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Glosario psicoanalítico

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Glosario Psicoanalítico
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
Estudiantes:
Ximena Guillen Abello
Leoniris Bolivar Mendoza
Andrea Martinez
Andrea Pumarejo Palomino
Docente:
Alirio Romero Serrano
Fundación Universitaria del Área Andina
2020
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Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
INTRODUCCIÓN
Este se realizó con la finalidad de afianzar a profundidad
los conceptos que se han trabajado durante la clase sobre temas
relacionados con el psicoanálisis, ya que como sabemos esta fue
una corriente que marco significativamente en el campo de la
psicología por sus métodos particulares y únicos que le dieron su
lugar en la historia.
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3 Enfoques Psicoterapéuticos
GLOSARIO DE
PALABRAS
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Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
GLOSARIO DE PALABRAS
A
ABSTINENCIA: 1. Principio
según el cual la cura analítica debe ser
dirigida de tal forma que el paciente
encuentre el mínimo posible de
satisfacciones substitutivas de sus síntomas.
Para el analista, ello implica la norma de no
satisfacer las demandas del paciente ni
desempeñar los papeles que éste tiende a
imponerle. El principio de la abstinencia
puede, en algunos casos y en ciertos
momentos de la cura, concretarse en
consignas relativas a los comportamientos
repetitivos del paciente que entorpecen la
labor de rememoración y elaboración. La
justificación de este principio es de tipo
fundamentalmente económico. El analista
debe evitar que las cantidades de libido
liberadas por la cura se recatecticen de
modo inmediato sobre objetos externos; en
lo posible deben ser transferidas a la
situación analítica. La energía libidinal se
encuentra ligada por la transferencia, y se
rechaza toda posibilidad de descarga
distinta a la expresión verbal. Desde el
punto de vista dinámico, el poder de la cura
se basa en la existencia de un sufrimiento
por frustración; pero este último tiende a
disminuir a medida que los síntomas ceden
su puesto a comportamientos substitutivos
más satisfactorios. Por consiguiente, resulta
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importante mantener o restablecer la
frustración para evitar la paralización de la
cura. La noción de abstinencia se halla
implícitamente ligada al principio mismo
del método analítico, en tanto que éste
convierte en acto fundamental la
interpretación, en lugar de satisfacer las
exigencias libidinales del paciente. Por ello,
no debe sorprender que sea a propósito de
una demanda particularmente imperiosa,
la inherente al amor de transferencia, que
Freud aborda con claridad, en 1915, la
cuestión de la abstinencia: «Debo
establecer el principio de que es preciso, en
los enfermos, mantener las necesidades y
aspiraciones como fuerzas que impulsan al
trabajo y al cambio, y evitar que sean
acalladas por substitutivos»
(1). Con Ferenczi, los problemas técnicos
planteados por la observancia del principio
de la abstinencia pasaron al primer plano de
las discusiones analíticas. Ferenczi
preconizaba en ciertos casos medidas
encaminadas a hostigar las satisfacciones
substitutivas halladas por el paciente en la
cura o aparte de ésta. Freud, en su
alocución final al Congreso de Budapest
(1918) aprobó, en principio, estas medidas y
dio una justificación teórica de las mismas:
«Por cruel que ello pueda parecer, hemos
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de procurar que el sufrimiento del paciente
no desaparezca prematuramente en forma
marcada. Cuando, por haberse disipado y
perdido su valor los síntomas, se ha
atenuado este sufrimiento estamos
obligados a recrearlo en otro punto en
forma de una privación penosa»
(2). Para esclarecer la discusión, siempre
actual, en torno al concepto de abstinencia,
parece interesante distinguir claramente
entre, por una parte, la abstinencia como
principio y regla del analista (simple
consecuencia de su neutralidad) y, por otra,
las medidas activas por medio de las cuales
se pide al paciente que él mismo se
mantenga en un cierto estado de
abstinencia. Tales medidas abarcan desde
las interpretaciones cuyo carácter insistente
puede equivaler a una orden, hasta las
prohibiciones formales. Éstas, si bien no se
dirigen a prohibir al paciente toda relación
sexual, afectan por lo general a ciertas
actividades sexuales (perversiones) o a
ciertas actuaciones de carácter repetitivo
que parecen paralizar la labor analítica.
Pero la mayor parte de los analistas se
muestran muy reservados en cuanto a
recurrir a tales medidas activas, subrayando
especialmente el hecho de que el analista
corre entonces el peligro de justificar su
asimilación a una autoridad represora.
2. corolario de la regla fundamental, la regla
de abstinencia designa el conjunto de los
medios y actitudes puestos en obra por el
analista para que el analizante no pueda
recurrir a formas de satisfacción
sustitutivas, capaces de ahorrarle los
sufrimientos que constituyen el motor del
trabajo analitico.
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ATENCIÓN FLOTANTE: 1. Consiste en
una suspensión, tan completa como sea
posible, de todo lo que habitualmente
focaliza
la
atención:
inclinaciones
personales, prejuicios, supuestos teóricos,
incluso los mejor fundados. Al igual que el
paciente debe decir todo lo que pase por su
mente, eliminando toda objeción lógica y
afectiva que le induciría a seleccionar,
también el médico debe estar en
condiciones de interpretar todo lo que
escucha, a fin de descubrir en ello todo lo
que el inconsciente oculta, sin que su
propia censura venga a reemplazar la
elección a la que ha renunciado el paciente.
A partir de Freud, esta regla permite al
analista
descubrir
las
conexiones
inconscientes en el discurso del paciente.
Mediante ella el analista puede conservar
en su memoria multitud de elementos
aparentemente
insignificantes,
cuyas
correlaciones sólo más tarde se pondrán de
manifiesto.
2. Expresión creada por Sigmund Freud
en 1912 para designar la regla técnica según
la cual el analista debe escuchar al paciente
sin privilegiar ningún elemento del
discurso de este último, y dejando obrar su
propia actividad inconsciente.
AISLAMIENTO: 1. consiste en aislar un
pensamiento o un comportamiento de tal
forma que se rompan sus conexiones con
otros pensamientos o con el resto de la
existencia
del
sujeto.
Entre
los
procedimientos de aislamiento podemos
citar las pausas en el curso del pensamiento,
fórmulas, rituales y, de un modo general,
todas las medidas que permiten establecer
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un hiato en la sucesión temporal de
pensamientos o de actos.
Algunos pacientes se defienden contra una
idea, una impresión, una acción,
aislándolas del contexto por una pausa
durante la cual ya nada tiene derecho a
producirse, nada se percibe, ninguna
acción se realiza. Esta técnica activa,
«motriz», la califica Freud de mágica; la
relaciona con el procedimiento normal de
concentración en el sujeto que se esfuerza
en impedir que su pensamiento se desvíe
de su objeto actual. El aislamiento se
manifiesta en diversos síntomas obsesivos;
se ve actuar especialmente en la cura,
donde se pone en evidencia por la consigna
de la libre asociación, que se opone a aquél
(sujetos que separan radicalmente su
análisis de su vida, una determinada
sucesión de ideas del conjunto de la sesión,
cierta representación de su contexto ideoafectivo).
En último análisis, Freud refiere la
tendencia al aislamiento a un modo arcaico
de defensa contra la pulsión: la prohibición
de tocar, «[...] siendo el contacto corporal la
meta inmediata de la catexis de objeto,
tanto agresiva como amorosa».
ALTERACIÓN DEL YO: 1. Conjunto de
limitaciones y actitudes anacrónicas
adquiridas por el yo durante las etapas del
conflicto defensivo, y que repercuten
desfavorablemente sobre sus posibilidades
de adaptación.
El término «alteración del yo» se encuentra
al principio y al final de la obra de Freud,
en dos contextos bastante distintos. En las
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Nuevas
observaciones
sobre
las
psiconeurosis de defensa (Wei-tere
Bemerkungen
über
die
AbwehrNeuropsychosen, 1896), Freud, a propósito
de la paranoia, distingue del delirio como
retorno de lo reprimido, un delirio
secundario, el delirio de interpretación,
llamado también delirio «combinatorio» y
delirio «de asimilación». Éste sería el signo
de una adaptación del yo a la idea delirante:
el paranoico terminaría convirtiéndose en
un ser falso, en su intento de atenuar las
contradicciones entre la idea delirante
primaria y el funcionamiento lógico del
pensamiento.
La alteración del yo debería relacionarse
más bien con un dispositivo de
comportamiento que, como ha mostrado la
escuela etológica basándose en los
comportamientos
instintivos,
puede
funcionar «en vacío», es decir, crear
artificialmente situaciones motivantes: el
yo «[...] se ve impulsado a buscar en la
realidad las situaciones capaces de
reemplazar aproximadamente el peligro
originario». Lo que Freud considera aquí
es algo distinto de la repercusión directa del
conflicto defensivo sobre el yo (el síntoma
mismo puede considerarse como una
modificación del yo, un cuerpo extraño
dentro de éste; así, la formación reactiva
modifica también el yo).
AMBIVALENCIA: Presencia simultánea,
en la relación con un mismo objeto, de
tendencias, actitudes y sentimientos
opuestos, especialmente amor y odio.
