Una de las preguntas más recurrentes de guías y familias es cuándo pueden empezar a educar a un perro . La realidad es que, una vez el cachorro haya superado las primeras fases de su desarrollo (periodo neonatal, periodo de transición y las primeras semanas del periodo de socialización, entre los 21 días y las 4 meses), podemos empezar a educarle. Hasta las 8 semanas, la educación del perro es tarea de los progenitores y los hermanos, por ello, es muy importante que puedan crecer en un contexto adecuado, obtener una buena impronta y nunca ser separados de la camada antes de tiempo. Socializar de forma con trolada en el periodo crítico A partir de los 2 meses de edad, el perro debería empezar a conocer y a ser expuesto de forma controlada a contextos, estímulos, animales, personas y todo tipo de situaciones. En este periodo, entre los 2 y los 4 meses, educ ar no se traduce tanto en que el cachorro no nos haga trastadas (¡vigilad con la conducta exploratoria, que no nos dé un susto! ), sino en controlar qué puede hacer y qué no, presentarle herramientas para su vida diaria (el parque para perros, habituarse a viajar en coche, la correa, el arnés, etc.), así como el mundo que lo rodea, siempre de una forma positiva: sin estrés, ni saturación de estímulos. Por ejemplo, si le presentamos niños pequeños u otros perros , debemos tener cuidado de que el cachorro no s e sienta agobiado o invadido en su espacio personal (molestado), sino intentar que sea positivo para todos . En esta primera etapa, debemos tener presente que el perro sigue siendo casi un bebé y que nue stras prioridades (junto a las anteriores) deben ser establecer una buena rutina de horarios y respetar a personas y espacios, principalmente. Educar tras el periodo de socialización (a partir de los 4 meses) Una vez superada la fase crítica, y también durante las últimas semanas de esta, podemos empezar a introducir ejercicios como el luring (seguimiento de comida) y las primeras posiciones de la obediencia (sentado, tumbado, junto…) mediante premios y lenguaje gestual. El perro puede empezar a iniciar una obediencia, que debe ser: • Tranquila, pacien te y sin exigencia (repito, ¡es un bebé! ¿pondrías a tu hijo de 5 años a estudiar Física de nivel universitario?) • Con sesiones «muy» cortas , pues el perro todavía no tiene una gran capacidad de concentración • Apoyadas en el juego con el objetivo de motivar al cachorro , intentando no alargar el tiempo ni sobreexcitar demasiado El momento perfecto para educar al perro: 6 -8 meses A medida que el perro empieza a madurar, empezaremos a plantear un trabajo de educación y adiestramiento más concreto . En muchos aspectos, su educación habrá empezado antes (pautas higiénicas, paseos controlados, etc.), pero ahora es el momento de crear una buena estructura en todos esos contextos para que el perro pueda disfrutar de su día a día con nuestra supervisión. Si bien, suele ser un momento complejo porque se nos junta el desarrollo hormonal (ahora, ¡son adolescentes! ), nos será más fácil motivar al perro y este, a su vez, estará más dispuesto a trabajar y a aprender con nosotros. Asimismo, a medida que la educac ión y el adiestramiento en obediencia avancen, podemos empezar a aumentar el criterio de exigencia , algo que sería injusto con un cachorro, pero que es necesario mediante la correcta enseñanza. En esta etapa del aprendizaje , además, si se mantienen proble mas que se arrastran de la etapa de cachorro, nos resultará más sencillo trabajar y modificar conductas o crear nuevas rutinas y habilidades que en un individuo adulto. Javier Ruiz, educador canino en Dogventura y educador ambiental por la UB. Redactor publicitario y autor de: De cómo los animales viven y mueren.