UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR Departamento de Arquitectura, Diseño y Artes Plásticas Teoría e Historia de la Arquitectura I - DA1412 Grecia, Atenas: Análisis de la estructura del espacio urbano y el espacio privado en la Antigua Atenas Sartenejas, 24 de febrero del 2017 Grecia es un conjunto de islas con una historia extensa, que se divide en una cantidad fascinante de períodos. Desde la Edad de Piedra, pasando por la invasión Dórica, hasta la conquista romana de Grecia tras la batalla de Corinto, se puede hablar de la conocida Antigua Grecia, la cual se acomoda entre el año 1200 a. C. hasta el 146 a. C. (época en la que se orientará el enfoque de este trabajo para explicar muchos aspectos de su arquitectura). Estos períodos están divididos de acuerdo a los sucesos políticos, sociales y culturales que ocurrieron en cada uno: - Período Proto-Arcaico (Edad o Período Oscuro): de este período persiste una escasez de información, sin embargo, se conoce que transcurre desde el siglo XXI a. C., (donde sucede el colapso del mundo micénico), hasta el siglo IX a. C., y que no hubo crecimientos en cuanto al arte, ni en la economía; de ahí el nombre de Período Oscuro, el cual refleja decadencia en comparación a las etapas que lo anteceden y las posteriores a él. - Período Arcaico: este es un período importante puesto que se origina el arte griego. Va desde el siglo VIII a. C., ciclo de tiempo en el que ocurre la transición del Período Oscuro al Arcaico, y se inician los “modelos tipo”, o arquetipos, tanto en arquitectura como en escultura, hasta el siglo VI a. C., al cual prácticamente le pertenecen todas las obras importantes de la época. Se ve una gran producción artística y se consolidan y afianzan los arquetipos anteriores. Es un período de expansión de la polis griega, donde el papel del arte tomó un protagonismo de gran carácter, por tanto, esta se realiza por el goce estético y la comprensión del mundo de los ciudadanos griegos. - Período Clásico: es un período comprendido entre el siglo V a. C. hasta el siglo IV a. C. Se trata de una época en la que se alcanza el auge de las polis griega y de las manifestaciones culturales que se desenvolvieron en ellas. Personifica el perfeccionamiento de todas las manifestaciones artísticas griegas, tanto a nivel formal, como técnico. La primera mitad del siglo V a. C. es un período de transición y se considera como el verdadero siglo de oro de la cultura griega. Posteriormente, en el siglo IV a. C., el arte evoluciona hacia nuevas formas de expresión, tras las guerras del Peloponeso. Si bien este es un período de gran importancia para el arte griego, también lo fue en el ámbito político, puesto que en este período tuvo lugar el reinado de Alejandro Magno, el cual se desenvolvió desde el 336 a. C. hasta su muerte, en el 323 a. C. - Período Helenístico: se llama así al período que se extiende desde la muerte de Alejandro Magno (año 323 a.C.), mejor conocida como la disolución del imperio, hasta la dominación de Roma (30 a.C.) tras la batalla de Corinto. En este período se alcanzó una madurez en el arte que no se había visto en los períodos anteriores, puesto que era el mejor testimonio del pasado de Grecia. Así pues, conociendo el contexto histórico de la Antigua Grecia, se logra entender la evolución y la importancia que tuvo el arte en la misma. Sin embargo, este trabajo de investigación se enfocará en una de las polis más sobresalientes que tuvo Grecia: Atenas. (Fig. 1) La historia de Atenas se extiende en más de tres mil años, puesto que tuvo vida urbana desde los tiempos de Micenas en adelante, lo que la convierte en una de las ciudades habitadas más antiguas. Durante el ya mencionado Período Clásico de Grecia, fue una poderosa ciudad-estado que tuvo un papel fundamental en el desarrollo de la democracia, siendo esta la contribución política más importante de la civilización griega. Según (Aristóteles, 1252 a. C.) en su libro “La Política”, el Estado tiene como base a la familia la cual cubre las necesidades cotidianas de sus miembros. La agrupación de varias familias con la necesidad de abastecer a los grupos constituye una “aldea” y, cuando esta aldea se agranda y forma una “comunidad”, se transforma en una “ciudad-estado” capaz