SALUD MENTAL HABILIDADES PARA LA COMUNICACIÓN ENSAYO SALUD MENTAL Jaime Jesus Chew Flores Diseño Gráfico 2to. Semestre ANGELICA GUADARRAMA GARCIA 06/06/2022 2do Semestre SALUD MENTAL La salud mental de una persona está profundamente relacionada con su estabilidad y equilibrio dentro de la sociedad. Esto se ve reflejado en el desarrollo de capacidades intelectuales, más oportunidades en el ámbito laboral, y la posibilidad de entablar relaciones interpersonales con mayor facilidad. Como resultado, la persona tendrá una mejor calidad de vida, permitiendo que alcance un estado de bienestar. Sin embargo, existen una serie de trastornos y enfermedades que pueden interferir con todo lo antes mencionado. Entre los problemas más comunes que experimentan millones de personas se encuentra la ansiedad, este trastorno, básicamente, se trata de una respuesta involuntaria que es provocada por factores internos o externos. Su presencia es bastante común durante la adolescencia, pero también forma parte de la vida cotidiana de cualquier persona. Se debe a que existen diferentes experiencias que pueden ocasionar fuertes respuestas emocionales, las cuales a su vez estarán acompañadas de un sentimiento de temor o miedo. Y por otro lado están las alteraciones del estado de ánimo, que se tratan de perturbaciones en el plano emocional. Este tipo de trastornos suelen ser difíciles de reconocer, en gran parte debido a las diferencias culturales y costumbres que tienen ciertas comunidades. Sin embargo, cuando es posible identificarlos pueden revelar la presencia de enfermedades como la depresión y las manías. Como lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) “La salud mental como un estado de bienestar en el que las personas pueden hacer frente al estrés de la vida, trabajar de forma productiva y contribuir a su comunidad de manera positiva”. (p.1) Es importante tener en cuenta que salud mental y trastorno mental no son opuestos, ya que no es suficiente con no tener ningún tipo de parentesco para poder considerar estar sano. No se trata pues de no tener enfermedades o trastornos físicos o mentales, sino también de gozar de un equilibrio que nos permita mantenernos en buenas condiciones, ser capaces de adaptarnos al medio y disfrutar de nuestro día a día. Dicho de otra manera, es necesario tener un buen estado de bienestar psicológico para poder considerar una buena salud mental. Entendemos como bienestar psicológico al conjunto de sensaciones positivas derivadas de un funcionamiento mental en el que prevalece la autorrealización y la capacidad para hacer frente o adaptarse a las situaciones y demandas ambientales. El bienestar subjetivo se configura principalmente, según el modelo de Carol Ryff, por la presencia de una elevada autoaceptación o capacidad para validar tanto lo bueno como lo malo de uno mismo de tal modo que se esté satisfecho con quien es uno mismo, la búsqueda y mantenimiento de relaciones positivas y profundas con el entorno, la capacidad de influir en el entorno y la percepción de dicha capacidad, la existencia de capacidad para elegir de manera independiente y tomar las propias decisiones en función de las propias creencias, la posibilidad de crecer y desarrollarse personalmente de tal modo que podamos optimizarnos al máximo posible y, por último y no menos importante la existencia de propósitos vitales o metas a conseguir. (Mimenza, 18) Algunas de las características que se tiene contempladas de una salud mental mala pueden ser las siguientes: El comer o dormir mucho o poco, comienzas a alejarte de las personas y las actividades habituales, sueles tener poca energía o nada en absoluto, tener inestabilidad emocional, tu cuerpo comienza a reaccionar con caída del cabello, dolores de cabeza, sueño extremo, salpullido, entre otras cosas y somatiza, el sentirse desesperanzado, fumas y tomas o consumes drogas en mayor medida que lo habitual, te sientes inusualmente confundido, olvidadizo, nervioso, enojado, molesto, preocupado o temeroso, comienzas a gritar o pelearte con familiares y amigos, esto lo produce los cambios de estado de ánimo significativos que causan problemas en las relaciones, tanto de noviazgo, como familiares o gente que te rodea. El tener pensamientos y recuerdos persistentes que no puede sacar de la cabeza, el escuchar voces o creer cosas que no son ciertas y no tener capacidad de realizar las tareas diarias, como las tareas, bañarte, hacer tu cuarto hasta comer, pero lo peor que llega a pasar es pensar en lastimarse o lastimar a otros. SALUD MENTAL Cuando hablamos de ansiedad podemos estar haciéndolo en términos de salud y de enfermedad. La ansiedad sucede como algo normal y necesario para la vida y en otros casos su monto es tanto, que se transforma en patología o se configura en alguno de los trastornos de ansiedad. La ansiedad (John W. Barnhill, 2011) “Se puede definir como un estado emocional que genera una situación de alerta, donde hay un aumento de la percepción, debido a una