Misión Somos una iglesia Bíblica, centrada en el estudio consciente y responsable de las escrituras, en donde Dios y Su Palabra es la autoridad suprema de nuestra doctrina. Creemos y confiamos en la guía del Espíritu Santo y en el desarrollo del carácter de Cristo en nuestras vidas, desechando toda doctrina de error que se aferra a tradiciones humanas equivocadas, cumpliendo así con el mandato de la gran comisión: “Evangelizar y discipular” (Mateo 28:19- 20). Visión Ser una iglesia sin muros, fundamentada en la suficiencia de las Escrituras y formada por discípulos de íntima comunión con Dios y entre ellos mismos, que caminen en integridad de corazón y con un testimonio público que impacte su esfera de influencia, para la gloria de Dios. Objetivos generales I. Evangelización constante Proclamando el Evangelio. Atender el crecimiento de los creyentes mediante el discipulado. Fomentar la enseñanza de la Biblia por medio del ministerio de Educación Cristiana. II. Comunión viva Fomentar tiempos de adoración congregacional. Fortalecer la unidad congregacional y desarrollo espiritual mediante el discipulado a los miembros de la iglesia. Fomentar tiempos de oración. Valores NO negociables 1. CONOCER, AMAR Y GLORIFICAR A DIOS Implica que Dios es el eje sobre el cual gira toda tu vida, hasta el punto de que Él es la pasión que te motiva a vivir y el deleite de tu alma. Conductas vinculadas: La persona ha dejado de vivir para sí para vivir para Aquel que murió y resucitó por él. Su vida de obediencia es simplemente el fruto de amar a su Dios. Su gozo en la vida es el reflejo de su agradecimiento a su redentor. Una búsqueda intencional en crecer en el conocimiento de Dios. 2. SUMISIÓN A LA PALABRA DE DIOS La Palabra de Dios es nuestro único marco de referencia para la fe y la práctica. Ella interpreta lo que somos y hacemos como individuos y como iglesia. Por esta razón, nuestro caminar y servicio a Dios está caracterizado por obediencia a Su verdad, antes que a posiciones personales o institucionales. Conductas vinculadas: El estándar bíblico es lo que rige todos los aspectos de su vida. Al momento de tomar decisiones la persona se somete al criterio bíblico. Las Escrituras gobiernan nuestro entendimiento de lo que es la iglesia y nuestro proceder, es decir, nuestra filosofía ministerial, el gobierno de iglesia, la predicación, la enseñanza, la consejería, entre otros aspectos. 3. ADORACIÓN COMO ESTILO DE VIDA Implica una vida rendida por completo a Dios para honrarlo y glorificarlo en todo lo que somos, mente, corazón y voluntad, y en todo lo que hacemos, como una continua ofrenda y sacrificio vivo, aceptable y agradable a Él. Conductas vinculadas: Vivir consciente de que somos templo del Espíritu Santo. Procurar una vida devocional íntima y disciplinada. Que cada decisión muestre que solo sirvo a los propósitos y voluntad de Dios y no a otro dios, aun sea yo mismo. Vive de manera gozosa y agradecida. Una vida caracterizada por devoción a Dios. 4. EXCELENCIA QUE HONRA A DIOS Hacer todo lo que tenemos que hacer, cuando lo debemos hacer, de la mejor manera posible según nuestras capacidades, dones y talentos como para el Señor y no para los hombres. Conductas vinculadas: Hacer lo que merece ser hecho, bien hecho, para la gloria de Dios. Actitud servicial y diligente, independientemente del costo. Una persona con sentido de urgencia en el ejercicio de sus tareas. Estar siempre dispuesto a aprender, crecer y mejorar. Una vida cristiana disciplinada. “El ahora cuenta para siempre”. 5. VIDAS CONSAGRADAS (1 Pedro 2:9) Implica que he sido separado y dedicado para Dios de manera exclusiva. Es poner en práctica nuestro llamado a ser santos, como Dios es santo, procurando mantener la separación entre lo extraordinario de Dios y lo ordinario del hombre. Conductas vinculadas: Resistencia a ser conformado a las corrientes de este mundo. Fidelidad a Dios y a su Palabra. Santificación progresiva hasta la medida de la estatura de Cristo. Compromiso con servir a Dios y a su pueblo a través de los dones y talentos recibidos. 6. MADUREZ ESPIRITUAL Es un carácter que ha sido moldeado por el evangelio de tal manera que pueda decir a otros: imítenme a mí como yo imito a Cristo. Exhibe el fruto del Espíritu en su vida, para vivir conforme a la sabiduría de Dios. Conductas vinculadas: Amor. Dispuesto a sacrificarse por los demás. Gozo. Contento y satisfecho con su vida. Paz. En todo tiempo, como reflejo de su confianza en Dios (Sal. 46:10). Paciencia. Perseverar en las aflicciones de la vida y un buen trato a personas difíciles. Gentileza. Humildad y ternura en las relaciones. Bondad. De buen corazón hacia los demás. Fidelidad. Es confiable. Cumple sus compromisos con Dios y con los demás. Mansedumbre. Una persona dócil en su trato. Dominio propio. No se deja llevar por los deseos de su carne, sino por la verdad que conoce. Perdona como Cristo nos perdonó. Una persona de discernimiento. El carácter es más importante que el talento. 7. AMOR AL PRÓJIMO Mostrar en nuestras relaciones con los demás, en palabras y en hechos, el amor con que Cristo nos ha amado. Conductas vinculadas: Amar sin distinción. Compromiso con los necesitados. Perdón incondicional. Ser un pacificador. Considerar al otro como más importante que nosotros mismos. 8. CULTIVAR EL DISEÑO BÍBLICO DE LA FAMILIA Fortalecer y desarrollar la familia conforme a lo revelado en la Palabra de Dios. Conductas vinculadas: Matrimonios que reflejan la unión de Cristo con su Iglesia. Esposo que ama, lidera y se entrega a su esposa e hijos. Esposa como ayuda idónea, que se somete al liderazgo espiritual de su esposo. Hijos que honran a sus padres. Padres que no provocan los hijos a ira. Padres que se preocupan y se interesan en el crecimiento espiritual de su familia. 9. UN CORAZÓN MISIONAL Se caracteriza por una disposición a obedecer el mandamiento de nuestro Señor de hacer discípulos en todas las naciones, empezando en nuestro entorno, a través de la proclamación, enseñanza, ejemplo e involucración material. Conductas vinculadas: Sentido de urgencia por los perdidos. Predicación del evangelio en palabras y hechos. Multiplicarse ayudando a otros cristianos a ser como Cristo. Orar, ofrendar o ir de manera directa o indirecta a plantar iglesias dentro y fuera del territorio nacional. Actividad misional pero no activismo. 10. COMPROMISO CON NUESTRA VISIÓN Abrazar de manera voluntaria y con convicción la visión dada por Dios a nuestra iglesia, asumiendo así la responsabilidad de apoyarla. Conductas vinculadas: Conoce, vive y defiende la visión. Promueve y enseña a otros cómo vivir la visión. Se sacrifica por alcanzar la visión. Ser un contribuidor y no solo un consumidor. Comprometido con mantener la unidad del cuerpo de Cristo dada por el Espíritu Santo.