La palabra «ambivalencia» fue tomada por
Freud de Bleuler, que fue quien la creó
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Bleuler consideró la ambivalencia en tres
terrenos. Volitivo (Ambitendenz): por
ejemplo, el individuo quiere al mismo
tiempo comer y no comer. Intelectual: el
individuo enuncia simultáneamente una
proposición y su contraria. Afectivo: ama y
odia en un mismo movimiento a la misma
persona. Bleuler considera la ambivalencia
como uno de los síntomas cardinales de la
esquizofrenia, pero reconoce la existencia
de una ambivalencia normal. La
originalidad del concepto de ambivalencia,
en relación con lo descrito hasta entonces
como complejidad de sentimientos o
fluctuaciones de actitudes, estriba, por una
parte, en el mantenimiento de una
oposición del tipo sí-no, en que la
afirmación y la negación son simultáneas e
inseparables; y por otra, en el hecho de que
esta oposición fundamental puede
encontrarse en distintos sectores de la vida
psíquica. Bleuler termina por privilegiar a
la ambivalencia afectiva, y en este sentido
se orienta el empleo freudiano del
término.Con frecuencia la palabra
ambivalencia se utiliza en psicoanálisis con
una acepción muy amplia. En efecto,
puede emplearse para designar los actos y
sentimientos que resultan de un conflicto
defensivo en el que intervienen
motivaciones incompatibles; dado que lo
que resulta placentero para un sistema es
displacentero para otro, podría calificarse
de ambivalente toda «formación de
compromiso». Pero entonces existe el
peligro de que el término «ambivalencia»
sirva, de un modo vago, para designar toda
clase de actitudes conflictivas. Para que
conserve el valor descriptivo, o incluso
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sintomatológico, que originalmente tenía,
convendría utilizarla en el análisis de
conflictos específicos, en los que el
componente positivo y el componente
negativo de la actitud afectiva se hallen
simultáneamente
presentes,
sean
indisolubles, y constituyan una oposición
no dialéctica, insuperable para el sujeto que
dice a la vez sí y no.
2. La ambivalencia freudiana respecto del
psicoanálisis aplicado se refleja tanto en las
contribuciones del propio Freud como en
las reacciones contrastantes que este
ámbito suscita en la comunidad
psicoanalítica. En primer lugar, es preciso
observar que, a pesar de: 1 entusiasmo
provocado por el psicoanálisis aplicado en
el círculo freudiano y más allá, el propio
freud practico muy poco la psicobiografía
(que por otra parte execrable cuando
pretendía aplicarse le a el),
Con la excepción de una breve
colaboración incluida en el libro de Rank
EL mito del nacimiento del héroe, donde
desarrolló la noción de la novela familiar,
acerca de estas cuestiones Freud adoptó
una posición singular. En toclos sus
trabajos considerados propios del ámbito
del psicoanálisis aplicado, se puede en
efecto constatar la existencia de un segundo
objetivo, puramente teórico, que casi
siempre reemplaza a la aplicación pura y
simple.
AFECTO: 1. Palabra tomada por el
psicoanálisis de la terminología psicológica
alemana y que designa todo estado afectivo,
penoso o agradable, vago o preciso, ya se
presente en forma de una descarga masiva,
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ya como una tonalidad general. Según
Freud, toda pulsión se manifiesta en los dos
registros del afecto y de la representación.
El afecto es la expresión cualitativa de la
cantidad de energía pulsional y de sus
variaciones.
El concepto de afecto adquiere gran
importancia desde los primeros trabajos de
Breuer y Freud {Estudios sobre la histeria
[Studien über Hysterie, 1895]) acerca de la
psicoterapia de la histeria y el
descubrimiento del valor terapéutico de la
abreacción. El origen del síntoma histérico
se busca en un acontecimiento traumático
que no ha encontrado una descarga
adecuada (afecto arrinconado).
Resulta difícil comprender que la palabra
afecto tenga sentido sin una referencia a la
conciencia de sí mismo; Freud plantea la
pregunta: ¿Es lícito hablar de afecto
inconsciente? (3 a). Rehusa establecer un
paralelismo entre el afecto llamado
«inconsciente» (sentimiento de culpa
inconsciente, por ejemplo) y las
representaciones inconscientes. Entre la
representación
inconsciente
y
el
sentimiento inconsciente existe una
notable diferencia: «La representación
inconsciente,
una
vez
reprimida,
permanece en el sistema les como una
formación real, mientras que el afecto
inconsciente sólo corresponde allí a un
rudimento que no ha podido llegar a
desarrollarse» (3 b) {véase: Represión,
Supresión).
ASOCIACIÓN LIBRE (MÉTODO O
REGLA DE): 1. Método que consiste en
expresar sin discriminación todos los
pensamientos que vienen a la mente, ya sea
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a partir de un elemento dado (palabra,
número,
imagen
de
un
sueño,
representación cualquiera), ya sea de forma
espontánea.
No es posible establecer con precisión la
fecha de su descubrimiento, que tuvo lugar
progresivamente entre 1892 y 1898 y por
varios caminos.
C
CATARSIS: 2. Catharsis es la palabra
griega utilizada por Aristóteles para
designar el proceso de purga o eliminación
de las pasiones que se produce cuando el
espectador asiste en el teatro a la
representación de una tragedia, El término
fue retomado por Sigmund Freud* y Josef
Breuer*, quienes, en los Estudios sobre la
histeria*, denominaron método catártico al
procedimiento terapéutico mediante el cual
un sujeto logra eliminar sus afectos
patógenos, y después abreactuarlos, al
revivir los acontecimientos traumáticos a
los que aquéllos están ligados.
Consciente: 2. Término utilizado por
Sigmund Freud, como adjetivo para
calificar un estado psíquico, o bien como
sustantivo, para indicar la localización de
ciertos
procesos
constitutivos
del
funcIOnamiento del aparato psíquico. En
este sentido, el consciente, junto con el
preconsciente y el inconsciente es una de
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las tres instancias de la primera tópica
freudiana.
Complejo de edipo: 1. Conjunto organizado
de deseos amorosos y hostiles que el niño
experimenta respecto a sus padres. En su
forma llamada positiva, el complejo se
presenta como en la historia de Edipo Rey:
deseo de muerte del rival que es el
personaje del mismo sexo y deseo sexual
hacia el personaje del sexo opuesto. En su
forma negativa, se presenta a la inversa:
amor hacia el progenitor del mismo sexo y
odio y celos hacia el progenitor del sexo
opuesto. De hecho, estas dos formas se
encuentran, en diferentes grados, en la
forma llamada completa del complejo de
Edipo. Según Freud, el complejo de Edipo
es vivido en su período de acmé entre los
tres y cinco años de edad, durante la fase
fálica; su declinación señala la entrada en el
período de latencia. Experimenta una
reviviscencia durante la pubertad y es
superado, con mayor o menor éxito, dentro
de un tipo particular de elección de objeto.
El complejo de Edipo desempeña un papel
fundamental en la estructuración de ia
personalidad y en la orientación del deseo
humano. Los psicoanalistas han hecho de
este complejo un eje de referencia
fundamental
de
la
psicopatología,
intentando determinar, para cada tipo
patológico, las modalidades de su
planteamiento
y
resolución.
La
antropología psicoanalítica se dedica a
buscar la estructura triangular del complejo
de Edipo, cuya universalidad afirma, en las
más diversas culturas y no sólo en aquellas
en que predomina la familia conyugal. El
complejo de Edipo se descubrió en su
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forma llamada simple y positiva (por lo
demás, así es como aparece también en el
mito), pero, como ya hizo observar Freud,
esta forma no es más que una
«simplificación o esquematización» en
relación con la complejidad de la
experiencia: «[...] el niño pequeño no
experimenta solamente una actitud
ambivalente y una elección de objeto
amoroso dirigida hacia su madre, sino que
al mismo tiempo se comporta como una
niña mostrando una actitud femenina y
tierna hacia su padre y la correspondiente
actitud de celos hostiles hacia la madre».
En realidad, entre la forma positiva y la
forma negativa se observa toda una serie de
casos mixtos en los que coexisten estas dos
formas en una relación dialéctica, y en las
que el analista se aplica a determinar las
distintas posiciones adoptadas por el sujeto
en la asunción y resolución de su Edipo.
Desde este punto de vista, como ha
subrayado Ruth Mack Brunswick, el
complejo de Edipo designa la situación de]
niño en el triángulo. La descripción del
complejo de Edipo en su forma completa
permite a Freud explicar la ambivalencia
hacia el padre (en el niño) por la interacción
de los componentes heterosexuales y
homosexuales y no como el simple
resultado de una situación de rivalidad. 1)
Las primeras elaboraciones de la teoría se
construyeron sobre el modelo del niño.
Durante mucho tiempo Freud admitió que
el complejo podía ser transpuesto tal cual,
mutatis mutandis, a la niña. Pero este
postulado ha sido combatido: a) por ¡a tesis
desarrollada en el artículo 1923 sobre «la
organización genital infantil de la libido»,
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según la cual, en los dos sexos, durante la
fase fálica, es decir, en el momento del acmé
del Edipo, hay un solo órgano que cuenta:
el falo; b) por el valor concedido a la
inclinación preedípica hacia la madre, Esta
fase preedípica se observa especialmente en
la niña, en la medida en que el complejo de
Edipo significará para ella un cambio de
objeto amoroso, de la madre al padre
Siguiendo estas dos direcciones, los
psicoanalistas han trabajado para poner de
manifiesto la especificidad del Edipo
femenino. 2) La edad en que se sitúa el
complejo de Edipo permaneció al principio
relativamente indeterminada para Freud.
Así, por ejemplo, en los Tres ensayos sobre
la teoría de la sexualidad (Drei
Abhandlungen z.ur Sexualtheorie, 1905),
se sostiene la tesis de que la elección de
objeto no tiene lugar de modo pleno hasta
la pubertad, siendo la sexualidad infantil
fundamentalmente autoerótica. Desde este
punto de vista, el complejo de Edipo,
aunque esbozado durante la infancia, sólo
se manifestaría claramente en el momento
de la pubertad, para ser enseguida
superado. Esta incertidumbre se encuentra
todavía en 1916-1917 (Lecciones de
introducción al psicoanálisis [Vorlesungen
zur Einführung in die Psychoanalyse]),
aun cuando en esta fecha Freud reconoce
ya la existencia de una elección de objeto
infantil muy próxima a la elección adulta.
