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LECTURA TERMINOS LOPEZ BLANCO. COGIDO GENERAL DEL PROCESO

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ÍNSTlTUCIONES DE DERECHO PROCESAL CIVIL
13. LOS TERMINOS
Dentro de la actuación judicial revisten especial importancia, por la
honda influencia que tienen en el proceso, los llamados términos que, como
acertadamente los definía el art. 366 del Código Judicial de 1931, "son los
plazos sef\alados por la ley o por el juez para que dentro de ellos se dicte
alguna providencia, se haga uso de un derecho o se ej ecute algún acto en el
curso del juicio".
Corno uno de los varios eventos de la influencia del tiempo dentro del
proceso y en claro desarrollo del principio de la eventualidad, el Código
General del Proceso regula en forma precisa lo atinente a los términos, cuyo
cumplimiento es factor determinante y central para el orden del proceso,
pues su adecuada observancia permite el desarrollo del mismo para obtener
la finalidad perseguida, la sentencia, que marca la culminación de la actuación donde se ha cumplido la garantía constitucional del debido proceso.
Es por eso que el art. 228 de la C. P. que recogió y amplió lo consignado
en el art. 11 del CGP9, señala que "La Administración de Justicia es función
pública. Sus decisiones son independientes. Las actuaciones serán públicas
y permanentes con las excepciones que establezca la ley y en ellas prevalecerá el derecho sustancial. Los términos procesales se observarán con
diligencia y su incumplimiento será sancionado. Su funcionamiento será
desconcentrado y autónomo", norma de donde surge que la observancia de
los términos por los sujetos a los que están dirigidos es aspecto perentorio
y su desconocimiento puede conllevar gravosas consecuencias para quien
no los acate, tal corno lo advierte el inciso segundo del art. 11 7 del CGP al
señalar que: "El juez cumplirá estrictamente los términos señalados en este
código para la realización de sus actos. La inobservancia de los términos
tendrá los efectos previstos en este código, sin pe1juicio deJas demás consecuencias a que haya lugar."
Empero, es de resaltar, que si bien ha sido tradición en Colombia que
los términos para los jueces no siempre, son preclusivos, el CGP consagra
varios términos cuyo acatamiento es perentorio para ellos y al igual que los
fijados para las partes, si los dejan vencer no pueden realizar la actuación
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Norma que es original del Código de Procedimiento Civil de 1970, cuyo artículo 4°
consagró esa importante directriz que pasó a ser norma constitucional en 1991.
LA AC fUACIÓN JUDIC[AL
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prevista, como lo son, por ejemplo, los indicados en el numeral segundo del
art. 317 en materia de desistimiento tácito y el plazo para proferir sentencia
de que trata el art. 121 del CGP.
Lo más resaltable del precepto constitucional es que acaba de raíz con
los intentos de querer ubicar los términos como parte del derecho procesal
y sobre ese supuesto propugnar que si su inobservancia lesiona derechos
sustanciales prima el respeto a estos últimos.
En absoluto, la naturaleza jurídica de los términos y su deber de acatarlos es de rango constitucional; su respeto integra la protección constitm:ional que, entre otras normas, desarrollan el debido proceso y es por eso que
no se puede pretender, corno con frecuencia sucede, que se deje sin efecto la
consecuencia de no haber acatado un plazo, en especial respecto de las partes, so pretexto de que se contaba con el derecho sustancial y que este prima.
Un ejemplo ilustra la noción: si una parte dejó vencer el plazo con el
que contaba para apelar una sentencia que le fue desfavorable y presentó el
recurso extemporáneamente, no le está permitido alegar que debido a que
ese fallo conculcó derechos sustanciales debe darse curso a la apelación,
aun suponiendo que así sea, porque el respeto a los términos y más si son
preclusivos corno el del ejemplo, impide hacerlo debido a que la raigambre
de la norma va más allá del campo procesal, es de orden público.
Y es que del análisis del problema debe excluirse toda referencia al
lapso mismo del término respectivo señalado en la ley, para cuestionar que
es muy corto, pues lo esencial es que vencido el que sea, tres, cinco, quince
o dos meses, si el plazo es preclusivo la oportunidad se agota, sin que sea
razón seria advertir que se hizo uso del derecho en ocasión muy cercana a su
vencimiento, porque para el caso es igual ejercer el derecho un día después
que quince días o seis meses más tarde.
En suma, se trata de un lindero jurídico que fatalmente m arca si el derecho se ejercitó oportunamente.
Varias clasificaciones se han hecho de los términos, pero la más conocida de todas, y que ha sido acep~ada por el CGP, es la que los divide en
legales, judiciales y convencionales, aun cuando existe una cuarta clase,
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LAACTUACIÓN JUDICIAL
las que denomino mixtos por estar informados de características de los dos
primeros.
art. 120, por cuanto, a diferencia del caso del art. 121, no pierde el juez la
competencia para decidir en el concreto evento por el hecho de estar vencido
el término para decidir.
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13.1. Términos legales
Si bien es cierto que todos los términos revisten el carácter de legales
por estar instituidos en el código, este nombre se da a aquellos plazos que
numéricamente señalan las normas y que tienen como características esenciales las de ser; por regla general, perentorios e improrrogables, conforme
lo indica el inciso primero del art. 117 en el que se indica que "Los términos
señalados en este código para la realización de los actos procesales de las
partes y los auxiliares de la justicia, son perentorios e improrrogables, salvo
disposición en contrario.", norma que admite como excepción lo señalado
en el art. 119 del CGP en el sentido de permitir la renuncia de un tém1ino
cuando se establece exclusivamente a favor de ' determinado sujeto procesal, como sería, por ej emplo, el caso del término del traslado de la demanda
que bien puede el demandado renunciarlo total o parcialmente.
un
Tampoco podrá el juez ser recusado por no haber decidido en oportunidad ni excusarse de fallar alegando su propia demora, pues estos términos
legales son perentorios en cuanto a que debe observarlos so pena de sanción, pero no preclusivos, es decir, el no haber dictado la providencia en
el momento indicado no cierra la ocasión para hacerlo válidamente, salvó,
reitero el evento de excepción antes citado.
Así, en el caso de providencia interlocutoria dictada treinta días después de ingresar el proceso al despacho para la decisión pertinente, no
existe nulidad no obstante que se dictó fuera de término, no porque se
hubiera prorrogado tácitamente el plazo - lo cual no sucede-, sino porque,
por excepción, estos términos no son preclusivos, o sea, su vencimiento no
finaliza la oportunidad de cumplir el acto procesal.
