Charla 6: La misericordia en el Antiguo y Nuevo Testamento

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EL ARCA
CICLO DE FORMACIÓN Y REFLEXIÓN
VULNERABILIDAD Y PERDÓN
6 - LA MISERICORDIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO Y EN EL
NUEVO TESTAMENTO.
20/07/13
Pbro. Gerardo Söding
(Jornada grabada y transcrita en un texto)
ANTIGUO TESTEMENTO
SALMO 106
Den gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterno su amor.
¿Quién contará las hazañas del Señor
o proclamará todas sus alabanzas?
¡Dichosos los que respetan el derecho
y practican siempre la justicia!
Acuérdate de mí, Señor,
por amor a tu pueblo,
visítame con tu salvación,
para que goce de la dicha de tus elegidos,
comparta la alegría de tu pueblo
Y me gloríe con tu nación.
Hemos pecado como nuestros padres,
hemos cometido maldades e iniquidades.
Nuestros padres en Egipto
no comprendieron tus maravillas;
no se acordaron de tu inmenso amor,
se rebelaron contra el Altísimo
junto al Mar Rojo.
Pero él los salvó por el honor de su
Nombre,
para manifestar su poder.
Increpó al Mar Rojo, y se secó.
Los condujo por las profundidades
como si fueran un páramo.
Los salvó de la mano adversaria,
los rescató de la mano hostil.
Las aguas anegaron a sus opresores,
ni uno solo quedó vivo.
Entonces creyeron sus palabras.
y cantaron su alabanza.
Bien pronto se olvidaron de sus obras
y no dieron fe a su proyecto.
Ardieron de avidez en el desierto
y tentaron a Dios en la estepa.
Él les concedió lo que le pedían,
y de sus vidas abolió la flaqueza.
Envidiaron a Moisés en el campamento,
y a Aarón, consagrado al Señor.
Se abrió la tierra y se tragó a Datán
y cubrió a la cuadrilla de Abirán.
Un fuego abrazó a su banda,
una llama consumió a los malvados.
En Horeb fabricaron un becerro
y se postraron ante una imagen fundida.
Cambiaron su gloria por la imagen
de un toro que come hierba.
Se olvidaron de Dios, su salvador,
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que había hecho prodigios en Egipto.
Maravillas en el país de Cam,
portentos junto al Mar Rojo.
Había pensado exterminarlos,
pero Moisés, su elegido,
se mantuvo en la brecha frente a él
para apartar su ira destructora.
y les mostró gran misericordia
ante los que los habían deportado.
Despreciaron una tierra envidiable
no creyeron en su palabra.
Murmuraron en sus tiendas,
no escucharon la voz del Señor.
Él, con la mano alzada,
juró abatirlos en el desierto,
dispersar su estirpe entre los pueblos,
esparcirlos entre las naciones.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
desde ahora y por siempre.
Responda todo el pueblo:
¡Amén! ¡Aleluya!
Se aparearon con Baal-Fegor
y comieron sacrificios de muertos.
Lo irritaron con sus acciones,
y una plaga descargó sobre ellos.
Se levantó Pinjás para juzgar,
y la plaga cesó.
Esto se le apuntó a su favor,
por generaciones sin término.
Lo enojaron junto a las aguas de Meribá,
y por su causa le fue mal a Moisés:
lo amargaron el ánimo
y sus labios desviaron.
No exterminaron a los pueblos
como el Señor les había ordenado;
se emparentaron con los paganos
e imitaron sus costumbres;
adoraron sus ídolos,
que le sirvieron de trampa;
inmolaron sus hijos
y sus hijas a demonios;
Derramaron sangre inocente,
la sangre de sus hijos e hijas,
inmolados a los hijos de Canaán
y con la sangre profanaron la tierra.
Se contaminaron con sus obras
y se prostituyeron con sus acciones.
La ira del Señor se encendió contra su
pueblo
y aborreció su herencia.
Los entregó en manos de paganos
y sus adversarios los sometieron;
sus enemigos los tiranizaron
y los doblegaron bajo su poder.
Repetidas veces los liberó,
más ellos, obstinados en sus planes
se hundieron en su iniquidad.
Pero él se fijó en su angustia,
al escuchar sus clamores.
Recordó su pacto con ellos,
y se compadeció por su gran amor;
Sálvanos, Señor Dios nuestro,
reúnenos de entre los paganos,
daremos gracias a tu Nombre santo,
y alabarte será nuestra gloria.
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SALMO 107
Den gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterno su amor.
Que lo digan los rescatados por el Señor,
los que rescató del poder enemigo,
los que reunió de distintas naciones:
del este y oeste, del norte y sur.
Erraban por un desierto desolado,
no encontraban el camino
hacia una ciudad habitada;
pasaban hambre y sed,
se apagaba su aliento.
Pero clamaron al Señor en su angustia,
y los libró de sus congojas.
