Las Escuelas en los Obispos y en los cenobios. El concilio de Toledo del 527 en España y el concilio de Vaison en Francia aconsejan permitir a los muchachos que han llegado a los dieciocho años, escoger entre matrimonio y sacerdocio. Así, la formación de los sacerdotes era también un posible camino de instrucción de los laicos. Había una lectura individual y una lectura común litúrgica; aquí se habla precisamente de un aprender y de un enseñar las lecturas. En cuanto al modo de lectura, normalmente se seguían leyendo en alta voz. "La lectura silenciosa es más aceptable a los sentidos que la que se hace en voz alta. En efecto, la inteligencia se instruye mejor cuando la voz de quien lee se apaga y la lengua de mueve en silencio". La Nueva Cultura Escolástica. La cultura que los cenobios ofrecían a los oblatos y a los monjes, y que las rectorías y obispados ofrecían a los clérigos, no podría prescindir de una preparación formal en el leer, escribir y hacer cuentas, aunque a niveles mucho más reducidos que los tradicionales. A finales del siglo, el protagonista más importante de la vida cultural del tiempo, el papa Gregorio I, se considera el más tenaz adversario de la cultura clásica. Gregorio exige que la formación del clero y la educación del pueblo cristiano no estén contaminadas por seducciones paganas. Tiene mucha importancia la determinación de los modos de leer las escrituras y la organización de las diversas disciplinas en un conjunto coherente. Nace entonces la exigencia de buscar nuevos sentidos en los textos, para compensar la extrañeza de los mismos, y tal vez su incongruencia o irrelevancia. Boecio fue el primero en llamar quadrivium a las cuatro disciplinas que hoy llamamos ciencias, se trata de cuatro vías, por donde viaja el que va en busca de conocimientos ciertos. Las Escuelas Canónicas Ciudadanas. Junto a esta reelaboración cultural, otra revolución se está llevando a cabo dando acceso a esta nueva cultura a niños de grupos sociales subalternos, que antes estaban excluidos. Algunos concilios españoles del siglo VII se ocupan repetidamente, renovando la tradición del concilio de Toledo del 527, de instruir y de dirigir hacia el sacerdocio a muchachos pertenecientes a las familias adictas a la iglesia. Esto configura una verdadera y propia escuela en la parroquia. Sus alumnos acceden a ella a través de un reclutamiento dentro de la misma organización eclesiástica. Se unían así la utilidad del párroco y la seguridad para la iglesia de que no faltaran sacerdotes. Dada la ignorancia, y quizás también la escasez de sacerdotes, se ha de procurar su instrucción creando verdaderas y propias escuelas en las parroquias, y reclutando libertos, para que fueran al mismo tiempo clérigos y siervos. La Época Carolingia: La escuela Entre Papado e Imperio. En la corte Carlomagno confluye grandes intelectuales, algunos de ellos italianos, como Pedro de Pisa y otros de la periferia noroccidental, entre éstos tiene una importancia especial el inglés Alcuino, discípulo de Beda. Son estos monjes los inspiradores de la política cultural y escolástica del nuevo imperio. El poder político es el que toma bajo su cuidado la preparación profesional de los sacerdotes, dado que se trata de una profesión de gobierno, una cultura religiosa para los religiosos, pero que no ignoraba las exigencias de la preparación formal. Surge ya un cierto conflicto entre Estado e iglesia, y una cierta oscilación en las decisiones de uno y otra en lo que respecta a la instrucción, no tanto de los clérigos, sino de los niños laicos. Entre fines del siglo VII y la mitad del siglo IX, Carlomagno y sus sucesores, los papas Eugenio II y León IV, definieron y establecieron un nuevo derecho escolástico. Se crearon las bases y se dictaron los principios para la instrucción "profesional" del clero en las sedes episcopales y cenobiales, y también para un mínimo de adoctrinamiento religioso de los laicos en las parroquias y eventualmente en los monasterios, de una duración variable, bajo la vigilancia de un guía del estado. Experiencia de Vida en una Escuela Cenobial Alcuino proponía mantener separados a los que leen los libros, los que son adictos al canto, los dedicados al estudio de la escritura, así como tener maestros propios para cada uno de estos grupos. La enseñanza parece aquí más bien de tipo global: no se trata de deletrear o silabear, sino enseguida la escritura a copiar en la tablilla y el libro para leer. Tenemos pues un tipo de enseñanza mutua, de tipo catequístico y mnemotécnico, controlada por el maestro. La educación Física y Guerrera. Las cortes visigodas o merovingias se convierten en sedes de verdaderas y propias escuelas, en la que los jóvenes nobles son educados en aquel erudito palatina, que consiste en empresas militares y disciplinas áulicas. Las virtudes de los nobles son las de la paz y la guerra, más que la cultura propiamente dicha. Estas virtudes se infundían a través de una educación especial en la que tenían un lugar predominantemente la caza, la equitación y el conocimiento de las reglas de la corte y de las leyes del estado, desarrollada colegialmente en la trustis, o sea en el cuerpo de hombres de confianza del rey. La Preparación para los Oficios Artesanales. La decadencia de las capacidades productivas de la sociedad romana es incuestionable, pero es también evidente que no llegaron a perderse del todo las habilidades propias de los diversos oficios, o al menos de los principales. Todo ello presupone la sobrevivencia de un aprendizaje, consistentes en observar por largo tiempo e imitar, antes de producir automáticamente. Desde el punto de vista de su organización social, se puede considerar que dos formas o centro principales de producción. Por una parte, la supervivencia de las antiguas corporaciones artesanales, las universitates o collegia artificum, en las ciudades. Por otro lado, una supervivencia, aunque más una profunda transformación, de las relaciones productivas en el campo, con el nacimiento de una división del trabajo feudal, en el cual aparecen los campesinos y pastores; y los servicios ministeriales, que actúan de una manera inmediata en la corte señorial, y que después irán desapareciendo. EDAD MEDIA la Edad Media existían tres modelos educativos y sólo uno de ellos iba dirigido a jóvenes y adolescentes (Modelo clerical). Este modelo para adolescentes se impartía desde las escuelas monacales o catedráticas. Por otro lado existía la educación dedicada a trabajadores dirigida por las organizaciones gremiales. Esta se podría considerar educación para personas adultas (Modelo laboral). En último lugar la educación dirigida a los adultos en la corte se fundamenta en el tercer modelo (Modelo caballeresco. 1. Realice en su Cuaderno un cuadro comparativo entre los 4 estilos de formación de la edad media. 2. Mencione y explique a quien iban dirigidos cada uno de los modelos educativos de la Edad media 3. Por qué hoy en día es importante asistir a las Universidades