TEMA 1: INTRODUCCIÓN. El turismo cultural es una modalidad de turismo que hace hincapié en aquellos aspectos culturales que oferta un determinado destino turístico, ya sea un pequeño pueblo, una ciudad, una región o un país. En los últimos años ha cobrado cierta relevancia en aquellas zonas que han visto limitados otros tipos de turismo: sol y playa, deportivo, etc. Este tipo de turismo precisa de recursos histórico-artísticos para su desarrollo. Es más exigente y menos estacional. El turismo cultural esta considerado parte del grupo de turismo alternativo. El turismo cultural es cuando los turistas se concentran en la cultura de los lugares adonde van, por ejemplo: ver museos o ver cosas construidas muchos años antes, como las pirámides. Características: Este tipo de turismo realiza cortas estancias con una duración de destino entre 3 ó 4 dias Es muy flexible ya que suele combinar la cultura con otras motivaciones con lo que supone un fácil manejo de la demanda siempre que le ofrezca lo que busca. Los lugares de destino principalmente de este turismo son los núcleos receptores históricos. TENDENCIAS. Hay que convenir que el llamado turismo cultural hoy en día se mueve fuera de los espacios turísticos de mayor entidad, para ubicarse en nichos de mercado algunos de ellos muy especializados. Se trata naturalmente de una consideración muy esquemática del turismo cultural, centrado en el patrimonio y/o aspectos muy emblemáticos de la dinámica cultural de un país o región. Otra cosa sería, si se entiende el turismo cultural como aquel en el que el turista realiza algún consumo cultural. En este caso y siguiendo con la perspectiva de una visión amplia del concepto cultura, el porcentaje de turistas culturales sería abrumador. En resumen, hay una cierta tendencia desde fuera del sector turístico a abandonar, por imposible, la parte cuantitativamente más importante de los flujos turísticos al albur de las decisiones, mayoritariamente especulativas, de un reducido grupo de grandes empresas, a las que no se imponen otros límites más que – en algunos casos – los medioambientales. Finalmente la iniciativa más conocida es la de la reordenación o reconversión de destinos turísticos que, por su propia voracidad, han entrado en un proceso de declive. Aquí podríamos incluir muchos destinos turísticos del mundo bien conocidos por todos. Es en este caso en el que se acude con más frecuencia a la oferta cultural para tratar de enriquecer el producto y darle una nueva perspectiva, que permita seguir manteniendo las cuotas de rentabilidad del destino o, al menos, su supervivencia. Naturalmente existen otros modelos de planificación, más basados en criterios de sostenibilidad, aunque, desafortunadamente, no podamos afirmar que sean mayoritarios, al menos por las zonas en que se aplican a o por su evolución posterior. Lo que sí es notable en todo este proceso es la ausencia de expertos y gestores culturales en los procesos de planificación. No tan solo por una exclusión explícita de los equipos de planificación, sino por la falta de voluntad participativa de los estamentos de la cultura. Es decir, el tema no va con ellos. Tanto es así que en múltiples casos en los que he intervenido profesionalmente, la máxima resistencia y dificultad ha estado, precisamente, en interesar e implicar a los responsables culturales de un territorio en los procesos de planificación turística. Los riesgos de esta ausencia tienen una doble vertiente. Por una parte la ausencia de mecanismos de preservación de la cultura local frente a los procesos de aculturación o transculturación consecuencia de la actividad turística. Por otra parte la minimización de la integración de la oferta cultural, de manera significativa, en el contexto de la oferta turística global, con garantías de autenticidad y evitando las banalizaciones típicas del consumo de masas. El abandono, pues, de la voluntad de intervención en los grandes procesos turísticos significa una cierta marginalidad de lo que comúnmente denominamos turismo cultural, circunscrito a opciones y mercados menores. Recursos y actividades culturales: monumentos, museos, espacios rurales, lugares de interés turístico, ferias, congresos y festivales ¿Importancia del legado histórico?¿Recurso histórico a recurso turístico? –Improvisar de otras asignaturas-. TURISMO ARQUEOLÓGICO. El turismo arqueológico está ligado a sitios arqueológicos, yacimientos, museos que exhiben muestras arqueológicas, monumentos y edificios que forman parte del patrimonio históricocultural que se encuentran en una región. El patrimonio arqueológico de un pueblo constituye un recurso cultural muy importante que es imprescindible para su identificación y estimación social. En el arqueoturismo (también es llamado así) existen paquetes turísticos que ofrece la posibilidad de participar en excavaciones arqueológicas y así compartir con los expertos la vivencia de una intervención arqueológica, los turistas pueden descubrir la arqueología y hacer turismo al mismo tiempo. Los destinos arqueológicos más visitados del mundo son: Egipto, Grecia, México, Italia, Francia y España. TEMA 2: EGIPTO Y SU HISTORIA. UN DESTINO TURÍSTICO CONSOLIDADO. RESUMEN. Una larga historia de miles de años El pueblo egipcio, de raíz mediterránea, se encontraba instalado en el valle del Nilo desde el año 10.000 a.C., formando pequeños núcleos independientes de agricultores llamados nomos. Sus moradores pertenecían a la rama mediterránea de la raza caucásica, de baja estatura, morenos, de cabeza alargada, cabello negro y nariz ligeramente aquilina. Posteriormente habrían de mezclarse con elementos negroides por lo cual al final de su período de esplendor, ya en la decadencia, la raza aparece totalmente mezclada. Durante esta etapa de la cultura egipcia los principales avances fueron en materia agrícola. Se crearon sistemas de riego con canales, se sanearon grandes zonas pantanosas y se logró el aprovechamiento integral del lino, con el cual se fabricaban telas de muy buen calidad. En el plano metalúrgico se realizaban armas, herramientas y utensilios en pedernal, oro y cobre y se lograron perfeccionar técnicas artesanales para pulir y esmaltar la cerámica. Además de grandiosos monumentos como las conocidas pirámides de Keops, Kefren y Micerino, que se muestran en la imagen. El progreso intelectual fue bastante importante. Al parecer aunque no se han encontrado vestigios, conocían ya una forma rudimentaria de escritura e inventaron el primer calendario solar de la historia. Por razones de conveniencia táctica o porque simplemente la voluntad de algún príncipe logró imponerse sobre los demás nomos los estados dispersos se unieron dando origen a dos grandes reinos situados en el norte y sur del país. Es así como, hacia el año 3.100 a.C. el país alcanzó una primera unidad política, cuando el legendario Rey Menes reunió bajo su poder los reinos del Alto y del Bajo Egipto. A partir de esta fecha, los reyes llamados faraones, consolidan la unidad del país. Están agrupados en dinastías. La historia de los faraones se estructura en veintiséis dinastías, que dan lugar a varios períodos importantes dentro de la historia egipcia. FORMACIÓN DEL ESTADO FARAONICO Y EL IMPERIO ANTIGUO. Imperio Antiguo (2780-2200 a.C.) Comprende la dinastía VI. Durante este período, la unidad se consolida, mientras se desarrolla la agricultura del país. La capital, que en un principio residió en Tinis, es trasladada por el faraón Zoser a Menfis, en el bajo Egipto. La prosperidad del país se tradujo en las grandes construcciones funerarias del propio Zoser y, sobre todo, de los faraones de la IV dinastía Keops, Kefrén (en la imagen) y Micerino-, que ordenan levantar las impresionantes pirámides de Giseh. En el antiguo imperio no existía separación alguna entre la Iglesia y el Estado. El mismo faraón era a su vez, gobernante supremo y sumo sacerdote del culto. Hacia el año 2000 a.C., la autoridad del faraón se debilita, en parte, porque gobernantes débiles permitieron que los funcionarios poco a poco fueran usurpando el poder real del faraón. Esto dio origen a que se multiplicara el espíritu regional latente en algunas zonas, que desafió abiertamente la autoridad central. En esta etapa la política del faraón se basaba en la paz, por lo que no contaba con un ejército permanente. Pero toda esta paz y la prosperidad del antiguo Egipto se vino abajo cuando los gobernadores de los nomos comenzaron a usurpar el poder del faraón y cuando se exigieron nuevos impuestos con el fin de financiar obras públicas. Esto motivó el empobrecimiento de gran parte de la sociedad en cuyo seno se fue encendiendo el descontento hacia los gobernantes. Por último, se vino a sumar a la insatisfacción y a la rebelión de las masas, la invasión del territorio por tribus negroides y asiáticas, la mayor parte de las cuales eran inferiores en cuanto a nivel cultural que habían alcanzado los egipcios en el período de prosperidad. Es así como la unidad se rompe y aparecen dinastías locales, entre las que sobresalen los príncipes de Tebas. CONCEPCIONES FUNERARIAS Y ENTERRAMIENTOS. Dentro de las costumbres funerarias del Antiguo Egipto, los antiguos egipcios seguían una elaborada serie de "rituales de enterramiento" que consideraban necesarios para asegurarse la inmortalidad tras la muerte. Estos ritos y protocolos incluían la momificación, la pronunciación de hechizos mágicos y la inclusión de objetos muy específicos en las tumbas, que se pensaba que serían necesarios en la otra vida. Las costumbres mortuorias utilizadas por los antiguos egipcios evolucionaron a lo largo de los años, descartándose las más antiguas y adquiriendo algunas nuevas, pero la mayoría de los elementos importantes del proceso persistieron. Aunque los detalles específicos cambiaron con el tiempo, la preparación del cuerpo, los rituales mágicos empleados y los objetos depositados en las tumbas eran las partes esenciales de un funeral egipcio apropiado. Momificación. Mantener el cuerpo del individuo intacto tras el fallecimiento era necesario para que el ka o la "fuerza vital" de los egipcios tuviera un sitio donde habitar tras la muerte. Los enterramientos pocos profundos en la arena caliente del desierto muchas veces servían como momificación; pero cuando los cuerpos se enterraban en tumbas, empezaban a descomponerse rápidamente. Los antiguos egipcios usaban la momificación para impedirlo. La momificación comenzó a usarse durante el Antiguo Imperio, pero no se desarrolló por completo hasta el Nuevo Imperio. Continuó practicándose hasta la desaparición de la religión egipcia. Los servicios funerarios eran accesibles para cualquiera que pudiera pagarlos, aunque sólo los miembros de la sociedad más adinerados podían permitirse servicios más elaborados. La momificación sólo estuvo disponible para los ricos cuando los métodos se simplificaron y se hicieron más rápidos y menos costosos. El tiempo medio empleado para momificar a un rey o reina era de unos 70 días. Práctica: Aunque no hay registros que documenten el proceso exacto que los egipcios usaban para momificar humanos, hay documentos que describen la momificación del sagrado toro de Apis, que junto a las descripciones de Heródoto y el examen de las momias encontradas permite a los estudiosos deducir el proceso de momificación más probable. Los egipcios pensaban que el corazón era el centro de la inteligencia, y la parte mágica del cuerpo. El proceso básico comenzaba colocando el cuerpo sobre una tabla plana, y practicando un corte en el abdomen. En las momificaciones más elaboradas, el corte lo hacía un sacerdote llevando una máscara de Anubis, la deidad asociada con la momificación y guardián de la Necrópolis. Después, el cuerpo se lavaba por dentro y por fuera con vino de palma. Los pulmones, el hígado, los intestinos y el estómago se extraían, se momificaban aparte y se introducían en vasos canopos. El corazón se dejaba intacto, ya que los egipcios creían que en él residía la esencia de la persona. Dado que los antiguos egipcios no conocían la función cognitiva del cerebro, lo extraían rompiendo la delgada capa de hueso que separa la cavidad nasal y la craneal. Para conseguirlo, introducían una vara en forma de garfio por la nariz, agitando el cerebro hasta que se volvía líquido y se vertía a través de la nariz. Después limpiaban la cavidad craneal con lino y la cubrían con resina caliente para sellarla. La cavidad corporal y las partes separadas se lavaban nuevamente con vino de palma. El cuerpo se sumergía en natrón durante unos cuarenta días, con paquetes de natrón dentro del pecho. El natrón deshidrataba el cuerpo, lo cual, junto a la alta concentración de sales, prevenía la aparición de bacterias y la descomposición del cadáver. Después, la momia se envolvía en una serie de tiras de lino, pegadas al cuerpo con brea o resina. Entre los pliegues se introducían amuletos mágicos para proteger el cuerpo de espíritus malignos y ayudar al alma en su viaje a la otra vida. Todo este proceso se completaba en 70 días, tras lo cual la momia se entregaba a la familia del difunto para su entierro. Objetos: Desde los tiempos más remotos de la historia egipcia, cada egipcio se ha enterrado con al menos un pequeño ajuar funerario, un conjunto de objetos que pensaban que les serían necesarios tras la muerte. Este ajuar consistía, como mínimo, en una serie de objetos cotidianos como tazas o peines, entre otros utensilios, además de comida. Los egipcios más adinerados se enterraban con joyería, muebles, y otros artículos de lujo, los cuales atraían a los ladrones de tumbas. El ajuar también incluía un Urs, un amuleto con forma de almohada diseñado para proteger la cabeza de la momia. A medida que las tradiciones funerarias se desarrollaban en el Antiguo Imperio, los ciudadanos más acaudalados eran enterrados en ataúdes de madera, acompañados por una mayor variedad de artículos de lujo. Al comienzo del Primer Periodo Intermedio, las figuras de madera se convirtieron en objetos funerarios muy populares. Estas figuras normalmente representaban actividades cotidianas que el fallecido esperaba continuar haciendo en la otra vida. Además, el ataúd de forma rectangular se convirtió en el estándar, siendo adornado con birllantes pinturas e incluyendo con frecuencia algunas ofrendas. En el Imperio Nuevo, algunas de las antiguas tradiciones funerarias cambiaron. Por ejemplo, se popularizó el ataúd de forma antropomórfica, y se empezaron a incluir en las tumbas pequeñas estatuas Ushebti, que los egipcios pensaban que trabajarían para ellos en la otra vida. En los últimos enterramientos, la cantidad estatuas ushebti aumentó; en algunas tumbas se han encontrado más de cuatrocientas estatuas. Además de los ushebti, se podía añadir a las tumbas muchos tipos de figurillas mágicas para proteger a los muertos de cualquier tipo de daño. Aunque los tipos de objetos funerarios fueron cambiando a lo largo de la historia del Antiguo Egipto, su función de proteger a los muertos y servirles como sustento en la otra vida permaneció como un propósito común. TEMPLOS Y PIRÁMIDES. Los templos egipcios son la imagen de la casa del dios. En la época predinástica eran simples capillas de techo arqueado, construidas con elementos vegetales. Durante las primeras dinastías pudieron surgir los primeros templos de adobe. En el Imperio Antiguo, Imhotep erige el primer complejo fúnebre monumental con piedra labrada, presidido por una pirámide escalonada, surgiendo los primeros templos en piedra, imitando las capillas de estructura vegetal aunque simbólicos, como un decorado, pues no se podía acceder a ellos; en Guiza perduran restos pétreos de templos de Keops, Kefrén y Micerino, faraones de la cuarta dinastía, formado parte de ambiciosos complejos funerarios presididos por inmensas pirámides. Posteriormente surge el Templo Solar, bajo el reinado de Userkaf, el primer faraón de la dinastía V, para representar los rituales de sacerdotes de Heliópolis al dios Ra. En el Imperio Medio, destaca el monumental complejo de Hawara, en El Fayum, denominado el «Laberinto» por Heródoto, que lo visito, y del que apenas quedan restos. Los templos más monumentales surgen en el Imperio Nuevo. Tipológicamente están constituidos por: Una avenida con esfinges a ambos lados: el dromos El acceso, entre dos pilonos (grandes muros trapezoidales) decorados con bajorrelieves policromados, dos obeliscos, estatuas y estandartes. Un patio descubierto con columnas exentas o conformando pórticos perimetrales: la sala hipetra Una gran sala con columnas, cubierta: la sala hipóstila Una pequeña cámara sagrada, de menor tamaño, ténuamente iluminada: el santuario. Un lago sagrado que servía para representaciones rituales y como reserva de agua potable. Templos menores anexos, dedicados a diversos dioses, como las mammisi "casas de nacimiento divino". El templo se completaba con una residencia para sacerdotes, aulas para escribas, archivosbibliotecas y