Los guio por un camino llano
para llegar a una ciudad habitada.
Den gracias al Señor por su amor,
por las maravillas en favor de los
humanos,
porque sació la garganta jadeante
y llenó de bienes la garganta famélica.
Habitaron en lúgubres tinieblas,
encadenados con hierros torturantes,
por desafiar las órdenes de Dios
y despreciar el plan del Altísimo.
Doblegó su terquedad con fatigas,
sucumbían y nadie los socorría.
Pero clamaron al Señor en su angustia
y los salvó de sus congojas.
Los sacó de las lúgubres tinieblas,
y rompió sus cadenas.
Den gracias al Señor por su amor,
por las maravillas a favor de los
humanos,
porque quebró las puertas de bronce
y trituró los barrotes de hierro.
Embotados por su proceder pecador,
eran atormentados por sus iniquidades.
Les repugnaba cualquier alimento,
y ya tocaban las puertas de la muerte.
Pero clamaron al Señor en su angustia
y los salvó de sus congojas.
Envió su palabra para sanarlos,
para arrancarlos de la fosa.
Den gracias al Señor por su amor,
por las maravillas a favor de los
humanos.
Ofrézcanle sacrificios de acción de gracias
y proclamen sus obras con aclamaciones.
Se hicieron a la mar en sus navíos,
comerciando por aguas caudalosas,
contemplaron las obras de Dios,
sus maravillas en alta mar.
Él mandó alzarse un ventarrón
borrascoso,
que encrespaba las olas;
subían a los cielos, bajaban al abismo,
su aliento se entrecortaba por el peligro;
danzaban y se tambaleaban como
borrachos,
pues su pericia se había desvanecido.
Pero clamaron al Señor por su amor,
por las maravillas a favor de los
humanos.
Aclámenlo en la asamblea del pueblo,
alábenlo en el consejo de los ancianos.
Transformó los ríos en desierto,
y los manantiales en sequedal;
la tierra fértil en marisma,
por la maldad de sus habitantes.
Transformó el desierto en estanques
y erial en manantiales.
Asentó allí a los hambrientos,
para que fundaran una ciudad habitable.
Sembraron campos, plantaron viñas,
y cosecharon un fruto copioso.
Los bendijo y se multiplicaron
sobremanera
y su ganado nunca menguó.
Después menguaron y fueron abatidos,
por la opresión, la desventura y el dolor.
El que vierte desprecio sobre los príncipes
y los descarría por un desierto sin
caminos,
levanta a los pobres de la miseria
y multiplica sus familias como rebaños.
Los rectos lo ven y se alegran,
y los malvados cierran la boca.
¿Quién es sabio? ¡Recuerde todo esto,
y medite sobre el amor del Señor!
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Reflexión:
-
El amor de Dios dura de verdad.
Con amor eterno te amé (en Isaías)
La impresión que dieron los textos fue de mucha ternura, son muy bellos; no es
una profecía que deja tirado, no son lánguidos.
Es un pueblo que está medio caído, piensa que Dios ya se olvidó y que no tiene
mucho futuro.
No son textos indirectos: “dice Dios que los quiere mucho”; es como si el profeta
tuviera que correrse para dar cuerpo y corazón a la Palabra de Dios: “Yo te
quiero”, “Tú Israel” (el amor se dice en segunda persona: “Tú”, no en tercera), “Tu
esposo es el que te hizo”.}
Hasta el Exilio se podría decir que había fundamentalmente como dos maneras de
hablar de Dios, eran dos sensibilidades, tenían que ver:
A- Con la Creación, más contemplativa-cósmica, es la de aquellas personas que
necesitan mirar las montañas, las estrellas…se maravillan frente a lo que
llamamos LA CREACIÓN, LA NATURALEZA, y descubren así la GRANDEZA
INMENSA DE DIOS, necesitan ese horizonte inmenso para poder entrar en
contacto con la trascendencia; y esta sensibilidad hace llamar a Dios EL SEÑOR
DEL CIELO Y DE LA TIERRA, DE TODO LO CREADO.
B- Con la salvación en la historia, la que asume sufriendo y gozando el drama de
la vida concreta, que es la historia de cada día. Ven a Dios en lo concreto de la
biografía de la historia. Asume el drama de la historia y hace llamar a Dios:
SALVADOR, RESCATADOR, LIBERADOR…
Qué ocurre en el Exilio: Para Israel, el peso histórico era tan fuerte que se sentían como en
el abismo. Este pueblo se encuentran con Babilonia que tenía a su Dios creador: MarduK.
Los babilonios consideraban que era el verdadero Dios, más fuerte que el de los israelitas,
al cual veían como un rescatador de pobretones.
En Israel, a partir del Exilio, se unen las dos sensibilidades por primera vez en la historia de
la Biblia. En los textos de Isaías II, entre el capítulo 40 y 55 aparecen unidos: El Creador es
el Salvador, el que te hizo (creador) es el que te rescata (el que asumió el drama de la
historia).
