Boletín BOLFOR Edición No. 17, Julio 1999 BOLFOR Proyecto de Manejo Forestal Sostenible Contenido Servidumbres Ecológicas....................... Manejo Sostenible de Recursos y Conservación de la Biodiversidad Patricia Caffrey Directora Ejecutiva - WWF - 3 Uso de Fauna Silvestre durante la Extracción de Palmito José Carlos Herrera........................... 4 La Explotación de Recursos no Maderables en el Norte de Bolivia Chelsea Specht y su Impacto sobre la Fauna Silvestre Coordinadora del Sudoeste de la Amazonia Damián I. Rumiz................................... La conservación de especies es inseparable de la conservación de sus hábitats: esta es la premisa que guía el accionar del Fondo Mundial para la Naturaleza (en Inglés World Wildlife Fund –WWF), institución sin fines de lucro fundada en 1961, y que es producto de su experiencia en la aplicación de su misión de “educar al mundo sobre la importancia de la conservación”. En ese marco, de haber propugnado, inicialmente, la protección exclusiva de especies en peligro de extinción, el WWF amplió su alcance a la conservación de hábitats de bosques y océanos mediante dos campañas mundiales: una para los bosques tropicales húmedos y otra para los mares (llamada Los Mares Deben Vivir). Con el tiempo, el trabajo de conservación de especies y sus hábitats abarcó también temas relacionados con la humanidad y se hizo evidente la necesidad de integrar F continúa en la página 2 1 6 La Ecología del Comportamiento del Mono Araña Negro en el Noreste de Bolivia Robert B. Wallace............................... 10 Hortelanos del Bosque: Interacciones Planta Animal de una Comunidad de Ungulados en un Bosque Neotropical Lilian Painter...................................... 11 Nuestras Publicaciones.......................... 12 Boletín BOLFOR Edición No. 17, Julio 1999 viene de la página 1. el desarrollo y la conservación, conllevando al diseño de estrategias integrales enfocadas en la importancia del uso sostenible de recursos naturales como una forma de promover la conservación. Las tasas recientes de extinción, tanto de especies como de hábitats, justifican la urgencia de las actividades de conservación enfocadas en rescatar ejemplos representativos de la biodiversidad del planeta. Instituciones como el WWF respondieron a esta urgencia con el diseño de una metodología científica para identificar los hábitats terrestres, acuáticos y marinos del planeta (llamados "eco-regiones" y luego evaluarlos por su importancia en representar la diversidad biológica al nivel global. Utilizando criterios tales como niveles de riqueza de especies, niveles de endemismo, presencia de fenómenos ecológicos y evolutivos únicos, y rareza de tipo de hábitat, el análisis destacó las "200 Eco-regiones Globales del WWF"; ecosistemas identificados como biológicamente distintivos que representan en sí la biodiversidad del mundo. Al enfocar los esfuerzos en las 200 eco-regiones globales, se incluiría la más amplia variedad de hábitats del planeta en la planificación activa de la conservación; con lo que se aseguraría la protección y preservación de una muestra representativa de todos los ecosistemas y las comunidades de vida silvestre que alberguen. Enfocada, entonces, en estas áreas prioritarias, la Campaña Planeta Viviente se inició con tres metas fundamentales: 1) conservar espacios en peligro mediante la protección de los refugios de biodiversidad más sobresalientes del planeta 2) salvaguardar especies en peligro crítico que requieren mayor atención que la simple protección de su hábitat (tigres, rinocerontes, pandas gigantes y ballenas) y enfrentar las amenazas globales a la diversidad biológica del planeta, enfocando especialmente prácticas no sostenibles de extracción forestal, pesca excesiva, emisiones de 2 substancias tóxicas y asuntos de cambio climático que amenazan la vida silvestre y las tierras agrestes del mundo. En Bolivia existen doce eco-regiones, nueve de las cuales, según se determinó en el análisis de éstas, corresponden a la mayor prioridad en la escala regional. De estas nueve, seis están incluidas en las 200 globales (amazonia sudoccidental, bosque seco chiquitano, sabanas del Beni, yungas bolivianos, cerrado y pantanal). El WWF enfoca su trabajo en dos de estas seis importantes eco-regiones: los bosques húmedos de la amazonia sudoccidental y el pantanal (incluyendo la cuenca del bosque seco chiquitano). Se está trabajando en estas zonas para coordinar acciones, nacional e internacionalmente, en un esfuerzo para conservar las áreas más frágiles y biodiversas de éstas. En la amazonia sud-occidental por