Ejemplos de términos legales son: el art. 322 del CGP, que señala un
plazo de tres días para interponer el recurso de apelación .c uando la providencia se profiere por fuera de audiencia, pues si es dentro de ella el término
para interponerlo es el momento que sigue a su proferimiento; el art. 370
del CGP, que otorga un traslado de cinco días si se proponen excepciones de
mérito en contra de la demanda.
Resumiendo lo dicho, acerca de los términos legales, se tiene lo siguiente: están fij ados por las normas en forma exacta; son improrrogables y
perentorios, salvo precisas excepciones.
Dentro de estos términos legales merecen especial comentario los que ·
se conceden a los jueces para dictar sus providencias cuando es posible hacerlo fuera de audiencia, los cuales, si se trata de sentencias, son de cuarenta
días y si de autos de sustanciación o interlocutorios de diez días, contados
a partir de la entrada del expediente al despacho para proferii:_la decisión de
rigor (art. 120 del CGP).
El artículo 121 del CGP otorgándole el carácter de término legal de perentoria observancia por los jueces, señala en el inciso primero que: "Salvo
interrupción o suspensión del proceso por causa legal, no podrá transcurrir
un lapso superior a un (1) año para dictar sentencia de primera o única instancia, contado a partir de la notificación del auto admisorio de la demanda o
mandamiento ejecutivo a la parte demandada o ejecutada. Del mismo modo,
el plazo para resolver la segunda instancia, no podrá ser superior a seis (6)
meses, contados a partir de la recepción del expediente en la Secretaría del
Juzgado o Tribunal."
Si el juez no falla dentro de tales términos, reitero que objetivamente
implica incumplimiento de su deber, saqcionable disciplinariamente, dada
la claridad del art. 4 de la ley Estatutaria que sin distinguir indica que "Los
ténninos procesales serán perentorios y de estricto cuinpliiniento por parte
de los funcionarios judiciales. Su violación constituye causal de mala conducta." Cuestión diversa es que ninguna consecuencia procesal (pues la sanción es para el juez) tendrá el no fallar dentro de los plazos previstos por el
13.1.1. El término legal para dictar sentencia en primera o única instancia y para resolver en la segunda instancia.
Esta disposición viene a establecer un límite racional y adecuado para
saber la ocasión máxima en que se deberá tener sentenciá de instancia y disciplinará a los intervinientes del proceso, pero en especial a los jueces, para
que entiendan que estos deben ser decididos dentro de razonables términos,
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LA ACTUACIÓN JUDICIAL
so pena de perder automáticamente la competencia para dictar la sentencia
en cada caso concreto y de que, tal como lo sefiala el inciso sexto de la norma: "Será nula de p leno derecho la actuación posterior que realice el juez
que baya perdido competencia para emitir la respectiva providencia."
pero por igual se aplica en procesos de ejecución en los que se hayan propuesto excepciones perentorias.
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Ahora, no podrá transcurrir más de un año para efectos de que el juez de
única o primera instancia, en cualquier proceso, profiera la correspondiente sentencia, decidiendo con los elementos de juicio que en ese momento
cuente.
Ya no será eficaz emplear el subterfugio de las pruebas de oficio como
salida de última hora, porque obviamente las puede decretar pero siempre
respetando el plazo máximo que se le ha señalado para sentenciar. Tampoco
podrá la parte pretextar que aún quedan pruebas por practicar, porque es deber del juez el de decidir con base en el material probatorio existente; y es
que cuando la norma prescribe que "no podrá transcurrir un lapso superior
a un (1) año para dictar sentencia de primera instancia, contado a partir de
la notificación del auto admisorio de la demanda o mandamiento ejecutivo
a la parte demandada o ejecutada,", consagra la obligación perentoria de
acatar el plazo, so pena de perder ipso jure la facultad de sentenciar en el
respectivo proceso, porque si el juez decide vencido el término, la sentencia
estará afectada de nulidad debido a que carecía de competencia para hacerlo
en ese específico caso, por cuanto es perentorio el inciso 's egundo del art.
121 del CGP en advertir que: "Vencido el respectivo término previsto en el
inciso anterior sin haberse dictado la providencia correspondiente, el fun- .
cionario perderá automáticamente competencia para conocer del proceso,
por lo cual, al día siguiente, deberá informarlo a la Sala Administrativa del
Consejo Superior de la Judicatura y remitir el expediente al juez o magistrado que le sigue en turno, quien asumirá competencia y proferirá la providencia dentro del término máximo de seis (6) meses."
Desaparece el pretexto del exceso de trabajo, de la prioridad de las tutelas, en fin de las conocidas manifestaciones que servían como justificación
para no decidir en términos razonables. '
Se trata de que el juez, conocedor de las implicaciones anteriores, organice su trabajo para sentenciar dentro del plazo máximo mencionado, lo que
sin duda se facilita al adoptarse como central proceso declarativo el verbal,
Similar proceder deben observar los folladores en segunda instancia
quienes disponen de seis (6) meses para dictar la correspondiente providencia "contados a partir de la recepción del expediente en la Secretaría del Juzgado o Tribunal.", plazo que, al igual que el primero, es más que razonable y
que como se cuenta desde el recibo del expediente en el Tribunal, se obliga
a las secretarías de esas corporaciones a proceder celeramente al reparto
y entrega del expediente al magistrado sustanciador para que disponga el
trámite de la segunda instancia, oportunamente registre el proyecto y se obtenga la providencia respectiva que bien fuede ser un auto de ponente o de
1
la sala o la sentencia, siempre de la sala.
Es de resaltar la diferencia que existe en la aplicación del art. 121 del
CGP respecto de las dos instancias, porque mientras en la primera es para
proferir la sentencia que corresponda, en la segunda es para "resolver la
segunda instancia" lo que conlleva que todo recurso de apelación frente a
autos o sentencias o el de queja, que son los que originan la segunda instancia deben ser decididos dentro del perentorio plazo.
Si así no sucede y como clara muestra del carácter obj etivo del alcance
de la disposición, destaca la misma que: "el funcionario perderá automáticamente competencia para conocer del proceso.", es decir que se trata
de una consecuencia que opera de pleno derecho, basta precisar que ha
transcurrido el lapso indicado como antes lo expresé, pues se trata de una
circunstancia objetiva.
Empero, dispone el inciso quinto del art. 121 que : "Excepcionalmente
el juez o magistrado podrá prorrogar por una sola vez el término para resol10 Hago referencia al problema que se suscita en tomo a si el plazo corre para el sustanciador
o para la respectiva sala. Si se considera que la norma señala que el plazo de seis meses es para
"resolver la segunda instancia" y que está en ocasiones corresponde a la sala, no al ponente
unitariamente, estimo que de darse la preclusión la competencia la pierde la sala y que si bien
se dice que se asigna un nuevo magistrado, es bajo el entendido que con esa determinación
queda integrada la sala de la cual es ponente el nuevo magistrado. De contera se obliga así a
que exista una mutua colaboración y supervisión entre los integrantes de las salas para evitar
que opere la falta de competencia. En suma, el plazo de seis meses no es para registrar el
proyecto sino para proferir la respectiva providencia.