de bastarse a sí misma casi por completo. Estos estados disponen sólo de una ciudad y un escaso territorio a su alrededor, conformando así un estado políticamente autónomo, tanto en materia jurídica como económica. Una persona no se trasladaba o se unía a una polis; se nacía miembro de ella, puesto que estas familias ya mencionadas estaban relacionadas por antepasados comunes. Fig. 1: Mapa de Atenas, (400 a.C.). En las ciudades griegas que se desarrollaron a partir de asentamientos de la edad del bronce, los puntos focales eran la akropolis (de akros, ‘alto’ y polis, ‘ciudad’), en lo alto, y el ágora a un nivel más bajo. (Fuente: Roth, 1999, p. 200). El autor (Leland M. Roth, 1999) en su libro “Entender la arquitectura: sus elementos, historia y significado”, explica que la mayoría de las polis crecieron gradualmente, por lo general aprovechando los restos de la antigua ciudadela de la edad del bronce construida sobre la acrópolis. Durante la segunda mitad del siglo V a.C., después de la destrucción que trajeron los persas consigo en el 480 a.C., en la llamada “Atenas de Pericles”, un grupo de artistas transformó, bajo la dirección de Fidias (el más famoso de los escultores de la Antigua Grecia), una colina rocosa en un extraordinario conjunto arquitectónico y artístico que la Grecia antigua legó al resto del mundo: la Acrópolis de Atenas. (Fig. 2) También conocida como «la roca sagrada», la acrópolis es una meseta caliza de 270 metros de longitud y 85 de anchura, situada 156 metros sobre el nivel del mar, que contiene los monumentos más famosos de la Grecia clásica. Roth (1999) define la acrópolis como “un lugar fortificado situado sobre un peñasco escarpado, en la parte más elevada de una ciudad” cuyas funciones eran defensivas, puesto que su ubicación permitía una provechosa vista, y también funcionaba como sede de los principales lugares de culto, por lo tanto, tenía un carácter religioso. Fig. 2: Atenas. Acrópolis. Vista desde el suroeste. (Fuente: Kostof, 1985, p. 244). La Acrópolis estaba conformada, hacia el año 400 a.C., de tres templos fundamentales: el templo de Atenea Niké, el Erecteion y el Partenón, edificaciones que debían ser el símbolo de la victoria de Atenas y los griegos en general sobre la barbarie, según Roth (1999). Adicionalmente, poseía un pabellón de entrada monumental al recinto, conocida como Propileos. Estos edificios no estaban dispuestos al azar, generalmente los templos estaban alineados con algún eje principal que pasase por algún pico montañoso considerado importante o sagrado, a diferencia de las stoas, edificios que se explicarán más adelante, cuya función era cerrar un recinto sin un plan urbanístico premeditado puesto que simplemente se adaptaban a la topografía del lugar. Habían otras edificaciones que conformaron la Acrópolis pero fueron desapareciendo con el paso del tiempo. Muchos historiadores y eruditos consideran que el edificio griego más importante es el templo, y esa opinión hace manifiesto en este recinto sagrado. “Aunque el templo cumpliese una función pública vital y fuese el símbolo de la polis, no era un edificio público en la aceptación actual del término, ya que sólo los sacerdotes y algunos individuos escogidos tenía acceso a él”, tal como afirma el autor Roth (1999), la población sólo era bienvenida durante las fiestas y procesiones de Panateneas (fiestas religiosas que los atenienses celebraban anualmente a finales de verano en honor a Atenas), y durante los saqueos a Atenas, puesto que este recinto funcionaba como resguardo ya que se encontraba en la zona más alta de la ciudad. El templo de Atenea Niké es el primero que se percibe al aproximarse a la Acrópolis. Su delicada forma con sus columnas jónicas contrasta muchísimo con los Propileos, debido a que este posee columnas dóricas. Conserva casi 7 metros de altura y una planta de poco más de 8 por unos 5,40 metros de ancho, con 4 columnas elevadas en el pórtico trasero, y 4 en el delantero, los cuales encerraban la cella interior o sala principal donde se encontraba la gran escultura de la diosa. (Fig. 3). Fig. 3: Templo de Atenea Niké, Atenas. (435-420 a.C). (Fuente: Roth, 1999, p. 212). Los Propileos arcaicos de antes del ataque de los persas fueron suplantados por los