Pensemos visualmente en dos textos:
a- El capítulo I del Génesis, habla de cómo se creó el cielo y la tierra. Todo era caos y
confusión, entonces Dios empezó a generar orden: había agua por todos lados y,
después de decir “que haya luz”, construyó una bóveda para separar las aguas
superiores de las inferiores. Tenemos agua arriba, espacio de aire, y agua abajo.
Esa es la creación.
b- Si lo giramos 90° tenemos: agua, aire, agua: es el espacio del Mar Rojo, que
llamamos salvación. Es lo mismo. Es Dios, que del caos abre un espacio para que el
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pueblo viva. Dios tiene que dominar el caos para generar un espacio donde: a) la
vida sea posible, b) donde se pueda atravesar…Eso se llama creación y salvación al
mismo tiempo. Y eso es fruto del Exilio. Es el único y mismo Dios de todos. Fue el
crisol o la cuna de la fe más profunda: el Judaísmo, que es fruto del Exilio.
Salmos, 105 Y 106. ¿Cómo empiezan?
Salmo 105, 1“Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, divulguen sus hazañas entre los
pueblos”.
Salmo106, 1:“Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eternos su amor.
Es un canto de acción de gracias. Son un repaso de la historia bíblica.
Salmo 107: “Den gracias al señor porque es bueno, porque es eterno su amor”. Vuelve a
contar toda la historia. Pero al final, en el versículo 43 no repite “…porque es eterno su
amor”, aquí da la receta para hacerse sabio: “¿Quién es sabio? ¡Recuerde todo esto y
medite sobre el amor-misericordia del Señor!”
Hace repasar toda la historia y dice:” El que sea sabio que escuche esto, y de escuchar y
retener, COMPRENDA el AMOR-MISERICORDIA- HESSEL del Señor. La palabra es la misma
que la del versículo I: “Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterno su AMORMISERICORDIA-HESSEL.”
Porque la misericordia del Señor no es incomprensible, pero tampoco se comprende con
un ejercicio lógico, sino volviendo sobre la historia.
Se podrían recorrer 30 Salmos con la misma idea: Se canta, repite y retiene; luego, poco a
poco, se va entendiendo el Amor-Misericordia del Señor.
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NUEVO TESTAMENTO
María es una pobre y humilde mujer que va comprendiendo la obra de Dios; la canta a
partir de lo que Dios ha hecho con ella y con su pueblo.
Lucas 1, 46 MAGNÍFICAT
María dijo: Mi alma canta la grandeza del Señor, mi espíritu festeja a Dios mi salvador,
porque se ha fijado en la humildad de su sirvienta y en adelante me felicitarán todas las
generaciones. Porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí, su nombre es Santo. Su
misericordia con sus fieles se extiende de generación en generación (para siempre).
Despliega la fuerza de su brazo, dispersa a los soberbios en sus planes, derriba del trono a
los poderosos y eleva a los humildes, colma de bienes a los hambrientos y despide vacíos a
los ricos. Socorre a Israel, su siervo, recordando la lealtad (misericordia), prometida a
nuestros antepasados, en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.
Ella aprendió el canto del pueblo. Frase por frase del Magníficat está sacada de los Salmos,
de la historia de su pueblo, y la más evidente es: “Porque su amor permanece de
generación en generación”. María inserta su experiencia, que es única en el canto del
pueblo, para mostrar que lo que Dios promete lo cumple. Luego, al pedirle Dios su
colaboración, María abre un momento nuevo de la historia: La etapa del Nuevo
Testamento.
Zacarías, padre de Juan el Bautista, es el siguiente que canta. En Lucas 1, 68-79:
Bendito el Señor, Dios de Israel, porque se ha ocupado de recatar a su pueblo. Nos ha dado
un poderoso Salvador en la Casa de David, su siervo, como había prometido (acordándose
de su misericordia) desde antiguo por boca de sus santos profetas: para salvarnos de
nuestros enemigos, y del poder de cuantos nos odian, manifestando su bondad
(misericordia) a nuestros padres y recordando su alianza sagrada, lo que juró a nuestro
padre Abrahán, que nos concedería, ya liberados del poder enemigo, lo sirvamos sin temor
en su presencia, con santidad y justicia toda la vida. Y a ti, niño, te llamarán profeta del
Altísimo porque caminarás delante del Señor, preparándole el camino; anunciando a su
pueblo la salvación por el perdón de los pecados. Por la entrañable misericordia (aquí
unida a la ternura, rejem que significa entraña, y hessel: el amor fiel comprometido que
dura, que hace alianza) de nuestro Dios, nos visitará desde lo alto un amanecer que
ilumina a los que habitan en tinieblas y en sombras de muerte, que endereza nuestros
pasos por un camino de paz.