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ver la instancia respectiva, hasta por seis (6) meses más, con explicación de
la necesidad de hacerlo, mediante auto que no admite recurso.", disposición
que le pennite al juez o magistrado, antes de que venza el plazo respectivo,
prorrogar por una sola vez y hasta por seis meses más el término para dictar
sentencia o decidir la segunda instancia, norma que tal como se indica en su
redacción debe tener aplicación "excepcional" y es menester en el auto en el
cual se ejercita la posibilidad, explicar las motivos por los que lo hace, que
deben ser serios, razonables, porque así la decisión no admita ningún recurso, de no cumplir con las directrices legales podría dar lugar a una acción
disciplinaria en contra del juez.
probatorio que se pudo recaudar y si hay deficiencia probatoria las consecuencias desfavorables serán para la parte en cuya cabeza estaba radicada la
carga de la prueba.
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Sin duda la práctica evidenciará que lo usual será que esas prórrogas
sean por los seis meses, debido a que si se amplía, por ejemplo, por tres
meses, no podrá el juez pretextar que aún lo puede hacer por otros tres, por
cuanto la posibilidad se permite por una vez tah solo.
Con el acatamiento de esta disposición, no es utopía aseverar que desde
la presentación de la demanda hasta la sentencia de segunda instancia· es
posible resolver un proceso en las dos instancias, en un plazo promedio
máximo de dos años lo que sería un enorme logro frente a la actual situación
donde tan solo la primera instancia tarda más del doble de ese lapso.
Es de lamentar que la norma no haya cobijado de martera expresa a los
Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, donde también hace falta y
más en estos tiempos en los que la duración de la decisión de los recursos de
casación se ha incrementado notoriamente, pues de un promedio de un año
que se estaba empleando, ya vamos por cerca de cinco. Ojalá no volvamos
al de seis años o más!!! de la década del 90.
La norma, de otra parte, obliga a los abogados, en esp_e cial a aquellos
duchos en dilatar los procesos con solicitudes varias y petición de pruebas
innumerables e innecesarias, a circunscribir su actividad a lo esencial para
la defensa de los intereses que se le encomendaron, pues ya no podrá seguir
alegando al juez que aún restan pruebas por practicar y deberá centrarse a
las que realmente en su opinión, son las esenciales.
Y es que, lo resalto, ese es el fin de la norma, el juez debe sentenciarantes del vencimiento del plazo señalado en el sentido que indique el material
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Finalmente destaco la útil previsión contenida en el parágrafo único del
art. 121, en el sentido de que lo señalado en esta norma igualmente se aplica
para las autoridades administrativas que a la luz de lo señalado en el art. 24
del CGP adelanten procesos jurisdiccionales, hipótesis en la cual si la autoridad administrativa pierde competencia "deberá remitirlo inmediatamente
a la autoridad judicial desplazada".
13.2. Términos judiciales
Los términos judiciales son los que el juez, en subsidio de norma expresa que los señale, fija para que dentro de ellos se cumpla algún acto procesal
tal como lo advie1te el inciso final del art. 117 del CGP al prescribir que: "A
falta de término legal para un acto, el juez señalará el que estime necesario
para su realización de acuerdo con las circunstancias, y podrá prorrogarlo
por una sola vez, siempre que considere justa la causa invocada y la solicitud se formule antes del vencimiento."
Estos términos son subsidiarios, ya que sólo los puede fijar el juez cuando no existe una norma que los contemple. De otra parte y a diferencia de
los términos legales, estos plazos son prorrogables, es decir, susceptibles de
ampliación siempre que se cumplan los siguientes requisitos:
1. Que se solicite la ampliación antes del vencimiento del término, lo
cual es apenas lógico, por cuanto ampliar un término implica necesariamente que no haya precluído; la petición presentada cuando ya el término finalizó no puede ser considerada porque ya no hay nada para ampliar.
2. Que exista justa causa en la petición. El art. 117 se limita a indicarle
al juez que podrá prorrogar el término "siempre que considere justa la causa
invocada", pero no dice si es necesario probarla, al menos sumariamente,
como acontece con otras disposiciones, por eso basta en la mayoría de los
casos que quien pide la ampliación del término, invoque la justa causa sin
necesidad de que presente prueba alguna, ante lo cual d juez deberá limitarse a analizar los hechos enunciados para decidir si es del caso conceder
o no la ampliación; así, puede no requerirse la prueba de la circunstancia
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por la cual se solicita la prórroga del término, como cuando se dan argumentos serios que ponen de presente que la dificultad de una determinada
labor impide realizarla en la oportunidad inicialmente señalada, como sería
el caso del perito que argumentando la complejidad de la experticia pide
.ampliar el término. Eso sí, nada impide que si quien solicita la ampliación
quiere allegar alguna prueba que sustente su petición lo haga, pero sin que
sea perentorio que así ocurra.
13.5. Señalamiento y computo de los términos
Los términos se señalan en años, meses, días y horas y se computan
de acuerdo con lo establecido en el artículo 118 del CGP, el cual prescribe
en el inciso séptimo, que si se trata de un plazo de años o de meses "su
vencimiento tendrá lugar el mismo día que empezó a correr del correspondiente mes o año. Si este no tiene ese día, el terminó vencerá el último día
del respectivo mes o afio. Si su vencimiento ocurre en día inhábil se extenderá hasta el primer día hábil siguiente." es decir, que no interesa para nada
que durante su transcurso medien días inhábiles, ejemplo los domingos y
festivos, o que el juzgado haya estado cerrado por cualquier causa porque
basta determinar que ha transcurrido el término sin necesidad de hacer
cálculo para restar los días inhábiles que pudieron presentarse en el mes o
en el afio pertinente.
3. Finalmente, es requisito esencial para que pueda ampliarse un término, que no se haya solicitado anteriormente otra, pues la ley sólo la pennite
"por una sola vez", ya que se estima que cuando se presentó la solicitud,
quien formuló la petición y el juez han debido prever el término máximo
adicional para que pudiera cumplirse el acto procesal; si así no se hubiera
regulado se podrían dar sucesivas ampliaciones. no queridas por la ley.
Son ejemplos de términos judiciales : el q{ie se confiere al perito para
que rinda un dictamen, el que se otorga al partidor para que realice el trabajo
de partición y el que se sefiala a un secuestre para que rinda cuentas.