ejemplo, se ha elaborado una metodología para: (1) determinar áreas de gran importancia biológica y (2) indicar áreas donde existen condiciones socioeconómicas aptas para el desarrollo de proyectos con fines de conservación. Este estudio permite enfocar los esfuerzos de conservación en áreas prioritarias donde existen mayores probabilidades de que las amenazas inmediatas y futuras alteren especies o ecosistemas importantes y/o únicos. Es responsabilidad de los proyectos de manejo forestal tomar en cuenta los efectos de sus acciones sobre la diversidad de fauna, en el sentido de que la conservación de hábitats es de vital importancia para la conservación de la fauna que depende de hábitats intactos o mínimamente alterados. Las interacciones entre flora y fauna son increíblemente intrincadas e imposibles de comprender con los conocimientos actuales. La disminución o erradicación de la población de un insecto, ave o mamífero, aparentemente insignificante, puede tener impactos inesperados en la estructura del bosque, causando una reducción de la productividad forestal - ya sea en recursos maderables o no maderables - y alterando las condiciones en las que se basan los planes de manejo. Sin un método de monitoreo de los impactos de actividades aparentemente sostenibles - impactos tanto en la biodiversidad como la abun- Boletín BOLFOR Edición No. 17, Julio 1999 dancia de flora y fauna - el concepto de "sostenibilidad" no estaría garantizado. Asimismo, si el manejo forestal sostenible se promueve como una forma de conservación de la diversidad biológica, es esencial la incorporación de sistemas de monitoreo biológico en los planes de manejo, tomando en cuenta los conjuntos de fauna y flora característicos del medio ambiente del bosque. De forma ideal, la conservación y el desarrollo pueden coexistir. Con el diseño de planes de conservación que, además de delimitar zonas focales bajo protección estricta, desarrollen sistemas de administración de zonas de amortiguamiento en las que el uso de recursos se permite de modo que los impactos antrópicos no afecten negativamente a la biodiversidad o alteren las relaciones poblacionales o entre especies, se puede ampliar enormemente la cantidad de tierras y recursos conservados activamente y garantizar la disponibilidad de éstos en el futuro. El manejo forestal sostenible tiene el potencial de ser parte de este tipo de desarrollo. La implementación del monitoreo, como parte de los planes de manejo forestal, es esencial para que este tipo de manejo se pueda considerar como una forma viable de conservación. Para garantizar la conservación de la abundante vida silvestre con que Bolivia cuenta, es necesaria la planificación a largo plazo; empleando estrategias de conservación que tengan efectos duraderos sobre las prácticas de uso de suelos y recursos, creando reservas protegidas que incorporen zonas aisladas con un mínimo de impacto humano y elaborando un sistema detallado de evaluación y monitoreo biológico que permita determinar si la vida silvestre que se trata de preservar está, en efecto, sobreviviendo. Mediante el desarrollo de estrategias creativas que incorporen actividades multidisciplinarias tales como desarrollo rural, manejo forestal, uso sostenible de suelos y recursos, y ecología y biología tradicionales, se podrá ampliar el conocimiento sobre la vida silvestre y trabajar en la conservación de un medio ambiente que permita su futura supervivencia. Servidumbres ecológicas La Ley Forestal 1700, su Decreto Reglamentario y las Normas Técnicas instauran un sistema de servidumbres ecológicas a través del cual se definen como áreas de protección sectores de las concesiones forestales o fundos privados, no aptos para el aprovechamiento o que presentan gran importancia ambiental. Las servidumbres ecológicas, similares a las servidumbres administrativas, son limitaciones legales de uso, impuestas a la propiedad en beneficio de la conservación y renovación de los recursos naturales renovables. En el caso boliviano, entran en esta categoría laderas con pendientes superiores al 45% (salvo excepciones justificadas técnicamente); humedales, pantanos, curichis, bofedales, áreas de afloramiento natural de agua y de recarga, incluyendo 50 metros a la redonda a partir de su periferia; tierras y bolsones de origen eólico; tierras o bolsones extremadamente pedregosos o superficiales; cortinas rompevientos, riberas de ríos y arroyos, quebradas o terrazas, bordes de vías públicas y otras. Existe una norma específica para hacer cumplir y evaluar el funcionamiento de estas limitaciones: el Plan de Ordenamiento Predial (POP), que se aplica a nivel de fundo, y que luego de su aprobación por parte de la Superintendencia Agraria debe ser inscrito en la oficina de Derechos Reales, con copia enviada a la Superintendencia Forestal. 