Los psicólogos que hacen teología ven en el amor estas dos dimensiones: El hessel, que
sería el “amor masculino”, el amor que compromete, que se compromete, hace alianza,
lucha y manda a la vida…es el amor que tiene la fortaleza de la salida. El otro es la
dimensión materna o femenina del amor, la que incondicionalmente acoge lo que la vida
deja herido, lastimado, vulnerado, muerto… (La dimensión masculina sería la que manda a
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la guerra, la femenina la que recoge los pedazos. Las mujeres se sostienen en toda
adversidad, mientras haya algo que hacer puede que un varón esté cerca; cuando ya no
hay nada que hacer los varones desaparecen. En ese momento queda la mujer, porque es
la que tiene capacidad de hacerse cargo sin ninguna condición).
Esto trasladado a Dios, en Éxodo 34 (entrañable y lleno de hessel…lo masculino y lo
femenino unidos en este Amor Divino), que hace las dos cosas: te da una patada cuando
estás muy calentito en casa y tenés que ir a trabajar fuera porque otros están sufriendo, y
te recibe sin preguntarte nada cuando volvés herido despúes de haber finalizado tu deber.
Es el que acompaña en el fragor de la lucha y el compromiso fuerte, y el que lo recibe
nuevamente en el cobijo hogareño para reconstituirlo. Las dos dimensiones van juntas.
Los textos leídos fuera de contexto, a veces hacen acentuar solamente una dimensión
cuando proyectamos nuestros preconceptos en Dios. DIOS ES PADRE MATERNO Y MADRE
PATERNA. En Dios el AMOR SE ENCUENTRA PLENO, EN NINGUNO DE NOSOSTROS ES
POSIBLE. El Amor en Dios y desde Dios da lo que la persona necesita (a veces puede ser un
tirón de orejas, otras un abrazo y una caricia sin palabras. Eso depende de la situación de
la persona, del pueblo o grupo; y todo es por Amor: callar, hablar, decir sí, decir no…y el
que Ama lo sabe).
Este misterio de las dos dimensiones del amor que aparecen en el Antiguo Testamento,
son rescatadas, integradas y vividas en plenitud desde María. Ella es una profeta de la
historia, canta que Dios está dando vuelta al mundo (los ricos, los saciados, los violentos,
no tiene la última palabra). El Nuevo Testamento se inaugura con una mujer
enormemente fuerte, “porque el Señor miró con bondad su pequeñez”, y por eso es capaz
de decir no solamente lo que hizo con ella, sino lo que está haciendo en el mundo, que es
lo que Israel le había enseñado desde chiquita.
Veremos tres textos, en el Evangelio de San Lucas, sobre esta compasión de Dios.
Esta expresión de la compasión o conmoción, quiere decir, en el texto griego del
Evangelio, “SE ME REVUELVEN LAS ENTRAÑAS”.
SAN LUCAS
1- Lucas 7, 11-17 (Resucita al hijo de una viuda).
“A continuación se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de los discípulos y de
un gran gentío. Justo cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a un muerto,
hijo único de una viuda; la acompañaba un grupo considerable de vecinos.
Al verla, el Señor sintió compasión y le dijo: -No llores. Se acercó, tocó el féretro, y los
portadores se detuvieron.
Entonces dijo: -Muchacho, yo te lo ordeno, levántate. El muerto se incorporó y empezó a
hablar. Jesús se lo entregó a su madre.
Todos quedaron sobrecogidos y daban gloria a Dios diciendo: -Un gran profeta ha surgido
entre nosotros; Dios se ha ocupado de su pueblo. La noticia de lo que había hecho se
divulgó por toda la región y por Judea.”
Dios ha visitado a su pueblo; ¿quién dijo que esto iba a pasar?: Zacarías “Tú serás profeta
del Señor, irás delante del Señor; en el versículo trece llama a Jesús “el Señor”. Hay un
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profeta, Juan, que fue delante del Señor, porque el Señor ha visitado a su pueblo. ¿Qué
está haciendo Jesús?: realizando la visita de Dios, ¿qué pasa cuando Dios visita?: vimos el
ángel con María, después María con Isabel…el Espíritu Santo se mete y comienza una serie
de visitas, la gente se visita. Y en este texto, ¿cuál sería la frase central?, ¿cuándo cambia
la situación en el relato?: hay tres cosas, el primer verbo es: ver “el Señor la vio”, todo
empieza con una mirada (Simón dice: porque mis ojos han visto…Jesús dice en la sinagoga:
…para dar la vista a los ciegos…). El segundo “se conmovió, por primera vez Lucas utiliza
este verbo: se le revolvieron las tripas; eso no es un sentimiento que se origina en la
persona, está más allá de la persona; la persona ve algo y lo siente, le pasa (es pasivo);
uno se siente atravesado frente a la realidad, puede después reaccionar, pero primero “la
cosa me afecta, la realidad me toca, me mueve, me conmueve, me conmociona”. Y ¿qué
hace el Señor?, primero le dice a la mujer: “No llores” (esto lo dice porque va a cambiar su
situación), luego: se acerca y toca. Esta es la clave, porque Jesús toca lo intocable, que es
la muerte, lo impuro, y en vez de quedar él impuro (cultualmente muerto), hace que la
caravana de la muerte se detenga y sea posible lo imposible: que un cadáver escuche y se
levante.