almacenes de alimentos y materiales. El conjunto se protegía con una muralla perimetral. Con la gradación de la luminosidad y el tránsito de amplios espacios abiertos a otros menores y cerrados se conseguía un magnífico ambiente para celebrar los ritos religiosos. Esta disposición arquitectónica enfatiza la división social, pues el pueblo sólo puede llegar hasta los pilonos, los altos funcionarios y militares tienen acceso a la sala hipetra; la familia real puede entrar en la sala hipóstila y los sacerdotes y el faraón al santuario. Durante el Imperio Antiguo los templos son parte del complejo de la pirámide, o templos Solares. En el Imperio Nuevo se construyen templos monumentales en Deir el-Bahari, Karnak, Luxor, Abidos, y Medinet Habu; posteriormente en Edfu, Dendera, Kom Ombo y File. Las pirámides eran parte de un conjunto funerario, surgiendo como grandes edificaciones monumentales en la época de Dyeser (Zoser) faraón de dinastía III, resurgiendo durante el Imperio Medio, aunque erigidas con ladrillos de adobe y revestimiento de piedra. Las últimas pirámides, aunque menores y más estilizadas, se construyen durante la dinastía XXV, en Kush y se encuentran en las necrópolis de Meroe y Napata. Los complejos funerarios, habitualmente, están integrados por: La pirámide, componente simbólico primordial de todo el conjunto, con la cámara funeraria real en su interior a la que se accedía por un pasaje desde la cara norte. Las pirámides secundarias, utilizadas como enterramientos de las esposas del faraón o como monumentos funerarios. El templo alto, situado junto a la cara este de la pirámide, que servía para perpetuar la memoria del faraón. El templo del valle, en la ribera del río Nilo, o de un canal, con un embarcadero. La calzada procesional, que comunicaba el templo alto con el del valle, decorada con bajorrelieves. Las Barcas solares, enterradas en fosos, para que el faraón pudiera navegar por el cielo para encontrarse con el dios Ra. El recinto amurallado que rodeaba la pirámide y parte del conjunto. El faraón Seneferu, primer rey de la dinastía IV, padre de Jufu, ordenó construir tres inmensas pirámides diferentes. La pirámide de Jufu (Keops) se incluyó entre las Siete Maravillas del Mundo y es la única de estas siete que ha perdurado hasta nuestros días. La Pirámide de Keops Levantada por el faraón Keops hace casi 5.000 años, es una imponente construcción cuyas dimensiones originales eran 146 metros de altura y 230 metros de lado, si bien, debido a la erosión y al desmantelamiento de su recubrimiento, en la actualidad mide 137 metros de altura y 230 metros de lado. Se ha calculado que en su construcción se emplearon más de dos millones y medio de bloques de piedra. La pirámide contiene una serie de pasadizos y cámaras, entre las cuales está la que albergó la momia del faraón. En la actualidad no ha quedado rastro de la momia ni de los tesoros que pudo contener la pirámide; se supone que la pirámide, como casi todas las tumbas de faraones, fue profanada y vaciada de todo su contenido. De hecho, la única representación que se ha conservado del faraón Keops es una estatuilla de apenas cinco centímetros de altura, la cual contrasta con la gigantesca construcción que Keops legó a la humanidad. Durante el presente milenio, el revestimiento exterior fue poco a poco extraído para construir con él otras edificaciones. Se calcula que han sido desmantelados casi el diez por ciento de los bloques de piedra originales de la pirámide. La Pirámide de Kefrén Fue levantada por el faraón Kefrén, hijo de Keops, en una meseta cercana a la pirámide de Keops. Se cree que Kefrén no quiso superar la altura de la pirámide de su padre por respeto a éste, si bien, al haberla construido en un terreno elevado, el efecto visual es que la pirámide de Kefrén es mayor que la de Keops. La pirámide que muestra la imagen mide 136 metros de altura y 210 metros de lado. Se puede distinguir con facilidad de la de Keops porque conserva en la parte más alta parte del recubrimiento calizo que tenía originalmente. La Pirámide de Micerinos Es la más pequeña de las tres, con 66 metros de altura y 108 metros de lado. De nuevo, Micerinos, hijo de Kefrén, levantó una pirámide de menor tamaño que la de su progenitor, supuestamente por respeto hacia él. La pirámide está recubierta de granito rosado en la parte inferior, mientras que el resto del recubrimiento es piedra caliza. Junto a la pirámide se encuentran otras tres más pequeñas, las cuales posiblemente albergaban las momias de esposas o altos dignatarios. Rituales: Tras preparar la momia, era necesario que un sacerdote la reanimara simbólicamente. El "Ritual de la Apertura de la Boca" era dirigido por un sacerdote, quien pronunciaba un hechizo y tocaba a la momia o al sarcófago con una azuela de cobre o piedra. Esta ceremonia servía para asegurarse de que la momia pudiera hablar y respirar en la otra vida. Del mismo modo, el sacerdote podía recitar hechizos para reanimar los brazos, las piernas y otras partes del cuerpo de la momia. Además del "Ritual de la Apertura de la Boca", a muchas momias se las enterraba junto a algún tipo de "literatura funeraria", para que la llevaran a la otra vida. La mayoría de esta literatura consistía en una lista de hechizos e instrucciones para navegar hacia la otra vida. Durante el Antiguo Imperio, sólo el faraón tenía acceso a este material, al que los expertos se refieren como los Textos de las Pirámides, textos que ayudaban al faraón en la otra vida. El faraón Unis fue el primero en usar esta colección de hechizos, ya que aparecen grabados en las paredes de su pirámide y en las de algunos de sus sucesores. También se han encontrado algunos de los hechizos de los Textos de las Pirámides en cámaras funerarias de oficiales de alto rango y en muchos ataúdes que datan del Primer Periodo Intermedio de Egipto y el Imperio Medio. En esta época los textos evolucionaron hacia lo que los estudiosos llaman los Textos de los Sarcófagos. En este periodo, los nobles y algunos egipcios sin parentesco con la realeza empezaron a tener acceso a la literatura funeraria, que más tarde evolucionaría hasta dar lugar al conocido Libro de los Muertos. En tiempos del Nuevo Imperio, cualquier egipcio que pudiera permitirse un Libro de los Muertos disponía de los hechizos e instrucciones necesarios para llegar a la otra vida sano y salvo. Las barcas funerarias formaban parte de las prácticas funerarias de los egipcios, que las introducían en ciertas tumbas. El propósito exacto de este ritual ha sido motivo de debate entre los egiptólogos durante mucho tiempo, y a día de hoy nadie tiene claro que función tenía. Podria ser el transportarse en la vida eterna con mas facilidad. TOPOGRAFÍA. Situado al noreste de Africa, el Egipto antiguo ocupaba el valle del Nilo desde la primera catarata hasta el Mediterráneo. Por el este y el oeste lo rodeaban los desiertos de Arabia y Libia, es por eso que Egipto sin el río también sería un desierto. Sin embargo, se nos muestra como una cuna brillante y creadora de una de las primeras civilizaciones históricas. El "milagro" se debe a la presencia y acción del río Nilo. Con sus inundaciones periódicas y anuales, este río transformó el país en un oasis, donde la vida se desarrollaba hasta donde llegaba la acción bienhechora de sus aguas y sus aluviones. Por eso Heródoto calificó el país como "un regalo del Nilo", y los egipcios convirtieron al río en un dios. PRIMER PERIODO INTERMEDIO El Primer Periodo Intermedio de la historia del Antiguo Egipto transcurre de c. 2175 a 2040 a. C. Es una época donde el poder está descentralizado y transcurre entre el Imperio Antiguo y el Imperio Medio. Comprende desde la Dinastía VII hasta medidos de la Dinastía XI, cuando Mentuhotep II reunificó el país bajo su mando (c. 2040 a. C.). Algunos egiptólogos, consideran que las dinastías VII y VIII pertenecen al anterior periodo, el denominado Imperio Antiguo de Egipto. El derrumbe del Imperio Antiguo Durante el reinado de Pepy II, faraón de la dinastía VI, la situación política se deterioró gravemente. La grandes concesiones económicas de los faraones al clero y el incremento de poder de los nomarcas y caciques locales, habían debilitado a la monarquía y sus instituciones. Los grandes recursos destinados al clero, y en los enterramientos, produciría una situación de ruina. Las riquezas se acumulaban en improductivos ajuares de tumbas y gastos de cultos funerarios; gran parte de los recursos del país se consumían en los templos. Además, Egipto y amplias zonas de su entorno sufrían un periodo de sequía, con una menor afluencia de aguas del río Nilo, provocando una situación de carestía y hambruna en el pueblo egipcio, y en las tribus nómadas del desierto, que las obligaba a buscar medios de subsistencia en las tierras fértiles del Delta. Esto precipitó el derrumbe de la monarquía menfita; la anarquía, el hambre y la incertidumbre se adueñan del país y el Delta es ocupado por oleadas de asiáticos. Aunque los textos históricos son muy escasos, y parece existir un cierto caos político y social, que a veces resulta exagerado, no parece demostrada la ruptura generalizada de los nuevos gobernantes con el anterior poder real. IMPERIO MEDIO (2000-1800 a.C.) Está constituido por las dinastías XI a la XIII. El país es nuevamente unificado por los príncipes tebanos, con predominio del Alto Egipto. Este período se caracteriza especialmente por la debilidad del gobierno central y el aumento del poder de de los monarcas de los nomos, quienes terminaron por desempeñar en sus regiones las funciones que hasta entonces sólo eran facultativas del faraón. El Reino Medio alcanza su máximo esplendor con la XII dinastía, cuyos faraones lograron recuperar gran parte de su antiguo poder, sometiendo a los príncipes y monarcas y restableciendo la unidad. Sin embargo, con el fin de la XII dinastía el país nuevamente conoció el caos y el desorden, además de soportar la invasión de pueblos extranjeros. La nobleza nunca pudo perdonar a quienes habían arrebatado sus privilegios y es posible que gracias a una contrarrevolución volvieran a asumir el control real del aparato del Estado dejando nuevamente a los faraones con un poder nominal. Durante la dinastía XIV, se produce la invasión de los hicsos (siglo XVIII), que acaba con el imperio. Gracias al desorden imperante en todo el territorio ya que este pueblo del Asia occidental ya utilizaba el caballo y el carro de guerra, los hicsos lograron imponerse fácilmente en todo el valle aun cuando su dominio efectivo se limitaba sólo al delta. La dominación hicsa tuvo la virtud de unificar al pueblo egipcio en torno a la lucha de un enemigo en común. A fines del siglo XVII los príncipes del Alto Egipto emprendieron la guerra de liberación contra el invasor, donde surgió el germen bélico que determinaría el carácter del nuevo imperio. El principal gestor de la victoria fue Tutmosis I, fundador de la XVIII dinastía. IMPERIO NUEVO. Imperio Nuevo (1600-1100 a.C.) Después de Tebas se dirige otra vez la reconstrucción. El príncipe tebano Amasis expulsa a los hicsos. Se inicia la dinastía XVIII y el Imperio Nuevo, que dura hasta el año 1.100. Es la época más floreciente de Egipto. Su principal característica es el afán expansionista que llevó a los egipcios a crear uno de los imperios más extensos de la antigüedad. Como existía la maquinaria bélica montada para expulsar del territorio a los hicsos, no fue difícil organizar el ejército bajo el mando de Tutmosis II quien logró conquistar Siria y terminó por dominar desde el río Eufrates a las cataratas más remotas del Nilo. Sin embargo, el territorio conquistado era enorme y era difícil administrarlo, lo que animaba a los pueblos sometidos para liberarse de los invasores. Por otra parte, las enormes riquezas que llegaba a Egipto procedentes de los estados tributarios, terminaron con la fuerza del Estado, al fomentar el vicio, el lujo y la corrupción entre todos los estratos sociales, sobre todo entre los jerarcas militares y nobles que eran los más firmes sostenedores de la estructura del poder. En el siglo XII Egipto había perdido casi todo el territorio conquistado. Para ese entonces ya reinaba el desorden y la anarquía. El año 1000 a.C. Egipto nuevamente se debilitó y se rompió su unidad. Primero pasó a manos de los asirios, hacia el año 661. Más tarde, en 525, el rey persa Cambises lo incorporó a su imperio. Tras las grandes conquistas de Alejandro Magno, se convirtió en un reino helenístico. Su última representante es la reina Cleopatra, derrotada por Octavio en Actium (31 a.C.), con lo que Egipto pasó a manos de Roma. PRIMER MILENIO A.C. PERIODO TARDÍO. Después le sucede un periodo caracterizado por la gran influencia y poder de los sumos sacerdotes de Amón, hasta tal punto que alrededor del 1000 a. C. dos dinastías se reparten el control del imperio, con la presencia en Tebas de los sacerdotes de Amón como herederos y gobernadores independientes, con el apoyo ocasional de los libios. El proceso de descentralización es imparable, llegándose a contabilizar hasta veinte reinos distintos, gobernados por los nomarcas, absolutamente independientes a las puertas del 800 a. C. Los enfrentamientos entre los mismos eran constantes hasta que en el 715 a. C., Sabacon, procedente de Kush, volvió a unificar bajo su mando buena parte de los nomos y reincorporó a Kush que llevaba 500 años de independencia. Esto no acabó con los procesos desestabilizadores procedentes de los asirios en el Norte y los etíopes en el Sur. El avance del imperio Persa hacia el 520 a. C. de la mano del rey Cambises II dio al traste definitivamente con el imperio faraónico y la dependencia de Egipto por vez primera de reyes extranjeros. Pero sería Alejandro Magno quien, en el 332 a. C. terminaría por conquistar el país EGIPTO HELENISTICO Y ROMANO. Los Ptolomeos Egipto cayó bajo la influencia de la cultura griega con la mera presencia durante menos de un año de Alejandro Magno que modificó completamente la organización persa y se hizo nombrar faraón. Muerto Alejandro, el general macedonio Ptolomeo I Sóter, que ya era gobernador según un reparto realizado por los propios generales alejandrinos, se proclama rey en el 305 a. C. Ptolomeo y sus herederos instauran un modelo parecido al faraónico, la dinastía Ptolemaica, con clara división en castas que se distribuyen los trabajos en función de su origen: griegos, judíos y egipcios. El reino sigue dividido en nomos y se ejercerá una verdadera autocracia con un férreo control sobre todas las materias, especialmente la producción agrícola y con sistemas de arrendamientos para la explotación pues la tierra era del faraón. Se estableció el cupo de exportaciones necesarias por año y se centralizó la actividad crediticia en una sola entidad financiera propiedad de la corona. En el terreno militar se enfrentarán con la expansión en Siria, pero la creación de Alejandría convertirá a Egipto en un país con claros intereses en el Mediterráneo. Así, con los primeros Ptolomeos se conquista Chipre y otras islas griegas, estableciendo puertos en la orilla norte del mar. Sin embargo, el modo de explotación territorial y personal no hará extender entre los millones de egipcios que pueblan el país un sentimiento de pertenencia al mundo helenístico. Las sublevaciones serán constantes y los enfrentamientos evidencian una manifiesta ruptura entre los dirigentes y la ciudad de Alejandría por una parte (que alberga sólo a un 4% del total de la población del país), y el resto por otra. La figura de Cleopatra VII, enfrentada dinásticamente a Ptolomeo VIII Evergetes II, a pesar de lo literario y romántico de su historia personal con los generales romanos Julio César y Marco Antonio, no pudo evitar el fin de la dinastía, que es derrotada decisivamente en Actium en el año 31. Roma Bajo el dominio romano el prefecto se convierte en la máxima autoridad, dependiente sólo del Emperador. Las castas establecidas por la dinastía Ptolemaica se mantienen y aún se refuerzan, con la división del trabajo que prima a griegos y judíos y, ahora, los ciudadanos romanos. Los tributos en especie, sobre todo el trigo, serán fuente importante para Roma. La cristianización de la metrópoli se extenderá en su conquista de Egipto y el nuevo territorio del Imperio verá ascender al clero cristiano -especialmente al Patriarca de Alejandría- a los puestos más altos dentro de la nueva sociedad. Bizancio A la muerte de Teodosio el Imperio queda dividido hasta que en el año 476 Odoacro depone al último emperador del Imperio romano de Occidente, Rómulo Augústulo. El Oriental, con capital en Constantinopla, consiguió mantenerse con las provincias de Grecia, Balcanes, Palestina, Siria y Egipto, estas tres últimas las más ricas que abastecían al resto. Antioquía y Alejandría eran las ciudades más importantes, con un floreciente comercio y con artesanos dedicados a la creación de objetos de lujo para una aristocracia dueña de las