3 Boletín BOLFOR Edición No. 17, Julio 1999 Uso de Fauna Silvestre durante la Extracción de Palmito José Carlos Herrera 1 T - los cuales permitieron obtener índices tales como la frecuencia de uso por especie y la biomasa de especies silvestres por medio de observaciones directas y entrevistas. Para este fin se aprovechó el hecho de que los palmiteros habían salido de campamentos más remotos y estaban congregados en un campamento central, donde residían 43 cortadores de palmito con sus familias. Los resultados podrán considerarse en la elaboración de planes de manejo de biodiversidad en los bosques amazónicos. La cacería se efectúa de dos formas, una organizada y con el propósito exclusivo de obtener carne para el consumo y otra, casual, que tiene lugar durante las actividades de corta de palmito. En general, se caza en las orillas de cuerpos de agua, árboles con frutos, depósitos de castaña y salitrales. A partir de los datos recabados para la evaluación, se puede concluir que las especies más cosechadas casualmente, y que representan el 87.5 % de la biomasa extraída, son: jochi pintado (Agouti paca), pava coto colorado (Penelope sp.), manechi (Alouatta sp.), mono silbador (Cebus apella) y jochi colorado (Dasyprocta sp.). Mientras que durante la cacería activa, las especies más cazadas, y que representan el 73.9 % de la biomasa extraída, son: jochi pintado (A. paca), tropero (Tayassu pecari), anta (Tapirus terrestris), taitetú (T. tajacu) y pava coto colorado (Penelope sp.). La pesca, que sólo se realiza en dos campamentos, es también una fuente importante de recursos alimenticios. Las especies de mayor consumo son el bentón (Hoplias sp.) y yayú (Hoplerythrinus sp.). En la Tabla 1, se presenta un resumen de todas las especies de fauna que son aprovechadas por los cortadores de palmito. Las especies terrestres (roedores) y arborícolas (monos) de menor peso son las más cazadas casualmente, mientras que durante la cacería activa se capturan animales de mayor peso, tales como ungulados (chanchos y tapires). En general, el jochi pintado (A. paca) es el componente más importante de la dieta de los cortadores de radicionalmente, la fauna ha sido una fuente de sustento para los habitantes del oriente boliviano. En particular, los bosques amazónicos del departamento de Pando han estado sujetos a una extracción continua de su fauna. A partir de la década del 70, este aprovechamiento se incrementa de manera indiscriminada, debido a la cacería comercial. No obstante, en la actualidad se ha evidenciado una reducción en este tipo de cacería, como consecuencia de la vigencia del Decreto Supremo 22641, el cual declara la veda general e indefinida para el acoso, la captura, el acopio y el acondicionamiento de animales silvestres y sus productos derivados, como cueros, pieles y otros (8 de noviembre de 1990; DNCB, 1996). Cabe señalar, sin embargo, que el uso de la fauna, como medio de sustento durante la extracción de recursos maderables y no maderables del bosque, sigue siendo una actividad común. El uso excesivo de la fauna puede llevar al desequilibrio de los ecosistemas del bosque, con las consecuentes pérdidas, a largo plazo, de algunas especies clave. Es por esta razón, que será necesario estudiar las prácticas de cacería en áreas de extracción forestal, con el fin de obtener resultados que sirvan como base para el desarrollo de métodos de aprovechamiento sostenible de la fauna silvestre. Además, para planificar el aprovechamiento racional de la fauna silvestre, es necesario contar con referencias sobre densidad, frecuencia de uso, especies alimento - clave y roles ecológicos de las especies que serán manejadas. La zafra de palmito (Euterpe precatoria), realizada en 1997, en un área de extracción*, brindó una excelente oportunidad para iniciar una evaluación preliminar del uso de la fauna durante las actividades de extracción de productos forestales del bosque. Entre el 21 de septiembre y el 1 de octubre de 1997 se visitaron campamentos de cortadores de palmito. En los que se tomaron datos sobre la utilización de recursos faunísticos, 1 Especialista en Vida Silvestre Proyecto BOLFOR * Norte de La Paz, región amazónica de Bolivia 4 Boletín BOLFOR Edición No. 17, Julio 1999 palmito y representa el 32.5% de la cosecha total de fauna silvestre. De las 24 especies registradas, como sustento durante la corta de palmito, 10 especies se hallan