El punto central del texto es que hay una mirada, un ver que permite que Jesús se
conmueva, se conmocione y lo lleve a una acción más allá de todos los tabúes, límites,
divisiones… y lo hace con su cuerpo: COMPROMETIENDOSE (lo podría haber hecho desde
lejos, lo podría haber curado de palabra), pero toca porque tiene que derribar el muro de
lo puro e impuro, en su cuerpo; para romper esas separaciones que tenían siglos y aún no
se han derribado (hay gente a la cual no queremos tocar: la vemos, tiramos unos pesos,
un crédito, desde lejos y construimos un muro porque no queremos ni verla, como si no
fueran parte del mundo; y si están, mejor que sea lejos), no puede haber comunión, eso
es la muerte. Para que haya vida alguien tiene que poner el cuerpo, tiene que dejarse
conmover y actuar esa conmoción, no con una parálisis, o con la negatividad (no puedo
hacer nada). La conmoción en Dios que actúa en Jesús, lo lleva a comprometerse con lo
que tiene: la palabra, gesto, la voz…, y entonces vuelve la vida al muero (el muerto se
incorporó y comenzó a hablar), vuelven los vínculos (Jesús se lo entrega a la madre) y lo
que era división se transforma en un solo pueblo que alaba.
2- Lucas 10, 25-37 (El buen samaritano)
En esto un doctor de la ley se levantó y, para ponerlo a prueba, le preguntó:
-Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?
Jesús le contestó:
-¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué es lo que lees?
Respondió:
-Amarás al Señor tu Dios
Con todo tu corazón,
Con toda tu alma
Con todas tus fuerzas,
Con toda tu mente, y
Al prójimo como a ti mismo.
Le respondió:
-Has respondido correctamente: obra así y vivirás.
Él, queriendo justificarse, preguntó a Jesús:
-¿Y quién es mi prójimo?
Jesús le contestó:
-Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó. Tropezó con unos asaltantes que lo desnudaron,
lo hirieron y se fueron dejándolo medio muerto. Coincidió que bajaba por aquel camino un
sacerdote y, al verlo, dando un rodeo pasó de largo. Lo mismo un levita, llegó al lugar, lo
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vio y pasó de largo. Un samaritano que iba de camino llegó adonde estaba, lo vio y se
compadeció. Le echó aceite y vino en las heridas y se las vendó. Después, montándolo en
su carro, lo condujo a una posada y lo cuidó. Al día siguiente sacó dos monedas, se las dio
al dueño de la posada y le encargó: Cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a la
vuelta. ¿Quién de los tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de
los asaltantes?
Contestó:
-El que lo trató con misericordia.
Y Jesús le dijo:
-Ve y haz tú lo mismo.
¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?
Une el texto del Deuteronomio con el texto del Levítico: “Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con todas tus fuerzas, con todo tu espíritu, y al prójimo como a ti mismo”
¿Y quién es mi prójimo?: entonces dice la parábola del buen samaritano: “Un hombre
bajaba de Jerusalén a Jericó. Tropezó con unos asaltantes que lo desnudaron, lo hirieron y
se fueron dejándolo medio muerto”.
Pasan tres personas por allí y cada una tiene una mirada.
-
-
Primero un sacerdote. Lo vio y dio un rodeo. Usa un verbo que significa “se
desvió”, está a propósito escrito así, porque siendo hombres de culto el sacerdote
y el levita, tienen que evitar contaminarse, entonces, para no tocar se tienen que
desviar para no quedar impuros. Lo vio y siguió su camino (quedó con una marca,
cada reacción frente al hombre, determina las reacciones de todos los demás).
También el levita.
Al final, un samaritano que iba de camino llegó a donde estaba y lo vio y se
compadeció (se conmovió, se le revolvieron las tripas, otra vez esta frase), y qué
hizo: Se acercó, se COMPROMETIÓ con todo lo que tenía. La visón que permite
que de la compasión surja la acción, transforma la realidad.
3- Lucas 15 (11-32) Parábolas de la misericordia. El hijo pródigo
Añadió:
-Un hombre tenía dos hijos. El menor dijo al padre: Padre, dame la parte de la fortuna que
me corresponde. Él les repartió los bienes.