13.3. Términos mixtos
Es posible determinar una categoría adicional en materia de términos en
varios casos donde el máximo plazo lo indica la ley, pero el juez tiene poder
de sefialar uno menor por no ser imperativo fijar el establecido como tope.
de modo que respetando el máximo plazo posible, el criterio del juez será el
llamado a fijar el término.
Estimo que en esta clase de ténninos si el juez, de una, fija el plazo
máximo señalado en la ley no es posible ampliarlo; empero si señaló uno
menor nada impide que alegando la justa causa se puede fijar un plazo adicional siempre, eso sí, respetando el máximo legal señalado:13.4. Términos convencionales
Son los plazos que las partes acuerdan para suspender un proceso por
determinado tiempo, haciendo uso de la facultad preyista en el rui. 161 ,
num. 2°, norma que con detalle comento adelante al estudiar el tema de la
interrupción y suspensión del proceso.
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1
Necesario es, dada la costumbre tan frecuente en nuestro medio de
dejar las actuaciones para última hora, que para efectos de precisar cuándo
vence el tém1ino del mes o del año sefialado por la providencia judicial o la
ley misma, recordar que el CGP acogió el mismo sistema que se aplica en el
computo de los términos para asuntos mercantiles 11• Ciertamente, si el plazo
del mes empieza a contarse el día 14 de marzo su vencimiento operará al
finalizar las horas de despacho judicial del día 14 del mes de abril y si de un
plazo de un año se trata, si empieza a correr el día 2 de abril de 2015, vencerá el día 2 de abril de 2016, regla que además se aplica igualmente para los
plazos de caducidad y de prescripción que son de neto contenido procesal.
Tratándose de plazos de días el inciso final del art. 11 8 dispone que
"no se tomarán en cuenta los de vacancia judicial, ni aquellos en que por
cualquier circunstancia permanezca cerrado el juzgado", como serían los
festivos o los de vacaciones judiciales, pero además deben ser considerados
otros eventos tales como los paros judiciales, conducta equivocada de quienes laboran en la administración de justicia que se ha venido generalizando
y, lo que es más grave, perdiendo apoyo nacional debido al evidente abuso
que se ha hecho del sistema cuando se paraliza la actividad judicial aun por
motivos baladíes, olvidándose el carácter de servicio público esencial que es
11 El artículo ~29 de tal estatuto dispone en su numeral tercero que: "Cuando el plazo sea
de meses o de afios, su vencimiento tendrá lugar el mismo día del correspondiente mes o afio",
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ÍNSTITUCIONES DE DERECHO PROCESAL CIVIL
la administración de justicia y la prohibición de cese de actividades dentro
de ella a más del grave perjuicio que se causa a los asociados.
'
Con ocasión del vencimiento de los términos se presenta la duda atinente a si para los regulados dentro del CGP se aplica el artículo 59 del
Código de Régimen Político y Municipal en donde se señala que " todos los
plazos de días, meses o años, de que se haga mención legal, se entenderá que
terminan a la media noche del último día del plazo. Por año y por mes se entienden los del calendario común y por día el espacio de veinticuatro horas".
12
El artículo 52 del decreto 1975 de 1989, dispone que: "En las oficinas
judiciales debe haber despacho al público de lunes a v iernes de 8 a.m. a 12
m. y de 2 p. m. a 6 p. m."; posteriormente se expide la ley Estatutaria de la
Administración de Justicia que adscribe en el,numeral 26 del art. 85 al Consejo de Gobierno Judicial como una de sus funciones la de señalar horarios
de trabajo de los despachos judiciales, entidad que ha expedido Acuerdos
en orden a regular este aspecto, como lo es el 624, de 23 de Noviembre de
1999, donde se indica que el horario de atención al público en los despachos
judiciales de Bogotá, es de lunes a viernes, de las 8:00 a.m. a las 4:00 p.m.,
en jornada continua, posteriormente modificado para señalar que el horario
es de 8 a 1 y de 2 a 5 p.m.
Numerosos son los casos en los que se pretende por parte de un apoderado judicial que se dé efectividad al ejercicio de un derecho procesal
sobre la base de que como el juzgado estaba cerrado por haber vencido el
horario de atención señalado para ese día, realizó la presentación del escrito
pertinente ante otra autoridad como lo es un notario, o ante el secretario del
juzgado pero ya en casa del mismo (como he conocido casos reales), con la
constancia de que lo hizo antes de las 12 de la noche del día en que vencía
el respectivo plazo, para así acogerse a lo previsto en el Código de Régimen
Político y Municipal y tener como oportunamente ejercido el correspondiente derecho.
Considero que prima lo dispuesto,en el artículo 52 de decreto 1975 de
1989, o lo que el Consejo de Gobierno Judicial disponga y que, tratándose
12 Estimo que el decreto rige mientras el Consejo Superior de la Judicatura no regule en
contrario para un determinado Distrito Judicial. De todas formas el comentario tiene plena
vigencia sea que se aplique el horario del decreto o el señalado por Acuerdo del Consejo.
LA ACTUACIÓN JUDICIAL
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de términos preclusivos, señalados para el ejercicio de un derecho en los
procesos civiles, el plazo termina no a la media noche del día en que vence
sino a la última hora hábil del respectivo día, de ahí que actividades surtidas
después de esa hora ante autoridad diversa o fuera del despacho del juzgado
vienen a ser irrelevantes y no pueden tenerse como aptas para el ejercicio
del correspondiente derecho en debida oportunidad; en otras palabras, los
. términos para efectos judiciales culminan cuando concluye la diaria jornada
laboral y por ser norma especial y posterior prima el CGP que en el inciso final del art. 109 señala que los memoriales "se entenderán presentados
oportunamente, si son recibidos antes del cierre del despacho del día en que
vence el término."
Debe advertirse que los términos más frecuentes son los de días, siguen
los de meses y los de años, ambos con carácter excepcional. Un ejemplo de
los primeros se halla en el artículo 442 que permite en el proceso de ejecución presentar excepciones dentro de los diez días siguientes a la notificación del mandamiento ejecutivo; un término de meses se halla en el artículo
121 que da seis meses a los funcionarios de segunda instancia para decidir
y uno de años está contemplado en el artículo 483, numeral cuarto del CGP,
que pennite el remate de los bienes relictos si han transcurrido dos años luego de la muerte del causante y no se han presentado herederos a reclamarlos.
Para señalar desde cuando se inicia el cómputo de los términos, indica
el art. 118 del CGP en su inciso primero que: "El término que se conceda
en audiencia a quienes estaban obligados a concurrir a ella correrá a partir
de su otorgamiento. En caso contrario, correrá a partir del día siguiente al de
la notificación de la providencia que lo concedió.", norma que es ambigua e
innecesaria como paso a demostrarlo.