En el enfoque final de Freud, una vez
afirmada la existencia de una organización
genital infantil o fase fálica, el Edipo se
relaciona
con esta fase,
o sea
esquemáticamente con el período de los
tres a ios cinco años de edad. 3) Como
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puede apreciarse, Freud admitió siempre
que en la vida del individuo existía un
período anterior al Edipo. Cuando se
efectúa una distinción, o incluso una
oposición, entre lo pre edípico y el Edipo,
se intenta ir más allá del reconocimiento de
este simple hecho: se subraya la existencia
y los efectos de una relación compleja, del
tipo dual, entre la madre y el niño, y se
procura hallar las fijaciones a una tal
relación en las más diversas estructuras
psicopatológicas. Desde este punto de vista,
¿puede considerarse todavía válida la
célebre fórmula que hace del Edipo el
«complejo nuclear de las neurosis»?
Numerosos autores sostienen que, con
anterioridad a la estructura triangular del
Edipo, existe una relación puramente dual,
y que los conflictos relativos a este período
pueden analizarse sin hacer intervenir la
rivalidad hacia un tercero.
2. Correlativo del complejo de castración ,
y de la existencia de la dife rencia de los
sexos* y las generaciones*, el complejo de
Edipo es una noción tan central en el
psicoanálisis* como la universalidad de la
prohibición del incesto , a la cual está
ligado. Su formulación se debe a Sigmund
Freud , quien con el vocablo
Odipuskomplex designaba un complejo
vinculado al personaje de Edipo creado por
Sófocles, El complejo de Edipo es la
representación inconsciente a través de la
cual se expresa el deseo sexual o amoroso
del niño por el progenitor del sexo opuesto,
y su hostilidad al progenitor del mismo
sexo, Esta representación puede invertirse
y expresar amor al progenitor del mismo
sexo, y odio al progenitor del sexo opuesto,
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se llama Edipo a la primera representación,
Edipo invertido a la segunda, y Edipo
completo a la combinación de ambas. El
complejo de Edipo aparece entre los tres y
los cinco años Su declinación indica la
entrada en un período llamado de latencia,
y su resolución después de la pubertad se
concreta en un nuevo tipo de elección de
objeto. En la historia del psicoanálisis*, la
palabra "Edipo" ha terminado por
reemplazar a la expresión "complejo de
Edipo". En este sentido, el Edipo designa a
la vez el complejo definido por Freud y el
mito fundador sobre el cual reposa la
doctrina
psicoanalítica,
en
tanto
elucidación de las relaciones del hombre
con sus orígenes y con su genealogía
familiar e histórica.
CONTRATRANSFERENCIA:
1.
Conjunto de las reacciones inconscientes
del analista frente a la persona del analizado
y, especialmente, frente a la transferencia
de éste.En muy pocos pasajes alude Freud
a lo que él llamó la contratransferencia. En
ésta Freud ve el resultado de «la influencia
del enfermo sobre los sentimientos
inconscientes del médico» (1 a) y subraya
que «ningún analista va más allá de lo que
le permiten sus propios complejos y
resistencias internas» (1 b), lo cual tiene
como corolario la necesidad del analista de
someterse él mismo a un análisis personal.
2. Conjunto de las manifestaciones del
inconsciente del analista relacionadas con
las manifestaciones de la transferencia del
paciente.
Más aún que el concepto de transferencia,
con el que está relacionada, la noción de
pág. 8
contratransferencia, sus acepciones y
utilizaciones, siempre han suscitado
polémicas entre las diversas ramas del
movimiento psicoanalítico.
En una carta a Sigmund Freud del 22 de
noviembre de 1908, Sandor Ferenczi* fue
el primero en mencionar la existencia de
una reacción del analista a los dichos de su
paciente: "Tengo una excesiva tendencia a
considerar como propios los asuntos de los
enfermos", Freud empleó por primera vez
el término "contratransferencia", entre
comillas, en una carta a Carl Gustav Jung*
del 7 de junio de 1909. Pero fue en 1910, en
su evaluación de las perspectivas para el
futuro de la terapia psicoanalítica, cuando
evocó, hablando de la persona del
terapeuta,
la
existencia
de
una
contratransferencia que "se instala en el
médico por la influencia del paciente sobre
la sensibilidad inconsciente" del primero.
Freud añadió que estaba cercano el
momento en que se tendría derecho a
"plantear la exigencia de que el médico
reconozca
en
sí
mismo
esa
contratransferencia,
y
la
domine".
Sabiendo que ningún analista puede ir más
allá de lo que le permiten su resistencias"
interiores, "reclamamos -{;ont inúa Freud[que el analista] inicie su actividad con un
autoanálisis
y
lo
profundice
continuamente,
conforme
a
sus
experiencias
con el enfermo".
Después de la Segunda Guerra Mundial,
en el momento en que la corriente de la
Ego Psychology* estaba en auge en los
Estados Unidos*, el debate sobre la
contratransferencia alcanzó sus picos más
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altos, especialmente bajo el impulso de
discípulos de Melanie Klein*, aunque ésta
no dedicó ningún desarrollo teórico
particular al tema.
Partiendo de la perspectiva kleiniana que
concibe la relac ión analít ica como una
dualidad inscrita en el registro del "aquí y
ahora" , principalmente las intervenciones
de Paula Heimann * y Margaret Little, por
distintas que fueran, redefinieron la
contratransferencia como el conjunto de las
reacciones y sentimientos que el analista
experimenta respecto de su paciente. Para
Heimann , en la medida en que el
inconsciente del analista engloba al del
paciente, el primero debe servirse de la
contratransferencia
como
de
un
instrumento que facilita la comprensión del
inconsciente del analizante. En Heimann,
esa concepción de la contratransferencia no
lleva a una comunicación de los
sentimientos del analista al paciente. En tal
sentido, su enfoque se distingue de la
noción del "análisis mutuo" de Ferenczi.
Margaret Little, por el contrario, rechaza
toda idea de distancia; el analista y el
analizante son a sus ojos inseparables, y el
analista le debe comunicar al paciente los
elementos de su contratransferencia.
D
DESPLAZAMIENTO: 1. Consiste en que
el acento, el interés, la intensidad de una
representación puede desprenderse de ésta
para pasar a otras representaciones
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originalmente poco intensas, aunque
ligadas a la primera por una cadena
asociativa. Este fenómeno, que se observa
especialmente en el análisis de los sueños,
se encuentra también en la formación de
los síntomas psiconeuróticos y, de un modo
general,
en
toda
formación
del
inconsciente. La teoría psicoanalítica del
desplazamiento recurre a la hipótesis
económica de una energía de catexis
susceptible
de
desligarse
de
las
representaciones y deslizarse a lo largo de
las
vías
asociativas.
El
«libre»
desplazamiento de esta energía constituye
una de las principales características del
proceso
primario,
que
rige
el
funcionamiento del sistema inconsciente.
El concepto de desplazamiento aparece ya
en los comienzos de la teoría freudiana de
las neurosis: va unido a la comprobación
clínica de una independencia relativa entre
el afecto y la representación, y a la hipótesis
económica que intenta explicarla: la de una
energía de catexis «[...] que puede
aumentarse, disminuirse, desplazarse,
descargarse». Quantum o suma de afecto).
Esta hipótesis fue plenamente desarrollada
en el modelo que dio Freud del
funcionamiento del «aparato neuronal» en
su Proyecto de psicología científica
(Entwurf einer Psychologie, 1895): la
«cantidad» se desplaza a lo largo de las vías
que forman las neuronas, las cuales, según
el «principio de inercia neuronal», tienden
a descargarse totalmente. El proceso «total
o primario» se caracteriza por un
desplazamiento de la totalidad de la energía
de una representación a otra. Así, en la
formación de un síntoma, de un «símbolo
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mnémico» de tipo histérico: «[...] lo único
que se modifica es la distribución [de la
cantidad]. Algo se ha añadido a [la
representación] A, que ha sido retirado de
B. El proceso patológico constituye un
desplazamiento, similar al que hemos
reconocido en el sueño, es decir, un proceso
primario».En el proceso secundario*
encontramos también el desplazamiento,
pero limitado en su recorrido y afectando
únicamente a pequeñas cantidades de
energía.Desde el punto de vista psicológico,
se observa en Freud una aparente
oscilación en cuanto a la extensión que
debe concederse a la noción de
desplazamiento. Unas veces contrapone el
desplazamiento, fenómeno que se produce
entre representaciones y caracteriza
especialmente ia neurosis obsesiva
(formación
de
un
sustituto
por
desplazamiento: Vers-chiebungsersatz), a
la conversión, en la cual el afecto queda
eliminado y la energía de catexis cambia de
registro, pasando del ámbito de las
representaciones al ámbito somático . Otras
veces el desplazamiento parece ser
característico de toda formación de
síntomas, en la que la satisfacción puede
quedar
«[...]
limitada,
por
un
desplazamiento extremo, a un pequeño
detalle de todo el complejo libidinal». En
este sentido, la propia conversión implica
también un desplazamiento, por ejemplo,
el desplazamiento del placer genital a otra
zona corporal.
2. Proceso psíquico inconsciente, teorizado
por Sigmund Freud* principalmente en el
marco del análisis del sueño*: El
desplazamiento, por medio de un
pág. 10
deslizamiento asociativo, transforma los
elementos primordiales de un contenido
latente en detalles secundarios de un
contenido manifiesto. Freud comenzó a
utilizar el término desplazamiento en 1894,
en un artículo dedicado a las neuropsicosis
de defensa, con una acepción que ya no
cambiaría. Al final de este artículo, se trata
de "algo", un quant lJ de energía,
"susceptible de aumento. disminución,
desplazamiento y descarga, y que se
extiende sobre las huellas mnémicas de las
representaciones, un poco como una carga
eléc trica sobre la superficie de los cuerpos".