A los pocos días el hijo menor reunió todo y emigró a un país lejano, donde derrochó su
fortuna viviendo una vida desordenada. Cuando gastó todo, sobrevino una carestía grave
en aquel país, y empezó a pasar necesidad. Fue y se puso al servicio de un hacendado del
país, el cual lo envió a sus campos a cuidar cerdos. Deseaba llenarse el estómago de las
bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Entonces recapacitando pensó: A
cuántos jornaleros de mi padre les sobra el pan mientras yo me muero de hambre. Me
pondré en camino a casa de mi padre y le diré: He pecado contra Dios y te he ofendido.; ya
no merezco llamarme hijo tuyo. Trátame como a uno de tus jornaleros. Y se puso en
camino a casa de su padre. Estaba aún distante cuando su padre lo divisó y se enterneció.
Corriendo, se le echó al cuello y le besó.
El hijo le dijo:
-Padre, he pecado contra Dios y te he ofendido, ya no merezco llamarme hijo tuyo.
Pero el padre dijo a sus sirvientes:
-Enseguida traigan el mejor vestido y vístanlo; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en
los pies. Traigan el ternero engordado y mátenlo. Celebremos un banquete. Porque este
hijo mío estaba muerto y ha revivido, se había perdido y ha sido encontrado. Y empezaron
la fiesta.
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El hijo mayor estaba en el campo. Cuando se acercaba a casa, oyó música y danzas y llamó
a uno de los sirvientes para informarse de lo que pasaba. Le contestó:
-Es que ha regresado tu hermano y tu padre ha matado el ternero engordado, porque lo
ha recobrado sano y salvo.
Irritado, se negaba a entrar.
Su padre salió a rogarle que entrara.
Pero él le respondió:
-Mira, tantos años llevo sirviéndote, sin desobedecer una orden tuya, y nunca me has dado
un cabrito para comerlo con mis amigos. Pero, cuando ha llegado ese hijo tuyo, que ha
gastado tu fortuna con prostitutas, has matado para él el ternero engordado.
Le contestó:
-Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. Había que hacer fiesta porque este
hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, se había perdido y ha sido encontrado.
En el versículo 20 dice, su padre lo vio y se conmovió; corrió, lo besó…24- Porque este hijo
mío estaba muerto y ha revivido.
Lucas, en su Evangelio, usa la misma frase tres veces.” VIÓ Y SE CONMOVIÓ”:
CAP. 7, es Jesús
CAP. 10, es un samaritano
CAP. 15, es el Padre.
En las tres veces, esa conmoción profunda lleva a una ACCIÓN, donde la persona que se
conmovió se COMPROMETE, acercándose, hablando, interviniendo, tocando; y el
resultado es LA VIDA (lo que estaba muerto vuelve a la vida). Este es el significado que
Lucas le da a la compasión. La compasión no es una lástima “que se lamenta”, ni es un
sentimiento, sino que es una reacción frente a una experiencia de muerte, que lleva a
comprometerse con todo lo que se tenga, y cuyo resultado es dar vida (muerte espiritual,
como puede ser el pecado; muerte física –el hijo de la viuda- etc.).
Para Lucas, todos los seres humanos PODEMOS VER, pero LAS MIRADAS DECIDEN
ACTITUDES DIFERENTES. La realidad nos pega, toca, afecta, duele, etc., pero podemos
desviarnos o acercarnos y comprometernos.
La figura primaria que apareció en el cap. 15 es el Padre. ¿De dónde brota la compasión,
conmoción? ¿A quién se le revuelven las tripas?: al Padre, y el Padre es imagen de Dios.
(Éxodo 34, cuando Dios ve sufriendo a su pueblo, se le revuelven las tripas, y se
compromete. ¿Qué nombre tiene el compromiso de Dios por la humanidad?: Jesús, que le
pone cuerpo, alma, vida y corazón a los sentimientos de su Padre. Ya no son sentimientos
sólo divinos, ahora son también humanos. La compasión de Dios ahora la realiza, encarna
el individuo Jesús (que tenía su estatura, color de piel) y, a través de eso se evidencia el
compromiso activo por parte de Dios para transformar la realidad. Pero ¿para que quede
en Jesús?, no, el hombre, el samaritano, que está puesto como ejemplo, Jesús le dice al
doctor de la ley: “ahora, vos tenés que hacer lo mismo”.
“El misterio de la compasión, que es conmoción, que es compromiso, que es
transformación de la realidad para la comunión de la vida, empieza en Dios y termina en
cualquier ser humano, que deje que la realidad lo toque.”
Vale lo mismo al revés, ¿cómo voy a hablar de la compasión de Dios a una persona que no
tiene fe? ¿Por dónde tengo que empezar?: por la compasión de un ser humano. Veo que
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no es indiferente, que no hace la vista gorda, que se acerca, ayuda, genera vínculos, da
vida, etc., y digo: “y esto ¿de dónde viene? ¿Es sólo la buena voluntad? ¿Es un don
natural? ¿Qué hay detrás de este misterio cuando tantos pasan de largo frente a lo
mismo? ¿Qué hace que frente a cierta realidad, una Madre Teresa de Calcuta de repente
la transforme? ¿O Jean Vanier? ¿Es que los otros no veían? TODOS VEMOS, el tema es qué
hacemos con lo que “VIENDO, NOS AFECTA”, y cómo reaccionamos, cada uno con su don.