necesidad del organismo”. Puede estar dentro de la normalidad o de la enfermedad, según cómo responda la persona a estas alertas. Está basada en el poder aumentar el nivel de elementos del organismo que en estos momentos están por debajo de lo que se necesita o también puede suceder también que este aumento en la percepción se vea producido por el miedo a la pérdida de algo valioso. ¿Pero cómo surge o de donde provienen los problemas de ansiedad? Al suceder la situación de alerta, comienza a funcionar el sistema adrenérgico donde la adrenalina es la mensajera que va hacia el sistema nervioso a avisar sobre la falta de algo, además, cuando el organismo ve la posibilidad de perder algo valioso se activa el sistema dopaminérgico. Estas dos formas de alerta del organismo podrían denominarse como alerta amarilla en el caso de la activación del sistema dopaminérgico (posibilidad de pérdida) y de alerta roja en el caso del sistema adrenérgico. Se puede agregar que las causas de la ansiedad pueden ser múltiples y el proceso de producción de la misma, no necesariamente debe ser desde lo orgánico hacia lo psíquico. En realidad, serían partes de un mismo proceso y si bien existirían necesidades que comenzarían más en el aspecto físico, otras lo harían a partir de lo psíquico. (Melendez, 2011) Cuando la persona se ve superado por estos niveles de ansiedad puede comenzar a responder mediante mecanismos de defensa fallidos, intentando resolverlos de mala forma lo cual conduce a síntomas que pueden comenzar a configurar un trastorno de ansiedad, y viene la depresión. Por lo cual es importante la precisión diagnóstica, ya que los tratamientos difieren en función del trastorno de ansiedad de que se trate. Además, es necesario distinguir entre la existencia de trastornos de ansiedad y la de aquellos otros trastornos de la salud mental que incluyen síntomas de ansiedad, y que requieren enfoques terapéuticos distintos. Todos los trastornos de ansiedad pueden ocurrir junto con otras afecciones psiquiátricas. Por ejemplo, los trastornos de ansiedad a menudo ocurren junto con un trastorno por consumo de alcohol. Es importante tratar todas estas afecciones lo antes posible. Es poco probable que el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol sin tratar la ansiedad sea eficaz, ya que la persona puede estar usando el alcohol para tratar la ansiedad. Por otro lado, tratar la ansiedad sin abordar el trastorno por consumo de alcohol puede no tener éxito porque los cambios diarios en la cantidad de alcohol en la sangre pueden hacer que los niveles de ansiedad fluctúen. Para las personas en estado terminal, ciertos analgésicos fuertes, como la morfina, pueden aliviar tanto el dolor como la ansiedad. Si se diagnostica un trastorno de ansiedad, la terapia farmacológica y la psicoterapia (como la terapia cognitivo-conductual), ambas en combinación o empleadas de manera aislada, pueden reducir de manera significativa el malestar de la persona y la disfunción asociada. Las benzodiazepinas (como el Lorazepam) se prescriben habitualmente para la ansiedad aguda. Para muchas personas, los antidepresivos, tales como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), funcionan tanto para los trastornos de ansiedad como para la depresión. Los tratamientos específicos dependen de cuál es el trastorno de ansiedad que se ha diagnosticado. (First, 2020) Joseph E. y Lisa Feldman Barret han tratado de separar las respuestas automáticas de la amenaza de una actividad cognitiva adicional asociada a una ansiedad dentro de los síntomas. Con largos diarios extraídos que reducen la calidad de vida. Conocido como ansiedad crónica, o puede ser experimentado en breves momentos con esporádicos. Ataques estresantes de pánico conocido como ansiedad aguda. Los síntomas de la ansiedad pueden variar en teoría y frecuencia dependiendo de la persona. Si bien casi todos han experimentado ansiedad en algún momento, la mayoría de ellos no descifran los problemas a largo plazo. La ansiedad puede causar síntomas psiquiátricos y psicológicos Los efectos conductuales de la ansiedad incluyen la abstinencia de las atenuaciones, el dolor o la negación de sentimientos en el pasado. SALUD MENTAL En este punto podemos decir que estas dos enfermedades van de la mano y así es, podemos definir si la ansiedad te dará primero que la depresión. Después de la ansiedad, la depresión es el trastorno de salud mental más frecuente. Alrededor del 30% de las personas que acuden a la consulta de un médico de atención primaria presentan síntomas de depresión, pero menos del 10% de tales personas sufren depresión grave. La depresión suele iniciarse en la adolescencia o entre los 20 y los 30 años, si bien existe la posibilidad de que comience a cualquier edad, incluida la infancia. Si no se trata, un episodio de depresión suele durar alrededor de 6 meses, pero a veces se prolonga durante 2 años o más. Los episodios tienden a repetirse varias veces a lo largo de toda tu vida y es