Más adelante, en el " Proyecto de
psicología", la noción de desplazamiento
aparece intrínsecamente ligada al proceso
primario,
constitutivo
del
sistema
inconsciente, que se caracteriza por el libre
desplazamiento de una energía de
investidura*' En la célebre carta a Wilhelm
Fliess* del 6 de diciembre de 1896, Freud
progresa en la concepción de lo que por
primera vez denomina el aparato psíquico,
al hablar, a propósito de la memoria, de un
proceso de estratificación en el cual las
"huellas mnémicas son de tiempo en •
tiempo reordenadas según las nuevas
circunstancias". . . La concepción del
proceso del desplazamiento comienza a
tomar su forma definitiva en 1899, en la
primera versión del artículo "Sobre los
recuerdos encubridores'.'. Se trata de
encontrar la razón de las selecciones
realizadas por la memoria entre los diversos
elementos de una experiencia vivida. Hay
un enfrentamiento de dos fuerzas psíquicas
cuales trabaja por la memorización de los
acontecimientos importantes, y la otra es
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
una resistencia que originariamente
justificada, aparece otra parcialmente
intercambiada por la primera .
E
ELLO:1.
El ello constituye el polo
pulsional de la personalidad; sus
contenidos, expresión psíquica de las
pulsiones, son inconscientes, en parte
hereditarios e innatos, en parte reprimidos
y adquiridos. Desde el punto de vista
económico, el ello es para Freud el
reservorio primario de la energía psíquica;
desde el punto de vista dinámico, entra en
conflicto con el yo y el superyó que, desde
el punto de vista genético, constituyen
diferenciaciones de aquél.
El término das Es fue introducido en El yo
y el ello (a) (Das Ich und das Es, 1923).
Freud lo tomó de Georg Groddeck (¡3) y
cita el precedente de Nietzsche, que
designaba con este término «[...] lo que
existe de impersonal y, por así decirlo, de
necesario por naturaleza en nuestro ser» (1
a). Freud conserva la expresión das Es por
cuanto ilustra la idea, desarrollada por
Groddeck, de que «[...] lo que llamamos
nuestro yo se comporta en la vida de un
modo completamente pasivo y que [...]
somos "vividos" por fuerzas desconocidas e
ingobernables» (1 b) y; esta expresión
concuerda también con el lenguaje
espontáneo de los pacientes en frases como
«ello ha sido superior a mí, ello me ha
venido de golpe, etcétera»
Esta confluencia del ello con la instancia
represora afecta ante todo a la definición
pág. 11
genética que se da de ésta, siendo el yo «[...]
la parte del ello que ha sido modificada bajo
la influencia directa del mundo exterior,
por mediación del sistema percepciónconciencia» (1/). b) Tampoco el superyó es
una instancia claramente autónoma; en
gran parte inconsciente, «se sumerge en el
ello» (3 a). c) Finalmente, la distinción
entre el ello y un substrato biológico de la
pulsión es menos neta que la existente entre
el inconsciente y ia fuente de la pulsión: el
ello está «abierto en su extremo del lado
somático» (3 b). La idea de una
«inscripción» de la pulsión, que venía
confirmada
por
el
concepto
«representante», si bien no es francamente
rechazada, por lo menos no es reafirmada.
2. Término introducido por Georg
Groddeck* en 1923, y conceptualizado por
Sigmund Freud en el mismo año, a partir
del pronombre aleman" neutro de la
tercera persona del singular. (Es), para
designar una de las tres instancias de l a
segunda tópica freudiana, junto con el yo"
y el superyo*. El ello es concebido como
un conjunto de contenidos de naturaleza
pulsional y de tipo inconsciente. La
traducción francesa fue introducida por
Edouard Pichon* y la inglesa por James
Strachey*. La introducción por Freud del
concepto del ello en la teoría psicoanalítica
está intrínsecamente ligada con la gran
reestructuración de los años 1920-1923. Se
sabe que ésta se caracterizó por el
reordenamiento de la teoría de las
pulsiones, la elaboración de una nueva
psicología del yo que toma en cuenta sus
funciones inconscientes de defensa' y
represión *, y por la definición de una
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
nueva tópica, en la cual el ello ocupa el que
había sido el lugar del inconsciente* en la
tópica anterior.
Freud introdujo por primera vez esta
palabra en su ensayo El yo y el ello* ,
insistiendo en lo bien fundado de la
acepción definida por Groddeck: una
vivencia pasiva del individuo confrontado
con fuerzas desconocidas e imposibles de
dominar.
La primera tópica era una descripción
cómoda de los procesos psíquicos. Permitía
distinguir entre el consciente* y dos
modalidades
de
inconsciente:
el
inconsciente propiamente dicho, cuyos
contenidos sólo muy pocas veces o nunca se
podían transformar en pensamientos
conscientes, y el preconsciente*. hecho de
pensamientos latentes susceptibles de
hacerse o volver a hacerse conscientes.
ESQUIZOFRENIA:1. Clínicamente, la
esquizofrenia aparece diversificada en
formas aparentemente muy distintas entre
sí, en las que habitualmente se destacan los
siguientes caracteres: incoherencia del
pensamiento, de la acción y de la
afectividad (que se designa con las palabras
clásicas
«discordancia,
disociación,
disgregación»), la separación de la realidad
con replegamiento sobre sí mismo y
predominio de una vida interior entregada
a las producciones de la fantasía (autismo),
actividad delirante más o menos acentuada,
siempre mal sistematizada; por último, el
carácter crónico de la enfermedad, que
evoluciona con ritmos muy diversos hacia
un «deterioro» intelectual y afectivo,
conduciendo a menudo a estados de
pág. 12
aspecto demencial, constituye, para la
mayoría de los psiquiatras, un rasgo
fundamental, sin el cual no puede
efectuarse el diagnóstico de esquizofrenia.
Término creado por E. Bleuler (1911) para
designar un grupo de psicosis, cuya unidad
ya había señalado Kraepelin clasificándolas
bajo el epígrafe de «demencia precoz» y
distinguiendo en ellas las tres formas, que
se han vuelto clásicas, hebe-frénica,
catatónica y paranoide. Al introducir el
término «esquizofrenia» (del griego
CT/ÍCW, «hendir, escindir», y cppr,v .
«espíritu»), Bleuler intenta poner de
manifiesto lo que, para él, constituye el
síntoma fundamental de estas psicosis: la
Spaltung («disociación»). El término se
impuso tanto en psiquiatría como en
psicoanálisis, a pesar de las divergencias
existentes entre los diferentes autores
acerca de lo que confiere a la esquizofrenia
su especificidad y, por consiguiente, acerca
de la extensión de este cuadro noso-gráfico.
2. Término creado en 1911 por Eugen
BIeuler* a partir del griego schizein (hend
ir, rajar) y phrenos (pensamiento) para
designar una forma de locura" denominada
"demencia precoz" por Emil Kraepelin*, y
cuyos síntomas fundamentales son la
incoherencia
(Spaltung
o
c\ivdel
pensamiento, la afectividad y la acción, un
repliegue sobre sí mismo (o autismo*) y
una actividad delirante.
Eludido por Sigmund Freud*, que prefirió
hablar de "parafrenia", este término se
Impuso no obstante en psiquiatría y en
psicoanálisis* para caracterizar, junto
la paranoia* y la psicosis maníacodepresiva* derivada de la melancolía, una
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
de tres formas modernas de la psicosis* en
general.
F
FANTASÍA: Guión imaginario en el que
se halla presente el sujeto y que representa,
en forma más o menos deformada por los
procesos defensivos, la realización de un
deseo y, en último término, de un deseo
inconsciente. La fantasía se presenta bajo
distintas modalidades: fantasías conscientes
o sueños diurnos, fantasías inconscientes
que descubre el análisis como estructuras
subyacentes a un contenido manifiesto, y
fantasías originarias.
La palabra alemana Phantasie designa la
imaginación. No tanto la facultad de
imaginar en el sentido filosófico del
término (Einbildungs-kraft), como el
mundo imaginario, sus contenidos, la
actividad creadora que lo anima (das
Phantasieren). Freud recogió estos
diferentes usos de la lengua alemana. En
francés, el término -fantasme ha sido
utilizado de nuevo por el psicoanálisis y, en
consecuencia, está más cargado de
resonancias psico-analíticas que su
homólogo alemán. Por otra parte, no
corresponde exactamente al término
alemán, pues su extensión es menor.
Designa una determinada formación
imaginaria y no el mundo de las fantasías,
la actividad imaginativa en general. Daniel
Lagache ha propuesto volver a utilizar en
su antiguo sentido el término «fantaisie»,
que tiene la ventaja de designar tanto la
pág. 13
actividad creadora como sus producciones,
pero que, para la conciencia lingüística
contemporánea, es muy difícil que no
sugiera los matices de capricho,
originalidad, falta de seriedad, etc.
La fantasía guarda la más estrecha relación
con el deseo; un término freudiano lo
atestigua: Wunschphantasie, o fantasía de
deseo (6). ¿Cómo concebir esta relación?
Sabemos que, para Freud, el deseo tiene su
origen y su modelo en la experiencia de
satisfacción:*
«El
primer
desear
[Wünschen] parece haber sido una catexis
alucinatoria del recuerdo de la satisfacción»
(le).
FOBIA: 1. Ataque de pánico ante un
objeto, un animal, una disposición del
espacio, que actúan como señales de
angustia. Este síntoma, que puede aparecer
durante la primera infancia y en ciertos
estados de neurosis y de psicosis, no excluye
que se pueda hablar de estructura fóbica,
que se podrá definir, con Ch. Melman,
como una enfermedad de lo imaginario.
2. Término derivado del griego palabras y
utilizado en lengua francesa como sufijo
para designar el terror de un sujeto* frente
a un objeto, un ser vivo o una situacion".
Utilizado en psiquiatría como sustantivo
hacia 1870, el término designa una
neurosis* cuyo síntoma central es el terror
continuo e inmotivado del sujeto ante
un ser vivo, un objeto o una situación que
en sí mismos no presentan ningún peligro
real.
