – la luz del Espíritu en la historia de los hombres. INTRODUCCIÓN 3. Un Concilio que recuerda la frase: reformat, semper reformanda – Una Iglesia que está en continua reforma al interior para resistir los ataques externos y se considera santa y pecadora. 4. Un concilio abierto al mundo: Un diálogo de la Iglesia con el mundo como servidora de la humanidad para contribuir a remediar sus males. 5. Un cambio de metodología conciliar: pasar de la autosuficiencia a la búsqueda de la verdad. Se asume la metodología de la Universidad de Lovaina (Card. Cardijn): Ver, Juzgar y Actuar (Ejem: Gaudium et Spes / Populorum Progressio / Medellín). INTRODUCCIÓN El Papa posee potestad plena, suprema y universal sobre la Iglesia; de igual modo cuando el colegio episcopal la ejerce en un Concilio Ecuménico, pero convocado y aprobado por el Papa (LG, 22; CIC, 336 y 337). Al finalizar el Concilio el Papa Pablo VI expresó: Hemos sancionado y establecido estas cosas, decretando que las presentes letras sean permanentes y continúen firmes, válidas y eficaces, que se cumplan y obtengan plenos, íntegros efectos y que sean plenamente convalidadas por aquellos a quienes compete o podrá competer en el futuro. Así se debe juzgar y definir. Y debe considerarse nulo y sin valor desde este momento todo cuanto se haga contra estos acuerdos por cualquier individuo o cualquier autoridad, conscientemente o por ignorancia (Pablo VI, Breve Pontificio In Spiritu Sancto para clausurar el Concilio Vaticano II). INTRODUCCIÓN El “Pacto de las Catacumbas”: El 16 de noviembre de 1965 a pocos días de terminar el Concilio Vaticano II, unos 39 obispos de diferentes partes del mundo se encontraron en las “Catacumbas de Domitila” para pedir ser fiel al espíritu de Jesús, ser servidores y pastores, renunciar a sus privilegios y a tomar en serio los cambios que les exige el Concilio. 1. Procuraremos vivir según el modo ordinario de nuestra población en lo que toca a casa, comida, medios de locomoción, y a todo lo que de ahí se desprende. Mt 5,3; 6,33s; 8,20. 2. Renunciamos para siempre a la apariencia y la realidad de la riqueza, especialmente en el vestir (ricas vestimentas, colores llamativos) y en los símbolos de metales preciosos (esos signos deben ser, ciertamente, evangélicos). Mc 6,9; Mt 10,9s; Hch 3,6. Ni oro ni plata. 3. No poseeremos bienes muebles ni inmuebles, ni tendremos cuentas en el banco, etc., a nombre propio; y, si es necesario poseer algo, pondremos todo a nombre de la diócesis, o de las obras sociales o caritativas. Mt 6,19-21; Lc 12,33s. 4. En cuanto sea posible, confiaremos la gestión financiera y material de nuestra diócesis a una comisión de laicos competentes y conscientes de su papel apostólico, para ser menos administradores y más pastores y apóstoles. Mt 10,8; Hch 6,1-7. 5. Rechazamos que verbalmente o por escrito nos llamen con nombres y títulos que expresen grandeza y poder (eminencia, excelencia, monseñor...). Preferimos que nos llamen con el nombre evangélico de «padre». Mt 20,25-28; 23,6-11; Jn 13,12-15. 6. En nuestro comportamiento y relaciones sociales evitaremos todo lo que pueda parecer concesión de privilegios, primacía o incluso preferencia por los ricos y por los poderosos (por ejemplo en banquetes ofrecidos o aceptados, en servicios religiosos). Lc 13,12-14; 1 Cor 9,14-19. 7. Igualmente evitaremos propiciar o adular la vanidad de quien quiera que sea, al recompensar o solicitar ayudas, o por cualquier otra razón. Invitaremos a nuestros fieles a que consideren sus dádivas como una participación normal en el culto, en el apostolado y en la acción social. Mt 6,2-4; Lc 15,9-13; 2 Cor 12,4. 8. Daremos todo lo que sea necesario de nuestro tiempo, reflexión, corazón, medios, etc., al servicio apostólico y pastoral de las personas y de los grupos trabajadores y económicamente débiles y subdesarrollados, sin que eso perjudique a otras personas y grupos de la diócesis. Apoyaremos a los laicos, religiosos, diáconos o sacerdotes que el Señor llama a evangelizar a los pobres y trabajadores, compartiendo su vida y el trabajo. Lc 4,18s; Mc 6,4; Mt 11,4s; Hch 18,3s; 20,33-35; 1 Cor 4,12; 9,1-27. 