Como a vaso más frágil Tabla de Contenido Dedicatoria Prefacio Introducción I. La Creación del Hombre II. Características del Varón y la Mujer III. El Diablo Contra el Hombre IV. Seducción y Desobediencia V. Consecuencias del Primer Pecado VI. Liberación de la Mujer VII. La Verdadera Liberación en Cristo VIII. Restauración IX. Autoaceptación X. La Mujer Esposa XI. Sanidad de la Esposa XII. Sanidad Sexual XIII. La Mujer Madre XIV. La Mujer Ministro XV. Tres Mujeres de Dios XVI. Llamado de Última Hora 103 PREFACIO Deseo que cada mujer que lea este libro, se sienta especial, sepa que es la hermosa creación de Dios. La intención sana y sincera de mi corazón, es que todas las mujeres logren encontrar su identidad y su ubicación, primeramente, como hijas de Dios, luego como mujeres en su entorno natural y social, después como esposas y como madres. Esto no quiere decir en forma alguna, que sólo las mujeres deben leerlo; muy por el contrario, el libro se titula Como a Vaso más Frágil, porque es el varón el que deberá tratarla a ella de tal manera. Para conocer muchos secretos e interioridades de la mujer, es muy importante que el varón lea también este libro. Dios me ha hablado de un fuerte ataque que ha sido lanzado por el enemigo en este último tiempo, dirigido específicamente a destruir la unidad de los matrimonios de los siervos y ministros. Esto no es ficción ni imaginación, es tan real como que usted está leyendo ahora mismo este libro. Pero más real es el hecho de que Satanás sólo podrá penetrar y destruir donde encuentre tinieblas, ya que él no puede operar en Luz; ésta lo desvanece. Necesitamos con urgencia cerrar los portillos abiertos a través de los cuales esté entrando tiniebla. La única forma de cerrar los portillos y evitar ser víctimas de este atentado, se llama RESTAURACIÓN. Nuestra alma necesita ser sanada, restaurada; encontrar salud en medio del Cuerpo. Nuestras mentes necesitan ser renovadas, transformadas (Col. 3:10; Ef. 4:23), y nuestra conciencia necesita ser limpiada de toda malicia, tabúes y temores (He. 9:14). Clamo al Espíritu Santo, que Su unción esté presente en este libro, para que tanto varones como mujeres que decidan leerlo, puedan entrar en RESTAURACIÓN (Is. 49:810), reciban salud y ordenamiento en sus vidas, para gloria de Dios y derrota del enemigo. Quizás haya heridas, ataduras o traumas que pudieran estar operando a nivel subconsciente, pero aún allí Él puede escudriñar y traerlo a la luz (Ef. 5:13). Abra las puertas de su interior, donde tiene guardados sus secretos, donde nadie ha podido penetrar. No intente excusarse ni justificarse cuando el Señor ponga Su dedo en la llaga; antes bien, preséntese desnudo(a) delante de AQUEL que conoce hasta lo más profundo, y que aún discierne las intenciones del corazón (He. 4:12).