En psicoanálisis* la fobia es un síntoma y
no una neurorisis de allí la utilización
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
en su lugar de la expresión histeria* de
angustia. Introducida por Wilhelm
Stekel'"
en 1908, y retomada por Sigmund Freud*,
la histeria de angustia es una neurosis
de tipo histérico que convierte una angustia
en un terror inmotivado ante un objeto,
un ser vivo o una situación que en sí
mismos no presentan ningún peligro real.
Entre los sucesores de Freud, la palabra
tiende a representar el concepto de histeria
de angustia.
G
GENITAL: Término frecuentemente
utilizado en el lenguaje psicoanalítico
contemporáneo para designar la forma de
amor a la que llegaría el sujeto al completar
su desarrollo psicosexual, lo que supone no
solamente la entrada en la fase genital, sino
también la superación del complejo de
Edipo.
La expresión «amor genital» no se
encuentra en los trabajos de Freud. En
cambio, sí se halla la idea de una forma
completa de la sexualidad e incluso de una
«actitud completamente normal en el
amor» (1 a), en la cual confluyen la
corriente de la sensualidad y la de la
«ternura» (Z'ártlichkeit). Su separación
viene ilustrada, según Freud, por el
ejemplo, trivial en clínica psicoanalítica, del
hombre incapaz de desear a la mujer que
ama (a la cual idealiza) ni amar a la que
desea (prostituta).
pág. 14
Si se intenta definir positivamente el amor
genital, resulta difícil escapar a los criterios
normativos e incluso a un lenguaje
claramente moralizante: comprensión y
respeto del otro, ofrecimiento ideal del
matrimonio, etc. El concepto de amor
genital, desde el punto de vista de la teoría
psicoanalítica, plantea cierto número de
preguntas y observaciones: 1) La
satisfacción genital (la del sujeto, del
compañero o recíproca) no implica en
modo alguno la existencia de amor. Y a la
inversa, ¿no supone el amor un lazo que
sobrevive a la satisfacción genital? (3 b). 2)
Una concepción psicoanalítica del amor,
aunque excluya toda referencia normativa,
no debe ignorar lo que el psicoanálisis ha
descubierto sobre la génesis del amor.
de una satisfacción completa de las
pulsiones, e incluso de la resolución de todo
conflicto (se ha llegado a escribir: «La
relación genital, para decirlo de una vez,
carece de historia») (6). A esta concepción
se opone indiscutiblemente la teoría
freudiana de la sexualidad; véanse, por
ejemplo, las siguientes líneas: «Hemos de
contar con la posibilidad de que exista, en
la naturaleza misma de la pulsión sexual,
algo desfavorable a la realización de la
satisfacción completa»
H
HISTERIA O HISTERISMO: 1. Clase de
neurosis que ofrece cuadros clínicos muy
variados. Las dos formas sintomatológicas
mejor aisladas son la histeria de conversión,
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
en la cual el conflicto psíquico se simboliza
en los más diversos síntomas corporales,
paroxísticos (ejemplo: crisis emocional con
teatralidad)
o
duraderos
(ejemplo:
anestesias, parálisis histéricas, sensación de
«bolo» faríngeo, etc.), y la histeria de
angustia, en la cual la angustia se halla
fijada de forma más o menos estable a un
determinado objeto exterior (fobias).
Breuer y Freud (y, desde otro punto de
vista, por Janet) les condujo a superar esta
oposición. Al igual que Charcot, cuya
influencia sobre Freud es bien conocida,
éste considera la histeria como una
enfermedad psíquica bien definida, que
exige una etiología específica. Por otra
parte, intentando establecer el «mecanismo
psíquico», se adhiere a toda una corriente
que considera la histeria como una
«enfermedad por representación» (2 b). Ya
es sabido que el hallazgo de la etiología
psíquica de la histeria corre parejas con los
principales
descubrimientos
del
psicoanálisis
(inconsciente,
fantasía,
conflicto
defensivo
y
represión,
identificación, transferencia, etc.). Después
de Freud, los psicoanalistas no han dejado
de considerar la neurosis histérica y la
neurosis obsesiva como las dos vertientes
principales del campo de las neurosis (a), lo
cual no implica que, como estructuras,
puedan combinarse en un determinado
cuadro clínico.
2. La palabra histeria deriva del griego
hystera (matriz útero)' se trata de una
neurosis caracteriza por cuadros clinicos
diversos . Su originalidad reside en el
hecho de que los ConflIictos psiquicos
inconscientes se expresan en ella de manera
pág. 15
teatral y en forma de simbolizaciones, a
través de síntomas corporales paroxísticos
(ataques o convulsIones de aspecto
epiléptico)
o
duraderos
(parálisis,
contracturas,
ceguera).
Las dos for.mas principales de histeria
teorizadas por Sigmund Freud* son la
histeria de angustia, cuyo síntoma central
es la fobia*, y la histeria de conversión ,
en la que se expresan a través del cuerpo
representaciones sexuales reprimidas.
Hay que añadir otras dos formas freudianas
de la histeria: la histeria de defensa*,
que se ejerce contra los afectos displicentes,
y la histeria de retención, en la cual
los afectos no llegan a expresarse mediante
la abreacción*.
La expresión histeria hipnoide pertenece al
vocabulario de Freud y Josef
Breuer* del período 1894-1895. También la
empleó el psiquiatra alemán Paul Julius
Moebius (1853-1907). Designa un estado
inducido mediante hipnosis*, que
produce un clivaje* en el seno de la vida
psíquica.
La expresión histeria traumática pertenece
al voca bulario clínico de Jean Martín
Charcot*, y designa la histeria consecutiva
a un traumatismo físico.
Ciertos términos (histeria, inconsciente*,
sexualidad*, sueño*) están a tal punto
ligados a la génesis de la doctrina
psicoanalítica, que se han convertido en
"palabras freudianas".
Y así como los Estudios sobre la histeria*,
publicados en 1895, son considerados
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
el libro inaugural del psicoanálisis·, la
histeria sigue siendo la enfermedad prin
ceps
y proteiforme que no sólo hizo posible la
existencia de una clínica freudiana, sino
también el nacimiento de una nueva
mirada sobre la feminidad.
I
INCONSCIENTE:
1.
El
adjetivo
inconsciente se utiliza en ocasiones para
connotar el conjunto de los contenidos no
presentes en el campo actual de la
conciencia, y esto en un sentido
«descriptivo» y no «tópico», es decir, sin
efectuar una discriminación entre los
contenidos de los sistemas preconsciente e
inconsciente.
Finalmente, Freud intentó basar la
cohesión propia del sistema les y su
distinción radical respecto del sistema Pcs
en la noción económica de una «energía de
catexis» propia de cada sistema. La energía
inconsciente
se
aplicaría
a
representaciones, produciendo su catexis o
retirándose de ellas, y el paso de un
elemento de un sistema al otro se
produciría por retiro de la catexis
procedente del primero y nueva catexis por
parte del segundo.
2. En el lenguaje corriente, el término
inconsciente se utiliza como adjetivo para
designar el conjunto de los procesos
mentales
que
no
son
pensados
conscientemente, también se lo puede
pág. 16
emplear como sustantivo, con una
connotación peyorativa, para hablar de un
individuo irresponsable o loco, incapaz de
dar razón de sus hechos y gestos.
Empleado por primera vez como término
técnico en lengua inglesa en 1751 (con
la significación de no consciente) por el
jurista escocés Henry Home Kames (16961782), el término inconsciente se
popularizó más tarde en Alemania", en la
época
romántica, designando un depósito de
imágenes mentales, una fuente de pasiones
cuyo contenido escapaba a la conciencia*.
Introducido en la lengua francesa hacia
1860 (con la significación de vida
inconsciente) por el escritor suizo Henri
Amiel (1821-1881), fue admitido en el
Dietiommire de l'Académiefra1/l;aise en
1878.
En psicoanálisis", el inconsciente es un
lugar desconocido para la conciencia:
"otra escena". En la primera tópica*
elaborada por Sigmund Freud* constituye
una instancia o un sistema (les) de
contenidos reprimidos que se sustraen a las
otras instancias: el preconsciente* y el
consciente* (Pcs-Cs). En la segunda tópica
no es ya una instancia, sino una
característica del ello* y, en gran medida,
del yo*
y el superyó*.
M
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
MASCULINIDAD-FEMINIDAD:
Oposición recogida por el psicoanálisis y de
la que éste ha mostrado que, en realidad, es
mucho más compleja de lo que
generalmente se cree: el modo de situarse el
sujeto humano en relación con su sexo
biológico constituye el término aleatorio de
un proceso conflictual.
Freud subrayó la diversidad de
significaciones inherentes a los términos
«masculino» y «femenino»: significación
biológica, que remite al sujeto a los
caracteres
sexuales
primarios
y
secundarios; en este campo los conceptos
tienen un sentido muy preciso, pero el
psicoanálisis ha puesto de manifiesto que
estos datos biológicos no bastan para
explicar el comportamiento psicosexual.
Significación sociológica, variable según las
funciones reales y simbólicas atribuidas al
hombre y a la mujer en la civilización que
se considere. Finalmente, significación
psicosexual, necesariamente imbricada con
las anteriores, especialmente con la
significación social. Todo esto equivale a
señalar
que
estas
nociones
son
problemáticas y con cuánta prudencia
deben ser consideradas; así, una mujer que
ejerza una actividad profesional que
requiera cualidades de autonomía, carácter,
iniciativa, etc., no será necesariamente más
masculina que otra. De un modo general
puede decirse que lo decisivo, en la
apreciación de una conducta con respecto
al par masculinidad-feminidad, son las
fantasías subyacentes, que sólo pueden
descubrirse mediante la investigación
psicoanalítica.
pág. 17
yacentes, que sólo pueden descubrirse
mediante la investigación psicoanalítica. El
concepto de bisexualidad*, tanto si se
intenta basarlo en un substrato biológico
como si es interpretado en términos de
identificaciones y de posiciones edípicas,
implica en todo ser humano una síntesis,
más o menos armónica y mejor o peor
aceptada, de rasgos masculinos y
femeninos.