9. Conscientes de las exigencias de la justicia y de la caridad, y de sus mutuas relaciones, procuraremos transformar las obras de beneficencia en obras sociales basadas en la caridad y en la justicia, que tengan en cuenta a todos y a todas, como un humilde servicio a los organismos públicos competentes. Mt 25,31-46; Lc 13,12-14 y 33s. 10. Haremos todo lo posible para que los responsables de nuestro gobierno y de nuestros servicios públicos decidan y pongan en práctica las leyes, estructuras e instituciones sociales que son necesarias para la justicia, la igualdad y el desarrollo armónico y total de todo el hombre y de todos los hombres, y, así, para el advenimiento de un orden social, nuevo, digno de hijos de hombres y de hijos de Dios. Cf. Hch 2,44s; 4,32-35; 5,4; 2 Cor 8–9; 1 Tim 5,16. 11. Porque la colegialidad de los obispos encuentra su más plena realización evangélica en el servicio en común a las mayorías en miseria física cultural y moral –dos tercios de la humanidad– nos comprometemos: * a compartir, según nuestras posibilidades, en los proyectos urgentes de los episcopados de las naciones pobres; a pedir juntos, al nivel de organismos internacionales, dando siempre testimonio del Evangelio, como lo hizo el papa Pablo VI en las Naciones Unidas, la adopción de estructuras económicas y culturales que no fabriquen naciones pobres en un mundo cada vez más rico, sino que permitan que las mayorías pobres salgan de su miseria. 12. Nos comprometemos a compartir nuestra vida, en caridad pastoral, con nuestros hermanos en Cristo, sacerdotes, religiosos y laicos, para que nuestro ministerio constituya un verdadero servicio. Así, * nos esforzaremos para «revisar nuestra vida» con ellos; * buscaremos colaboradores para poder ser más animadores según el Espíritu que jefes según el mundo; * procuraremos hacernos lo más humanamente posible presentes, ser acogedores; * nos mostraremos abiertos a todos, sea cual fuere su religión. Mc 8,34s; Hch 6,1-7; 1 Tim 3,8-10. 13. Cuando regresemos a nuestras diócesis daremos a conocer estas resoluciones a nuestros diocesanos, pidiéndoles que nos ayuden con su comprensión, su colaboración y sus oraciones. Que Dios nos ayude a ser fieles. II CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO – MEDELLÍN, 1968 Contexto histórico de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano: Medellín, 1968. Contexto histórico de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano: Medellín, 1968. Contexto histórico de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano: Medellín, 1968. Fecha: 26 de Agosto al 6 de Septiembre de 1968 Tema central: Promoción Humana Evangelización y crecimiento de la fe La Iglesia y sus estructuras Lugar: Medellín, Colombia Convocada por: Papa Pablo VI Lema: La Iglesia en la actual transformación de América Latina a la Luz del Concilio Vaticano II Prevista para realizarse 10 años después de Río, pero se retrasó por el Concilio Vaticano II (1962 – 1965). Ello fue ocasión de la primera visita de un Papa a América Latina, pues Pablo VI viajó a Colombia para inaugurar la Conferencia de Medellín. I. Área de promoción humana: II. Área de evangelización y crecimiento en la fe: III. Área de Iglesia visible y sus estructuras: 10. Movimientos de laicos. 14. Pobreza de la Iglesia. 15. Pastoral de conjunto. 1. Justicia. 6. Pastoral popular. 11. Sacerdotes. 2. Paz. 7. Pastoral de élites. 12. Religiosos. 3. Familia y demografía . 8. Catequesis. 9. Liturgia. 13. Formación del clero. 4. Educación. 5. Juventud. 16. Medios de comunicación social. EJES MÁS IMPORTANTES: Medellín hace un claro discernimiento de la situación de pobreza y subdesarrollo en que viven las grandes mayorías de los pueblos Latinoamericanos, denuncia con claridad algunas causas de este estado y toma posición y aporta directrices muy importantes para una nueva pastoral latinoamericana: Desarrollo, justicia y paz. Pastoral popular y CEB Paz y violencia. Pobreza de la Iglesia y la opción por los pobres. Opción por los jóvenes. Colegialidad episcopal. Pastoral de conjunto. Sobre todo los documentos de "Justicia" y "Paz" con una clara denuncia profética de la situación, tendrán una voz que se prolongará más allá de sus fronteras y que aún hoy permanece viva. III CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO – PUEBLA, 1979 Piezas claves para el rumbo del documento de Puebla Cardenal Aloísio Lorscheider Cardenal Eduardo Francisco Pironio Cardenal Franjo Šeper Cardenal Sebastián Baggio Cardenal Alfonso López Trujillo Gobiernos en América Latina del año 1979 FUERZAS ARMADAS País 1° Chile 2° Argentina 3° Bolivia 4° Uruguay 5° Paraguay 