tierras y sus rentas: la creación de latifundios como consecuencia de la crisis productora del siglo III se acentúa en este periodo con grandes concentraciones de tierras a las que no es ajena la Iglesia católica. En Alejandría proliferaban las escuelas, y en su biblioteca discutían filósofos cristianos y paganos. Justiniano intentó poner orden, pero las provincias eran asoladas por milicias privadas que desafiaban la autoridad y saqueaban a los campesinos. Con todo, el problema principal era de tipo religioso, sobre todo en Egipto: Cuando el concilio de Calcedonia condenó el monofisismo mayoritario en Egipto, provocó una gran escisión: la ortodoxia era defendida por mercaderes y funcionarios relacionados con Constantinopla, mientras que el pueblo defendía a los monofisistas uniendo el rechazo a la autoridad (y al fisco) con la defensa de la lengua y cultura propia, fundándose entonces la Iglesia copta. A la muerte Justiniano en el año 565 la aristocracia local deja de sustentar el poder imperial, y la desunión facilita las invasiones. Bizancio mantenía una fuerte presencia militar con una flota en Alejandría, pero eso no fue obstáculo para que en el 618 el imperio persa hiciera una incursión en territorio egipcio hasta que Umar ibn al-Jattab conquistase en el 638 el país. EGIPTO COMO DESTINO TURISTICO. ANALISIS DE LA OFERTA ACTUAL. Egipto: un destino que crece en Turismo Durante el pasado año 2010, Egipto recibió a cerca de 15 millones de turistas, lo que supone un incremento del 11% respecto al año anterior. Estos son algunos de los datos que ha hecho públicos el Viceministro y presidente de la Autoridad Egipcia de Turismo de Egipto, Amr El Ezabi, que se encuentraba en España con motivo de la celebración de Fitur. A lo largo de 2010, los beneficios derivados de la actividad turística alcanzaron casi 9.000 millones de euros. Además, la capacidad hotelera se ha incrementado en aproximadamente 7.000 habitaciones en el periodo de un año hasta alcanzar un total de 240.000 habitaciones. Se están construyendo nuevos hoteles, y de cara al futuro, se prevé que la capacidad hotelera de Egipto se amplíe hasta 500.000 plazas, lo que situará a Egipto como el país con mayor capacidad de la región. El viceministro y presidente de la Autoridad Egipcia de Turismo de Egipto, Amr El Ezabi, señaló que ‘estamos muy satisfechos con este nuevo record de visitas de turistas a nuestro país. Egipto ha sido siempre un foco de atracción turístico, aumentando cada año el número de visitantes. Este incremento demuestra que Egipto es un destino que tiene mucho que ofrecer a los turistas ya que no sólo van a encontrar cultura e historia sino también, ocio, diversión, hermosas playas y buen clima durante todo el año’, concluyó. En España, cerca de 150.000 ciudadanos decidieron viajar a Egipto durante el año pasado. Este país se está convirtiendo en un destino cada vez más elegido por los turistas españoles. Cuando visitan Egipto, los turistas españoles eligen generalmente paquetes de viajes combinados que ofrecen tours por diversas ciudades como El Cairo, Luxor o Asuán, y que incluyen además un crucero por el Nilo. Asimismo, esta estancia puede a menudo prolongarse para visitar la costa del Mar Rojo o los oasis del desierto. NUEVAS PERSPECTIVAS. Inversiones en turismo Egipto ha visto incrementada la llegada de turistas gracias a las fuertes inversiones realizadas por el gobierno del país. Por ellas, se han desarrollado importantes productos históricos y naturales, como el proyecto de El Cairo, para conservar todos los edificios religiosos, el desarrollo del ecoturismo en el oasis de Siwa (en el desierto occidental de Egipto), o la promoción de nuevos destinos como Marsa Alam y la costa septentrional, que va desde Sallum a Rafah. También se están llevando a cabo importantes inversiones en la costa mediterránea y en la costa del Maro Rojo. De hecho, ya hay varias empresas españolas que han invertido para la puesta en marcha de varios complejos turísticos como Sol Meliá, que acaba de abrir las puertas de un extraordinario resort cinco estrellas en Egipto, el hotel Meliá Sharm, ubicado a orillas del Mar Rojo, en la ciudad de Sharm El Sheikh (península del Sinaí). Por otro lado, uno de los sectores de mayor auge en Egipto y hacia el que se está dirigiendo mucha inversión actualmente, es el turismo de incentivos, aquel que ofrece al visitante toda una serie de actividades de ocio que hacen de su visita un lugar para el descanso y el disfrute de los mayores lujos. Del mismo modo, sectores como el turismo residencial y el ecoturismo (turismo de carácter ecológico), están hoy día muy en auge en todo el país, así como el turismo del golf, que ha crecido notablemente durante los últimos años. Lo que siempre ha diferenciado Egipto de otros lugares es la idea de que el turista viene para descubrir una cultura milenaria, historia, grandes tesoros de la arqueología y una sociedad diferente y atractiva. Hoy en día, Egipto ha diversificado su oferta para ofrecer a sus visitantes no sólo un destino de carácter cultural e histórico, donde descubrir múltiples maravillas, sino un lugar donde también se puede disfrutar de los placeres del sol, el buen tiempo, fabulosas playas, espectaculares balnearios, oasis y un sinfín de posibilidades de diversión y ocio como los deportes acuáticos o los campos de golf. TEMA 3: GRECIA Y SU HISTORIA. UN DESTINO TURÍSTICO CONSOLIDADO. SINTESIS DE LA HISTORIA DE GRECIA Y SU SIGNIFICADO. Ubicación: al sureste de Europa y ocupa parte de la península de Balcanes. Gracias a los descubrimientos arqueológicos, se sabe que la griega clásica no fue la primer cultura del Egeo. Mucho tiempo antes se había desarrollado en la isla de Creta la Civilización Minoica, que por sus actividades económicas y artísticas generó una unidad cultural en la región. La escritura ideografía (creada por los cretenses) no pudo ser aun descifrada. El hallazgo de importantes palacios en la isla como el de Cnosos (se hallaba en el centro de la isla), con grandes depósitos de bellas obras, hace suponer la existencia de una sociedad que gozaba de un fuerte desarrollo comercial. El comercio marítimo y la producción artesanal eran las principales actividades de los cretenses. Recorrieron el mar en todas direcciones, mantuvieron conexión con Egipto. También se dedicaron a la agricultura y la ganadería. En 1600 a. C. Creta comenzó a ser molestada por los aqueos, pueblo de origen indoeuropeo que se había asentado en Grecia. La ciudad de Micenas fue el centro político de los aqueos. Los griegos llegan al Egeo: La historia de Grecia comienza con la llegada de los primeros grecoparlantes (es decir, gente de habla griega) al Egeo. Los griegos pertenecían a la familia lingüística de los pueblo indoeuropeos. Llegaron en sucesivas oleadas y se unieron a las poblaciones establecidas allí anteriormente. A partir del 2000 a. C. tuvo lugar la primera oleada griega. Integrada por los aqueos y los jonios. Los Aqueos se instalaron en el Peloponeso y tuvieron como centro la ciudad de Micenas, dominaron a los cretenses y formaron la cultura cretomicénica. En esta época surgió la rivalidad con Troya. Los Jonios ocuparon el Ática, donde luego iba a crecer una de las ciudades más importantes, Atenas. Cerca del 1200 a.C. tuvo lugar la segunda oleada griega, conformada por los dorios, quienes provocaron la destrucción de la civilización cretomicénica. Los aqueos estaban indefensos frente al poder de los dorios ya que estos tenían armas de hierro. Muchos aqueos huyeron y se instalaron en las costas de Asia Menor. Como hay quedado testimonios escritos de los siglos siguientes a la dominación doria, los historiadores han llamado Edad Oscura a esta época. Este nombre ni implica que en ella no hayan tenido lugar sucesos de importancia, ya que al final de este periodo se formaron las ciudades - estado o polis. Los dorios fundaron Esparta, en el Peloponeso. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE CIVILIZACIONES MINOICA Y MICENICA. LA CIVILIZACIÓN GRIEGA: NEOLITICO, Neolítico: Se inicia en el 7.000 a.C. y concluye en el 4.000 a.C. Es una época de cambio transcendental: - Se pasa de la economía depredadora a la productiva. - Este cambio produce cambios en todos los aspectos de la vida (sociales, forma de vida, mentalidad). A este cambio se le llama Revolución neolítica. - Antes se definía el Neolítico como un cambio en la forma de construir los instrumentos de piedra. - Las piedras se pulimentaban con una sustancia corrosiva se practicaba el filo, se pasa de construir instrumentos de caza a instrumentos agrícolas. - Es más importante que aprenden a producir las plantas que quieren y consiguen hacer que los animales se reproduzcan. - Los yacimientos se identifican por encontrar instrumentos agrícolas de piedra pulimentada (molinos, cerámica,...) - La cerámica aparece en el Neolítico: vasijas de barro que son utilizadas para guardar la cosecha. - También se identifican por la aparición de poblados-establo. Las tribus se vuelven sedentarias. Civilización minoica: Es una cultura pre-helénica de la edad del cobre y del bronce, desarrollada en la isla de Creta entre los años 3000 y 1400 a. C. Su nombre es producto de que su descubridor, el británico Sir Arthur Evans relacionara el palacio de Cnosos, el más representativo de la cultura, con el palacio del rey Minos y la leyenda del Minotauro. Los primeros grupos en asentarse en Creta probablemente llegaron desde Anatolia en torno al 7000 a. C. Crearon diferentes asentamientos en la isla, uno de ellos era Cnosos. Estos primeros habitantes vivían en chozas de madera, aunque con el paso del tiempo cambiarán de material como ladrillos de barro y techumbres de madera. Fabricaban herramientas con diversos materiales como hueso y piedras e hicieron figuras de barro de representaciones femeninas y masculinas, lo que indica que ya tenían cierto sentido religioso. El arqueólogo británico, Arthur Evans, que descubrió y excavó el Palacio de Cnosos, asignó a cada estrato de dicho palacio una duración temporal basada en el análisis comparativo de las cerámicas y los demás objetos que encontró en ellos. Articuló una cronología en tres grandes periodos: Minoico Antiguo, al que asignó el periodo comprendido entre el 3400 y el 2100 a. C.; Minoico medio, del 2100 al 1580 a. C.; y Minoico tardío, del 1580 al 1200 a. C. Los correspondientes estratos se superponían a otro mucho más profundo y antiguo que tenía seis metros de espesor: era la base neolítica de aquella civilización. Evans fijó su inicio hacia el 8000 a. C. Estas subdivisiones fueron inicialmente concebidas para los estratos del Palacio de Cnosos, pero se aplicaron a esta civilización. Estudios posteriores han rebajado significativamente las fechas apuntadas por Evans, en especial las del Minoico antiguo. Los cambios más sustanciales fueron consecuencia, sobre todo, de hallazgos en las islas del Egeo, especialmente en Santolina, y en la Grecia continental. En referencia al Minoico tardío debido al desciframiento de la escritura lineal B. En la actualidad la cronología de las civilizaciones minoica, cicládica y heládica ofrece muchos puntos oscuros, por lo que las dataciones que se indican son aproximadas y susceptibles de revisión. Por otra parte, John Pendleburg, que trabajó varios años con Evans en Cnosos, observó que los distintos periodos no eran totalmente estancos, sino que con frecuencia se solapaban en parte. Civilización micénica: Los primitivos habitantes de Grecia, eran los pelasgos, quienes fueron invadidos, en el segundo milenio a. C. por los aqueos, los jonios y los dorios, pueblos guerreros, que utilizaban armas de bronce y carros de guerra, y provenían de Europa central, desde el Épiro y los Balcanes. Allí se establecieron varios reinos independientes, como Tebas, Atenas, Argos, Ítaca, siendo Micenas el más importante y el que dio nombre a esta civilización. Su rey, Agamenón dirigió las tropas en la guerra de Troya. En el año 1450 a. C, conquistaron Creta y atacaron Troya, en las costas del Asia Menor, que fue destruida hacia el año 1200 a. C. Las causas de la guerra de Troya, deben buscarse en el control de las rutas marítimas, con fines comerciales, ya que Troya estaba emplazada en una situación estratégica, en la comunicación del mar Egeo, con el mar Negro. El poeta Homero, fue el encargado de inmortalizar esta guerra en sus poemas épicos, la Ilíada y la Odisea, que datan aproximadamente del siglo IX a. C. En la Ilíada se narra el largo sitio que mantienen a la ciudad de Troya, donde el hijo del rey, llamado Paris, ha robado a Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta. El ejército obedece las órdenes de Agamenón, hermano del rey ofendido, quien en abuso de su autoridad ha tomado para sí una esclava de Aquiles, quien ofendido los deja sin su ayuda. El sitio de la ciudad se prolongó por espacio de 10 años, alternando la suerte de unos y otros, de acuerdo al favor divino, hasta que la estrategia del caballo de Troya, donde se simula la entrega de un regalo, un caballo gigantesco, en cuyo interior se esconden los soldados griegos, permitió ingresar a la ciudad y provocar su destrucción. La Odisea, narra el regreso de Odiseo o Ulises, de la guerra de Troya, junto a sus camaradas, donde viven diez años más, de insólitas aventuras. La victoria sobre Troya significó para los aqueos, intensificar su comercio con el sur de Italia, Rodas, Chipre, y la costa occidental del Asia Menor, lugares desde donde conseguían los elementos indispensables para fabricar armas: los metales. Estos les eran imprescindibles ya que constituyeron una sociedad guerrera, jerarquizada, cuya cúspide de poder la desempeñaba el rey o anax. Junto a él, pero bajo su mando, se situaba el resto de la población privilegiada, los guerreros, que habitaban en palacios fortificados y amurallados, situados en lugares elevados y de difícil acceso. Situados en lugares cercanos al palacio, habitaban los artesanos, y en las laderas de las colinas, agrupados en aldeas, vivían los campesinos. Al principio la tierra era propiedad de toda la comunidad, repartiéndose en lotes, llamados cleros, que pronto se transformaron en una distribución desigual, concentrándose en manos de la aristocracia. También se dedicaron a las actividades ganaderas, criando bueyes, que utilizaron como animales de tiro, y luego caballos, practicando la cría de vacas y ovejas. Los esclavos eran muy comunes, utilizándoselos sobre todo en la producción textil. Realizaban el entierro de sus muertos, utilizando losas verticales decoradas, delimitándose espacios sagrados para los gobernantes. Al igual que los cretenses, a los que conquistaron, depositaban los productos agrícolas, en los palacios para su distribución, utilizando para su registro, un sistema de escritura que evolucionó del sistema lineal A de los cretenses, para crear el sistema lineal B, cuyos caracteres se imprimían en tablillas de arcilla. La civilización micénica concluyó cuando en el año 1200 a. C. otros pueblos guerreros, aún más poderosos, los dorios, tesalios y beocios, invadieron Grecia desde el norte y destruyeron muchos de sus palacios. La cultura de este lugar fue perdiéndose junto a sus palacios y se produjo un gran retroceso cultural con la ruralización de la población y la pérdida de su escritura. Los dorios fueron seguramente, los que introdujeron el hierro en Grecia, que estimuló la tala de árboles y una gran construcción naval, que permitió la expansión marítima. LA EDAD OSCURA. Por Edad Oscura entendemos el período que transcurre desde el colapso del mundo micénico, entre el 1.200-1125 a. C., y la configuración del sistema social y político que consideramos como propio de la polis, hacia el 770 a. C. Durante mucho tiempo, y tal y como ocurre con el concepto de 'Edad Media', el término 'Edad Oscura' aludía a la decadencia en términos de riqueza y cultura material frente a los periodos anteriores y posteriores. Hoy se pone más énfasis en la 'oscuridad' por escasez de datos. Este periodo se viene subdividiendo en una serie de fases hasta cierto punto artificiales, basadas en los estilos cerámicos predominantes en el Ática, que no siempre pueden extrapolarse con facilidad a otras regiones de Grecia. Se trata pues de fases arqueológicas, que marcan una evolución no idéntica en distintas áreas de la Hélade, pero que se emplean por consenso como un modo conveniente de clasificación general. ORIGEN DEL PUEBLO GRIEGO. NACIMIENTO DE LAS CIUDADES Y DE LOS ESTADOS. La natural tendencia de los griegos a la independencia, y al localismo fomentado por el aislamiento de las distintas zonas por lo accidentado del terreno, originó una forma política que se denominó polis, tras un proceso de unificación de pequeñas poblaciones llamado sinecismo. Cada ciudad, junto con la región inmediata, formaba un Estado políticamente independiente de los demás, aunque se reconocían vínculos culturales comunes entre todos los griegos o helenos. Las