Subido por Raul Soto

REFELXION DIARIA

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Comentario:
¿Deseas saber qué hay en tu corazón? ¡Entonces presta atención a lo que estás hablando!
Una persona llena de la presencia de Dios no camina con murmuraciones, negatividad o
derrota en sus labios. Por el contrario, pronuncia palabras que promueven la edificación.
Incluso cuando estamos ansiosos o ante una situación que nos desagrada, debemos tener
cuidado de que nuestras palabras sean positivas, porque tienen el poder de influir en el
entorno que nos rodea. Un hogar impregnado de expresiones de argot, maldiciones y quejas
será sin duda un lugar tóxico para los que viven allí.
Ten siempre presente el firme propósito de vigilar el lenguaje (Santiago 3.2). No permitas que
tu boca sea una fuente de muerte, sino de vida, alegría y paz. Acércate a Dios y, al acercarte
a Él, deja que tu corazón se llene de palabras de alabanza y gratitud.
“Construye tu vida por amor a la palabra de Dios y tranquilo Jesús es el maestro”
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