Subido por Marty Guaymás San Millan

Material de lectura

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UNIDAD 5
Pedagogía de dios
y método catequístico
Introducción
*La metodología y el catequista. Un “hacer” en clave vocacional.
El “ser”, el “saber” y el “saber hacer” son partes de un todo en la persona del
catequista. Tiene su origen en el llamado de Dios –vocación- para ejercer un
ministerio particular –catequístico- en medio de su Pueblo.
Ser catequista exige realizar un proceso de asimilación, de los sentimientos de
Jesús Maestro, que se expresa en un modo particular de ser y pensar la vida
en todas sus dimensiones.
“Hacer” catequesis es algo más que descubrir dinámicas para la catequesis.
Requiere la mediación y el testimonio de un cristiano que ha aceptado el
llamado de Dios para ser catequista.
Esta vocación requiere además una espiritualidad que acompañe y sostenga
su hacer catequístico. Es un modo de ser y un modo de pensar la historia en
comunidad.
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Mensaje del Papa a los catequistas.
https://www.youtube.com/watch?v=iE8Zq9GwLG0.
Distinguiendo conceptos
Esta es otra sección o página de libro nueva. Extensión máxima 600 palabras.
La metodología catequística, manteniendo su identidad propia, se
enriquece con el aporte de otras disciplinas: la teología, las ciencias de la
educación, las ciencias de la comunicación y todo saber que le permite
comprender al hombre y sus circunstancias en un proceso de inculturación
de la fe.
La catequética, como disciplina que forma parte de la teología pastoral, ha
desarrollado una pedagogía y una didáctica catequística fruto del diálogo
entre la fe y las diferentes ciencias humanas. En el centro de la reflexión se
ubica la fe que ilumina la vida.
Entre sus tareas está el discernir los signos de los tiempos y recuperar las raíces
fundacionales. Esto exige comprender el actuar de Dios a lo largo de la
Historia de Salvación, el obrar de Jesús y el proceso de educación de la fe de
la Iglesia a lo largo de la historia.
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Pedagogía catequética.
Transitando un cambio de época, en el contexto del surgimiento de nuevos
paradigmas, la pedagogía catequética debe discernir los nuevos desafíos
que se presentan a la catequesis como proceso de comunicación de la fe.
La perspectiva desde la que debe realizar esta tarea es la de la encarnación
y la inculturación de la fe en el contexto de una doble fidelidad: a Dios y al
hombre como sujeto histórico.
Partiendo de una observación del obrar de Dios, a lo largo de la Historia de
Salvación, podemos identificar algunas notas que caracterizan a esta
pedagogía catequética.
Eugenio González Domínguez nos propone una serie de rasgos o aspectos
que forman parte de la pedagogía catequética. Simplemente las
enumeramos. Cada una de ellos permitiría un amplio desarrollo, con
abundantes bases bíblicas y magisteriales, nosotros nos limitaremos a
mencionarla indicando la fuente para quien quiera profundizar el tema.
►
Pedagogía del Don.
►
Pedagogía de la encarnación-historicidad-experiencia.
►
Pedagogía de los signos.
►
Pedagogía integradora.
►
Pedagogía diferenciadora.
►
Pedagogía de diversos lenguajes y actividades.
►
Pedagogía festiva.
►
Pedagogía grupal.
►
Pedagogía testimonial.
►
Pedagogía de la libertad.
►
Pedagogía de la confianza.
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En: González Domínguez, E., Pedagogía catequética. Curso básico para
catequistas. Ed. CCS, Madrid 1999.
Lo que deducimos, de esta simple enumeración de rasgos pedagógicos, es
la abundancia de referencias que podemos hallar en la pedagogía de Dios
con su Pueblo en la historia. La pedagogía catequética tendrá la tarea de
asumir estos aspectos en un proceso de inculturación de la fe.
A su vez los aportes de la Pedagogía científica, en un proceso de diálogo,
nos pueden brindar valiosos aportes.
Puede ser de provecho en este momento repasar los “modelos de
aprendizaje” (Modulo 2) y confrontarlos con la pedagogía de Dios que
acabamos de describir.