más representativas y conocidas ciudades-estado de Grecia antigua fueron Atenas y Esparta, aunque realmente Esparta no era una ciudad, y Atenas sí.1 Cada ciudad-estado era soberana en lo jurídico y contaba con sus propios recursos económicos. En términos generales estos pequeños estados siguieron una evolución política que los llevó desde la monarquía a la república democrática, pasando por la república aristocrática, plutocrática u oligárquica, la dictadura legal, la tiranía. El caso más claro es la evolución de Atenas, evolución que ha servido como modelo político de referencia para las sociedades occidentales, las cuales han tendido a reproducir el esquema evolutivo griego. LA COLONIZACIÓN GRIEGA. Las polis, suscitaron profundas diferencias sociales, y originaron el reclamo de los campesinos, que habitaban en lugares reducidos y con pocos ingresos, en la Grecia continental y en las islas del Egeo. Estas eran tierras pobres, con pocas llanuras, que sólo permitían una agricultura de subsistencia. Los campesinos que contaron con el apoyo de artesanos y comerciantes se alzaron contra la nobleza, en defensa de sus derechos. De esta manera, entre los años 750 a. C. y 550 a. C. se produjo la colonización del Mediterráneo que tuvo por finalidad brindarles tierras a los campesinos para mejorar su situación. Al principio fue una empresa privada, que recién contó con el apoyo del estado cuando éste comprendió la importancia económica que significaba, el control de nuevos mercados. De esta manera surgió una clase social, económicamente poderosa, la de los comerciantes, que pronto pudieron comprar armas e integrar el ejército. Los colonizadores partían en grupos, desde una ciudad, a la que seguían reconociendo como metrópoli, manteniendo el culto de sus dioses, pero siendo totalmente independientes. Los griegos se fusionaron con los pobladores originarios de las colonias, aún contrayendo matrimonio con ellos. Desde una colonia, se mandaban expediciones hacia otras, formando nuevas, dando origen a colonias de colonias. La colonización se extendió hacia el oeste, desde las costas del Mediterráneo occidental hasta el Estrecho de Gibraltar, incluyéndose Nápoles y Sicilia. Hacia el noreste, desde las costas de Tracia a la zona del Helesponto y en ambas orillas del mar Negro, fundando colonias hasta en el Cáucaso y Crimea. Las tierras de Sicilia, Egipto y las costas del mar Negro se convirtieron en graneros, productores de riquezas. En Sicilia se elevó un altar en honor al dios Apolo, como agradecimiento por haberlos conducido hasta allí a pesar de los vientos contrarios. La mayoría de las colonias sicilianas, fueron fundadas, por los habitantes de Calcis, ciudad del este de Grecia. Cada ciudad y colonia empezó a especializarse con los productos que les eran propios. El cáñamo se obtenía de las colonias del sur de Rusia y la lana de las ciudades de Anatolia. Como consecuencia política, las colonias, se organizaron bajo el mando de un consejo de ciudadanos, integrado por los jefes de las expediciones que no obtenían el título de reyes, circunstancia que trascendió los límites coloniales, para estimular el derrocamiento de las monarquías en las metrópolis. A principios del siglo VII, las monarquías comenzaron a desaparecer, y en los lugares que subsistía, lo hacía en la forma de de simples magistrados, con escasos poderes. Surgieron así repúblicas aristocráticas, desde cuyo seno luego surgió el tirano, usurpador de los derechos de los magistradotes, cuya destitución originó la democracia. La colonización, permitió asimismo la difusión de la cultura griega. TOPOGRAFIA DE LAS CIUDADES. Grecia tiene una topografía básicamente montañosa, con cordilleras que atraviesan el país. La más destacada es el Macizo del Pindo, el cual conforma la "espina dorsal" de Grecia, recorriéndola de norte a sur, y dividiendo claramente el este y el oeste del país. El interior del macizo está poco poblado y las comunicaciones son muy difíciles. En el norte del país se encuentra situada la montaña más alta del país, el Olimpo, de 2.917 metros. En la región oriental del país predominan las llanuras, encontrándose las tierras más fértiles al norte de la Península Ática. No deja de destacar la región marítima, compuesta por más de 9.000 islas dispersas en diversos archipiélagos. EL PANHELENISMO. El panhelenismo es un movimiento cuya meta es crear un "Gran Estado heleno" concebido como una unidad política, es decir, un Estado que una a todas las naciones que, en su totalidad o en su mayoría, estén habitadas por pueblos de lengua y etnia griegas. Esta idea tuvo lugar a partir del siglo V, y no floreció masivamente sino que fue predicada por los pocos pensadores que se mantuvieron optimistas ante la degradación de la cultura griega que inicia con las Guerras Médicas y que tiene su apogeo con la Guerra del Peloponeso. Ya desde la antigüedad hubo figuras que apoyaron el ideal panhelénico, en un momento en que, si bien había cierto sentimiento de unidad frente a enemigos comunes, cada región dependía de polis a menudo enfrentadas entre sí en guerras intestinas. Tales fueron los casos de Isócrates, Filipo II y Alejandro Magno. Estas ideas también cobraron forma, parcialmente, durante el Imperio Romano de Oriente; pero después de su caída, en 1453, hubo que esperar hasta comienzos del siglo XIX a que el panhelenismo se reconstituyera formalmente. En este caso, se trataba de sociedades secretas [hetaíras] conformadas por los griegos que se hallaban oprimidos bajo el yugo otomano. En 1821, los griegos se alzaron en armas contra sus opresores hasta que finalmente, en 1829, Grecia fue declarada Reino soberano. Los ideales panhelénicos se mantuvieron inalterados no sólo durante el transcurso de las luchas libertarias, sino también a lo largo de toda la historia del nuevo Reino. Las pretensiones panhelénicas se acrecentaron nuevamente a partir de 1861 con la anexión de Tesalia y las islas del Mar Jónico. Veinte años más tarde, fue incorporado al territorio griego parte del Epiro. Si bien la guerra grecoturca de 1897 resultó un duro golpe para el panhelenismo en virtud de la derrota total de los griegos, éstos cosecharon victorias en la guerra de los Balcanes que se desarrolló durante el período 1912—1913. Al término de esta contienda, la isla de Creta pasó también a formar parte del reino de Grecia. Después de la Segunda Guerra Mundial, especialmente bajo la junta militar que obtuvo el poder en Atenas en 1967, el panhelenismo devino sinónimo de enosis (unidad). Esta junta militar intentó anexionar Chipre a Grecia con el fin de crear la mencionada enosis. Como consecuencia de estas maniobras, Turquía decidió invadir la isla en 1974. Las tropas turcas permanecen actualmente en el norte de Chipre. Desde el punto de vista administrativo, la isla fue dividida en dos estados. SANTUARIOS Y JUEGOS: OLIMPIA. Es conocida por haberse celebrado en ella en la antigüedad los primeros Juegos Olímpicos, con una importancia comparable a los Juegos Píticos que se celebraban en Delfos. Ambos celebraban cada olimpiada (cada cuatro años). Los primeros de los que se tiene constancia se celebraron en 776 a. C. Al final del siglo IV, el emperador Teodosio los abolió. Olimpia también fue famosa por ser un centro religioso, y por su gigantesca estatua de oro y marfil de Zeus hecha por Fidias (tallada tras la victoria sobre los persas en la Segunda Guerra Médica) la cual era una de las Siete Maravillas del Mundo. Cerca del templo, excavaciones arqueológicas han encontrado el taller de Fidias, con numerosas herramientas del escultor. Los abundantes tesoros acumulados en el templo llevaron a que fuera saqueado por los arcadios. Desde 342 a. C., fue protectorado de Alejandro Magno, que usó Olimpia para anunciar su Rescripto sobre los desterrados (del año 324 a. C.). Reconstrucción del Templo de Zeus en Olimpia. Durante la dominación romana, Olimpia se enriqueció, especialmente el perímetro sagrado, el Altis, donde Nerón mandó a construir un palacio. Tras la muerte de Adriano la ciudad entró en decadencia y los últimos juegos se celebraron en 324. Las invasiones bárbaras asolaron la ciudad, que se convirtió en una simple aldea para luego ser abandonada y enterrada por los aluviones del Alfeo. Las excavaciones comenzaron con una expedición francesa en 1829, continuada por alemanes a finales de ese siglo, quienes descubrieron intacta la estatua de Hermes (obra del escultor Praxíteles) además de otros artefactos. A mediados del siglo XX, el estadio fue desenterrado. La llama olímpica de los actuales Juegos Olímpicos se enciende en el estadio de esta ciudad mediante el reflejo de la luz solar en un espejo parabólico, tras lo cual se transporta en una antorcha al lugar que acoge los juegos (normalmente dando un gran rodeo pasando por las principales ciudades de todo el mundo). En los Juegos Olímpicos de 2004, celebrados en Atenas, las pruebas de lanzamiento de peso se celebraron en el estadio de Olimpia El Hereo se construyó en 600 a. C. sobre dos templos anteriores, y es el templo griego de grandes dimensiones más antiguo que se conoce (50 × 19,60 m). Entre el Hereo y el estadio las poleis griegas construyeron capillas (en griego tesoros). El Templo de Zeus es del año 460 a. C. Su arquitecto fue Libón de Élide. Posee bellos frontones y metopas. La Estatua de Zeus, obra de Fidias, está desaparecida pero se conoce como era por las monedas y descripciones de cronistas de la época. La Victoria de Peonio (425 a. C.) es una de las estatuas clásicas más bellas, se puede contemplar en lo alto de un pilar. El Filipeion, o Filipeo, contenía las estatuas de los príncipes y princesas del Reino de Macedonia. Hay varias estatuas de emperadores que datan de la época romana. Alrededor del Altis se puede encontrar un gimnasio, una palestra, la Gran Hostelería de Leonideo (para visitantes distinguidos), el Pritaneo y el Bouleterión. El hipódromo ha desaparecido por completo, pero parte del estadio subsiste. GRECIA EN LOS SIGLOS V y IV A.C.: LA GRECIA CLÁSICA. El periodo clásico de la Grecia antigua corresponde a la mayor parte del siglo V y el IV a. C. (i.e., de la caída de la tiranía en Atenas en 510 a. C. hasta la muerte de Alejandro Magno en 323 a. C.). En 510 a. C., tropas espartanas ayudaron a los atenienses a derrocar a su rey, el tirano Hipias, hijo de Pisístrato. Tras lo cual, Cleómenes I, rey de Esparta, puso en su lugar una oligarquía pro-espartana liderada por Iságoras. Las Guerras Médicas (499-449 a. C.), que concluyó con la Paz de Calias, tuvo como consecuencia la posición dominante de Atenas en la Liga de Delos, situación que llevó a un conflicto con Esparta y la Liga del Peloponeso. La subsiguiente Guerra del Peloponeso (431-404 a. C.) terminó con una victoria espartana y el fin del dominio ateniense. Así, Grecia entró al siglo IV a. C. bajo una hegemonía espartana. Pero, para 395 a. C., los gobernantes espartanos destituyeron a Lisandro de su cargo y Esparta perdió su supremacía naval. Atenas, Argos, Tebas (Grecia) y Corinto, los dos últimos antiguos aliados espartanos, desafiaron el dominio de Esparta en la Guerra de Corinto que tuvo un fin no concluyente en 387 a. C. Luego, los generales tebanos Epaminondas y Pelópidas ganaron una victoria decisiva en la Batalla de Leuctra (371 a. C.). El resultado de esta batalla significó el fin de la supremacía espartana y el establecimiento de la hegemonía tebana. Tebas procuró mantener su posición hasta que, finalmente fue eclipsada por el poder creciente del Reino de Macedonia en 346 a. C. Bajo el reinado de Filipo II (359–336 a. C.), Macedonia se expandió a los territorios de los peonios, tracios e ilirios. El hijo de Filipo, Alejandro Magno (356–323 a. C.) logró extender brevemente el poder de Macedonia no solo sobre los estados-ciudad de la Grecia central, sino también al imperio persa, incluyendo Egipto y las tierras orientales tan lejos como los linderos con India. Convencionalmente, el periodo clásico termina con la muerte de Alejandro en 323 a. C. y la fragmentación de su imperio, divido entre los Diádocos. La oratoria política tuvo su auge en el siglo IV, en Atenas. Los principales exponentes de este género fueron Isócrates, Esquines y Demóstenes. Antes que ellos se había destacado Lisias. Uno de los elementos comunes de toda la cultura griega fue el culto a los mismos dioses, aunque cada ciudad tenía peculiaridades en el culto. Algunos santuarios llegaron a adquirir un estatus panhelénico como el oráculo de Delfos y el santuario de Asclepio en Epidauro. Otro de los elementos que unían a las poleis griegas eran los festivales de los juegos. Se celebraban los Juegos Olímpicos, los Juegos Nemeos, los Juegos Píticos y los Juegos Ístmicos. MACEDONIA Y ALEJANDRO MAGNO. El Reino de Macedonia fue un Estado de la antigüedad clásica, en el norte de la actual Grecia, bordeada por el Reino de Epiro en el oeste y la región de Tracia en el este. Este reino se consolidó durante el siglo V a. C. y experimentó un importante ascenso de su poder durante el siglo IV a. C. con el gobierno de Filipo II, que convirtió Macedonia en la principal potencia de Grecia. Su hijo Alejandro Magno conquistó la mayor parte del mundo conocido, inaugurando el Período Helenístico de la historia griega. Macedonia se divide tradicionalmente en dos grandes regiones, la Alta y la Baja Macedonia. Era un país de trigo y pastos, de aldeanos y jinetes, y con una costa marítima reducida. Los historiadores creen que sus habitantes eran griegos de dialecto dórico, al igual que los de la región de Epiro, Rodas y el Peloponeso, y que hablaban un dialecto griego muy cercano al de estas regiones. Durante el periodo que Alejandro Magno, hijo de Filipo II, está al frente, las ciudades griegas lideradas por Atenas y Tebas se volvieron a alzar contra Macedonia, y Alejandro dio resueltamente pruebas de su fuerza militar: atravesó Tesalia, sometiéndola (ya había sido conquistada por Filipo),3 y venció a los griegos tomando y destruyendo Tebas.4 Atenas se vio obligada así a acatar su poder.5 Se hizo nombrar Hegemon, título que ya había ostentado su padre y que lo situaba como gobernador de toda Grecia.6 Consolidada así la hegemonía macedónica, Alejandro se dispuso a cumplir el último proyecto de su padre Filipo II, conquistar el Imperio persa. Alejandro conquistó el Imperio persa, incluyendo Anatolia, Siria, Fenicia, Judea, Gaza, Egipto, Bactriana y Mesopotamia, y amplió las fronteras de su propio imperio hasta la región del Punjab. Antes de su muerte, Alejandro había hecho planes para girar hacia el oeste y conquistar Europa. También quería continuar la marcha hacia el este para encontrar el fin del mundo, ya que su tutor durante su niñez, Aristóteles, le había contado historias sobre el lugar donde la Tierra acababa y empezaba el Gran Mar Exterior. Alejandro integró extranjeros7 en su ejército y administración, lo que ha sido definido por algunos académicos como una «política de fusión». Favoreció el matrimonio entre miembros de su ejército y extranjeras, y lo practicó él mismo. Tras doce años de campañas militares continuas, Alejandro murió, posiblemente de malaria, fiebre tifoidea o encefalitis vírica. Con ello, su dinastía, encarnada en individuos incapaces o de corta edad, llegó a su fin, y su imperio fue repartido entre sus generales, los llamados diádocos (sucesores), pero sus conquistas resultaron en siglos de dominio y colonización griegas sobre áreas lejanas, conocido como período helenístico, una combinación de las culturas griega y mesoriental. Los generales del ejército macedonio los llamados diádocos o sucesores o herederos, eran treinta y cuatro en total; cinco de ellos se repartieron los territorios conquistados por Alejandro que se fueron convirtiendo en pequeños reinos y no dejaron nunca de luchar entre ellos. Se sabe que Alejandro había dicho en una ocasión: «Mis generales me harán funerales sangrientos». Después de estos antiguos generales gobernaron los llamados epígonos, los nacidos después o sucesores. La lucha entre ellos para obtener el poder y la hegemonía duró casi cincuenta años, hasta el 281 a. C. en que murió el último de los diádocos, Seleuco. GRECIA DESDE LA BATALLA DE PYDNA. La batalla de Pidna puso fin a la Tercera Guerra Macedónica entre Roma y Macedonia. El ejército romano estuvo bajo el mando del cónsul Lucio Emilio Paulo y el de Macedonia dirigido por su rey Perseo. Tuvo lugar el 22 de junio de 168 a. C. en el noreste de Grecia cerca de la localidad de Pidna en el golfo de Tesalónica. Esta batalla puso de manifiesto la supremacía de la legión romana sobre la rígida falange macedonia. Perseo, que subió al trono en el 179 a. C. tomó la iniciativa y cruzó el río con su falange. Paulo envió sus elefantes contra el ala izquierda macedonia, que pronto se dispersó. En el terreno llano, los macedonios derrotaron a las legiones romanas que se retiraron en desorden hacia el monte Olocro. Para fortuna de los romanos, Perseo, en lugar