cansado. “El término depresión se utiliza a menudo para describir un estado de ánimo triste o desalentador que es consecuencia de acontecimientos emocionalmente angustiosos, como un desastre natural, una enfermedad grave o la muerte de un ser querido. Una persona puede decir que se siente deprimida en ciertos momentos, como durante las vacaciones o en el aniversario de la muerte de un ser querido. Sin embargo, estos sentimientos no suelen implicar un trastorno. Por lo general estos sentimientos son temporales, ya que duran días y no semanas o meses y ocurren en momentos que tienden a estar relacionadas con pensamientos o recuerdos del acontecimiento traumático. Además, estos sentimientos no interfieren sustancialmente con el funcionamiento normal de la persona durante ningún periodo de tiempo”. (Coryell, 2019) La causa exacta de la depresión no se conoce bien per hay una serie de factores que predisponen probablemente a la depresión. Los factores de riesgo incluyen una tendencia familiar (hereditaria) o acontecimientos que provocan alteraciones emocionales, en especial las pérdidas. Se tiene entendido que el sexo femenino, posiblemente en relación con los cambios en los niveles hormonales o ciertos trastornos orgánicos y los efectos secundarios de algunos fármacos. La depresión no refleja debilidad de carácter y tampoco ha de estar necesariamente relacionada con un trastorno de la personalidad, un trauma infantil o una carencia en la atención de los progenitores. La clase social, la ascendencia y los aspectos culturales no parecen intervenir en la posibilidad de sufrir depresión alguna vez en la vida. Los síntomas de la depresión evolucionan habitualmente de forma gradual a lo largo de días o semanas y pueden ser muy variables. Por ejemplo, una persona que se está deprimiendo puede mostrarse aletargada y triste, o irritable y ansiosa. Muchas personas con depresión no son capaces de experimentar de forma normal ciertas emociones, como el duelo, la alegría y el placer. Puede parecerles que el mundo se ha vuelto carente de vida y de estímulos. Pierden interés en las actividades de las que solían disfrutar o no experimentan ninguna satisfacción al realizarlas. Las personas deprimidas se preocupan con intensos sentimientos de culpabilidad y auto denigración, y es posible que pierdan la capacidad de concentrarse. Pueden experimentar sentimientos de desesperación, soledad e inutilidad. Suelen presentar dificultades para tomar decisiones; se muestran retraídas, con frecuentes sentimientos de desamparo y desesperanza que aumentan a medida que evoluciona la enfermedad, y piensan en la muerte y en el suicidio. La mayoría de las personas depresivas tienen dificultad para conciliar el sueño y se despiertan repetidamente, sobre todo de madrugada. Algunas personas con depresión duermen más de lo habitual. La falta de apetito y la pérdida de peso pueden conducir a la caquexia, y en las mujeres puede interrumpirse la menstruación. Sin embargo, el exceso alimentario y el aumento de peso son frecuentes en personas con depresión leve. Hoy en día hay una mejor comprensión acerca de las consecuencias que tienen los trastornos y enfermedades que afectan la salud mental. Esto ha permitido que se desarrollen una serie de medicamentos y tratamientos para que las personas puedan superar sus síntomas, ayudando a que se integren activamente en la sociedad. No obstante, en algunos países aún existe mucha incomprensión sobre el tema, solo tomándose las medidas necesarias frente a la presencia de desórdenes que resultan evidentes. Esto debe cambiar, tanto a nivel social como cultural, promoviendo campañas que estén enfocadas a la prevención. Los trastornos más graves son aquellos que están relacionados con una percepción distorsionada de la realidad, pero también con alteraciones en los procesos cognitivos. Aunque hay formas de manejar las situaciones antes descritas, en algunos casos la ansiedad se convierte en un trastorno. Según muchos especialistas en el tema, esto es una consecuencia de la sociedad moderna y sus exigencias, que terminan afectando la salud mental de la gente. SALUD MENTAL Trabajos citados Coryell, W. (18 de Junio de 2019). Manual MDS. Obtenido de https://www.msdmanuals.com/esmx/hogar/trastornos-de-la-salud-mental/trastornos-del-estado-de-%C3%A1nimo/depresi%C3%B3n First, M. B. (23 de 03 de 2020). Manual MSD. Obtenido de https://www.msdmanuals.com/es/hogar/trastornosde-la-salud-mental/introducci%C3%B3n-al-cuidado-de-la-salud-mental/tratamiento-de-lasenfermedades-mentales John W. Barnhill, J. (2011). ansiedad. New York-Presbyterian Hospital: Manual MSD. Melendez, A. (9 de 05 de 2011). LA ANSIEDAD. Obtenido de https://www.buenastareas.com/ensayos/EnsayoAnsiedad/2113513.html Mimenza, O. C. (20 de 12 de 18). Psicologia y mente . Obtenido de https://psicologiaymente.com/psicologia/salud-mental OMS. (28 de 04 de 2020). G. Obtenido de GOBIERNO DE MÉXICO: https://www.gob.mx/salud/conadic/acciones-y-programas/que-es-la-salud-mental