Modelos pedagógicos
https://www.youtube.com/watch?v=rv3ujKoOtcI
El P. De Vos propone tres modelos pedagógicos: enseñar, animar y aprender;
con sus referencias pedagógicas y catequísticas. Una manera propia de
presentar el tema.
En: De Vos, F., Pensar la catequesis, Ed. Claretiana, Buenos Aires 1996. Pp. 8793.
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Didáctica catequística.
La pedagogía catequética se ocupa del marco amplio de la acción
catequística -la dimensión global-. Pero hace falta también el aporte de la
didáctica que se ocupa del proceso del encuentro catequístico en acto.
Aquí el acento está puesto en el “como” llevar adelante, eficiente y
eficazmente, el encuentro de catequesis.
En este contexto la didáctica catequística debe aportar los “modos” y las
“herramientas” para llevar adelante el encuentro catequístico. Temas como
el juego, el cuento, la canción, las dinámicas de grupo, la iniciación al
silencio, modos de celebración y abordaje de la Palabra, formas o estilos de
oración, propuestas de elaboración de proyectos misioneros o con referencia
social, etc.
Para comprender mejor las diferencias entre pedagogía y didáctica te
sugerimos el siguiente texto.
En:
https://utel.edu.mx/blog/dia-a-dia/retos-profesionales/diferencias-entre-la-pedagogia-yladidactica/#:~:text=De%20esta%20manera%2C%20la%20pedagog%C3%ADa,enfoca%20a%
20orientar%20al%20docente.
También puede serte útil el siguiente video.
https://www.youtube.com/watch?v=JweWtLH5Fic
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La pedagogía de la fe en el directorio (Dcg)
*Pedagogía de Dios y Metodología Catequística.
Te proponemos la lectura de la III° parte del Directorio Catequístico General
(1997): Pedagogía de la Fe.
https://mscperu.org/catequesis/directorio/3parte.htm
El Directorio nos propone dos aspectos indisociables de lo que podemos
denominar una “pedagogía original de la fe”: La pedagogía de Dios y la
acción de la Iglesia a través de una propuesta metodológica. Una tarea que
ante todo y sobre todo es obra del Espíritu Santo pero a la vez se vale de
mediaciones humanas.
La pedagogía de Dios.
El actuar de Dios, educando a su Pueblo, nos ofrece la fuente y el modelo de
toda pedagogía de la fe. Exige un ejercicio permanente de discernimiento y
de fidelidad a Dios y al hombre, en clave de encarnación, con la guía de los
pastores y el aporte de todos los miembros del Pueblo de Dios.
El magisterio, el aporte de la teología y los desafíos planteados por los
agentes de pastoral, en un clima de diálogo y estilo sinodal, según la
competencia de cada uno, colaboran para llevar adelante este proceso de
búsqueda de respuestas a los desafíos de cada momento histórico y a la
diversidad de situaciones.
El DCG, al presentar los diversos modos como Dios educa a su Pueblo,
distingue:
►
La pedagogía de Dios. Centrándose en la figura del Padre.
►
La pedagogía de Cristo. En continuidad y fidelidad a la obra del Padre.
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►
La pedagogía de la Iglesia. En tanto sacramento de Cristo y al servicio de
su obra de salvación.
►
La pedagogía – acción del Espíritu Santo. Actuando en el corazón del
creyente.
Metodología catequística.
El DCG nos ofrece la reflexión sobre algunos elementos de la metodología
catequística, sin distinguir entre Método (propio de una reflexión teológicapedagógica) y métodos (propio de una caracterización didáctica o
práctica).
La primera observación es la que se refiere a la diversidad de “métodos”. En
este caso entendemos que se refiere a los “modos” en que a lo largo de la
historia y siguiendo un proceso de inculturación la Iglesia ha educado y
educa en la fe al Pueblo de Dios.
En este contexto la diversidad y adaptabilidad puede constituir una riqueza
de la catequesis y un respeto por el hombre y su situación particular.
El desarrollo de la catequética y el aporte de los catequistas, en su tarea
cotidiana, han brindado una gran evolución, en la comprensión del “hecho”
catequístico.
Fruto de esta tarea son la gran producción de catecismos y de nuevos
recursos catequísticos al servicio de la acción pastoral actual.