En efecto, si se fijó determinada fecha para celebrar una audiencia y a
ella estaban obligadas a concurrir las partes, otras partes o terceros, caso de
que en esa audiencia se profiera una providencia que otorga un término, independientemente de si están o no presentes, este empieza a correr "a partir
de su otorgamiento" expresión que conlleva que empezará a correr el día hábil siguiente, por la simple razón de que el mismo día no puede computarse
debido a que el día en que se profiere la decisión no se puede cargar como el
primero, pues debe contar el respectivo interesado con el día completo para
efectos del cómputo.
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Como la notificación de providencias proferidas en audiencia queda
surtida por el sistema de estrados ese día se cumple la notificación y el plazo
comienza el 'día hábil siguiente.
Es por eso que las providencias judiciales, aun las que carecen de recursos, tienen término de ejecutoria, pues no está instituido exclusivamente,
como en ocasiones se cree, para interponer recursos, de ahí que se deja sentada una base importante para los siguientes temas a tratar: toda providencia
judicial tiene un lapso, en la legislación vigente normalmente de tres días
que se denomina término de ejecutoria, el cual, como se verá, se comput~
como todo plazo procesal, es decir a partir del momento en que queda surtida la notificación correspondiente, de ahí que la fecha de la providencia
ninguna importancia tiene para efectos del cómputo de cualquier término,
pues lo que interesa es que se haya surtido la correspondiente notificación
y a partir del día hábil a la ocurrencia de lo anterior se contabiliza el plazo
respectivo, salvo que se trate de providencias dictadas en el curso de una
audiencia o diligencia en las que el termino de ejecutoria, como antes se
explicó, es el momento inmediatamente siguiente a su proferimiento.
Por ese motivo, el inciso segundo de esta disposición nada nuevo aporta
al señalar que: "El término ·q ue se conceda fuera de audiencia correrá a partir del día siguiente al de la notificación de la providencia que lo concedió.",
por ser esa la regla general respecto de toda notificación; en otras palabras, ·
el término que se conceda en audiencia corre a partir de la notificación y
como esta se surte por estrados empieza a partir de fecha de la audiencia que
será el día hábil siguiente y no el mismo día.
13.6. El término de ejecutoria
Para la cabal comprensión de los fenómer).os procesales de la suspensión y la interrupción de los términos, así comb para tener clara la idea del
momento a partir del cual se empieza a contar cualquier término, es menester, previamente, destacar que toda providencia judicial, salvo las que
contienen una orden de exclusivo cumplimiento por el secretario, siempre
conlleva implícito un plazo, que se conoce con el nombre 'de término de ejecutoria y tiene como finalidad, una vez se hizo hacer saber 'd e los interesados
el contenido de la determinación por medio de la respectiva notificación,
que cuenten con un lapso para la que acaten y acomoden su conducta a lo en
ella dispuesto o para que antes de su vencimiento, se interpongan los recursos que fueren procedentes si no comparten lo decidido.
Usualmente ese plazo es de tres días (Art. 302 CGP), pero se advierte
que no es el único, porque cuando se trata de providencia dictada en el curso
de audiencia o diligencia será, por regla general, el momento inmediatamente siguiente al del proferimiento de ella y en algunos casos la duración
misma de la audiencia o diligencia; respecto de sentencias de segtmda instancia susceptibles del recurso de casación no será de tres sino de cinco días
(art. 337 CGP), pero son éstas las excepciones a la regla general de los tres
días, de ahí la importancia de tener clarQ, más que la duración del plazo, el
concepto de término de ejecutoria. 13
13 De años atrás destaco el grave error constitutivo de delito de "lesa humanidad" en que
incurren algunos profesores de derecho procesal al obligar a sus alumnos, digo mal, a sus
víctimas, a memorizar los términos, labor inútil como la que más porque los plazos en concreto
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Si toda providencia impone la obligación de computar el término de
ejecutoria, cuando la determinación además otorga un específico plazo o
este surge de lo previsto en la disposición legal en que se basa, bien se ve la
necesidad de computar dos plazos, el de ejecutoria y el que señala o se desprende de la providencia, términos que empiezan a correr simultáneamente,
porque no es menester esperar a que esté vencido el término de ejecutoria
para que empiece a correr el término señalado en la providencia, como con
frecuencia y en forma errada se cree, salvo que norma expresa diga lo contrario.
Un ejemplo ilustra lo anterior: Se dicta una providencia por fuera de
audiencia en la cual el juzgado dispone que el perito rinda su dictamen en
un término de cuarenta días, si la notificación de este auto se realiza el día 1º
de agosto y suponemos hábiles los tres siguientes, se tiene que durante los
días 2, 3 y 4 de agosto correrá el término de ejecutoria, lo cual no significa
que el plazo comience el día 5, pues como se contabilizan simultáneamente,
esos tres días de ejecutoria igualmente fueron los tres primeros días de los
cuarenta.
únicamente obedecen al querer del legislador de turno a quien le pareció prudente el plazo de
tres días, que mañana puede ser de dos o seis. Además, para eso es la consulta del Código que
con certeza absoluta guía a quien a él recurre. Cosa muy diferente es ya el deber del litigante
para estar enterado de cuáles son los términos vigentes y la manera de computarlos, pues de
su conocimiento debido depende en buena parte, el éxito de su gestión.
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LA ACTUACIÓN JUDICIAL
ÍNSTITUCIONES DE DERECHO PROCESAL CIVIL
13.7. Interrupción y suspensión de los términos
14
Para explicar el fenómeno de la suspensión de los términos, se debe tener presente que para que corra un término de días es menester que el proceso se encuentre en secretaría, por disponer el inciso cuarto del art. 11 8 que:
"Sin perjuicio de io dispuesto en el inciso anterior, mientras esté corriendo
un término, no podrá ingresar el expediente al despacho, salvo que se trate
de peticiones relacionadas con el mismo término o que requieran trámite
urgente, previa consulta verbal del secretario con el juez, de la cual dejará
constancia. En estos casos, el término se suspenderá y se reanudará a partir
del día siguiente al de la notificación de la providencia que se profiera.''
Estos dos fenómenos tocan con las vicisitudes que pueden darse en los
eventos previstos en los incisos cuarto y quínto del art. 118 del CGP, el
primero de los cuales consagra la' interrupción del término hipótesis en la
cual el plazo corrido deja de contarse y, de ser el caso, volverá a correr íntegramente el mismo, mientras que en el evento de la suspensión el término
que había coirido mantiene sus efectos pero se suspende su cómputo para
reanudarlo posteriormente en lo que faltó.
Es así como se indica en el inciso cuarto que: "Cuando se interpongan
recursos contra la providencia que concede el término, o del auto a partir de
cuya notificación debe correr un término por ministerio de la ley, éste se interrumpirá y comenzará correr a partir del día siguiente al de la notificación
del auto que resuelva el recurso."