En ninguno de los tres textos apareció el tema del PECADO. No es un problema MORAL,
de sacar a los malos del mal y llevarlos a ser buenos. No es un problema LEGAL, de
sacarlos de lo ilegal a la legalidad (llámese ley judía, civil…). Esto es UN PROBLEMA
HUMANO, es un problema básico de humanidad. Cuando el hijo vuelve el Padre no dice
que era pecador y ahora es justo, tampoco que era malo y ahora es bueno; dice: “estaba
muerto y ahora vive.”
Nosotros metemos categorías morales o legales a situaciones que la compasión dice:
“Usted está juzgando”, antes de mirar y comprometerse; y al colocarse afuera, dejan al
otro afuera ¿quién merece y quién no, quién es mi prójimo?: ya está juzgando, este sí y
este no. El prejuicio es tan fuerte que lo metemos en textos donde no está. Si de entrada
divido, me pierdo la riqueza del Evangelio que une, despúes vendrá la responsabilidad del
pecado, del mal. Pero un enfermo no necesita una condena, necesita cercanía y
compasión. Cuando todo el entorno de Jesús veía pecadores, Jesús veía enfermos. “Yo no
vine para los sanos, vine para los enfermos”.
En los tres capítulos 7, 10 y 15, Lucas usa la frase repetida “VIO Y SE CONMOVIÓ”. No
está asociado inmediatamente a la idea de pecado, ley o justicia, sino a la condición
humana de LA MUERTE A LA VIDA. Anticipando lo que va a ser la experiencia de la
Pascua, cuando Jesús lleve hasta sus últimas consecuencias el fruto de su conmoción, Él
actúa, y esa ACCIÓN LO LLEVA A LA PASIÓN. Por actuar así a Jesús lo van a rechazar,
condenar y matar.
Como alegoría transversal: Hubo en la tarde de un viernes una madre viuda que vio cómo
llevaban a enterrar a su hijo único. El Padre, al tercer día, lo vio y se conmovió, y lo
resucitó de entre los muertos, le dio la vida. Esto es la Pascua. La compasión es la Pasión
de la Pascua, que se deja atravesar por el horror de la muerte, de la exclusión, de la
injusticia, la marginalidad, violencia… Quien deja que eso lo atraviese y responde, entra en
un proceso de Pascua, ayuda a dar vida, pero también va a ser transformado
interiormente, por acercarse, tocar, comprometerse; uno va a experimentar la Pascua.
Queriendo y buscando hacer algo por el otro, uno se descubre siendo transformado por
otro. Y en este misterio se realiza la Pascua de Jesús. Como Jesús no está ahora
físicamente entre nosotros, esto lo realiza el Espíritu Santo, mandándonos samaritanos,
etc.
El Evangelio es Buena Noticia. Entonces qué significa hoy la experiencia de alienación,
marginalidad, incomunicación, etc… es anticipo de lo que puede ser la muerte o la vida
eterna que Dios me da en plenitud. El Evangelio de Lucas hay que releerlo en clave
existencial, simbólica, comunitaria, etc., para que sea Buena Noticia.
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Otro ejemplo con los samaritanos. En la época de Jesús, los samaritanos eran un grupo
odioso para los judíos, se evitaban mutuamente y se despreciaban cuando se
encontraban. Samaritano era signo de persona odiada, en nuestra cultura es todo lo
contrario. Fariseo era título de honor, en nuestra cultura es signo de falso, hipócrita.
12
Lucas quiere cambiar esta actitud. Son textos que hacen historia cambiando el sentido de
las cosas.
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Lucas 17 (11-19) (Sanación de diez leprosos)
“Yendo él de camino hacia Jerusalén, atravesaba Galilea y Samaria. Al entrar en un pueblo,
le salieron al encuentro diez leprosos, que se pararon a cierta distancia y alzando la voz
dijeron: Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros. Al verlos les dijo. Vayan a presentarse a
los sacerdotes. Mientras iban, quedaron purificados. Uno de ellos, viéndose sano, volvió
glorificando a Dios en voz alta y cayó a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias.
Era samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: ¿No recobraron la salud los diez? ¿Ninguno
volvió a dar gloria a Dios, sino este extranjero? Y le dijo: Ponte de pie y vete, tu fe te ha
salvado.
Ser leproso en esa época, suponía una condena religiosa, cultual, no simplemente una
desgracia como puede ser una enfermedad; pensaban: si estás leproso algo habrás hecho
tú o tus padres, sos culpable. No podían rezar porque Dios no escuchaba a los pecadores.
