¡Jesús viene! 3 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. Ap 22:20 OBJETIVO: Que los hermanos sientan la urgencia de velar y por ende confíen en que escaparán de la ira de Dios en ese terrible día de juicio. INTRODUCCIÓN: Estas dos últimas semanas hemos estado estudiando los acontecimientos concernientes a la segunda venida del Señor como no los enseña el libro de Tesalonicenses. Esta semana concluimos estos estudios, esperando que tengamos una mejor perspectiva de lo que nos sucederá y lo que nos espera a nosotros como hijos de Dios. ¡MARANATA! (1 Co 16:22) DESARROLLO 1) ¡Hay que velar! (1 Ts 5:1-11): Jesús viene en un abrir y cerrar de ojos. Además de su preocupación por lo que ocurriría a los que murieran antes del arrebatamiento, los tesalonicenses estaban preocupados por la fecha, el tiempo y las señales relacionados con la segunda venida. Pablo les dijo que no necesitaban que él les escribiera más sobre eso. Ellos tenían las palabras de Jesús (Hch 1:7-8) y sabían bien que el día del Señor vendría de una manera repentina, inesperada, como un ladrón en la noche. La venida de Cristo Jesús es cierta. La seguridad de su venida que presenta el versículo 2 llama la atención al hecho de que El viene. ¿Qué significa el día del Señor? El día del Señor se identifica aquí con la segunda venida y fue profetizado en el Antiguo Testamento. Los profetas vieron que era un día de juicio sobre todas las naciones (Is 22:5; Jer 30:7; 46:10; Mal 4:1), pero también sería un tiempo de restauración para Israel y los gentiles creyentes (Is 54:2,3; 55:3-5; Ez 47:22-23; Am 9:9-10). Los profetas vieron que el día del Señor vendría pronto, y cuando llegara ese momento preciso, sería demasiado tarde para arrepentirse y ser salvos (Am 5:18-20). Pablo indicó en el versículo 3 que los que dicen "Paz y seguridad" serán destruidos repentinamente y no habrá manera cómo lo puedan evitar. Jeremías y Ezequiel también advirtieron contra los que dicen "paz, paz" cuando no existe una verdadera paz. Jeremías los comparó con los que tratan una herida para que se vea mejor en la superficie, pero debajo aún existe la infección que pronto brotará (Jer 6:14). Ezequiel los comparó con obreros que edifican una pared con lodo suelto que en poco tiempo se caerá (Ez 13:10-11). Para recalcar la imposibilidad de que alguien se escape en el día del Señor, Pablo comparó la venida de ese día al nacimiento de un bebé (5:3). Es imposible detener el proceso del nacimiento una vez que empiezan los dolores de parto. La única alternativa es proceder con el parto. El decreto del juicio de Dios será así mismo inevitable. 2) Animando a los creyentes: ¿Por qué dice la Biblia que ese día no sorprenderá a los cristianos como un ladrón? Las advertencias de Pablo no eran para atemorizar a los creyentes sino para darles ánimo. El día del Señor no les sobrevendrá como ladrón. Esto no significa que el Señor les hará saber la hora de su venida de antemano sino que vivirán de tal manera que cuando El venga, estarán listos. Son hijos de luz que habitan en la presencia de Dios, la luz de su Palabra y del Espíritu Santo, y la luz de Cristo (Jn 12:36; Ef 5:8, 14 cf. Mt 5:14). Sin embargo, deben recordar las advertencias de la Palabra de Dios. Pablo, como Jesús, (Mt 24:42-44), advierte que hay que observar, velar, ejercer dominio propio y estar firmes. El creyente debe vigilar como el soldado que está armado y listo. 3) No nos ha puesto para ira: Dios no tiene a los creyentes destinados para ira, pues Jesús es su protector de la ira o juicio que vendrá sobre el mundo que ha rechazado a Dios. Pablo explica que los creyentes serán arrebatados para encontrar al Señor en el aire. El libro de Apocalipsis enseña que los juicios de la Gran Tribulación son de ira (Ap 6:15-17; 11:18; 15:1,7; 16:1,19; 19:15; vea también Ro 2:5; Ef 5:6; Col 3:6). La ira contra el pecado debe venir, porque el reino vendrá sólo por medio de juicio. Sin embargo, Dios no ha puesto a la iglesia para la ira que vendrá sobre el mundo pecador que rechaza a Cristo sino para salvación. La salvación aquí significa más que conversión. La palabra "salvación" en el versículo 9 se refiere a la herencia que será de los creyentes en su plenitud cuando Jesús regrese. Como en lo concerniente a la verdad del arrebatamiento, los creyentes deben animarse y exhortarse unos a otros con estas palabras. El recuerdo fiel de esas promesas les dará la fortaleza para enfrentarse a las pruebas. APLICACIÓN: Pablo reconoció que la salvación no se obtiene por méritos propios, sino por el Señor Jesucristo que murió por todos los pecadores, que son limpios, perdonados y libres de toda culpa de pecado cuando lo reciben como su Salvador. Delante de Dios son "inocentes" y nada puede separarlos de Él ni de la herencia prometida. Ya que la sangre de Jesús los justificó, también los salvará de la ira venidera por medio de Él (Ro 5:9). La ira mencionada en Apocalipsis es la de Dios. Está dirigida especialmente contra el mundo perdido sin Cristo. La esperanza está en Jesús que ha comprado con su sangre a la Iglesia y la eximirá de la tribulación de ese día. Y usted, ¿Cree que escapará ese día? ¡MARANATA!