MASOQUISMO: 1. Perversión sexual en
la cual la satisfacción va ligada al
sufrimiento
o
a
la
humillación
experimentados por el sujeto. Freud
extiende la noción de masoquismo más allá
de la perversión descrita por los sexólogos:
por una parte, al reconocer elementos
masoquistas
en
numerosos
comportamientos sexuales, y rudimentos
del mismo en la sexualidad infantil, y, por
otra, al describir formas que de él derivan,
especialmente el «masoquismo moral», en
el cual el sujeto, debido a un sentimiento de
culpabilidad inconsciente, busca la
posición de víctima, sin que en ello se halle
directamente implicado un placer sexual.
Krafft-Ebing fue el primero en describir, de
forma muy completa, la perversión sexual a
la que dio un nombre derivado del de
Sacher Ma-soch. «Se mencionan allí todas
las manifestaciones clinicas: dolor físico por
pinchazo, golpes, flagelación; humillación
moral por actitud de sumisión servil a la
mujer, acompañada del castigo corporal
considerado indispensable. El papel de los
fantasmas masoquistas no le pasó
desapercibido a KrafftEbing. Señala,
además, este autor las relaciones entre el
masoquismo y la perversión opuesta, el
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
sadismo, y no vacila en considerar el
conjunto del masoquismo como un
aumento patológico de elementos psíquicos
femeninos, como un refuerzo morboso de
ciertos rasgos del alma de la mujer» (1 a).
En lo referente a la íntima ligazón entre el
masoquismo y el sadismo, y a la función
que Freud atribuye a este par antitético en
la vida psíquica, remitimos al lector al
artículo sadomasoquismo. Aquí nos
limitaremos
a
efectuar
algunas
observaciones acerca de las distinciones
conceptuales propuestas por Freud y
continuadas en psicoanálisis.
2. Télmino creado por Richard von Kraft'tEbing* en 1886 a partir del apellido del
escritor austríaco LeopoId von SacherMasoch (1835-1895) para designar una
satisfaclón sexuall (con golpes, flagelación,
humillación física y 'moral) en la cual la
humillación proviene del sufrimiento
vivido y expresado por el sujeto en estado
de humillación.
MECANISMOS
DE
DEFENSA:
Diferentes tipos de operaciones en las
cuales puede especificarse la defensa. Los
mecanismos preponderantes varían según
el tipo de afección que se considere, según
la etapa genética, según el grado de
elaboración del conflicto defensivo, etc.
Existe acuerdo en afirmar que los
mecanismos de defensa son utilizados por
el yo, pero permanece sin resolver el
problema teórico de saber si su puesta en
marcha presupone siempre la existencia de
un yo organizado que sea el soporte de los
mismos.
pág. 18
dicar el hecho de que los fenómenos
psíquicos muestran una disposición
susceptible de observación y de análisis
científico; mencionemos únicamente el
título de la Comunicación preliminar
(Vorl'áufige Mitteilung, 1893) de Breuer y
Freud: El mecanismo psíquico de los
fenómenos
histéricos
(Über
den
psychischen Mechanismus hysterischer
Phánomenej. En la misma época en que
establece el concepto de defensa y lo sitúa
en el origen de los fenómenos histéricos
{véase: Histeria de defensa), Freud intenta
especificar otras afecciones psiconeuróticas
por el modo particular en que actúa en ellas
la defensa: «[...] diferentes afecciones
neuróticas provienen de los distintos
procedimientos que utiliza el "yo" para
liberarse de [su] incompatibilidad [con una
representación]»
El
término
«mecanismo»
sigue
apareciendo esporádicamente a todo lo
largo de la obra de Freud. El de
«mecanismo de defensa» figura, por
ejemplo, en los escritos metapsicológicos de
1915, en dos acepciones algo distintas: ya
sea para designar el conjunto del proceso
defensivo
característico
de
una
determinada neurosis (2), ya sea para
indicar la utilización defensiva de tal o cual
«destino pulsional»; represión, vuelta hacia
la propia persona, transformación en lo
contrario.
N
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
Neurosis: 1.Afección psicógena cuyos
síntomas son la expresión simbólica de un
conflicto psíquico que tiene sus raíces en la
historia infantil del sujeto y constituyen
compromisos entre el deseo y la defensa. La
extensión del concepto de neurosis ha
variado; actualmente el término, cuando se
utiliza solo, tiende a reservarse a aquellas
formas clínicas que pueden relacionarse
con la neurosis obsesiva, la histeria y la
neurosis fóbica. Asi, la nosografía distingue
neurosis, psicosis, perversiones y afecciones
psicosomáticas, mientras que se discute la
posición nosográfica de las denomiadas
«neurosis
actuales»,
«neurosis
traumáticas» y «neurosis de carácter».
2.Alemán: Neurose. Francés: Névrose.
Inglés: Neurosis.
Término propuesto en 1769 por el médico
escocés William Cullen (1710-1790) para
designar las enfermedades nerviosas que
entrañan un trastorno de la personalidad.
Fue popularizado en Francia* por Philippe
Pinel (1745-1826) en 1785. Como concepto
técnico empleado por Sigmund Freud* a
partir de 1893, se aplica a las enfermedades
nerviosas cuyos síntomas simbolizan un
conflicto psíquico reprimido de origen
infantil.
Con el desarrollo del psicoanálisis*, el
concepto evolucIonó, para encontrar
finalmente su lugar en una estructura
tripartita, junto a la psicosis* y la
perversion*.
En Consecuencia desde el punto dc vista
freudiano, en el registro de la neurosis se
clasifican la histeria* y la neurosis
obsesiva*, a las cuales hay que añadir la
neurosis actual, que comprende la neurosis
pág. 19
de angustia y la neurastenia*, y la
psiconeurosis, que abarca la neurosis de
transferencia* y la neurosis narcisista.
La expresión "neurosis de carácter" es
propia de Ia terminología de Edward
Glover* y de la doctrina de Wilhelm
Reich*; la noción de neurosls.de fracaso fue
forjada por René Laforgue*, y la de
neurosis de abandono por la pSicoanalista
Suiza Germaine Guex (1904-1984).
O
OTRO:2.Alemán: Andere (der), Francés:
Aun'e, Inglés: Olhe/:
Término utilizado por Jacques Lacan* para
designar un lugar simbólico
-el
significante*, la ley, el lenguaje, el
inconsciente* o incluso Dios- que
determina al sujeto*, a veces de manera
exterior a él, y otras de manera in tras
ubjetiva, en su relación con el deseo*.
Se lo puede escribir con una mayúscula, y
se opone entonces al otro con minúscula,
definido como otro imaginario, o lugar de
la alteridad en espejo. Pero también puede
recibir la grafía "gran Otro" o "gran A",
oponiéndose entonces al pequeño otro, o al
pequeño a, definido como objeto (pequeño)
a*.
P
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
PARANOIA:
1.Psicosis
crónica
caracterizada por un delirio más o menos
sistematizado, el predominio de la
interpretación, la ausencia de debilitación
intelectual, y que generalmente no
evoluciona hacia la deterioración. Freud
incluye en la paranoia no sólo el delirio de
persecución, sino también la
erotomanía, el delirio celotfpico y el delirio
de grandezas.
2.Alemán: Paranoia. Frances:Paranoia.
Ingles: Paranoia.
Termino derivado del griego (para:contra,
noos:espiritu) que designa la locura* en el
sentido de arrebato y delirio. En la
nosografia psiquiatrica alemana, el vocablo
fue introducido en 1842 por Johann
Christian Heinroth (1773-1843) a partir de
una palabra creada en 1772, y en la
nosografia francesa lo fue en 1887 por Jules
Seglas (1856-1939).Con los trabajos de
Wilhelm Grisesinger (1817-1868), Emil
Kraepelin*, Eugen Bleuler*, y despues de
Gaetan Gatian de Clerambault*, la
paranoia, junto con la esquizofrenia* y la
psicosis manfaco-depresica*, se convirtio
en una de las tres formas modernas de la
psicosis* en general. Se caracteriza por un
delirio sistematizado, el predominio de la
interpretación* y la ausencia de deterioro
intelectual. Incluye el delirio de
persecucion, la erotomania, el delirio de
grandeza y el delirio de celos.
Sigmun Freud* retomo en este sentido el
término en 1911, caracterizando la paranoia
como
una
defensa*
contra
la
homosexualidad*. Después de él, Melanie
Preconciente: 1. A) Término utilizado por
Freud dentro del marco de su primera
pág. 20
tópica: como substantivo, designa un
sistema del aparato psíquico claramente
distinto del sistema inconsciente (les);
como adjetivo, caliñea las operaciones y los
contenidos de este sistema preconsciente
(Pcs). Éstos no están presentes en el campo
actual de la conciencia y son, por
consiguiente, inconscientes en el sentido
«descriptivo» («) del término (véase:
Inconsciente, B), pero se diferencian de los
contenidos del sistema inconsciente por el
hecho de que son accesibles a la conciencia
(por ejemplo, conocimientos y recuerdos
no actualizados). Desde el punto de vista
metapsicológico, el sistema preconsciente
se halla regido por el proceso secundario.
Está separado del sistema inconsciente por
la censura*, que no permite que los
contenidos y procesos inconscientes pasen
al Pcs sin experimentar transformaciones.
B) Dentro de la segunda tópica freudiana,
el término «preconsciente» se utiliza, sobre
todo, como adjetivo, para calificar lo que
escapa a la conciencia actual sin ser
inconsciente en sentido estricto. Desde el
punto de vista sistemático, califica los
contenidos
y
procesos
relativos
esencialmente al yo y también al superyó.
