Con el EDICTO DE MILÁN se inicia una nueva etapa para la Iglesia cristiana, se establecen relaciones entre la iglesia y el estado romano, pues este último adopta al cristianismo como religión oficial. Pero surgen a su vez múltiples interferencias. Por ejemplo: El estado interviene en la vida de la iglesia y espera de ella un apoyo ideológico. La iglesia a su vez, cuenta con el emperador para la lucha contra las herejías y el paganismo. Los primeros cristianos tienen que comprender también al mundo que los rodea. Tienen que explicar lo que a primera vista parece incompatible: ¿cómo puede Dios ser uno y al mismo tiempo Padre, Hijo y Espíritu Santo?, ¿cómo es posible que un hombre que nace, vive y muere, pueda ser Dios, si Dios por naturaleza está libre de todo cambio? La teología cristiana nace de la respuesta a estas cuestiones. Es la obra que llevan a cabo los Concilios donde se reúnen los obispos, responsables de las iglesias o primeras comunidades cristianas. LOS CONCILIOS EN LA EDAD ANTIGUA 1. EL CONCILIO DE NICEA (año 325 d. C). Convocado por la autoridad del Papa San Silvestre y bajo la ejecutoria del mismo emperador Constantino. Este Concilio condenó LA HEREJÍA DE ARRIO que negaba la divinidad de Jesucristo y su consubstancialidad con el Padre. Arrio (260-336) sacerdote y después obispo Libio, fue quien propagó la idea de que Jesucristo no era Dios, sino que había sido creado por éste como punto de apoyo para su Plan. Aunque Arrio centró toda su enseñanza en despojar de la divinidad a Jesucristo, incluyó también al Espíritu Santo, que igualmente era una creatura, e incluso inferior al Verbo. Fue el primer concilio ecuménico (universal), porque reunió obispos de todas partes. Allí se proclamó la perfecta igualdad entre el Padre y el Hijo. «Creemos en un solo Dios Padre omnipotente... y en un solo Señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consustancial al Padre...» Fueron condenados los escritos de Arrio y tanto él como sus seguidores desterrados, entre ellos Eusebio de Nicomedia. Por ello, se formuló el “símbolo niceno” o Credo. No obstante siguieron las discusiones acerca de cómo Dios siendo uno, puede también ser Trinidad y haberse hecho hombre. 2. EL PRIMER CONCILIO DE CONSTANTINOPLA (año 381 d. C). En medio de las agitaciones, la reflexión teológica va haciendo progresos. Se aclaran algunos términos: divinidad, consubstancial entre otros. Para el año 380, el emperador Teodosio convoca un nuevo concilio en su capital (Constantinopla). Así en tiempos del Papa San Dámaso, la Iglesia tuvo que responder ante LAS HEREJÍAS DE LOS MECEDONIANOS, Herejía promovida por varios obispos arrianos, quienes enseñaban que en la Trinidad existía una jerarquía de personas, en la que el Hijo sería inferior al Padre y el Espíritu Santo sería inferior a ambos. La herejía recibe su nombre del obispo Macedonio, a quien se atribuye la fundación de la secta. Este Concilio añadió un importante artículo al símbolo de Nicea, en el que se afirma la divinidad del Espíritu Santo, por esto lo llamamos el CREDO “NICEOCONSTANTINOPOLITANO”, al que añade una afirmación sobre el Espíritu Santo “Creemos en el Espíritu Santo, Señor que reina y vivifica, que procede del Padre y que con el Padre y el Hijo ha de ser honrado y glorificado”. La reflexión y las discusiones no se detienen. Una vez admitida la igualdad entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; se preguntan cómo hay que comprender la unión entre la divinidad del verbo y la humanidad de Jesús. 3. EL CONCILIO DE ÉFESO (año 431 d. C). Convocado por el Papa San Celestino I y presidido por el Patriarca Cirilo de Alejandría, ese Concilio condenó LA HEREJÍA DE NESTORIO y proclamó la maternidad divina de María, también llamada "La Theotokos". Educ. Religiosa Católica - 3° año - Lic. Carolina Bernedo Vargas Nestorio, patriarca de Constantinopla, quien fue el primero en enseñar sobre la existencia de dos personas separadas en Cristo encarnado: una divina, el Hijo de Dios; y otra humana, el hijo de María, unidas con una voluntad común. Nestorio contó con el apoyo de varios obispos orientales que rompieron con la Iglesia formando una secta independiente; pero finalmente fue desterrado en el año 436 al Alto Egipto. Se opusieron al nestorianismo importantes obispos, encabezados por San Cirilo de Alejandría. La herejía fue condenada y la doctrina aclarada en este Concilio. El símbolo de Efeso precisa que las dos naturalezas, humana y divina de Cristo, están unidas sin confusión y por lo tanto María es verdaderamente “Madre de Dios”. Pero algunos no quedaron contentos de estas enseñanzas y las controversias continuaron: Si Jesucristo era verdadero hombre y verdadero Dios, ¿había en él dos personas? Se convoca un nuevo concilio. 4. EL CONCILIO DE CALCEDONIA (año 451 d.C). Bajo la autoridad del Papa San León I el Magno, presidido por el Patriarca Anatolio I de Constantinopla. En este Concilio rechazó la doctrina o HEREJÍA DEL MONOFISISMO, defendida por Eutiques, y estableció el Credo de Calcedonia, que describe la plena humanidad y la plena divinidad de Cristo, segunda persona de la Santísima Trinidad. Eutiques un clérigo de alto grado en Constantinopla comenzó a predicar que la naturaleza humana de Cristo estaba como absorbida por la divina, de modo que, en la unión de ambas, no había sino una naturaleza. Por ello, la herejía de Eutiques se denomina monofisita, del griego monos ("uno") y physis ("naturaleza") Es este Concilio se promulga una fórmula de fe: Cristo es una persona en dos naturalezas. Esa será en adelante, la base de la cristología. PRACTICA DE RELIGIÓN N° 02 ALUMNO/A: ________________________ 3° AÑO SECCIÓN: ____________ FECHA: ____________ 1. En una línea de tiempo ubica los principales Concilios de la Edad Antigua, y señala en cada uno: Papa, año, lugar, herejía, enseñanza. 2. En un cuadro relaciona la herejía con su autor y sus ideas. 3. Explica cuatro características de la persona de Jesucristo a partir de los Concilios estudiados. Educ. Religiosa Católica - 3° año - Lic. Carolina Bernedo Vargas