de emplear su caballería y tropas ligeras en la persecución, hizo avanzar a sus falanges por las faldas del monte. Sin embargo, la batalla se resolvió en una lucha encarnizada de la infantería en el centro, con la incursión de las legiones romanas en la falange macedonia. Cada legionario tuvo que vérselas con diez picas simplemente con su espada, después de haber lanzado sus pila (pilum en singular), y los romanos no lograron entrar en la lucha cuerpo a cuerpo. Los pelignos, aliados de Roma, se vieron forzados a retirarse, pero las filas delanteras de la falange se desorganizaron al acceder a un terreno más accidentado, y la formación empezó a romperse. Paulo, dándose cuenta de ello, envió a sus cohortes hacia los espacios abiertos en las líneas del enemigo para llegar al cuerpo a cuerpo. Una vez rota la falange, los legionarios tenían una ventaja casi insuperable sobre los falangitas, ya que estaban entrenados para luchar - en una formación más suelta y flexible - con el gladius, un arma corta y más manejable que la sarissa. Por otra parte, los falangitas arrojaban la sarissa, lo que les obligaba a defenderse de estos soldados con sólo un puñal y un pequeño escudo de mimbre. En cuanto penetraron en ellas y las separaron, atacaron los flancos y la retaguardia de los macedonios. La falange se desgajó y huyó en desbandada. Perseo, al ver que la batalla estaba perdida, huyó hacia Pella con su caballería que estaba casi intacta. La matanza que siguió fue terrible. Según Livio los macedonios sufrieron 20.000 bajas y 6.000 fueron hechos prisioneros, a los que después se les sumaron otros 5.000 capturados en la persecución. Los romanos perdieron poco más de un centenar de hombres. Esta batalla puso fin definitivo al Imperio de Alejandro Magno 144 años después de su muerte, y casi todo el Mediterráneo quedó bajo el dominio de Roma. En cuanto Roma supo el resultado de la batalla, dispuso que todos los estados de macedonios y griegos, amigos y enemigos, fueran despojados de su fuerza. Macedonia desapareció siendo dividida en una federación compuesta por cuatro ligas republicanas. Emilio Paulo tuvo que permitir, contra su voluntad, que fueran saqueadas setenta ciudades y se vendiera como esclavos a 150,000 hombres. Roma, una vez que aplastó a sus enemigos, hizo lo mismo con sus aliados. Así fue como Roma, después de Pidna, quedó convertida en potencia mundial y en un auténtico imperio, aunque aún no llevara tal nombre. GRECIA ROMANA. La Grecia Romana es el período de la Historia de Grecia que siguió a la victoria romana sobre los corintios en la batalla de Corinto, en el año 146 a. C., hasta el restablecimiento de la ciudad de Bizancio y su nombramiento, por el emperador Constantino I, como capital del Imperio romano (la Nueva Roma) renombrada Constantinopla en el año 330. La península griega se convirtió en un protectorado romano en 146 a. C. y las islas del mar Egeo fueron añadidas a este territorio en 133 a. C. Atenas y otras ciudades griegas se revelaron en 88 a. C., y toda la península fue aplastada por las tropas del general romano Sila. Las guerras civiles romanas devastaron el territorio aún más, hasta que Augusto organizó la península como la provincia de Aquea en 27 a. C. Grecia fue una provincia clave al este del Imperio romano, ya que la cultura romana fue, de hecho, una cultura greco-romana. El idioma griego sirvió como lengua franca en el Este y en Italia, y mucho intelectuales griegos, como Galeno, desarrollaron la mayor parte de sus trabajos en Roma. Varios emperadores mejoraron las ciudades griegas con nuevas construcciones, especialmente en el Ágora de Atenas. Bajo el Imperio romano la vida en Grecia continuó como siempre lo había sido. La cultura romana fue muy influenciada de forma importante por los griegos; como decía Horacio, “Grecia cautiva a su salvaje conquistador”. Las epopeyas de Homero inspiraron la Eneida de Virgilio, y autores como Séneca escribieron con estilo griego. Los nobles romanos, que paradójicamente veían a los griegos como atrasados e insignificantes, fueron los principales oponentes políticos de héroes romanos como Publio Cornelio Escipión el Africano, que solían estudiar filosofía y veían la cultura y las ciencia griega como un ejemplo a seguir. Igualmente la mayoría de los emperadores romanos solían ser progriegos. El emperador Nerón visitó Grecia en el 66, y actuó en los Juegos Olímpicos, a pesar de las reglas contra la participación de los no griegos. Por supuesto, fue premiado con una victoria en cada competición, y en el año 67 proclamó la libertad de los griegos en los Juegos Ístmicos en Corinto, al igual que lo hiciera Flamininio 200 años antes. Adriano también fue muy afectuoso con los griegos; antes de ser emperador había sido arconte de Atenas. Mandó construir el Arco de Adriano y tuvo un amante griego, Antínoo. Al mismo tiempo, Grecia y la mayoría del oriente romano cayeron bajo la influencia del cristianismo. El apóstol Pablo predicó en Corinto y Atenas, y pronto Grecia se convirtió en una de las áreas más cristianizadas del imperio. GRECIA COMO DESTINO TURÍSTICO. ANÁLISIS DE LA OFERTA ACTUAL. Grecia es uno de los destinos turísticos más importantes del mundo. De hecho, Lonely Planet situó a Grecia entre sus 10 mejores destinos en 2010 y ocupa el segundo lugar en la clasificación de los premios Telegraph Travel Awards de Inglaterra en 2008 como mejor país europeo. El número de visitas turísticas durante la última década ha mostrado un incremento constante. De 14,2 millones de visitantes internacionales en 2004, más de 17 millones visitaron Grecia en 2008, y se espera que en pocos años este número alcance los 20 millones, casi el doble de la población del país. Una nueva era de inversión en turismo El número creciente de turistas y el perfil envolvente del viajero de hoy requiere una serie de nuevas ofertas de turismo y proyectos de infraestructura. En Grecia, los inversores encontrarán un amplio espectro de oportunidades, un entorno de bienvenida para la nueva inversión y algunos de los lugares más bellos en el mundo. Se lanzará en 2010 una nueva ley de incentivos para la inversión. Un paisaje único Grecia tiene más de 15.000 kilómetros de costa, 190.000 playas y 6.000 islas e islotes. Además, los visitantes están descubriendo la amplia selección de opciones de navegación a vela y cruceros, viajes de incentivo y descansos de fin de semana abriendo nuevas oportunidades en los nichos y atractivos mercados. Sus playas vírgenes, montañas icónicas, riqueza histórica, tradiciones atemporales, paisajes espectaculares y conocida hospitalidad atraen a visitantes de todo el mundo a la tierra donde nació la democracia y los sueños se cumplen. El clima mediterráneo de Grecia es ideal para el turismo todo el año y una de las principales prioridades de Grecia hoy es crear una infraestructura turística dinámica y sostenible todo el año, que responda a las diversas y desafiantes necesidades del siglo XXI. Según el Informe de Competitividad sobre Viajes y Turismo del 2009 publicado por el Foro Económico Mundial, Grecia está en la 24ª posición entre 133 países, en 3er lugar en la priorización de los viajes y el turismo, en 9ª posición entre los sitios culturales del Patrimonio Mundial, en 5ª posición en infraestructuras turísticas y en 1ª posición en el subíndice de densidad de médicos. El sector económico principal del turismo representa el 18% del PIB de Grecia, directa o indirectamente emplea a más de 900.000 personas y es la fuente principal de ingresos invisibles de Grecia (36% en 2007). Actualmente, funcionan más de 9.000 hoteles en Grecia. Debido a las numerosas islas e islotes, más de 6.000, el rango geográfico de los destinos turísticos es amplio. Además, la gran variedad de paisajes naturales, el gran número de lugares históricos y pueblos y el número de amplio alcance de actividades significa que las oportunidades son prácticamente ilimitadas. Aproximadamente un 85% de las llegadas vienen de Europa Occidental: 21,2% de Reino Unido, 17,5% de Alemania, 8,8% de Italia, 5,3% de Francia, 5,2% de Holanda y 7,5% de los países escandinavos. Sin embargo, cada vez más, un número importante de visitantes de Europa del Este y China están haciendo de Grecia su destino preferido, creando una base más amplia de países de origen y nuevas demandas de servicios, instalaciones y atracciones. NUEVAS PERSPECTIVAS. CONDUCTORES DE CRECIMIENTO Ley de Incentivos a la Inversión Una nueva ley de Incentivos a la Inversión se lanzará durante 2010. APP La reciente aplicación de la APP (Asociación Pública Privada) de Grecia proporciona importantes oportunidades a los inversores para participar en nuevos proyectos de infraestructura, incluyendo puertos y aguas termales. MREN El Marco de Referencia Estratégica Nacional (MREN) durante los años 2007-2013 establece las prioridades generales para los programas de Fondos Estructurales de la UE en Grecia. El MREN de Grecia pretende conseguir un desarrollo equilibrado del país, con el 82 por ciento de su presupuesto centrado en proyectos regionales. Con un presupuesto total de casi 40 millones de euros, el MENR avanzará en proyectos directa e indirectamente relacionados con el desarrollo del turismo y proporcionará a los inversores amplias oportunidades para participar en un amplio número de proyectos. Para el turismo, el MENR proporciona un importante apoyo financiero, con un presupuesto de más de 500 millones de euros hasta 2013. El principal objetivo de el MENR es aumentar la demanda y mejorar la calidad del producto turístico y de los servicios turísticos a todos los niveles. El apoyo al MENR se centra en: - prolongar el período turístico en toda Grecia y reducir la estacionalidad - promover la proyección internacional del país como destino turístico - aumentar el número de visitantes extranjeros - reforzar el turismo interno. La inversión en el sector turístico incluirá la actualización de los puertos deportivos, la promoción de formas especiales de turismo, la creación de itinerarios culturales, la mejora de la infraestructura turística de invierno y la subvención de las inversiones privadas, de acuerdo con la nueva Ley de Incentivos que se pondrá en marcha durante 2010. Se estima que se alcanzarán un total de 95.000 camas en el sector turístico con el fin de proporcionar servicios de mayor calidad y ampliar la temporada turística más allá de los meses de verano, mediante el fomento de nuevas formas de turismo. TEMA 4: LA CIVILIZACIÓN ROMANA Y EL MEDITERRÁNEO. SÍNTESIS HISTÓRICA DE LA PENÍNSULA ITÁLICA Y DE LA CIVILIZACIÓN ROMANA. Roma, la "Ciudad Eterna"... con sus 2700 años de historia, el apodo le va perfectamente. Desde su fundación conoció períodos de crecimiento, esplendor, corrupción, decadencia, resurgimiento... Aquí le ofrecemos un resumen de su agitada historia. Su legendario origen La leyenda cuenta que Roma fue fundada por Rómulo en el año 753 a.C. El y su hermano Remo, descendientes de troyanos, fueron abandonados de pequeños y sobrevivieron amamantados por una loba, hasta que alguien los recogió. Con el tiempo, Rómulo decidió fundar una ciudad en ese lugar. Hasta allí la leyenda. Lo cierto es que fueron los etruscos quienes llegaron al Lacio, encontraron favorable la ubicación de la región, siete colinas junto al Tíber que permitía una rápida salida al mar, y unificaron las tribus que vivían allí -según hallazgos, desde el año 1000 a.C.-. Al principio el núcleo urbano se desarrolló en una de las colinas, el monte Palatino, que se levantaba en los pequeños pantanos del fondo del valle, y más tarde se extendió también por el Campidoglio, ocupando el valle interior que, una vez saneado, albergó los mercados (Foro Romano). Posteriormente, la ciudad ocupó las cimas, anchas y aplanadas, de las demás colinas (Quirinal, Viquial, Esquilino, Celio, Aventino). Organizaron sus habitantes en 4 barrios, construyeron una primera muralla en el siglo VIII a.C. y los primeros monumentos, como el templo de Júpiter capitolino, el templo de Vesta sobre el foro y el Gran Circo. Roma era ya la ciudad más poderosa del Lacio cuando la monarquía etrusca, que se había vuelto corrupta y despótica, fue derrocada por la aristocracia allá por el año 509 a.C., instaurando un sistema de gobierno republicano. La República El gobierno reposaba en el equilibrio de los poderes, que se alcanzaba con el mutuo control por parte de las diferentes clases políticas: senadores, magistrados y el pueblo. Poco a poco la República Romana extendía su poder, y en menos de 40 años ya se había expandido hasta abarcar Sicilia, Macedonia, el Asia Menor, Africa del Norte y España. Cártago (cerca de la actual Túnez), declaró la guerra a Roma a la que consideró una amenaza; al final de las famosas Guerras Púnicas, Cártago fue derrotada y Roma consolidó el control de todo el Bajo Mediterráneo. Desde el siglo II a.C. la sociedad romana sufrió numerosos cambios: se aceptó el divorcio, las mujeres podían poseer bienes y hasta se controlaban los nacimientos; el romano se hizo más fino, cultivado y se interesaba más a la vida pública. Pero los campesinos, empobrecidos y carecientes de los derechos de la aristocracia, se rebelaron. Fue la época de la revuelta del famoso esclavo Espartaco, que culminó con la caida de la República en el 71 a.C. Para reconsolidarla, Crasus, Pompeo y César formaron un primer triunvirato. César conquistó la Galia, Bretaña y los germanos mientras la anarquía amenazaba Roma. Al morir Crasus el triunvirato fue disuelto y Pompeo se proclamó rey. César, furioso, volvió a Roma con sus legiones y fue proclamado dictador en el año 49 a.C.. Pompeo huyó a Grecia y luego a Egipto, donde fue asesinado por su rey, Ptolomeo III, quien creyó atraer así los favores de César. Este efectivamente se interesó en este país, e hizo nombrar reina a Cleopatra, hermana de Ptolomeo. Regresó a Roma para intentar restablecer el orden y dar algunos beneficios a las clases bajas. Cuando en el 44 a.C. fue nombrado dictador vitalicio, fue asesinado por una conspiración en la que participó su propio hijo adoptivo, Brutus. El Imperio Romano A la muerte de César, su sobrino Octavio fue quien se impuso. Aliado a Marco Antonio, oficial de César, y Lépido, maestro de caballería, se repartieron el mundo romano. Marco Antonio, enamorado de Cleopatra, le dio todas sus posesiones y alimentó la ambición de crear un gran imperio cosmopolita. El Occidente romano vio en ello una amenaza, y Octavio debió combatir a Marco Antonio, quien finalmente se dio muerte creyendo en el anuncio de que Cleopatra se había suicidado. Depuesto Lépido en el 38 a.C., Octavio fue el rey. El Primer Imperio, Nerón y la Era Cristiana Octavio consiguió unificar y pacificar el imperio y fue nombrado "augusto". Durante sus 47 años de gobierno, el llamado "siglo de Augusto" significó el desarrollo de la literatura latina clásica: Virgilio, Tibulo, Ovidio, Tito-Livio... Fue también la época en que se definió el arte romano. La concentración urbana llevó a la construcción de edificios gigantescos (anfiteatros, termas, acueductos) y se multiplicaron los jardines y fuentes. Cada emperador quiso dejar su huella en la ciudad (Nerón construyó el Domus Aurea, Vespasiano el Coliseo, Trajano su columna, Adriano el Castillo de Sant'Angelo) y en sus ansias por superar a su antecesor, salpicaron Roma con la mayoría de las famosas construcciones que aún hoy en día se pueden ver. Cómo llegaron los cristianos a Roma es algo que sólo se explica basándose en el dogma católico. Se dice que San Pedro habría llegado a Roma y se habría convertido en primer obispo antes de morir martirizado por Nerón en el año 64. Fue sepultado donde actualmente se levanta la basílica de San Pedro. Nerón era bisnieto de Augusto. Era un déspota sanguinario y extravagante. Acusado de provocar el incendio de Roma del año 64, acusó a su vez a los cristianos, a quienes perseguía y ejecutaba. El descontento fue creciendo hasta que fue derrocado y posteriormente se suicidó. Siguieron los años de oro del Imperio Romano hasta el año 192. Roma, en constante expansión, crecía urbana e intelectualmente, se volvió cosmopolita y políglota, y su Senado recibía elegidos de todos los rincones del imperio. Los problemas llegaron durante el reinado de Marco Aurelio y el imperio decayó a causa de las invasiones bárbaras, problemas internos de sucesión, la guerra civil con revueltas de paisanos y las persecuciones religiosas contra los cristianos. Roma sufría nuevamente una crisis; saqueada, atacada por epidemias, casi despoblada...esta situación de decadencia continuó durante casi toda la edad Media. CIVILIZACIÓN ETRUSCA. Los etruscos fueron un pueblo de la antigüedad cuyo núcleo geográfico fue la Toscana, a la cual dieron su nombre. Desde la Toscana se extendieron por el sur hacia el Lacio y la parte septentrional de la Campania, donde chocaron con las colonias griegas; hacia el norte de la península itálica ocuparon la zona alrededor del valle del río