Excepciones privilegiadas del derecho civil Las excepciones privilegiadas son aquellas consideradas por el Código Procesal Civil y Mercantil -CPCYM- como previas pero que tienen la condición particular de que pueden plantearse en cualquier estado del proceso, es decir, incluso luego de haber vencido el plazo para interponer las excepciones previas. Las excepciones privilegiadas dentro del juicio sumario están reguladas en el artículo 232 del CPCYM y son las mismas que para el juicio ordinario: litispendencia, falta de capacidad legal, falta de personalidad, falta de personería, cosa juzgada, caducidad, prescripción y transacción. Ahora bien, la diferencia entre el juicio sumario y el juicio ordinario respecto a estas excepciones radica en el momento en que serán resueltas. En el juicio ordinario las excepciones privilegiadas serán resueltas mediante un auto, luego de tramitado el incidente correspondiente. Ello, en virtud de que conforme a la redacción del artículo 120 del CPCYM el trámite de las excepciones reguladas en esa norma será el de los incidentes, tanto el trámite de las excepciones que únicamente pueden plantearse dentro de los primeros 6 días, como aquellas que puede plantearse en cualquier estado del proceso. El incidente, según el artículo 140 de la Ley del Organismo Judicial -LOJ-, será resuelto por el juez una vez transcurrido el plazo de la audiencia a la otra parte por dos días y, si el incidente se refiere a cuestiones de hecho, luego del período de prueba. Esa resolución tiene la naturaleza de auto, por decidir una materia que no es de simple trámite y por disponerlo así de forma expresa el artículo 141 de la LOJ. En cambio, el último enunciado del artículo 232 del CPCYM establece que las excepciones privilegiadas en el juicio sumario serán resueltas al dictarse la sentencia; es decir, que, a diferencia del juicio ordinario, no serán resueltas en un auto luego de tramitado el incidente y, claro está, antes de dictarse sentencia. Señalada la diferencia en cuanto al momento en que se resuelven, es oportuno mencionar que existe la controversia respecto a si el juez, al admitir para su trámite las excepciones privilegiadas en el juicio sumario, debe o no conferir audiencia a la otra parte y decretar período de prueba por ocho días. La duda se origina como consecuencia de la redacción del artículo 232 del CPCYM. Dicha norma dispone en su primer párrafo que las excepciones previas deben plantearse dentro del segundo día y que las excepciones previas a que se refiere el artículo 116 se resolverán como incidente. Luego, en el segundo párrafo, regula lo relativo a las excepciones privilegiadas en la forma en que antes hemos comentado, es decir, indicando cuáles se consideran privilegiadas y que serán resueltas en sentencia. Entonces, podría pensarse que la disposición en cuanto a que las excepciones se tramitarán como incidente aplica únicamente para las que sean planteadas dentro de los 2 días y no para las privilegiadas. Ese criterio se sustenta en que, a diferencia del artículo 120 del CPCYM, la disposición del trámite en incidente no está al final del artículo, sino en el primer párrafo, razón por la cual pareciera que no aplicaría a lo regulado en el segundo párrafo que se refiere a las excepciones privilegiadas. Además, ese criterio también se respalda al considerar que, a diferencia del trámite normado en la LOJ para los incidentes, en este caso las excepciones no se resolverán en auto, sino hasta en sentencia. Por otro lado, el criterio que comparto sostiene que las excepciones privilegiadas en el juicio sumario deben ser tramitadas como incidente, con la única diferencia que, en vez de ser resueltas mediante auto, se resolverán en sentencia. Este criterio parte de que, en realidad, el segundo párrafo del artículo 232 del CPCYM no establece la forma en que deben tramitarse las excepciones privilegiadas, únicamente dispone el momento en el que serán resueltas; en otras palabras, existe una falta o insuficiencia de la ley sobre ese asunto. De esa cuenta, conforme a lo dispuesto en los artículos 10 y 15 de la LOJ, esa insuficiencia de la ley debe resolverse atendiendo a su contexto y a las disposiciones constitucionales. Respecto al contexto, hemos señalado que deben tramitarse como incidente, tanto las excepciones previas en el juicio ordinario y en el juicio sumario, como las excepciones privilegiadas en el juicio ordinario; el conjunto de la ley nos indica entonces que el trámite de las excepciones privilegiadas en el juicio sumario debe ser el mismo, el de los incidentes, con la única variante dispuesta en la ley, esto es, que deben ser resueltos en sentencia y no mediante auto. Lo anterior es congruente con el principio constitucional de defensa, garantizado en el artículo 12 de la Constitución Política de la República. Conforme a ese principio, las partes deben tener la oportunidad de hacer valer sus argumentos, es decir, la oportunidad de que exista el contradictorio; además, deben tener la oportunidad de probar sus afirmaciones. De no otorgarse audiencia a la parte actora por dos días sobre las excepciones privilegiadas, se estaría violando su derecho de defensa, toda vez que no tendría oportunidad de refutar los argumentos esgrimidos por la parte demandada en las excepciones. En igual sentido, de no recibirse prueba por el período de ocho días, se vulneraría el derecho de ambas partes, al impedírseles demostrar sus aseveraciones. En conclusión, las excepciones privilegiadas en el juicio sumario deben tramitarse como incidente, dando audiencia por dos días a la actora y decretando período de prueba por ocho días cuando existen cuestiones de hecho, con la única diferencia de que serán resueltas hasta en sentencia y no mediante auto.