citadas en el Apéndice II y una especie en el Apéndice I de CITES. Debido a la extracción intensiva y el estado crítico de conservación de ciertos animales, tales como monos, chanchos y antas, su cacería deberá ser monitoreada, a corto plazo, para formular planes de aprovechamiento sostenible de la fauna silvestre, cuya aplicación asegurará la perpetuación de este importante recurso. Tabla 1. Especies silvestres cazadas de forma casual y activa durante la extracción de palmito (Euterpe precatoria) Lista de especies capturados CITES No IND Cazados 645 día/p Peso Promedio Peso Total Porcentaje Kg (S.A, L.E. y E) (kg) % 2 6.5 13.0 13.60 5 2.5 12.5 13.08 0.8 4.0 4.18 CACERIA CASUAL Mamíferos Manechi Alouatta sp. II Mono silbador Cebus apella II Chichilo Saimiri sciureus II 5 Lucachi Callicebus sp.?? II 2 Jochi colorado Dasyprocta punctata * 3 3.8 11.4 11.92 Jochi Pintado Agouti paca * 4 6.0 24.0 25.10 Ardilla roja Sciurus spadiceus * 1 0.4 0.4 1.05 Aves Pava coto colorado Penelope sp. * 12 1.9 22.8 23.85 Perdiz color cenizo Tinamus sp. * 2 2.0 4.0 4.18 Torcazas Columba sp. 1 * 6 0.4 2.4 2.51 Loro hablador Amazona sp. 1 * 1 0.5 0.5 0.52 Sub total casual CACERIA ACTIVA Mamíferos Felino 43 Felis (Leopardus) pardalis 1 I 1 13.1 13.1 0.88 León Felis (Puma) concolor 1 II 1 60.0 60.0 4.07 Manechi Alouatta sp. II 3 6.5 19.5 1.32 Mono silbador Cebus apella II 35 2.5 87.5 5.93 Toranso Cebus albifrons II 2 2.3 4.6 0.31 Chichilo Saimiri sciureus * 10 0.8 8.0 0.54 Anta Tapirus terrestris II 1 171.3 171.3 11.61 95.6 Chancho de tropa Tayassu pecari II 7 26.0 182.0 12.33 Taitetú Tayassu tajacu II 7 19.3 135.1 9.15 Tatú Dasypus sp. * 2 5.0 10.0 0.68 Tatú quincekilo Dasypus kapleri * 5 9.5 47.5 3.22 Tejón Nasua nasua * 5 5.0 25.0 1.69 Jochi colorado Dasyprocta punctata * 14 3.8 53.2 3.60 Jochi Pintado Agouti paca * 81 6.0 486.0 32.93 Ardilla roja Sciurus spadiceus * 9 0.4 3.6 0.24 Aves Perdiz color cenizo Tinamus sp. * 17 2.0 34.0 2.30 Pava coto colorado Penelope sp. * 61 1.9 115.9 7.85 Reptiles Peta amarilla Geochelone denticulata? II 4 3.9 15.6 1.06 Peta c/ motas rojas Geochelone chilensis? II 1 3.9 3.9 0.26 266 Sub total activa Peces capturados con redes y anzuelos Bentón Hoplias sp. * 689 0.25 172.3 59.13 Yayú * 794 0.15 119.1 40.87 Individuos 1862.8 Hoplerythrinus sp. Sub total pesca 1483 TOTAL 1792 1475.8 291.4 Kg Nota: 1 = Especies cazadas para cuero o mascota; CITES, I = En Peligro, II = Vulnerable y * = Especies sin categoría de amenaza; p = persona; S.A =Sydney Anderson (1971); L.E. = Louise Emmons (1990); E = J. Eisenberg (1989). 5 Boletín BOLFOR Edición No. 17, Julio 1999 La Explotación de Recursos no Maderables en el Norte de Bolivia y su Impacto sobre la Fauna Silvestre Damián I. Rumiz 1 Uso de recursos no maderables: ¿aprovechamiento de bajo impacto? L a explotación de recursos no maderables como la goma (Hevea brasiliensis) y la castaña (Bertholletia excelsa) es vista como una actividad que produce impactos ambientales mínimos en el bosque. La recolección del producto no implica matar el árbol del recurso, ni tampoco crea disturbios en la estructura de la vegetación remanente, por lo que se considera que esta actividad presenta menos riesgos ambientales para la biodiversidad que la extracción de madera. No es muy claro, sin embargo, el efecto a largo plazo que la remoción de las semillas puede tener en la regeneración de la castaña y en las poblaciones de animales que se alimentan de ellas (como chanchos, monos, jochis y otros roedores), temas que ameritan más estudios. La extracción del palmito de la palma asaí (Euterpe precatoria) crea también un disturbio mínimo en la vegetación, ya que no requiere de maquinaria pesada ni de caminos especiales. Además, estas palmas son relativamente pequeñas y su corta no afecta mucho la estructura del bosque. El impacto radica en la intensidad de la extracción, que tradicionalmente ha llevado a la extinción comercial del producto en zonas muy explotadas y que probablemente también afecte a las poblaciones de aves y mamíferos que se alimentan de su fruto. Estos impactos, de todos modos, son poco significativos a corto plazo, cuando se los compara con el efecto de la cacería asociada a la extracción de estos recursos. Cacería de fauna silvestre. (Taitetú - Tayassu tajacu) Foto: Damian Rumiz 1 Especialista en Vida Silvestre Proyecto BOLFOR 6 - Boletín BOLFOR Edición No. 17, Julio 1999 Aprovechamiento de fauna y de castaña en el bosque amazónico La recolección de la castaña se realiza durante los meses de diciembre a abril, que es cuando la mayoría de los "cocos" caen del árbol con su preciada semilla, la "almendra", dentro. En ese período, las empresas o propiedades castañeras a través de "contratistas" emplean a los "zafreros", quienes, generalmente acompañados por su familia, se instalan en centros y payoles de los castañales para cosechar la almendra. Los zafreros recorren sus áreas asignadas partiendo los cocos y colectando la almendra, que llevada al payol y medida por "caja" (aprox. 