1
1
Así, por ejemplo, puede acontecer que estando en curso un término se
interponga en contra del auto que lo confiere el recurso de reposición, lo
cual obliga a tramitar el mismo y mientras tal cosa suce<;ie queda inexorablemente sin efecto el término señalado por el auto, que ya estaba coiriendo,
de modo que si se niega la reposición y se confirma el
recurrido será
a partir del día hábil siguiente al de la notificación dél auto que denegó la
reposición que volverá a contarse íntegramente el plazo otorgado por el auto
recurrido, es decir, que el tiempo que inicialmente pudo computarse no se
toma en cuenta para nada.
ª*º
Así las cosas se tiene que siempre que un auto conceda un término y se
pida reposición del mismo estaremos frente al fenómeno de la interrupción
de términos previsto en el iriciso cuarto del ait. 118 del CGP, caso en el cual
el término se vuelve a contar íntegramente, lo que pone de presente que
la utilización de la reposición puede ser un medio para lograr de hecho la
ampliación de determinados plazos, porque en el caso de interrupción de los
términos no se toma en consideración el que ya había corrido.
14 Es conveniente advertir que no se debe confundir el aspecto explicado con el de
interrupción y suspensión del proceso que concierne con la totalidad del mismo y no con un
plazo particular y aisladamente considerado.
485
1
Suele suceder que estando en curso el cómputo de un término se presente una petición que puede no estar relacionada con el mismo término,
como ocurriría, por ejemplo, si corriendo el término para contestar una demanda se presenta una solicitud de copias proveniente de otro juzgado, o
que requiera una decisión urgente, como acontecería cuando, se presenta
una solicitud de medida cautelar, pero sin que medie para nada recurso de
reposición.
Téngase en cuenta que en esta hipótesis, al igual de la dada en el evento
de la interrupción, el término está corriendo pero, y aquí está la gran diferencia, no se ha interpuesto recurso de reposición, de ahí que antes de quebrantar la regla referente a que mientras corre im término no puede pasar el
proceso al despacho hasta tanto no haya vencido el mismo, el secretario para
hacerlo debe previamente consultar con el juez y, si así lo hace y obtiene el
visto bueno de aquel, procederá a ingresar la actuación, con la consecuencia
que desde el día de la entrada al despacho se suspende el cómputo del término que estaba corriendo hasta cuando el proceso sale de aquel y se notifica la
providencia que resolvió acerca de lo que originó su ingreso, día a partir del
cual se reanuda la contabilización respetando los plazos hasta ese momento
ya corridos, o sea que, a diferencia de la interrupción, en este evento no se
vuelve a contar íntegramente el término.
Veamos un ejemplo de suspensión de términos: Un auto que señaló el
término de cinco días para alegar se notificó el día 2 de marzo; durante los
días 3, 4 y 5 permaneció el proceso en secretaría, o sea que corrieron los tres
primeros de los cinco días con que contaba para alegar; empero, el día 6 de
marzo ingresa el proceso al despacho para resolver una petición, ejemplo,
porque se pidió un informe de un juzgado penal y posteriormente sale con
ÍNSTITUCIONES DE DERECHO PROCESAL CIVIL
LA ACTUACIÓN JUDICIAL
un auto ordenando que se dé el informe solicitado, auto que se notifica el día
18 de marzo, lo cual indica que los días 19 y 20 de marzo, suponiéndolos
hábiles, correrán los dos días restantes de los cinco que se otorgaron.
En efecto, es lo usual que las fechas para practicar pruebas se fijen en
autos que con meses de antelación se han dictado y están ejecutoriados. Llegado el día de la práctica de la prueba puede suceder que el proceso esté al
despacho para decidir otra solicitud que nada tiene que ver con esa práctica.
En esta hipótesis no podrá posponerse la misma con el argumento de que el
expediente está al despacho y debe llevarse a cabo la prueba respectiva y sin
que la circunstancia de que se practique la prueba o diligencia implique que
se reanuden cómputos, aun cuando estas hipótesis, ante la preponderancia
del proceso verbal, tienden a desaparecer.
486
Debe quedar claro que en los casos de suspensión de un término por
ingreso del proceso al despacho, la reanudación del cómputo del mismo no
se realiza ni a partir del momento en que regresa el expediente a la secretaría, ni de la fecha del auto que se profirió, sino al día hábil siguiente al de la
notificación de la providencia judicial dictada con ocasión del ingreso del
expediente al despacho del juez y que motivó la suspensión del término que
estaba corriendo.
Pasando a otro aspecto, es necesario explicar la parte final del inciso
sexto del artículo 118 el cual dispone cómo se lfebe proceder para reiniciar
el cómputo de un término que se halla interru91pido cuando el auto que se
dicta es de cúmplase, para indicar que en este caso será "a partir del tercer
día siguiente al de su fecha".
Imaginemos un plazo de diez días de los cuales hapían corrido ocho
días cuando el proceso ingresó al despacho y el auto que se profirió es de
cúmplase y se dicta el día 1'5 de febrero. Como no exist(? la referencia de
la notificación para contar la reanudación del plazo de los ,d os días que aún
restan, será a partir del tercer día hábil siguiente al de la fecha del auto, o sea
que, suponiendo todos los siguientes días hábiles, contamos los días 16, 17
y 18 y el término se reanuda el día 19, de modo que éste y el 20 marcarán
la preclusión del mismo, lo cual exige una estricta y oportuna revisión del
proceso por parte de los abogados que ya no cuentan, para este caso, con la
guía de la notificación.
También dispone este inciso sexto que "mientras el expediente esté al
despacho no correrán los términos, sin perjuicio de que se practiquen las
pruebas y diligencias decretados por autos que no estén pendientes de la
decisión del recurso de reposición", con lo que se erradica la mala práctica
consistente en que algunos despachos se'negaban a practicar pruebas o diligencias, con el pretexto de que por estar el expediente al despacho no era
viable hacerlo, con lo cual se evita innecesaria demora en la actuación.
487
14.8. Un evento excepcional de cómputo de los términos
Se ha destacado que los términos se computan al día hábil siguiente al
de la notificación del auto que los concede; es necesario advertir que existe
un evento en el cual no empiezan a correr los términos a partir del día hábil
siguiente al de la notificación del auto que los concede y es el contemplado
en el artículo 91 del CGP que estimo aplicable para el auto admisorio de la
demanda y el mandamiento de pago, en los cuales si la notificación se surte
por conducta concluyente, por aviso o por comisionado, los términos de
ejecutoria, para contestar la demanda o proponer excepciones se cuentan es
a partir el vencimiento de los tres días siguientes a aquel en el que operó la
notificación.