Po, en la actual región de Lombardía. Llegaron a ser una gran potencia naval en el Mediterráneo Occidental, lo cual les permitió establecer factorías en Cerdeña y Córcega. Sin embargo, hacia el siglo V a. C. comenzó a deteriorarse fuertemente su poderío, en gran medida al tener que afrontar casi al mismo tiempo las invasiones de los celtas y los ataques de griegos y cartagineses. Su derrota definitiva, por los romanos, se vio facilitada por tales enfrentamientos y por el hecho de que los etruscos nunca formaron un estado sólidamente unificado sino una especie de débil confederación de ciudades de mediano tamaño. En cierto modo predecesora de Roma y heredera del mundo helénico, su cultura (fueron destacadísimos orfebres, así como innovadores constructores navales) y sus técnicas militares superiores hicieron de este pueblo el dueño del norte y centro de la Península Itálica desde el siglo VIII a. C. hasta la llegada de Roma. Hacia el 40 a. C., las diferentes ciudades de Etruria (nombre del país de los etruscos) perdieron su independencia política y se convirtió en parte del Imperio romano (con todo, la presencia etrusca fue siempre destacada, hasta el punto de que los últimos tres reyes de Roma fueron etruscos). ROMA REPUBLICANA. (BIS) El gobierno reposaba en el equilibrio de los poderes, que se alcanzaba con el mutuo control por parte de las diferentes clases políticas: senadores, magistrados y el pueblo. Poco a poco la República Romana extendía su poder, y en menos de 40 años ya se había expandido hasta abarcar Sicilia, Macedonia, el Asia Menor, Africa del Norte y España. Cártago (cerca de la actual Túnez), declaró la guerra a Roma a la que consideró una amenaza; al final de las famosas Guerras Púnicas, Cártago fue derrotada y Roma consolidó el control de todo el Bajo Mediterráneo. Desde el siglo II a.C. la sociedad romana sufrió numerosos cambios: se aceptó el divorcio, las mujeres podían poseer bienes y hasta se controlaban los nacimientos; el romano se hizo más fino, cultivado y se interesaba más a la vida pública. Pero los campesinos, empobrecidos y carecientes de los derechos de la aristocracia, se rebelaron. Fue la época de la revuelta del famoso esclavo Espartaco, que culminó con la caida de la República en el 71 a.C. Para reconsolidarla, Crasus, Pompeo y César formaron un primer triunvirato. César conquistó la Galia, Bretaña y los germanos mientras la anarquía amenazaba Roma. Al morir Crasus el triunvirato fue disuelto y Pompeo se proclamó rey. César, furioso, volvió a Roma con sus legiones y fue proclamado dictador en el año 49 a.C.. Pompeo huyó a Grecia y luego a Egipto, donde fue asesinado por su rey, Ptolomeo III, quien creyó atraer así los favores de César. Este efectivamente se interesó en este país, e hizo nombrar reina a Cleopatra, hermana de Ptolomeo. Regresó a Roma para intentar restablecer el orden y dar algunos beneficios a las clases bajas. Cuando en el 44 a.C. fue nombrado dictador vitalicio, fue asesinado por una conspiración en la que participó su propio hijo adoptivo, Brutus. EVOLUCIÓN POLÍTICA, SOCIAL Y ECÓNOMICA EN RELACIÓN CON LA TOPOGRAFÍA DE LA CIUDAD. Italia es una península ubicada prácticamente en el centro del Mar Mediterráneo. Se encuentra al oeste de Grecia, al este de España y Francia y a sólo 130 km al norte de la costa africana. A su vez, Roma es el centro de Italia, posición ideal para enviar barcos y tropas en todas direcciones. Numerosas vías o caminos salían de Roma en dirección norte y sur. Italia es montañosa, pero no abrupta y escabrosa (sin precipicios). Los Alpes la separan de Europa pero hay pasos por donde los invasores han accedido a ella. Los Apeninos corren de norte a sur. Su lado oeste es fértil, con abundante vegetación y posibilidad de desarrollo agrícola. Así, su mirada iba desde el origen hacia Europa, África y Asia, señalando el futuro imperial. LA CONQUISTA DEL MEDITERRÁNEO. A partir de mediados del s. III a. C., Roma, que ya dominaba toda la Italia peninsular, inició una larguísima serie de guerras que la llevaron a dominar el mundo mediterráneo. Las guerras púnicas marcaron la primera etapa de esta expansión. La ciudad de Cartago, situada en la costa del Túnez actual, había creado un imperio marítimo que dominaba todo el Mediterráneo occidental, con colonias en Hispania, Baleares, y sobre todo Sicilia, de donde llegó a expulsar a los griegos. En 264 a. C.. Roma decidió ocupar las colonias cartaginesas en Sicilia. Para ello construyó una flota de guerra, y tras años de batallas de distinto signo, en 241 a. C.. Cartago tuvo que capitular, y los romanos, tras apoderarse de Sicilia, aprovecharon el debilitamiento de su enemigo para ocupar Córcega y Cerdeña, y para penetrar en la Galia Cisalpina. La segunda guerra púnica 218-201 a. C. se desarrolló en Hispania, Italia y finalmente África. La difícil victoria final de Roma supuso la ocupación de Hispania, con sus ricos yacimientos argentíferos, así como el aniquilamiento, primero político 201 a. C., y más tarde material, de Cartago que en 146 a. C. fue totalmente destruida. Su población fue exterminada o esclavizada, y su territorio pasó a convertirse en la provincia romana de África. En el Mediterráneo oriental, Roma se enfrentó sucesivamente a los monarcas de los estados helenos surgidos del imperio de Alejandro: Filipo V 197 y Perseo 168, reyes de Macedonia, y Antíoco III de Siria 189. Macedonia y Grecia se convirtieron en provincias (146). Átalo III de Pérgamo legó su reino a Roma en 133 a. C., erigido en provincia romana de Asia. Roma consolidó su dominio de la cuenca occidental del Mediterráneo con el establecimiento de numerosas colonias en la Galia cisalpina, la definitiva conquista de Hispania (toma de Numancia, 133 a. C., y la ocupación de la Galia del sur, que, convertida en provincia, la Narbonense, permitió la unión terrestre de Hispania con Roma por la via Domitia. EL ORDENAMIENTO PROVINCIAL. La Administración Provincial Romana surgió cuando la Primera Guerra Púnica trajo consigo la expansión del territorio de Roma, básicamente a las islas mediterráneas. Al principio los dos cónsules tenían la responsabilidad de la administración. Los Cuestores Itálicos eran considerados auxiliares de los cónsules. En las islas (Cerdeña-Córcega y Sicilia) se establecieron Cuestores particulares dependientes de los cónsules, pero el sistema no funcionó. Se hacía preciso buscar una nueva figura jurídica que administrara los territorios provinciales. Prefectura pretoriana: Provincias del Imperio romano en el momento de su máxima extensión, hacia el 117 d.C. Una institución que funcionaba adecuadamente era la del Pretor de Roma, encargado de los asuntos judiciales. El pretor tenía jueces delegados en los distritos alejados (llamados propretores) que se encargaban de los asuntos principales, mientras los asuntos menores eran responsabilidad de unos jueces menores de ámbito local. Basado en la figura del propretor se estableció la figura del delegado del cónsul en cada provincia, llamado pretor provincial o bien procónsul o propretor provincial, que gobernaba un territorio exterior (llamado provincia) por «delegación del pueblo de Roma». El procónsul tenía un alto rango dentro de las magistraturas romanas, viniendo después del cónsul. Su rango era equivalente al del pretor pero lo ejercía sobre un territorio determinado (la provincia), mientras que las funciones del pretor abarcaban la totalidad del territorio de la República. El procónsul era a la vez general, administrador y juez supremo en su provincia, y reunía en sus manos todas las funciones que antiguamente habían tenido los cónsules y que ahora estaban repartidas entre los Cónsules, el Pretor, el Censor, los Ediles Curules, los tres Viri Nocturni, los Tribunos del Pueblo y el Jefe de la Caballería. Únicamente las cuestiones financieras de la provincia escapaban a su Imperium, ya que para llevarlas a cabo se creó la figura del cuestor provincial o procuestor, que dependía directamente del Senado. A los procónsules se les exigía sobriedad y probidad. Entre los 3 de Hispania figuró Catón, que administró la provincia de Hispania Citerior con una probidad y un celo ahorrativo excepcional, pero su ejemplo tuvo pocos imitadores. Catón viajaba por la provincia a pie con un solo servidor. Cuando terminó su servicio vendió su caballo para no cargar al Estado con los gastos del transporte. Como los procónsules eran verdaderos reyes de su provincia, su poder absoluto llevo a menudo a la corrupción; exigían «donativos voluntarios» a las ciudades, y otras prácticas ilegales. Cuando viajaban podían solicitar hospedaje gratuito y hacer algunas requisas, lo que dio lugar a abusos y exacciones. Por necesidades del servicio o de sus gentes, o en caso de guerra, o también por necesidades de los soldados, podían exigir granos a precios moderados. Esto se convirtió en una fuente de exacciones injustas. Finalmente los procónsules exigían recursos para sufragar las fiestas populares romanas. El Senado estableció limitaciones en el 171 a. C., pero los magistrados corruptos rara vez fueron juzgados. Administración tras la conquista: Las ciudades que eran sometidas perdían su independencia para establecer tratados con otras ciudades o Estados y para hacer la guerra o firmar la paz. Sus ciudadanos no podían adquirir territorios fuera de su ciudad, y probablemente tampoco podrían casarse fuera de ella. Los ciudadanos no podían llevar armas salvo por orden expresa del procónsul. La moneda romana no fue impuesta, pero tenía curso legal. En cada ciudad sometida se tendió a favorecer el acceso al poder en los Consejos locales de la aristocracia. Roma podía enviar a las ciudades a ciudadanos romanos o de los territorios sometidos, sin limitación. El censo quinquenal, siguiendo el modelo romano, fue establecido para todas las ciudades. Cada ciudad tenía fijado un contingente que debía facilitar al Ejército regularmente. Los impuestos establecidos eran el diezmo de las cosechas y productos de la tierra, y una veinteava parte del valor de las mercancías que pasaban por el territorio en cuestión, tanto para entrar como para salir (postoria). Algunas ciudades estaban exentas por lo cual no estaban sometidas a estos impuestos. A otras, junto a la inmunidad o exención de impuestos se les concedió el rango de ciudades sin sufragio u otros niveles de derechos. Junto a las ciudades sometidas en sus diversos grados, estaban las colonias romanas cuyos ciudadanos podían disfrutar de la ciudadanía romana o latina (con restricciones) y las ciudades de rango municipal. La mayoría de las colonias de derecho latino se fundaron en el norte de Italia, porque esta región, aunque era zona provincial, se consideraba dentro del mismo ámbito geográfico italiano que Roma. Desde el 238 al 221 a. C. los establecimientos y asentamientos romanos se dirigieron principalmente a esta zona. Después la Segunda Guerra Púnica interrumpió el proceso, y llevo a los romanos a Hispania. Los primeros procónsules de la Hispania Citerior tuvieron la misión de pacificar el país y actuaron más como jefes militares que como jefes políticos. La pertenencia a un territorio, en este caso una provincia, no constituía ninguna situación jurídica, pues la condición de la persona en el derecho romano, no estaba ligada al territorio, sino a la ciudad. En efecto, el derecho romano efectúa los “contratos” o pactos, con ciudades o bien con grupos asimilables a una ciudad (este contrato, conocido por foedus, establecía la autonomía local y las prestaciones a las que estaba sometida la ciudad; cuando se trataba de una ciudad colonial, se regía por la Lex Colonia, normalmente con derecho latino, aunque con tendencia a asimilarse de pleno derecho, salvo en caso de rebelión en que su situación podía empeorar). Se sabe que el establecimiento romano en provincias conllevó la creación de un ager publicus importante (hasta entonces el ager público era solo una pequeña parte del territorio conquistado). Sobre este ager provincial se establecerán más tarde las nuevas colonias. Algunos de estos terrenos eran arrendados para pastos o campos de cultivo (el arrendatario debía pagar el 10% del producto). Cuando en el ager existían bosques, minas, puertos, salinas, etc. su explotación era confiada a unos intermediarios (Publicani). Las minas de Hispania fueron arrendadas aproximadamente a partir del 178 a. C. Los habitantes de las provincias estaban exentos del servicio militar, aunque eran normalmente reclutados como voluntarios. Los ciudadanos romanos de provincias no estaban sujetos a tributo individual. En provincias los habitantes de las ciudades vencidas eran vendidos como esclavos o bien eran incluidos en los dominios de Roma bajo la cobertura de ciudadanos de ciudades aliadas que conservaban una independencia municipal y su libertad de impuestos. En algunas provincias (África, Sicilia, Cerdeña-Córcega y las de Hispania) se recaudaban tasas e impuestos siguiendo el sistema ya existente con los cartagineses cuando gobernaron estos territorios. En teoría la recaudación era para satisfacer los gastos de la administración y la defensa de la provincia, pero el sistema se extendió más tarde a las provincias de Iliria y Macedonia, donde Roma no asumió ni la defensa ni las administraciones municipales. LA ROMA IMPERIAL. El imperio romano fue una etapa de la civilización romana en la Antigüedad clásica, posterior a la República romana y caracterizada por una forma de gobierno autocrática. El nacimiento del Imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al Mar Mediterráneo. Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando hasta llegar a su máxima extensión durante el reinado de Trajano, momento en que abarcaba desde el Océano Atlántico al oeste hasta las orillas del Mar Caspio, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte. Su superficie máxima estimada sería de unos 6,5 millones de km². El término es la traducción de la expresión latina Imperium Romanum, que no significa otra cosa que el dominio de Roma sobre dicho territorio. Polibio fue uno de los primeros cronistas en documentar la expansión de Roma aún como República. Durante los casi tres siglos anteriores a César Augusto, Roma había adquirido numerosos dominios en forma de provincias directamente bajo administración senatorial o bajo gestión consular, y también mediante pactos de adhesión como protectorados de estados aliados. Su principal competidora en aquella época fue la ciudad púnica de Cartago cuya expansión rivalizaba con la de Roma y que por ello fue la primera gran víctima de la República. Las Guerras Púnicas obligaron a Roma a salir de sus fronteras naturales en la península Itálica y adquirir poco a poco nuevos dominios que debía administrar, como Sicilia, Cerdeña, Córcega, Hispania, Iliria, etc. Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no sólo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado romano. El Imperio romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Este se había erigido en mandatario absoluto de Roma y se había hecho nombrar Dictator (dictador). Tal osadía no agradó a los miembros del Senado romano, que conspiraron contra él y lo asesinaron durante los Idus de marzo en las mismas escalinatas del Senado, lo que suponía el restablecimiento de la República, cuyo retorno, sin embargo, sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César, Octavio, quien sería enviado años más tarde a combatir contra la ambiciosa alianza de Marco Antonio y Cleopatra. A su regreso victorioso, la implantación del sistema político imperial sobre un imperio territorial que de hecho ya existía, resulta inevitable, aun manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder imperial con importantes reformas y una unidad política y cultural (civilización grecorromana) centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su vigencia hasta la llegada de Diocleciano, quien trató de salvar un imperio que caía hacia el abismo. Fue éste último quien, por primera vez, dividió el imperio para facilitar su gestión. El imperio se volvió a unir y a separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de guerras civiles, usurpadores y repartos entre herederos al trono hasta que, a la muerte de Teodosio I el Grande en el año 395 a.c., quedó definitivamente dividido. Finalmente en 476 el hérulo Odoacro depuso al último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo. El Senado envió las insignias a Constantinopla, la capital de Oriente, formalizándose así la capitulación del imperio de Occidente. El Imperio oriental proseguiría varios siglos más bajo el nombre de Imperio bizantino, hasta que en 1453 Constantinopla cayó bajo el poder otomano. El legado de Roma fue inmenso, tanto es así que varios fueron los intentos de restauración del imperio, al menos en su denominación. Destaca el intento de Justiniano I, por medio de sus generales Narsés y Belisario, el de Carlomagno así como el del propio Sacro Imperio Romano Germánico, pero ninguno llegó jamás a reunificar todos los territorios del Mediterráneo como una vez lograra la Roma de tiempos clásicos. Con el colapso del Imperio romano de Occidente finaliza oficialmente la Edad Antigua dando inicio la Edad Media. LA ITALIA ANTIGUA COMO DESTINO TURÍSTICO. ANÁLISIS DE LA OFERTA ACTUAL. OFERTA BÁSICA-COMPLEMENTARIA. Roma, capital de Italia, es una de las ciudades más visitadas del mundo con un promedio de 12 millones de turistas al año que llegan de vacaciones. Se encuentra ubicada en la región del Lacio, centro oeste de Italia, cerca del mar Tirreno, y su extensión alcanza ambas orillas del río Tiber. Tradicionalmente se le otorga la fundación de Roma en el año 753 a.C. sobre las Siete Colinas ubicadas alrededor de la antigua Roma. Actualmente Roma se divide en dos zonas principales, la zona histórica ubicada en el centro de la ciudad, compuesta por todos los monumentos y lugares históricos, y la zona de los alrededores o periferia, constituida por las construcciones modernas y los barrios tradicionales de la ciudad. La zona conocida como el centro histórico está conformada por 22 barrios o “rioni”, el más antiguo perteneciente al siglo VI a.C. y el último creado en el año 1920 y conocido con e nombre de Prati. La parte histórica de Roma se encuentra cercada por la Muralla Aureliana. Como parte del territorio comunal de la ciudad, se encuentra el Vaticano, diócesis de la Iglesia Católica y hogar del Papa, independiente como estado desde 1929 debido al Pacto de Letrán. El Vaticano cuenta con una extensión de territorio de 0,349 Kilómetros cuadrados y con una población cercana al millar. En el Vaticano se puede encontrar la cúpula más grande del mundo, en la Basílica de San Pedro. Roma se abastece económicamente del turismo principalmente y al comercio. Las casa de moda, las joyerías y las tiendas de artículos de lujo son predominantes en las calles más importantes de Roma, el centro de la moda y el estilo se posa sobre la ciudad. DESTINOS EMERGENTES GRECORROMANOS: TÚNEZ, SIRIA, JORDANIA, TURQUÍA. SE CONSIDERARÁ LA HISTORIA DE MOMENTOS ANTERIORES A LA HOMOGENEIZACIÓN ROMANA. Túnez: La historia de Túnez es la de la nación más pequeña de África del Norte, independiente desde 1956; sin embargo, esa historia se extiende mucho más allá, al abordar el devenir del territorio tunecino desde el período prehistórico capsiense. La región fue habitada por tribus bereberes y sus costas fueron ocupadas por fenicios a inicios del siglo X a. C. La ciudad de Cartago fue fundada en el siglo IX a. C. por colonos venidos de Tiro que expandieron su influencia sobre Sicilia, Iberia y otras importantes zonas del mar Mediterráneo occidental. En el siglo II a. C., Cartago fue conquistada por el Imperio romano, al ser derrotada en las Guerras Púnicas. Cartago fue destruida y la influencia cultural asiática y africana en la actual Túnez fue mermada por la influencia romana. El territorio del Túnez moderno fue entonces administrado casi en su totalidad bajo el nombre de la provincia romana de África y se convirtió en uno de los graneros de Roma. En el siglo V, fue conquistada por los vándalos y reconquistada por los bizantinos en el siglo VI durante el reinado del emperador Justiniano I. Siria: Durante el segundo milenio A.C., Siria estuvo ocupada sucesivamente por cananeos, fenicios, y arameos como parte de las desorganizaciones generales asociadas con los Pueblos del Mar. Los hebreos finalmente se establecieron al sur de Damasco, en la región conocida como Canaán; los fenicios se establecieron a lo largo de la costa de estas áreas, así como también en el oeste, en la zona (Líbano) ya conocida por sus cedros. Egipcios, sumerios, asirios, babilonios e hititas ocuparon variadamente el estratégico suelo de Siria durante este periodo, mientras fuera una tierra de marcha entre sus variados imperios. Finalmente los persas tomaron el control de Siria como parte de su control general del suroeste de Asia; este control se transfirió a los griegos tras las conquistas de Alejandro Magno y de ahí a los romanos y a los bizantinos. En la época romana, Siria era el hogar de Heliogábalo, un emperador romano de la dinastía Severa que reinó desde 218 hasta 222. Jordania: La tierra que llegó a ser Jordania forma parte de la ricamente histórica región Creciente fértil. Su historia comenzó alrededor de 2000 A.C., cuando amoritas semíticos se establecieron alrededor del río Jordán en el área llamada Canaán. Subsecuentes invasores y colonos incluyeron a los hititas, egipcios, israelitas, asirios, babilonios, persas, griegos, nabateos, romanos, árabes musulmanes, cruzados cristianos, mamelucos y a los turcos otomanos. Aproximadamente, en el 312 a. C., los nabateos se refugiaron en Petra, escapando de los reyes seléucidas. Gozaron de relativa independencia, gracias a la decadencia de la monarquía seléucida, razón por la cual Petra se convirtió en una importante parada de caravanas. En los tiempos de Pompeyo Magno, la autonomía nabatea en Jordania se vio amenazada, y finalmente, en el 105 dC, los romanos anexaron gran parte de la actual Jordania a su imperio, bajo el nombre de Arabia Pétrea, con Petra como cápital. La provincia intentaría alzarse en el siglo III, sin éxito. Turquía: Uno de los nuevos estados que surgieron tras la desintegración del Imperio otomano fue la República de Turquía. Este nuevo estado, heredero del anterior Imperio otomano fue el que le dio «el golpe de gracia» en 1922, con el derrocamiento del Sultán Mehmet VI Vahdettin por la nueva asamblea Republicana de Turquía. La moderna República de Turquía fue fundada en 19231 por Mustafa Kemal Atatürk tras el derrumbamiento del Imperio otomano al final de la Primera Guerra Mundial. La derrota en el conflicto supuso la pérdida, en virtud del Tratado de Sèvres (1920), de Siria, Palestina, Mesopotamia y Arabia, con lo cual Turquía quedó circunscrita a sus fronteras actuales. La concesión de Esmirna a Grecia por 5 años hizo que los nacionalistas turcos, encabezados por Atatürk, se opusieran y libraran una guerra en la que lograron expulsar a los griegos. NUEVAS PERSPECTIVAS. En los últimos años, el gran despliegue de las tecnologías inalámbricas y de telefonía móvil han proporcionado maneras nuevas de entender la dinámica de una ciudad que brindan nuevas perspectivas para los planificadores de urbanismo, los ingenieros de tráfico, las autoridades de turismo, más allá de los métodos tradicionales de recolección de datos como el recuento de tráfico en cruces viarios o las encuestas personales o telefónicas. Este trabajo, presenta la oportunidad emergente que supone el uso y práctica de geo-visualizaciones que permiten la visualización de datos de la ciudad. TEMA 5: LA PENÍNSULA IBÉRICA. SINTESIS HISTORICA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA. EL PRIMER POBLAMIENTO. EL HOMO SAPIENS Y SU LEGADO. La hominización es el proceso evolutivo de la especie humana. Desde que Darwin publicó El origen de las especies en 1859, se han formulado diversas hipótesis, aunque hoy se sabe que la evolución no ha seguido un desarrollo lineal, sino que hubo variaciones continentales. La historia de la presencia humana en la Península Ibérica se remonta a unos 800.000 años, tras el descubrimiento de uno de los primeros antepasados de los seres humanos en el yacimiento de la Gran Dolina en Atapuerca (Burgos) y al que se le ha bautizado como Homo antecessor. Además de en Atapuerca, se han encontrado restos en Cúllar (Granada), en la provincia de Jaén y en la zona del río Manzanares en Madrid Mucho más reciente es la presencia del hombre de Neanderthal. Sus primeros restos, encontrados en Gibraltar, han sido datados en unos 60.000 años atrás. Hace 40.000 años aparecen los primeros restos en la península del Homo sapiens. LA SEDENTARIZACIÓN Y LOS METALES. El elemento màs importante de cambio fue el social puesto que el hombre se hace sedentario, de esta manera la sociedad se hace mas completa puesto que hay personas que se van a dedicar a la agricultura, otras a la ganadería, otras a la artesanía y otras a la defensa, incluso otros a la propia organización que son los que dirigirán a la ciudad, como consecuencia de todo esto y gracias a la propia organización que son los que dirigirán la ciudad, como consecuencia de todo esto y gracias a la existencia de excedentes de productos agrícolas estos se pueden dedicar al comercio que en un principio será el trueque, la forma de cambio y posteriormente con el intercambio de metales, en definitiva aparece la sociedad. El neolítico en España y mas concretamente en Andalucía se va a desarrollar en dos culturas la primera es la denominada cultura de las cuevas o cerámica cardial, este tipo de cerámica procede del mediterráneo oriental, es un tipo de cerámica que se decoraba mediante la impresión de conchas marinas sobre la superficie de la cerámica aun la gente vivía en cuevas aunque practicaban la agricultura y ganadería, las cuevas mas importantes son la cueva de los murciélagos en Córdoba, Cargüela en Granada y la del tesoro en Málaga . La otra cultura importante fue la llamada cultura de Almería, tuvo su máximo desarrollo sobre el año 800ª.C., han aparecido poblados en zonas de Almería, desarrollaron la agricultura y ganadería y los enterramientos los hacían de forma colectiva. Por ultimo hay que hacer referencia al cuarto periodo de la historia que se conoce como edad de los metales, parece ser que el origen de la metalurgia tuvo su origen en las llanuras de Irán (Persia), durante el quinto milenio a.C., los metales llegaron a Europa a través de lo Balcanes. Con la aparición de los metales se pudo dar un enorme avance tecnológico, ya que gracias a ellos se pudieron realizar numerosos utensilios que aumentaron la producción agrícola. El primer metal que se utilizo fue el cobre aunque no es excesivamente duro poco después fue mezclado por estaño lo que dio origen al bronce un metal mucho mas consistente. Sin duda alguna la aparición del hierro hizo cambiar toda la metalurgia además el hierro se convirtió en el metal mas preciado, su problema era la elevada temperatura que necesitaba para fundirlo aunque en poco tiempo se consiguió dominar esta técnica. ORIENTALIZACIÓN Y PUEBLOS PRERROMANOS. Los principales pueblos prerromanos fueron: En primer lugar Tartessos, asentada en torno a la ciudad de Gades (Cádiz) y que debió alcanzar su máximo desarrollo entre los siglos IX y VII del primer milenio a.C a juzgar por las fuentes griegas y romanas. Toda esta área estaba bajo la influencia de la cultura ibera pero también fenicia debido a la importancia del comercio de metales, lo que contribuiría, sin duda, a su esplendor. En segundo lugar los pueblos iberos, extendidos por todo el área levantina y valle del Guadalquivir. Este espacio geográfico gozó de un desarrollo tecnológico y cultural más avanzado que el del resto de los pueblos peninsulares: Especialización agrícola y ganadera, poblados con jerarquías y división social así como manifestaciones artísticas influidas por las culturas griega y fenicia- Cuando se produjo la penetración cartaginesa habían adquirido ya un importante desarrollo social y político. En tercer lugar los celtiberos, que eran en realidad un conjunto de pueblos muy variado que habitaban las dos mesetas cuando se produjo la conquiste romana. Sus orígenes son oscuros y sus elementos culturales y sociales están influenciados tanto por los iberos como por las invasiones celtas. Estaban organizados en tribus cuya base económica era la ganadería. Cultura pobre. Por último, los pueblos del Norte y Oeste de la Península, que son los peor conocidos. Parece que estuvieron fuertemente influidos por las oleadas celtas que entraron en los Pirineos a principios del primer milenio. LA HISPANIA ROMANA. Se conoce como Hispania Romana a los territorios de la Península Ibérica durante el periodo histórico de dominación romana. Este periodo se encuentra comprendido entre 218 a.C. (fecha del desembarco romano en Ampurias) y los principios del siglo V (cuando entran los visigodos en la Península, sustituyendo a la autoridad de Roma). A lo largo de este extenso periodo de siete siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedaría marcado para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas. De hecho, tras el periodo de conquistas, Hispania se convirtió en una parte fundamental del Imperio romano, proporcionando a éste un enorme caudal de recursos materiales y humanos, y siendo durante siglos una de las partes más estables del mundo romano y cuna de algunos gobernantes del imperio. El proceso de asimilación del modo de vida romano y su cultura por los pueblos sometidos se conoce como romanización. El elemento humano fue su más activo factor, y el ejército el principal agente integrador. La sociedad hispana se organizó como la del resto del Imperio romano, en hombres libres y esclavos. Los hombres libres podían participar en el gobierno, votar en las elecciones y ser propietarios de tierras. los esclavos, en cambio, no tenían ningún derecho y eran propiedad de algún hombre libre. Las mujeres podían ser libres o esclavas, pero no tenían los mismos derechos que los hombres. Lo que se inició a finales del siglo III a. C. como una invasión estratégica para cortar las líneas de abastecimiento cartaginesas que sostenían la invasión de la Península Itálica por Aníbal durante la Segunda Guerra Púnica, pronto pasó a ser una invasión de conquista que en unos doce años había expulsado por completo a las fuerzas cartaginesas de la Península. Sin embargo, Roma aún tardaría casi dos siglos en dominar la totalidad de la Península Ibérica, debido principalmente a la fuerte resistencia que los pueblos del interior (celtíberos, lusitanos, astures, cántabros, etc.) ofrecieron a los invasores. Dos siglos de guerras intermitentes aunque extremadamente violentas y crueles, tras los cuales las culturas prerromanas de Hispania fueron casi por completo exterminadas. La dominación romana perduraría hasta la entrada en Hispania de las primeras tribus bárbaras, ya en el siglo V, formando durante los siete siglos de influencia romana una población homogénea en Hispania conocida como «hispano-romana». La influencia romana en la Península Ibérica: Al tiempo que Roma establecía su dominio sobre la Península Ibérica, también importaba a la misma su particular forma de entender la vida: su economía, su legislación, las infraestructuras que les permitieron crear y conservar un imperio y las manifestaciones artísticas de todo tipo. De todo ello se conserva hoy un importante legado no sólo arqueológico, sino también cultural, que aún hoy permanece en las lenguas romances habladas en España y Portugal, descendientes directas del latín. Las ciudades: El proceso de romanización en la Península se basó fundamentalmente en las ciudades como núcleos exportadores de la nueva cultura. La política urbanizadora comenzó pronto, aunque con fines casi exclusivamente defensivos. Durante la época republicana las riquezas mineras y agropecuarias de Hispania atrajeron gran número de emigrantes romano-itálicos, sobre todo después de la crisis del siglo II a. C. Éstos, unidos a los soldados establecidos en la Península comenzaron a asentarse en ciudades de estatus jurídico dudoso. Un ejemplo de esta etapa es la ciudad de Carteia. Con Julio César comenzó un periodo de colonización y municipalización, resolviendo el problema que padecía Italia por la falta de ager publicus, asentó en Hispania a sus soldados fundando nuevas colonias. También concedió la ciudadanía romana a municipios ya existentes, premiando así su fidelidad en la guerra civil que mantuvo con Pompeyo en la Península, por eso la mayoría de ellos se encuentran en la Bética. Augusto continuó la política de César, municipios augusteos son: Osca, Calagurris, Baetulo, Segóbriga, Valeria,5 Ilerda, Iuliobriga, etc. Vespasiano concedió el derecho latino a todas las ciudades de Hispania. Las ciudades poseían diferente categoría jurídica; así las colonias y municipios romanos estaban libres de cargas tributarias, las ciudades de derecho latino se encontraban en un escalafón inferior, por debajo de éstas estaban las ciudades peregrinae que carecen de privilegios jurídicos para sus habitantes. En el último lugar se encontraban las stipendiariae, que estaban obligadas a pagar un tributo a Roma, así como a aportar soldados al ejército. Latinización en España: Uno de los aspectos más trascendentes de la romanización en España fue el de su latinización. Es decir, el proceso que trajo consigo la pérdida de los idiomas indígenas y la concomitante y paralla sustitución de éstos por el latín, del que más tarde derivarían las lenguas romances. La latinización de España comenzó desde la llegada de Roma en 218 a. C., y continuó hasta la conversión oficial de Hispania en parte del Imperio romano en 19 a. C., durante el gobierno de Augusto. El gran catálogo de Untermann sobre epigrafía