22 kg) se acredita como ingreso en su cuenta personal según el precio acordado al comenzar la zafra. En la misma cuenta se carga el adelanto inicial recibido por el zafrero (el "habilito") y los costos de alimentos y suministros consumidos por él y su familia. El balance final determina si el zafrero tiene "saldo" (ganancia) o aún le debe a la empresa. Los costos de los alimentos influyen significativamente en la economía del zafrero, por lo que la oportunidad de disponer de carne de monte al reducido precio de la munición se convierte en un incentivo muy grande. Además, en casos de complicaciones logísticas que son frecuentes en estos ambientes, la caza es vital para el mantenimiento del personal. En ciertas situaciones, en que los animales son abundantes, la cacería puede redituar ganancia extra si se vende el exceso de carne (preparada como charque salado) a otros campamentos, la barraca o en los pueblos. Las regiones de Pando, norte de La Paz y Beni son muy diversas en su fauna de mamíferos, aves y reptiles. Muchas especies fueron objeto de comercio cuando existía un gran mercado para cueros (caimanes y lagartos), pieles (gatos, londras), y animales vivos (monos, parabas, loros). Ahora no hay mercados internacionales de tal envergadura, pero la cacería sigue movida por otros incentivos locales o regionales. Como en toda actividad de aprovechamiento de recursos realizada en lugares de bosque (ya fuera goma, castaña, madera o minerales), la provisión de alimento para el personal es complicada y siempre dependió en gran medida de la cacería y recolección de productos de la fauna silvestre. La actividad gomera llevó mucha gente a vivir en el bosque, cuya subsistencia se basaba en algunos cultivos, carne y frutos del monte, y cuyos ingresos dependían de la goma, los cueros, la castaña, el charque de monte, los animales vivos y otros productos. Cuando el mercado de la goma cayó, la castaña se convirtió en el producto no maderable más importante y su aprovechamiento se combinó con otros como el palmito y la madera. Estos usos mantuvieron la presencia de gente en el bosque (aunque en menor población que cuando la goma) y continuaron una regular presión de cacería sobre la fauna. Uso de la fauna para mascotas Foto: Damián Rumiz 7 Boletín BOLFOR Edición No. 17, Julio 1999 Marco legal de la cacería en Bolivia y situación de las poblaciones silvestres de fauna Otras razones que incentivan la cacería son la preferencia por el sabor de la carne silvestre sobre los enlatados (además de que éstos son caros), la importancia cultural (¿función familiar?) de practicar una actividad que es tradicional para la mayoría de los hombres de monte, o la necesidad de esparcimiento. La misma justificación para la cacería se aplica cuando la recolección la realizan castañeros independientes y en otros casos de usuarios del bosque. Según varios estudios puntuales realizados en Pando y norte de La Paz (ver artículo de Herrera en este boletín), las especies más frecuentemente cazadas en áreas de aprovechamiento de castaña son los jochis pintados (Agouti paca) y colorados (Dasyprocta variegata), las pavas de monte (Penelope spp.), los monos silbadores (Cebus apella), y algunos loros (Amazona spp.), aunque la lista puede ser muy larga. Algunas especies mayores son a veces muy importantes por su contribución en peso a la dieta de los trabajadores, como es el caso de los chanchos troperos (Tayassu pecari), taitetúes (Pecari tajacu); huasos (Mazama americana) y antas (Tapirus terrestris). Otras especies menos comunes, pero muy preciadas, son los marimonos (Ateles paniscus) y los monos manechi (Alouatta seniculus). Las crías de monos y de loros son también capturadas y mantenidas vivas como mascotas. La cacería comercial mencionada al principio redujo drásticamente las poblaciones de varias especies de vertebrados, algunas hasta el borde de la extinción. Esto originó movimientos internacionales de conservación e influyó para que en el país se promulgaran normas como la Pausa Ecológica, el Decreto de Veda General Indefinida y la Ley Forestal, entre otras. Estas últimas, actualmente vigentes, prohíben la captura, acoso, acopio o acondicionamiento de animales silvestres y sus derivados, y