2. Sigmund Freud* utilizó el término
preconsciente como sustantivo, para
designar una de las tres instancias de su
primera tópica* (las otras dos son el
consciente* y el inconsciente*). Empleado
como adjetivo, el término califica los
contenidos de esa instancia o sistema, que,
aunque no estando presentes en la
conciencia*, son accesibles para ella, a
diferencia de los contenidos del sistema
inconsciente. En el marco de la segunda
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
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tópica freudiana, el preconsciente, distinto
del yo* y sobre todo de la parte inconsciente
de este último, está no obstante inscrito en
el
dominio de esa instancia.
PERVERSIÓN:
1.Desviación
con
respecto al acto sexual «normal», deñnido
como coito dirigido a obtener el orgasmo
por penetración genital, con una persona
del sexo opuesto. Se dice que existe
perversión: cuando el orgasmo se obtiene
con
otros
objetos
sexuales
(homosexualidad, paidofília, bestialidad,
etc.) o por medio de otras zonas corporales
(por ejemplo, coito anal); cuando el
orgasmo se subordina imperiosamente a
ciertas condiciones extrínsecas (fetichismo,
transvestismo,
voyeurismo
y
exhibicionismo, sadomasoquismo); éstas
pueden incluso proporcionar por sí solas el
placer sexual. De un modo más general, se
designa como perversión el conjunto del
comportamiento
psicosexual
que
acompaña a tales atiplas en la obtención del
placer sexual.
2.Alemán:
Perversión,
Francés:
Perversion, Ingles: Perversión.
Término derivado del latín pervertere (dar
vuelta), empleado en psiquiatría y por los
fundadores de la sexología* para designar,
a veces de manera peyorativa, y otras
valorizándolas, las prácticas sexuales
consideradas desviaciones respecto de una
norma social y sexual. Desde mediados del
siglo XIX, el saber psiquiátrico ubicó
entre las perversiones a prácticas sexuales
tan diversas como el incesto*, la
homosexualidad*, la zoofilia, la paidofilia,
pág. 21
la
pederastia,
el
fetichismo*,
el
sadomasoquismo*, el transvestismo, el
narcisismo*, el autoerotismo*, la coprofilia,
la
necrofilia,
el
exhibicionismo,
el
voyeurismo, las mutilaciones sexuales, En
1987 la
palabra perversión fue reemplazada en la
terminología psiquiátrica mundial por
"parafilia", que incluye las prácticas
sexuales en las cuales el partenaire es un
sujeto* reducido a la condición de fetiche
(paidofilia, sadomasoquismo), o el propio
cuerpo (transvestismo, exhibicionismo), o
bien un animal o un objeto (zoofilia,
fetichismo).
Retomado por Sigmund Freud* en 1896, el
término perversión fue definitivamente
adoptado como concepto técnico por el
psicoanálisis* conservando la idea de
desviación sexual respecto de una norma.
Sin embargo, en esta nueva acepción
el concepto aparece desprovisto de toda
connotación peyorativa o valorizadora, y se
inscribe en una estructura tripartita con la
psicosis* y la neurosis*.
PSICOANÁLISIS: 1. A)Un método de
investigación que consiste esencialmente
en evidenciar la significación inconsciente
de las palabras, actos, producciones
imaginarias (sueños, fantasías, delirios) de
un individuo. Este método se basa
principalmente en las asociaciones libres
del sujeto, que garantizan la validez de la
interpretación.
La
interpretación
psicoanalítica puede extenderse también a
producciones humanas para las que no se
dispone de asociaciones libres.B) Un
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
3 Enfoques Psicoterapéuticos
método psicoterápico basado en esta
investigación y caracterizado por la
interpretación controlada de la resistencia*,
de la transferencia* y del deseo*. En este
sentido se utiliza la palabra psicoanálisis
como sinónimo de cura psicoanalítica;
ejemplo: emprender un psicoanálisis (o un
análisis). C) Un conjunto de teorías
psicológicas y psicopatológicas en las que se
sistematizan los datos aportados por el
método psicoanalítico de investigación y de
tratamiento.
2.Término creado por Sigmund Freud* en
1896 para denominar un método particular
de psicoterapia* (o cura por la palabra)
derivado del procedimiento catártico
(catarsis*) de Josef Breuer*, y basado en la
exploración del inconsciente* con la ayuda
de la asociación libre* por parte del
paciente y de la interpretación* por parte
del psicoanalista.
Por extensión, se da el nombre de
psicoanálisis a:
1. El tratamiento realizado con este
método.
2. La disciplina fundada por Freud (y
solo ella) en cuanto comprende un
método
terapéutico,
una
organización clínica, una técnica
psicoanalítica*, un sistema de
pensamiento y una modalidad de
transmisión del saber (análisis
didáctico*, control*) que se basa en
la transferencia* y permite formar
profesionales del inconsciente.
3. El movimiento psicoanalítico, es
decir una escuela de pensamiento
que engloba a todas las corrientes
del freudismo.
pág. 22
PSICOSIS:1.° En clínica psiquiátrica, el
concepto «psicosis» se toma casi siempre
en una extensión extremadamente amplia,
comprendiendo toda una serie de
enfermedades mentales, tanto si son
manifiestamente órgano genéticas (como la
parálisis general progresiva) como si su
causa última es problemática (como la
esquizofrenia). 2° El psicoanálisis no se
ocupó desde un principio de construir una
clasificación que abarcara la totalidad de las
enfermedades mentales de las que trata la
psiquiatría; su interés se dirigió primero
sobre las afecciones más directamente
accesibles a la investigación analítica y,
dentro de este campo, más restringido que
el de la psiquiatría, las principales
distinciones se establecieron entre las
perversiones*, las neurosis* y las psicosis.
Dentro de este último grupo, el
psicoanálisis ha intentado definir diversas
estructuras: paranoia (en la que incluye, de
un
modo
bastante
general,
las
enfermedades delirantes) y esquizofrenia,
por una parte; por otra, melancolía y manía.
Fundamentalmente, es una perturbación
primaria de la relación libidinal con la
realidad lo que, según la teoría
psicoanalítlca, constituye el denominador
común de las psicosis, siendo la mayoría de
los síntomas manifiestos (especialmente la
construcción
delirante)
tentativas
secundarias de restauración del lazo objetal.
2. Término introducido en 1845 por el
psiquiatra
austríaco
Ernst
von
Feuchtersleben
(1806-1849) para reemplazar el de locura* y
definir las enfermedades del alma desde
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una perspectiva psiquiátrica. Las psicosis se
oponen entonces a las neurosis*,
consideradas enfermedades nerviosas
pertenecientes al ámbito de la medicina,la
neurología y después la psicoterapia*. Por
extensión, el término psicosis designó
primero el conjunto de las enfermedades
llamadas mentales, en sentido propio,
fueran ellas orgánicas (como la parálisis
general) o más específicamente mentales,
para restringirse más tarde a las tres
grandes formas modernas de la locura: la
esquizofrenia*, la paranoia* y la psicosis
maníaco-depresiva". La palabra apareció
en Francia en 1869. Retomado por
Sigmund Freud* como concepto técnico
en 1894, el término fue primero empleado
para
designar
la
reconstrucción
inconsciente por el sujeto* de una realidad
delirante o alucinatoria. Más tarde fue
incorporado a una estructura tripartita, en
la cual se diferencia por una parte de la
neurosis y por la otra de la
perversión*.
PSICOTERAPIA: 1. A) En sentido
amplio, todo método de tratamiento de los
desórdenes psíquicos o corporales que
utiliza medios psicológicos y, de manera
más precisa, la relación del terapeuta con el
enfermo: hipnosis, sugestión, reeducación
psicológica, persuasión, etc.; en este
sentido, el psicoanálisis es una forma de
psicoterapia. B) En sentido más estricto, a
menudo se opone el psicoanálisis a las
diversas formas de psicoterapia, por
diversas razones, especialmente: la función
primordial que en él desempeña la
pág. 23
interpretación del conflicto inconsciente y
el análisis de la transferencia, que
tiende a su resolución.
C) Con el nombre de «psicoterapia
analítica» se designa una forma de
psicoterapia basada en los principios
teóricos y técnicos del psicoanálisis, aunque
sin realizar las condiciones de una cura
psicoanalítica rigurosa.
2. Término inventado por el filántropo
inglés Daniel Hack Tuke (1827 -1895) para
designar un método de tratamiento
psicológico de las enfermedades psíquicas
que utiliza como medio terapéutico la
relación entre el médico y el enfermo, en
forma de un rapport o de una
transferencia*.
El
hipnotismo,
la
sugestión*, la catarsis*, el psicoanálisis* y
todos los métodos terapéuticos propios de
la historia de la psiquiatría dinámica"
quedan incluidos en la noción de
psicoterapia. También se designa con el
nombre de " psicoterapias" o "nuevas
terapias" (en plural) los diferentes métodos
de acercamiento del psiquismo llamados
"relacionales", derivados o disidentes del
psicoanálisis. Estas han sido desarrolladas
en el conjunto del mundo occidental a
partir de 1960.
R
REAL: 2. Término empleado como
sustantivo
por
Jacques
Lacan*,
proveniente a la vez del vocabula n o de la
filosofía y del concepto freudiano de la
realidad psíquica*, introducido para
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designar una realIdad fenoménica,
inmanente a la representación imposible de
simbolizar.
Utilizado en el marco de una tópica*, este
concepto es inseparable de otros dos
elementos, lo imaginario* y lo simbólico*,
y forma con ellos una estructura. Designa
la realidad propia de la psicosis* (delirio,
alucinación), en tanto compuesta por los
significantes* forcluidos (rechazados) de lo
simbólico.