Uno de los desafíos que siempre deberá enfrentar la tarea catequizadora es
la de mantener el equilibrio entre contenido y método en el marco de la
doble fidelidad a Dios y al hombre.
El gran desafío que debe asumir la metodología catequística es que
aparezca la vida en el centro del “encuentro”.
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Como dice González Domínguez: “Por eso, la pedagogía catequética parte
de la vida y lleva a la vida; pero sucede algo en ese camino: en él la vida es
interpretada de forma distinta porque ha sido iluminada, juzgada,
comprendida, transfigurada por y desde la Palabra de Dios. Ha ganado en
significación alentando al compromiso, a la celebración, a dar razón de esa
experiencia”.
En: GONZÁLEZ DOMÍNGUEZ, o.c. pp.47-48.
Como dice el P. De Vos “La vida es anterior al método, pero lo implica.
Primero vivimos, y después reflexionamos sobre la vida”. La vida ya es
contenido catequístico.
En: De Vos, Francisco, Metodología Catequística, Ed. Claretiana, Buenos Aires
2019, p.15.
El DCG señala la importancia del catequista y su rol de mediador.
Espiritualidad y testimonio son dos condiciones fundamentales para su labor.
Su tarea fundamental es poner en contacto a las personas con el misterio de
Dios, a los hombres entre sí y con la comunidad.
También propone la participación activa y creativa de los catequizandos,
personalmente y en grupo, en un contexto de libertad y confianza. Es el
catequizando el que debe dar su respuesta.
Finalmente, la importancia del grupo en donde el catequizando está llamado
a descubrir y experimentar la dimensión eclesial-comunitaria de la fe.
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El encuentro catequístico.
Hoy encontramos varias propuestas sobre metodología catequística [Entre los
textos más difundidos en nuestro país se encuentran: CASIELLO, Beatriz,
Metodología Catequística. Didascalia, Rosario 1994. BENAVIDES, Luis,
Metodología catequística para niños. Cómo dar catequesis hoy. PPC, Buenos
Aires 2007. BACA PAUNERO, Enrique, Iba con ellos. Metodología catequística.
Ed. Don Bosco 1990. DE VOS, Francisco, Metodología Catequística. Ed.
Claretiana, Buenos Aires. ESPARAFITA, Fabián, Kainos: Una nueva modalidad
de iniciación cristiana. Ed. PPC, Buenos Aires 2017]. En general todas
coinciden en lo esencial y presentan algunos aportes que se complementan.
Sugerimos la obra del P. Francisco De Vos como referencia al tema por su
larga trayectoria y reconocimiento como “catequista de catequistas”.
Ante todo debemos recordar que toda metodología está ligada a un modo
de ser del catequista que lo lleva adelante. Por eso te proponemos, antes de
adentrarte en el estudio de estos pasos, reflexionar sobre los cinco consejos
del Papa Francisco a los catequistas:
https://www.youtube.com/watch?v=m8ba2JfE23s
El cuestionamiento.
En cada momento del encuentro podemos señalar un acento que no es
absoluto pero nos permite comprender mejor sus características.
En este primer momento el acento es antropológico. A la luz del tema del
encuentro se debe ayudar a que surjan los interrogantes a partir de la vida
de los catequizandos.
En este momento es muy importante que el catequista cultive el arte de saber
preguntar.
Veamos el siguiente video:
https://www.estimulando.com/saber-preguntar-saber-escuchar/
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El encuentro debe ser significativo en la vida de las personas y por lo tanto
parte de la vida y retorna a la vida de cada uno y del grupo como tal.
Este momento requiere que el catequista tenga claro el tema que quiere
proponer, logre plasmarlo en un título sugerente, elija los recursos que mejor
predispongan a la comprensión del mensaje y logre suscitar el interés desde
la vida concreta.
Es fundamental saber proponer este paso para que los siguientes sean
significativos. El nexo con que debe finalizar el cuestionamiento y preparar
para la iluminación es fundamental en tanto prepara para que los
interrogantes que surjan encuentren su respuesta en la Palabra de Dios. El
nexo, al final del cuestionamiento, puede sintetizarse en una frase significativa
que recoja la búsqueda del creyente y abra o predisponga a la propuesta
de Dios.