Finalmente y como resumen de los diversos aspectos reseñados se tiene
que no hay lugar a computar los términos de días en los siguientes casos:
a) Cuando se trata de días festivos, de vacancia judicial o el despacho
por cualquier razón no se abre para el público o no presta atención al mismo
esto es lo que a plazos de días respecta, pues la limitación no opera para los
que se computan mes o año.
b) Cuando el proceso ingresa al despacho del juez, caso en el cual los
términos que dejan de correr para partes y terceros, empiezan a hacerlo para
el juez, salvo los del artículo 121 que siempre corren.
14. LOS EXPEDIENTES
Dado qut? nuestro procedimiento sigue informado también por la regla
técnica de la escritura, pues el proceso por audiencias que da prelación a
.
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ÍNSTlTUCIONES DE DERECHO PROCESAL CTVIL
la oralidad no conlleva eliminar de tajo la memoria escrita de lo actuado,
como algunos lo creen, sino reducir al máximo la misma, lo que está bien,
la recopilaci6n de las peticiones de las partes, otras partes y terceros que se
contienen en los memoriales, así c9mo de las decisiones del juez en especial
las adoptadas por fuera de audiencia, así como el resumen de estas, y el
archivo de pruebas documentales, oficios y despachos comisorios, se hace
en los expedientes cuya regulación, está prevista en el art. 122 del CGP que
dispone que "De cada proceso en curso se formará un expediente, en el que
se insertará la demanda, su contestación, y los demás documentos que le
correspondan", tales como los señalados en el inciso tercero de la misma
norma que se refiere a: "Los memoriales o demás documentos que sean remitidos como mensaj e de datos, por correo electrónico o medios tecnológicos similares, serán incorporados al expediente cuando hayan sido enviados
a la cuenta del juzgado desde una dirección elec,trónica inscrita por el sujeto
procesal respectivo."
'
El artículo 123 del CGP señala quienes puéden examinar los expedientes y destaca en el numeral 1º que lo podrán hacer "las partes, sus apoderados y los dependientes autorizados por éstos de manera general y por
escrito, sin que sea necesario auto que los reconozca, pero sólo en relación
con los asuntos en que aquéllos intervengan.", expresión "partes" que se
debe tomar en sentido amplio, es decir como todo sujeto autorizado para
intervenir dentro del proceso y quienes lo deben hacer directamente porque
la posibilidad de habilitar dependientes es únicamente para los apoderados,
quienes se limitan a dar la autorización respectiva que vale en los asuntos
donde estos actúan.
Advierto que así la norma no lo diga, también los representantes de las
partes pueden revisar los procesos, ya que si bien es cierto que, procesalmente hablando, parte es algo sustancialmente diferente de-representante,
el art. 123, num. 1º, que se refiere a las "partes", no puede interpretarse
exegéticamente, sino debe entenderse que también comprende a sus representantes, en atención a que ellos compl~tan la capacidad de quienes deben
comparecer en juicio y tienen alguna incapacidad para hacerlo.
Diverso es el caso del numeral 2° que habilita para esa revisión a "los
abogados inscritos que no tengan la calidad de apoderados de las partes.
Estos podrán examinar el expediente una vez se haya notificado a la parte
LA ACTUACIÓN JUDICIAL
489
demandada.", pues aquí la disposición permite a todo abogado revisar cualquier expediente en el que no representa judicialmente, pues si así sucede
queda cobijado por el numeral anterior y la única limitación es que ya se
haya notificado la demanda.
Por los auxiliares de la justicia en los casos donde estén actuando los
funcionarios públicos en razón de su cargo, las personas autorizadas' por
el juez con fines de docencia o de investigación científica y los directores
y miembros de consultorio jurídico debidamente acreditados, en los casos
donde actúen, igualmente tiene esa posibilidad.
Los expedientes deben permanecer en el juzgado bajo la vigilancia del
secretario, y no pueden ser retirados mientras esté en trámite el proceso,
señala el art. 124 del CGP que adiciona que "el informe requerido por autoridad competente sobre una actuación judicial, no podrá sustituirse por
la remisión del expediente", con lo que se pone en evidencia lo ilegal de
la actuación de algunos jueces de tutela, que solicitan que se les remita la
actuación original, que es precisamente lo que esta disposición no autoriza.
14. I. Pérdida del expediente y su reconstrucción
Es posible que un expediente que se encuentre en el despacho judicial,
se extravíe, para lo cual no se requiere de ninguna declaración especial, porque basta la simple constatación de que no aparece.
Si tal cosa sucede de oficio o a solicitud de parte se podrá soli.citar su
reconstrucción, la que debe seguir los derroteros señalados en el art. 126 del
CGP, aun cuando es de resaltar que raro será el caso en que dicha actuación
se de por iniciativa oficiosa del juzgado, razón por la cual el numeral 1º
señala que: "El apoderado de la parte interesada formulará la solicitud de
reconstrucción", expresando el estado en que se encontraba el proceso y la
actuación surtida en él.
· Tal solicitud deberá ser presentada, por el apoderado de la parte interesada expresando el estado en que se encontraba el proceso y la actuación
surtida en él, ante el funcionario que conoce del expediente extraviado. La
norma no señala ante quien se presenta la petición de reconstrución, pues se
limita a indicar "formulará su solicitud", pero entiendo que lo debe ser ante
el juez o magistrado que conocía del expediente, tesis que avala el hecho
490
ÍNSTITUCIONES DE DERECHO PROCESAL CIVIL
LAACTUACIÓN JUDICIAL
de que también se puede decretar de oficio y ese poder lo tiene el juez ante
quien cursa el proceso.
carece de todo valor por cuanto el objeto del auto que ordena la extinción
del proceso es dejar sin eficacia jurídica lo actuado para evitar situaciones
ambiguas. Eso sí, prueba que se aportó y practicó en el proceso extraviado
y que se declaró extinguido, se podrá utilizar siguiendo las normas de las
pruebas trasladadas, naturalmente si en el nuevo proceso aún se está en
oportunidad de vincularla para su consideración.
Señala el numeral 2° que: " El juez fijará fecha para audiencia con el
objeto de comprobar la actuación _surtida y el estado en que se hallaba el
proceso, para lo cual ordenará a las partes que aporten las grabaciones y
documentos que posean. En la misma audiencia resolverá sobre la reconstrncción.", decisión que no quedó enlistada dentro de las apelables, de modo
que únicamente procede el recurso de reposición.
Adiciona el numeral 3° que: "Si sólo concurriere a la audiencia una de
las partes o su apoderado, se declarará reconstruido el expediente con base
en la exposición jurada y las demás pruebas que se aduzcan en ella.", pero si
no concurren las partes o lo hacen pero "la reconstrucción no fuere posible",
el juez declarará terminado el proceso, quedando a salvo el derecho que
tenga el demandante a promoverlo de nuevo."