REPRESIÓN: 1. A) En sentido propio:
operación por medio de la cual el sujeto
intenta rechazar o mantener en las
inconscientes
representaciones
(pensamientos,
imágenes,
recuerdos)
ligados a una pulsión. La represión se
produce en aquellos casos en que la
satisfacción de una pulsión (susceptible de
procurar por sí misma placer) ofrecería el
peligro de provocar displacer en virtud de
otras exigencias.
La represión es particularmente manifiesta
en la histeria, si bien desempeña también
un papel importante en las restantes
afecciones mentales, así como en la
psicología normal. Puede considerarse
como un proceso psíquico universal, en
cuanto se hallaría en el origen de la
constitución del inconsciente como
dominio separado del resto del psiquismo.
B) En sentido más vago: el término
«represión» es utilizado en ocasiones por
Freud en una acepción que lo aproxima al
de «defensa»*, debido, por una parte, a que
la operación de la represión en el sentido A,
se encuentra, al menos como un tiempo, en
numerosos procesos defensivos complejos
(en cuyo caso la parte es tomada por el
pág. 24
todo) y, por otra parte, a que el modelo
teórico de la represión es utilizado por
Freud como el prototipo de otras
operaciones defensivas.
2. En el lenguaje corriente, la palabra
represión designa la acción de hacer
retroceder, rechazar o repeler a alguien o
algo. En francés,. se llama refoulement el
procedimiento que se aplica a las personas
a las que se quiere negar el acceso a un país
o a un recinto particular.
Para Sigmund Freud*, la represión es el
proceso que apunta a mantener en el
inconsciente*
todas
las
ideas
y
representaciones ligadas a pulsiones* cuya
realización, generadora de placer, afectaría
el
equilibrio
del
funcionamiento
psicológico del individuo al convertirse en
fuente de displacer. Freud, que modificó
varias veces la definición y el campo de
acción de la represión, la consideraba
constitutiva del núcleo original del
inconsciente.
RESISTENCIA: 1. Durante la cura
psicoanalitica, se denomina resistencia todo
aquello que, en los actos y palabras del
analizado, se opone al acceso de éste a su
inconsciente. Por extensión, Freud habló
de resistencia al psicoanálisis para designar
una actitud de oposición a sus
descubrimientos, por cuanto éstos
revelaban los deseos inconscientes e
infligían al hombre una «vejación
psicológica» («).
2. Término empleado en psicoanálisis*
para designar el conjunto de las reacciones
de un analizante: cuyas manifestaciones, en
el marco de la cura, obstaculizan el
desarrollo del análisis.
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S
SEXUALIDAD: la palabra sexualidad no
designa solamente las actividades y el
placer dependientes del funcionamiento
del aparato genital, sino toda una serie de
excitaciones y de actividades, existentes
desde la infancia, que producen un placer
que no puede reducirse a la satisfacción de
una necesidad fisiológica fundamental
(respiración, hambre, función excretora,
etc.) y que se encuentran también a título
de componentes en la forma llamada
normal del amor sexual.
Como es sabido, el psicoanálisis atribuye
una gran importancia a la sexualidad en el
desarrollo y la vida psíquica del ser
humano. Pero esta tesis sólo se comprende
si se tiene presente la transformación
aportada al mismo tiempo al concepto de
sexualidad. No pretendemos establecer
aquí cuál es la función de la sexualidad en
la aprehensión psicoanalítica del hombre,
sino únicamente precisar, en cuanto a su
extensión y a su comprensión, el empleo
que efectúan los psicoanalistas del concepto
de sexualidad. Si se parte del punto de vista
corriente que define la sexualidad como un
instinto*,
es
decir,
como
un
comportamiento
preformado,
característico de la especie, con un objeto*
(compañero del sexo opuesto) y un fin*
(unión de los órganos genitales en el coito)
relativamente fijos, se aprecia que sólo muy
imperfectamente explica los hechos
pág. 25
aportados tanto por la observación directa
como por el análisis.
Como puede verse, la reflexión freudiana
parece apoyarse en una doble aporía, que
por una parte se refiere a la esencia de la
sexualidad (acerca de la cual la última
palabra se deja a una hipotética definición
bioquímica) y, por otra, a su génesis,
contentandose Freud con postular que la
sexualidad existe virtualmente desde un
principio. Esta dificultad es más manifiesta
tratándose de la sexualidad infantil; pero
también en ésta pueden encontrarse
indicaciones en cuanto a su solución.
SUEÑO: 2. Fenómeno psíquico que se
produce durante el dormir, el sueño está
constituido principalmente por imágenes y
representaciones
cuya
aparición
y
disposición no están bajo el control
consciente del soñante, Por extensión,
sobre todo a partir del siglo XVIII, el
término designa también una actividad
consciente que consiste en imaginar
situaciones cuyo desarrollo ignora las
contrariedades de la realidad material y
social. En este sentido, la palabra sueño es
sinónimo de visión, ensueño, idealización o
fantasma" en sus acepciones más
corrientes. Sigmund Freud* fue el primero
en concebir un método de interpretación"
de los sueños no basado en referencias
extrañas al soñante sino en las asociaciones
libres que éste puede realizar, una vez
despierto, a par tir del relato de su sueño.
SUPERYÓ: 1. Una de las instancias de la
personalidad, descrita por Freud en su
segunda teoría del aparato psíquico: su
función es comparable a la de un juez o
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censor con respecto al yo. Freud considera
la conciencia moral, la autoobservación, la
formación de ideales, como funciones del
superyó. Clásicamente el superyó se define
como el heredero del complejo de Edipo; se
forma por interiorización de las exigencias
y prohibiciones parentales.
2.Concepto creado por Sigmund Freud*
para designar una de las tres instancias de
la segunda tópica*, junto con el yo* y el
ello*. El superyó hunde sus raíces en el ello
y, de un modo despiadado, actúa como juez
Y censor del yo.
T
TRANSFERENCIA:
1.Designa,
en
psicoanálisis, el proceso en virtud del cual
los deseos inconscientes se actualizan sobre
ciertos objetos, dentro de un determinado
tipo de relación establecida con ellos y, de
un modo especial, dentro de la relación
analítica. Se trata de una repetición de
prototipos infantiles, vivida con un
marcado sentimiento de actualidad. Casi
siempre lo que los psicoanalistas
denominan
transferencia,
sin
otro
calificativo, es la transferencia en la cura. La
transferencia se reconoce clásicamente
como el terreno en el que se desarrolla la
problemática de una cura psicoanalítica,
caracterizándose ésta por la instauración,
modalidades, interpretación y resolución
de la transferencia. La palabra transferencia
no pertenece exclusivamente al vocabulario
psicoanalítico. En efecto, posee un sentido
muy general, parecido al de transporte,
pág. 26
pero que implica un desplazamiento de
valores, de derechos, de entidades, más que
un desplazamiento material de objetos
(ejemplos: transferencia de fondos,
transferencia de propiedad, etc.). En
psicología, se utiliza en varias acepciones:
transferencia sensorial (traducción de una
percepción de un campo sensorial a otro);
transferencia de sentimientos (1); y, sobre
todo, en la psicología experimental
moderna, transferencia de aprendizaje y de
hábitos (los progresos obtenidos en el
aprendizaje de una determinada forma de
actividad implican una mejora en el
ejercicio de una actividad distinta). Esta
transferencia de aprendizaje se denomina,
en ocasiones, positiva, y se contrapone a
una transferencia llamada negativa, que
designa la interferencia negativa de un
primer aprendizaje sobre un segundo
aprendizaje.
2. Término introducido progresivamente
por Sigmund Freud* y Sandor Ferenczi*
(entre 1900 y 1909) para designar un
proceso
constitutivo
de
la
cura
psicoanalítica, en virtud del cual los deseos*
inconscientes del analizante concernientes
a objetos exteriores se repiten, en el marco
de la relacion analitica, con la persona del
analista, colocado en la posición de esos
diversos objetos. Históricamente, la noción
de transferencia adquirió toda su
significación con el abandono por el
psicoanálisis* de la hipnosis*, la sugestión*
y la catarsis*.
TRAUMA,
TRAUMATISMO
(PSÍQUICO): 1. Acontecimiento de la vida
del sujeto caracterizado por su intensidad,
la incapacidad del sujeto de responder a él
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adecuadamente y el trastorno y los efectos
patógenos duraderos que provoca en la
organización psíquica. En términos
económicos, el traumatismo se caracteriza
por un aflujo de excitaciones excesivo, en
relación con la tolerancia del sujeto y su
capacidad de controlar y elaborar
psíquicamente dichas excitaciones.El
concepto de traumatismo remite, ante
todo, como el propio Freud indicó, a una
concepción económica*: «Llamamos así a
una experiencia vivida que aporta, en poco
tiempo, un aumento tan grande de
excitación a la vida psíquica, que fracasa su
liquidación o su elaboración por los medios
normales
y
habituales,
lo
que
inevitablemente da lugar a trastornos
duraderos
en
el
funcionamiento
energético» (la). El aflujo de excitaciones es
excesivo en relación a la tolerancia del
aparato psíquico, tanto si se trata de un
único acontecimiento muy violento
pág. 27
(emoción intensa) como de una
acumulación de excitaciones, cada una de
las cuales, tomada aisladamente, sería
tolerable; falla ante todo el principio de
onstancia*, al ser incapaz el aparato de
descargar la excitación.
Y
YO: Desde el punto de vista tópico, el yo se
encuentra en una relación de dependencia,
tanto respecto a las reivindicaciones del ello
como a los imperativos del superyó y a las
exigencias de la realidad. Aunque se
presenta como mediador, encargado de los
intereses de la totalidad de la persona, su
autonomía es puramente relativa.
Diplomado En Abordaje De Casos Clínicos Desde
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REFERENCIAS
 Laplanche, J., Pontalis, J. (2004). Diccionario de psicoanálisis. Barcelona:
PAIDOS.
 Roudinesco, E., Plon, M. (2008). Diccionario de psicoanálisis. Barcelona:
PAIDOS.
pág. 2
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