Propileos actuales en el período 437-432 a.C., los cuales están hechos de mármol y son más representativos en cuanto a tamaño y dimensiones, considerándose más ceremoniales. Estos fueron proyectados por el arquitecto Mnesicles. Pese a su forma inconclusa, la fachada fue proyectada con gran sutileza y sentido del equilibrio, dando superioridad a la perspectiva desde la posición de la procesión ascendente. A la mano izquierda de esta colosal entrada, se podía divisar al final la silueta del otro complicado templo llamado Erecteion, considerado el templo más extraño y quizás el más interesante. Construido por un arquitecto anónimo, aproximadamente entre el 421 y 405 a.C., este fascinante templo constaba de una serie de recintos sagrados dedicados a adorar a tres dioses distintos: Poseidón, Erecteo y, por supuesto, Atenea Polias (diosa de la tierra y guardiana de la ciudad). Roth (1999) realiza una perfecta descripción de este templo: “Visto en planta, el conjunto se presenta como un rectángulo orientado de este a oeste con una zona oriental, correspondiente a la cámara que alojaba una antigua estatua de madera de Atenea Polias, precedida por un pórtico de seis columnas jónicas. En la parte norte, y a nivel inferior, hay un pórtico jónico mayor, con cuatro columnas delante y dos detrás de las de los ángulos, que conduce a la cámara de Erecteo. En un patio descubierto situado inmediatamente al oeste del templo estaba el olivo sagrado dedicado a Atenea. Como esta parte del terreno no podía ser techada, la fachada oeste del Erecteion termina en una pared ciega, con columnas jónicas adosadas. En el lado meriodional del edificio, en dirección al Partenón y sobre la tumba del legendario rey Cécrops, se levanta el gracioso pórtico de las Cariátides, con seis columnas en forma de corés sólidas, de ondulada cabellera cuyas coronas hace las veces de capiteles de las columnas. Es la parte más original de entre los muchos aspectos novedosos de este insólito edificio”. (Fig. 4). Sin duda se trata de un diseño curioso e insólito para la época en la que se idealizó, pero representa a la perfección, y respeta, todo aquello que los atenienses tenían como sagrado. Fig. 4: Erecteion, Atenas. Planta. (Fuente: Roth, 1999, p. 214). Por otro lado, a mano derecha de los Propileos se encuentra El Partenón que, si no es uno de los más importantes, es el más importante de los templos griegos, puesto que sirvió de modelo para otros templos posteriores que siempre buscaron imitarlo. Este edificio fue el primero que se construyó sobre la Acrópolis destruida, en el período del 447-438 a.C., por el arquitecto Ictinos. El diseño de este templo presenta varias particularidades, como por ejemplo, su gran tamaño: medía 30,9 por 69,5 metros, y era un templo octástilo, es decir, poseía 8 por 17 columnas, cuando en aquella época se acostumbraba a construir templos hexástilos. La estatua de Atenea de Pártenos (diosa de este templo), esculpida por Fidias, se encontraba en la mayor de las dos cámaras que poseía. El nombre del edificio proviene por la segunda cámara, la cámara del tesoro de nombre homólogo al templo, cuya función era alojar las ofrendas a Atenea. A pesar de que se trataba de un templo dórico, el techo de madera estaba soportado por columnas jónicas. Este templo de gran importancia representa la lucha entre la civilización y la barbarie. Es pertinente e interesante mencionar que su ubicación actual no es la que tenía antes del ataque de los persas. En aquel momento, este templo se alineaba en un eje perfecto con los Propileos que atravesada al Partenón, pero en el proceso de la guerra, luego de un crecimiento y una madurez artística por parte de los griegos, cuando se reconstruyó se ubicó “paralelo” a este mismo eje, como se puede ver en la (Fig. 5). Esto se debía a que lograron entender el valor del recorrido, del descubrir poco a poco la edificación, la aproximación y apreciación del edificio en escorzo que, según la R.A.E (2017), es la “presentación en perspectiva de un asunto”. La ubicación de su entrada obliga, además, a que el espectador rodee el edificio completo, otra técnica importante, legado de la búsqueda de la perfección de los griegos. Esto implicaría a que la persona reconozca todo el edificio por el