La proclamación
La importancia de la Palabra en el Papa Francisco (tener en cuenta lo
desarrollado en el Módulo 3).
https://www.youtube.com/watch?v=TbJq7FcL7i0
“No hay evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la
doctrina, la vida, las promesas, el Reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo
de Dios” (E.N. 22).
En este momento nos encontramos en el centro del encuentro catequístico.
El acento es claramente cristológico-trinitario. El catequista es mediador para
que resuene la voz de Dios en la vida de los hombres. Dios quiere ser respuesta
a sus interrogantes, luz en su camino, ofrecernos el sentido último de nuestra
vida.
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Es una tarea importante educar en una actitud de acogida de la Palabra de
Dios. La “iniciación al silencio” encuentra aquí un lugar especial como actitud
que permita la escucha y la docilidad a la voz de Dios.
Aquí se trata de “proclamar” la Palabra (distinto de adoctrinar) para que
resuene en la vida de los catequizandos. Se trata de facilitar la “apropiación”
de esa Palabra, por parte del catequizando, consciente y libremente. Una
buena escucha prepara para una buena respuesta.
Un tema particular es tener claro cuáles son las mediaciones o fuentes de las
que se nutre la catequesis en este momento del encuentro. En la diversidad
de bibliografía podemos encontrar diferencias en el modo de presentarlas,
sin que altere lo fundamental: la centralidad de la Palabra de Dios.
En primer lugar podemos hablar de “La Fuente” de la catequesis tal como lo
expresa Juan Pablo II° en Catechesi Tradendae (C.T.).
La fuente
C.T. 27. La catequesis extraerá siempre su contenido de la fuente viva de la
Palabra de Dios, transmitida mediante la Tradición y la Escritura, dado que «la
Tradición y la Escritura constituyen el depósito sagrado de la Palabra de Dios,
confiado a la Iglesia», como ha recordado el Concilio Vaticano II al desear
que «el ministerio de la palabra, que incluye la predicación pastoral, la
catequesis, toda la instrucción cristiana... reciba de la palabra de la Escritura
alimento saludable y por ella dé frutos de santidad».
Hablar de la Tradición y de la Escritura como fuentes de la catequesis es
subrayar que ésta ha de estar totalmente impregnada por el pensamiento, el
espíritu y actitudes bíblicas y evangélicas a través de un contacto asiduo con
los textos mismos; es también recordar que la catequesis será tanto más rica
y eficaz cuanto más lea los textos con la inteligencia y el corazón de la Iglesia
y cuanto más se inspire en la reflexión y en la vida dos veces milenaria de la
Iglesia.
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La enseñanza, la liturgia y la vida de la Iglesia surgen de esta fuente y
conducen a ella, bajo la dirección de los Pastores y concretamente del
Magisterio doctrinal que el Señor les ha confiado.
Sintetizando podemos decir que la Palabra necesita ser proclamada,
reflexionada, celebrada y testimoniada. La Palabra como Fuente nos exige
hablar también de cuatro mediaciones de la Palabra en la catequesis.
Este es el aporte del P. De Vos:
“La Palabra de Dios es una palabra interior y el primer aprendizaje que tiene
que hacer el catequizando consiste en aprender a escuchar esta Palabra en
lo más íntimo de su corazón. Pero como nada entra en el corazón de los
hombres que no pase por los sentidos, la Palabra de Dios está mediada por
varios elementos que colaboran entre sí para darle consistencia. La
educación necesita de 4 mediaciones que son: el relato, las enseñanzas, la
celebración y el servicio”. F. De Vos. (Tener en cuenta lo desarrollado en los
módulos 3 y 4).
-El relato. Toda la Biblia es la narración de la historia y la afirmación de la
identidad y la misión del Pueblo de Dios. La pedagogía bíblica es una
pedagogía del relato.
Es la Palabra proclamada.
-La enseñanza. La Iglesia cumple la función de hacer comprensible y
comunicable las grandes verdades de la fe. El Magisterio cumple un papel
fundamental. Es Palabra reflexionada y comunicada.
También hay otros ámbitos donde la Iglesia desarrolla este ejercicio de
profundización y enseñanza de la doctrina cristiana, en comunión con el
magisterio, como los textos de grandes santos, la teología, la reflexión
catequética, etc.