especifican la aplicación de esta restricción en las operaciones forestales. Si bien se acepta que las comunidades practiquen la cacería de subsistencia, queda claro en la legislación que ésta no es la situación de la mayoría de los zafreros, palmiteros y madereros. Además de ser ilegal, cuando la cacería es muy intensa reduce o puede hacer desaparecer algunas poblaciones animales. Hay especies que viven en bajas densidades, se reproducen lentamente, y son más sensibles a los impactos de la cacería. Tal es el caso de los grandes monos, el pejichi (Priodontes maximus), el anta, los paviches o mutunes (fam. Cracidae) y las parabas. Uso de carne de monte en campamentos de extracción forestal Foto: Damián Rumiz 8 Boletín BOLFOR Edición No. 17, Julio 1999 Cuando estas especies son buscadas especialmente por ser muy apetecidas (marimonos, antas, troperos), son las primeras en desaparecer. Entrevistas con la gente local en zonas de recolección tradicional de castaña demuestran la disminución o ausencia de las especies más apetecidas. Las tasas de captura (individuos cazados por persona y por día) en centros cercanos y alejados de las barracas más pobladas muestran que los monos grandes y las antas son muy raros o ausentes en centros cercanos. Estudios en concesiones madereras de Santa Cruz muestran que las tasas de captura no son sostenibles para varias especies y que éstas desaparecen de las áreas de uso intensivo. En varias oportunidades los castañeros mencionaron que en los sitios ya muy utilizados, el éxito de cacería es tan bajo que no compensa el esfuerzo y tiempo empleados. Si el trabajo de un día reporta en promedio dos cajas de almendra, el costo de oportunidad de salir a cazar en vez de recolectar castaña puede no ser económicamente positivo. Por supuesto que en casos de urgencia por falta de comida, esta ecuación cambia y el incentivo de ir a cazar aumenta. carne de res a precios subvencionados como para disminuir los costos de los empleados por cambio en las prácticas. Algunas especies de la fauna (como los jochis, tatúes, el huaso y el taitetú) podrían ser sujetos a ciertos niveles de cosecha sostenible bajo programas de monitoreo de sus poblaciones. Las políticas nacionales sobre recursos naturales tienden a promover el uso de los mismos y es posible que con el tiempo se establezcan planes piloto para el aprovechamiento de fauna. Si las poblaciones se recuperan de su explotación pasada y presente, algunas especies serán buenos candidatos para su uso en un marco más integral de manejo de bosque. Impactos ambientales y manejo forestal sostenible La recolección de castaña, (y otros productos no maderables) constituye un excelente ejemplo de manejo forestal que podría certificarse como sostenible y obtener ventajas en mercados internacionales. Los criterios de evaluación de buen manejo para este tipo de certificación incluyen aspectos jurídicos, sociales y ambientales, además de las técnicas de procesamiento del producto. El incumplimiento de la legislación vigente en cuanto a la prohibición de cacería y el impacto de ésta sobre las poblaciones de fauna constituyen obstáculos a la certificación del manejo de estos bosques. Si bien la legislación sobre cacería puede no ser acorde a la realidad local de esta parte del país, es claro que la actividad extractiva también debe adecuarse a la situación de la fauna, que no es la misma que hace décadas atrás. Las empresas deberían establecer una política clara para reducir la cacería. La captura de especies amenazadas y el comercio de fauna o sus productos deberían ser sancionadas en las áreas de manejo. Se deben buscar alternativas para la alimentación del personal de campo, por ejemplo asegurando la provisión de Cacería de fauna. Pava coto colorado (Penelope sp.) Foto: Damián Rumiz 9 Boletín BOLFOR Edición No. 17, Julio 1999 La Ecología del Comportamiento del Mono Araña Negro en el Noreste de Bolivia - Robert B. Wallace 1 E ste estudio investiga la ecología del comportamiento del mono araña, Ateles chamek, en un bosque intacto dentro del Parque Nacional Noel Kempff Mercado, en el Noreste del Departamento de Santa Cruz, Bolivia. Esta localidad se encuentra cerca al límite sur de la distribución de este género de primate, y representa una posición ecotonal en la biogeografía Neotropical. Una marcada estacionalidad, especialmente desde el punto de vista de la precipitación, también caracteriza a esta zona. Los monos araña negros viven en sociedades de fisión-fusión, en las cuales una “comunidad”, dependiendo de las condiciones ecológicas locales, puede dividirse en subgrupos de diferentes tamaños