Eran unos desgraciados, aislados del culto y convencidos de que ellos tenían la culpa de su
propia desgracia. No podían acercarse a la gente, porque no los iban a ayudar, los
echarían; tampoco clamar a Dos, porque no los escuchaba. La situación era tremenda,
dependían de la limosna o ayuda de otros y debían implorarla a gritos, porque si se
acercaban mucho los echarían a piedrazos, porque no se podían tocar.
Estos 10 leprosos, tenían algún conocimiento de Jesús, salen a su encuentro y le empiezan
a gritar:” Jesús, Maestro, ten MISERICORDIA de nosotros”. En el mundo judío misericordia
se le pide a Dios. Éstos estaban convencidos de que Dios no los escuchaba porque eran
pecadores, entonces se animan a pedir misericordia a Jesús. Van al encuentro, pero se
quedan lejos (respetando la cultura) y le gritan. Jesús LOS VE, no desvía la mirada. No se
acerca, no los cura, los envía a presentarse a los sacerdotes estando todavía leprosos ( los
sacerdotes eran quienes entregaban el certificado de curación para reintegrarlos). No les
da nada, les ordena que vayan a donde los echarían a patadas. Ellos obedecieron, fueron.
Y en el camino quedaron purificados, limpios (no es una cuestión de enfermedad, es una
condena cultual; es un tema religioso: salieron del mundo de la impureza y pasaron al
mundo de la pureza).
Si Lucas hubiera concluido el relato lo llamaríamos “Milagro a distancia”. El relato no
intenta decirnos si Dios puede o no puede curar a distancia, si puede o no limpiar la lepra.
Hay otra cosa que no tiene que ver directamente con el poder de Jesús, sino con algo de la
persona.
El relato sigue y dice: Uno de ellos viendo que estaba sano, volvió alabando a Dios con
gran voz y cayó sobre su rostro a los pies de Jesús dándole gracias. Este hombre va y
vuelve, desobedece a Jesús (le había dicho que fuera a los sacerdotes). Y lo hace porque
SE VIÓ puro. Lo que fue la mirada de Jesús sobre ellos, se vuelve para la persona mirada
sobre sí mismo. Ahora puede MIRARSE, no fue una cuestión fisiológica, todos vieron que
estaban curados, Jesús le regala una nueva mirada, su mirada. Porque cuando Jesús mira,
ve lo sano que él va a restaurar, más allá de todo lo que está enfermo. Lo enfermo lo
conmueve, actúa para recrear lo sano que está detrás. Cuando este hombre, él sólo
recupera la mirada sobre sí mismo y se da cuenta que lo ha cambiado totalmente, siente
que tiene que ir a dar gracias. Se puede volver a mirar sin sentir de sí mismo vergüenza,
asco, repulsión, culpa. Va a dar gracias a un nuevo templo: “A los pies de Jesús”, que es el
nuevo sacerdote. Lucas está preparando la teología del nuevo sacerdote.
13
Jesús no lo increpa: ¿no te dije que vayas al templo?, ¡desobediente! No. Jesús se asombra
y hace tres preguntas. “Cómo, ¿no fueron curados los 10?”, obvio, que sí. “Los otros 9
¿dónde están? Sólo volvió a dar gracias este que es extranjero”. El de casa se siente frente
a Dios con derecho, por tanto, el que recibe lo que merece no lo agradece (piensa: yo sufrí
tanto y soy fiel, entonces Dios me tiene que curar). El otro piensa y siente que es un
regalo, va a dar gracias y gloria a Dios, ve lo gratuito, (cuando uno está dentro de la
alianza, puede transformarse en un club de privilegiados que tienen derecho frente a Dios:
somos judíos, hijos de Abraham, tenemos una promesa, si hay una falla, Dios tiene que
ayudar a sus elegidos).
Aceptar que frente a Dios todo es gracia (por tanto no hay privilegio, ni el sufrimiento es
un privilegio frente a Dios), nos habla de una gratuidad totalmente nueva, donde los
extranjeros, los otros nos abren el camino. Como se dan cuenta, se ven de una manera
nueva.
JESÚS TIENE QUE DESTRUIR ESA MANERA DE MIRAR. Conversión, en el Nuevo Testamento
(no es un volver hacia atrás- como era en el Antiguo Testamento-) es una buena Noticia,
es mirá para adelante, es creer que Dios te ofrece un futuro nuevo ahora, así como estás,
es una mirada hacia una nueva vida. Es un cambio de mentalidad, una apertura, no es
volver.
Cuando hubo alabanza, gratitud, comunidad que celebra…, ahora sí se llama FE. Tu fe te
ha salvado. Lo anterior es necesidad, grito…se puede empezar por cualquier lado, lo de la
Fe viene al final.
Para meditar:
Después de la lectura del Evangelio de Lucas, pensar alguna experiencia que hayamos
tenido, para verificar que esto es verdad, que pasa.
Y en la celebración, vamos a hacer acción de gracias a los pies de Jesús, que es quien nos
enseñó a dar gracias a Dios.
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