Debe destacarse que esta norma contempla una especial modalidad de
terminación de la actuación judicial, la declaratoria de extinción del proceso, la cual tiene como efecto quitar toda efectividad a lo surtido dentro del
proceso extraviado, pero permite al demandante iniciar uno nuevo porque
no se generan los efectos propios de la cosa juzgada debido a que no existió
decisión vinculante ejecutoriada.
Aun cuando se podría presentar discusión acerca de si esta forma de
terminación igualmente deja sin efecto la intenupción de la prescripción
que se dio con ocasión de la presentación de la demanda, debido a que esta
circunstancia específicamente no quedó prevista dentro de los eventos señalados en el art. 95 del CGP que concierne con "Ineficacia de la interrupción
de la prescripción y operancia de la caducidad", considero que la solución
debe ser que a partir de la ejecutoria de la providencia que.declara la extinción del proceso, volverá a correr de nuevo el correspondiente plazo de
prescripción o de caducidad, pues el art. 126 señala que "el juez declarará
terminado el proceso, quedando a salvo el derecho que tenga el demandante
de promoverlo de nuevo".
Pasando a otro aspecto se tiene que puede ocurrir que después de esa
declaratoria de extinción aparezca la actuación perdida, caso en el cual ésta
491
Reconstruido el proceso, el juez proseguirá al trámite en el estado en
que se encontraba la actuación.
14.2. La remisión de expedientes, despachos comisarios y oficios
Es éste otro aspecto de interés dentro de estas nociones generales concernientes con la actuación judicial y se encuentra regulado en el art. 125
del CGP, el cual dispone que "La remisión de expedientes, oficios y despachos se hará por cualquier medio que ofrezca suficiente seguridad.", nonna
que permite el empleo de cualquier sistema que asegure el cumplimiento del
objetivo, que bien puede ser un empleado del despacho para que entregue el
expediente al superior cuando este debe ir para que se surta un recurso, o el
correo tradicional si las distancias así lo ameritan, el correo electrónico en
materia de oficios y aún la colaboración de las partes o la parte interesada
en la tramitación del despacho u oficio, circunstancia esta última que avala
el inciso segundo de esta norma al indicar que: "El juez podrá imponer a las
partes o al interesado, cargas relacionadas con la remisión de expedientes,
oficios o despachos", lo que no es nada diverso a desarrollar el deber de
colaboración con la administración de justicia.
15. LOS INCIDENTES
Dentro de toda actuación judicial resulta de singular importancia el
concepto de incidente, pues por medio de él se ha previsto un trámite, en
ocasiones de naturaleza similar al de un proceso (petición, pruebas y decisión), en orden a resolver determinados asuntos, que pueden ser relevantes
respecto de la controversia planteada y tienen influencia para poder llegar a
la decisión que se ha de tomar en la sentencia, pero que por expresa indicación del inciso cuarto del art. 129 del CGP "no suspenden el curso del proceso y serán resueltos en la sentencia, salvo disposición legal en contrario.",
ÍNSTITUCIONES DE DERECHO PROCESAL CIVIL
LA ACTUACIÓN JUDICIAL
disposición básica para evitar darle al trámite incidental efectos paralizantes
de la sentencia que la ley no auspicia, salvo precisas excepciones.
En el art. 128 del CGP, intitulado "Preclusión de los incidentes", se
indica que: "El incidente deberá proponerse con base en todos los motivos
existentes al tiempo de su iniciación, y no se admitirá luego incidente similar, a menos que se trate de hechos ocurridos con posterioridad.", sana
disposición que busca orientar la conducta de apoderados judiciales duchos
en entorpecer el trámite de los procesos proponiendo de manera reiterada
incidentes, lo que con esta norma se dificulta debido a que cuando promueve
alguno, si tiene bases para proponer otro incidente lo debe hacer simultáneamente pues de lo contrario precluye el derecho a hacerlo.
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El inci,dente es eminentemente taxativo, pues sólo se pueden someter
a su trámite "los asuntos que la-ley expresamente señale" (art. 127 CGP).
Por tanto, si no existe disposición que de manera expresa ordene el adelantamiento de un incidente, no hay lugar a él y en tales casos la petición debe
resolverse de plano; es más, de haber hechos que probar, junto cop. la petición deberá acompañarse prueba siquiera sumaria de ellos.
Múltiples y muy disímiles son las cuestiones que la ley ordena tramitar
como incidentes; basta citar, a manera de ejemplo, el art. 76 del CGP, que
ordena tramitar un incidente para regular los honorarios del apoderado o
sustituto salientes, a los que se les revocó el poder o la sustitución; el art. 86
del CGP, que ordena dar curso al trámite incid~ntal para determinar la imposición de una multa y liquidar los perjuicios que se hayan causado a la parte
demandada, cuando el demandante o su apoderado faitaron a la verdad en
las afirmaciones hechas bajo juramento y el art. 287 del CGP que establece
el incidente para concretar condenas en abstracto.
15 .1. Trámite del incidente
De conformidad con el art. 129 del CGP quien lo pr9mueva debe indicar lo que solicita, los hechos base de la petición y las pruebas que se pretenda hacer valer, por lo que debe aportar las que estén en poder de quien lo
promueve; si es una parte quien lleva la iniciativa señala la norma que "solo
podrán proponerse incidentes en audiencia, salvo cuando se haya proferido
sentencia", de modo que es para esta oportunidad, la de la audiencia, cuando
deben reservarse para presentar la solicitud al juez, quien si la encontrare
procedente, decretará traslado imnediato a la otra parte para que se pronuncie y de ser el caso decretará de inmediato las pruebas pedí3as por estas, las
que podrán ser practicadas conjuntamente cop las del proceso y se deciden
en la sentencia.
Si el incidente es de los que no se tramitan en audiencia, del escrito se
corre traslado a la otra parte por tres días "vencidos los cuales el juez convocara a audiencia mediante auto en el cual decretara las pruebas pedidas por
las partes y las que de oficio considere pertinentes".
493
Finalmente pongo de presente que de conformidad con el numeral 5°
art. 321 del CGP es apelable el auto que "rechace de plano un incidente y el
que lo resuelva" de manera que si el juez rechaza un incidente por los motivos indicados en el art. 130 del CGP, sea por estimar que no está autorizado,
que se promueve extemporáneamente, que precluyó la ocasión para hacerlo
o que la solicitud no reúne los requisitos formales señalados en el art. 129
del CGP, es viable la apelación, al igual de cómo lo es respecto del auto que
lo resuelve, cualquiera que sea su sentido.
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