ibérica pone de manifiesto que la escritura ibérica se siguió usando en muchos ámbitos: baste comprobar los grafitos marcados a punzón sobre cerámicas o bien los nombres de las ciudades escritos sobre monedas en ibérico o en latín de modo que, a veces se vuelve al uso del ibérico después de haber acuñado monedas con textos latinos. Los grafitos sobre esculturas del Cerro de los Santos y del santuario de Torreparedones presentan unas veces textos latinos y otras ibéricos. La latinización no fue igual en toda la Hispania, sino que en la Ulterior fue de forma más acelerada. CONCLUSIÓN Y OTROS TERRITORIOS DE RELEVANCIA HISTÓRICA Y ARQUEOLÓGICA, ACTUALMENTE NO CONSIDERADOS DESTINOS TURÍSTICOS. IRÁN: NACIMIENTO DE LA CIVILIZACIÓN URBANA, LAS CIUDADES PERSAS. Es una de las más antiguas civilizaciones del mundo, que abarca miles de años, desde la antigua civilización en la meseta iraní, la civilización manaeana en Azerbaiyán, Shahr-i Sokhta (Ciudad quemada) cerca de Zabol en Sistán y Baluchistán, y la antigua Civilización de Jiroft en Kermán (más de 5000 a. C.) seguido por el reino de Elam (más de 3000 a. C.) y las dinastías meda, aqueménida, parta, sasánida y los siguientes Imperios hasta la moderna República Islámica de Irán. Irán fue conocido en Occidente como Persia hasta 1935, derivado del nombre griego, Persis, que fue usado en para referirse a la nación irania, su pueblo y sus imperios antiguos. Irán presenta vestigios de ocupación humana y restos culturales pertenecientes a casi toda la Edad de piedra. En el Baluchistán iraní se recolectaron instrumentos de piedra pertenecientes al complejo tecnológico lítico que se extiende desde el Baluchistán pakistaní. Dichos objetos corresponden al Paleolítico Inferior. En la región se encontró una cantidad de materiales de piedra que están entre los más antiguos descubiertos hasta ahora en Irán, con una edad estimada de 800.000 años. Cerca de Tabriz se encontraron los restos de lo que sería un campanento de cazadores de dicho período. La escasez de vestigios se debe a (al menos) dos factores: (a) las escasas excavaciones arqueológicas realizadas en la región y (b) la reestructuración del terreno en el Pleistoceno Superior, junto con otras regiones montañosas del Asia Central. El primer uso a gran escala de las satrapías, o provincias, data de la concepción del primer Imperio persa bajo Ciro II el Grande, alrededor del año 530. No obstante, las satrapías se originaron durante la época de los medos, al menos, desde el año 648 a. C. Hasta la época de la conquista de Media por Ciro el Grande, los emperadores medos gobernaban sus territorios conquistados como provincias, a través de reyes y gobernadores vasallos. Como en la cultura persa el concepto de dignidad real era inseparable del concepto de divinidad, los veinte sátrapas establecidos por Ciro nunca fueron reyes, sino virreyes que gobernaban en nombre del rey, aunque en realidad muchos se excedieron en sus atribuciones políticas. Darío I dio a las satrapías una organización definitiva, e incrementó su número a 23. Los sátrapas eran elegidos directamente por el rey, generalmente entre miembros de la nobleza. Ejercían el poder judicial y administrativo, cobraban los impuestos (Inscripción de Behistún), se encargaban del orden público y de reclutar y mantener el ejército. El propio Darío I se encargaba de su supervisión y control para evitar que se excedieran en sus funciones. Cambises, el predecesor de Darío I, desconfiando respecto a la lealtad de algunos gobernadores, situó un secretario al lado de cada sátrapa, para vigilar sus actos, y organizó un grupo de funcionarios conocidos como los "ojos y oídos del rey", que recorrían el Imperio para valorar sobre el terreno la situación y emitir un informe. A pesar de estos controles, cuando se producía un acto de sedición, la rápida intervención del ejército, facilitada por la red viaria de comunicaciones, acababa con el peligro antes de que el movimiento provocara el levantamiento de otras regiones por motivos semejantes. El sátrapa se encargaba del cobro de los impuestos, controlaba a los oficiales locales y a las tribus y ciudades vasallas, y era el juez supremo de la provincia, ante el cual cada criminal debía ser llevado para ser juzgado. También era el responsable de la seguridad de los caminos, y tenía que eliminar a los forajidos y rebeldes. Para cumplir con sus funciones contaba con la ayuda de un consejo de persas, y era controlado por el secretario real y los emisarios del rey, en especial por el funcionario "ojos y oídos del rey", quien hacía una inspección anual y ejercía un control permanente. IRAQ: LA CIVILIZACIÓN URBANA Y SU EXPANSIÓN. CIUDADES Y TEMPLOS. BABILONIA. EL IMPERIO ASIRIO. La antigua Mesopotamia es el período abarcado en la cuenca fluvial de los ríos Tigris y Éufrates desde la prehistoria hasta la caída del último imperio mesopotámico –el imperio caldeo o neobabilónico. Durante esta etapa, Mesopotamia mantuvo ciertos caracteres comunes que permiten definirla como una unidad histórica.2 Algunas de las civilizaciones más destacadas de esta etapa fueron Sumeria, Acadios, Asiria y Babilonia Los antecedentes del Neolítico se situaron en el área de la cordillera del Tauro y la costa mediterránea cananea, mediante la transformación de los cazadores-recolectores en agricultores y ganaderos, entre los milenios XII y X.4 Este cambio se fue haciendo más evidente en el natufiense (10000 - 8300 a. C.) en las áreas de Siria y Canaán principalmente. Entre 9300 y 4400 las formas protoneolíticas ya predominaban en estas áreas, además de empezar a notarse en Anatolia y los montes Zagros, regiones todas periféricas al área de Mesopotamia.4 En el interior de Mesopotamia, la agricultura y la ganadería se impusieron entre 6000 y 5000 a. C., suponiendo la entrada de lleno al Neolítico.5 Durante este período, las nuevas técnicas de producción que se habían desarrollado en el área inicial del Neolítico se expandieron por las regiones más tardías, entre ellas la Mesopotamia interior. 5 Ello trajo el desarrollo de ciudades, entre las que se encontraban Buqras, Umm Dabaghiyah y Yarim tepe, y, más tardíamente, es-Sawwan y Choga Mami. Las culturas más características de este período son las cultura Hassuna-Samarra entre 5600 y 5000 a. C., y Halaf, entre 5600 y 4000 a. C. (Halaf tardío).6 5 CIUDADES Y TEMPLOS. Al norte de Mesopotamia (Anatolia) y la región de Levante, entre los años 2500 y 1500 a.C., aparecieron varias ciudades estado, en principio colonias de Sumer, que compitieron entre si por la supremacía económica y política. Los yacimientos más importantes proceden de las ciudades de Mari y Ebla. En el centro de cada ciudad se alzaba un complejo de palacios y templos rodeados de viviendas privadas. La ciudad estaba rodeada de murallas de ladrillos de barro o por terraplenes de tierra cocida. Ebla se extendía sobre una superficie de 50 hectáreas y Mari sobre unas 100 Ha.; así como, Hazor y Qatna, en el Levante, abarcaban unas 70 hectáreas. Se calcula que Hazor tenía una población, en el siglo XVIII a.C., de unos 25000 habitantes. En Mari y Ebla se encontraron unas 17000 tablillas de arcilla con datos comerciales y sobre costumbres de la región. Se sabía que el producto de mayor exportación eran los tejidos y que se disponía de grandes cantidades de oro y plata fruto de los tributos de las ciudades menores bajo su dominio. Se conoció su forma de controlar la extensión de enfermedades, las persecuciones de esclavos evadidos y los impuestos con se gravaban los transportes por el Eufrates. También se supo de la importancia que las mujeres reales tenían en las funciones de administración de palacio que guardaban las llaves de muchos almacenes y tenían poder sobre oficiales destacados y controlaban las actividades de los artesanos que, generalmente, trabajaban fuera de palacio, alcanzando un alto nivel en el trabajo de los metales, la piedra y el marfil. De acuerdo con los textos existieron 43 santuarios en Babilonia (actualmente Iraq). Nabopolasar tímidamente y Nabucodonosor II a gran escala emprendieron una ambiciosa reconstrucción y un embellecimiento de los templos, labor continuada en algunos edificios por Nabónido.15 Los más importantes fueron los siguientes: Etemenanki: Zigurat de la ciudad, situado al norte de Esagila, junto al centro geométrico de la ciudad, con lo que la dominaba; esto se interpreta como una preponderancia del poder religioso.2 Poseía sus propias defensas y anejos. Dedicado a Marduk, la deidad local, ha sido reiteradamente identificado como la bíblica Torre de Babel.20 En el año 323 a. C. Alejandro Magno ordenó demolerlo para volver a reconstruirlo enteramente. Su muerte, sin embargo, inhabilitó su reconstrucción. 21 Se conservan su planta y restos de tres anchas escaleras. 22 Protegido por un perímetro amurallado dentro del cual había otros edificios, destacaba en éste la llamada Puerta Sagrada o Puerta Cerrada, que daba directamente a la Avenida de las Procesiones y que sólo se abría durante dos meses al año, con motivo de las procesiones en honor de Marduk.23 Esagila: Complejo religioso dedicado a Marduk. Los babilonios pensaban que estaba construido en el lugar donde había nacido toda vida en la creación del mundo, y sobre el apsû, el Submundo acuoso, y que era una conexión con el mundo del dios Anu.24 Destruido por Senaquerib y ruinoso en la época neobabilónica, fue cuidadosamente reconstruido por orden de Nabopolasar y especialmente de Nabucodonosor II,25 15 quien también ordenó restaurar una famosa estatua de oro del dios.26 Templo del Año Nuevo: Estaba situado al norte del recinto interior, entre la avenida de las Procesiones y el río. En él se celebraba la fiesta de Akitu, equivalente al comienzo del año, en honor de Marduk. La fiesta, que duraba varios días y en la que participaba el propio rey, era considerada de máxima importancia, de modo que su no celebración se registraba con temor en los anales.27 Aún en el año 205 a. C. Antíoco III el Grande, rey seléucida, participó en las fiestas de Año Nuevo de Babilonia.3 Templo de Ishtar de Agadé: Uno de los templos dedicados a Ishtar de la ciudad, situado en medio de un área residencial.28 Templo de Nabu: Situado en el recinto interior, cerca de la puerta de Ishtar y al oeste de la Avenida de las Procesiones, fue construido en adobe. Los suelos y el patio se cubrieron de betún, mientras que los muros del altar se decoraron con motivos geométricos. En base al análisis de su planta se cree posible que funcionase como escuela o seminario. BABILONIA. Babilonia fue una antigua ciudad de la baja Mesopotamia. Ganó su independencia durante la Edad Oscura, tras lo cual se convirtió en capital de un vasto imperio bajo el mandato de Hammurabi (siglo XVIII a. C.). Desde entonces se convirtió en un gran centro religioso y cultural. Aún en época helenística, ya despojada de su segundo imperio y caída en desgracia frente a otras grandes ciudades como Persépolis, Alejandro Magno quiso convertirla en su capital.1 En el año 312 a. C. Seleuco I Nicátor trasladó la capitalidad del imperio Seléucida a Seleucia, aposentada sobre el río Tigris y no sobre el Éufrates por rapidez de las nuevas vías comerciales. Los babilonios fueron invitados a mudar sus residencias. Para entonces la ciudad había entrado en franca decadencia, siendo abandonada por la mayoría de sus habitantes poco después.2 A pesar de ello se les permitió quedarse a los sacerdotes de Bēl -relacionados con el templo de Año Nuevo-, y la ciudad funcionó como residencia real durante la ocupación parta. IMPERIO ASIRIO. Durante el III milenio a. C., la región de Asia Anterior estuvo bajo la influencia de la civilización sumeria establecida en la llanura sur de Mesopotamia. En las investigaciones hechas a raíz de las excavaciones arqueológicas de la ciudad siria de Assur se ha podido comprobar que las estatuas halladas tenían mucho en común con las encontradas en otros templos sumerios. Esto demuestra la gran relación cultural que sin duda existía entre ambos pueblos desde tiempos remotos. Hacia el año 2000 a. C. invadió Mesopotamia (cerca del actual pais Israel) el pueblo de los elamitas, pero más tarde entró otro pueblo nómada, los amorreos, procedentes de Siria que conquistaron por el sur a los sumerios y por el norte a los sirios. Se sabe que un siglo más tarde grupos de asirios mercaderes formaron colonias en Anatolia (actual centro de Turquía), y que allí establecieron un próspero comercio de metales preciosos y de textiles. Imperio antiguo asirio o Primer Imperio asirio: Entre los años 1813 y 1780 a. C., Asiria alcanzó la categoría de imperio. Fue el primer Imperio asirio, de la mano del rey Shamshiadad I hasta que en el año 1760 a. C., Hammurabi de Babilonia derrotó y conquistó a los asirios que pasaron a formar parte del Imperio de Babilonia. Periodo medio asirio e Imperio medio asirio: El siglo XVI a. C. fue un periodo de invasiones y gran confusión por toda Mesopotamia. Asiria se vio bajo el control de unos y otros invasores (los mitani y los hititas sobre todo), hasta el siglo XIV en que el rey asirio Ashur-uballit I se liberó de sus opresores e incluso llegó a agrandar los límites de sus tierras. Los sucesores de este rey ampliaron más las fronteras y supieron enfrentarse a los pueblos alrededor: urarteos, hititas, babilonios y lullubis. Hacia el año 1200 a. C., una oleada de pueblos procedentes de la península balcánica, conocidos como los Pueblos del Mar fueron los causantes del final del Imperio hitita y del Imperio egipcio. Uno de estos pueblos, llamado mushki, se asentó al este de Anatolia y fue una constante amenaza para Asiria. Otro pueblo (nómada y semita), el arameo, hostigaba continuamente a los asirios por el oeste. Asiria se hizo fuerte y resistió el empuje de estos pueblos, y endureció su ejército que a partir de entonces fue famoso por su crueldad y temido por sus enemigos, de tal manera que al verse amenazados y ante su proximidad no les quedaba más remedio que huir; la gente que quedaba en las aldeas o las ciudades atacadas era masacrada o llevada a Asiria como esclavos. Las ciudades eran saqueadas y después arrasadas, pero no se anexionaban al Estado asirio Imperio nuevo asirio o neoasirio: Este sistema de lucha y conquista fue variando con el tiempo. A finales del siglo X a. C. los reyes asirios ya anexionaron varios territorios de los arameos que estaban situados al este del río Jabur (en el valle central del Éufrates) y de los de la región de los ríos Gran Zab y Pequeño Zab. En el siglo IX a. C. reinó Asurnasirpal II, desde el 884 al 859 a. C. Construyó la ciudad de Calach y la hizo su capital, en sustitución de la antigua Assur. La arqueología de esta ciudad ha dado un verdadero tesoro en inscripciones halladas en los monumentos, sobre la historia de este rey. Se sabe de él entre otras cosas que sus campañas bélicas fueron numerosas, devastadoras y brutales. En el siglo VIII a. C. surge un floreciente imperio militar que duró dos siglos. En este periodo histórico fueron tributarios de Asiria los fenicios, los israelitas y muchos pueblos de la Media y de Persia. Los asirios llegaron en su expansión hasta Egipto por el oeste y Persia por el este. Es una época de esplendor en que los reyes vivían con gran lujo, ejerciendo un gobierno despótico. Durante esos años gobernó la dinastía de los Sargónidas, cuyo primer rey fue Sargón II que trasladó su séquito a una nueva ciudad llamada Dur Sharrukin (Fuerte de Sargón). Las ciudades se embellecieron con magníficos monumentos a costa de los cuantiosos tributos cobrados a los pueblos sometidos. Sargón II fue sucedido por Senaquerib, (célebre por el relato Bíblico que afirma no pudo tomar Jerusalén en tiempos del rey Ezequías y el profeta Isaías), y éste por Asarhaddón, quien reinó en los primeros años del siglo VII a. C., y llegó hasta Egipto y tomó la capital, Menfis. Su hijo Asurbanipal llegó más lejos, hasta Tebas e hizo campañas militares en Susa (Irán). A la muerte de este rey hubo una revolución interna. Después de estos acontecimientos hay pocas noticias históricas. El fin del Imperio asirio se debe a la gran derrota sufrida por sus últimos reyes Sin-shar-ishkun y Ashur-uballit II contra los medos y los babilonios. Asiria se fue debilitando con tantas guerras y con la amenaza constante de un nuevo pueblo que llegaba por el norte: los escitas. Babilonia recuperó su independencia y Ciáxares de la Media sitió y destruyó Nínive, la ciudad asiria poderosa y odiada por sus enemigos. Allí fue donde murió Sin-shar-ishkun en el año 612 a. C. Asiria aún resistiría tres años más mediante el autoproclamado rey Ashur-uballit II, que gobernó un reducido territorio con capital en Harrán merced al apoyo egipcio. En 609 a. C medos y babilonios tomaban Harrán, poniendo punto final al Imperio asirio. Al mismo tiempo que ellos estaban dominando estos territorios, en la zona había otras civilizaciones, y eran: los elagones, los sidinandos y los nameos.