6° Brasil 7° Ecuador 8° Perú 9º El Salvador Presidente Augusto Pinochet Jorge Rafael Videla David Padilla Arancibia Aparicio Méndez Alfredo Stroessner Ernesto Geisel Alfredo Poveda Francisco Morales Bermúdez General Carlos H. Romero * Convocada por Pablo VI, Confirmada por Juan Pablo I y reconfirmada por Juan Pablo II (Del 29 de enero al 13 de febrero). * Asisten 400 Participantes (incluyendo secretarias y auxiliares): • 187 obispos con voz y voto. • Reuniones Plenarias o de Comisión. • Cardenales, Sacerdotes, religiosos y religiosas. • 60 laicos y 6 observadores no católicos. LOS MENSAJES E INTRODUCCIONES DE JUAN PABLO II: Puebla presenta las líneas maestras y acento principales de las reflexiones y propuestas de las conclusiones. Lanza en emprender una evangelización más profunda: civilización del amor – propuesta de Juan Pablo II ES UN DOCUMENTO MÁS EXTENSO Y POSEE LA ESTRUCTURA MÁS AMPLIA Y COMPLEJA. UN DOCUMENTO MÁS TRABAJADO A NIVEL TEOLÓGICO. El Papa Juan Pablo II invita a: tomar como punto de partida las conclusiones de Medellín, con todo lo que tienen de positivo, pero sin ignorar las incorrectas interpretaciones a veces hechas y que exigen sereno discernimiento, oportuna crítica y claras tomas de posición. La asimilación en la reflexión teológica y en la praxis pastoral de categorías y propuestas ideológicas, tomadas del marxismo, generó un desgastante proceso de esclarecimiento. Lo socio-político desplazó en no pocas ocasiones lo esencial de la vida de la Iglesia. La expresión más significativa de este problema fue la llamada teología de la liberación en su versión marxista. El acento principal del documento de Puebla se descubre sintéticamente en el binomio comunicación y participación. Este es el tema conductor de todo el documento. Los obispos sitúan su aproximación al compromiso evangelizador en clave de comunión y participación. Puebla es una valiosa síntesis de la enseñanza de la Iglesia desde nuestra realidad latinoamericana y profundiza de manera amplia y dinámica aspecto fundamentales para la marcha de la Iglesia en América Latina: 1. La perspectiva histórica. 2. 3. 4. 5. La fuerte eclesiología de comunión. La aproximación al tema de la cultura. El fundamento antropológico. El desarrollo de la mariología. El libro está desarrollado en 5 grandes partes: 1. Está concentrada en la visión pastoral de la realidad latinoamericana. Allí se incluye la realidad socio-cultural, visión de la historia, de la realidad eclesial y de las tendencias actuales de la evangelización de cara al futuro. 2. Se centra en la iluminación teológica, en lo que se ha llamado los designios de dios sobre la realidad de américa latina. Está concentrado en explicar en qué consiste la evangelización y cuáles son sus aspectos principales. Este contiene el contenido de la evangelización y qué es evangelizar (EN). 3. Sitúa la evangelización en la iglesia de américa latina, destacando de manera especial la comunión y participación. Aquí se profundiza acerca de los agentes, los medios y el diálogo para una comunicación y participación. 4. Se propone las opciones y acciones pastorales prioritarios de la iglesia en la evangelización en américa latina. Aquí se plantea la opción preferencial por los pobres y los jóvenes (Medellín). 5. Las opciones pastorales de la iglesia de américa latina. La Iglesia en América Latina Las luces en lo eclesiológico fueron: • Iglesia desde el reverso de la historia retomando a los pobres como el nuevo objeto social. • Eclesiología de Jesús de Nazaret. • Eclesiología de las comunidades de base. • Eclesiología de la Cruz y los crucificados. • Eclesiología indígena y afroamericana • Eclesiogénesis pneumática: nuevos carismas laicales (CLAR fundada en 1959), inclusión de la religiosidad popular. BIBLIOGRAFÍA - I. Ellacuría – J. Sobrino, Mysterium Liberationis, UCA editores, Tomo I, San Salvador, 1990, pp 253-271. - Víctor Codina, Para entender la eclesiología desde América Latina, Editorial Verbo Divino, Barcelona, 1990. - Víctor Codina, Sentirse Iglesia en el Invierno eclesial, Edit. CRISTIANISME I JUSTÍCIA, Barcelona, 2006. - X. Pikaza – J. A. Da Silva, El Pacto de las Catacumbas La misión de los pobres en la Iglesia, Editorial Verbo Divino, Estella (Navarra), 2015, pp 521. - Dussel, E. De Medellín a Puebla. Una década de Sangre y Esperanza 1968 / 1979, Edicol, Colección Religión y cambio, México, 1979, 611