exterior, antes de internalizarse en el templo. Fig. 5: Acrópolis. Atenas. Planta general con los edificios construidos durante la época de Pericles. (400 a.C.). (Fuente: Roth, 1999, p. 211). Kostof en su libro “Historia de la Arquitectura” (1985) explica que “Este radiante complejo de tres templos nuevos y un pabellón de entrada monumental (los Propileos) en el afloramiento de roca que dominaba la cuenca del Atica, se convirtió en una de las maravillas del mundo griego”. Si bien este recinto sagrado tenía un importante carácter religioso y simbólico, por otro lado, y conectándose por medio de la conocida “Vía Panatenaica” que era la calle principal que atravesaba diagonalmente a la antigua Atenas, nos conseguimos con la contraparte de esa porción privada de la ciudad: el Ágora. Kostof (1985) define el Ágora como: “espacio público al aire libre que serviría de lugar de reunión de múltiples finalidades para los nuevos ciudadanos y constituiría el centro de su autogobierno”. Ágora era el foro público de los habitantes de esta polis, un lugar que reforzaba el valor que le daban los atenienses a la democracia porque era el sitio establecido para los discursos, las asambleas de los llamados “ciudadanos” y los espectáculos, así como para la actividad social y comercial, por lo que denominar un ágora como “mercado” es incorrecto. Las edificaciones públicas que tuvieron mayor importancia, por su impacto visual y la función que cumplían, eran las stoas. Como se mencionó anteriormente, su función era cerrar un recinto sin un plan urbanístico premeditado puesto que simplemente se adaptaban a la topografía del lugar. Sin embargo, ¿qué eran las stoas? Las stoas eran edificios alargados de planta rectangular, abiertos por uno de sus lados al ágora por medio de unos soportales; afirma Kostof (1985) que estos edificios tenías una columnata central interna para soportar el piso superior y la cubierta. También se construyeron varios tipos de salas para acomodar a pequeños grupos de gente. Estas salas eran el bouleuterion (sala para las reuniones de la “boulé” o Consejo de los Ancianos de la polis) y el prytaneion (o la sede el poder ejecutivo). (Fig. 6). Fig. 6: Ágora, Atenas. Planta general. (Fuente: Roth, 1999, 201). Goitia (1980) explica en su “Breve historia del urbanismo” que para Ortega, la ciudad por excelencia es la ciudad clásica y mediterránea donde el elemento fundamental es la plaza. «La urbe –dice– es, ante todo, esto: plazuela, ágora, lugar para la conversación, la disputa, la elocuencia». Los griegos compartieron este punto de vista desde incluso antes de la existencia de Goitia u Ortega, sin embargo, con su Ágora materializaron este pensamiento. La Acrópolis es un espacio que, aunque estaba diseñado a una “escala humana”, es decir, que podía abarrotarse con pocas personas, no era de desenvolvimiento común, a diferencia del Ágora, que es un espacio inmenso en donde tenía lugar la vida pública. Fue un espacio en el que cualquier ciudadano, sin importar título o nivel, se acercaba y discutía con otros ciudadanos sus ideas y pensamientos. Atenas está “planificada” de modo que un eje la atraviese (Fig. 1) y aún así, se puede apreciar cómo, aunque territorialmente hablando, la Acrópolis es el centro de todo (puesto que el valor que los dioses tenían en la sociedad griega era igual de importante que el individuo mismo), el centro de los elementos que constituyen la Atenas antigua se da en el Ágora, puesto que su valor en el desenvolvimiento del ciudadano tiene un carácter igual de esencial que la religión. Aunque los griegos hicieron muchísimas cosas por instinto, existió una noción digna de admirar que, aunque con el paso del tiempo fue evolucionando, desde el principio mantuvo firme su visión de la importancia de su cultura y de cómo querían enaltecerla. Entender la sociedad ateniense de aquel entonces es entender el trazado de su ciudad porque nada estaba dispuesto de manera aleatoria, ya que todo estaba pensado y estudiado. REFERENCIAS 1. Bibliográficas: GOITIA, F. (1980). Breve historia del urbanismo. Editorial Alianza. KOSTOF, S. (1985). A History of Architecture. USA: Oxford University Press. ROTH, L. (1999). Entender la arquitectura. Sus elementos, historia y significado. Gustavo Gili.