y membresía. Un análisis de vegetación, dentro del área de estudio de 500 ha, demostró la presencia de cinco hábitats estructural y florísticamente distintos: bosque alto, sartenejal, bosque bajo de lianas, bosque de piedemonte y cerrado. Estos hábitats se encontraron en una franja altitudinal bajando desde la Serranía de Huanchaca, la característica geográfica más importante de la región. Adicionalmente, un muestreo fenológico mensual de 1732 árboles, dentro de parcelas de 0.1 ha ubicadas al azar, demostró que estos hábitats también eran diferentes en términos de patrones de producción de flores y frutos. Los distintos hábitats mostraron picos de abundancia de frutos maduros en diferentes épocas del año. Debido a esto sólo hubo una escasez de frutos que afectó a todo el sitio de estudio durante plena época seca. Los monos araña estudiados fueron altamente frugívoros, concentrando sus esfuerzos de forrajeo en frutos carnosos maduros. Estos recursos estuvieron distribuidos en forma de manchas a través de toda la extensión del rango de la comunidad. Durante épocas de escasez de frutos, la comunidad focal se volcó hacia una dieta más folívora y consecuentemente ajustó su presupuesto de actividades a este cambio dietético. La variación en el tamaño de grupos de monos araña también estuvo relacionada con la abundancia de frutos. 1 Los subgrupos más grandes prefirieron manchas grandes de frutos y la escasez de alimento actuó en contra de la sociabilidad. Además, los patrones de movimiento de los monos araña fueron influenciados por los patrones de distribución de recursos. El área de acción de la comunidad focal fue una franja lineal de 2.34 km2 y cubrió todos los diferentes hábitats. Las variaciones estacionales en uso de hábitat estuvieron relacionadas con las diferencias estacionales relativas en abundancia de frutos y los patrones de movimiento se concentraron alrededor de frutos carnosos maduros localmente abundantes. Este estudio demuestra que el alto número de machos adultos presentes dentro de la comunidad focal es una respuesta a la forma alargada del área de acción y de su extensa circunferencia. Los monos araña son territoriales y los machos filopátricos cooperan en la defensa de varias hembras, cuyos patrones de distribución varían de acuerdo a la disponibilidad de recursos. Los resultados de este estudio fueron interpretados en términos de las estrategias de apareamiento de los machos. Finalmente, las implicaciones para la conservación de estos resultados se discuten, con particular énfasis en la tala selectiva. Los frutos identificados como “recursos clave” y la diversidad de hábitat local son críticos a la sobrevivencia, a largo plazo, de los frugívoros en esta región y deberían ser considerados en planes de manejo para el aprovechamiento forestal sostenible. Consultor - especialista en Vida Silvestre 10 Boletín BOLFOR Edición No. 17, Julio 1999 Hortelanos del Bosque: Interacciones Planta Animal de una Comunidad de Ungulados en un Bosque Neotropical Lilian Painter 1 - E ste estudio examina las relaciones plantas-animales en una comunidad de ungulados de bosque que incluía: tapir (Tapirus terrestris), dos especies de ciervos (Mazama americana y M. gouazoupira) y dos especies de pecaríes (Tayassu pecari y Pecari tajacu). El campamento de investigación se encontraba dentro de un área protegida ubicada en el Escudo Precámbrico en el noreste de Santa cruz, Bolivia. La relevancia de este estudio para el aprovechamiento forestal fue considerada por la importancia del Escudo Precámbrico para esta actividad. Las plantas influenciaron el uso de hábitat por ungulados y las actividades de los ungulados tuvieron un efecto sobre las comunidades de plantas. Hábitats florística y estructuralmente distintos mostraron diferencias significativas en la producción mensual de frutos. El papel de los pecaríes de labio blanco, como depredadores de Socratea exorrhiza, fue investigado experimentalmente. Los pecaríes de labio blanco limitaron el tamaño de las agrupaciones de la palma pachiuba a través de la depredación de semillas denso dependiente y de esa forma promovieron la diversidad del bosque. La preservación de este papel ecológico depende de la presencia no sólo de pecaríes individuales pero de grandes tropas de pecaríes de labio blanco. La dispersión de semillas por tapires fue examinada con pruebas de germinación. Los tapires dispersaron semillas viables de 24 especies. La mayoría de las especies mostraron mayores tasas de germinación después de pasar por el aparato digestivo del tapir. Los tapires son probablemente los principales dispersores