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-La celebración. Aquí ocupa un lugar central la Liturgia de la Iglesia. En la
comunicación de la fe la celebración cumple un verdadero hecho
educativo. Es la Palabra celebrada. La condición es distinguir entre un
cumplimiento de rúbricas (ceremonia) y la participación consciente y activa
(celebración).
-El servicio. La vida de la Iglesia con toda su riqueza a lo largo de la historia.
Es caridad efectiva y compromiso en la Historia. Es la Palabra testimoniada.
Cada una de ellas es, en su medida y según su especificidad, mediación de
la Palabra de Dios. La Palabra de Dios, no obstante, no se identifica
solamente con una de ellas sino que se expresa en la polifonía de las cuatro
mediaciones.
Las cuatro mediaciones se requieren y enriquecen mutuamente. Cuando
este dinamismo de integración no se da el peligro es caer en
fundamentalismos de diverso tipo.
La respuesta.
Esta parte es fundamental en el encuentro catequístico. El acento es
eclesiológico e histórico. Es la vida transformada que se expresa por sus frutos.
Si el gran mensaje de Dios es su amor la respuesta no puede ser otra que los
frutos de un amor comprometido. Es el desafío de que el Evangelio se
constituya en criterio de vida.
Se trata de expresar la vida, transformada por el Amor de Dios, en obras de
amor a Dios y al prójimo. Dos caras de la única moneda.
-La respuesta es alabanza a Dios:
https://www.youtube.com/watch?v=LtaYdBDSdrM
-La respuesta es servicio a la humanidad. En particular a los “frágiles” de este
mundo.
https://www.youtube.com/watch?v=VO0GUhaQ6kA
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Las respuestas pueden tomar una multiplicidad de formas en quien ha
recibido el anuncio de la Palabra. Pero sin respuesta el encuentro ha
quedado trunco. El Papa Pablo VI, en Evangelii Nuntiadi (E.N.), describe las
características de esta respuesta:
23. Efectivamente, el anuncio no adquiere toda su dimensión más que
cuando es escuchado, aceptado, asimilado y cuando hace nacer en quien
lo ha recibido una adhesión de corazón. Adhesión a las verdades que en su
misericordia el Señor ha revelado, es cierto. Pero, más aún, adhesión al
programa de vida —vida en realidad ya transformada— que él propone. En
una palabra, adhesión al reino, es decir, al "mundo nuevo", al nuevo estado
de cosas, a la nueva manera de ser, de vivir juntos, que inaugura el Evangelio.
Tal adhesión, que no puede quedarse en algo abstracto y desencarnado, se
revela concretamente por medio de una entrada visible, en una comunidad
de fieles. Así pues, aquellos cuya vida se ha transformado entran en una
comunidad que es en sí misma signo de la transformación, signo de la
novedad de vida: la Iglesia, sacramento visible de la salvación. Pero a su vez,
la entrada en la comunidad eclesial se expresará a través de muchos otros
signos que prolongan y despliegan el signo de la Iglesia. En el dinamismo de
la evangelización, aquel que acoge el Evangelio como Palabra que salva, lo
traduce normalmente en estos gestos sacramentales: adhesión a la Iglesia,
acogida de los sacramentos que manifiestan y sostienen esta adhesión, por
la gracia que confieren.
24. Finalmente, el que ha sido evangelizado evangeliza a su vez. He ahí la
prueba de la verdad, la piedra de toque de la evangelización: es impensable
que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al reino sin
convertirse en alguien que a su vez da testimonio y anuncia.
*A modo de síntesis te proponemos un interesante trabajo de propuestas
comparadas, entre tres autores, sobre la metodología catequística:
https://campus.eut.edu.ar/pluginfile.php/15003/mod_resource/content/1/M%C3%A9todo%20
Catequ%C3%ADstico%20_Aportes%20comparados_.pdf
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*Otros autores, respetando estos momentos básicos, sugieren subdividir estos
pasos a fin de explicitar mejor algunos de estos momentos (cfr. ESPARAFITA,
F., Kainos: Una nueva modalidad operativa de iniciación cristiana. CABA PPC
2017).
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