de grandes semillas, que los vertebrados más pequeños no logran tragar. Adicionalmente, aunque las frutas pequeñas y sus semillas pueden ser consumidas por un gran número de disperso- Anta (Tapirus terrestris) en un salitral Foto: J. Carlos Herrera sores potenciales, las heces de tapir representan un lugar favorable para su germinación. El efecto de ungulados y pequeños vertebrados herbívoros sobre los claros de bosque en regeneración fue investigado usando parcelas de exclusión de herbívoros. Las actividades de ungulados y pequeños herbívoros alteraron la estructura de la vegetación en regeneración. En general, los efectos sobre la diversidad de especies no fueron estadísticamente significativos. Sin embargo, los resultados sugieren que la herbivoría reduce la habilidad competitiva de las especies herbáceas de más rápido crecimiento. La herbivoría por ungulados también disminuyó significativamente la formación de masas de lianas en claros de bosque en regeneración. Entonces, las poblaciones de ungulados neotropicales juegan un papel importante y promueven la diversidad del bosque a través de dispersión de semillas, depredación de semillas y herbivoría. Esta información provee argumentos a favor de la conservación de poblaciones de ungulados dentro de concesiones forestales. 1 Consultora - especialista en vida silvestre 11 Boletín BOLFOR Edición No. 17, Julio 1999 NuestrasPublicaciones Memoria del Simposio Internacional sobre Posibilidades de Manejo Forestal Sostenible en América Tropical Guía para la instalación y evaluación de Parcelas Permanentes de Muestreo Entre el 15 y 20 de julio de 1997 se llevó a cabo en Santa Cruz, con el auspicio de BOLFOR, IUFRO y CIFOR, el Simposio Internacional sobre Posibilidades de Manejo Forestal Sostenible en América Tropical, que contó con la presencia de 170 invitados provenientes de 18 países extranjeros. Esta reunión buscó el intercambio de experiencias y la diseminación de conocimientos relacionados con el manejo forestal sostenible de los bosques tropicales. La gran variedad de temas tratados en el simposio, desde una legislación eficiente hasta la importancia de la ingeniería forestal, pasando por aspectos ecológicos y económicos, refleja lo complejo que puede ser el manejo. Mediante las distintas presentaciones de los asistentes al evento, se fomentó el intercambio de instrumentos prácticos para la implementación del desarrollo forestal sostenible en los diferentes países, así como la identificación de áreas y temas que requieren mayor atención dentro de este mismo campo. Se trata de una guía que contiene información relacionada a cómo instalar y evaluar una PPM en el marco de la Norma 248/98. También hace algunas recomendaciones para facilitar el trabajo de gabinete y de campo, finalmente presenta un ejemplo de la aplicación de la metodología de tiempos de paso. Para la definición del crecimiento y el comportamiento del bosque después del aprovechamiento, es necesario instalar y evaluar Parcelas Permanentes de Muestreo en áreas donde se implementan los planes de manejo forestal, de acuerdo a lo establecido en la Ley Forestal y sus disposiciones complementarias. Guía para la realización de quemas controladas BOLFOR, en su afán de fomentar la investigación sobre temas relacionados con el manejo forestal sostenible en Bolivia, ha publicado esta guía para la realización de quemas controladas, como un tratamiento silvicultural que favorezca el crecimiento de las especies maderables. Como su nombre lo indica, el texto está abocado a brindar las pautas metodológicas para la realización de quemas controladas que permitan mejorar la regeneración arbórea mediante el control de las especies vegetales competidoras y el aumento de la disponibilidad de elementos nutritivos esenciales, tales como nitrógeno, fósforo y potasio. - Es una publicación trimestral de BOLFOR Proyecto financiado por USAID y PL480 en convenio con MDSP Coordinador de Producción: Edición: Diseño/Diagramación: Revisión de Texto: Ramiro Duchén C. Daniel Nash Delicia Gutiérrez R. Prof. Jorge Pórcel Dirección: Cuarto Anillo, Av. 2 de Agosto Casilla 6204, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia Fax:591-3-480854 Tel: 591-3-480766-480767 Email: bolfor@bibosi.scz.entelnet.bo Web sites:http://www.cadex.org/bolfor/ http://bolfor.chemonics.net/ ____________________________________________________________________________________________________________________________ For information in the U.S., contact CHEMONICS INTERNATIONAL at 1133 20th Street N.W., Suite 600, Washington, D.C. 20036 Tel: (202) 955-3300 • Fax (202) 955-3400 12